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viernes, 13 de enero de 2023

El disco de la semana 310: Mayéutica - Robe Iniesta



A la pregunta de ¿Qué es "Mayéutica"?, y después de consultar en internet, podría contestar que es un término de Sócrates, referido a una situación en la que lograba que sus discípulos resolvieran sus dudas a través de preguntas que debían hacerse a sí mismos. Pero más allá de disertaciones filosóficas, para mí "Mayéutica" ha sido un regalo. Literalmente, porque me lo trajo Santa Claus, y emocionalmente, porque al escucharlo solo pude agradecer eternamente al anciano regordete y a sus sacrificados renos, por haber puesto en mis manos semejante obra maestra. Si "La Ley Innata" (2008) estaba en los más alto de mi lista de mejores discos en castellano, esta inesperada continuación es una obra de arte a similar altura que su antecesor. Nadie mejor que el propio Robe, con una de las frases del disco, para describir lo que se siente al escucharlo: "Voy caminando, y, de cuando en cuando, encuentro una canción que me empuja, me eleva y me lleva y me lleva". "Mayéutica" es esa canción, y ese disco al completo.

"​Diez años tardé en volver. Y de este regreso, o tal vez de todo lo vivido mientras tanto, surgió esta inesperada continuación." Son palabras del propio Robe, y llama la atención que esta "continuación" de "La ley innata", venga en esta ocasión de la mano de Robe Iniesta en solitario, y en una estructura más cercana a aquel disco de Extremoduro que a las dos entregas de Robe sin su banda de siempre. Como ya ocurriera en "La Ley Innata", esta nueva obra consta de interludio, cuatro movimientos y una coda final. Publicada en abril de 2021 por El Dromedario Records, fue en realidad concebida en 2018, pero su lanzamiento se retrasó para no interferir con la gira de despedida de Extremoduro, finalmente cancelada por la pandemia de COVID-19. Por el camino, diez años en los que Robe, con Extremoduro o en solitario, nos dio muchas otras canciones con las que elevarnos y dejarnos llevar, pero nada comparado a lo que nos regala en los grandiosos y apabullantes cuarenta y tres minutos de "Mayéutica", una gran carta de amor y de arrebato pasional, en la que verso a verso va desatando un auténtico ciclón de emociones y sentimientos, alternando tramos más poéticos y delicados con otros en los que la contundencia de la música es realmente impresionante.
 
El disco comienza con el Interludio, y ya desde el principio encontramos conexiones con "La Ley Innata", tanto en la melodía de violines que nos lleva a la "Dulce introducción al caos", como en guiños a frases de aquel disco: "Se cae la casa desde que se marchó, perdí la pista del eje del salón". En este primer corte, y además de los impresionantes violines, Robe da las primeras muestras de genialidad e intensidad poética, cantándole a su "musa" para que vuelva ("Dejo las ventanas sin cerrar y la puerta abierta por si decidiera regresar que no tuviera que esperar, que nada la entretenga."), dejando entrever que está empezando a perder la esperanza en que eso ocurra ("Y dejo las canciones sin final por si no vuelve nunca más y nada fuera cierto").

En el Primer Movimiento: Después de la catarsis, el toque clásico de los violines sigue mandando en la melodía, y el derroche instrumental es, por momentos, impresionante, con los solos de guitarra fundiéndose con los violines en el tramo final. La historia da un giro en positivo porque ella ha vuelto ("No quedan sombras del pasado desde que te has acercado. Ahora todo es claridad. No quedan penas atrasadas, ni quedan puertas cerradas, ni nada que derribar"). El anhelo y las dudas han dado paso a la luz y el optimismo, y Robe decide entonces sincerarse y expresar sus sentimientos ("Y pongo, a ver qué pasa, hoy las cartas sobre la mesa, y te voy a decir lo que a mí me pasa, por si te interesa") y abrazar el sentimiento de esperanza que de nuevo renace en su interior ("Hoy tal vez el viento sople a mi favor y me empuje, me eleve y me lleve y me lleve").

El Segundo Movimiento: Mierda de filosofía es un paso más en la euforia que ha supuesto el regreso de su amada, algo que transmite por igual en la intensidad de las letras y en la agresividad y la potencia de la música, en el tema más guitarrero y directo del disco, una manera de "volver a lo primario, que yo solo quiero hacerte bailar, bailar, bailar como una puta loca". Es, sin duda, el tema más Extremoduro del disco, con vibrantes solos de guitarra, órgano Hammond y, cómo no, violines, y la canción elegida para su promoción en los medios, apoyada en un impresionante vídeo firmado por Diego Latorre.

En el Tercer Movimiento: Un instante de luz la reconciliación se consuma, y con el reencuentro sexual la música también se acelera y se desata ("Date prisa, métete en la cama, que el vis a vis se acaba y empieza aquí, con esta flor, la primavera"). Una vez apagado el fuego que incendiaba a los dos amantes, queda la calmada declaración de amor, en una de las mejores frases del disco: "No quedan penas atrasadas, ni quedan puertas cerradas, ni nada que derribar. Nada después de tu mirada. Nada después de este instante de luz, solo una imagen congelada. Nada después de este instante, que tú." El intenso solo de guitarra final, y el final en tono clásico son de un nivel superlativo, y la mejor antesala del siguiente movimiento.

Adentrarse en el Cuarto Movimento: Yo no soy el dueño de mis emociones es, como su nombre indica, darse cuenta de que, a estas alturas del disco, no somos ya dueños de las emociones que esta obra sublime nos genera, y de que Robe nos tiene ya guardados en su bolsillo y nos maneja a su antojo, seguro de que, a estas alturas, una canción de más de quince minutos se nos va a hacer corta. Tras un desenlace instrumental que es de nuevo brillante, llega el momento de cerrar el disco con una Coda Feliz que, en el fondo, y mientras el volumen de la pista se va apagando, esperamos que quede una vez más abierta, como las ventanas y la puerta que, al principio del disco, Robe se negaba a cerrar para que ella regresara. Porque si esta fuera otra de esas canciones que el genial músico deja "sin final, por si no vuelve nunca más y nada fuera cierto", entonces quizá hubiera, en el horizonte, una nueva entrega de la excelsa serie de discos que componen La ley innata y Mayéutica.

domingo, 11 de septiembre de 2022

Muy deficiente - Platero Y Tú #MesPlateroyTú



"El tercer disco de Platero y tú es Muy deficiente". La frase suena lapidaria, y lleva a la confusión. No creo que haya ningún disco de Platero y Tú que pueda ser considerado muy deficiente, y el grupo de Fito Cabrales e Iñaki Antón "Uoho" siempre facturó buenos discos desde sus inicios hasta su lamentada disolución, así que le daremos vuelta a la frase para que todo quede aclarado:

"Muy deficiente es el tercer disco de Platero y Tú". Ahora sí ¿No? Queda claro que no estamos suspendiendo al disco, solo informando del título de mismo, y especificando que es el segundo álbum de la banda, grabado entre febrero y marzo de 1992, y publicado el 12 de junio de 1992 por la discográfica DRO. Para poder llegar a una nota más ajustada a la realidad, tendríamos que valorar aspectos interesantes de ésta su segunda obra, como que lograran contar con la colaboración de Rosendo, no demasiado proclive a aparecer en discos de otros, en el tema Sin solución, o del genial teclista Ángel Muñoz, más conocido como "El Reverendo" y por sus entente colaborativa con El gran Wyoming, que aportó el toque de órgano Hammond en Cantalojas, un curioso ejercicio de blues rock.

Curiosidades aparte, los puntos fuertes de Muy deficiente están, seguramente, en las canciones que se publicaron como singles: Rompe los cristales, con los integrantes del grupo Arma Joven en los coros, y sobre todo El roce de tu cuerpo y la ya mencionada Sin Solución, que se convirtieron rápidamente en clásicos imprescindibles de la banda, con estribillos identificables y sustentadas en la potente guitarra de Uoho y en la peculiar voz de Fito, pero que no lograron que el disco tuviera la repercusión esperada. No sería hasta el siguiente disco (Vamos tirando) cuando los Platero y Tú dieron el salto definitivo a los primeros lugares del podio de rock español y lograron el reconocimiento de crítica y público del que, aún ahora ya desaparecidos, siguen gozando, pero ya en Muy deficiente encontramos todos los ingredientes y la calidad que definieron a esta banda mítica de rock and roll hispano.

Siempre emparentados con Extremoduro, hasta el punto de compartir el gusto por menospreciar sus obras en el título. Si los Platero y Tú denominaron esta obra como Muy Deficiente, Extremoduro hizo algo parecido con un disco que tenía de todo menos "Material Defectuoso" (2011), ya con los Platero disueltos y con Uoho entre sus filas. La relación de compadreo entre las dos bandas vino también producida por un gusto similar por el rock urbano, que Robe Iniesta llevaría al extremo de lo "transgresivo". Prueba de esa cadencia rock es el genial riff de Esa chica tan cara, otro de los momentos top del disco. Toda una declaración de amor a una guitarra y todo un clásico del rock español, como lo es también la ácida crítica a los rockeros de pose y artificio de la imprescindible No hierve tu sangre.

El resto de temas, salvando quizá los toques épicos con los que cierran el disco en la intensa Desertor, bajan algo el listón en cuanto a la espontaneidad y la fuerza de las canciones ya comentadas. Meando en la pared es prescindible, y ni el tono punk de tintes políticos de Estás Solo, ni la ligereza ecológica de Contaminamos pasan de ser meros rellenos en un disco que no necesitaba ese tipo de aliños para dejarnos un buen sabor de boca. Ninguna de ellas logra que nos decantemos por una nota de "muy deficiente" para el disco, aunque sí que consiguen que el "sobresaliente" se quede finalmente en "notable". Quizá seamos demasiado exigentes, pero a alumnos destacados como Fito y Uoho, que estaban a punto de convertirse en grandes maestros, siempre hay que exigirles al máximo. En definitiva, y en conjunto, estamos ante un disco a la altura de lo mejor de Platero y Tú, por más que quisieran titularlo como Muy Deficiente.

miércoles, 31 de marzo de 2021

Extremoduro - El final del camino de las utopías (Mes Extremoduro)


 
Sopla el viento sin parar
Para que vuelva...
Y en el viento viene y va
Una respuesta...
Estoy buscando una respuesta
Que lleva el viento
Y voy detrás de todas las tormentas
Y no la encuentro
Y voy... detrás de todas las tormentas
Por si la encuentro hoy
 
Con estos versos, en el tramo final de "El camino de las utopías", termina el último disco de Extremoduro. Siempre nos referimos al "último disco" para describir al más reciente, pero en este caso, y tras las declaraciones del grupo en las que comunicaban que ponían punto y final al grupo con una gira de despedida (que no pudo realizarse por la pandemia de la Covid-19), resulta que al final "Para todos los públicos" sí que será de verdad el último disco de Extremoduro.
 
Quién sabe si el viento soplará sin parar, con la esperanza de que algún día vuelvan, y quién sabe si en este #MesExtremoduro que ahora acaba habremos sido capaces de poner nuestro granito de arena para que encontréis respuestas y detalles que no conocierais sobre esta banda superlativa, de las pocas bandas españolas que aún son capaces de desatar tormentas.
 
Hace tanto que te espero
Que he perdido la conciencia social
Y ya no encuentro agarradero
Abandonado en esta ausencia global
Desde que no te veo
Concédeme un deseo
Si no es mucho pedir
Yo pido...
 
Yo pido que la esperanza de que la separación de Extremoduro sea en realidad pasajera no sea una utopía arrastrada por el viento, y que dentro de un tiempo, cuando todas las olas de esta maldita tormenta hayan pasado, podamos pisar por fin tierra firme e ir todos juntos de nuevo a ver a Extremoduro. Y si no es así, siempre nos quedará la música. Esa con la que hemos intentado llenar los días y las horas del #MesExtremoduro, Nos vamos ya, con una referencia al sabio refranero popular, pues dejamos este "Marzo ventoso" para adentrarnos en un "Abril lluvioso" (y púrpura), la próxima parada en nuestro particular camino de las utopías.

domingo, 28 de marzo de 2021

Extremoduro - Para todos los publicos (Mes Extremoduro)

 




Extremoduro continúan por la senda de la ‘Ley Innnata’, haciendo lo que les da la gana, sobre todo, buena música, reinventándose a si mismos a través de novedosas melodías, cuidando el sonido y puliendo los arreglos para facturar uno de los plásticos más interesantes de la temporada.

 

El disco se abre con ‘Locura Transitoria’. Una canción con tres ambientes, con en clásico uso de cuarteto de cuerda, la más extensa por otra parte, (de nuevo Ara Malikian al frente, un violinista excepcional), el crescendo más rockero y la ‘defectuosa’ calidez del “una y otra vez”, con sones latinos. Un texto repleto de referencias literarias (Miguel Hernández, Gustavo Adolfo Becquer, Miguel de Cervantes…). En cualquier caso, la fuerza vocal del puente más potente, en contraste con la melódica la convierten en la reina de aires de ‘canción total’. ‘Entre Interiores’ suena a fin de ciclo, pues Robe, como todos, se nos hace mayor. Una canción que se cimenta en el blues con mucho swing. Como guinda de los cuatro minutos, uno de los mejores textos del álbum. Con esa cruel conversación entre el entregado y el que pasa.  Es una de las más sólidas y posiblemente vaya aparejada de la aceptación popular por las excelentes formas musicales. ‘¡Qué Borde Era Mi Valle’ es volver al Extremoduro del comienzo aunque más elaborada que antaño. Será el track que más contente a los que les gusta el Robe más bruto que, con una base rítmica que se mueve entre el funk y el stoner. Parece caña bruta sin más pero miente, tiene mucho más de lo que parece. 


‘Poema Sobrecogido’ es la canción más trascendente del disco, nos lleva al infierno, una canción de desarrollo complejo y que, más que a Triana como he leído en alguna parte (es verdad que hay un par de florituras en guitarras y algún ligero teclado que puede tener que ver), está más cerca de la expresión desbocada de sus admirados Lole y Manuel. La letra también es una de las mejores del disco. Digno de elogio la escalofriante interpretación de la segunda voz de Airam Etxaniz y los gritos desbocados, del que se quema en el infierno, de Agnes Lilith. ‘Manué’ es el más filosófico de la serie y abre paso, a la parte más loca del disco. ‘Mama’ parece empezar como canción al uso, (qué bien usan siempre esos remates distorsionados agudos para dar casi por frecuente una innovación rítmica como esta) hasta que uno percibe que esto va a ser un registro totalmente nuevo. El aire funk de riff corto y repetitivo juega con una letra histriónica, puro artificio hasta entrar en un estribillo de funk y percusión que recuerda al Zappa más gamberro, aires africanos y a los Grand Funk Railroad que tanto admira Homer Simpson. El estribillo además encierra la picaresca sexual marca de la casa por parte de Iniesta. ‘Mi Voluntad’ viene a ser el tema más ‘facilón’ del disco. La batería machacona se cimenta en un caja-bombo que no se frecuentaba desde Yo, Minoría Absoluta o de forma tan descarada desde el Canciones Prohibidas. Pero hablar de Extremoduro es hablar de evolución constante y esta mejora aquellas, tanto en la música como en el texto, ya que esta está a un buen nivel. La diversión estará garantizada en directo con la velocidad rítmica y esa melodía cantarina de guitarra. 


Pequeño Rocanrol Endémico’ va a ser una de las más populares del disco, no por ello creo que sea la mejor y no por decir esto significa que no me guste. De hecho es un registro que a Robe le sienta genial. Su rock accesible de inspiración blues y vacilón contrasta con una letra de abandono que será arrojada entre ‘ex’ con profusión sin atender a motivos. Una canción de sueños ya pasados, circunscritos a un tiempo concreto que ya no tiene solución alguna. Recuerda al Uoho más plateresco, pero pronto Robe hace suya la canción, tanto en la voz como en el desarrollo instrumental de la segunda parte del tema. El solo, con una distorsión muy delicada, ofrece otro momento que contentará a la sección más melódica. Es de las que entra desde la primera escucha y que el público hará suya al estilo ‘Standby’. Finaliza con ‘El Camino De Las Utopías’. Una canción de corte elegante y majestuoso, con un texto que, de nuevo, como en casi todo el segundo bloque como decía, juega con cierta hilaridad, aunque las formas lo disimulan. La estrofa inicial se convirtió desde el comienzo en doctrina de principios para los seguidores más recientes y ahí se quedará para siempre. Es una canción que tiene todos los elementos más armoniosos de Extremoduro desde La Ley Innata. Otro clásico del que quizá sea aventurado pronosticar el recorrido (creo que en la próxima gira le ganará en aceptación ‘Locura Transitoria’, porque de hecho parecen tener armonías comunes y, como ya hiciera en La Ley, el final del disco enlaza perfectamente con el inicio, permite el bucle).


miércoles, 24 de marzo de 2021

Extremoduro - Material Defectuoso (Mes Extremoduro)

 

 
"Contra todos. Otra vez me levanto contra todos..." 
 
Empieza esta reseña de manera defectuosa, haciendo referencia a una canción que no está en Material Defectuoso (2011), el décimo álbum de estudio de Extremoduro. "Contra todos" apareció en directo en la posterior gira de la banda, y finalmente acabó en "Lo que aletea en nuestras cabezas", el disco de debut de Robe Iniesta en solitario, alejándose definitivamente de este Material Defectuoso del que parece venir su origen, a juzgar por el rastro de los versos de la canción que aparecen en la contraportada. ¿Y por qué la referencia a Contra todos? Porque eso es lo que Robe, con más insistencia que nunca, transmitía con todas las acciones relacionadas con este disco. No hubo vídeo nuevo. Ni entrevistas o ruedas de prensa. Tampoco hubo gira ni promoción alguna. Una vez más, contracorriente, o contra toda lógica. Contra todos. 
 
¿Y si las complejas características de este disco, trabajado en el estudio hasta el último detalle, pero mucho más melódico y heterodoxo respecto a los discos clásicos de la banda, exigía una venta más esforzada de sus virtudes? Pues entonces van y le ponen el título de Material Defectuoso. Contra todos y contra todo. Y lo mejor es que, más allá de las reticencias de sus seguidores más ortodoxos, el disco funcionó, y llegó directamente al nº1 en las listas de ventas,​ y se mantuvo en lo más alto durante cuatro semanas consecutivas. Así que, Contra todo pronóstico, teniendo en cuenta la nula promoción, un disco de sólo seis canciones y un sonido más suave y refinado que el de discos anteriores, llegó igualmente "al camino recto, por el más torcido".

Con una estrategia tan suicida, no es de extrañar que el único single fuera un tango. El tema Tango Suicida se puso a la venta en mayo de 2011 y estuvo disponible en la web del grupo, con sus más de ocho minutos de magia, en los que se alternan pasajes de taciturna belleza y tramos de guitarras duras marca de la casa, todo ello hilvanado con unas letras difícilmente superables. Un auténtico viaje sonoro por las relaciones personales y el mundo interior de ese atormentado y canalla personaje que se asoma a las grandes canciones de Robe, casi una road movie en clave de tango y ópera rock, con coros que increpan a la voz cantante, entre bohemias melodías de saxofón y varias capas de guitarras.
 
En mi caso, esta road movie no empezó a ritmo de tango, sino al son de unos tambores tribales, pero lo hizo precisamente en un viaje en coche, y en el momento en el que el locutor presentó Desarraigo, el entonces nuevo tema de Extremoduro. Desde los mencionados tambores con los que arrancan tema y disco, el cuidado por la instrumentación y la exuberancia de los arreglos era más que evidente, pero al mismo tiempo el tema traía consigo todas las señas de identidad de la banda, lo que unido a la habitual intensidad gráfica de sus letras ("La vida vino dando volteretas, los pies al suelo a mí no me sujetan, que soy viento y me embalo y arranco las veletas"), desembocó en que mi siguiente viaje en coche fuera en dirección a la tienda de discos, para comprar un material que se me antojaba excelso en lugar de defectuoso.

Con el disco ya en mis manos, la primera escucha completa fue también en otro viaje en coche, rumbo a unas merecidas vacaciones con mi mujer y mis hijos. Con el disco sonando en el reproductor, el camino no se hacía tan largo con esa maravilla que es Mi espíritu imperecedero, que perfectamente habría podido ser un single de impacto, por su estructura de "hit clásico" con estribillo reconocible y pegadizo, y al mismo tiempo provista de la generosa y brillante lírica habitual en las letras ("Se ha roto otro peldaño de la escalera, soledad y desengaño son mis condenas. Después de tantos años, carcelero ¿cuánto queda? Volver, que me hacen daño los minutos de esta espera")

Le sigue Otra inútil canción para la paz,  lo más parecido a un himno o una canción protesta que podemos encontrar en el disco, pero protesta a la manera sui generis de Robe, que ante el genio de la lámpara pide "cambiar este mundo tan feo", lo cual es tan simple como loable, pero después pide "que caiga una droga del cielo" y viajando con niños, ahí empezó a complicarse la cosa. El pequeño era sólo un bebé, y el mayor era aún pequeño, pero ya entendía las letras, por lo que tuvimos que cantar fuerte y por encima de Robe en algunos tramos, cambiando algunas palabras por otras que sonaran similares. La droga se convirtió en una "trona", la cual traducimos como un gran rayo que caía del cielo y lo limpiaba todo. En este tema hay una nueva referencia al "Contra todo" que subyace en muchos matices del disco. Robe sigue pidiendo cosas, como "que el odio me salga de dentro" o poder "decir que estoy aquí, que estoy en contra de todo" antes de que el genio le diga que se calle y que pida de nuevo un deseo.
 
Sobrepasamos el ecuador del disco con Si te vas, el baladón del disco y el tema más extenso con ocho minutos y medio de intensidad y sentimiento. Aquí el truco estuvo en evitar cualquier pregunta sobre el significado de "yo me pongo palote, sólo con que me toque" y, de tener que hacerlo, recurríamos a las famosas barritas de caramelo de nuestra juventud. Pero eso casi nunca era necesario, porque el niño estaba más pendiente de disfrutar de la música de un tema en el que no se escatima en nada en la exuberante instrumentación de cuerdas, teclados y guitarras, que de lo que pudiera significar una palabra u otra. Aquí suenan sinfónicos y melódicos, pero también rotundos y, por tanto, reconocibles. Estamos ante uno de sus mejores temas de su etapa madura, y de otro potencial single, de no ser por su duración.
 
Tras la ya mencionada Tango suicida, en la que logramos convencer al niño de que el personaje se va de "rutas" para ahogar sus penas, el disco se cierra con Calle Esperanza s/n, un tema lento y susurrante que pone de nuevo a prueba nuestra capacidad de sorpresa. Robe nos reta en cada cambio, porque va de nuevo contra todo, y aquí lleva al límite la tendencia del disco a la calma y los aires sinfónicos, pero no deja de ser una nueva exhibición de clase y talento, con un solo final de Uoho digno del Gilmour de los mejores Pink Floyd. Y como no rendirse a letras con posibles guiños al gran Sabina, con referencias que van desde el propio título (La Calle Esperanza no debe andar muy lejos de la Calle Melancolía) a la manera en la que piropea a su particular Eva tomando el Sol, hablando con el astro rey ("Tumbadita en el suelo, tomando el sol en cueros... ¡Sol, que despacio vas! No será que te has parado a mirar")
 
Desde entonces, han sido muchos los viajes que me han llevado más allá de la Calle Esperanza. Unos más largos y otros menos, pero en muchos de ellos, siempre he encontrado un hueco para que los cuatro cantemos a voz en grito a lo largo de estos 43 minutos casi perfectos. Así que, una vez más, nos abrocharemos los cinturones, pondré en marcha el reproductor del coche, y unos tambores tribales anunciarán la llegada del desarraigo, de lo imperecedero del espíritu, de lo inútil de cantarle a la paz, de lo suicida que sería dejar que se fuera la persona amada, un golpe emocional del que no se repondría ni el más grande de los astros, ese sol que no pudo evitar caer en la tentación de alguna que otra mirada furtiva. Pequeños pecados beniales, y grandes materiales defectuosos.

domingo, 21 de marzo de 2021

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (Mes Extremoduro)

 


Es difícil explicar el matiz que separa o diferencia a los discos buenos de las obras maestras, pero la realidad es que ese "no se qué" se da en una minoría de casos. Una minoría absoluta, porque en el caso del disco grabado por Extremoduro entre octubre de 2001 y enero de 2002, encontramos ese "yo qué sé" adicional que lo eleva, junto a "La ley Innata" y "Deltoya", a la categoría de obra cumbre. Un disco que se te queda grabado A fuego desde la primera de las escuchas, tanto por la la fuerza de la música como por la rotundidad y el impacto de sus letras ("Y harto de buscarte siempre a oscuras, y de volverme de puro hielo, tiré toda mi vida a la basura, y ni las ratas se la comieron").

Tanto en La ley Innata como en Agila, el disco que antecedía a Yo, minoría absoluta, se cuidaron al máximo la exuberancia y el empaque de la instrumentación, llegando hasta a incluir una orquesta de mariachis en el primero, y una sección de vientos en el segundo. Y, sin embargo, fue en un disco más "desnudo" que el Cristo con pistolas de su portada, dónde Extremoduro alcanzó el que hasta entonces sería el punto más alto en creatividad y calidad musical, y lo hizo como quién no quiere la cosa (cómo si fuera fácil) y caminando por La vereda de la puerta de atrás, con canciones generalmente desprovistas de aderezos adicionales, salvo puntuales colaboraciones de Gino Pavone a la percusión, Batiz a la guitarra, Javi Isasi a la trompeta o Fito Cabrales y Lourdes Aldekoa a los coros. Una minoría de músicos, para lograr una obra maestra absoluta, ese disco perfecto que todo artista persigue durante toda su carrera ("Y si fuera mi vida una escalera, me la he pasado entera, buscando el siguiente escalón, convencido que estás en el tejado, esperando a ver si llego yo")

Después de jugar con los títulos de los dos primeros temas y tratar de insertarlos con sentido en este texto, llego a Hoy te la meto hasta las orejas y me cambia totalmente el paso. ¿Cómo encajar un título así, sin que el sentido del texto se desvíe a lo malsonante? Robe, como siempre, se erige en maestro de moverse en el filo, de elevarse a lo poético y cortar después por lo sano, y esta canción es en realidad un reflejo de esos impulsos ambivalentes, de un personaje que se debate entre expresar de manera poética su amor y decir a las claras lo que le quema por dentro (Soñé en hablarle de su pelo y ser la brisa, pensé en decirle que la vida era su boca y... ¡No! Pasa a mi lado su olor... y contengo la respiración)

La melancolía y la tristeza ganan también, a veces, en esa lucha interna contra la brutalidad del deseo, como sucede en Standby, uno de los temas más lentos y bellos del disco ("Sueña con su melena y viene el viento y se la lleva. Y desde entonces su cabeza solo quiere alzar el vuelo. Bebe rubia la cerveza pa' acordarse de su pelo..."), pero es solo un breve remanso de paz en el camino, antes de volver al ruedo en Menamoro, y atravesar la frontera como "culeros" ("Quién me registra en los controles, dónde está el dedo acusador, Jefe vengo de coger flores, de una frontera del amor...")

El contraste entre la calma lírica y la ira desgarradora y desatada se manifiesta también en la música, y es en Luce la oscuridad dónde se muestra de manera más evidente. Lo que parece una canción calmada y taciturna, rompe bruscamente en una sucesión de episodios de rabia en los que tiene cabida la protesta social de esa "minoría absoluta" ("¿Quién va a meterse por el culo mi libertad de expresión cuando diga que me cago en la Constitución? Nadie puede escaparse, si todo es una prisión...") Tras la tempestad sonora y verbal, llega de nuevo la calma, esa que el desquiciado personaje de las canciones de Robe solo parece encontrar Cerca del Suelo, y más concretamente "a la altura de tu cintura". Pero, al igual que relata Sabina en su canción "Cerrado por Derribo" ("Que poco rato dura la vida eterna, por el túnel de tus piernas...") la calma le dura a Robe lo que tarda en tomar de nuevo altura y alejarse de ese "trocito de cielo, lleno de pelos"  para subirse de nuevo "a lo mas alto de la locura" en Puta, imprescindible tema de la banda en el que ni la blanca y tranquila Luna escapa a la ira desencajada de nuestro enloquecido Romeo ("Me encuentro a mi princesa hablando con la Luna, echándose carreras a ver quién es más...") 

Desquiciado y desubicado como Buitre (que) no come alpiste, la obsesión y el descontrol van cada vez más en aumento, y las ratas de la basura vuelven a hacer acto de presencia, en un tema que parece emparentado con el A fuego del arranque. ("Cómo ratas de basura, desorden y soledad, se fueron viéndote llegar...") Así que, tras una breve y obligada referencia a la anecdótica La vieja (a la que se refieren entre paréntesis como "canción sórdida", cómo si el resto del disco no tuviera pasajes en los que la sordidez manara ansiosa y desenfrenada), y habiendo vuelto el hilo argumental al A fuego de las primeras líneas, cerraré este artículo con los versos en el que creo haber encontrado ese matiz casi imperceptible, ese "no se qué" que se da sólo en contadas ocasiones, y que convierte a las obras en maestras. Son éstos unos versos a la altura de sólo unos pocos. O más bien de uno sólo. Se llama Robe Iniesta, y es una minoría absoluta:

¿Pero dónde están los besos que te debo?
En una cajita, que nunca llevo el corazón encima
Por si me lo quitan
¿Y dónde están los besos que me debes?
En cualquier esquina, cansados de vivir en tu boquita
Siempre a la deriva

miércoles, 17 de marzo de 2021

Extremoduro - Agila (Mes Extremoduro)

 


En "Agila" podemos encontrar un sonido brillante gracias entre otro a Iñaki “Uoho” Antón, que era el guitarrista de Platero Y Tú, a esto le tenemos que sumar de que su discográfica, iba aportar a Álex de la Iglesia dos temas para, “El día de la bestia”, banda sonora fabulosa en la que también participaron, y de qué manera, Def Con Dos. Pues bien, con todos esos mimbres, unas canciones cojonudas y rodeado de Iñaki Setién a la guitarra, Ramón al bajo, y Capi a la batería, con Roberto Iniesta, El Rey de Extremadura a la voz, entran en el estudio para grabar su sexto trabajo tras “Pedrá”; el que a la postre sería la obra que les llevaría a las más altas cotas de popularidad, “Agila”. Todas y cada una de las 13 canciones de este disco se han convertido en himnos, de obligada escucha para todos aquellos que no odien a Iniesta, que haberlos hay los, y conforman un disco 10, sin fisuras, sin temas que sobren, con calidad a raudales y con una mala ostia que solo “el Robe” sabe escupir.

 

Yendo a lo que es el disco en sí, este ya incorpora una sección de vientos y otras instrumentaciones poco habituales, cuando no, inexistentes, en los trabajos anteriores e incluso los temas son más complejos en su desarrollo. Cuenta además con varias colaboraciones que iremos desgranando, y entre las que se encuentran, como no, las del propio “Uoho” o “Fito”. A nivel letrístico, nos encontramos con retales de famosísimos poemas de no menos famosísimos autores como Neruda, Machado o Miguel Hernández, así como de otros menos conocidos como Sor Kampana.


 

El primer tema es la espectacular Buscando una luna, y es que es maravilloso empezar un disco de esta categoría con frases sacadas de un poema de Antonio Machado, y primera gran sorpresa un saxo hace un contrapunto magnifico al tema. Robe se atreve a ir mas allá y la verdad le sale muy bien, entre guitarra, batería, bajo y saxofón crearon una melodía redonda que fue acompañada por una letra sincera donde Robe escupió todos sus pensamientos más verdaderos. Con Prometeo vamos de poeta en poeta y es que ahora es el turno de los versos de Miguel Hernandez, que abre paso a su seña de identidad, la guitarra que pulula alrededor de una de esas historias de amor tan particular. Con Sucede consigue una de sus canciones más aclamadas del grupo con una letra desgarradora y directa, donde nos retrotrae a las primeras andanzas de Extremoduro y todo gracias a esa gran capacidad vocal de transmitir que tiene Robe Iniesta acentuado en un final apoteósico. So payaso es quizás uno de los grandes himnos del grupo, una canción que ha traspasado fronteras del género, ¿la gran responsable del éxito del disco? Quizás… el hecho de haber rebajado la dureza instrumental sin renunciar a esas letras tan particulares, le abrió otros caminos, pero sin perder la esencia, entregaros a esta poesía tan particular sobre lo que significa estar enamorado la convierte una de las canciones más conocidas del rock español, con eso está todo dicho. Y no nos bajamos del carro del éxito, porque llega, El día de la bestia que apareció en la película del mismo título de Alex de la Iglesia, y es que esas letras del grupo eran ideales para esa película y a fe que es verdad, una auténtica delicia y un trallazo absoluto para todos. Tiempo para Tomas, un tema en el que se hace acompañar de Fito Cabrales y el maestro reverendo, un tema muy simpático y que pone un poco de tregua a mitad de disco.

 

Porque es tiempo de otra de esas joyas imperecerederas, en Sonrisa tan rara! encontramos un duo brutal entre Robe Iniesta y Albert Pla con una letra tan ácida que solo podía salir de la boca de estos dos amigos. Con Cabezabajo rinde un homenaje al género Heavy, porque dentro de este rock tan particular que llevan haciendo hay un espacio para el genero duro por excelencia. En Ábreme el pecho y registra cuenta de nuevo con Ratanera, se trata de un muy buen tema, quizá un poco más intimista, en el que Robe incluye retazos de un poema de Sor Kampana (Antonio Belarte Aliaga). Todos me dicen sigue la línea anterior, porque Extremoduro también es intimismo, quizás un poquito más festiva sobre todo por el comienzo, pero como dice el refrán, no es como comienza sino como termina, y en esta ocasión terminamos entregados a un estilo de funk. Y como si la canción anterior sirviera de transición, es tiempo de sacar la juerga que llevas dentro y disfrutar en plan festivo de Correcaminos estate al loro, donde te puedes reír y sobre todo bailar, para continuar con la punkarra La carrera una canción que compuso en sus inicios con “Dosis Letal”, y acabar versionando un tema de los malagueños Tabletom, Me estoy quitando, el fin de fiesta por flamenco de Plasencia y esa voz lejísimos del flamenco pero que da igual, imposible no pensar en Robe, vestido de traje un tablao flamenco lleno de su “purista” gente dando brincos y sin parar de corear.

 

domingo, 14 de marzo de 2021

Extremoduro - Pedrá (Mes Extremoduro)

 

Pedrá - Extremoduro


     Cuando en 7dias7notas nos sentamos para hablar del artista al que ibamos a dedicar el mes de marzo, y una vez decidido éste, Extremoduro, nuestro querido Nevermind, experto en lo que a Extremoduro y Robe se refiere y autor del reparto de turno, tuvo muy claro que Pedrá debía de formar parte del material seleccionado, y que debía ser yo quien lo reseñara, pues consideraba que me iba como un guante, y no se equivocaba...

Durante la grabación de Deltoya y durante los conciertos que Robe y Extremoduro dan por todo el país, el artista extremeño había fijado su residencia en Madrid. Será a comienzos de 1993, tras un concierto dado en Barcelona, cuando Robe decida instalarse en el municipio barcelonés de Rubí. Es en tierras catalanas donde decide crear un proyecto paralelo a Extremoduro, llamado Q3, el cual queda formado por el propio Robe, Eugenio Ortíz "Uge" (guitarra), Ramón sogas "Mon" (bajo) y Jorge Pérez "el Moja" (batería). La intención de Robe no era ni mucho menos dejar de la lado Extremoduro, pero si era cierto que por aquel entonces la banda no pasaba por su mejor momento y la separación geográfica no ayudaba precisamente. Q3 era una forma para Robe de mantenerse en forma ensayando de forma regular y dando conciertos por la zona de Cataluña, también le servía para experimentar con otros sonidos y texturas. 

Durante esta etapa el batería Luis "Von Fanta" y el bajista Carlos "El sucio" deciden bajarse del carro de Extremoduro, la distancia pudo más que las ganas. Mientras, Robe seguía componiendo y tenía ya material de sobra para entrar al estudio a grabar, por lo que propone a la discográfica DRO hacer un álbum en solitario, pero la compañía lo que quería era sacar una recopilación de temas antiguos remezclados, y no es que a Robe no le apeteciera aquello también, simplemente lo que la compañía le ofreció no le cuadro en absoluto y acabó desechándolo.

Una vez desechada la idea de hacer algo paralelo, Robe decide centrar sus esfuerzos en grabar un disco nuevo con Extremoduro, pues material tiene de sobra. Ahora tenía que centrar sus esfuerzos en recomponer la banda tras la marcha de Von Fanta y el Sucio, y que mejor manera de hacerlo que fichando a Moja (batería) y Mon (bajo), con los que haabía estado tocando en Q3. A esta formación se les acaba uniendo Miguel Ferreras, quien se ocupa del bajo de cinco cuerdas, algo que para Robe no presentaba en absoluto un problema, el tener dos bajistas. 

Y nos plantamos en mayo de 1993, justo después de un concierto donde Extremoduro compartía escenario con Reincidentes (ambas bandas llevaban un año aproximadamente compartiendo escenario en una especie de gira discontínua), cuando el saxofonista de Reincidentes José Luís Nieto "Selu", le propone a Robe llevar a cabo una curiosa propuesta, un álbum de un único tema, un disco conceptual, algo que para la época y en un país como España iba a resultar rompedor, y Robe, culo inquieto, se siente atraído de inmediato por aquella propuesta.



Ahora había que definir la formación de la banda Pedrá, que así se iba a llamar. Dicha formación quedaría compuesta por Selu (saxo), Robe (guitarras, voz), Iñaki "Uoho" Antón de Platero y Tú (guitarra, percusión, teclados, trombón), Diego Garay de Quemando Ruedas (bajo) y Gari de Quattro Clavos (batería). El álbum, de título homónimo, constaba de una única composición de casi 30 minutos concebida por Robe, el padre de la criatura. Pedrá es grabado en los estudios Lorentzo Records de Berritz, Vizcaya, en agosto de 1993, y el resultado es una obra fuera de lo común, un único tema de carácter experimental repleto de matices, con multitud de cambios de ritmo, y donde se entremezclan con maestría sonido como rock duro, flamenco, jazz y hasta otras músicas como el cabaret. Es Pedrá un disco que hay que escuchar muchas veces para captar la infinidad de matices y sonidos que esconde y que iremos descubriendo cuanto más lo escuchemos. El tema contiene una letra brillante, con un Robe que durante casi media hora vuelve a hacernos partícipes de  obsesiones que le atrapan, como el amor y la guerra, nos hará sentir un cúmulo de sensaciones opuestas como si de una montaña rusa se tratase y nos deja claro que es él el auténtico rey del rock trangresivo. Es por tanto Pedrá una auténtica joya, una única canción que, como si de una madre se tratase, contiene dentro de sí otros muchos retoños en forma de canciones. 

Una vez grabado Pedrá, al grupo se le planteó otro problema, qué discográfica les publicaría aquel proyecto tan rompedor para la época, de hecho no se publicaría hasta pasados casi dos años de su grabación. La arriesgada propuesta no encontró discográfica alguna que quisiera publicarla, bueno una sí, DRO, la discográfica con la que Extremoduro tenía contrato. DRO puso una condición para la publicación del álbum, tenía que ser como un trabajo de Extremoduro, por lo que Robe, Uoho, Selu, Gary y Dieguillo tenían que renunciar a llamarse Pedrá si querían ver publicado el disco. El 17 de febrero de 1995 se publicaba bajo el sello discográfico DRO, Pedrá, considerado como el quinto álbum de estudio de Extremoduro, aunque esto no era del todo cierto, y Robe, Uoho, Selu, Gary y Dieguillo, los padres de la criatura y componentes del "semi vetado" proyecto de Pedrá, lo sabían.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Extremoduro - Dónde Están Mis Amigos (Mes Extremoduro)

 

Dónde están mis amigos, Extremoduro


Una vez acabada la aventura de la grabación del proyecto Pedrá en Vizcaya, Robe regresa a su residencia barcelonesa en Rubí con la intención de poner en marcha el cuarto álbum de Extremoduro. Nos encontramos en agosto de 1993, y Robe ya tiene el material que conformará el disco, sólo hay que grabarlo y testar el producto con algunas actuaciones en vivo. En medio de todo esto, el guitarrista Salo, al igual que ya hicieran antes el baterista Luis Von Fanta y el bajista Carlos El sucio, decide apearse del barco. Robe, lejos de desanimarse, decide tirar del único conocido del antiguo proyecto Q3 que todavía no se ha sumado a la banda, Eugenio "Uge", y la banda queda conformada por el propio Robe, por Uge a la guitarra, Jorge "El Moja" y Miguel Ferreras al bajo, y Ramón "Mon" Sogas a la batería.

Esta nueva etapa de Extremoduro será conocida como la "Era del caos", una época donde el desmadre y el desparrame se apropian de una banda que cuando se sube al escenario nunca se sabe que puede pasar, para bien o para mal. La formación se dirige destino a Madrid para grabar los temas que formarán parte de este cuarto álbum de estudio, Dónde están mis amigos, título que está sacado de un fragmento de una de las canciones que lo integran, Pepe Botika, a la postre una de las canciones que se han convertido en uno de los himnos de la banda por derecho propio. 

Dicho material es grabado en los ya extintos estudios Box de Madrid, y cuenta con la producción de Ventura Rico y de Extremoduro. El disco se publica el 17 de septiembre de 1993 bajo el sello discográfico DRO. Robe sabe que el material que compone este disco es de mucho nivel, y por primera vez el grupo abre las puertas de la producción a un profesional ajeno a la banda, Ventura Rico. Quiere que el producto final sea de la calidad que se merece, y así lo fue. El disco contó además con la colaboración de gente como Selu de Reincidentes, que tocó el saxo en varios temas, de Fernando Madina, también de Reincidentes, Iñaki "Uoho" Antón de Platero y Tú y su guitarra, o de Belén Pérez a los coros.

 

De la portada, en la cual se ve a un hombre tras unos barrotes, privado de libertad, se ocupó el ilustrador Cachotio, y de la contraportada, un fotomontaje que muestra a una parte de los asistentes a un concierto de Extremoduro, y a un Robe con la barba muy poblada, se ocupó María Arqore. En el interior, en una carpeta, se incluía una nota sobre Salo, que se bajó del proyecto cuando ya estaba en marcha, y reza: "No ha estado presente, tampoco ausente, sino más bien, disperso entre el ambiente".


El disco contiene once temas donde Robe da rienda suelta y saca a relucir fuertes sentimientos como el desarraigo, el desapego y el sentimiento de soledad, sufridos por el extremeño en una época difícil para el artista. A lo largo de los temas del disco, Robe nos ira haciendo partícipes de todos esos sentimientos. Un álbum con temazos como El duende del parque, un canto a la libertad y la vida errante que lleva por aquel entonces; No me calientes que me hundo, que cuenta con la colaboración de Fernando Madina y Selu, de Reincidentes, y donde nos relata como de la alegría se pasa a la tristeza, y luego a la resignación y al hastío por tener que volver a empezar de nuevo; El ya imperecedero himno de Pepe Botika (¿Dónde están mis amigos?), que cuenta con la colaboración de Fernando Madina otra vez y de Belén Pérez en los coros, y donde Robe se cuestiona las penas de cárcel por tráfico de drogas y manda ánimos a todos esos amigos que están en el talego; Bribriblibli, otro de los grandes clásicos de la banda, donde Belén se vuelve a encargar de los coros; y Los tengo todos, donde cuenta con la colaboración de Iñaki "Uoho Antón, que más adelante se convertiría en miembro de la banda. Un tema donde la terrorífica voz de Robe y la vertiginosa guitarra de Uoho dan al tema un empaque brutal. 

Dónde están mis amigos es un trabajo que a pesar de ver la  luz en una época difícil para Robe Iniesta y la banda, rebosaba calidad por todos los lados, contenía canciones emblemáticas, y confirmaba que Extremoduro se estaba convertido en una de las bandas más importantes del panorama nacional, y eso que lo mejor estaba por llegar...

domingo, 7 de marzo de 2021

Extremoduro - Deltoya (Mes Extremoduro)

 

Deltoya, Extremoduro

Atrás queda ya el año 1987, año en el que un jovencísimo Robe Iniesta, oriundo de Plasencia, Cáceres, tras la ruptura de la banda Dosis Letal, de la que formaba parte, decide crear su propia formación de rock, Extremoduro. Así comenzaba la aventura de Robe (guitarra y voz), junto a Kaíto (bajo) y William (batería). Una formación que salvo Robe, líder y alma de la formación extremeña, irá sufriendo continuos cambios en sus filas. Atrás queda ya su primer viaje a Madrid, con la mochila cargada de sueños, donde Extremoduro graba su primera maqueta. Pudieron costear el precio de aquella maqueta vendiendo papeletas que equivalían a una copia de la maqueta cuando ésta estuviera grabada y editada. Así es, señores y señoras, hasta en ese invento del crowdfunding  el "Rey de Extremadura" fue pionero, aunque apenas llegaron a vender unos 250 boletos.

Atrás queda también la grabación de su primer disco, Tú en tu casa, nosotros en la hoguera (1989), disco que fue distribuido por la región extremeña, y que años después fue reeditado con un mejor sonido y bajo el título de Rock Transgresivo. Atrás queda también el año 1991, cuando fichan por la discográfica Avispa Music, que se había fijado en ellos, pero ante las escasas expectativas que el sello tiene para ellos deciden romper el contrato y fichar por el sello independiente Área Creativa de Pasión Cía. Discográfica, con la que publican su segundo disco, Somos unos animales. Sin embargo, el grupo decide romper también con Área Recreativa, por diferencias económicas motivadas por no haber cobrado los derechos de autor.

Nos encontramos en 1991, y Extremoduro, que en ese momento está formado por Robe (guitarra y voz), Salo (guitarra), Carlos "El Sucio" (bajo) y Luis "Von Fanta" (batería), consigue fichar por DRO (Discos Organizados Radiactivos), el sello de música independiente más importante del país. La gestación del fichaje comienza a raíz del contacto del bajista Carlos "El Sucio", con el cazatalentos de DRO José Antonio Gómez, al que conocía personalmente. Curiosamente, la gran calidad que el Robe compositor y escritor descarga en cada una de sus letras, no es la razón para fichar a los extremeños, sino la cantidad de gente que llevaban detrás y que arrastraban a los shows que montaban en los conciertos, motivo por el que las revistas heavys ya se habían empezado a fijar en ellos y en su música, alejada del típico rock standard que se hacía en la época.

Con un contrato discográfico en el bolsillo y con las garantías de un sello fuerte, el grupo se mete en los estudios Box de Madrid y graba el material que compondrá su tercer álbum. En junio de 1992 se publica Deltoya, que sentará las bases del despegue de la banda, y que la pondrá en la senda del éxito y reconocimiento absoluto como grupo de culto. Deltoya no consiguió inicialmente el reconocimiento que merecía, en parte por la escasa promoción del disco, y no por la falta de interés de DRO, sino porque el propio Robe se negaba a convertir al grupo y al disco en un producto, lo que da una idea de la gran personalidad del líder de la banda extremeña. 

El resultado es un doble álbum compuesto por doce temas, de los que muchos se han convertido ya en imprescindibles en la historia del rock español. Las condiciones del grupo han mejorado considerablemente, y esto hace que puedan centrarse única y exclusivamente en lo que mejor saben hacer, la música, y entonces el resultado salta a la vista. En Deltoya se da, además, la circunstancia de que el grupo, al sentarse a discutir que temas descartar, se dan cuenta de que no hay ningún tema que pueda considerarse de relleno, por lo que deciden apostar por todos, y la discogŕafica DRO, en un gesto de confianza hacia la banda, decide dejarles incluir los doce temas compuestos en forma de doble álbum.

El título del álbum, Deltoya, proviene de la contracción "del todo ya", y tenía un significado especial para la banda, pues por fin, habían podido grabar todas las canciones que tenían preparadas, con buen sonido y sin tener que elegir o sacrificar ninguna, por lo que decían que tenían un disco deltoya (del todo ya). El vinilo del disco tiene dos portadas, una creada por el artista de Trujillo (Cáceres), Chuty, quien era miembro de la asociación cultural Tope Ganso, y consiste en un dibujo en que un hombre de espaldas mira desde un balcón hacia la noche, bajo la atenta mirada de la luna. La otra portada es una ilustración de Carlos Azagra, un ilustre del mundo del cómic, responsable de personajes como Pedro Pico y Pico Vena de la publicación El Jueves. La ilustración muestra a una familia desnuda contemplando el mar desde una playa.

Para la grabación del disco, la banda cuenta con la colaboración de músicos adicionales, los que se encuentran Ariel Rot en el tema Volando solo, Salvador Domínguez (Banzai) en De acero y Relación convencional, o Rafa Kas (Los Toreros Muertos, Ilegales, Desperados) en Lucha contigo. El disco contiene una mayor complejidad que los dos álbumes anteriores, fruto de la constante evolución de Robe, quien pretendía que la gente se devanara los sesos y que le diera su propia interpretación a lo temas cuando los escuchara. El disco es un recorrido donde Robe, con sus letras, nos transporta y deleita con temazos como Volando solo, donde pone el grito en el cielo en defensa de la ecología y podemos disfrutar de la guitarra de Ariel RotÚltima generación, donde además de tocar la temática ecologista también lanza una llamada con toques anti-sistema, Ama, ama, ama y ensancha el alma, poema escrito por el poeta Manolo Chinato y al que Robe pone la música, toda una llamada a la fraternidad y el amor colectivo, Estado Policial, un potente rock and roll con el que cierran el disco; o la potente Deltoya, escrita por Robe basándose en un poema de Kiko Luna Creciente, artista de la asociación Tope Ganso de Trujillo.

Robe, siempre perfeccionista, no acabó del todo contento tras la publicación del disco, pues consideraba que a Deltoya le había faltado tiempo de cocción. Lo que si es cierto es que Deltoya significó un salto cualitativo para el grupo, que iba camino de convertirse en lo que es ahora, un grupo de culto. El cambio a una discográfica como DRO les permitió a Robe y a Extremoduro dejar de lado muchas preocupaciones adicionales, pues por fin no tenían que preocuparse de tener que hacerlo todo ellos, para centrarse "del to ya" en lo que mejor sabían hacer. Rock transgresivo lo llamaban, una efectiva receta a base de generosas dosis de pura música y poesía.

miércoles, 3 de marzo de 2021

Extremoduro - Rock transgresivo (Mes Extremoduro)


Extramoduro - Rock transgresivo #MesExtremoduro

Todos tenemos un comienzo, y el comienzo de esta banda, que marcara el mes de Marzo, no es más ni menos que su primer álbum, una joya en bruto que fue creciendo de una simple maqueta que la banda, realizo en 1989, a publicar como primer disco de estudio con el nombre de  "Tú en tu casa, nosotros en la hoguera", y finalmente re editado nuevamente en 1994 nuevamente recuperando su nombre original de "Rock Transgresivo"

Un disco de este calibre no pasa desapercibido en su historia, y anécdotas no faltan, junto al empeño de una banda que ha crecido muchísimo en la escena musical Española, quien puede negar que Extremoduro no sea un referente, y este referente de la música tuvo en sus inicios, más de un desafío como toda banda de rock, logra sacar su primera maqueta gracias al apoyo en sus fans, pre vendiendo la maqueta por 1.000 pesetas, el apoyo de sus fans les permite pre vender 250 y juntar el dinero necesario para su edición. 

Y así sale a la luz en 1989 bajo el nombre de "Tú en tu casa, nosotros en la hoguera", Extremoduro logra en un mismo año tener su maqueta y un primer disco de estudio, la maqueta se edita con 7 temas, y la banda en su disco de estudio agrega una canción más. Ambos discos conviven en las tiendas y es muy bien recibido por los fans. 

Extremoduro ira por más y decide en 1994 volver a re editar este primer álbum, una banda ya consolidada y reconocimiento internacional, agregar en esta re edición de "Rock Transgresivo" dos nuevos canciones, y no se quedan atrás en el año 2011, redoblan la apuesta y vuelven con un "Rock Transgresivo" recargado con 15 canciones de la banda. 

Así que Extremoduro un clásico en la escena del Rock Español, que se merece este reconocimiento por toda su trayectoria y un disco con historia.

Daniel 
Instagram Storyboy 

lunes, 1 de marzo de 2021

Extremoduro - Iros todos a... (Mes Extremoduro)


Empezar estas líneas diciendo "Iros todos a tomar por culo" es, probablemente, la peor manera de empezar una reseña y un mes dedicado a un nuevo artista. Pero todo cambia si el mes en cuestión es el #MesExtremoduro. Ahí, todo cobra de repente sentido, porque es el título del primer álbum en directo de la banda del genial Robe Iniesta, el único letrista español capaz de alternar momentos de excelsa lírica con golpes de incontinencia verbal tan directos como el del título de este disco, y conseguir que en el conjunto de sus letras todo encaje siempre a la perfección, convirtiendo ese modo de escritura bipolar e imprevisible en poco menos que la marca Extremoduro. Poco importa que sus ataques de ira carguen "Contra todo" y contra todos, nos gusta tanto que nos damos por satisfechos en lugar de darnos por aludidos. Cuenta el propio Robe que, en una rueda de prensa de promoción de "Iros todos a tomar por culo" (1997), un periodista le preguntó a quién iba dirigido realmente ese mensaje, a lo que el músico respondió: "Yo creí que el mensaje era suficientemente claro, iros todos a tomar por culo".​

El disco recoge los mejores momentos de los últimos conciertos de una gira conjunta de Extremoduro y Platero, la otra banda del guitarrista Iñaki Uoho, que pasaría a ser "cien por cien Extremo" cuando los Platero decidieron apearse definitivamente del burro. Era también la gira en la que hacían promoción de Agila (1996), el disco que elevó su carrera y su status a la categoría de grandes estrellas de la música rock patria, un trono del que ya nunca se han bajado. Grabado durante las últimas actuaciones de la gira, y producido por el propio Uoho, es todo un compendio de los mejores momentos de  la discografía del grupo.

Comienza con Amor Castúo (de Rock Transgresivo) y Buscando una Luna (de Agila), grabados en el Auditorio de la Cartuja de Sevilla, para saltar después a los temas grabados en la Sala Cuattro de Avilés (De acero, del disco Deltoya, y Correcaminos, estate al loro, de Agila). La Hoguera, de Rock Transgresivo, es el único tema registrado en la Sala Gares de Puente de la Reina (Navarra), y a partir de ahí, el disco corresponde en su totalidad a grabaciones de las dos noches que actuaron en el madrileño Palacio de los Deportes (ahora Wizink). La descarga continuada de decibelios de esta "sedentaria" segunda parte del disco incluye éxitos del nivel de Jesucristo García (de Rock Transgresivo), Bri, bri, bli, bli (de ¿Dónde están mis amigos?) o Ama, Ama, Ama y ensancha el alma (de Deltoya), entre otros grandes temas de la banda.

No hemos mencionado todas las que están en el disco, al igual que no podremos reseñar todos los discos de la banda, pero en el #MesExtremoduro intentaremos dar un amplio repaso a lo mejor de una banda considerada por muchos como la mejor banda de rock en español de la historia. Disfrutadlo, tanto los que estéis de acuerdo como los que no lo estéis tanto, y pasaros a mirar los que andeis dudosos, pero, por favor, que nadie se nos vaya a ningún sitio. Comienza el #MesExtremoduro.

sábado, 27 de octubre de 2018

El disco de la semana 29: Extremoduro - La Ley Innata



"En efecto existe, señores jueces, una ley no escrita, sino innata..." 


Hace ya muchos años, a finales de los 80 o primeros de los 90 en unas fiestas de Parla, un grupo de adolescentes atravesamos el recinto ferial sin prestar mucha atención al grupo que actuaba en la explanada. Era Extremoduro, en una de sus primeras formaciones. No les conocíamos por entonces, pero sí que recuerdo que el cantante gritó al público "¡¡¡¡Parla... Os perdono!!!!", justo antes de atacar la siguiente canción (que después descubrí que era "Jesucristo García").


En ese momento pensé "Ya le vale a este colega, se cree Dios!!!", y seguí nuestro camino hacia las casetas, dónde nos esperaba un hipnótico bocadillo de panceta, tentación irremediable que nos alejó de la doctrina del cantante de aquel grupo. Unos años después, dejé la panceta y los chiringos de feria y me rendí a aquel autoproclamado Dios y su inmenso legado, que hizo que su público le concediera el título de Rey de Extremadura.


Fue con el disco "Agila" con el que muchos les descubrimos, pero la señal definitiva para mí llegó con "Yo, minoría absoluta". Aquel profeta ignorado por un grupo de adolescentes en Parla, no cejaba en su intento de transmitir su mensaje y atacaba de nuevo desde la portada del disco, cuál Cristo armado con dos pistolas.


Y en el momento en que más enganchados estábamos a sus enseñanzas sobre el rock transgresivo, cayó sumido en una crisis creativa que nos tuvo 6 años sin noticias del talento de nuestro líder espiritual. Y casi cuando ya menos esperábamos a Extremoduro, a punto de rendirnos y caer de nuevo en la mediocridad musical reinante, ciegos de nuevo ante otro correoso bocadillo de panceta, como si nunca hubiera existido la esperanza de un mundo mejor, en septiembre de 2008 dejaron grabado a fuego en nuestros oídos el que muchos consideramos el mejor disco de rock en español de la historia.

"... para la que no hemos sido instruidos, sino impregnados":

LA LEY INNATA

1. Dulce introducción al Caos

La introducción al caos fué también la introducción al disco, el single de adelanto. Después de 6 años, el público estaba ansioso por escuchar el nuevo material, y seguro no esperaban que fuera tan literal en lo dulce, con sus suaves arpegios de guitarra y su tono melancólico y relajado, y a la vez tan alejada del caos pasado y esperable. Robe ha trabajado su voz desde el exilio, y suena ahora más suave y a la vez más aguda y afilada, complementada en la canción por la voz femenina de Sara Iñiguez y los barrocos arreglos de guitarra con los que Uoho (encargado de la producción además de la guitarra principal) adereza brillantemente tema. Su solo de tintes clásicos tiene incluso un fragmento de la Cantata "Jesús sigue siendo mi alegría" de Bach. El Jesús de las dos pistolas estaba dormido pero ha vuelto con fuerza, y ya aquí empezamos a vislumbrar que el trabajo realizado con las letras de este disco supone la cumbre creativa del genio extremeño:

"Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas
se paró el aguacero ahora somos flotando dos gotas.
Agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor
me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor.
¡Volar! ¡Volar!"


2. Primer movimiento: El Sueño

Aparecen aquí, por primera vez, el estribillo y el riff de guitarra serán una constante que se repetirá en varios puntos del disco con leves diferencias en los arreglos dentro de cada movimiento, como nexo e hilo conductor de una obra que, como los grandes discos conceptuales del rock progresivo, debe entenderse y degustarse como un todo en lugar de desde la individualidad de las canciones:

"Buscando mi destino, viviendo en diferido,
sin ser, ni oir, ni dar,
Y a cobro revertido, quisiera hablar contigo,
Y así, sintonizar"

Tiene este primer movimiento un tono más duro que le de la introducción, el sueño no es placentero y Robe desata sus infiernos interiores repartiendo poderosas imágenes de destrucción a través de sus versos.

3. Segundo Movimiento: Lo de Fuera

Pieza central del disco, tema de larga duración y una de las cumbres creativas del disco con su desarrollo en tres partes diferenciadas. Comienza en un tono melancólico que acaba roto por las intenciones del personaje de escapar de su prisión. "¡Voy a hacer un butrón, que saque la cabeza fuera!". Puro Robe cuando toma carrerilla y arrasa contra la buena educación y la televisión mientras reconoce que "¡si hay un escalón, pa' dar un tropezón, voy de cabeza...!"
La banda tiene aquí uno de sus momentos instrumentales más brillantes, desembocando como una locomotora recién engrasada en la segunda parte de esta gran suite:

"Sueño que empieza otra canción, vivo en el eco de su voz, entretenido...
Sigo la estela de su olor, que me susurra: vámonos, vente conmigo"

La locomotora nos lleva aún más lejos, y en el camino hasta nos encontramos con una banda de mariachis que transforman la melodía central del tema en una sorprendente ranchera que inesperadamente encaja en el carril del tren como un guante. 

4. Tercer Movimiento: Lo de Dentro

Dura reivindicación de la "Ley Innata" que hace al personaje rebelarse contra su condición y las normas establecidas colectivamente, en un tema que hace las delicias de su público más tradicional por la dureza de sus guitarras y planteamientos. La letra es puro Robe desatando sus demonios interiores, angustia existencial, drogas, locura y oscuridad, mientras se desgañita al ritmo enloquecido de la batería y las guitarras: 

"Sin patria ni banderas,
ahora vivo a mi manera;
y es que me siento extranjero
fuera de tus agujeros.
Miente el carné de identidad:
tu culo es mi localidad.
Miente el destino para hacer
que no te vuelva a ver...".

5. Cuarto Movimiento: La Realidad

Partiendo de un riff de guitarra similar al de la Dulce introducción al Caos, combinado con líneas de piano poco habituales en Extremoduro, y cuidados arreglos de violines, nos entregan una pieza lenta y descarnada que nos devuelve a la cruda realidad de la vida, lejos de los sueños, y engarzada con el resto a través del estribillo que se ha ido repitiendo en distintas fases del disco. Una de las piezas más cuidadas e impactantes de esta obra grande, y que contiene algunas de las letras más bellas del disco:

"Hice un barquito de papel para irte a ver,
se hundió por culpa del rocío,
no me preguntes como vamos a cruzar el río..."

La canción va subiendo de intensidad, y tiene esa combinación mágica en las letras de Extremoduro, entre lo poético y lo salvaje:

"Para contarte, que quisiera ser un perro y oliscarte,
y vivir como animal que no se altera,
tumbado al sol lamiéndose la breva
sin la necesidad de preguntarse
si vengativos dioses nos condenarán
si, por Tutatis el cielo sobre nuestras cabezas caerá".


6. Coda Flamenca

El último movimiento ya habría servido de final majestuoso, pero nos regalan una coda final aflamencada pero eléctrica, con guiños a versos de Pérez Galdós y en la que hay sitio de nuevo para la admiración de la brillantez de la propuesta y de la rotundidad de la banda, y también para la broma y la sorpresa, con la aparición estelar del perro de Robe y de esa pareja de tirados cómicos que son "Manué" y su acompañante, que aparecen en varias canciones a lo largo de la discografía de Extremoduro.


De modo que hace ya muchos años, en unas fiestas de Parla, un grupo de adolescentes atravesamos el recinto ferial sin prestar mucha atención al grupo que actuaba en la explanada.Y resulta que era Extremoduro, que muchos años después hizo "La Ley Innata", el mejor disco de rock en español de la historia de la música. Con esta última afirmación muchos podréis no estar de acuerdo. A todos los que penséis que no es así, en plenitud de mi estado de locura tras escucharlo de nuevo para escribir esta reseña, solo puedo deciros que ... ¡¡¡Os perdono!!!