



Stevie Ray Vaughan |
Hablar de Stevie Ray Vaughan es hablar no sólo de un magnífico guitarrista, también cantante, compositor y productor estadounidense que fusionó como nadie los géneros blues y rock. Desde la creación de su Double Trouble allá por 1978, se foguea por todo el estado de su Texas natal dando infinidad de conciertos, hasta que en 1982 se le presenta la oportunidad de tocar en el mítico Festival de Jazz de Montreux. Aquel concierto dejó impresionados a todos los allí presentes, incluso a David Bowie, quien se encontraba allí presente. Tanto es así que Bowie contrata a Stevie para que toque en su álbum Let's dance (1983), grabando en seis de los ocho temas que contiene el disco. Ese mismo año comenzaba su carrera grabando su primer álbum de estudio e iniciaba su ascenso a la cima del blues rock, una carrera que estuvo marcada por sus altibajos por sus problemas con sus adicciones, las cuales fue capaz de superar. Stevie conseguía susperar sus adicciones y recuperar su forma con la guitarra, y cuando parecía que todo se le ponía de cara el infortunio volvía a cruzarse con él en forma de accidente de helicópero el 27 de agosto de 1990 y se llevaba a uno de los mejores guitarristas de blues y rock de la historia. Con una discografía que se compone de 6 discos de estudio y uno en directo publicados en vida, entre ellos hay algún que otro altibajo, y si lo que que quieres es iniciarte en conocer la discografía de este excelso guitarrista, vamos a intentar ayudarte recomendando por que discos empezar y cuales dejar para el final si tu presupuesto no da para adquirirlo todo de golpe.
Estás tardando en comprarlo:
Si te queda pasta, llévate también:
Vuelve a dejarlo en el expositor:
Si lo que buscas son canciones sueltas:
Puedes comenzar con esta selección de cinco canciones propuestas por 7dias7notas para ir abriendo boca:
1. Pride and Joy
2. Cold Shot
3. Texas Flood
4. Crossfire
5. Change It
Honey, Bobby Goldsboro |
Entra en escena Booby Goldsboro, cantautor estadounidense de pop y country que consiguió una serie de éxitos en las listas de ventas durante la década de los 60 y los 70. En marzo de 1968, con la producción del cantante, productor, compositor y editor estadounidense Bob Montgomery, y del director de cine y televisión británico Jack Gold, publica bajo el sello discográfico United Artist su álbum Honey, a la postre el más exitoso de su carrera. Dicho trabajo alcanza el puesto número 1 en las listas US Country Albums y el número 5 en la US Pop Charts de Estados Unidos, llegando incluso a tener éxito en las listas canadienses, alcanzando el puesto 41 en dicho país.
Incluido en este disco se encuentra la canción que da título al mismo, una lacrimógena historia que se convertirá también en la canción más exitosa de la carrera de Bobby. La canción fue lanzada como sencillo como adelanto del álbum en febrero de 1968, llegando a alacanzar el puesto número 1 en las listas Billboard Hot 100 Singles Chart y Billboard Hot Country Singles Chart de Estados Unidos. También llegó a situarse en el pueso número 2 en la lista Uk Singles Chart de Reino Unido. La canción fue escrita por el cantante y compositor estadounidense Bobby Russell, quien después de producirla el mismo junto con el componente del grupo Kingston Trio Bob Shane, se la entregó a Bobby Goldsboro para que la grabara.
Bobby Russell tuvo la idea de escribir la canción al darse cuenta lo que había crecido un árbol durante cuatro años en el patio delantero de su casa. En la canción, una mujer planta un árbol y muere uno años después. Luego la historia relata la historia desde la perspectiva de su marido, quien echa la echa mucho de menos y se acuerda de ella siempre que ve el árbol. Esta melancólica y emotiva canción contó con multitud de fans y admiradores, y curiosamente también con algunos detractores, llegando a aparecer en algunas listas de la peor canción de la historia por encontrarla demasiado sentimental y empalagosa.
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Cargar la suerte, Andrés Calamaro |
En noviembre de 2018 Andrés Calamaro publicaba su demiquinto álbum de estudio en solitario, Cargar la suerte, trabajo que recibió muy buenas críticas por parte de los especialistas en la materia, llegando incluso a ser comparado y poniéndolo a la altura de obras como Honestidad Brutal o Alta Suciedad. No se si se puede realizar dicha comparación, pero lo que si está claro es que Cargar la Suerte es su mejor disco en los últimos veinte años. Para grabar dicho trabajo Andrés Calamaro se rodea de músicos de sesión consagrados como Mark Goldenberg, Joel Peskin y Brandon Fields, y otros más jóvenes pero con mucha proyección, entre los que se encuentran Aaron Sterling, Eric Kertes o Rich Hinman entre otros.
El disco, tal y como reconocerá el mismo Calamaro, fue grabado de forma urgente, en apenas cuatro días, en los Sphere Studios de Los Ángeles, California. Sin embargo, el hecho de haber sido grabado en tan poco tiempo no es sinónimo de mala calidad, todo lo contrario, pues como el artista argentino reconoce en posteriores entrevistas, esos días fueron memorables, para recordar. Tener en los arreglos a su mano derecha Germán Widemer y en la producción a Gustavo Borner fueron claves para la gran calidad de este trabajo.
Siempre he dicho que la carrera de Calamaro al igual que el Doctor Jekyll y Mr. Hyde, tiene dos caras, la de sus discos de gran calidad y la de sus discos revirados, largos y excesivos. Por suerte, en Cargar la Suerte nos muestra su mejor cara, la del amable Doctor Jekyll, y nos regala un disco muy compacto y homogéneo, con doce temas donde todo está en su sitio y no sobra nada. El artista argentino nos regala un disco con una producción y un sonido cuidados al máximo, brindando un protagonismo que no suele dar a las guitarras, cosa que se agradece, dotando al álbum de un sonido con tintes de música americana.
En Mi Ranchera nos encontramos al Calamaro más desgarrador, una balada donde el artista se desnuda tan sólo como él sabe hacerlo, y lo hace acompañado de unos magníficos arreglos de cuerda y metal. Falso LV, otros de los grandes momentos del disco, un tema de corte blues rock con unos verso afilados y contundentes donde el artista realiza una soberbia crítica a la intolerancia que rodea al mundo actual. My Mafia con unas guitarras acústicas maravillosas es todo un canto a ese círculo más cercano que a uno le rodea, ese que nunca falla. En Adán Rechaza vuelve a la senda del rock con riffs afilados y distorsionados, una canción que nos recuerda a esos grandes temas del rock argentino. Egoístas, con un sonido muy americano donde la base del tema está construido por el órgano Hammond y la brillante melodía vocal. Calamaro tiene en este corte por momentos ese sonido tan característico que hizo tan famoso a Los Rodríguez. Cierra este disco Voy a Volver, un tema con toques dylanianos y con un gran final orquestado. Un cierre a la altura de un magnífico disco y toda un declaración de intenciones, pues como bien reza el título del disco, volvería en 2021 para dejarnos su último trabajo hasta la fecha, Dios los Cría, pero eso es otra historia...
Cantante nacida en el Bronx, por
lo tanto, creció en la caldera multirracial de la Gran manzana de los postreros
50 y tempranos 60, y fue una de las primeras en dar cumplida respuesta a una
gran cuestión, apenas esbozada antes. ¿Cómo te enfrentas a la vida si eres una
mujer cabal en una sociedad tan pujante e innovadora como era entonces la
neoyorquina? Pues salvaguardando tu sensibilidad. Laura Nyro recibió su educación
musical en las calles del Bronx, donde salía de noche y se unía a los diversos
grupos de doo-wop o grupos de chicas que animaban las calles, fue una de las
primeras músicas que desafió el mito de la autenticidad, mientras escuchaban su
voz, la mayoría de la gente creía que era negra, pero no, Laura era blanca, aunque
deseaba ser negra, eso estaba fuera de discusión, y expresó su frustración con
fuertes golpes de piano, y una voz poderosa e impredecible siempre fluctuó
entre la ternura y la violencia. Aún confiando en el piano como su principal
herramienta interpretativa, Laura incorporó cambios de ritmo, escalas modales,
timbres inéditos y amplió la estructura convencional de la canción con
desarrollos internos, haciendo con la balada algo similar a lo que The
Incredible String Band estaba haciendo con la canción folk rock. Lanzó su
primer disco en 1966 a la muy tierna edad de 19 años y se retiró a los 24 por
falta de respuesta. ¿Todo puede suceder tan rápido? Bueno, parece que sí, sobre
todo si lo que te importa es expresar tu interno carrusel emocional y te traen
‘al pairo’ otras consideraciones comerciales que no sean las puramente artísticas.
Mientras tanto, artistas de lo más diverso hacían millones versionando sus
composiciones. Su cancionero se convirtió en uno de los más cotizados de la
época, tanto que su manager vendió los derechos comerciales a sus espaldas,
ante la falta de éxito personal de su protegida.
Quizás lo más representativo de
su música lo encontramos en su segundo álbum, Eli And The Thirteen Confession.
Y nos vamos a detener en Lucky que comienza
como una balada habitual de Nyro: ricamente texturizada y estilizada, pero
impregnando la rabia y la pasión a través de los poros. Con una duración de dos
minutos, la canción procede a subvertir todas las leyes de la apetecible teoría
de la canción de Carole King. El ritmo se acelera, incorporando una acentuación
sincopada, Laura se agita y “La confesión” termina con un bello motivo circular
al piano. Pero curiosamente, la canción nunca parece estar en proceso de una
transfiguración radical. Solo con su voz crea gran parte del atractivo de la canción,
a veces triste, quejumbrosa, a veces alegre y chirriante, pero en todo momento
infinitamente humana. Si bien está un
poco lejos de lo que estamos acostumbrados, es sin duda alguna, una balada
exquisita.
Inicia el álbum con Them Bones después de algunos riffs portentosos y un breve verso, irrumpe la canción y es casi un ligero alivio cuando se compara con la mayoría de Dirt . A pesar del humor negro de la canción, escucharla ahora, 30 años después de la grabación, ciertamente tiene una capa adicional de conmoción. Reflexionar sobre tu inminente muerte cuando llevas una cida de exceso no puede considerarse una predicción descabellada, viendo el destino de un gran número de los protagonistas del grunge. Dam That River le permite a Alice in Chains demostrar su heavy metal, accesible y extremadamente cabreado. Layne Staley, en muchos sentidos, es dueña de este número en particular, cantando de forma despectiva, los riffs al nivel de Godzilla de Jerry Cantrell y la percusión de Sean Kinney en particular lo acompañan perfectamente. Rain When I Die la descubrimos después de los dos primeros trallazos del álbum y se trata de la única canción del disco firmada por los cuatro componentes de la banda. Quizás se trata de la canción menos representativa de este discazo, pero a un servidor se le eriza el bello cada vez que la reproduzco. Será por algo. La intensidad con la que se vive esta canción sobrepasa lo épico. La pesadez apocalíptica de los seis minutos arranca con una pausada intro con guitarra distorsionada que sobrepasa el primer minuto de duración. La entrada de los coros de Layne introducen el riff principal que se irá repitiendo a lo largo del corte. El trabajo de guitarra es soberbio mientras que la batería pierde la batalla en una canción no pensada para este instrumento. El bajo cobra una tonalidad oscura que se desliza pesado en todo el corte. Sickman se caracteriza porque va cambiando entre versos contundentes y estribillos lentos y arremolinados, una gran canción en la que se te presenta la mente que tiene un adicto, te detienes en la letra y compruebas lo oscura que puede llegar a ser, tiene un ritmo de batería mecánico y cae en ese bosque inicialmente antes de expandirse en un descanso lento, como un vals.
Dicho todo esto, el álbum fue un
éxito de crítica y, a menudo, se considera uno de los mejores discos de rock de
la década de 1990. Aunque el estatus y la producción artística de la banda
continuaron durante la mayor parte de la década, los problemas subyacentes
nunca desaparecieron realmente. La banda dejó de hacer giras poco después del
lanzamiento de Dirt, Staley más tarde también desapareció de las grabaciones y
el grupo nunca alcanzó su potencial. Quizás si Layne hubiera podido encontrar
el control de sí mismo y la banda hubiera permanecido unida, habrían madurado
para alcanzar su máximo potencial. Ciertamente nunca sabremos en qué podrían
haberse convertido. Pero que eso no desmerezca el hecho de que seguían siendo
una muy buena banda a la que el rock actual le debe mucho.
Iniciamos una sección en el blog donde hablaremos brevemente la carrera de un artista y resaltaremos vuestros tres temas favoritos, la elección como casi siempre será a través de nuestras redes sociales, en el twitter de @7dias7notas donde cada 7 días os solicitaremos que nos dejéis vuestras tres canciones de un artista que la redacción propone.
TEARS FOR FEARS
Who Needs The Peace Corps?, Frank Zappa |
Frank Zappa concibió con sus Mothers of Invention el tercer álbum de estudio, we're Only in It for the Money, como un álbum conceptual. Con este disco Zappa pretendía realizar toda una sátira de la clase política, tanto de derecha como de izquierda, así como de la cultura hippie. Y fue capaz de ir más allá realizando su particular sátira del Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band de los Beatles. No hay más que fijarse en la portada de dicho álbum, una portada donde colaboró el mismísimo Jimi Hendrix. Este álbum fue concebido por Zappa como parte de un proyecto llamado No Commercial Potential, que incluía además los discos Lumpy Gravy, Cruising With Ruben & The Jets y Uncle Meat.
We're Only in It for the Money abarca rock, música experimental y rock psicodélico, con segmentos instrumentales que se derivaron de de las sesiones de grabación de su segundo álbum de estudio, Lumpy Gravy (1967), y que fue publicado inicialmente como un disco instrumental en solitario, más tarde fue reeditado y publicado después de Only in It for the Money por el propio Zappa con sus Mothers of Invention.
Este disco fue grabado a caballo entre los estudios Capitol de Hollywood, y los Mayfair y los Apostolic estudios de Nueva York. Mientras Zappa grababa este álbum experimentó con multitud de técnicas de grabación. Como ejemplo de esos experimentos, Zappa descubrió cuando grababa en lo estudio Apostolic que las cuerdas del piano de cola que allí había resonaban si una persona hablaba cerca de esas cuerdas. Se le ocurrió entonces poner a varios oradores cerca de las cuerdas para que improvisaran diálogos utilizando temas propuestos por Zappa. Artistas como Rod Stewart, Eric Clapton y Tim Buckley se prestaron a participar en dicho experimento. El sello discográfico Verve censuró varias partes de temas y pistas sin el consentimiento, participación o permiso de Zappa, algo que molestó mucho al artista, tanto que se negó a aceptar premio alguno alegando que "Prefería que el premio se lo entregaran al tipo que modificara el disco, porque lo que se escucha reflejaba más su trabajo que el del propio Zappa".
Incluido en el álbum se encuentra el tema Who Needs the Peace Corps?, un tema que refleja perfectamente la idea que tenía Zappa en la mente, realizar toda una sátira de los movimientos flower power y hippie de la época. Zappa lo hace desde la perspectiva de un joven poco sincero que viaja a San Francisco para participar en el movimiento del Summer of Love. Toda un crítica a aquellas personas que seguían la moda hippie llevando avalorios de cuero por todo el cuerpo, el pelo largo y fumando marihuana, sin importar reflejos sociales y opinión política alguna. La canción fue interpretada en directo por Zappa y sus Mothers durante los primeros años de la banda, dejando de hacerlo al desvanecerse el movimiento hippie.
The Incredible String Band fue grupo pionero de folk psicodélico británico fundado en Edimburgo, Escocia en 1965 por los multiinstrumentistas y compositores Robin Williamson y Mike Heron, con el banjoista Clive Palmer. Las raíces de la banda se encuentran en el dúo acústico de folk/bluegrass Robin WILLIAMSON (guitarra, voz) y Clive PALMER (banjo), quienes comenzaron a actuar juntos en el área de Edimburgo, Escocia, en 1963. El dúo agregó al músico folclórico multiinstrumentista Mike Heron y tomó el nombre de INCREDIBLE STRING BAND después de ser descubierto por el legendario productor Joe Boyd en 1965. El grupo resultante fue firmado por Boyd para Elektra Records en 1966 y lanzó un debut de estudio aclamado por la crítica. Pero cuando Palmer dejó la banda para un largo viaje a Afganistán y más tarde a la India, los dos miembros restantes se disolvieron. Se reformarían un año después como dúo con Williamson agregando varios sonidos nuevos y exóticos como oud, gimbri y tamboura como resultado de sus propios viajes al este (en Marruecos). Esto se convirtió en el núcleo de un grupo que, junto con la novia de Williamson, Licorice McKechnie, los artistas invitados y el miembro ocasional a corto plazo demostrarían ser bastante prolíficos y exitosos. La banda lanzó una docena de álbumes a partir de 1967 y realizó numerosas giras ante multitudes cada vez más grandes. La reputación de la banda mejoró durante estos años gracias al fuerte respaldo de íconos musicales como Bob Dylan, Paul McCartney o Robert Plant (quien una vez afirmó que Led Zeppelin aprendió su oficio al escuchar un álbum de ISB).
Sin duda su mejor trabajo fue The Hangman's Beautiful Daughter donde Robin Williamson y Mike Heron se encargan de la mayoría de las melodías vocales en este disco, y tienen una cualidad fascinante, casi parece que estás siendo hipnotizado mientras lo escuchas, es cierto que tiene un estilo de canto poco ortodoxo, y puede parecer un poco desagradable escucharlo por primera vez, pero a medida que profundizas, descubres que las voces son excepcionalmente complementarias a la música en cuestión. Las canciones en sí son difícilmente pegadizas y tienden a entretejer atmósferas y estados de ánimo. Sa primera canción, Koeeaddi There, (el título proviene de tiradas aleatorias de un dado) es una de las canciones más encantadoras y únicas que puedes escuchar, una delicatesen, tanto lírica como estructuralmente, todo fluye a la perfección realizando una música de cuento de hadas para adultos. A veces, una canción puede hacer su propia magia, y no me refiero a la "magia" o una canción pop perfecta o la forma en que una canción captura perfectamente un momento "mágico", me refiero a la magia ritual, del tipo que los practicantes podrían etiquetar como magia verdadera, es fácil escuchar esta canción como una especie de ritual misterioso si te la tomas en serio.
Nuestro siguiente protagonista en la serie de artículos sobre Grandes Éxitos y Tropiezos es el grupo Arctic Monkeys, formado por unos chavales de Sheffield que nos devolvieron la esperanza en el rock alternativo justo después de que el globo de sus admirados The Strokes se nos acabara pinchando un poco. A lo largo de su carrera, los Arctic Monkeys han sufrido una evolución bastante drástica, y son el perfecto ejemplo de por qué esta sección es necesaria. Aquellos que busquen en los últimos discos la fiereza de las guitarras de sus primeras obras se llevarán una sorpresa que podría no resultarles agradable, y lo mismo ocurriría si alguien, enamorado de la sofisticación y los guiños crooner de los últimos discos, buscara esas señas de identidad en sus primeras entregas ¿Quieres comprar un disco de Arctic Monkeys? Esta es nuestra propuesta para que vayas sobre seguro.
Estás tardando en comprarlo:
Si te queda pasta, llévate también:
Vuelve a dejarlo en el expositor:
El sonido del disco combina de manera brillante el lado crooner del personaje con la decadente atmósfera de sofisticación electrónica propias de semejante lugar en la Luna, y si esta obra viniera firmada por el David Bowie más experimental, o por el propio Turner como propuesta en solitario, habría sido reconocido y valorado de mejor manera, gracias a buenos temas como Star Treatment, Tranquility Base Hotel and Casino o Four out of five, pero firmado por los Arctic Monkeys dejó a todo el mundo extrañado y con la sensación de estar ante un tropiezo y una caída de la que tendrán que levantarse. Mientras lo hacen, y aunque el destino de nuestro viaje nunca sea la Luna, nosotros seguiremos poniendo sus discos en el coche, hasta que el frío del ártico haga que los monos vuelvan a juntarse al calor de sus guitarras.
Nuestro TOP 5
Bohemio, Andrés Calamaro |
Que mejor manera de empezar un álbum que rindiendo tributo a uno de tus maestros y referentes. Eso es lo que Andrés Calamaro hace precisamente en Bohemio rindiendo tributo al gran Luis alberto Spinetta, todo un referente en la música rock argentina y de habla española, y con quien colaboró allá por los años 80.
Así es como Calamaro gesta su decimotercer álbum de estudio, Bohemio. Este trabajo es grabado bajo la producción de Cachorro López, afamado músico, compositor y productor argentino que ha trabajado con grandes artistas latinoamericanos de la talla de Los Abuelos de la Nada, El Cuarteto de Nos, Diego Torres, Julieta Venegas, Miranda! y Biónica entre otros tantos. El disco es publicado en 2013 bajo el sello discográfico WMG, llegando a recibir una crítica muy positiva por parte de la crítica especializada, llegando incluso a ocupar el puesto número 1 en la lista de los 50 mejores discos de 2013 elaborada por la revista Rolling Stone.
Tras unos años en los que Calamaro generaba más expectación por lo que generaba y ocurría con su vida personal, y tras dos discos de lo más ecléctico a sus espaldas, La lengua popular (2007) y On the Rock (2010), se saca de la manga Bohemio, un gran disco que nos recuerda que el Calamaro que era capaz de sacarse de la manga grandes obras como Alta suciedad (1997) y Honestidad Brutal (1999) sigue ahí, nunca se ha marchado. Deja de lado su lado más ecléctico y experimental para recuperar su parte más personal, autobiográfico y confesional en un disco que apenas supera los 35 minutos, rareza para un artista acostumbrado a regalarnos producciones mucho más extensas. Atrás quedó el Calamaro más polémico y descarado de finales de los 90 y principios de siglo XXI.
Andrés Calamaro se alejaba de su lado más polémico e irreverente para acercarnos a su lado más íntimo, personal, melancólico y romántico, ese que ya nos enamoró en la década de los 90.
La canción más corta del álbum
White Light/White Heat es una pequeña delicatesen de poco más de dos minutos
titulada Here She Comes Now, la interpretación y la mezcla de la canción se
consideran simples y tradicionales, lo que la hace algo distinta de las otras
canciones del álbum, todas las cuales contienen cierto grado de experimentación
o vanguardia. elementos en términos de sonido, aunque había que romper moldes y
el título hace referencia a un orgasmo, convirtiéndola en una elegante y tierna
miniatura de pop rock mágico y embrujado, una estampa melancólica e hipnótica
que lleva a la perfección la sensación de trance onírico, precursor directo de
lo que luego harán los Velvet Undergroung en su tercer álbum. Sin embargo, no le falta ni
un ápice de una sensación latente de peligro inminente, escondida tras el
hipnótico beat de Maureen Tucker, el tono oscuro y ominoso del canto mántrico y
el giro casi cursi de las guitarras, que regularmente se hunden en repetitivas,
rasgueos ligeramente distorsionados, como si presagiaran una explosión
rumorística que nunca llega. Heres he comes es sin duda una de las pistas más
bellas de White Light/White Heat, dotada de una instrumentación como delicada y
en un señorío acústico excelente, es algo espectacular detenerse en los sonidos
porque la guitarra es muy delirante y la batería se suma a una hermosa
atmósfera, la reverberación retardada le da a la canción un borde dulce y melancólico
sobre el resto del álbum dejándonos como un mantra calmante que sirvió como un
breve momento de descanso entre el ruido abrasador, una luz vacilante en la
oscuridad agitada.
Lou Reed originalmente tenía la
intención de que Nico cantara la canción, quien la había cantado en algunas
ocasiones durante los eventos de Exploding Plastic Inevitable , sin embargo, su
colaboración con el grupo había terminado antes de que comenzara la grabación
de White Light/White Heat asi que Lou Reed decidió hacerse cargo de la voz de
la canción