domingo, 27 de junio de 2021

La música en historias: Veo, veo... mamoneo!! #MesRosendo

 

Veo, veo... mamoneo!!, Rosendo


     Si buscamos la palabra Picaporte en el diccionario, éste nos da dos definiciones, la primera nos dice que se trata de un dispositivo que se utiliza para abrir o cerrar una puerta o una ventana, que consiste en una pieza larga de hierro sujeta a la puerta o ventana, con una palanca para accionarla, que encaja en otra pieza que hay en el marco. La segunda definición nos dice que se trata de una palanca para abrir este dispositivo. ¿Por qué empiezo esta reseña hablando de esta palabra?, pues porque no es nada usual ni frecuente encontrarla insertada en la letra de una canción, y menos todavía si esta es la primera palabra que escuchas al poner el álbum. Pues Rosendo lo tuvo claro en su momento, y Picaporte no sólo es la primera palabra que abre la canción Masculino singular, también es la primera palabra que sale de su boca en éste disco. Sólo un genio como Rosendo es capaz de usar esta palabra tan poco usual, colocarla en un sitio tan estratégico, y además darle sentido.

      Para la grabación de su decimocuarto álbum de estudio en solitario, Veo, veo... mamoneo!!, Rosendo se marcha acompañado de Rafa J. Vegas (bajo) y Mariano Montero (batería y percusión)  a los estudios Du Manoir, situado en la pintoresca región de Las Landas en Francia. El disco es producido por Eugenio Muñoz, el integrante del grupo a la sombra, masterizado en Londres y publicado en 2002 bajo el sello discográfico DRO East West. El resultado de tanto empeño tanto de la productora como del artista es un disco impecable en cuanto a sonido y producción, con unas guitarras afiladas, y donde el formato de power trío consigue un sonido más crudo y directo, algo que se será de agradecer en directo.


 En este disco Rosendo, vuelve a mostrarse crítico y a denunciar temas del devenir diario de la gente normal, como el malestar de ver como se van deteriorando el medio y las relaciones humanas. y es que Rosendo es sinónimo de inconformismo, no en vano el mismo es la viva imagen de una generación desencantada, hecho que ha forjado su espíritu crítico.

     Nos encontramos con temas 10 temas marca de la casa, con unas letras que, como siempre, juegan a despistarnos con sus dobles sentidos. Abre el disco Masculino singular, donde la palabra picaporte cobra un inusual sentido. Estamos, en mi opinión, ante uno de los mejores temas que podemos encontrar en la carrera en solitario del Maestro de Carabanchel; En Que te acompañe la suerte, Rosendo hasta se atreve a con el Reggae, música por la que siente un profundo respeto; Quincalla, o no!, tema donde podemos disfrutar del excelente trabajo al bajo de Rafa J.Vegas; Para nadaotro de los momentos culminantes del disco, un tema lleno de energía y fuerza. Y es que Rosendo en este tema le da un toque más duro con con la guitarra al tema, lo que le da un plus de energía y fuerza a un tema que interpretado en directo gana más si cabe; Sufrido, tema que cierra la cara A y que es uno de los temas que más suele repetir el músico en los directos.

 



   Empieza la cara B con Para cuando desatino, una de las dos baladas del disco. Rosendo se atreve nada meno que con dos. Con el paso de los años ha empezado a sentirse a gusto con su voz y ha perdido el miedo a mostrarla sin el habitual acompañamiento de la potente instrumentación y guitarras afiladas; Veo, veo... mamoneo!!, tema que da título al disco; Entre dientes, donde los instrumentos van entrando uno por uno, primero la batería, luego el bajo y por último la guitarra; Ven y ve, muy destacable el cambio de ritmo cuando entra el repetitivo estribillo con un pesado y repetitivo también riff de guitarra; Todo lo que sigue, segunda balada y tema que sirve para cerrar un álbum que se vio recompensado en su momento con un disco de oro. 

     Rosendo repite en este disco la fórmula de trabajos anteriores, unas letras inconformistas que juegan al despiste con rimas curiosas y dobles sentidos, y donde cada cual, al escuchar, interpretará a su manera el sentido de las mismas. En cuanto al sonido, Rosendo rescata la fórmula del power trío, prescindiendo de lo teclados de discos anteriores. Un sonido más duro para unas letras más críticas si cabe que en trabajos anteriores.

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