María Trinidad Pérez de Miravete-Mille y Pascual del Riquelme, más conocida con el nombre artístico de Mari Trini, nació en la pedanía murciana de Singla, el 12 de julio de 1947, a los siete años se trasladaría a Madrid con su familia donde, enfermó de gravedad (nefritis crónica), por lo que tuvo que pasar largas temporadas en casa, sin apenas levantarse de la cama, esta enfermedad fue larga y marcó el carácter de Mari Trini ya que has ta los 14 años no obtuvo el alta médica. La enfermedad le dejó alguna secuela física, pero también perfiló su personalidad y carácter, y fue un período que aprovechó para escribir y aprender a tocar la guitarra. Con apenas quince años conoció en Madrid al cineasta Nicholas Ray, director de películas como “Rebelde sin causa” o “55 días en Pekín”, él fue quien convenció a Mari Trini para que marchara a Londres a estudiar arte dramático y a prepararse para interpretar una película, que finalmente no llegó a realizarse. Allí conoció a Roman Polanski, Paul McCartney, James Mason y Marlene Dietrich, y empezó a coquetear con la canción francesa, por lo que acabó en París grabando sus tres primeros EP. A su regreso a España, cantó por Aute y por Patxi Andión, hasta que se hartó de interpretar las voces de otros y buscó incansablemente la propia: un trabajo, ustedes lo saben, que le lleva a uno toda la vida. Por eso fue que en su siguiente álbum, Escúchame, donde salió su Yo no soy esa, un auténtico himno feminista lanzado en 1971, con Franco vivísimo, con un nacionalcatolicismo implantado hasta la médula, con este disco y esta canción se consagró como una de las cantautoras fundamentales de habla castellana. Mari Trini vino a desvincularse, con esta letra inolvidable, de la concepción que el españolito medio tenía de la mujer de al lado: manifestaba, desafiante, que no pensaba ser complaciente ni dócil, que no iba a estar esperándole ni disculpándole sus escarceos con otras, que no iba a reírle las gracias tan fácilmente, “Yo no soy esa que tu te imaginas. Una señorita tranquila y sencilla, que un día abandonas y siempre perdona. Esa niña sí … no, esa no soy yo”. El título «Yo no soy esa» es revelador porque cita (y rebate) otra canción: «Yo soy esa», tema clásico del género de la copla (cantado por, entre otras, Isabel Pantoja) cuya letra alude a una mujer utilizada por los hombres.
A Mari Trini la llamaron “marimacho” porque fue la primera mujer en aparecer en Televisión Española llevando pantalones tejanos, y porque no jugaba a la baza de la sensualidad en escena: vestía sobria, sencilla, casi siempre de blanco y negro, dejando caer sobre los hombros su espesa melena rubia, lisa y recta. No fue pizpireta, fue enigmática, y culta, y algo oscura: daba la sensación de que valía mucho más por lo que callaba, Mari Trini fue, ante todo, dueña de su vida, y para conseguirlo tuvo que tejer con cuidado una muralla de discreción a su alrededor: era fácil que la prensa rosa volviese a poner en el foco del debate los amoríos de una mujer como centro de su personalidad.