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Come On In, R. L. Burnside |
Para la recomendación semanal de turno traemos una propuesta diferente, blues del Delta entremezclado con música electrónica y trip hop (fusión de hip hop con músia electrónica). El artifice: R. L. Burnside, uno de los grandes precursores del blues del Delta, y más concretamente de un estilo conocido como Trance Blues.
R. L. Burnside nace en 1926 en Harmontown, Mississippi (Estados Unidos), si bien pasa la mayor parte de su vida en Holy Spings, también en Mississippi. Su padre abandona a la familia desde que R. L. es pequeño, por lo que éste crece con su madre, sus abuelos y sus hermanos. De pequeño empezó a tocar la armónica y la guitarra, siendo una de sus principales influencias Mississippi Fred Mcdowell, quien era vecino suyo. Otras influencias para él fueron John Lee Hooker y Muddy Waters.
A finales de la década de los 40 se muda a Chicago en busca de más oportunidades económicas, encontrando trabajo en varias fábricas dedicadas al vidrio y el metal. En menos de un año de su estancia en Chicago, un hermano suyo, su padre, quien vive allí, y un tío suyo son asesinados, por lo que Bunside, destrozado, regresa a Mississippi. En 1959 R. L. mata a un hombre debido a una disputa originada por el dinero que se juega jugando a los dados, aunque únicamente pasa 6 meses en la carcel gracias a la intermediación de su patrón, quien necesita al músico para que conduzca el tractor de donde trabaja.
Durante las décadas de los 60 hasta lo 90, R. L. Burnside pasó los siguientes años en Mississippi ejerciendo como músico a tiempo parcial, mientras trabajaba como aparcero, como pescador y como conductor de camión. Alternaba su trabajo tocando en locales de música, bares, picnics, fiestas, y en algún festival ocasionalmente. Durante esas décadas Burnside grabó varios discos, tanto en solitario como con una banda formada por él junto a dos de sus hijos y un nuero, llegando incluso a grabar en Holanda. Hasta entonces, en toda su obra predomina la guitarra acústica. Lo que no sabía R. L. es que su vida daría un giro inesperado en la década de los 90 que le permitría vivir completamente de la música, algo que no había logrado hasta entonces.
A principios de los 90 R.L. consigue que Matthew Johnson se fije en él y le fiche para su sello recién salido sello discográfico Fat Possum Records. Así publica Bad Luck City en 1992, y Too Bad for Jim en 1994, los cuales le empiezan a prpoporcionar cierto éxito. En 1996, la banda de punk-rock-blues John Spencer Blues Explotion se fija en él gracias a estos últimos discos y graba con él el álbum A Ass Pocket of Whiskey, realizando además una posterior gira con él. Si bien este disco con un toque muy duro y crudo, no fue muy bien visto por por el sector más purista del blues, pero le abrió las puertas de otro sector, el de un público que se movía en una escena más undergorund del rock.
En 1997 los dirigentes de su sello discográfico,
Fat Possum Records, son conscientes que uno de sus artistas más punteros,
R. L. Burnside, se está devaluando, debido en parte a la mala recepción por parte de la crítica de su último diso hasta entonces,
Mr Wizzard. Deciden proponerle entonces un disco donde el blues se encuentre con la música electrónica. En un Principio
Burnside, quien tiene ya 71 años, se muestra escéptico sobre esta idea, si bien al final decide apostar por el inusual proyecto. El álbum fue producido casi en su totalidad por el músico, compositor y productor de discos estadounidense
Tom Rothrock, a excepción de una versión en vivo del tema
Come On In, el cual fue producido por músico y productor, presentador de programas de radio y propietario de un local de música en Phoenix, Arizona,
Bob Corritore.
Así se gesta el álbum Come On In, publicado en 1998 por el sello discográfico Fat Possum Records, donde se mezcla y fusiona el blues y la guitarra de R. L Burnside con la musica dance y la música eléctrónica, incorporando además técnicas de muestreo y de bucle. Una fusión que en un principio fue considerada inusual por la crítica, y que acabó recibiendo ellogios por parte de ésta, consiguiendo además unas buenas cifras en ventas.
Come On In remezcla la música de Burnside con ritmos electrónicos, dando como resultado una ruidosa fusión de blues con música dance. Más raro es aún encontrarse en un disco de blues del delta con música programada y remezclada, pero Burnside hace que ésta fusión fluya como algo natural, dejando que a lo largo del disco el blues se vaya entremezclando y cortando con ritmos eléctrónicos y de hip hop.
Se esperaba que Come In On alejara a los más puristas del blues, pero este se vendió con fuerza llegando a alcanzar el puesto número 20 en el Core Chart Radio, y parte de la crítica vio este álbum como la próxima evolución del blues. Un disco donde podemos disfrutar, por ejemplo, de temas con fuertes riffs como Let My Baby Ride, o temas más remezclados como Don't Stop Honey y It's Bad You Know. Come On In y Just Like a Woman son por el contrario los temas menos tecnificados del disco, más naturales. Un disco que no te dejará indiferente en absoluto.