lunes, 26 de agosto de 2024
1334 - The Who - Squeeze Box
domingo, 21 de enero de 2024
1116.- The Real Me - The Who
sábado, 20 de enero de 2024
1115.- Love Reign O'er Me - The Who
miércoles, 10 de mayo de 2023
0860.- Baba O'Riley - The Who
"Baba O'Riley" es, junto a "Won't get fooled again" y "Behind Blue Eyes", la tercera gran pieza de "Lifehouse", el abandonado proyecto de gran ópera rock en la línea de Tommy. Fue el segundo single de "Who's next", y tuvo además el honor de ser la elegida para abrir el disco. En la canción destaca, de nuevo y especialmente, el magistral uso de los teclados, que tejen una tela de araña sonora que acompaña a la perfección a los intensos ramalazos de guitarra de Pete Townshend.
Al final de la canción, poco después de que Roger Daltrey cante la mítica frase "It's only teenage wasteland" (Es solo yerma tierra adolescente) The Who nos sorprenden con la aparición de un ecléctico violín (a cargo de Dave Arbus), demostrando que "Baba O'Riley" es justo todo lo contrario, un terreno fértil de deslumbrante creatividad y maduros frutos musicales.
"Teenage Wasteland" fue precisamente el nombre inicial que planearon para la canción, pero al final se decantaron por "Baba O'Riley", en referencia al compositor minimalista Terry Riley y a Meher Baba, por entonces gurú de Pete Townshend, en lo que es un nuevo rastro de la temática conceptual y de la ópera rock de la que provienen la mayoría de temas del disco, porque la canción "Bargain" comienza curiosamente con una frase de este particular gurú: "Me encantaría perderme para encontrarte".
martes, 9 de mayo de 2023
0859.- Behind blue eyes - The Who
"Behind Blue Eyes" fue escrita por Pete Townshend como la canción principal de su proyecto de ópera rock "Lifehouse", pero cuando The Who abandonó el proyecto, fue incluida junto con otras siete canciones en el disco "Who's next" (1971), y se convirtió en el segundo single publicado para ese álbum. Como single, alcanzó el número 34 en el Billboard Hot 100 estadounidense, y se convirtió en una de las canciones más famosas de la banda inglesa.
La canción se construyó con dos partes diferentes, en lo que supuso uno de los cambios de ritmo más brillantes del disco. En la primera parte, no aparece en ningún momento la batería, en lo que el biógrafo de la banda describió después como "el tiempo más largo que Keith Moon estuvo quieto en toda su vida". Comienza con una guitarra acústica, como único acompañamiento de la voz de Roger Daltrey, y poco a poco van entrando el bajo y las armonías y arreglos. Este primer tramo funciona como balada pausada y suave, y contrasta con el abrupto arranque eléctrico con el que se da paso a la segunda parte de la canción, que muta a un rock vibrante y enérgico con un riff similar al de "Won't get fooled again" (sin duda un rastro de su origen común en la ópera rock "Lifehouse"), hasta que, al final, retoma el esquema acústico y calmado del inicio.
La letra de "Behind Blue Eyes" está escrita desde el punto de vista de Jumbo, el villano de la ópera rock "Lifehouse", mostrando en primera persona su enfado y su angustia ante la soledad y la presión que sentía dentro del argumento de "Lifehouse". El resto de miembros de The Who pensaban que la canción era en realidad un reflejo de la situación personal de Townshend tras el éxito de "Tommy" (1969), agobiado por la presión de ser el miembro de la banda que ideaba los conceptos y escribía las canciones, y al que todo el mundo preguntaba cuál sería el siguiente paso de la banda.
lunes, 8 de mayo de 2023
0858.- Won't Get Fooled Again - The Who
Tras haber entregado una de sus obras magnas, la intrincada ópera rock de Tommy (1969), The Who se embarcaron en otro megalómano proyecto al que llamaron Lifehouse, una ópera rock futurista que planeaban grabar en vivo, e interactuando abiertamente con el público. La extrema complejidad de la propuesta, y la respuesta negativa del público, más interesado en escuchar los hits anteriores, estuvo a punto de costarles la separación, y tras varios infructuosos intentos, abandonaron ese enfoque, y rescataron varias canciones de Lifehouse para grabar Who's next (1971), su quinto álbum de estudio.
Hasta ocho de los nueve temas del disco provienen del proyecto Lifehouse, y liberados del complejo hilo argumental de aquella fallida ópera rock conceptual, perfeccionaron hasta tal punto las canciones en el estudio, que terminaron por entregar su mejor disco, y algunos de los singles más relevantes de su carrera. El primero de ellos, "Won't get fooled again" ("No nos engañarán de nuevo"), es además el primer tema que se grabó para el disco, un hit de más de siete minutos en el que manejaron con maestría los sintetizadores, un recurso nada habitual para la banda hasta entonces.
En busca de un nuevo rumbo musical, el órgano y los efectos de los sintetizadores de Pete Townshend toman con fuerza el timón de la canción, mientras Daltrey escupe proclamas que son, a la vez, anti-revolucionarias e instigadoras de la lucha en las calles. Con "Won't get fooled again", eran conscientes de la utopía que se escondía tras las proclamas para cambiar el politizado orden establecido, pero sí que lograron encontrar un nuevo enfoque para su música, y facturar con ello un tema tan épico y descomunal, que cierra en todo lo alto un disco que tiene la grandiosidad y la envergadura de la ópera rock que al final no fue.
sábado, 5 de noviembre de 2022
0674.- The Seeker - The Who
jueves, 28 de julio de 2022
0574.- We're not gonna take it / See me, feel me - The Who
miércoles, 27 de julio de 2022
0573 - Pinball Wizard - The Who
martes, 26 de julio de 2022
0572.- I'm Free - The Who
I''m Free, The Who |
Tommy es considerada la ópera prima de la banda británica The Who, el cuarto álbum de estudio del grupo, y que precedió a las mini óperas que el grupo ya había compuesto anteriormente, A Quick One, While He's Away y Rael. El grupo, dentro de su creciente interés por técnicas de composición más refinadas en el campo de la música popular dentro de la década de los 60, culminó ese interés con la publicación de Tommy, su primera ópera rock completa, un disco de rock and roll con una narrativa lineal completa a través de su progresión de canciones.
Tommy es grabado entre septiembre de 1968 y marzo de 1969 en los IBC Studios de Londres, Inglaterra, bajo la producción de Kit Lambert, y publicado el 23 de mayo de 1969. El álbum se convirtió en uno de los discos más vendidos de la carrera de The Who, llegando a alcanzar la certificación de doble disco de platino al superar la cifra de los dos millones de copias vendidas, cifra únicamente superada por su disco Who's Next, publicado por el grupo dos años después.
Tommy fue compuesto en su mayoría por Pete Townshend, y se inspiró para escribirlo en las enseñanzas de Meher Baba, un gurú que enlazaba elementos de las escuelas de venta y mística a partes iguales. Townshend había sentido interés en las enseñanzas del gurú después de la publicación de The Who Sell Out en 1968.
En esta ópera rock se detallan todas las etapas de la vida del protagonista, un chico que queda sordo, mudo y ciego tras un episodio traumático. Durante su convalecencia Tommy sufre abusos de su primo Kevin y de su tío Ernie, es engañado por una prostituta que intenta curarle mediante el uso de drogas y descubre su afición al pinball, al que juega con gran éxito mediante su único sentido disponible: el tacto.
La trama evoluciona hacia la recuperación de sus sentidos cuando su madre rompe los espejos de la casa y la ganancia de adeptos que reconocen en Tommy una figura de culto por su cura milagrosa. Sin embargo, la actitud despótia de Tommy en el campamento de verano creado por su tío Ernie hace que sus discípulos le abandonen y el protagonista vuelva a refugiarse en su fuero interno.
Incluido en este doble álbum se encuentra la canción I'm Free, compuesta por Pete Townshend. Esta canción relata la visión de Tommy para iluminar a otros espiritualmente debido a su inmensa y creciente popularidad. Tommy se ha liberado porque su madre acaba de romper el espejo de la casa en el cual se encontraba atrapado y se ha liberado. El riff principal de otro de los temas del álbum, Pinball Wizard, aparece en el final de la canción. Pete Townshend escribió Tommy, pero su mánager, Kit Lambert tuvo bastante que ver, el padre de Kit era director de orquesta y bastante reputado en el mundo de la música clásica, y Kit ayudó a Pete a pensar en la idea de una ópera rock.
miércoles, 4 de mayo de 2022
0489.- Magic Bus - The Who
jueves, 17 de febrero de 2022
0413.- I can see for miles - The Who
I Can See for Miles ("Puedo ver a millas de distancia") fue el único single que The Who publicó de su disco The Who Sell Out, quizá por tratarse de un álbum que, en su mayor parte, parodiaba las canciones de las cuñas publicitarias radiofónicas, y no era fácil encontrar en él canciones que pudieran funcionar como sencillos. I can see for miles no solo lo hizo, sino que sigue siendo el sencillo de mayor éxito de la banda en los Estados Unidos, llegando al top 10 del Billboard. Su autor, Pete Townshend, la valoraba tanto que, pese a este éxito, se sintió decepcionado y consideró que no se había vendido lo suficiente.
Mucho se ha escrito sobre este tema de rotundas guitarras, intrincadas armonías vocales y complejas partes de batería, pero es especialmente curiosa la anécdota sobre la influencia que tuvo, sin siquiera haberla escuchado, en que Paul McCartney escribiera el tema Helter Skelter. Paul leyó una reseña de The Who Sell Out, en la que se tildaba a I Can See for Miles como la canción con el sonido más "pesado" ("heavy") que se había escuchado hasta el momento. Ese comentario alentó a McCartney a intentar escribir una canción cuyo sonido y estructura superaran en "peso" al tema de los Who.
La influencia de esta gran canción aumentó también, posteriormente, con su inclusión en la mítica película Easy Rider, y la gran Tina Turner la versionó en 1975 en su disco de debut en solitario. Algo de razón tendrían los que la catalogaron como una pieza marcadamente "heavy", porque fue uno de los temas que acabó formando parte de la banda sonora del juego Rock Band. Aunque Townshend se sintiera decepcionado, y hubiera esperado mucho más reconocimiento del que tuvo, la canción llegó tan lejos como la enorme capacidad de visión que su título indicaba. Se veía a la legua, o a millas de distancia, que acababan de entregar una de sus obras maestras.
viernes, 28 de enero de 2022
Disco de la semana 260: Who's Next - The Who
¿Puede realmente el éxito nacer de un fracaso? Es lo que me pregunto, mientras observo como cuatro tipos de aspecto setentero acaban de orinar sobre una especie de monolito de hormigón en mitad de un campo de Sheffield. Los cuatro tipos son Roger Daltrey (voz), Pete Townshend (guitarra y sintetizadores), John Entwistle (bajo) y Keith Moon (batería), integrantes del grupo The Who, y aparecen de esa guisa en la portada de Who's Next, su quinto álbum de estudio. El grupo venia de entregar una de sus obras magnas, la intrincada ópera rock de Tommy (1969), y se embarcó en otro megalómano proyecto llamado Lifehouse, una ópera rock futurista que planeaban grabar en vivo, interactuando con el público pero, tras muchos e infructuosos esfuerzos, lo cancelaron porque su extrema complejidad y la insatisfactoria respuesta de la audiencia, que esperaba escuchar sus éxitos, les estaba llevando al límite. En palabras de Roger Daltrey: "The Who nunca estuvieron más cerca de separarse".
Abandonado ese enfoque, y liberados de la enorme tensión que les había generado, rescataron algunas de las canciones de Lifehouse para el replanteado disco. Hasta ocho temas, de los nueve que componen el disco, fueron planeados inicialmente para el proyecto Lifehouse, y liberados en el estudio del complejo hilo argumental de aquel proyecto, pasaron a formar parte de lo que sería Who's next. Y así fue como, fracasando en el intento de hacer una nueva ópera rock en la línea de Tommy, acabaron facturando el que la mayoría consideramos el mejor disco de su carrera. Y su mayor éxito, nacido del mayor de sus fracasos.
Al no necesitar ceñirse a la estructura argumental cerrada de una ópera rock conceptual, les permitió centrarse en pulir al máximo las nuevas canciones, y eso se nota, sobre todo, en el acabado final de las mismas, especialmente en los singles, tan perfeccionados que se han convertido en auténticos hitos de la carrera de The Who. El primero de ellos, Won't get fooled again, es además el primer tema que se grabó para el disco, en el estudio móvil de los Rolling Stones, un hit de más de siete minutos en el que manejaron con maestría los sintetizadores, un recurso nada habitual en los discos más clásicos de la banda, que buscaba conscientemente un nuevo enfoque para su música.Con la pista básica del primer tema grabada, se trasladaron a los estudios Olympic Sound Studios en Barnes, para seguir trabajando las canciones. La elegida para abrir el disco fue Baba O'Riley, el segundo single, y de nuevo destaca el magistral uso de los teclados, tejiendo una tela de araña sonora que acompaña a la perfección a los intensos ramalazos de guitarra de Townshend. Al final de la canción, poco después de que Daltrey cante la mítica frase "It's only Teenage Wasteland" (Es solo yerma tierra adolescente), que a punto estuvo de ser el título de la canción, nos sorprenden con un ecléctico violín firmados por Dave Arbus, demostrando que este disco es justo todo lo contrario, un terreno fértil de deslumbrante creatividad y maduros frutos musicales.
Bargain comienza con la frase "Me encantaría perderme para
encontrarte", de Meher Baba, por entonces gurú de Pete Townshend, al que hace también referencia el título del tema anterior (El "Riley" es por el compositor minimalista Terry Riley). En este tema vuelven a sus esquemas clásicos de rock, combinando la guitarra acústica del ritmo con los tradicionales rasgueos de Townshend. Tras dos cargas de profundidad, rebajan decibelios en Love ain't for keeping, un tema más melódico en el que la guitarra de Townshend nos lleva a terrenos más sureños y virtuosos.
La cara B abre con Gettin' in tune, la segunda colaboración de Nicky Hopkins en el disco, con una estructura musical similar a su antecesora en el inicio, pero el tema va evolucionando progresivamente y ganando en intensidad. La atmósfera de liberación y despreocupación que se generó tras abandonar el proyecto Lifehouse queda plasmada en los primeros versos: "Estoy cantando estas notas porque encajan bien con los acordes que estoy tocando". Así de sencillo, sin mayores complicaciones, y sin tener que ajustarse a esquemas o guiones preconcebidos, en el que quizá sea el tema más esperanzador y positivo del álbum, como demuestra el repetido estribillo, en el que el protagonista declara abiertamente "Estoy en sintonía".
De la esperanza a la alegría solo hay un paso, apenas unos segundos de silencio en los surcos del disco, los que separan Gettin' in tune de Going Mobile, el tema más alegre del disco. La letra describe un reconfortante viaje en camioneta de un granjero escocés y su familia, pero bien podría tratarse de un guiño a una caravana que Townshend compró en 1970, con la que fue al concierto de la banda en el Festival de la Isla de Wight. Pese a ser un tema más ligero, son reseñables los envolventes efectos de distorsión del solo de guitarra de Townshend.
Y en el final, como toda buena ópera rock que no fue realmente, un disco de esta envergadura tenía que tener un cierre tan épico y descomunal como el que conforman Behind Blue Eyes y la ya mencionada Won't Get Fooled Again. Para la primera, una de las mejores canciones de la historia de la banda, se construyeron dos partes diferentes, en lo que supuso uno de los cambios de ritmo más brillantes del disco. En la primera parte, no aparece en ningún momento la batería, en lo que el biógrafo de la banda describió después como "el tiempo más largo que Keith Moon estuvo quieto en toda su vida".Para el tema de cierre, el órgano y los efectos de los sintetizadores de Townshend toman con fuerza el timón de la banda, mientras Daltrey escupe proclamas que son, a la vez, anti-revolucionarias e instigadoras de la lucha en las calles. Lucharemos, pero "no nos engañarán de nuevo", porque sabemos que no servirá de nada, y que no lograremos cambiar el politizado orden establecido. Sería como pretender desintegrar un monolito de hormigón, a base de orinar sobre una de sus caras. Mas fácil sería que el éxito pudiera nacer del mayor de los fracasos, como cuando los pedazos dispersos de una obra inabarcable se convirtieron en uno de los mejores álbumes de rock de la historia.
lunes, 22 de noviembre de 2021
0326: A quick one while he's away - The Who
A Quick One, While He's Away, del disco A Quick One (1966) de The Who, es una suite de seis partes diferenciadas, que marca el inicio de un estilo en la composición de Pete Townshend que se alejaría de los esquemas standard de canción de los sesenta, para adentrarse con éxito en estructuras más complejas, que culminarían en elaborados discos conceptuales (Quadrophenia) e intensas óperas rock (Tommy).
Los 9 épicos minutos de A Quick One, While He's Away son precisamente eso, un adelanto en clave de mini ópera, de lo que después vendría con Tommy. La canción narra la historia de una mujer sin nombre, que vive en la añoranza del amor de su vida (Her man's gone), ausente durante mucho tiempo (Crying Town). La mujer acaba sucumbiendo a la presión de su círculo cercano, que la empuja a conocer a otras personas (We have a Remedy), y mantiene una relación con un maquinista ferroviario llamado Ivor (Ivor the Engine Driver). Transcurrido un año, su amor regresa inesperadamente (Soon be Home), y la mujer le confiesa su infidelidad. A estas alturas, no creo que sea "spoiler" contaros que, al final de esta historia épica y cambiante (You are Forgiven), ella obtiene el perdón de su amado.
Una historia de lírica intensa, que en lo musical es un generoso despliegue de recursos y cambios, que abarcan desde una introducción a capella, interpretada por los cuatro miembros de la banda, pasando por un tramo en el que Roger Daltrey cede el testigo de la voz cantante al bajista John Entwistle o una sección en la que aparece un armónico coro, hasta llegar a la última parte en la que es Pete Townshend el que canta el esperado perdón, mientras el resto de la banda repite la palabra chelo, en una broma que incluyeron tras serles negada la aparición de una sección de cuerda para ese último tramo de la canción. Para recordarle al productor que su negativa había dejado incompleta la canción, repitieron de manera irónica el nombre del instrumento en los momentos en los que debería haber sonado.
miércoles, 29 de septiembre de 2021
0272: Substitute - The Who
Substitute se ha interpretado a menudo como una reflexión de Pete Townshend sobre el papel de The Who en el mundo de la música de los sesenta, y su posible rol de "sustituto" del top que ocupaban los mismísimos Rolling Stones. Sin embargo, al ser preguntado por la letra de la canción y su significado, Townshend declaró que la canción no iba "acerca de nada".
En línea con las declaraciones de Townshend, que desmontaban la teoría del "sustituto", la canción no es comparable con ningún tema de los Stones, y su seña de identidad más característica es la potente línea de bajo de John Entwistle, que según cuenta la leyenda, esperó a que el resto de la banda no estuvieran presentes, para subir al máximo la pista de bajo en la grabación de estudio. Esa misma sesión de grabación es famosa por unas declaraciones de Keith Moon en las que reconocía que, habiendo grabado el tema en estado de embriaguez, no recordaba nada y acusó a sus compañeros de grupo de haberle reemplazado por otro batería.
Sea como fuere, esta canción publicada como sencillo en 1966 es una de las piezas más memorables de la discografía de The Who, a la altura de sus temas más populares y reconocidos, y aparece en los álbumes de directo más representativos de la banda (Live at Leeds y Live at the Isle of Wight Festival 1970. Varios son además los grupos que la han homenajeado con sus propias versiones, entre ellos grupos punk tan representativos como The Ramones o The Sex Pistols, y bandas de brit pop como Blur o Stereophonics. Todos ellos intentaron ejercer de sustitutos, pero no hay nada como ponerse en el tocadiscos la canción original.
miércoles, 22 de septiembre de 2021
0265: The Kids Are Alright - The Who
"The Kids Are Alright es un álbum de la banda de rock británica The Who que acompaña a la película documental de la banda del mismo nombre."
martes, 21 de septiembre de 2021
0264 My Generation - The Who
My Generation fue un éxito inmediato en Reino Unido desde su lanzamiento como sencillo en octubre de 1965, alcanzando el número dos de las listas de éxitos. En Estados Unidos la respuesta fue algo más tibia (llegó al puesto 74), pero en casa el tema de The Who se convirtió casi al instante en un himno para toda una generación de adolescentes. El tema fue incluido también en el álbum debut de la banda (titulado My Generation en Reino Unido y The Who Sings My Generation en Estados Unidos), y sería una parte importante de las giras y del disco en directo de 1970 Live at Leeds, en el que aparece en una versión extendida hasta llegar a los... 15 minutos!
Pete Townshend escribió la letra durante un trayecto en tren, incluida la famosa frase de "Espero morir antes de envejecer" que se convirtió en el mantra de la generación del momento, y en una de las frases más características del rock. Toda la letra es un manifiesto de rebeldía adolescente, y la música es además precursora de lo que después sería el punk rock y el hard rock, reforzada por los solos de guitarra de Townshend y la potente línea de bajo de John Entwistle, que se marca el que para muchos es el primer solo de bajo de la historia del rock.
Roger Daltrey dotó a la canción del tantas veces analizado tartamudeo con el que terminaba los versos, interpretado por muchos como una manera de reflejar el nerviosismo, enojo y frustración de esa generación a la que estaba poniendo voz, mientras otros apuntan a que sólo pretendía sonar como un típico adolescente mod que hablara bajo los efectos de las drogas. La BBC lo consideró ofensivo para las personas con tartamudez, y se negaron a pincharla inicialmente, pero acabaron dando su brazo a torcer cuando My Generation se convirtió en el tema del momento. De su relevancia dan fe tanto la inclusión en la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos de la revista Rolling Stone, como las múltiples versiones que de ella han hecho artistas del nivel de Alice Cooper, Iron Maiden, o grupos de generaciones posteriores como Oasis o Green Day, que muchos años después también tenían claro de lo que estaban hablando. "Hablo de mi generación..."
miércoles, 14 de julio de 2021
0195: I can't explain - The Who
No puedo explicar lo que, siendo adolescente, supuso para mí ver la película Quadrophenia. Aquel film sobre el despertar del sexo, drogas y rock and roll en un grupo de adolescentes mods marcó la línea divisoria entre el tipo de cine que había visto y el que optaría por ver después, pero sobre todo abrió la puerta a otro tipo de música, la de los discos de los tíos y hermanos mayores, y que era muy distinta a la que se escuchaba en los ochenta. Con los rescoldos de la banda sonora de The Who en la memoria, me lancé a buscar material de aquella banda, y así fue como di con I can't explain.
No puedo explicar que tiene este tema de The Who en particular, que se editó como sencillo en diciembre de 1964 en Estados Unidos, y en enero del año siguiente en el Reino Unido, pero el que fue segundo sencillo de la por entonces emergente banda británica supuso el verdadero pistoletazo de salida a una brillante carrera que les posicionaría por derecho propio entre las míticas bandas de los años sesenta y setenta.
No puedo explicar cómo una canción que en realidad se basaba en los esquemas rítmicos de temas como Louie Louie o All day and all of the night puede sonar a la vez tan característica del grupo de Townsend y Daltrey. Tampoco tiene explicación que en uno de los primeros temas de una banda primeriza, se acaba descubriendo que el músico de sesión que tocó la guitarra rítmica era ni más ni menos que Jimmy Page. Pero en el fondo nada de eso importa, porque basta con poner I can't explain en el tocadiscos para que sobren las explicaciones, y sólo quede espacio para disfrutar de la música de The Who en estado puro.
viernes, 16 de octubre de 2020
El disco de la semana 195: The Who - Sell Out
El otro día fui de compras a un "Alcamfour", llamado así porque no quiero hacer publicidad gratuita de ningún supermercado, y porque están todos cortados por el mismo patrón y me cuesta realmente distinguirlos. Todos han ido poco a poco, desterrando y reduciendo a la mínima expresión sus secciones de discos, que ahora apenas ocupan un par de metros de largo, en un escondido estante cercano a la sección de electrodomésticos, en el que ya solo pueden encontrarse las últimas novedades de grupos y artistas tan comerciales que hasta dudaríamos en considerarlos música. Escuálidos y semiescondidos, llenos de huecos vacíos en los que podrían estar discos de Led Zeppelin o The Who, esos estantes me llenan de tristeza, cuando paso por delante con mi cesta llena de comida, y me planteo si realmente esa estrategia comercial es la correcta, porque precisamente los compradores de esa música, barata y perecedera, son los que ya no compran música en formato físico. ¿De verdad las mentes pensantes de "Mercarosky" no se han dado cuenta?
No será porque los Who no lo avisaran, ya en 1967, con su disco Sell Out ("Vendido"), un álbum conceptual en el que las canciones, aparentemente inconexas, se engarzan a través de pequeñas cuñas comerciales, como si realmente estuviéramos escuchando uno de aquellos memorables programas de radio, cuando la radio y la música formaban un todo robusto e indivisible. De ese modo, simulando la programación de una emisora de radio pirata a la que llamaron "Radio London", ironizaban con la idea de un falso grupo musical creado por y para la venta de otros productos de consumo, como las tostadoras y microondas que hoy en día conviven junto a los desterrados discos de música en los grandes supermercados mencionados previamente. Un disco irónico y psicodélico, con los habituales momentos cercanos a la ópera rock que, salvo Quadrophenia y Tommy, todos los discos de los Who iban a ser en su concepción, y que solo en esos dos casos llegaron finalmente a realizarse en ese formato. El tipo de formato que nunca encontraríamos hoy en día en la sección de música de un supermercado.
La ironía comienza directamente en la portada, en la que Pete Townshend (guitarra) está poniéndose desodorante de un desproporcionado frasco de la marca "Odorono", mientras Roger Daltrey (voz) se está dando un baño de judías "Heinz". En la contraportada, podemos leer como "Charles Atlas" hizo que un escuchimizado John Entwistle (bajo) pasara de sesenta a sesenta y dos kilos de peso, convirtiéndole con esa pequeña diferencia en un portento físico. Igualmente ventajoso es el uso de la crema "Medac", que hacía desaparecer el acné juvenil del rostro de Keith Moon (batería). Con esta publicidad, coincidiréis en que es imposible no comprar este disco, que al instante estaba ya..."VENDIDO"SELL OUT (VENDIDO)
Armenia City in the sky, escrita por Speedy Keen, abre el disco con su vertiginosa oferta de rock psicodélico a granel. Tras este primer disparo certero, el primero de los cortes comerciales nos recuerda que las Heinz Baked Beans son las judías con tomate por excelencia del Reino Unido. Firmada por John Entwistle, se trata de la primera de las cuñas comerciales que saltearan el disco, piezas musicales breves e inacabadas pero en las que se intuye que podrían haberse convertido en canciones completas, con sólo un poco más de dedicación y revestimiento. El siguiente tema "completo" es Mary Anne with the shaky hand, firmada por Pete Townshend, compositor habitual de la mayor parte de los temas del grupo, es un tema más melódico y con cierto aire a la música de The Byrds, que actúa como reclamo para el siguiente comercial, porque en cualquier set básico de acicalamiento personal que se precie, no pude faltar el desodorante Orodono.
Llega después el turno a otro de los temas "serios" con Tattoo, donde destaca la interpretación vocal de un sentido Roger Daltrey. Los Who vuelven a la senda melódica con Our love was, antes de entregarnos uno de los temas más rotundos de su carrera con I can see for miles, su mayor éxito en Estados Unidos y una canción imprescindible en todos sus directos. En un disco más valorado por la frescura del conjunto y su satírica propuesta, que por la relevancia de sus canciones por separado, ésta canción seguiría destacando en cualquiera de sus míticos discos posteriores.
El tono melódico vuelve de nuevo en I can't reach you, finalizando un tramo del disco en el que ya echábamos de menos uno de esos frescos jingles publicitarios. Para calmar nuestro ansia consumista, llega el turno de John Entwistle y su tubo de crema Medac para los granos, ese que Keith Moon nos recomendaba en la contraportada del disco. Una crema a la que, inmediatamente después de usarla, le sigue un recomendable efecto Relax. Y tras relajarnos con la propuesta de Pete Townshend, llega el turno de Silas Stingy, la tercera y última pieza firmada por John Entwistle, antes de abordar el penúltimo escalón con Sunrise.
El disco cierra magistralmente con Rael, concebida en sus inicios como parte de una gran ópera rock que no llegó a concretarse, pero que a lo largo de sus casi seis minutos de duración, mantiene las señas de identidad de lo que la obra completa podría haber sido. Al completo o reducido, no busquéis este tema en la sección de discos del Alcamfour o del Mercarosky. No lo encontraréis, salvo que un cantante de reggaeton, de cuyo nombre no quiero acordarme, se levante un día con el pie izquierdo, y sus productores no consigan disuadirle de su intención de hacer una versión libre de esta canción. Lo peor de todo es que, pocos días después de publicarla, lo tendría todo "vendido".