Hoy vamos a
reseñar el tercer álbum de uno de los grupos más importantes de la historia del
rock en España, nos estamos refiriendo a Héroes del Silencio, el grupo
comandado por Enrique Bunbury que años más tarde dejaría a la banda para
iniciar una exitosa carrera en solitario. Héroes del Silencio nacieron en
Zaragoza, en 1984, como tantos otros grupos debieron de labrarse una carrera,
lejos de las discográficas y del éxito, mediante concursos y tocando en garitos
hasta que en 1987 la discográfica EMI les ofreció la posibilidad de publicar un
EP con 4 temas. El disco tuvo una magnífica acogida tanto en ventas como en crítica
y resulto ser el espaldarazo definitivo para la publicación de su primer álbum,
“El mar no cesa” un disco que no pasó desapercibido, y con el que comenzó la
leyenda, el siguiente ya fue el espaldarazo total, Senderos de traición se
convirtió en todo un éxito que les llevo directamente al éxito que nunca habían
soñado, y después del éxito, llega consagrarse y para ello publicaron El
espíritu del vino, el tercer disco de la banda y que vamos a reseñar.
Nada más
comenzar el álbum rápidamente constatamos que se han vuelto más potentes, vamos
a decir que más Heavys, las guitarras y la batería han tomado el protagonismo y
serán las estrellas absolutas en muchos de los temas. Este primer corte,
titulado “Nuestros nombres” es una
muestra de ello, bajo la producción de Phil Manzanera, evolucionaban su sonido
levemente hacia el hard-rock setentero, dando más presencia a los riffs y un
poco menos a las atmósferas creadas a base de arpegios preciosistas, lo que
queda claro es que la guitarra de Juan Valdivia ha llegado para hacerse con el
mando. También me gustaría recomendar el video musical que fue grabado en Los
Monegros. La mística y las armonías extrañas aparecen de nuevo con el tema “Tesoro” otra gran letra llena de
metáforas extrañas, el romanticismo, con un gran componente gótico que me
encanta, musicalmente Valdivia se ha echado a un lado y ahora es Pedro Andreu a
la batería quien toma el camino de la canción, personalmente es una de mis
favoritas, joya. Con “Los placeres de la
pobreza” nos regalan un auténtico trallazo, una canción que no tiene un
minuto de descanso y donde Enrique hace virguerías con la voz mientras los
músicos le llevan a un ritmo infernal que él aguanta sin ningún problema, como
“pura sangre desbocado”… la letra es absolutamente maravillosa, con puntas de
genialidad suprema como esa…. “En el suministro de charas, Masturbación de
interrogantes, Para sólo escuchar, Un susurro de hilo de plata….” es una pasada
entregarse sin mirar hacia ningún lado a esta canción.. de nuevo JOYA. Y sigue
el ritmo, nos va a volar la cabeza tanta buena canción porque ahora nos
entregamos a “La herida”, el segundo single del disco y otra canción que te
quita el hipo con sus dos partes la primera pausada, de ritmo cadencioso y
perpetuo, con esa armónica que le da un tono de rock sureño, un tono de
epopeya, de leyenda, de cuento ancestral que te envuelve poco a poco, para a
partir del minuto 4:30 explotar violentamente en una orgia de velocidad y
ritmo, la letra otra pasada una historia sobre la amistad.
Cuatro joyas
llevamos y continuamos para repoker porque ahora se asoma a nuestros altavoces
“La sirena varada”, canción que parece estar inspirada en la obra teatral
homónima de Alejandro Casona, en esta obra teatral un grupo de personas decide
vivir al margen de la sociedad en un mundo imaginario, allí aparece el
personaje de Sirena que dará un vuelco drástico a los acontecimientos. Estamos
ante una de las letras del grupo que más debate ha creado, extraña,
surrealista, nada que no hayamos encontrado en otras ocasiones. Musicalmente es
otro tema de una potencia grande, más melódica pero dando de nuevo protagonismo
a la guitarra. Tiene uno de los videoclips más difundidos del grupo, otro
temazo. Con “La apariencia no es
sincera” nos da un respiro, eso sí de calidad, que no de duración, porque
se marcan un tema de más de siete minutos que se hace excesivamente largo, sin
dejar de ser un buen tema si se hace un poco monótono y cansino. Y para
compensar, quizás malamente, la rareza “Z”
una simple melodía de 52 segundos que no lleva a ningún sitio, quizás un
capricho oculto del grupo. Para terminar “Culpable”
otra canción que no salió redonda, pero que en ningún momento desentona,
con un estribillo muy apetecible pero muy dentro de los cánones de lo comercial.
Arrancamos
de nuevo con un tema con potentes guitarras, “El camino del exceso” de nuevo se acerca el hard rock durante
muchos tramos de la canción, un gran trabajo vocal de Enrique Bunbury hace de
este tema muy interesante, aparece William Blake en la cancion por el que el
cantante siente cierta admiración y nos regala dentro del tema una frase del
autor: “El camino del exceso lleva al palacio del saber”. Con “Flor de loto” nos regalan sonidos
orientales, en una balada realmente buena, incluyen un sitar dentro de los
instrumentos que acompañan la voz, tema muy personal ya que Enrique la escribió
tras adoptar a una niña a través de la ONG ayuda en acción, en uno de sus
viajes a Nepal, pero la canción también está repleta de mitología hindú, desde
su titulo fruto de una leyenda que contaba que una Diosa huyó al bosque
asustada y llegó a un lago llamado Loto, donde acabó hundiéndose. Aquella zona
estaba destinada a fracasados y perdedores en la vida, una especie de
cementerio de derrotados y causas perdidas. Cuentan que la diosa luchó durante
un largo tiempo para escapar de aquel lugar hasta que lo consiguió, pero lo
hizo convertida en una hermosa flor, de largos pétalos. De ahí la Flor de Loto.
“El refugio interior” es otra
curiosidad, un tema instrumental de minuto y medio donde la batería toma
protagonismo, curiosas las voces y risas que se oyen, pero no pasa de eso, eso
si es el preludio para el tema siguiente la magnifica “Burbujas de Sangre” termina la bateira y al comenzar con un grandioso
riff hace una gran efecto, te sube todo y te entregas de forma mas plena a otra
de las canciones cercanas al Hard rock que nos regala el disco, un tema
abrupto, lleno de fuerza y de mala leche, un tema dedicado en exclusiva a
aquellos que no pueden soportar el éxito del grupo
“Tumbas de sal” puede romper
ligeramente la dinámica del disco, un comienzo que te recuerda al rock and roll
de los años 50 choca con la voz distorsionada de Enrique Bunbury, un tema muy psicodélico
que nos habla de drogas, como curiosidad es manejable, antes de la masterpiece
del disco la curiosidad de “Bendecida 2”
una canción a capella de 37 segundos que sirve de introducción para “Bendecida” un auténtico poema épico,
donde la tristeza y el amor se dan de la mano, hay que cerrar los ojos y
disfrutar del cuento al que nos traslada, plagado de detalles. Está dedicada a
la expareja de Bunbury Bendetta Mazzini y los “Lagos de Phokara” que se
mencionan en la letra es un lugar de Nepal donde fueron de viaje en una
ocasión. Cierra el disco “La alacena”
una canción muy emotiva con el piano como protagonista, un tema excelente melódicamente
y una gran exhibición vocal de Enrique que te llega a conmover.
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