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domingo, 28 de noviembre de 2021

La música en historias: Bloodflowers, el último chispazo de The Cure y el #mesTheCure

 

Cerramos el #mesTheCure con el que fue su último chispazo de gloria. De todos los discos posteriores a Wish (1992), es Bloodflowers (2000) el único que puede incluirse en cualquier lista en la que intentemos aglutinar los grandes discos de la banda liderada por Robert Smith. Ideado como una continuación de su obra cumbre Disintegration (1989), que a su vez estaba emparentado con Pornography (1982), Bloodflowers cierra una trilogía tan conectada que incluso fue puesta en escena por The Cure en los dos conciertos que cerraron la gira del disco en la sala Tempodrom de Berlín el 11 y 12 de noviembre de 2002. Durante más de tres horas, interpretaron los tres discos al completo, inmortalizando el épico momento en la grabación en vídeo "Trilogy" publicada poco después. 

En medio de la irrupción del britpop y el grunge, y con el grupo inmerso en una crisis de confianza tras el bajo nivel del disco anterior (Wild Mood Swings, 1996), Robert Smith quedó muy tocado por las críticas desfavorables, hasta el punto de idear Bloodflowers como un testamento final de la banda. Con el objetivo de marcharse con una obra a la altura de Pornography o Disintegration, The Cure puso toda la carne en el asador, y el resultado fue tan satisfactorio que, en contra de lo esperado, lo que hicieron estas Flores Sangrientas fue revitalizar la energía del grupo y de su compositor, devolviéndoles las fuerzas para seguir, en lugar de ser el vehículo de su planeada y lúgubre despedida. loodflowers no se quedó simplemente ahí, en una repetición del camino andado, sino que dio sentido completo a la trilogía. Donde Pornography y Disintegration profundizaban en la angustia por el paso del tiempo, Bloodflowers cierra el círculo con una marcada nostalgia por el tiempo ya pasado. Lo que más temía el Robert Smith de aquellos años ya ha ocurrido, y desde la madurez lanza la vista atrás mientras contempla las flores de su sangriento jardín.

Out Of This World es la primera flor del impactante ramillete del disco, y una de las mejores canciones de arranque desde aquel excelso Plainsong de Disintegration. Estamos ante un tema que combina de manera excelente el contraste entre una orquestación recargada y barroca con una base rítmica de guitarra acústica y unos teclados que recuerdan por momentos a The Beatles, un grupo en las Antípodas de The Cure en cuanto a positivismo y cercanía a la huerta de la alegría.

Le sigue Watching Me Fall, rabiosa y dura, y plagada de interesantes desarrollos instrumentales que por momentos chapotean en psicodelia. Quizá algo desmedida en sus 11 minutos de duración, en un momento en el que el disco casi acaba de comenzar. Imposible no pensar en que esta decadente historia, sobre un encuentro sexual en Tokio, habría quedado mejor al final del disco, como gran coda final o como paso previo a la Bloodflowers canción.

Maybe Someday fue, junto a Out of this World, lo más parecido a un single, al ser ambas elegidas para promocionar el álbum en las emisoras de radio, pero por decisión de Robert Smith no se publicó sencillo alguno de Bloodflowers. En el caso de Maybe Someday, la elección debió basarse en el aire pop de la canción, más asequible para el público general que otras piezas del disco que, en general, tuvo una tímida acogida por parte de la crítica y el público, pero el resultado fue diferente en función de cada país. El tema Coming Up, por ejemplo, aparecía sólo en la versión en vinilo, y en las versiones de CD para Australia y Japón,  y un tema como The Last Day of Summer, con marcado sonido "Disintegration", tuvo cierto recorrido en las emisoras de Polonia.

Musicalmente, el álbum se vuelve más introspectivo y austero con There Is No If, una de las canciones de amor más trabajadas a nivel de letras en todo el disco, y The Loudest Sound, destacable también por su descripción del silencio y la desgana que se apoderan de una pareja cuya relación ha caído en la rutina. Para que eso no le ocurra al disco, llega el turno de una canción como 39, que pone la necesaria dosis de sonido gótico al conjunto, antes de llegar a Bloodflowers, el tema que da título al disco, de nuevo centrada en el lamento por el final de una relación, que sin saber como ha pasado de "Estas flores nunca morirán" a "Estas flores siempre se marchitan".

Aún queda tiempo para una canción más, y no una cualquiera, porque Where the Birds Always Sing vuelve a llevarnos al terreno del medio tiempo y la orquestación creciente, que tan buenos resultados les dio en Disintegration, mientras el armazón de batería, bajo y guitarra acústica nos lleva con paso firme hacia el final de una obra que mereció más reconocimiento y que, ironías del destino, ha envejecido mejor que otros discos más valorados por los fans de The Cure. Será que bañadas en sangre, las flores soportan mejor el paso del tiempo, y se resisten a acabar marchitándose.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

La música en historias: Wish - The Cure #mesTheCure


Al pensar en 1992, y no siendo muy aficionado a los Juegos Olímpicos, lo que me viene a la mente es que fue mi primer año en la Universidad. Enfrascado como estaba en tareas tan relevantes como conocer chicas y adaptarme al primer año universitario, me resulta curioso que hoy, desde la distancia del recuerdo y de un futuro que ahora vivo como presente, uno de los recuerdos más vívidos e intensos sea la escucha del disco Wish de The Cure, un mediodía de un viernes de finales de junio de aquel año, después de haber hecho el último examen del cuatrimestre.

Ese día comenzaban mis vacaciones. Mi madre y mi hermana estaban ya en la playa, y mi padre iba a recogerme después del examen, para hacer juntos el viaje en coche. Mientras esperaba en la puerta de la Facultad, una compañera que había conocido unos días atrás se acercó a despedirse, y me dio una cinta de cassette que había prometido grabarme, en la típica conversación sobre gustos musicales de la que no pensé que fuera a acordarse. Pero se acordó, y aquello hizo que en mi cabeza comenzara a generarse todo un "cuento de la lechera" sobre el trasfondo sentimental que pudiera estar oculto tras aquel cassette que tenía grabado el disco Wish de The Cure, el noveno álbum de estudio de la banda de Robert Smith, publicado solo dos meses atrás.

Al subir al coche de mi padre, tenía claro que aquel viaje comenzaría con Open (Apertura), la canción de corte rock y shoegaze con la que arrancaba el álbum, y que escucharíamos el disco de principio a fin, hasta llegar a End (Final), la canción que cerraba el círculo de la última entrega de Robert Smith & Cía. Mi padre, en una demostración de la santa paciencia que solo pueden tener los progenitores, no puso ninguna pega y sacó del reproductor de cassettes la cinta de Manolo Escobar que estaba escuchando. Y así, con un disco de un grupo de difícil digestión para mi padre, comenzó el viaje en coche a lo más profundo de Wish.

Sin ser conceptual, el disco incidía repetidamente en la temática del desencuentro de Robert Smith con la situación de presión mediática que el éxito de Disintegration había traído consigo, y ese desasosiego influenció a las nuevas canciones, que incluyeron muchos matices autobiográficos. Musicalmente, Smith estaba muy influenciado por el grupo My Bloody Valentine y la corriente shoegaze de finales de los ochenta en Reino Unido, caracterizada por un sonido de guitarras distorsionadas, con largos fraseos y fuerte reverberación, que impregnó la propuesta sonora de temas como Open, From the Edge of the Deep Green Sea, Cut o End.

El resto del disco se debatía entre la luminosidad y variedad de propuestas de Kiss me, Kiss me, Kiss me y la orquestación y complejidad de Disintegration, ya que en Wish tanto Dave Allen como el propio Robert Smith repitieron en la producción, puliendo un puñado de grandes canciones seleccionadas de entre los más de cuarenta temas compuestos inicialmente para el disco. Entre el grupo de canciones más luminosas se encontraban los dos primeros singles del disco, la intensa High, y la alegre y pegadiza Friday I'm in love, que me hizo pensar en si los astros estaban alineados en mi bando, o era mera casualidad que el día en que me había llegado este regalo en forma de cassette fuera precisamente viernes.

¿Y cómo comprobarlo? ¿Debía responder a mi compañera con una carta, como en Letter to Elise, la intensa y preciosista pieza de piano que se convirtió en tercer single? No tenía su dirección para hacerlo, y escuchando To wish impossible things (desear cosas imposibles) me di cuenta de lo absurdo de imaginar futuros deseados con todo un verano de distancia por delante. Eso me hizo despertar de mi sueño, mientras Robert Smith cantaba al desamor y a lo estúpido de desear cosas imposibles. En mi cabeza, la lechera tropezó, y el cántaro de leche se le resbaló entre los dedos. Intentó alcanzarlo sin éxito, y el cántaro se estrelló contra el pavimento de la calle por la que caminaba, dejando un reguero de leche derramada y los restos del cántaro hecho añicos.

Y menos mal que lo hizo porque, al salir de mi ensimismamiento, descubrí que tras la escucha de canciones tan góticas e introspectivas como Apart, o tan impregnadas de la tradicional tristeza de la banda como la propia To wish impossible things que sonaba en ese momento, mi padre estaba a punto de quedarse dormido al volante. Tan rápido como Wish llegó a lo más alto de las listas británicas y al número dos estadounidense, convirtiéndose en el mayor éxito comercial de la historia de la banda, pulsé "Eject" en el reproductor de cassettes, y metí de nuevo la cinta de grandes éxitos de Manolo Escobar. Al ritmo del "Porompompero" comprendí que Wish era un disco casi tan perfecto como complejo, no apto para escucharlo en cualquier situación, y propenso a generar en el oyente ensoñaciones tan intensas como imposibles.

domingo, 21 de noviembre de 2021

La música en historias: Kiss me, Kiss me, Kiss me - #MesTheCure

 



Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me es una amalgama de diferentes estilos y enfoques de composición, es como una mezcla heterogénea de Cure. Hay trozos de Alt-Rock, New Wave, Goth Rock, Synthpop e incluso algunas influencias de Funk y Dream Pop. Todas esas ideas pueden sonar como una receta para un desastre, pero Kiss Me se las arregla para mantenerse bastante arriba durante la mayor parte de su tiempo de ejecución. Estamos ante una oda maníaca a la pasión humana, con secuencias prolongadas de instrumentación onírica para calmar los párpados cerrados en un momento, luego canciones fuertes, ardientes y chillonas para encender el corazón y hacer que la sangre bombee.

 

El disco 1 es probablemente el mejor de los dos aquí para mí, aunque solo por poco. A pesar de ser un disco centrado en atmósferas maravillosas y composición pop, The Kiss abre el álbum con una muestra gótica intensa y deslumbrante de las habilidades de la guitarra en el álbum, donde los riffs simplemente gritan y chillan a lo largo de toda la canción sobre el bajo casi industrial de Gallup y el de Smith. carcajadas. Y luego el álbum tiene la audacia de saltar a Catch, una canción bellamente orquestada y soñadora. Y contra todo pronóstico, funciona muy bien. Torture es densamente agradable y vuelve a oscilar en el estado de amor tranquilo de "If Only Tonight We could Sleep", su encorvado deformado acompañado de una instrumentación de cuerdas de estilo asiático para darle una sensación exótica y onírica, otra pasada instrumental extendida para someter al oyente a un sueño profundo mucho antes de que surja cualquier voz entrecortada. para después trasladarte a la pura diversión en Why Cant I Be You. Todo mientras Smith aporta acentos de una sección de trompeta compleja de vez en cuando. Esto es algo que a Smith le gusta hacer muy a menudo, y aunque a veces puede ser como untar lápiz labial a un cerdo, aquí agrega mucha diversión a cada canción que está tocando, y Smith afortunadamente es parco con sus usos. "How Beautiful You Are", una canción que vuelve a traer un amor más apasionado yuxtapuesto al odio apasionado. La sensación surrealista pantanosa-lenta de "The Snakepit" serpentea tintineando en el estridente y estridente "Hey You !!!",

 


El disco 2 puede que no sea tan consistentemente bueno, pero comienza con dos de las canciones más increíbles que jamás hayan grabado. Just Like Heaven transmite una alegria tan pura que es difícil explicar el subidon que te mete y después And All I Want, una pieza de synthpop tan perfectamente contagiosa con la perfecta adicción de capas de guitarras ásperas. Soñadora y perdida "One More Time", de nuevo con una apertura instrumental alargada, suspira y casi llora de fragilidad. "Like Cockatoos" ahoga y borra el sueño anterior con una sensación acuosa, chapoteando, lo que lleva al saxofón aullante en "Icing Sugar" casi enteramente instrumental. La última parte del disco dos, ve el resurgimiento de un Smith más maníaco, especialmente enojado y odioso. La canción final "Fight" parece terminar en una especie de dolor emocional ardiente, lamentándose de que "a veces duele solo respirar, y luego parece que no queda nadie y lo único que quieres es dormir". donde un Smith especialmente enojado y odioso dice "eres como una babosa en el suelo, eres inútil y feo e inútil y feo, y tiemblo y tiemblo cuando pienso en cómo me haces odiar ... quiero destrozarte en pedazos ".


En general, este es un álbum pop casi perfecto. Es una pena que lo que hizo que esto fuera tan popular, el aspecto de doble LP, sea lo único que me decepcione. Pero todavía hay muchas de las mejores canciones pop de los 80 aquí.


miércoles, 17 de noviembre de 2021

La música en historias: The Head On The Door - #MesTheCure

 

The Head On The Door, The Cure


     En 1985 The Cure, formada en ese momento por Robert Smith (voz, guitarra, teclados), Simon Gallup (bajo), Lol Tolhurst (teclados), Porl Thompson (guitarra, teclados) y Boris Williams (batería, percusión), lanzan el sexto álbum de la banda, The Head on the Door, siendo el primer disco donde se presenta la banda como un quinteto. El álbum está marcado por el regreso a la banda de Simon Gallup. El guitarrista Porl Thompson, quien había tocado teclados y saxofón durante la gira anterior, llamada The Top, se convierte aquí en miembro oficial.

El disco es grabado en los estudios Angel Recording de Londres bajo la producción del líder de la banda Robert Smith y de David M. Allen, y publicado el 26 de agosto de 1985 por el sello discográfico Fiction en Reino Unido y por el sello Elektra en Estados Unidos. El álbum supone el primer gran éxito comercial de la banda y el espaldarazo definitivo hacia la fama, alcanzando el puesto número 75 en las listas de Estados Unidos, alcanzó además el Top 20 en numerosos países, y consiguió la certificación de oro en Estados Unidos, Reino Unido y Francia. 

En este disco Robert Smith, quien compone y escribe todas la canciones, da una nueva dirección musical a la banda, buscando un equilibrio entre el sonido más triste y oscuro de la banda con un sonido más comercial y bailable de estilo pop, mostrando la capacidad del cantante de usar ritmos más pop y bailables para expresar sus sentimientos de angustia. 

Para la composición de los temas que componen el álbum, Robert declaró haberse inspirado en los discos Kaleidoscope de Siouxsie & The Banshees y Dare de Human League. Robert tenía clara la dirección de su nuevo trabajo, quería un disco ecléctico con diferentes estilos, sonidos y estados de ánimo. 



El álbum abre con el que fue el primer sencillo del disco, In Between Days, convirtiéndose en un gran éxito internacional, siendo la  primera canción de la banda que conseguía meterse en la famosa lista estadounidense Billboard Hot 100, y consiguiendo grandes cifras en Europa. Un tema donde las optimistas guitarras y el riff del sintetizador contrastan con unas letras que reflejan envejecimiento, pérdida y miedo. Tema que es un fiel reflejo del genial equilibrio de Robert para transmitir sentimientos tristes a través de pegadizas y algres melodías. Le sigue Kyoto Song, tema con un fuerte toque japonés, que refleja la idea de Robert de incorporar otros sabores internacionales, y que se verá reforzada con el aire flamenco de la guitarra en el tema The Blood. En Six Different Ways el cantante utilizó la línea de piano que había usado anteriormente para el sencillo Swimming Horses de Siouxsie & The Banshees. Cierra la cara A The Push, tema que presenta una geniales letras de corte psicodélico acompañadas por unas geniales guitarras.

Comienza la cara B con The Baby Screams, tema con una excelente línea de bajo donde Gallup se luce, y que precede a otro de los grande temas de siempre de la banda, Close To Me, un tema que curiosamente no tenían claro que fuera a ser definitivamente de la partida de álbum. No fue hasta que se puso Robert a grabarla y realizar las tareas de producción cuando sintió ese sonido claustrofóbico que cobró vida y que le hizo cambiar de opinión. Además de la versión para el disco se lanzaron dos versiones más, una extendida de 12" y otra más simple de 7". La versión del disco no contiene una parte incluida de la sección de metales que sí tienen las otras, que fue adaptada de una melodía tradicional, "La marcha fúnebre de Nueva Orleans"A Night Likes This, temazo de corte oscuro, uno de los puntos álgidos del disco donde Robert Smith nos regala uno de sus mejores lamentos escoltado por unas repetitivas guitarras que logran crear el ambiente, y que contiene además un brutal sólo de saxofón realizado a cargo de Ron Howe. Screw, quizás el tema más flojo del disc y que precede al último de esta cara y que se encarga de cerrar por tanto el álbum, Sinking, apostando por un sonido muy pesado del sintetizador, y donde Robert Smith juega con unas letras de corte introspectivo y muy oscuras. 

The Head On The Door es uno de los mejores trabajos de The Cure, y pone de manifiesto la habilidad de su líder, Robert Smith, para combinar esa oscuridad que rodea el aura de la banda con ritmos más frescos y alegres.

domingo, 14 de noviembre de 2021

The Top - The Cure #MesTheCure

 


Pornography fue un hito absoluto, tanto para el grupo como para el panorama musical, y eso había pasado factura, después de dos años largos The Cure finalmente volvió para lanzar su tan esperado siguiente disco, la banda volvia a ofrecernos un nuevo trabajo o más bien, sería más exacto decir que su líder siempre presente y el único que ha permanecido siempre en el grupo, Robert Smith, volvia a dar el callo. Y era algo maravilloso tener de nuevo un LP con el nombre de The Cure, pero esto es poco más que un álbum de Cure solo de nombre, en palabras de Smith, el "álbum en solitario que nunca hice, es responsabilidad mia” asi podemos encontrar algo de la música más brutal, fea, amarga, enojada, maníaca e intransigente de The Cure que la banda (¿Robert Smith?) había hecho. El álbum es complicado, os advertimos desde aquí, y mas si no eres un fan absoluto de los chicos de Crawley, quizás puedas encontrar refugio en The Caterpillar una canción de amor extraña y caprichosa, pero también delicada y bonita, aunque surrealista, esta canción no debería haber sido una gran sorpresa, por supuesto, para aquellos que habían escuchado The Glove's Blue Sunshine y / o las canciones posteriores de 1983 Cure, con las que  comparte su fantasía psicodélica y distorsión de modismos populares. Su extraordinaria introducción, que comienza con una nota de piano baja con altas disonancias chirriantes en el mismo instrumento. Pero esta canción es totalmente inusual en The Top en su conjunto, y desafortunadamente esto en sí mismo es el defecto fundamental del álbum.



Abre el álbum "Shake Dog Shake" un tema bastante bueno, abriendo el álbum y que nos regala una buena cantidad de energía, estamos ante una de las canciones más ruidosas y angustiosas, que desarrolla una inquietud en tu mente a base de golpes y reverberación en la voz de Robert Smith, sin darte cuenta eres testigo del desconcertante estado psicótico de Robert, el psicópata cargado de graves, una combinación perfecta para la alarmante filantropía y el auto-disgusto, una rareza muy jodida, y sin embargo, es un éxito tan grande que han continuado incluyendala en sus conciertos desde que vio la luz. “Bird Mad Girl” es más moderada y melancólica hasta el punto que puede resultar más interesante en todos los aspectos, ya que recibimos y agradecemos un poco más de calidez y melodía, con una línea de bajo alegre, casi bailable, un atractivo riff de guitarra acústica rasgueada, contramelodías de teclado, el ramalazo más pop y brillante que podremos encontrar en este álbum. “Wailing Wall” transmite esta sensación de oscuridad y sufrimiento, es un punto culminante en el album, con su ominoso pero hipnótico tamborileo, sirenas de teclado y melodías grandiosas y claramente moriscas que se desvanecen desde la breve y brumosa introducción, evocando un estado de ánimo de misticismo fatal pero magistral. Podemos estar ante uno sus ritmos más inventivos hasta la fecha, al convertirse en un ominoso zumbido de ruidos inescrutables, que la vuelve aún más enigmática. “Give Me It” representa la ruptura definitiva y el grito desesperado de ayuda de Smith y una liberación de su tormento: lo más cerca que se acerca este álbum a la veloz energía punk de la era de los Three Imaginary Boys, pero mucho más frenético, neurótico, intenso y paranoico que cualquier otra cosa de aquel período, con sus gritos, remolinos nauseabundos de guitarra, tambores frenéticos, coros vocales que se gritan más que se cantan y un saxofón estridente que de vez en cuando emerge entre todo el estruendo. “Dressing up” es extraña, es darte de bruces con The Cure en modo synthpop, no es que sea de sus mejores canciones pero agrada el oído después de la tormenta anterior y se desliza dulcemente en teclados gomosos, flautas falsas y un Smith que suena a hada.


 

 

La segunda cara empieza con el único single oficial que sacaron del disco “The Caterpillar”, uno de sus experimentos pop más entrañables e ingeniosos, y también para el que escribe, la mejor canción del disco. Caprichosa y hermosa, la canción nos entrega un pop psicológico de la manera en que solo The Cure puede hacerlo, esa melodía tan cursi solo podría ser ellos y salirle tan bien, añade una intro totalmente fuera de lugar de pianos en cascada, tambores silenciados y violines disonantes. Llegamos a “Piggy in the Mirror”, Robert continúa con sus intentos de expandir su rango vocal, pero sinceramente, la jugada no le sale muy bien, no logra nada, es la primera y única canción que realmente quedas con la sensación de que sobra, por lo que no vamos a ahondar más en ella. “The Empty World”, es flojita pero en cambio es agradablemente pegadiza, con una letra engañosamente oscura, como tantas veces en The Cure, la voz triste de Robert es acompañada por una melodía de flauta folclórica irónicamente optimista sobre un ritmo militar. 

Bananafishbones” nos da la oportunidad en reparar en la inquietante forma en que utiliza principalmente los registros externos, combinando una floritura de armónica introductoria, un riff de órgano agudo dominante, una línea de guitarra eléctrica y más coros de falsete, con una parte de teclado grave y retumbante aderezado con una batería que suena ligeramente borracha pero resulta, el motico de incluirla quizás sea un ligero guiño al período gótico de The Cure. Cerramos con “The Top”, que contiene una atmósfera pesada, la voz de Robert se llena de pavor y un ritmo lento y melancólico nos va envolviendo, y un mensaje sobre su loca vida inducida por las drogas o la confusión de la banda que se desmorona. Una canción de libro de The Cure por si acaso pensábamos desviarnos.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

La música en historias: Pornography - #MesTheCure

 

Pornography, The Cure


     The Cure en su primera etapa musical había desarrollado un estilo propio dentro de la corriente post-punk que imperaba por aquellos años, y gracias a su personal estilo fue considerado como grupo de culto dentro de la corriente dark wave (rock gótico). Durante esa primera mitad de los años 80 tanto la música como la actitud del grupo se había vuelto muy introspectiva, durante las actuaciones no solían atender a las peticiones e interpretar de su repertorio sus temas más antiguos y alegres. La situación llegaba hasta el punto de que Robert Smith tenía que abandonar los conciertos llorando debido a que se había metido tanto en el personaje que le tocaba interpretar que llegaba a afectarle.



En 1982 llegaría su punto más álgido, hasta el momento, con la publicación de Pornography, un disco que será considerado fundamental en la carrera de la banda. Pornography se convertirá en el último disco de la llamada Trilogía Gótica junto con sus dos anteriores discos: Seventeen Seconds (1980) y Faith (1981). Así, Robert Smith (voz, guitarra, chelo y teclados), Simon Gallup (bajo y teclados) y Laurence Tolhurst (batería y teclados), graban en los estudios RAK de Londres, entre enero y febrero de 1982 el material que verá la luz en Reino Unido bajo el sello discográfico Fiction Records, en Estados Unidos bajo el sello Elektra Records, y en el resto del mundo bajo el sello Polydor Records. El álbum cuenta con la producción del propio grupo y del compositor y productor discográfico británico Phil Thornalley. El encargado para el diseño de la carátula del álbum fue el fotógrafo Michael Kostiff , y el disco llegó a alcanzar el puesto número 8 en las listas de ventas del Reino Unido, así como buenas cifras en países como Países Bajos, Francia, Nueva Zelanda y Suecia. 

Para comprender Pornography hay que remontarse a finales del año 1981, pues por aquella época Robert Smith había sufrido una crisis personal, y la base del material de este disco fue concebido en aquella época. Justo antes de la publicación de Pornography, el grupo edito el sencillo Charlotte Sometimes, tema que únicamente alcanzó el puesto número 44 en las listas británicas. Para la grabación del video de este tema, el grupo se trasladó a un manicomio abandonado, donde al parecer, Robert Smith se encontró una calavera que usó para confesarse de manera análoga en plan soliloquio "ser o no ser" de Shakespeare, lo que a la postre inspiraría los versos del tema The Figuerehead. A partir de aquel momento Robert Smith empezó a sentir un gran interés por la salud mental, ya que aquel suceso le había servido para exorcizar sus demonios internos. Las relaciones con el resto de la banda habían empezado a deteriorarse y Robert Smith había empezado a monopolizar la faceta creativa de la banda. Todo esto sumado a la muerte por suicidio de Ian Curtis, líder de la banda Joy Division (que afectó prfundamente al vocalista), fueron el caldo de cultivo que dio como resultado Pornography.



Las letras de álbum nos hablan sobre la frustración, la muerte, la autodestrucción, la violencia, la moral, la fascinación por las drogas (los excesos con las drogas fueron una constante en aquella época) y el apocalipsis. Las letras, acompañadas por unos pesados y oscuros ritmos, nos trasladan a una atmósfera de auténtica desesperanza. Entramos en materia y nos encontramos abriendo la cara A y por tanto el disco One Hundred Years, donde unos tristes teclados y unas dolorosas guitarras con sus riffs, acompañan la oscura y duras letras de Robert Smith: "It doesn't matter if we all die / Ambition in the back of a black car / In a high building there is o much to do / Going home time / a story on the radio" - "No importa si todos morimos / Ambición en la parte trasera de un autobús negro / En un edificio alto hay tanto que hacer / Hora de irse a casa / Una historia en la radio". Demoledor comienzo y toda una declaración de intenciones sobre lo que nos espera en éste álbum. A Short Term Effect, donde las guitarras y la línea de bajo ayudan a recrear esa atmósfera para que el vocalista siga recreandose en la amargura y la oscuridad. The Hanging Garden, conocido también como A single, fue el único lanzado como sencillo del álbum. Publicado en 7 y 10 pulgadas, llegó a alcanzar el puesto numero 34 en las listas de sencillos del Reino Unido. Muy destacables los contínuos redobles de batería que hacen que el tema suene bastante menos oscuro y sea, en cuanto a sonido se refiere, el menos deprimente del disco . Cierra la cara A Siamese Twins, tema vuelve la oscuridad absoluta para hablarnos de un mundo apocalíptico donde prima la muerte. 

Abre la cara B The Figuerehead, donde el recitado de Shakespeare de "ser o no ser" inspiró unos versos donde Robert nos dibuja sobre un escenario frío y desolador un panorama de tristeza y desesperanza. A Strange Day, tema que sigue con es oscuridad que rodea el disco, con una batería y una línea de bajo casi hipnóticos mientras que el cantante nos lanza sus lamentos: "Move slowly through drowning waves / Going away on a strange day / My head falls back and the walls crash down" - "Muévete lentamente través de las olas que se ahogan / Irse en un día extraño / Mi cabeza cae hacia atrás y las paredes de derrumban". Cold, como su nombre bien indica, y gracias al chelo de Robert, es capaz de trasladarnos más aún si cabe a un ambiente y una atmósfera muy gélida y triste. Cierra la cara B, y por lo tanto este álbum impactante, Pornography, tema que da título al álbum, y que según va avanzando va creciendo hasta sumergirnos en esa oscura atmósfera en la que Robert Smith se encuentra atrapado. el comienzo de esta canción abre con una parte del debate que aconteció sobre el tema de la pornografía entre Germaine Greer, académica, escritora y locutora australiana considerada como una de las representantes feministas más importantes del siglo XX, y el comediante del conocido grupo Monty Python Graham Chapman. La canción, que trata sobre la pornografía, ya se encontraba escrita cuando el productor Phil Thornalley y Robert Smith se encontraron el debate por accidente, probaron a ensamblarlo en la canción, y sencillamente funcionó.

Pornography, como hemos comentado anteriormente, suponía el cierre de la llamada Trilogía Gótica, un álbum que realiza un recorrido a través de la oscuridad, la depresión y la desesperanza, y que se convirtió, por derecho propio, en imprescindible y fundamental para la evolución de la música gótica.

domingo, 7 de noviembre de 2021

Faith - The Cure #mesTheCure

Faith - The Cure #mesTheCure

Luego del exitoso debut de la banda, nos vamos a parar en su tercer álbum de estudio Faith, el cual se lanzó el año 1981 y el cual está considerado uno de los álbumes de culto de la banda Británica.

Y es parte de una trilogía de álbumes que sacó The Cure entre los años 1980 y 1982.

Pero el trasfondo del álbum que lleva a tener esa estética y estilo tan gótico, con sus letras existencial y carácter depresivo, pone en manifiesto la situación vivida tanto por el vocalista de la banda Robert Smith con la muerte de su abuela, y el baterista Lol Tolhurst con la pérdida de su madre. Esta situación vivida por ambos miembros de la banda se verán reflejada en la composición de las canciones de la banda.

Y así lo noto la crítica especializada, quien destacó un poso de angustia adolescente que hacía que uno no pudiera tomarse aquello demasiado en serio..., pero sin embargo desde su lanzamiento en 1981, Faith ha ido ganando peso dentro de la discografía de The Cure, como uno de los más importantes de su carrera.

La promoción del disco se hizo en una gira de presentación del disco Faith que se dividió en dos fases, la primera de ellas The Primary Tour tan solo en UK y Europa, y el The Picture Tour su segunda etapa, donde se le añadieron Estados Unidos, Australia y Francia.

El exito de The Cure desde sus inicios se había convertido en imparable y eso lo demuestra en sus comienzos, y lo continúa en este si tercer disco de estudio, tanto que Faith es remasterizado en el año 2005 como parte de las series Deluxe de la discográfica Universal. La nueva edición, de dos CD incluyó una versión remasterizada del LP original, y la canción «Carnage Visors» en el primer CD, así como una colección de demos, canciones en vivo y el sencillo «Charlotte Sometimes», no incluido en ninguno de los álbumes de la banda. También existe una edición monodisco, que incluyó el álbum original remasterizado. 

Por ello The Cure es una de las bandas de rock gótico más emblemáticas de todos los tiempos.

Daniel 
Instagram storyboy 

jueves, 1 de noviembre de 2018

El disco de la semana 45: Disintegration, The Cure



Hay parodias que trascienden al original. Es el caso de la imitación de Joaquín Reyes de Robert Smith, cantante y líder del grupo The Cure. Durante su concierto en el Mad Cool 2019 en Madrid, mientras esperábamos a que salieran al escenario, una buena parte del público comenzó a cantar:

"Vamos Robert, sal a bailar, que tu lo haces fenomenal, tu cuerpo se mueve como una palmera, suave, suave, su-su suave"

Ajeno al significado de aquellos cánticos, Robert Smith salió al escenario y arrancó el concierto con los dos primeros temas de Disintegration, su obra maestra de 1989, que contiene algunas de las canciones más recordadas y míticas del grupo. El tema central del disco fue el paso destructivo del tiempo tras una ruptura, la desintegración que se va produciendo a causa del sentimiento de pérdida y la desesperanza, convertidos en pesadillas e ideas de suicidio que se combinan con el miedo interno a la soledad y la muerte.

Durante el proceso de grabación, se produjo un incendio en la habitación de Smith, que hizo que los miembros del grupo corrieran alarmados y entraran en la habitación cubiertos de toallas mojadas para salvar las letras del disco antes de que se quemaran. A partir de aquellos manuscritos casi desintegrados, Robert Smith tuvo que recomponer las letras, para lo que se encerró durante semanas en un antiguo desván del estudio de grabación. De allí surgió finalmente el disco Disintegration, tal y como lo conocemos.


DISINTEGRATION


Esta obra cumbre comienza con Plainsong,  que refleja a la perfección el tono sombrío del álbum, y que arranca con la mística y la grandiosa instrumentación que tendrán también la mayor parte de las canciones del disco, en las que transcurren más de dos minutos hasta que la voz entra en juego, dejando espacio para que la banda y las ideas musicales de Robert Smith se desarrollen y se desplieguen en la paleta de colores (oscuros) de la que nace este brillante y gótico lienzo. Todo el disco es un gran monumento oscuro y melancólico, un animal maltrecho y herido de muerte por los desengaños amorosos, las rupturas, y el inevitable adiós que acontece tras todas ellas.

Pictures of you no sólo no es ajena a esta temática, sino que se compone de los recuerdos y las imágenes que alimentan el dolor que sufre la persona abandonada. Robert Smith ojea las viejas fotos y recuerda los momentos vividos, y construye con ellos uno de los singles más brillantes de su carrera.

En Closedown de nuevo vemos las pautas en las que se basó la construcción de la gran catedral gótica dedicada a la autodestrucción que es Disintegration. Rotundas y lejanas baterías marciales, grandiosos teclados que revisten los temas en grandes oleadas, y la melancólica y tenue guitarra que va soltando notas sueltas al compás del conjunto, todo ello creando una atmósfera de grandiosidad y melancolía.

Tras el épico arranque de estos tres temas, llega el que puede ser el momento de más calma de todo el disco. Lovesong es, como su nombre indica, una tema de amor escrito por Robert Smith para su prometida Mary, con la que se casaría en la época de Disintegration. Es también la canción más corta y más sencilla del disco, alejándose de la ambiciosa propuesta del resto de temas, generosos en lo que a épica y a elaborados paisajes musicales se refiere.

Tras esta breve, pero sentida declaración amorosa, el disco vuelve a su pantanoso cauce con Last Dance, una vuelta a los complejos patrones de instrumentación que hacen que el disco apenas tenga un momento de respiro. La apocalíptica guitarra parece querer abrirse paso entre la maraña sonora y la voz dolorosa de Robert que anuncia el "último baile" antes del adiós.

En palabras del propio Robert Smith de Muchachada Nui: "Nosotros tuvimos una época muy buena, en los 80 que fue cuando lo petamos cosa bárbara con el Ding Dong Ding Dong" Se está refiriendo a Lullaby,  tétrica nana que se convirtió inmediatamente en himno eterno de la banda, apoyada en un excelente vídeo en el que un asustado Smith observa como una araña le va acechando con la intención de convertirle en su cena.

El resto de la banda tiene breves apariciones en el vídeo, como soldados tocando instrumentos musicales. La canción, más que una "canción de cuna", podría ser una metáfora de la adicción o la depresión, ambos elementos conocidos a fondo por el vocalista y líder de la banda. La idea de la canción viene de sus recuerdos de la niñez, ya que antes de dormir, su padre le cantaba:  "Duérmete ahora, niñito, o mañana no te despertarás..."


Al despertar de la pesadilla, nace un nuevo día en Fascination Street. Pero el día que se nos presenta no es soleado, sino una auténtica tormenta de guitarras y, sobre todo, de un lacerante bajo que le da al tema la atronadora base rítmica de la que es difícil bajarse en marcha. El tema más duro del álbum, irremediablemente me recuerda un oscuro pub getafense de los 90, un lugar al que no recomendaban entrar porque "vendían pastillas de colores". Nunca me intentaron vender nada allí dentro, pero cada vez que entré acabó sonando esta canción entre la oscuridad y las luces estroboscópicas.

La cara B del disco arranca con Prayers for Rain, épico tema que arranca con un ritmo de guitarra y un tenue piano de fondo, pero serán los teclados los que brillen en todo su esplendor con una oscura y apocalíptica melodía que se te clava en lo más hondo. De nuevo un tema largo y brillante con el que The Cure vuelven a hacer que el disco estalle en una supernova de negros y grises.

Y si con esto creíamos que la melancolía había llegado a su climax, a este tema le sigue The same deep water as you. Si todo el disco sabe a tarde nublada y melancólica lluvia, aquí directamente podemos oir el agua y los truenos cayendo. La batería suena lejana y empapada, y los teclados crean de nuevo una memorable atmósfera en la que encajar la característica guitarra que arroja notas más que puntearlas.

La canción Disintegration, que da título al disco, sigue la línea de Fascination Street pero con más luz, lo cual no es un halago sino una crítica. Le falta la oscuridad y la fuerza que Fascination tiene. En su favor, sin embargo, hay que mencionar lo elaborado de su letra, un auténtico poema sobre la añoranza mezclada con el rencor del abandono. La voz de Robert Smith va de menos a más, en un esfuerzo vocal que culmina en la  gran conclusión del tema: "Como siempre, llega el final".
El público interpretó el título, y el hecho de que en la portada solo salga el cantante, como un aviso de la separación de la banda, cuando en realidad se trataba de un proceso de desintegración personal, la sensación de que todo tu mundo interior se está desmoronando.


Homesick comienza con una juguetona y tenue guitarra, a la que se une un leve piano. El entramado de la canción va creciendo poco a poco a lo largo de sus siete minutos, y de nuevo no es hasta mitad de canción cuando la voz de Robert Smith se une al melancólico lienzo.

Todo termina realmente con Untitled, un final sin título para un disco sobre el dolor de un abandono. Aire fresco para una situación que ya era asfixiante, con las notas de un bohemio acordeón y un ritmo algo más positivo que la media. Quizá después de toda ruptura, transcurrido un tiempo y restañadas las heridas, siempre hay un momento para volver a empezar, y quizá no sabemos como llamar a ese momento. Quizá deba quedar sin título.



Hay parodias que trascienden al original, y también artistas originales que acaban convirtiéndose en parodias de sí mismos. En este sentido, el verdadero adiós de Robert Smith vendría un par de discos después, y fue brillantemente explicado por su gemelo de Muchachada Nui: "Un día, ví un punto brillante en el horizonte, y era mi talento que se alejaba..."


En su defensa, nunca ha dejado de intentarlo y la esperanza de que entregue un disco al nivel de Disintegration seguirá intacta. El hilarante y falso Robert Smith, que tan fielmente refleja la idiosincracia del auténtico, responde orgulloso cuando le ofrecen fingir su muerte y retirarse a la villa de los rockeros muertos:

"Lo siento chicos, yo aquí estaría a gusto y sería feliz, y eso me da miedo porque yo soy triste, y es triste admitirlo, pero más triste es negar que eres triste. Sobre todo cuando con eso hago cancionzacas. ¡Y voy a salir al mundo, y voy a gritar que tengo cosas que decir, y lo del armario con los pececicos se va a quedar en mantillas, comparado con la cantidad de chorradas que tengo ya pensadas. Yo no soy ni un mito ni una leyenda, yo soy de verdad!"

Así es como se evita la desintegración interior, y es entonces cuando lo que digan desde fuera pierde toda la importancia que nunca debió tener. No hay nada más. Unas torrijas para el camino, y una cantinela para animarnos mientras nos vamos alejando hacia el horizonte... "Vamos Robert, sal a bailar, que tu lo haces fenomenal, tu cuerpo se mueve como una palmera, suave, suave, su-su suave"
 





Bibliografía básica de este post (además de la inestimable e imprescindible Wikipedia):

Muchachada Nui: Robert Smith
https://www.youtube.com/watch?v=ufigznlMrbw

Muchachada Nui: Robert Smith en la villa de los rockeros muertos
https://www.youtube.com/watch?v=zaIR85T5UYY