lunes, 30 de marzo de 2020

La música en historias: la carretera al infierno (Mes AC/DC)





     El mes de marzo llega a su fín y con él nuestro mes dedicado a los australianos AC/DC. Y que mejor forma de cerrar este mes que hacerlo con el homenaje que el 1 de marzo de 2020 se hizo a la banda en Perth (Australia), y que sirvió para homenajear la figura de Bon Scott al lado de su casa. Y no sólo fue un homenaje a Bon, pues también sirvió como homenaje a Malcolm Young y a toda la formación, que lleva en la brecha y al pie del cañon más de 45 años. ¡Se dice pronto!.

     El 19 de febrero de 2020 se cumplían 40 años del fallecimiento del que fuera vocalista de AC/DC Bon Scott. Apenas 11 días después del 40 aniversario de su pérdida, concretamente el 1 de marzo de 2020 tuvo lugar en la localidad de Perth un multitudinario homenaje a su figura.
Alrededor de 150.000 se congregaron en la carretera que une las localidades de Fremantle y Perth, conocida como Canning Highway, cuya carretera fue en la que se inspiraron Bon Scott y los hermanos Young para escribir el mítico tema Highway To Hell, la peligrosa ruta  que Bon solía hacer desde su residencia en Fremantle hasta el pub the Raffles que había situado en aquella carretera.



     Para tal homenaje, quedaron cortados unos 10 kilómetros de la famosa Canning Highway, y los asistentes pudieron disfrutar de un recorrido de una caravana que recorrió los 10 kilómetros. En la caravana, ocho bandas subidas en semirremolques preparados al efecto, amenizaron con su música la jornada. Bandas entre las que se encontraban Steve 'N' Seagulls, Shonen Knife ó WA Police Band entre otras.

     Antes de que la gigantesca caravana iniciara el festivo homenaje por los 10 kilómetros del tramo de carretera cortada para tal efecto, asistentes al evento establecieron un nuevo record, consistente en el mayor número de personas haciendo air guitar de manera simultánea, ya que unas 3.500 personas hicieron sonar sus imaginarias guitarras a la vez en honor a Bon Scott. Evidentemente, el tema escogido para tal hazaña no podía ser otro que Highway To Hell. Seguro que Bon Scott y Malcolm Young disfrutaron de lo lindo desde allí arriba y se sumaron al reto del air guitar de sus fans.

domingo, 29 de marzo de 2020

AC/DC: The Razors Edge (Mes AC/DC)



Hoy en el #MesACDC llega el momento de pasearnos por el filo de la navaja, The Razors Edge, que pasa por ser el segundo de los grandes discos entregados por los "AC/DC de la época Brian Johnson". Creo que los defensores de la época Bon Scott superan ampliamente a los de Brian, y con el tiempo y la escucha casi completa de la obra de los australianos (en gran parte gracias a la insistencia de Jorky en nuestra época adolescente) me sume convencido a esa corriente. Pero antes de eso, ¿cómo no ser esclavo de mi propia época y no decantarme por los AC/DC del disco del momento en el que los descubrí? ¿Y cómo no afianzarme en esa errónea percepción si, tras escuchar The Razors Edge, la recomendación de Jorky fue continuar con Back in Black.

Como buen "vendedor" de un grupo al que admiraba y admirará por siempre, y con alguna puntual excepción, Jorky obvió en sus recomendaciones el resto de los discos de los ochenta comprendidos entre la "vuelta al negro" y el paseo por el "filo de la navaja". No atravesaban su mejor momento los australianos en aquella época, facturando discos simplemente correctos sin llegar a poder repetir la "magia negra" de los temas del debút de Johnson. Y cuando ya casi no se les esperaba, facturaron un disco con uno de los arranques más impactantes que recuerdo. Con las primeras notas de Thunderstruck es imposible no notar ese cosquilleo de emoción que se despierta cuando notas que estás escuchando uno de esos temas que llaman a las puertas del Olimpo de los top para quedarse allí definitivamente.


Puedes entonces caer en la paradoja de pensar que ese es el gran tema del disco, y que lo demás será el irritante relleno que, en dosis variables, habías encontrado en discos anteriores. Y he dicho paradoja, y no error, porque en realidad esto es a la vez cierto y totalmente falso, porque siendo cierto que al final de la escucha, y cómo ha demostrado el tiempo al convertirla en una canción fija de todos sus conciertos, es de largo la mejor canción del disco. Pero es completamente falso que las demás actúen solo como meros comparsas de relleno. La energía y la electricidad siguen engordando la factura de la luz con Fire your guns, y la cadencia y el gancho del estribillo de Money Talks la sitúan como prima hermana de Shook me all night long.

Se nota el cuidado que dedicaron a facturar el tema The Razors Edge, no en vano es la canción que da título al disco, y sin embargo todo el atrezzo no consigue esconder que la canción tiene menos potencia que los tres torpedos de propulsión del arranque. Y quizá esa sea la tónica general del resto del disco, canciones correctas y efectivas como Mistress for Christmas o Rock your heart out, que agotan su batería un poco antes y se quedan alojadas en un segundo escalón, sin llegar a tocar la gloria con los dedos.


De nuevo dejo adrede el "quizá", porque la segunda parte del disco aún tiene petardazos de amplia onda expansiva en la pegadiza Are you Ready o en la rotunda Got you by the balls (Te tiene cogido por las pelotas), y el buen tono general no decae excesivamente en los posteriores Shot of love o Let's make it, aunque la fórmula elegida para la producción, basada en cierta sofisticación y limpieza del característico sonido de la banda, y una orientación más comercial de lo habitual en los temas, empiece a dar ya síntomas de agotamiento.

Y es entonces cuando, cual brigada de rescate que aparece derrapando y haciendo sonar las siernas, el oficio (Goodbye and good riddance to bad luck) y la fuerza bruta (If you dare) llegan a tiempo de cerrar el disco en un punto alto, haciendo que los australianos sobrevivan una vez más, y con nota, a uno de sus peligrosos paseos por el filo de la navaja.

sábado, 28 de marzo de 2020

Canciones que nos emocionan: Sabbath Bloody Sabbath, Black Sabbath

Sabbath Bloody Sabbath


     En 1973, después de su gira mundial, Ozzy Osbourne (voz), Tony Iommi (guitarra), Geezer Butler (bajo) y Bill Ward (batería), o lo que es lo mismo, Black Sabbath se marchan a Los Ángeles para trabajar en su siguiente álbum, el quinto de estudio de la formación británica. La formación decidió regresa a los Record Plant estudios, ya que habían quedado muy satisfechos con los resultados de su cuarto álbum el Vol. 4, que habían grabado allí.

     Alquilaron una casa en la zona residencial de Bel Air en verano de 1973, pero el cansancio acumulado y el abuso de las drogas les impidió sacar ningún tema. Al respecto Tony Iommi comentaba que todo el mundo estaba esperando a que a él se le ocurriera algo, ya que si a él no se le ocurría nada, nadie haría nada, y el en aquel momento se encontraba realmente atascado. La banda estaba literalmente agotada.
Después de un mes en Los Ángeles sin resultado alguno producto del agotamiento y las drogas, la banda decide regresar al Reino Unido, concretamente a la localidad de Forest of Dean, en Gloucestershire, donde se encuentra famoso castillo Clearwell Castle, lugar donde ya habían grabado bandas como Led Zeppelin, Mott The Hople ó Deep Purple. Los alrededores, más tranquilos y de estilo medieval parece que sentaron bien a la banda. La banda solía ensayar en las mazmorras del castillo, y fue allí donde a Tony se le ocurrió el riff principal del tema Sabbath Bloody Sabbath, que marcaría la pauta y la dirección del nuevo disco.

     El álbum Sabbath Bloody Sabbath sería grabado en los Morgan Studios de Londres, producido por la misma banda y publicado en diciembre de 1973. Un álbum que tendría una gran recepción tanto de la crítica cómo del público. Incluido en el disco, encontramos el primer tema que además da título al álbum, Sabbath Bloody Sabbath, otro de esos temas que a mí tanto me emocionan. La composición del tema está acreditado a los cuatro componentes de la banda, y hace referencia al lado más comercial del negocio discográfico, donde todo el mundo, agentes discográficos, gerentes, contables, abogados, etc, intentaba sacar provecho de la banda. Durante el bloqueo a la hora de componer de la banda, ésta había sentido muy de cerca todos los enredos legales y presiones por parte gerentes, abogados, etc, para que sacaran material que les proporcionara sus suculentas ganancias. El título es una referencia al conocido Sunday Bloody Sunday, donde los soldados británicos mataron a 13 manifestantes en Derry, Irlanda del norte, el 30 de enero de 1972. La zona, conocida como el Ulster fue el escenario de un larguísimo conflicto entre los irlandeses protestantes que querían ser británicos, y los irlandeses católicos que querían separarse del gobierno británico.

You've seen life through distorted eyes

You know you had to learn
The execution of your mind
You really had to turn
The race is run the book is read
The end begins to show
The truth is out, the lies are old
But you don't want to know
Nobody will ever let you know

When you ask the reasons why
They just tell you that you're on your own
Fill your head all full of lies
The people who have crippled you

You want to see them burn
The gates of life have closed on you
And now there's just no return
You're wishing that the hands of doom
Could take your mind away
And you don't care if you don't see again
The light of day
Nobody will ever let you know

When you ask the reasons why
They just tell you that you're on your own
Fill your head all full of lies
You bastards
Where can you run to

What more can you do
No more tomorrow
Life is killing you
Dreams turn to nightmares
Heaven turns to hell
Burned out confusion
Nothing more to tell, yeah
Everything around you

What's it coming to
God knows as your dog knows
Bog blast all of you
Sabbath bloody Sabbath
Nothing more to do
Living just for dying
Dying just for you, yeah

viernes, 27 de marzo de 2020

El disco de la semana 170: Los Toreros Muertos - Por Biafra



Para el disco de la semana 170 hemos pensado que, en estos tiempos de confinamiento en casa, era necesario recomendar un disco que, además de ofrecer un buen rato de entretenimiento a través de la música, aportara además una necesaria dosis de buen humor. Después de mucho reflexionar, nos hemos decidido por el segundo trabajo de la irreverente y transgresora banda española de "Los Toreros Muertos", llamados así en un claro guiño españolizado hacia el grupo punk "The Dead Kennedys".

Esta singular banda, formada en 1984 en plena movida madrileña, con influencias reconocidas y reconocibles de La Orquesta Mondragón, Javier Krahe, Madness, Talking Heads y Police, estaba formada por el polifacético actor, presentador, showman, dibujante, escritor y, en este caso, cantante Pablo Carbonell, el teclista argentino Guillermo Piccolini y el bajista Many Moure. En 1985, lanzaron su primer sencillo "Yo no me llamo Javier" y en 1986 llegó su debut de larga duración, con el irreverentemente título de "30 años de éxitos", más propio de una recopilación de los temas de una banda consolidada que del debut de un grupo nuevo. Tras este aclamado disco de debut, en el que además de la citada "Yo no me llamo Javier"  incluía el imprescindible megahit de "Mi agüita amarilla", llegó en 1987 la esperada continuación con "Por Biafra", el segundo disco de la banda.


POR BIAFRA

Aunque 9 de cada 10 críticos entrevistados estarían de acuerdo en que el primer disco es más brillante en su conjunto, el azúcar que hizo que el décimo dentista cayera en la tentación está muy presente en este "Por Biafra" aunque no lograra el éxito mediático de su antecesor. El disco arranca con el estilo efectivo y socarrón de "Mama" y sus coros de estilo "bestiapardista", canción que continúa la senda musical marcada en el disco anterior, genial el momento en que se para la música y Pablo clama: "¡Mamá, creí que era mejor, en lugar de un telegrama, cantarte esta canción!".


"El cielo es azul" descarrila musicalmente hacia ritmos étnicos sin tomarse demasiado en serio su propia propuesta ecléctica, quedando a medio camino en todos los sentidos y marcando uno delos puntos más flojos del disco, mientras que el hit "On the desk" es la genial visión de una clase de inglés desde la perspectiva del joven alumno y su rudimentaria pronunciación y su limitado conocimiento. En las actuaciones, Pablo Carbonell aparecía vestido con el característico "baby" que muchos hemos llevado durante el período de educación infantil, antes conocido como "parvulitos". Apoyado en un tono cabaretero y una efectiva sección de viento, y con el toque justo de actitud punky en la forma de cantar de Pablo y los coros de brutotes. Imprescindible.




Con la llegada de "Los niños de colores" se les fastidia la fiesta a los protagonistas de la canción, pero al mismo tiempo al oyente del disco le ocurre exactamente lo contrario. Los brillantes cambios de ritmo van de la balada insulsa y tontorrona bajo una capa de teclados y guitarras pseudo trascendentales, al desatado punk de la batería, las guitarras y el desatado estribillo de "Los niños de colores me tocan los c...", como parte central de la divertida y transgresora letra. todo el conjunto hace que, por primera vez desde que comenzó la escucha, te levantes del asiento para pegar botes.



En una línea parecida de actitud punky estaría "En mi portal", con un toque más reivindicativo y de crítica social (enorme la carga cínica del estribillo "Por favor no te mueras en mi portal") y un envoltorio musical decididamente ska. Gran cierre para lo que antaño era la cara A, y efectiva antesala de la socarrona "Para ti"la brillante sátira sobre las melosas canciones de amor en las que el cantante recita, con voz seductora, tiernos mensajes de amor en las estrofas, para despegar después con un estribillo cantado. Sólo que aquí, los mensajes son absolutamente irreverentes, incluyendo ingeniosas rimas en las que piden a la chica que trate el regalo de su canción con cariño ("Dale la papilla, acuéstala a tu lado, hazle un francés, y recuerda que es... ¡Para ti!") a rezos infantiles ("Jesusito de mi vida... ¡Jesús, que vida llevo!") y referencias a rezos infantiles ("Jesusito de mi vida... ¡Jesús, que vida llevo!"). Simplemente genial.


Le sigue otro de los momentos álgidos con "Pilar", que recuerda en temática a ese otro gran éxito de la irreverencia hecha música que fue "La Ramona" de Fernando Esteso. Descarada y rockabilly,  fue un tema de enorme éxito en Espña y, sobre todo, en varios países de Sudamérica, gracias a su socarrona y efectiva letra ("Pilar no tiene bicicleta, pero tiene un buen par de...)


Descansamos de tanta irreverencia básica e inmediata con "En un cuarto de baño", un tema más pop que sus predecesores en el disco, probablemente el segundo momento bajo del disco, en el que parecen parodiar a los Hombres G en el modo de cantar. En su tramo final contiene el estribillo del siguiente tema, uno de los grandes petardazos del disco y de la carrera de este grupo. De nuevo a través de la ingenua y a la vez ácida visión de un niño sobre lo que le gusta hacer en compañía de sus amigos. Este genial tema lleva el nombre de uno de esos amigos y cuenta con uno de los estribillos más emblemáticos y atemporales del pop español. Alguna de las bromas de "Manolito" no se entendería bien hoy en día y hasta podría ser tildada de machista, pero eso equivaldría a tomarse en serio a un grupo que, básicamente, pretendía reírse del sistema, del prójimo, y hasta de ellos mismos.

"Vámonos al campo" es poco más de un minuto y medio en clave de punk socarrón y una temática que esta semana sería imposible de reproducir ("En está ciudad no aguanto, vámonos al campo, esto es un espanto"). Efectiva pero anecdótica comparada con algunas de las grandes canciones anteriores.

El disco cierra a buen nivel con la romántica "Dime Guau", en la que el protagonista se levanta resacoso una mañana y, aparentemente, echa de menos a su pareja o su ligue de noche. Pero como buena canción de Los Toreros Muertos, no podía moverse en terrenos tan convencionales sin soltar un estacazo, y al llegar al estribillo nos genera la sospecha de que pudiera estar hablando realmente de un caso de zoofilia con su mascota. Bromas aparte, es también la canción en la que aprovechan para demostrar que, instrumentalmente, son además unos músicos más que solventes.

Conforme el volumen de este último tema va bajando y se atisba el final, el cuerpo nos pide volver a escuchar los buques insignias del disco, y volver a reír con las tontorronas peripecias de "Pilar" y "Manolito", y sonrojarnos con sus bobalicones acercamientos amorosos ("Para ti"), sus simpáticos avances con el inglés ("On the desk") y sus alocadas fiestas de instituto, disfrutando de ese fugaz instante que nació ya condenado a no poder durar, porque en cualquier momento, para fastidiarlo todo, entrarán por la puerta los malditos "niños de colores".

jueves, 26 de marzo de 2020

Canciones que nos emocionan: Strange Brew, Cream

Disraeli Gears, Cream


     En 1967 Jack Bruce, Ginger Baker y Eric Clapton, o lo que es lo mismo, la formación británica Cream publica su segundo álbum de estudio, Disraeli Gears. Un álbum donde la banda mezcla el blues con un sonido más psicodélico. La portada del álbum fue creada por Martin Sharp, un conocido artista, dibujante, compositor y cineasta australiano. Sharp además crearía posteriormente también la portada del álbum de la banda Wheels Of Fire, y co-escribió Tales Of Brave Ulysses junto con Eric Clapton. La portada del disco consiste en un collage psicodélico con el título centrado y el nombre del grupo a continuación, rodeado de un arreglo floral. Lo que Martin Sharp intentó fue captar el sonido de la música de la banda en la portada del disco, un sonido que definió como "sonido fluorescente clásico".

     El álbum fue grabado en los Atlantic Studios deNueva York en el mes de mayo de 1967, ya que el sello discográfico de Cream, ATCO, no era más que una subsidiaria que pertenecía al poderoso sello Atlantic Records. De la producción del disco se encargaría Felix Pappalardi, quien luego se forjaría una brillante carrera como miembro del grupo Mountain junto con Leslie West. En cuanto al título del álbum, este fue concebido a partir de que el roadie de la banda Mike Turner pronunciara mal una palabra. El roadie, al parecer, cuando se encontraba hablando de bicicletas, para referirse al cambio de las mismas, el cual se pronunciaba Di-rail-yer (un cambio que se usaba frecuentemente en las bicicletas de 10 velocidades que había por entonces), pronunció la palabra de la siguiente manera, Disraeli, y curiosamente Disraeli hacía referencia a un primer ministro británico del siglo XIX, Benjamin Disraeli. El grupo en ese instante tuvo claro cuál debía ser el título del álbum.

     Incluido en este disco, siendo además el primer corte, se encuentra Strange Brew, otro de esos temas que a mí tanto me emocionan. En abril de 1967 la banda había grabado para este disco una canción llamda Lawdy Mama, de la cuál hicieron dos versiones, una más blues y otra con un estilo más rock & roll. Felix Pappalardi, el productor tomó la versión mas rock & roll del tema, escribió nuevas letras junto a su esposa Gail Collins y Eric clapton se hizo cargo de los arreglos y de interpretar la parte vocal en vez de jack Bruce. La letra del tema podría hacer referencia a las drogas o a una mujer debido al sentido de la letra, que contiene frases del tipo "Strange brew, kill what's inside of you / Extraña cerveza, mata lo que hay dentro de tí", "She's some kind of demon messing in the glue / ella es una especie de demonio jugando con el pegamento". La composición del tema está atribuida a Felix Pappalardi, su mujer Gail CollinsEric Clapton. sobre Strange BrewClapton consideraba que Pappalardi había conseguido a partir de Lawdy Mama un tema más pop sin destruir el ritmo original. El álbum fue publicado en noviembre de 1967, pero Strange Brew fue publicado en junio de 1967 como sencillo y adelanto del disco.

Strange brew, kill what's inside of you.
She's a witch of trouble in electric blue,

In her own mad mind she's in love with you.

With you.
Now what you gonna do?
Strange brew, kill what's inside of you.
She's some kind of demon messing in the glue.

If you don't watch out it'll stick to you.

To you.
What kind of fool are you?
Strange brew, kill what's inside of you.
On a boat in the middle of a raging sea,

She would make a scene for it all to be

Ignored.
And wouldn't you be bored?
Strange brew, kill what's inside of you.
Strange brew, strange brew, strange brew, strange brew.

Strange brew, kill what's inside of you

miércoles, 25 de marzo de 2020

AC/DC Live At River Plate, December 2009 (Mes AC/DC)


AC/DC Live At River Plate, December 2009

Si hablamos de conciertos, debemos hablar de uno en particular, y como estamos en el #MesDeAC/DC en #7dias7notas, que mejor momento que hablemos del show que ha dado la banda Australiana AC/DC, en el estadio River Plate de la ciudad de buenos aires.    

Un show de 200.000 almas de argentinos que al escuchar la voz de Brian Johnson decir “No hablamos muy bien español”, y luego agrego “¡pero hablamos rock and roll bastante bien!!”, así que esa noche del 2 de diciembre de 2009 en Buenos Aires, a más de 20 años de ese show se escucho un solo sonido que incluía distorsión intensa, voces agudas, cuernos de diablos y sí, un Angus Young en gran forma y fondo, el escolar más viejo de la historia siendo sin duda uno de los protagonistas de la noche.


El show comienza con un montaje en video de un avatar de la banda que llega con “Rock N’ Roll Train” y que nos atrapa a través de su gratificante estridencia característica para varias canciones emblemáticas de la banda, incluida la favorita de todos “Back in Black”.

Esa noche tiene un descanso con “Big Jack” ofrecen un descanso refrescante de la sección del ritmo del más puro Rock N' Roll proporcionada por Angus y Malcolm Young, Cliff Williams y Phil Rudd. 

Pero verlo a Johnson y al strip tease de Angus, quienes no dejan de tener su marca registrada ambos en el escenario que pese a pasar el medio siglo de vida en aquel entonces.

Fueron 3 noches de puro rock lo que vivieron los 200.000 espectadores en el estadio de River Plate, 
Clásicos tan populares como “Dirty Deeds” y “Thunderstruck” animan a los rockeros recuerdan a un juego de fútbol, en este estadio muchos de los argentinos ahí presentes ya han vivido grandes épicas con la pasión de multitudes como es el fútbol, pero esa noche las canciones de AC/DC elevan como un himno el rock n' roll, todo el estado es testigo de esa pasión.


La banda presentan las nuevas canciones, y estas son de un nivel aplastante Johnson no deja de sacar sus caracteristicos chillidos, junto a letras de sexo, alcohol y esta de más decirlo, porque te lo imaginaras, SI!, puro Rock 'n Roll. 

Y llega el momento en que Johnson canta “Hells Bells”, y Angus se ve que no para. Los Fans metaleros llevan la sonrisa en sus caras reviviendo una gran variedad de himnos de la banda, la noche se había convertido en única y especial.  

En escena Angus (a sus increíbles 56 años) atraviesa el escenario desfila alegremente con su famoso paso de pato heredado del gran Chuck Berry. Su hermano, Malcolm, lo mismo pero muy en su interior, mientras que un “He has the devil in his fingers and blues in his soul!” (“¡Tiene al diablo en sus dedos y blues en su alma!”), suena en la proclama de Johnson mientras se pavonean juntos en el frente. Los ánimos y escenario literalmente se incendian durante “For a Those About to Rock” y los fuegos artificiales señalan el final de una noche llena de poder.


Pero este show no solo ha quedado esa noche junto a esas fans, sino como una gran producción fílmica que fue dirigida por David Mallet, el concierto fue filmado completamente en HD por 32 cámaras, la impresionante fiesta de guitarras en distorsión continua durante 110 minutos muestra el histórico regreso de la banda australiana a Buenos Aires luego de 13 años de ausencia de Argentina, donde atacaron su catálogo de cuatro décadas frente a casi 200,000 fanáticos.

Aquí tienes una muestra de aquel maravilloso show. 



AC/DC - Rock N Roll Train (Live At River Plate, December 2009)



AC/DC - Highway to Hell (Live At River Plate, December 2009)


Daniel 
Instagram Storyboy

lunes, 23 de marzo de 2020

La música en historias: Los fideos de James Brown

James Brown


     Nissin Foods es el nombre de una compañía japonesa fundada en 1948, y que se dedica a la fabricación y producción de Ramen instantáneo. el Ramen es un plato japonés que consiste en un preparado a base de carne, miso (condimento aromatizante a base de semillas de soja, cereales y sal marina fermentada) y salsa de soja así como diferentes guarniciones, ya sean carne de cerdo, algas o cebolleta. Los famosos fideos instantáneos, tan de moda en la actualidad, fueron inventados por el fundador de esta compañía, Momofuku Ando en 1958. La compañía Nissin Foods, decidió crear la marca de fideos instantáneos en vaso Cup Noodle en 1971.

     La empresa surge como la necesidad de una empresa subsidiaria que se dedicara a la exportación de estos fideos instantáneos. Se empezaron a exportar a Estados Unidos en 1973, y como allí la gente no estaba habituada al formato empaquetado de los fideos instantáneos, Momofuku apostó por la presentación de los mismos en un vaso de poliestireno. En Estados Unidos se vendían bajo el nombre de Cup O'Noddles, si bien a partir de 1993 se empiezan a vender bajo el nombre de Cup Noodles.

     Los fideos instantáneos Cup Noodles se convirtieron rápidamente en la mayor fuente de ingresos de Nissin Foods. A principio de los años 90, la empresa entro en recesión, pero esta busco una solución para remontar, que le pondría otra vez en la brecha del éxito y los beneficios. Decidieron fichar a una cara conocida para que fuera el rostro publicitario de la marca. Aquel fichaje fue ni más ni menos que James Brown, el padrino del soul, quién adaptó su clásico Sex Machine para anunciar los fideos. Y así en vez de gritar "geroppa", en su lugar gritaba "misoppa". Ni que decir tiene que el fichaje de James Brown fue todo un acierto, y aquél anuncio todo un éxito.


 

domingo, 22 de marzo de 2020

AC/DC - Back in black (Mes AC/DC)


AC/DC - Back in black


Este magnífico disco, tan escuchado, y compañero de tantas batallas, es un disco fiel y leal que sería imposible calificarlo con menos de 5 estrellas.

De principio a fin, su nivel es óptimo, sigue siendo 100% AC/DC, rock and roll, convicción, consecuente y magistral en el manejo de los tiempos. Aquí se produce la explosión mundial de AC/DC.

Hells Bells, la banda había encargado a una fundición de Loughborough, que fundiera una enorme campana, pero al momento de la grabación no estaba lista, finalmente lo que quedó registrado es un campanario, grabado con un equipo móvil. Monumental canción, extraordinarios riffs, perfecto manejo del tiempo ¿y la entrada de los Young?, Casi sin palabras, la banda claro que está herida, pero aquí suenan como una roca, son un bólido, están llenos de vida y fortalecidos. Estas campanas del infierno, son una oda al Rock, todo un torbellino de talento. ¡Qué debut de Brian! es el debut soñado, un himno instantáneo, titular indiscutido de las presentaciones en vivo hasta hoy, es su primer cañonazo como frontman, apertura de un disco que termina siendo toda una declaración de principios y una celebración del deseo de seguir en la cima.

Shoot To Thrill, es pura potencia, cruda armonía, te prende a la primera, los riffs son la especialidad de la casa, marca “Young”, fiestero, alegre, de juerga, ¡Que nadie me interrumpa ni se cruce en mi camino, AC/DC me está partiendo en pedazos, y soy feliz! solamente con estas dos canciones, el disco ya te ha gustado. Brian ya lleva dos cañonazos de dos, ¡mejor imposible!

What Do You Do For Money Honey, el tronar de platillos y guitarras, machacan el comienzo, los Young, como una fiera están al acecho, entran, y la obra se completa, pues bien, otra maravilla, Brian se luce, su capacidad vocal alcanza todos los registros, ya convenció y se adueña de la situación. Para Brian, nuevamente un nivel óptimo, tres de tres. Phil, acompaña con una maestría inigualable, exacto, con precisión quirúrgica, maneja a la perfección su rol, no destella, pero sabe en todo momento, qué, cómo y cuándo hacer, su percusión nunca falla.
Given The Dog a Bone, no cabe duda que Brian ha llegado para quedarse, es su debut , y lo hace en grande, alcanza agudos e inimitables tonos, marcando el sello de AC/DC, inconfundible ,el riff nos abduce al goce, agitar eternamente la cabeza y ojalá ser electrificado por un eterno voltaje llamado AC/DC.

Let Me Put My Love InTo You, exquisito comienzo, Cliff suena fuerte y claro, como los latidos de un corazón gigante saturado de sangre. Bajando las revoluciones del temazo anterior, este nos muestra a todos una joya, dejándonos seducidos, atrapados, totalmente entregados para penetrar, y como no, si Brian nos da la clave: No te resistas, no ofrezcas pelea, no te preocupes porque es tu turno esta noche, déjame introducir mi amor en ti nena ¡Explícito! nunca mejor dicho.
Back in Black, sin presentaciones de ningún tipo, esta canción nace para pertenecerle a la humanidad, se desprende de sus creadores, quienes levitan junto a los dioses para dar vida a este diamante negro, da nombre al disco y es la semilla de tanta cosecha, tanta influencia e infructuosa imitación.

You Shook Me All Night Long, es de acero puro, y así quieres estar, duro, en la cama, toda la noche, sin poesía, velas ni préambulos, nada que te haga perder el tiempo, sólo dándole toda la noche a una exuberante mujer, que te deje sin aliento, todo sudado, ella exhausta por tu performance, tú parado frente a ella ofreciéndole más, “sólo si se le puede”, AC/DC está contigo.

Have A Drink On Me , es todo un bluserorockanrol, la creatividad de los Young está por la nubes, el disco ya despegó hace bastante rato, ya te ha embrujado, ¡ríndete! este disco de luto no tiene límites y el cielo no será suficiente.
Shake A Leg, acelerado temazo, es una inyección de adrenalina, a esta altura el disco ya está en otro nivel, aunque no tenga nada que seguir demostrando, te sigue fascinando y sorprendiendo, el punto final, claramente no existe. Este temazo muestra el momento de empezar a festejar una victoria , porque los muchachos han vuelto lo han logrado y triunfado con creces, lo laureles son para ellos.

Rock And Roll Ain´t Noise Pollution, me evoca todo, bar, cerveza, humo, noche, el siempre presente blues, ebrios, por cierto ¡yo soy uno de ellos! Y qué importa, el trabajo está hecho, todo ha resultado a la perfección, todos han funcionado y rendido con una maestría suprema, el disco es sublime. Glorioso el destino que juntó a estos genios, Bon a lo lejos, debió quedar más que satisfecho y honrado con su merecido homenaje, con este gran tributo, que nació para una vez más, hacer de AC/DC una banda inmortal. 

sábado, 21 de marzo de 2020

Ruta 77: Las 7 canciones de Antonio "@saglez63"





     Tras despedirnos de Luis "El5Heroe" y darle las gracias por haber sido tan excelente anfitrión en su Zaragoza natal , nos subimos al coche, pues tenemos un viaje a Madrid, donde nos espera nuestro siguiente amigo, Antonio, otro habitual de nuestras tertulias en Telegram y que tiene una cuenta en Twitter bajo el nombre @saglez63.

     En esta ocasión es Chema el que conduce, a su lado en el lugar del copiloto viaja en esta ocasión Storyboy, que duerme como un bebé, detrás viajamos Nevermind y yo. Durante el trayecto Nevermind nos relata la rara experiencia con el Mayor Tom durante el viaje anterior para visitar a Luis, cosa que agradacemos, pues estamos tan entretenidos que cuando nos queremos dar cuenta ya hemos llegado a Madrid, concretamente a la estación de Pirámides, donde hemos quedado con Antonio, que ha querido citarnos en su antiguo barrio.


     Hemos llegado pronto, tras cinco minutos esperando en la puerta observamos saliendo de la estación entre el gentío a nuestro querido Antonio, lleva los cascos puestos, ya que aprovecha los trayectos de casa al trabajo y del trabajo a casa para escuchar música, una de sus pasiones. Su alegría al vernos es grande, y tras saludarnos y darnos los correspondientes abrazos Antonio nos comenta que quiere hacer algo muy especial por nuestra visita, y por eso nos ha citado en su antiguo barrio, a la rivera del Manzanares. Nos invita a acompañarle, dando un paseo hasta nuestro próximo destino, del que no desvela nada por tratarse de una sorpresa. Mientras charlamos vamos tranquilamente paseando, primero pasando por la Glorieta de Pirámides, para luego embocar dirección a lo poco que queda del estadio Vicente Calderón. En ese momento, me fijo y observo como Antonio mira a la derruida grada que todavía queda en pie mientras se le escapa alguna lágrima, qué grandes recuerdos.







     Después cogemos el paseo de los Melancólicos, mientras Antonio nos indica el gran solar que queda a la derecha y nos habla de la antigua fábrica de Mahou, que estuvo allí hasta hace algunos años. Seguimos hasta llegar al Paseo de Pontones y giramos a la izquierda, cruzamos hacia el otro lado del Manzanares por el Puente de San Isidro hasta llegar al Paseo de la Ermita del Santo. Hace buena tarde, entre la buena compañía de Antonio y la amena charla que tenemos, el paseo, que se agradece, se hace corto. Después de callejear por un par de calles aledañas al paseo Antonio se detiene frente a un bar, el bar de Juan, uno de los lugares que le ha visto crecer. Hemos tenido un viaje largo y antes de ir hacia nuestra sorpresa, quiere invitarnos a tomar algo fresco. El bar lo regenta el mísmo Juan, al que conoce de toda la vida. Antonio hace las presentaciones, y Juan hace que nos sintamos en seguida como en casa. Tomamos unos revitalizantes refrescos, y tras pasar una agradable media hora llega la hora de irnos, por lo que procedemos a despedirnos de Juan y darle la gracias por atendernos como se merece.

     Salimos del bar de Juan, atravasemos varias callejuelas hasta llegar a una pequeña plaza, y allí oculto, en una esquina está nuestro destino, un gigantesco local, con un cartel en la fachada donde se puede leer CRV, Tu centro de Realidad virtual. Nos miramos Chema, Storyboy, Nervermind y yo extrañados, y Antonio nos mira y se ríe, sabe que estamos desubicados y no tenemos ni idea de lo que tiene preparado para nosotros.

     Entramos por la puerta, al frente un amplio mostrador donde Antonio se acerca y le dice algo a la recepcionista  que se encuentra al otro lado que en ese momento coge el teléfono, y tras colgar, a los treinta segundos aparece un hombre que nos pide que le acompañemos. Nos lleva a una amplia sala, el decorado de las paredes es de una azul muy suave, tendrá unos 50 metros cuadrados y está dotada de unas 3 filas de cinco butacas cada una. El hombre nos explica a todos los presentes que estamos en una sala de realidad virtual, nos pide que elijamos asiento, y una vez sentados, nos explica el funcionamiento, vamos a vivir una experiencia que nos han preparado basándose en una serie de parametros y premisas que Antonio les ha facilitado, es su sorpresa para con nosotros, quiere que vivamos la experiencia de sus siete canciones de una forma muy especial. Los nervios y la excitación del momento son grandes, no esperábamos tal cosa, estamos nerviosos. El momento ha llegado, el hombre nos pide que nos pongamos las gafas y los cascos que hay conectados al asiento en el cual nos encontramos cada uno, procedemos, la aventura de Antonio comienza...


     Los instantes previos al comienzo de la experiencia se me hacen ciertamente largos, estoy algo nervioso, ¿Qué nos habrá preparado Antonio?, de repente, tras un pitido, todo comienza, y me encuentro sentado en el interior del mítico cine Covadonga, más conocido como "La covacha", situado en la Calle Lopez de Hoyos 161 de Madrid. A ambos lados tengo a Antonio, Nevermind, Storyboy y Chema, me fijo un poco más y veo también a Juanito, el Sasa, Josito, Miguel y el Grillo, todos sentados, ¡Somos La pandilla!. En el proyector estamos viendo la película The song remains the same, la película que se lanzó en 1976 sobre una gira y otras secuencias de fantasía de la banda Led Zeppelin. En concreto estamos viendo el tema Rock and Roll, tema que tiene la particularidad de ser uno de los pocos temas del grupo en los que aparece un músico adicional en la grabación del tema en estudio, el teclista Ian Stewart, el teclista de los Rolling Stones. Miro a ambos lados y veo al resto de la pandilla, algunos botando literalmente del asiento, otros meneando la cabeza, y otros haciendo air guitar con la manos, ¡cómo estamos disfrutando!.


     Acaba de sonar Rock and Roll de Led Zeppelin y de repente el escenario cambia completamente, ¡qué pasada, estan real!. No se cómo, pero ahora nos encontramos Antonio, yo y el resto de la pandilla en la Pradera de San Isidro. Son la fiestas de San Isidro y la pradera está abarrotada, y nos encontramos en corro todos charlando y riendo mientras compartimos unos cuantos minis de cerveza. Un momento, me fijo al fondo, hay un escenario y arriba hay alguien tocando, cuando agudizo el oído y dejo la conversación que transcurre entre la pandilla, me percato que arriba del escanario están Tony, Ramiro y Rosendo, ¡Son Leño!, y el tema que están tocando en este instante es Entre las cejas, tema compuesto por los tres componentes del grupo, y publicado en su tercer y último álbum de estudio, Corre, corre en 1982 bajo la discográfica Chapa/Zafiro. Cuando me quiero dar cuenta estamos toda la pandilla pegando botes al son de la canción de Leño.


     Acaban los últimos acordes del tema y de repente me veo transportado otra vez, me fijo un poco y rápidamente me ubico, me encuentro con el resto de la pandilla en el Canci, como se conocía popularmente a la mítica sala de conciertos madrilleña Canciller, ubicada al lado del metro de Ventas, en el madrileño barrio de Ventas. En el escenario reconozco enseguida a Klaus Maine agarrando el micrófono y haciendo florituras con él mientras canta, secundado por Rudolf Schenker que le secunda mientras saltan chispas literalmente de su guitarra. El tema que está sonando es Rock You Like A Hurricane, tema incluido en el noveno álbum de estudio de la banda, Love At First Sting, y compuesta por Klaus Maine  y el baterista Herman Rarebell que se encargaron de las letras, y Rudolf Schenker que lo hizo de la música. Un tema que habla de la actitud y la sexualidad y que demoraron dos años en sacarlo, pues estaban buscando el momento idóneo para hacerlo.


     Se acaba el tema y me preparo, pues se que viene otro cambio de escenario, y ¡plas!, un momento, estoy en la misma sala, pero en esta ocasión me encuentro encima del escenario sentado delante de una batería aporreándola con las baquetas como si no hubiera un mañana, reconozco inmediatamente la intro que estoy haciendo, ni más ni menos que The Number Of The Beast. Empiezo a ser consciente y comprender la situación, me he reencarnado en Nicko McBrain, el baterista de Iron Maiden, la sala está llena, miro delante y viene hacia mí el cantante Bruce Dickinson....¡No! es ¡Antonio! que está cantando y pegando saltos, y se encuentra flanqueado a los lados por los guitarristas Storyboy "Dave Murray y Nevermind "Janick Gers", y el bajista Chema "Steve Harris". Menudo subidón estar en la piel de Dickinson, Harris y compañía, y poder sentir al público disfrutando, bailando y coreando los temas que estás tocando. Me fijo en la primera línea del público y puedo ver al resto de la pandilla disfrutando de lo lindo. Este tema fue compuesto por Steve Harris en 1982 para el disco del mismo nombre, y se inspiró en la película The Omen: Damien. Steve Harris siempre defendió que el tema trataba de un sueño y no de la adoración del diablo.


     El tema llega a su fín con el clásico redoble de batería que yo me marco, y justo al finalizar el último toque, las baquetas desaparecen de mis manos y me encuentro con Antonio y todos los demás paseando por la calle Bailén, es temprano, está amaneciendo, vamos charlando, riendo y comentando lo bien que lo hemos pasado en el Canci todos. Apenas hay nadie en la calle, por lo que distingo fácilmente en la lejanía a un músico ambulante en un lado de la calle, está de pie con una guitarra. Al llegar a su altura, Antonio mira al músico sonríe y le saluda efusivamente, éste se acerca a Antonio y se dan un abrazo, me fijo bien y no lo puedo creer, es ¡Antonio Flores!. Acabado el abrazo, Antonio Flores saluda también a el Sasa, Miguel y todo el resto de la pandilla, que se apresura a presentarnos al músico. Una vez presentados y tras una breve charla, el Maestro nos cuenta que ha salido de casa temprano, pues no podía dormir, y le apetecía pasear y buscar un lugar tranquilo en la calle para tocar, y que el siguiente tema nos lo va a dedicar a la pandilla. Dicho esto, hacemos el correspondiente coro alrededor del músico, y éste agarra con firmeza su guitarra y empieza a rasgarla, acto seguido comienza a cantar: "Allí donde s e cruzan los caminos / donde el mar no se puede concebir / donde regresa siempre el fugitivo / pongamos que hablo de Madrid..."




     "...cuando la muerte venga a visitarme / no me despiertes, déjame morir / aquí he vivido, aquí quiero quedarme / pongamos que hablo de Madrid". Acaban los últimos acordes y toda la pandilla aplaudimos a al Maestro Flores emocionados, con alguna lagrimilla que otra producto de la emoción. No me ha dado tiempo a gritarle "Bravo Maestro" cuando el escenario vuelve a cambiar, sigo en la calle Bailén, pero ahora es de noche y estoy corriendo, a mi lado corren todos los demás, Antonio, el Sasa, Miguel, Juanito, Josito, el Grillo, Nevermind, Storyboy y Chema, y de fondo, como si de la banda sonora de una película se tratase, está sonando Stairway To Heaven, de Led Zeppelin. Llegamos a la altura de la Catedral de la Almudena, todavía en obras, pues no está acabada, nos colamos por un hueco de la verja al interior del recinto de la catedral. Nuestro objetivo es claro, llegar a lo alto de la torre más cercana a la calle Bailén, pero debemos ir despacio y no armar mucho ruido, pues en el interior de la catedral viven numerosos vagabundos que suelen buscar resguardo de la intemperie y no queremos molestarlos. Mientras estamos inmersos en nuestro objetivo Plant y compañía siguen sonando de fondo, ahora conseguimos llegar a una escalinata de hierro que hay en una de las aristas del tercer cuerpo de la torre, y procedemos a subirla, nuestra propia escalera hasta el cielo, pues esa escalinata da a un balcón de la cúpula, y mientras Stairway to Heaven rompe y llega al punto álgido del tema, yo estoy disfrutando de una de las vistas más bellas que he visto nunca del Madrid de los Austrias. Mereció la pena el riesgo y la aventura.


   Stairway to Heaven está llegando a su fín, y yo sigo contemplando las vistas de Madrid desde la cúpula. Voy a apurar hasta el último acorde, pues se que esta escena no puede ser para siempre, y justo en ese momento suena como una especie de pitido, las imágenes desaparecen y observo que las gafas se han apagado, por los cascos no suena nada y se han encendido las luces de la sala. Salimos del recinto, y mientras caminamos, los cuatro, Satoryboy, Chema, Nevermind y yo le damos las gracias a Antonio por la increíble experiencia que nos ha regalado, estamos alucinando por la experiencia que acabamos de vivir, pero Antonio nos interrumpe, todavía no ha acabado nuestra experiencia, pues nos ha mostrado únicamente seis temas, falta uno. Antonio nos dice que ese tema nos lo va mostrar en un sitio y con un entorno muy especial. Llegamos a ese lugar tan especial para Antonio, el bar de Juan, la noche está ya cayendo y hay que reponer fuerzas, y que mejor sitio para hacerlo que hacerlo allí. Juan se encuentra en una esquina de la barra, y está acompañado de cinco personas más. Según nos vamos acercando al grupo de Juan con Antonio, empiezo a reconocer al grupo, es la primera vez que los veo en persona, pero es como si los conociera de toda la vida, pues aunque no lo sepan, hemos vivido una serie de fascinantes aventuras juntos, son Miguel, el Grillo, Juanito, el Sasa y Josito. Nos abrazamos entre todos como si nos conociéramos de toda la vida. Juan se ha alejado y procede a pinchar un tema, el último tema que Antonio quería compartir en su barrio, en uno de los lugares, el bar de Juan, que le ha visto crecer, y en compañía de su pandilla de toda la vida. El tema, Wonderful Tonight, de Eric Clapton. Mientras suena el tema de Eric de fondo, nosotros comenzamos en gran compañía de Antonio y los suyos los que promete ser una noche maravillosa como colofón a un día inolvidable en el que Antonio "@saglez63" nos ha regalado no sólo siete temas, también siete pedacitos de su historia, una historia que ha querido compartir con 7dias7notas para este maravilloso viaje por la ruta 77. Muchas gracias Antonio, hasta la siguiente parada