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jueves, 11 de abril de 2024

Like a Prayer #MesMadonna




Tras el gran éxito de "True Blue" (1986), la fórmula de música pop enfocada a un fiel público adolescente había llegado a su momento más álgido, pero Madonna sentía que era el momento de dar un giro con el que lograr también el respeto y la admiración de un público más adulto y el deseado reconocimiento por parte de la crítica especializada. Esa era su aspiración y su gran objetivo cuando empezó a trabajar en "Like a prayer", su cuarto disco de estudio, publicado por Sire y Warner Bros. Records en marzo de 1989.

Llamado "Like a prayer" ("Como una oración") por la fuerte influencia del catolicismo en su infancia y sus conflictos interiores con sus creencias durante su juventud, y dedicado a la memoria de su madre, fallecida siendo ella una niña, el álbum es una descarnada exploración y declaración de sus sentimientos y vivencias más personales, y un impresionante despliegue de estilos entre los que, además del pop, hay inspirados momentos dance, funk, góspel y soul. Estamos ante su trabajo más serio e introspectivo, una obra que en lo musical supuso un tremendo salto de calidad respecto a los discos anteriores, y en las letras presentó un enfoque mucho más oscuro y sincero, con continuas referencias a sus complicadas relaciones familiares y de pareja, así como a sus convicciones religiosas y sus conflictos con sus sentimientos más personales, que hasta entonces había escrito y guardado en un cajón sin llegar a plantearse que pudieran convertirse en letras de canciones.

Pese al evidente cambio estilístico que se estaba planteando, seguía confiando plenamente en sus compositores y productores habituales Patrick Leonard y Stephen Bray, con quienes ya había trabajado en "True Blue". Su método de trabajo no contemplaba que los dos productores escribieran o produjeran juntos, sino que era la propia Madonna la que trabajaba con uno u otro por separado, escribiendo letras para la música que ellos le presentaban. Bray tendía más hacia el dance y el pop más luminoso de temas como "Express Yourself" o "Keep It Together", mientras que Leonard tenía una mayor predilección por estilos más orquestales y melódicos, y de sus sesiones salieron temas como "Spanish Eyes", "Till Death Do Us Part", "Dear Jessie", "Promise to Try", "Like a Prayer" y "Cherish"

Y no quedó la cosa ahí, porque para diversificar aún más la producción y elevar la temperatura creativa del disco, Madonna llamó a Prince para participar en el álbum. Prince aportó la canción "Love Song" en la que canta a dúo con Madonna y, aunque no acreditado, participó con su guitarra en "Keep it together", "Act of Contriction" "Like a prayer", el tema que titula y abre el disco, y la primera de las canciones que se crearon en las sesiones con Patrick Leonard, que interpretó en el estudio los primeros acordes para que Madonna fuera escribiendo mientras la escuchaba la letra sobre "una joven tan enamorada de Dios que sentía como si Él fuera la única figura masculina en su vida". "Like a prayer" comienza con un riff de guitarra de Prince (y parece que algunos efectos de guitarra en el puente y el estribillo llevarían también su firma, aunque no quedó acreditado) para después dar protagonismo a un órgano de iglesia, que junto a los impactantes coros góspel de The Andrae Crouch Chorus contribuyen a la atmósfera religiosa de la canción, que juega con el doble sentido carnal y religioso ("Estoy de rodillas, quiero llevarte allí") y en la que destaca sobremanera la gran línea de bajo interpretada por Guy Pratt.

Para "Express Yourself" el enfoque fue similar. Bray le envió a Madonna un cassette con la música, y se reunieron después para trabajar juntos en las partes que a ella más le gustaron. Aquí el enfoque es mucho más cercano al dance y al pop, mientras que la letra es una llamada al empoderamiento femenino, a no conformarse con estar en un segundo plano y a superar los obstáculos mediante la libre "autoexpresión". Más optimista que "Like a prayer", es otro de los grandes singles del disco, con una producción que brilla entre palmadas, cajas de ritmos y unos potentes coros de acompañamiento.

Tras estos dos cañonazos, llega la calma en "Love Song", el único tema completo que surgió de la colaboración con Prince, que en principio iba a ser producido por Stephen Bray, pero era un reconocido admirador del "príncipe" y se sintió abrumado ante la posibilidad de trabajar con material suyo. Alegando no estar "emocionalmente preparado" para asumir esa responsabilidad, Bray rechazó la proposición de producir el tema. "Fue una de las pocas cosas de las que me arrepiento en la vida" declararía después de dejar que Madonna y Prince se encargaran de la producción. El trabajo entre los dos grandes divos se produjo a distancia, y comenzó con Prince grabando un loop con partes de guitarra que envió a Madonna, que añadió teclados y voces y lo envió de vuelta, y entonces Prince añadió más voces y otros instrumentos, y así poco a poco fueron dando forma al tema hasta lograr una balada funk que es a la vez bella y extraña, y completamente diferente al resto del disco.

Tras la singular rareza de "Love Song" el disco entra en uno de sus tramos más personales y oscuros con "Till Death Do Us Part", en la que Madonna saca a la luz las heridas emocionales de su reciente ruptura matrimonial con el actor Sean Penn, y "Promise to Try", que describe el dolor por la muerte de su madre, y lo importante del proceso de aceptación de la muerte y la necesidad de "dejar ir" a las personas queridas para curar el dolor de su marcha. Musicalmente, es quizá la canción más desnuda del disco, con una base de piano y un cuarteto de apoyo, para no quitarle protagonismo al descarnado mensaje de la letra y la voz de Madonna.

"Cherish" es un buen tema pop, quizá con menos encaje en el marco de este disco, pero que habría sido pieza clave en cualquiera de los anteriores. Algo parecido ocurre con "Dear Jessie", y juntas parecen conformar el tramo del disco dedicado a la infancia, con melodías pegadizas pero no exentas de una cierta melancolía. Nada que ver con lo que viene a continuación, porque en "Oh Father", que describe desde la tristeza y el recuerdo la difícil relación con su padre, vuelve la oscuridad y una temática claramente emparentada con "Promise to try", con la salvedad de que para este tema sí que se optó por el revestimiento de una orquesta, y el resultado es simplemente impresionante.

La vertiente funk, dance y pop del disco vuelve a aflorar en "Keep it together", un tema sobre la importancia de mantener a la familia unida, en el que Stephen Bray sí que se atrevió a trabajar con la guitarra de acompañamiento que Prince interpretó para el disco. Tras la correcta "Spanish eyes", el músico de Minneapolis aún tuvo una nueva aparición para cerrar el álbum en "Act of Contriction", un recitado de Madonna sobre la base invertida de la canción "Like a prayer", la guitarra distorsionada de Prince y un coro góspel. Es apenas un susurro enmarañado en distorsión y psicodelia, el reverso de una extraña plegaria, o algo que pudiera entenderse "como una oración", y al mismo tiempo y por todo ello, es el mejor final imaginable para un disco como "Like a Prayer".

La obra en conjunto, apoyada por la publicación de seis de sus canciones como singles ("Like a Prayer", "Express Yourself", "Cherish", "Oh Father", "Dear Jessie" y "Keep It Together") obtuvo la aclamación unánime de crítica y público, y su producción "múltiple" no solo no afectó a la unidad de su mensaje, sino que acabó siendo el mejor y más cohesionado de todos sus discos. Fue además una "oración" muy lucrativa, vendiendo más de 15 millones de copias y llegando al primer puesto de las listas de ventas en más de treinta países. El mundo entero valoró la grandeza de un disco que en su mayor parte se grabó con los músicos tocando juntos y en vivo en el estudio, en lugar de las sobregrabaciones en las que se basaban sus discos anteriores, y la cruda sinceridad de las letras de la nueva Madonna, que se abría con franqueza a hablar de temas muy personales y profundos, dando un golpe sobre la mesa de los que, hasta entonces, le negaban el calificativo de artista "seria". Si, a pesar de todo, hay alguien que aún hoy se lo siga negando, no tiene más que aprovechar el #MesMadonna en 7días7notas.net y animarse a escuchar "Like a Prayer" para comprobar lo que sus prejuicios hacia esta artista le han impedido disfrutar todos este tiempo.

jueves, 7 de julio de 2022

La música en historias: La Sonrisa Verdadera



Esta historia va sobre la magia. ¿Existe realmente? Yo creo que sí, y voy a defender con hechos la existencia de, al menos, dos tipos de magia. En primer lugar, creo que hay personas que tienen magia, y la irradian a todos los que tienen la suerte de entrar en su círculo de confianza. En segundo lugar, la magia de la música, la cual da aún más sentido a este artículo dentro del blog de 7días7notas.

Sergio Aznárez es la persona más cargada de magia que he conocido en la vida. Nació con una microftalmia severa, sus ojos eran del tamaño de una cabeza de alfiler. Se los extirparon poco antes de dejar el hospital tras su nacimiento. Durante su infancia, a los 6 años se le diagnóstico autismo.
Un profesor de magisterio le enseñó piano, y eso conectó a Sergio con la vida y le dibujó su característica sonrisa.


Conocí a Sergio a través de mi pareja, que también fue su terapeuta en el pasado, y que guarda con su familia y con el propio Sergio una relación de amistad de la que quiso hacerme partícipe. Recuerdo que todos mis nervios se disiparon al momento de conocerle, tal vez a causa de esa magia que pretendo demostrar con estas líneas, y lo que más me impresionó fue la cordialidad y el buen humor que toda su familia desprendía.


A partir de ahí, hemos tenido la suerte de ser partícipes de muchos momentos en la vida de Sergio. En el primer cumpleaños suyo al que asistí, le regalé un CD con canciones de Prince al piano, la mayor parte de ellas sacadas del disco "One night alone" en las que, salvo pequeños arreglos de percusión y efectos, el piano y la voz son la base de todas las canciones. Su madre, Mari Ros, siempre me dice que es uno de sus CDs favoritos y que lo pone constantemente, y yo al oírlo me hincho orgulloso como un pájaro al inflar el buche.



El piano es sólo un ejemplo de las muchas actividades que ha desarrollado en su vida, aunque quizá sea la más emocionante. Escucharle es un placer y una satisfacción increíbles. No dudé en "ficharle" para que tocara en mi boda. Aceptó tocar una pieza clásica en la intro y el final de la ceremonia, pero a condición de que en el medio pudiera tocar su canción favorita, "Singing in the rain". Por supuesto no le negué ese privilegio y la tocó de principio a fin en un momento, como no, mágico.


La historia de su vida ha quedado plasmada en el documental "La sonrisa verdadera", proyecto familiar que narra la aventura de Sergio y su hermano Juan Manuel al recorrer en tándem la distancia que separa Cuenca de Tineriz, un pequeño pueblo de las montañas Atlas de Marruecos, para que Sergio se reencontrara con Mati, su antigua profesora, una persona que para él sin duda está cargada de magia.


El comienzo del documental es el mejor ejemplo de lo que su familia ha supuesto para él. La manera en la que su hermano diseña el mapa, señalando con chinchetas cada alto en el camino, y uniendo las chinchetas con una cuerda para que Sergio entienda la magnitud del viaje y de las distancias, es la manera elaborada y cariñosa con la que han diseñado y cuidado cada momento vital de su vida, y que le ha permitido llegar a cotas inimaginables de superación de las barreras con las que se ha encontrado.



Acudimos al estreno del documental en la Cineteca del antiguo Matadero de Madrid, con la ilusión de ver su enésimo ejemplo de superación y de actitud ante la vida, y en mi caso para ser testigo de la existencia de la magia de la música. Viendo el documental, me embargó un sentimiento de "envidia sana" por no haber sido parte más activa de aquella aventura, yo quería estar ahí con Sergio y con Juanma de alguna manera, y lo que no sabía era que la magia estaba a punto de darme una gran satisfacción.

Aproximadamente en el minuto 45 de la cinta, hacen una de las paradas del camino en un alojamiento de un pueblo de Marruecos. La cámara fija enfoca a Sergio, que sentado en la cama empieza a hablar en alto, en un ejercicio muy típico suyo en el que, repitiendo frases, recuerda momentos y aprendizajes de su vida. Tras unos minutos hablando, se recuesta sobre la cama y empieza a golpear rítmicamente una de las patas traseras, y exactamente en el 49:14 dice claramente: ¡Prince!


Mi sorpresa fue mayúscula, y ese momento es desde entonces mi tesoro particular. De hecho, lo he comentado en reuniones posteriores con la familia, y nadie me ha creído ni se ha percatado del detalle, así que uno de los objetivos de este artículo es sacar a la luz el 49:14 para, egoístamente, volver a sacar pecho como un gorrión. Por eso esta historia va sobre la magia. Porque existe realmente. La magia de la sonrisa de Sergio, verdadera y pura porque nunca ha visto sonreír, y la magia de la música, que hizo posible que, finalmente, sí que hubiera un granito de arena con el que pude ser partícipe de un proyecto tan emocionante. La Sonrisa Verdadera.


Podéis ver el documental completo en el siguiente enlace de Youtube:



jueves, 29 de abril de 2021

La música en historias - El final del Mes Prince

 

Qué difícil es cerrar el #MesPrince sin tener la sensación de que, pese a haber reseñado más de una docena de sus obras, nos hemos dejado muchos discos buenos en la "bóveda" de 7días7notas. Para aliviar esa sensación de obra inconclusa, he creído necesario terminar el #MesPrince con uno de esos recuerdos asociados al momento en que su música se convirtió en la banda sonora de mi adolescencia. Después de que discos como Sign of the Times y Lovesexy "me volaran la cabeza", me embarqué en la búsqueda de todos sus discos anteriores, con la ayuda de una página de una revista que reseñaba brevemente todos los discos publicados hasta entonces, ordenados cronológicamente y con las fotos de las portadas. Como mencioné en la reseña de Parade, "recorté esa página y la colgué en la pared de mi habitación, y se convirtió en la hoja de ruta de mi búsqueda de Prince". Ha llovido mucho (y púrpura) desde entonces, y lamentablemente no se dónde fue a parar aquel recorte, pero su recuerdo me invita a cerrar el #MesPrince continuando aquellas breves reseñas, y que esta "segunda parte" pueda serviros de guía a todos los que queráis profundizar en los mejores discos de su obra posterior, quizá menos conocida, pero no por eso menos interesante:

 

Love Symbol (1992)

El mejor disco de Prince en los 90, con singles rotundos como My Name is Prince, Sexy MF o Seven, rodeadas de un buen puñado de buenos temas como The Continental, Love 2 the 90's, Damn U o The Morning Papers. Prince juega con la melodía de Rave unto the Joy Fantastic en los arreglos orientales de The Max, explora ritmos reggae en la juguetona Blue Light, y muestra su gusto por el erotismo y las películas de Roger Vadim en And god created woman. Las concesiones al rap están más acotadas que en Diamonds and Pearls, y sólo llegan a lastrar un tema como The Flow, al que salva el genial final instrumental, con la sección de vientos a tope. El disco iba a ser conceptual, pero los tramos hablados en los que se contaba la misteriosa historia de tres antiguas monedas de oro (3 chains O'gold) fueron en su mayoría eliminados para incluir canciones prescindibles (I wanna melt with U, Arrogance), pese a las cuales sigue siendo un disco sólido y desbordante, en el que anticipa ya la travesía entre el My Name is Prince del primer tema, y el sacrificio de cambio de nombre (The Sacrifice of Victor) que dejaba entrever en el tema final.


The Undertaker (1993) 

En 1993, Prince convocó al baterista Michael Bland y el bajista Sonny Thompson, miembros de New Power Generation para grabar un disco de power trío. Eran las 3 de la mañana, y dedicaron aproximadamente una hora a hacer un disco rudo y en directo, sin añadidos, basado en la canción que le da título, un alegato antidrogas y violencia de diez minutos de duración. La secuencia de canciones del disco es exactamente como la tocaron, y entre ellas hay joyas como la blusera The Ride, curiosidades como la revisión de Bambi, también en clave de blues, canciones que después encontrarían su sitio en discos posteriores (Dolphin, Zannalee) y hasta una versión del Honky Tonk Woman de los Rolling Stones Prince planeaba distribuir The Undertaker junto con la revista Guitar World, pero Warner Brothers lo impidió. La canción The Undertaker terminó saliendo en el disco The Voice de Mavis Staples en 1993.

 

The Gold Experience (1995)

El primer disco que sacó firmado con el símbolo impronunciable con el que renunciaba a su nombre, era un disco muy especial para Prince, y es uno de los mejores discos que sacó durante la década. Temas como Dolphin, Billy Jack Bitch, Gold y, sobre todo, I hate U serían suficientes para elevar este disco a la categoría de grande, pero además es el disco en el que finalmente incluyó una versión de The most beautiful girl in the world, su single de mayor éxito en esa década. Un disco que podría haber sido aún más grande, porque inexplicablemente en la selección de temas Prince descartó canciones como Days of wild o Interactive, superiores a otros temas que acabaron formando parte de The Gold Experience.

 

Chaos and Disorder (1996)

A lo largo de la década de los noventa, Prince entregó los trabajos que tenía pendientes con Warner sin demasiado ánimo, tirando de la "bóveda" para rescatar temas antiguos. Y, sin embargo, varios de esos discos entregados por contrato, tienen un nivel de calidad elevado y, en el caso de Chaos and Disorder, una estimable unidad como disco, gracias al marcado enfoque oscuro y rockero que comparten la mayoría de sus canciones. Chaos and Disorder, I like it there o The same december suenan frescas y rotundas, y Dinner with Delores es un correcto single de sonido limpio y áspera letra. Junto con The Undertaker, podría decirse que es el disco más "heavy" de Prince, sin llegar a serlo realmente.


The Truth (1998)

The Truth es uno de los discos más consistentes e interesantes de Prince, a la vez que uno de los más ocultos y desconocidos. Un disco de cuidada y minimalista producción acústica, que hace que el talento musical de Prince se disfrute de manera desnuda y directa. Canciones como The Truth, Don't Play Me, The other side of the pillow o Welcome 2 The Dawn están entre lo mejor de este disco, en el que también hay espacio para sensuales y sencillas baladas de sugerentes teclados (Circle Of Amour, Dionne) y otros temas destacados como 3rd Eye o One of our tears. Un disco en el que sólo sobra el innecesario tema Animal Kingdom, una anecdótica oda al veganismo que musicalmente es pobre y poco acertada, dentro de un disco de producción impecable, una auténtica rareza acústica dentro de su discografía.


The Vault: Old Friends 4 Sale (1999) 

Al igual que ocurriera con Chaos and Disorder, estamos ante un disco obligado por contrato, y de nuevo basado en una colección de temas que Prince tenía almacenados y sin publicar (Old Friends for Sale se quedó fuera de Parade), o que habían sido inicialmente ofrecidos a otros artistas (Five Women había sido compuesto para Joe Cocker), y de nuevo el resultado es un disco bastante unitario e, incluso, de mayor calidad que el disco publicado como "El Artista" en ese mismo año (Rave unto the joy fantastic), gracias al marcado toque jazz de la mayor parte del disco. She spoke 2 me, en una versión extendida con una improvisación jazzistica, se erige como el mejor tema del disco, y temas como When the lights go down o Extraordinary brillan también con luz propia en este disco.

 

The Rainbow Children (2001)

Su disco más valiente e interesante de la década de los 2000. Una apuesta arriesgada y conceptual que narra una historia de tintes bíblicos, con un marcado regusto a jazz-funk, y con transiciones en las que Prince va contando la historia con voz distorsionada. El tema The Rainbow Children son diez minutos de jazz experimental, mientras The Work pt I o 1+1+1=3 son funk al más puro estilo James Brown. El disco tiene tramos que parecen parodiar los musicales (Everywhere), con toques incluso operísticos (Wedding feast), y en su tramo final alterna reivindicativos temas funk que incluyen recitados de Martin Luther King (Family Name, The Everlasting now) con brillantes temas acústicos (She loves me 4 me, The Last December) No llega al nivel de sus discos de los ochenta, pero es innegablemente valiente.

 

One Nite Alone (2002)

Los mismos halagos que se llevó un disco como The Truth son aplicables a One Nite Alone, un disco concebido con la misma dinámica de producción sencilla y minimalista, pero dónde The Truth se basaba en guitarra acústica y la voz, aquí el protagonismo es para el piano de Prince y su voz aterciopelada y de falsete, con apenas añadidos adicionales. El resultado es también el mismo, estamos ante uno de los discos más consistentes e interesantes de Prince, y de nuevo pasa a engrosar las filas de sus "discos rareza" de no muy fácil adquisición. Encontramos aquí joyas como la propia One Nite Alone, U're gonna C me, Here on Earth o Have a Heart, canciones para sentarse y disfrutar en la oscuridad, y dejarse llevar por las notas del piano de Prince y su voz cálida y directa. Incluye una versión de A Case of U de Joni Mitchell, uno de los temas favoritos de Prince, que encuentra en "el disco de Piano de Prince" el sitio perfecto para ser incluida. Una rareza que de nuevo es impecable y altamente recomendable.

 

Musicology (2004): El deseo de Prince de regresar a la primera línea le llevó en este disco a alejarse de la experimentación y a entregar un álbum de corte más convencional. Consiguió el objetivo, con canciones destacables como Call my Name, A million days y, especialmente, Musicology, el single de lanzamiento y la canción que representó ese ansiado regreso  al calor de los focos, el éxito y el reconocimiento, ya como artista consagrado más que como el admirado innovador de antaño. Se cuelan en este disco un par de canciones en las que Prince muestra su preocupación por los problemas raciales post 11-S (Cinnamon Girl) y las demandas de los menos favorecidos, en forma de carta abierta al presidente en Dear Mr. Man,  el mejor tema del disco.

 

 Art Official Age (2014): El regreso del hijo pródigo a Warner, veinte años después, era un acontecimiento por el que Prince puso toda la carne en el asador, con temas tan rotundos como Clouds, y aunque seguía esforzándose por sonar moderno (Art Official Age), le salió un disco que volvía a esquemas pasados (Breakdown recuerda a The Beautiful Ones en estructura, y The Gold Standard a Superfunkycalifragisexy). Por si fuera poco, el mejor tema del disco (This could be us) es el recuerdo nostálgico de la relación con Apollonia en Purple Rain.

 

Hit 'N' Run Phase Two (2015): Tras la decepcionante primera parte de la saga Hit 'N' Run, esta segunda entrega supuso un regreso / homenaje a las raíces de la música negra (Look at me, look at you) el soul (When she comes) y el funk clásico (Black Muse). Grabado en analógico y a la vieja usanza, y apoyado en una sección de vientos de hasta 11 miembros en algunos temas (Big City), con guiños al pasado (Stare incluye, por un instante, la guitarra de Kiss perfectamente ensamblada en el ritmo) y visitas a la "bóveda" (Xtraloveable) que no desentonan en un conjunto sobrio y equilibrado. Una brillante despedida para una carrera inigualable.

miércoles, 28 de abril de 2021

Prince - Diamonds and pearls (Mes Prince)

 




Diamonds and Pearls, como prácticamente todos los álbumes de rap de mediados de los 80 y principios de los 90 que lo inspiraron, es más largo de lo necesario (es difícil imaginar que alguien pueda justificar la inclusión de "Jughead" y "Push"). Pero también es uno de los últimos álbumes de Prince en generar múltiples sencillos exitosos, mientras que aún contiene pistas que podrían haberse sumado a ese número si hubieran tenido la oportunidad ("Daddy Pop" al menos probablemente hubiera tenido mejores resultados en las listas de éxitos que "Insatiable” lo hizo). No es del todo el mejor álbum de Prince de los años 90 (ese título es para Love Symbol, aún más largo, loco y diverso, lanzado un año después), pero era una señal importante de que Prince estaba dispuesto a abrazar los sonidos contemporáneos, o cercanos a los contemporáneos, para mantenerse visible, y que aún podía escribir canciones que merecen la atención que lo llamaron. 

Thunder es el comienzo del álbum, momento para mezclar una vez más la espiritualidad y la sexualidad, tiene una apertura deslumbrante y una línea de sitar interesante, las letras religiosas y me gusta que las abandone en favor de una sección más larga que no es realmente improvisada (con más guitarra) para la última mitad de la canción. La canción incorpora además algunos sonidos extraños de guitarras, también es muy interesante el juego de coros que podemos encontrar. Un ritmo pesado con acentos de órgano proporciona la base para Daddy Pop, y se convierte en una canción de banda, donde todos tienen su momento para expresar lo que tienen dentro, ayuda a eso todos los ecos y voces que van respaldando la canción mientras Prince y Rosie Gaines llevan la batuta vocal. Aparece al final de la canción Tony M y la verdad que lleva el tema a la mediocridad, demasiado escuchado. Diamonds and Pearls era la elegida para poder poner un single en las listas de éxitos y arrasar, mucho más cerca del pop que se realizaba en aquella época que de las gloriosas canciones que nos regalaba Prince llena de matices y música que te entra por todos los sitios, aquí nos deja simplemente una melodía agradablemente pegadiza y una Rosie Gaines en estado de gracia, pero me gusta más el Prince desmelenado.  Cream fue la canción que amaban absolutamente todos los que no habían buceado aun en la discografía de Prince, de nuevo tenemos una melodía pegadiza y un ritmo muy molón, pero no llega a caer en la ñoñería de la anterior y se permite meter algunos toques musicales que nos recuerdan de quien estamos escuchando el álbum. De hecho el objetivo se cumplió, ya que consiguió llegar al número 1 de las listas con ese ritmo informal y nervioso mientras canta de manera suave y entrecortada, al borde del susurro. 



Strolling es una especie de musical con aires de jazz, pero con un sonido agradable bastante interesante. No es una canción que vaya a matar, para muchos les parecerá una cosilla sin ninguna importancia, para los más fanáticos puede ser una forma más de innovación del maestro, yo me quedo a medio camino, no me parece la joya que es para muchos, pero tampoco una cosa soporífera. Willing and Able es una especie de R&B, con acentos gospel, donde destaca una agradable guitarra acústica. La cabezonería de Prince por meter el hip-hop de todas las maneras posibles lastran el último minuto cuando encontramos de nuevo al rapero Tony M estropeando algo que iba lo suficientemente bien. Gett Off es Prince en su momento más cachondo, y quizás lo mejor del álbum, vuelven esos gritos de placer que tanto había usado en su primera época en temas como Dirty Mind o Darling Nikki pero no es solo ese aspecto, también encuentro algo misterioso según vas escuchando el tema, envuelve tu mente… me flipa. Con Walk Don't Walk consigue descolocarme del todo, vengo del universo Gett Off y me encuentro esas voces femeninas entre el doo-wap y el rap y no me atrae nada, un pinchazo. Jughead no lo arregla y parece que opta claramente a la peor canción del disco y yo diría que está justificado. Después de abrir con un atractivo tarareo de Rosie Gaines, obtenemos un número completo de hip-hop de Tony M que se hace bola. ¿Pero quién es este Tony M?... vamos a desenmascarar al asesino, Anthony Mosley fue un bailarín de respaldo que en un momento dado fue incitado a rapear en algunas canciones, no se cómo se encoñaria el maestro con él que le llevo a un protagonismo poco merecido en este álbum.



Money Don't Matter 2Night es una suave balada soul, un momento de tranquilidad y bienestar dentro de la tormenta que hemos sufrido anteriormente. A destacar la suave y modulada voz que Prince nos regala que le da un aspecto de narrador místico. El mensaje del coro de que el dinero no importa puede parecer que compite con la vida de lujo representada por los diamantes y perlas del disco, hasta que nos damos cuenta que el lujo aquí es un estilo, un estado de ánimo. Con Push volvemos a entrar en el lado dance-funk que está centrado el álbum, supera otras muchas canciones parecida por el gran falsete que nos regala la voz de Prince, aquí encontramos a toda la banda dejándolo todo, pero sin llegar ni siquiera a la mitad de lo que llega el maestro. Insatiable es la típica balada de Prince que nos ponemos para estar haciendo el amor hasta altas horas de la madrugada, es la Scandalous de Batman o el Slow Love de Sign of times. Live 4 Love es la culminación al exceso del que hemos disfrutado en el disco, 7 minutos de exhibiciones, pero él propio Prince se reserva el último minuto y medio para mediante su compañera eterna en forma de guitarra nos despide con un numero de una gran altura, que casi roza la excelencia.

lunes, 26 de abril de 2021

Prince - Come (Mes Prince)


 

EL MANUSCRITO EN LA BOTELLA

A las orillas de 7días7notas ha vuelto a llegar un manuscrito en una botella, firmado en esta ocasión por Charly "El Druida" (@CatCarlus), uno de los grandes amigos que hemos hecho gracias a nuestro blog y las cuentas asociadas del mismo en Twitter y Telegram. Dentro de la botella, Charly nos envía una reseña del disco Come (1993) de Prince, que publicamos hoy íntegramente dentro del #MesPrince. Hasta ahora, hemos hablado de Prince desde la admiración que nos genera a los cuatro aficionados a la música que formamos 7días7notas, pero con esta reseña damos un paso más allá, para conocer como vive un disco de Prince un músico como Charly que, como buen druida, nos desgrana los matices y detalles técnicos de la poción mágica utilizada por el genio de Minneapolis, que logró que incluso discos menos accesibles fueran admirados y reconocidos por sus propios compañeros de profesión. Así que, desde 7días7notas cedemos la palabra a Charly, y le decimos "Ven" (Come) para que nos hable de uno de sus discos favoritos de Prince. 

 

¡Y Prince hizo "Come"!...

Un larga duración que demuestra que "El Artista" podía ir cambiando de registros según le apetecía y siempre impresionaba. Fue el fundador del reconocido "Minneapolis Sound", ganador de muchísimos premios, entre ellos un Óscar por la canción "Purple Rain", un montón de "Grammys", etc. Destacó por como tocaba instrumentos de cuerda, teclados y percusiones, incluida la batería, aunque una vez escuché que tocaba más de 20 instrumentos. El disco "Come" apareció en agosto de 1994, fue su decimoquinto álbum de estudio y consta de 10 grandes canciones. Por cierto, la portada es Prince en la Sagrada Familia de Barcelona.

1 COME: Una letra llena de sentimiento, con una música que nos lleva hacia ella. Escuchamos el mar, y una batería con alma, mientras él nos habla y en ese momento estamos todos situados. Un bajo con sonidos agudos y una batería con caja dura llevan el tema, y una melodía enérgica con arreglos de viento y teclado le dan elegancia. Yo la siento como funk y jazz, son once minutos de calidad y ritmo.

2 SPACE: Un bajo y una batería que lo llenan todo, batería muy presencial y un bajo que camina. Se acompaña con mucho teclado y diferentes recursos de voz, segundas voces y alterna entre suavidad y contundencia.

3 PHEROMONE: Antes de salir el disco, la versión instrumental de esta canción ya había sido utilizada por Prince en otros proyectos. No es un sonido limpio lo que hace destacar muy por encima el golpe de caja de la batería. Queda una base bailable, que da muchas posibilidades a la voz y eso Prince lo aprovecha, marcando mucho la entrada del estribillo.

4 LOOSE!: ¡Buff Loose!! Es brutal. Empieza con un grito muy loco de Prince y entras en bucle, de hecho creo que grita toda la canción. Una batería donde se escuchan muy bien todos sus elementos y un bajo que aguanta la misma nota casi toda la canción, todo con un sintetizador con un sonido muy electrificado. Y cuando estás flipando y crees que no puede haber más, entra la guitarra distorsionada del maestro con un punteo brutal.

5 PAPA: Letra dura, igual que su forma de cantarla, sentida. La música es bastante tétrica y triste, hasta que después de un redoble todo se vuelve más reivindicativo y fuerte.

6 RACE: Funky enérgico. No sé si será por el título, pero es una canción muy negra. Se pone muy vacilón cantando mientras la base trabaja, con unas buenas segundas voces, una guitarra con grandes ritmos y con buen riff y una batería muy clara, donde se aprecia muy bien su charles (chi chi chi chi...), hecha para que tu mente camine mientras la escuchas.

7 DARK: Suave y elegante. Balada donde la voz va evolucionando a medida que avanza el tema sobre una alfombra acústica suave, bajo bien sonante con adornos de teclado. Predominio de viento acompañando al cantante. Si, una balada un poco atípica.

8 SOLO: Letra de David Henry Wuang, escritor de Madame Butterfly. Prince le pidió que le escribiera un poema, éste lo hizo y se lo mandó. Días más tarde, Prince se la devolvió en forma de canción. Esta genialidad se incorporó en la cara B del single Letitgo, que salió una semana antes que el álbum. Poderío máximo a capella, acompañado a ratos por arpas.

9 LETITGO: El primer single del álbum. Una base constante con batería estable y bajo que combina graves con agudos de forma inusual. Medio ritmo bailable, funky, pero yo diría que también soul, tanto en la base como en las guitarras. Canta en falsete, acompañado de voces más graves y buenos solos de teclado y flauta.

10 ORGASM: También conocida como "Poem" por su letra. Partes de este poema se escuchan al principio de varias de las canciones del álbum (Pheromone, Race, Dark y Letitgo) La voz del orgasmo es de Vanity, de una pista inédita (Vibrator) para el grupo Vanity 6, y la guitarra eléctrica apareció 13 años antes en el tema Private Joy de Controversy (1981). Instrumentalmente hay poco más que recalcar.

Teóricamente, excepto Letitgo, son todo temas antiguos. Si lo escucháis, espero que lo disfrutéis como lo hago yo, es un álbum interesante, muy original, y de muchísima calidad musical.

¡Gracias, Buen "venir"!

Charly "El Druida"

@CatCarlus

domingo, 25 de abril de 2021

Prince - Graffiti Bridge (Mes Prince)



Con la seguridad de un maestro, Prince ha reafirmado su reputación como uno de los innovadores más brillantes del pop con su nuevo álbum, "Graffiti Bridge". Utópico, desafiante, expresando un compromiso recientemente decidido con el cambio social y lidiando de nuevo con la dicotomía entre los deseos terrenales y la espiritualidad, Prince cubre un terreno temático impresionante además de divertirse seriamente. Y mientras tanto, profundiza desde su característico ritmo estrecho y funk-rock profundamente en las raíces musicales negras. La década de 1980 había sido una década increíble para Prince. Comenzó la década como un prodigio misterioso justo a punto de lograr un éxito disco crossover y luego procedió a lanzar una serie de álbumes que obtuvieron éxito tanto de crítica como comercial y lanzaron o impulsaron las carreras de varios otros artistas. Fue una de las décadas más creativas y prolíficas que jamás haya producido ningún músico. ¿Qué le depararía la década de 1990 a Prince? Pues a principios de la década de 1990, la estrella de Prince se estaba desvaneciendo. A pesar del aumento (temporal) de las ventas debido sobre todo a la banda sonora de Batman, la prensa se cebo con él. Así se metió en proyecto mayúsculo que estaba seguro que iba a reportarle una resurrección a nivel mundial, la fecha señalada en el calendario era el 21 de agosto de 1990, el duodécimo álbum de estudio de Prince iba a ser lanzado en los Estados Unidos, previamente y a modo de aperitivo, el 23 de julio de 1990 el primer sencillo del álbum, Thieves In The Temple, salió a la venta como adelanto de un trabajo que se iba a componer de 17 canciones y una película el órdago estaba sobre la mesa.

Arranca el album con Can't Stop This Feeling I Got una canción que se grabo por primera vez en 1981, y fue regrabada en 1986 con The Revolution, una gran canción, quizás una de las mas optimistas de su carrera hasta ese momento que conecta sin fisuras con su siguiente tema New Power Generation que evoluciona hacia una nueva generación de energía, una gran canción funky, "Dejen su arma original / Vengan y únanse a nosotros en el suelo / Hacer el amor y la música son las únicas cosas que vale la pena luchar", esencialmente declarando el amor y los elementos musicales de una fe que busca reescribir reglas corruptas, con Prince presentando de manera audaz su nueva banda al mundo. Una melodía fina, esta es una de las mejores canciones que se aleja de las críticas de este álbum. Release It es la primera canción del álbum que no es interpretada principalmente por Prince, sino por The Time otra canción funky que se construye rítmicamente en torno a una muestra de Squib Cakes de Tower Of Power. Canción gloriosa, originalmente destinada al álbum Corporate World de The Time que tomo un lugar en el disco de Prince dándole un valor añadido, los motivos un bucle de batería rápido (piense en Eric B. y Rakim) con un pequeño bajo debajo y Morris Day hablando por encima, no es nada que te sorprenda, pero Day es lo suficientemente entretenido como para que la canción valga la pena y que da paso a The Question Of U, una canción bellísima con una hermosa melodía, originalmente estructurada y con una letra conmovedora, casi frágil. Un blues lento al que se le da un brillo tecnológico y contemporáneo, con unos increíbles solos de guitarra de blues rock de Prince y trabajo de teclado como un clavicémbalo. 

Elephants & Flowers es de octubre de 1988 y se hizo un trabajo adicional antes de terminar en este álbum. Una buena canción, sin conseguir ir mas alla, una canción que, si bien puede atraer a la gente, se vuelve demasiado sermoneadora. Eso no quiere decir que sea una mala canción, ya que ciertamente no lo es, pero es un poco ligera en comparación con la pista anterior. Round And Round es una canción innecesaria e indescriptible cantada por Tevin Campbell, lo que hace que la canción sea la verdadera desviación sonora del álbum, es quizas el primer gran batacazo del album, te corta el rollo Prince y parece que esta un aprendiz queriendo imitarle, un motivo para que te venga a la cabeza lo que hubiera sido el disco con menos canciones y eliminando este tipo de ladrillos. We Can Funk se grabó por primera vez a finales de 1982 como We Can Fuck. Después de que Prince modificara la grabación según sus deseos, invitó a George Clinton a hacer sobregrabaciones de la canción. La voz de Prince realmente se destaca, especialmente hacia el final cuando se desata por completo con una voz apasionada. La batería suena fuerte, el sonido valiente de la guitarra le da una calidad y un toque a Medio Oriente (en línea con algunos de sus otros trabajos), y la disposición de las múltiples voces contribuye mucho a hacerlo. sonando como una auténtica pista de P-Funk. Llegamos a Joy In Repetition, la más rara de todas las bellezas, proporciona una atmósfera relajante para que Prince cuente uno de sus muchos cuentos imaginativos, la historia de un visitante a un club (nocturno) donde una mujer está interpretando una canción (el ya mencionado Soul Psychodelicide), que tiene una duración de un año; ella ha estado tocándola durante meses. A las 01:10 minutos de la canción se pronuncia la siguiente letra. La forma en que estas palabras se entrelazan en la canción es pura genialidad, dándole un enfoque poético. Esta pista también cuenta con un solo de guitarra (a partir del minuto 3), que es aclamado por muchos fans como uno de sus mejores. 

Love Machine es una canción interpretada por The Time, que originalmente era un dúo con Jill Jones, pero su voz fue reemplazada por la de Elisa Fiorillo. Una canción sexualmente explícita con un gran ritmo de batería. Tick, Tick, Bang fue originalmente una canción de rockabilly de 1981. Fue regrabada en 1989 con una muestra de la pista de batería de Jimi Hendrix ' Little Miss Lover ' (usando una fuente inferior). El original es genial, pero la versión que terminó en el álbum es mala, muy mala para ser exactos ... ritmo abrasivo del hip hop que no encaja para nada con la canción. A continuación la tercera canción de The Time titulada Shake! , una canción pop bastante suave dando resultado a una canción lejos del nivel de Prince, pero se lo pasamos por alto porque llega otra joya, Thieves In The Temple, tambores fuertes, gran melodía y un príncipe apasionado que suena enojado y herido. La canción contiene una muestra de armónica de I Can't Stand It de The Chambers Brothers, una canción pop fantásticamente elaborada con una de las metáforas más ingeniosas de Prince, escucha la forma en que dice "tú y yo podríamos haber sido una obra de arte". Bailable y con evidente gancho, lo cierto es que fue el único éxito del álbum. La canción fue la última en ser grabada para el álbum, el 11 de febrero de 1990.

The Latest Fashion es la cuarta canción de The Time en el álbum, a dúo con Prince, una melodía humorística y repetitiva de The Time que sirve de relleno. En el álbum Pandemonium de The Time, que fue lanzado en el mismo año que Graffiti Bridge, la canción fue lanzada con diferentes letras y titulada My Summertime Thang. Melody Cool se grabó por primera vez el 9 de julio de 1987, lo que indica que Prince tenía la idea del personaje (interpretado por Mavis Staples en la película) incluso entonces. Alrededor de 1989/1990 se agregaron a la canción las voces de Mavis Staples. Una deliciosa canción pop que me encanta escuchar, una pista bastante buena, lástima que no veamos más de Mavis Staples en el álbum. Still Would Stand All Time fue grabada en octubre de 1988 y se convirtió en una especie de canción gospel. La canción es genial y sigue construyéndose y construyéndose hacia un clímax impresionante. Graffiti Bridge, la canción principal, que suele ser la canción más fuerte de cualquier álbum de Prince, es una canción horrorosa, no lo vamos a negar..."Todo el mundo quiere encontrar un puente de graffiti, algo en lo que creer, una razón para creer que hay un cielo arriba", pero tío esto ya nos lo habías contado de forma magistral en "The Ladder" y de manera mucho mas solemne, no con tanta estridencia y sonidos que te sacan del tema. En resumen, una canción musical, que se queda en mitad de todos los sitios y no llega a ningún lado, grabada originalmente en 1987. El álbum se cierra con una repetición de la segunda canción del álbum, New Power Generation (Pt. II) . No aporta mucho, pero me gusta de todos modos (y sí, no me importa tanto rapear también).