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domingo, 19 de enero de 2025

"Blur", el disco con el que dieron portazo al "Britpop" (Mes Blur)



Tras la forzada guerra mediática con Oasis, alimentada y exagerada por las discográficas tras la publicación de "(What's the Story) Morning Glory?" (1995) de los de Manchester y "The Great Escape" (1995) de Blur, estos últimos no estaban por la labor de seguir alimentando aquella maquinaria de marketing hasta quedar estancados en un estilo y una tendencia que habían tenido su momento de esplendor en la primera mitad de los noventa, pero que no daban mucho más de sí. A pesar de haber entregado el mejor disco del género ("Parklife", 1994), las superiores ventas de sus rivales les situaron a nivel mediático como los perdedores de aquella ficticia batalla, y era el momento de un cambio, y como hemos visto posteriormente en las carreras tanto de Damon Albarn como de Graham Coxon, lejos de suponer una dificultad o un contratiempo, ambos se han movido como peces en el agua a la hora de virar el rumbo y hacer cosas diferentes, entregando grandes obras que se alejaban de lo que habían hecho anteriormente.

"Blur" (1997), el quinto álbum de estudio de la banda, fue el segundo de esos cambios drásticos de timón, tras la ruptura que "Modern Life is Rubbish" (1993) supuso respecto al más bien insulso debut de "Leisure" (1991), y para la carrera de Albarn y compañía fue sin duda el más relevante, pues entregaron un disco a la altura de su glorioso "Parklife" pero, al mismo tiempo, totalmente innovador y diferente. Publicado el 10 de febrero de 1997, y fuertemente influenciado por la creciente corriente del rock alternativo estadounidense, y más en concreto del noise rock de bandas como Pavement o Sonic Youth, supuso también un cambio en la manera en la que Damon Albarn enfocó las letras de las canciones, alejándose de las descripciones irónicas de personajes ficticios, y explorando en su lugar terrenos más personales e introspectivos. Por último, y no menos importante, el objetivo dejó de ser encontrar la fórmula mágica que les permitiera facturar grandes hits, y paradójicamente, encontraron el éxito en el camino que tomaron para alejarse de la presión que les suponía.

Un buen ejemplo de ello son las dos canciones con las que comienza "Blur". Ya en "Beetlebum", elegida como single de lanzamiento, encontramos una gran ruptura respecto a los esquemas de canciones anteriores, y es sin duda el mejor single de Blur en varios años. Grabada en parte en Rejkiavik (Islandia), en un ambiente más relajado y una convivencia más tranquila, "Beetlebum" rezuma esa reflexión interna y esa madurez en la construcción de los riffs y las melodías, y en unas letras más crípticas sobre temas más oscuros como la adicción a la heroína. Son claras las influencias de los Beatles (más allá de la referencia en el título), en especial del sonido del "White Album" (1968).


¿Es "Beetlebum" la mejor canción del disco? Probablemente, pero es difícil asegurarlo en un disco tan bueno, y más si a continuación suena "Song 2", segundo single del disco, y el mejor ejemplo de como facturar un hit sin buscarlo, alejándose aún más del estilo que les hizo famosos. En "Song 2" todo parece hecho sin un objetivo claro, desde el desdén en la elección del título, o el ritmo que surgió trasteando con la guitarra y que no sabían bien que hacer con él, y pasando por la letra críptica e inconexa y cantada casi con desgana, pero entonces llega el grito de rabia y el feroz estribillo punk, en mitad de una descarga de guitarras y bajo saturados, y la magia se despliega sin mayor explicación posible en una canción mítica e irrepetible que ya es todo un himno de punk rock salvaje y urgente.

Tras esta potente descarga inicial, el ritmo se vuelve más pausado e introspectivo en "Country Sad Ballad Man", una balada psicodélica y de aire Lo-Fi que comienza de manera rugosa y acústica y va creciendo de manera perezosa a nivel melódico, para explotar en distorsión sonora en el último tramo. Quizá no tuviera los ingredientes para convertirse en un single, pero es una más que destacable rareza y otro de los pilares de la demonstración del cambio en el que estaban inmersos. Funciona además como tregua antes de la llegada de "M.O.R." ("Middle of the Road"), el cuarto single que se extrajo de "Blur", un tema ´muy influenciado por la música de David Bowie, del que toma prestadas progresiones de acordes de "Boys Keep Swinging" y "Fantastic Voyage".

El tercer single fue "On Your Own", tema inspirado en The Kinks, la música de Beck y en los ritmos de hip hop de los años 80. Para recrearla, utilizaron una caja de ritmos antigua y, además de las inevitables guitarras distorsionadas que dan peso a todo el disco, recurrieron al uso de sintetizadores. Otro tema brillante, y solo estamos llegando a la mitad del álbum, marcada por el interludio de la extraña "Theme from Retro", un curioso ejercicio de trip-hop y música espacial que parece sacado de una banda sonora de película de serie B. A veces, y desde un punto de vista de "pop rock académico" siento la tentación de etiquetarla como uno de los pocos temas prescindibles del disco, pero la verdad es que, a su manera, aporta una atmósfera experimental que es también uno de los puntos fuertes de "Blur". La rareza y complejidad de este tema contrasta con la brillante modestia de "You're So Great", compuesta e interpretada por Graham Coxon, una exquisita balada Lo-Fi que nuevamente parece grabada con desgana o escasos medios, pero que es una absoluta e irrepetible obra maestra en su aparente sencillez y en la profunda emoción que despierta su escucha.

"Death of a Party", ahora de nuevo popularizada por su aparición en la película de 2024 "All of us strangers" (titulada "Desconocidos" en España y "Todos somos extraños" en Latinoamérica) es una profunda reflexión sobre la muerte debido a enfermedades de transmisión sexual, y otro de los puntos álgidos de un disco plagado de momentos relevantes. Una maravilla sonora que se acerca mucho a lo que años después Damon Albarn plantearía con Gorillaz, aunque más introspectiva y melancólica. Es curiosa la conexión con el tipo de música que haría en el futuro con su banda paralela virtual, y más si tenemos en cuenta que se trata de una canción antigua que ya le rondaba la cabeza en los tiempos de "Leisure" (1991) y que no cristalizó hasta su grabación final para "Blur". Lástima que tras semejante temazo, el nivel baje puntualmente en "Chinese Bombs", un intento de repetir la fórmula de "Song 2" o de las canciones de corte punk que siempre encontraban su hueco en discos anteriores, que resulta demasiado acelerada y atropellada.

"I'm Just a Killer for Your Love" aporta algo más por su, de nuevo, cadencia lastimosa y dejadez en la voz de Damon Albarn, en contraste con la distorsión y el ritmo de la guitarra de Graham y del resto de instrumentos, y como "Theme from Retro" ayuda a crear la curiosa atmósfera del disco, justo antes de que con la balada "Look Inside America" ofrezcan un inesperado e irónico guiño al britpop de anteriores discos, en los que su estructura y sus arreglos de cuerdas habrían encajado como un guante, pero en la que ahora apuntan hacia el Nuevo Continente en lugar de ensalzar a la Inglaterra que se filtraba a borbotones en los surcos de discos como "Modern Life is Rubbish" o "Parklife".

Y aún hay más, porque "Strange News from Another Star" (título tomado del libro de Hermann Hesse) es un nuevo homenaje a David Bowie, y podría decirse que por temática y sonido, y salvando las distancias, es el "Space Oddity" de Blur, y "Moving On" es un temazo de pop rock en el que deberían haber confiado mucho más y haberlo sacado como un quinto single. No terminaron de verlo claro, al igual que tampoco terminaron de darle el honor de cerrar en todo lo alto el disco, porque finalmente incorporaron al cierre los ocho largos minutos de "Essex Dogs", un tema que en origen era una especie de poema que recitaron en un concierto en el Royal Albert Hall en julio de 1996, para cuya versión de estudio completaron con una gran variedad de extraños sonidos y con guitarras tan caóticas y distorsionadas que por momentos parecen aterradores motores de maquinaria pesada, poniendo cierre y broche a la particular y por momentos inquietante atmósfera vanguardista y oscura de un disco que fue una auténtica ruptura con todo lo que la banda había hecho anteriormente.

Ese cambio fue tan drástico, y a la vez tan premeditado y deseado, que los trucos y guiños de la banda van más allá incluso de la música, y en la portada nos encontramos una imagen borrosa de un paciente en una camilla, siendo trasladado de urgencia por los pasillos de un hospital. Es inevitable pensar que ese paciente eran los propios Blur, en situación crítica tras varios discos bajo la presión de las ventas y de llevar a cuestas el San Benito del britpop y la rivalidad con Oasis. La imagen es turbia e inquietante, pero al mismo tiempo alentadora, por los colores anaranjados de la portada, que transmiten positividad y esperanza. Y no es casual que el disco se llame precisamente "Blur" a secas. Al contrario, parece toda una declaración de intenciones, como si quisieran reivindicarse a través de aquella nueva música, libres de etiquetas y estilos anteriores, pero sin perder por ello su identidad y su lugar privilegiado en la música de los noventa y de las décadas posteriores.

martes, 13 de septiembre de 2022

Grandes éxitos y tropiezos: Oasis



Volvemos con una nueva edición de Grandes Éxitos y Tropiezos, y en esta ocasión suben a la palestra los controvertidos hermanos Gallagher y su particular Oasis musical, que fueron punta de lanza del britpop en los noventa y dejaron grandes discos para la historia, pero también tropezaron lo suyo, hasta que el choque de estas dos fuertes personalidades les llevó a tomar caminos que, hasta hoy, y a pesar de que sus todavía miles de fans claman por una reunión, siguen siendo separados. Así que si te da por bucear en la discografía de los de Manchester, te vendrá bien esta breve guía antes de plantarte en la tienda de discos.

Estás tardando en comprarlo:

Gran parte de la culpa del desmedido éxito de Oasis en los noventa la tuvo su primer disco, Definitely Maybe (1994), con el que se presentaron al mundo armados con la actitud contestataria de los Sex Pistols (y cierto parecido en la manera de Liam de estirar la última palabra en cada fraseo con la peculiar manera de cantar de Johnny Rotten), y una estética sonora que tomaba cosas de Stone Roses, Rolling Stones y, como no, de su adorado Lennon y los Beatles. Este disco es, sin lugar a dudas, uno de los mejores discos británicos de todos los tiempos, una sucesión de arrogantes hits de intensas y sobrecargadas guitarras y acertadas melodías. La lista de hits es apabullante: Rock ‘n Roll Star, Live Forever, Shakermaker, Supersonic, Cigarettes And Alcohol, Columbia, Slide Away... Si no conocieras al grupo, podrías incluso pensar que estabas escuchando el recopilatorio definitivo (o quizás) de sus mejores canciones.

Tengo que incluir aquí también al archiconocido (What’s The Story) Morning Glory? (1995), el mayor éxito de su carrera por temas como Wonderwall, Roll with it o Don't look back in anger, que en conjunto, y siendo también uno de los mejores discos del brit pop y de la historia de la música inglesa, en mi opinión está un escalón por debajo de su álbum de debut, aunque para ello haya que recurrir a la "photo finish". Este disco supuso un cambio sonoro respecto a su predecesor, las guitarras son aquí menos saturadas y aunque hay temas de rock intenso (Hello) o que encajarían estilísticamente en el anterior disco (Some might say), el tono general de Morning Glory es más pausado, con coros e instrumentaciones menos crudas y directas, e incluyendo arreglos de cuerda y, en general, una instrumentación más accesible y variada. La auténtica joya del disco es la excelsa Champagne Supernova, uno de los mejores temas de toda la discografía de la banda, y su momento más alto a nivel de épica y de intensidad tanto vocal como musical. Un final glorioso para un disco remarcable.

Si te queda pasta, llévate también: 

Don’t Believe The Truth (2005) Cuando ya nadie esperaba un buen disco de Oasis, tras varios tropiezos que veremos en la siguiente sección, aparece este disco en el que se nota el aire fresco y las contribuciones de otros miembros de la banda, en lugar del omnipresente Noel que empezaba a mostrar ya signos de desgana y agotamiento. Las tareas se reparten en el disco más democrático del grupo, firmando su mejor disco en muchos años, y el primero en contar con la batería de Zak Starkey (hijo de Ringo Starr), tras la salida del habitual Alan White. Los temas que aporta Liam Gallagher son mucho más robustos que los torpes acercamientos de discos anteriores, y las aportaciones de Noel, aunque más escasas, siguen siendo muestras de su genio creativo (The Importance Of Being Idle) o hits redondos y efectivos (Lyla). Las aportaciones de Andy Bell y Gem Archer están también a la altura, y toda la banda parece haber recobrado los bríos del pasado en esta nueva formación. Muy destacable también el intenso comienzo con Turn up the Sun, con la que de hecho consiguieron volver al número 1 en el Reino Unido, y alcanzar la mejor posición en las listas estadounidenses desde 1997, y el himno Beatle de Let there be love, un tema antiguo de Noel que encontró aquí su lugar privilegiado para brillar como merecía.

Be Here Now (1997) La continuación de Morning Glory es un disco bastante denostado con el paso de los años, y muchos lo incluirían en la sección de "Vuelve a dejarlo en el expositor" por su sobreproducción y por no resistir la comparación con sus dos antecesores. El primer pinchazo de Oasis surgió de unas difíciles sesiones de grabación, en las que las discusiones entre los hermanos, y el abuso de las sustancias, deterioraron un lanzamiento que yo reivindico aquí porque, pese a todo, sigue ofreciendo un buen puñado de canciones clave del repertorio de Oasis, junto con otras más criticables o descartables. Los temas en este disco se alargan demasiado en ocasiones, y las sobre-grabaciones de guitarra son también excesivas en algunos momentos, lo que no quita que temas como D’You Know What I Mean?, Stand by me, Don’t Go Away All Around The World están a la altura de lo exigido y esperado de la banda. 

Dig Out Your Soul (2008) El hasta ahora último disco publicado por Oasis fue un claro intento de reinvención y modernización de su sonido y sus planteamientos, dejándose influenciar por otros estilos como la psicodelia y el rock alternativo, pero el tema que más brilla en el conjunto es The Shock of the Lightning, un tema al más puro estilo de Oasis. Este tema o el también intenso Bag it up dan muestra de lo que Oasis podía haber hecho en el futuro, de haber surtido efecto este renacer creativo. I’m Outta Time es el enésimo homenaje a su admirado Lennon (incluye, de hecho, una grabación de su voz) pero también es otro de los momentos álgidos del disco. Otros temas como (Get Off Your) High Horse Lady o Falling Down se acercan a lo que Noel haría después en solitario. El resultado en conjunto es un buen disco y una despedida digna para una banda de su nivel, sonando como nunca pero sin caer en la excesiva pompa de otros proyectos, y hasta explorando la sonoridad de Pink Floyd en Soldier on, diciendo adiós de la manera más curiosa y sorprendente posible. 

Vuelve a dejarlo en el expositor:

Heathen Chemistry (2002) supuso un intento de vuelta al rock, con algún toque psicodélico, pero solo consiguieron transmitir el sonido de un grupo gastado y sin ideas, que replica o copia las estructuras que les habían llevado al éxito sin la gracia y la frescura de antaño. Es sin duda el disco más flojo de la banda, y salvo The Hindu Times, el tema más enérgico y destacable, y uno de sus mejores temas en años, el disco se centra en su mayor parte en los medios tiempos y las baladas, y aunque Stop crying your heart out, Little by little y Songbird son temas de calidad, el disco al completo carece del carácter y el carisma que anteriormente había mostrado la banda.

Standing On The Shoulder Of Giants (2000) marca el comienzo serio del declive de la banda. Pese a un comienzo enérgico y prometedor con el desatado instrumental de Fuckin' in the bushes, al que sigue Let it out, temazo marca de la casa a ritmo de mellotron y guitarra, y una no menos efectiva y psicodélica balada de sitar y toques electrónicos (Who feels love?), después es como si la ciudad de Nueva York de la portada sufriera el mayor apagón de su historia. El intento de mezclar la psicodelia de los sesenta con la electrónica del momento habría resultado curioso, de haber mantenido el resto de las canciones el nivel de las tres primeras. La primera aportación compositiva de Liam con Little James es un sonrojante y torpe intento de facturar su propio Hey Jude, y en temas como Put Yer Money Where Yer Mouth Is, I can see a liar o la progresiva Gas Panic! suenan encorsetados y repetitivos donde deberían sonar intensos y contundentes. Noel se pregunta en Where Did it All Go Wrong? ("Donde empezó todo a ir mal"), que pudo fallar en la "Cool Britannia” de Blair, pero con ese título era inevitable para mí pensar en por qué, y en qué momento, un disco con un arranque tan bueno acabaría en esta sección.

viernes, 14 de mayo de 2021

Disco de la semana 225: Definitely Maybe - Oasis


En la fría y gris Manchester de finales de los ochenta, unos adolescentes hermanos Gallagher ven pasar el día a día en un humilde barrio obrero, sin saber muy bien que rumbo tomar en la vida. El mayor (Noel) convence al pequeño (Liam) para ir a ver un concierto de los Stone Roses. Ellos no lo saben, pero con esa decisión sin importancia acababan de sembrar la semilla para la creación de Oasis. Noel (el instigador) quedó impresionado con la destreza de John Squire a la guitarra, pero lo curioso es que Liam (el reacio) vuelve del concierto absolutamente fascinado por la manera en la que Ian Brown se manejaba en el escenario, y completamente decidido a montar un grupo.

Noel no tarda en enrolarse en un grupo llamado The Inspiral Carpets, con los que se sube a la furgoneta y se marcha de gira por los pubs de toda Inglaterra, mientras Liam sigue nadando en la monotonía del deprimido barrio de Manchester, solo mitigada por las visitas al estadio del Manchester City, por entonces el equipo pobre de la ciudad. Sobrevive con el subsidio de desempleo, y cuando puede no pierde la ocasión de ir a rayar los coches de los jugadores del Manchester United, hasta que encuentra por fin la ocupación que estaba buscando, y se hace vocalista de un grupo local llamado The Rain, que para no coincidir con otro grupo del mismo nombre cambian al poco tiempo su nombre por el de Oasis.

Cuando Noel regresa de la gira de los Inspiral Carpets, acude a ver el primer concierto del grupo de su hermano, y según sus propias declaraciones: "Les dije que lo que hacían era una mierda, pero que Liam valía como frontman de la banda". Noel se ofrece entonces a escribirles canciones, y no tarda en pasar a formar parte de la primera formación de Oasis, definitivamente comandada por los dos hermanos Gallagher. Definitivamente, o quizás, tal y como reza el título del que sería su primer y mejor disco, en su momento el álbum de debut de un grupo inglés más impactante desde el Nevermind the Bollocks de los Sex Pistols, con el que además comparte algunas similitudes, como que antes de la publicación del disco ya se rodaran muchas de las canciones en el circuito de conciertos local, y se publicaran varios singles que después formarían parte del disco.

Es el caso, por ejemplo, de Live Forever, la canción que Noel interpretó para el resto como ejemplo de lo que podía aportar si le incluían en el grupo, o Columbia, rotundo tema interpretado ya en el primer concierto de Oasis en el que tocaron juntos los dos hermanos, antes de meterse a un local de ensayo a preparar el resto de canciones del disco. En aquel local de ensayo, empiezan a pulir temas como Rock and Roll Star (el primer fogonazo con el que abrirá el disco), o Up in the sky, temas que pronto formaran también parte de las primeras actuaciones en el circuito de pubs de Manchester, y de la maqueta que grabaron de aquellas primeras sesiones, que incluía  temas como Bring it on down, Married with children o Digsy's dinner. Todos ellos serían parte de lo que después sería Definitely Maybe, una vez conseguido su primer contrato discográfico con el sello Creation.

Con el flamante contrato bajo el brazo, la banda vuelve al local de ensayo y genera nuevos temas como Cigarettes & Alcohol y Shakermaker. Las melodías van surgiendo, pero les cuesta encontrar las letras adecuadas para las nuevas canciones, y para ello contaron con la inesperada ayuda de Elsa, el perro del ingeniero de sonido, que tenía problemas estomacales y no paraba de soltar unos terribles pedos, como si se hubiera tragado un tubo de Alka-Seltzer. Eso les dio las primeras frases de Supersonic, el primer sencillo y uno de los temas estrellas del disco (Conozco a una chica llamada Elsa, adicta al Alka-Seltzer")

El segundo sencillo fue Shakermaker, que nació con polémica por su parecido con el tema "I'd like to teach the world to sing" de los New Seekers para un anuncio de Coca-Cola. De hecho, Noel coló en la letra el slogan de aquel anuncio de veinte años atrás ("Me gustaría comprarle al mundo una Coke") y se negó a modificarla, a riesgo de perder los royalties en una posible denuncia. A este single le siguió Live Forever, convirtiéndose al instante en una de las canciones más relevantes del grupo. Y aún hubo cuerda para otro single más, Cigarettes & Alcohol, y para la publicación de Whatever, otro gran éxito que finalmente no formó parte del disco, salvo en algunas ediciones especiales en las que se le incluía en un disco sencillo adicional dentro del álbum.

Definitely Maybe fue un rotundo éxito de crítica y ventas, y un chorro de aire fresco para el underground británico, en una era dominada por el grunge procedente de Estados Unidos. La crítica elogió la energía y fortaleza del álbum, que combinaba brillantes estructuras melódicas con una producción que saturaba las múltiples guitarras hasta crear un consistente muro de sonido, basado en una acelerada amalgama de rock, pop, punk y psicodelia. La actitud y las inflexiones en la voz de Liam recordaban, una vez más, al Johnny Rotten de Nevermind the Bollocks, al tiempo que se basaban en su admirado Lennon.

En conjunto, un disco directo, valiente e intenso, con guitarras más pesadas que las de otros grupos relevantes de la época como Blur o Suede, y con menos ínfulas artísticas. Dónde otros se esmeraban en pintar sobre lienzo, los Gallagher derribaban la puerta y lo salpicaban todo, repartiendo brochazos a diestro y siniestro, a golpes de guitarra, melodías pegadizas y potentes coros de estadio, que no tardaron en desatar la locura mediática alrededor del disco, alimentada además por el descaro y la chulería de las declaraciones de los díscolos hermanos, que arremetían verbalmente contra todo lo que se les pusiera por delante, en una actitud que les encumbró y, a la vez, les acabaría condenando, porque acabó siendo más ruidosa que las propias canciones, y cuando en discos posteriores rebajaron la intensidad y el brillo de sus propuestas, tenían ya demasiados enemigos esperando a machacarles.

A día de hoy, ambos han desarrollado una correcta trayectoria en solitario, aunque nunca a la altura de Definitely Maybe o What's the Story (Morning glory), sus dos discos clave. Algo esperable, porque ya sabíamos que, fuera de un Oasis, lo que nos espera es una larga travesía por el desierto, hasta el día en que dos hermanos se sienten frente a un par de cervezas y arreglen sus diferencias definitivamente. O sólo quizás.

miércoles, 6 de marzo de 2019

El Navegador del Rock: Oasis: What's the story Morning Glory

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BERWICK STREET: WHAT'S THE STORY (MORNING GLORY)



Los hermanos Gallagher buscaron con su segundo disco, aparte de afianzar su carrera musical tras el excelente "Definitely Maybe", generar un fenómeno social como el de la portada del "Abbey Road" de sus admirados Beatles. Querían que la portada que eligieran se convirtiera en lugar de peregrinaje de fans, ávidos de hacerse fotos emulando a las personas que aparecieran en ella.

No lo lograron completamente, no deja de ser un lugar curioso de visitar si eres un fan del grupo de Manchester, pero no tuvo el calado del mítico paso de cebra de los cuatro magníficos. Y eso que la calle Berwick está situada en un enclave más céntrico que el de los estudios Abbey Road. Situada en pleno barrio del Soho londinense, replicar la foto de la portada tiene además su dificultad porque la calle, despejada para la portada, no tiene el aire peatonal que le dieron a la foto. Para evitar el tráfico, la foto se hizo de madrugada, y con el tratamiento posterior parece que esté hecha durante el día.

El encargado de crear el diseño del disco fue Brian Cannon, y es además una de las tres personas que aparecen en la portada, de las cuales ninguna era integrante de la banda. Contar con Liam o Noel seguramente habría ayudado a conseguir el fallido objetivo de darle mayor relevancia al lugar, pero por alguna razón no se hizo así. Cannon es la persona que está de espaldas en primer plano, cruzándose con un segundo personaje que es Sean Rowley, un conocido locutor de la BBC. El tercer personaje está al fondo en la acera de la izquierda, sosteniendo en alto lo que podría ser una copia del disco, es el productor del disco Owen Morris.

Aunque el paso del tiempo ha hecho que las tiendas de la calle hayan ido desapareciendo, sustituidas por otros negocios, la curiosidad más interesante para nosotros es que, en esa misma acera de la izquierda, una tienda de discos muestra orgullosa una foto de la portada del disco en su escaparate, con la leyenda "You are here" ("Estás aquí") y una flecha indicando el lugar en el que la tienda puede verse en la foto.

Para llegar y hacer la obligada foto, y opcionalmente pasar un rato en la tienda de discos, nada mejor que partir de la céntrica y turística Oxford Street, dejando atrás Oxford Circus, y caminar por la acera de la derecha en dirección Norte hacia el Soho. Al cabo de unos minutos, Berwick Street aparecerá a la derecha, y hacia la mitad de la calle estaréis en la portada del disco que nos trajo "Wonderwall", "Don't look back in anger" y "Champagne Supernova", entre otros buenos temas.



miércoles, 24 de octubre de 2018

Canciones que no soporto: Wonderwall, Oasis










      En este caso, con este tema del que os voy ha hablar, he recibido cariñosas críticas y reprimendas  por parte de algún que otro compañero de viaje en este blog. Que cómo voy a estar cansado, que si es por la de veces que la han emitido, que si me voy a enterar...... y sabéis? Tienen toda la razón, Es un temazo.....con el que no puedo. Puede que sea porque el estribillo me martillea y no acabo de asimilarlo, puede que sea por la imagen y los desencuentros y percances que han protagonizado dos de los protagonistas, que además son hermanos, me hayan agotado, pero no puedo.
     El tema en cuestión es Wonderwall, de la banda inglesa Oasis, compuesta y grabada en 1995, y que ha conseguido vender hasta el año 2017 más de 1'8 millones de copias solamente en el Reino Unido, consiguiendo el puesto nº 2 de ventas en las listas de éxitos del Reino unido, y el puesto nº 1 en Australia, España y Nueva Zelanda. Pero además es uno de los temas más versionados por otros grupos (Lana del Rey, One Direction, Radiohead, y hasta Metallica).
     El vídeo promocional ganó el premio al  mejor vídeo británico (Brit Awards) en 1996. También fue considerada mejor canción de todos los tiempos, en una encuesta realizada a finales de los años 90 por Virgin Radio. Incluso The Edge, miembro del grupo U 2, llegó a comentar en 2006 de este tema que era el que más le hubiera gustado escribir.
     Conclusión, es un Temazo........pero sigue sin entrarme, y no se por qué.........