Mostrando entradas con la etiqueta La música en canciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La música en canciones. Mostrar todas las entradas

lunes, 9 de junio de 2025

1621 - Serú Girán - Serú Girán

1621 - Serú Girán - Serú Girán

"Serú Girán" – El manifiesto artístico de una banda revolucionaria

En 1981, mientras Argentina atravesaba una de sus épocas más oscuras bajo la dictadura militar, Serú Girán —una de las bandas más innovadoras del rock argentino— lanzó su tercer álbum, homónimo y conceptual: Serú Girán. La canción que da título al disco no es solo una pieza musical, sino un manifiesto artístico, una declaración de principios y un viaje sonoro que encapsula la esencia de un grupo que desafió las convenciones.  

"Serú Girán" (la canción) es una suite de casi 10 minutos que rompe con la estructura tradicional del rock. Compuesta por Charly García, la pieza es un collage de estilos: desde el rock progresivo y la música clásica hasta el jazz y el avant-garde. La letra, críptica y poética, refleja el desencanto y la búsqueda de libertad en un contexto opresivo. Versos como "No verás llorar a los que están en la ciudad" o "El tiempo es otra cosa, no es reloj" sugieren una resistencia sutil, una forma de evadir la censura a través del simbolismo.  

La instrumentación es magistral: las teclas de García tejen atmósferas oníricas, el bajo de Pedro Aznar (en su última grabación con la banda antes de partir a Berklee) aporta profundidad, mientras que la guitarra de David Lebón y la batería de Oscar Moro construyen un ritmo que oscila entre lo caótico y lo melódico. El resultado es una obra que exige escucha activa, donde cada detalle —los cambios de tempo, los coros celestiales, los silencios dramáticos— está cuidadosamente planeado.  

Para 1981, Serú Girán ya era un fenómeno, pero internalmente, la banda estaba en crisis. Aznar se marcharía a estudiar a EE.UU., y el grupo se disolvería un año después. Este tema, en cierto modo, es un adiós y un renacimiento: una fusión de todas sus influencias (desde The Beatles hasta King Crimson) y un testamento de su evolución.  

El álbum Serú Girán fue un fracaso comercial en su momento —el público no estaba preparado para su experimentalismo—, pero con los años se revalorizó como una obra maestra. La canción titular, en particular, es ahora considerada un hito del rock progresivo en español, comparable a "Close to the Edge" de Yes o "Supper's Ready" de Genesis.  

Cuatro décadas después, "Serú Girán" sigue sonando revolucionaria. Es una pieza que rechaza los límites: entre géneros, entre arte y protesta, entre lo accesible y lo complejo. Charly García la llamó "música para el futuro", y no se equivocó. Su influencia se ve en bandas como Soda Stereo (que citó a Serú como inspiración para su etapa experimental) o en artistas actuales que exploran la fusión de estilos.  

Más allá de lo técnico, la canción captura el espíritu de una generación que usó el arte para sobrevivir. En lugar de mensajes directos, optó por poesía y abstracción, demostrando que, a veces, la subversión puede ser tan poderosa en un piano como en un panfleto.  

"Serú Girán" no es una canción para escuchar de fondo. Es un laberinto que premia a quien se adentra en él: cada audición revela nuevos matices, ya sea un fraseo de Aznar, un juego de palabras de Charly o un crescendo orquestal. Es música hecha por y para artistas, pero también para cualquiera que crea que el rock puede ser más que tres acordes.  

Si el álbum Serú Girán fue el canto del cisne de la banda, esta canción es su gemido más hermoso: un recordatorio de que, incluso en la oscuridad, la creatividad no tiene límites. 

Daniel 
Instagram storyboy 

jueves, 5 de junio de 2025

1617.- Sin City - AC/DC

 

Sin City, AC/DC


     Sin City es una canción incluida en el álbum Powerage (1978) de AC/DC, compuesta por los hermanos Angus Young, Malcolm Young y Bon Scott. Lanzado en mayo de 1978, el álbum Powerage marcó un punto de inflexión para AC/DC, siendo su primer álbum con el bajista Cliff Williams y el primero en publicarse casi simultáneamente en mercados internacionales. El álbum fue un tanto desigual pero con grandes clásicos como Sin City. El grupo que captura empezaba a alacanzar cierta madures, alejándose de simples temas que hablaban de sexo y satanismo para explorar narrativas más complejas. La producción de George Young y Harry Vanda fue crucial para pulir el sonido crudo de la banal disco y Sin City esa característica energía que hace vibrar al tematanto en estudio como en directo.

Sin City refleja el estilo de vida hedonista y arriesgado de las grandes ciudades, con Las Vegas como inspiración implícita. La letra, de Bon Scott, a medio camino entre la arrogancia y el desafío, pinta un cuadro de tentaciones y peligros asociados con la búsqueda de riqueza y placer. La canción no solo es un retrato de la ambición desmedida, sino también un reflejo del propio viaje de AC/DC hacia el estrellato, navegando un mundo lleno de excesos y traiciones. Estamos ante una oda al riesgo y la ambición, un tema que nos habla también de la opulencia y la decadencia, una advertencia sobre los peligros de sucumbir a las tentaciones de la fama. Fink, La canción tambié refleja el carácter hermético y determinado del clan Young, quienes manejaban su carrera con una mentalidad casi mafiosa, protegiendo su visión artística a toda costa.
La canción combina la simplicidad efectiva del hard rock con un groove infeccioso y contagioso. Angus y Malcolm Young comienzan con uno de sus caracterísitcos riffs de guitarra, que va seguido de la batería de Phil Rudd y el bajo de Cliff Williams, que proporcionan una base rítmica sólida, mientras que la voz de Bon Scott, con su habitual descaro, eleva la narrativa de la canción. El riff principal, tiene una estructura repetitiva, casi hipnótica, y la canción alterna entre momentos de tensión y explosiones de energía, con un breve pero electrizante solo de guitarra de Angus. Sin City es el ejemplo perfecto de lo que muicalmente era AC/DC: "Una máquina bien engrasada donde cada elemento debía servir al conjunto".
Sin City también proyectaba una imagen de AC/DC como forajidos del rock, una banda que desafiaba las convenciones de la industria musical. A diferencia de otros grupos, los Young no buscaban complacer a críticos o discográficas, sino construir un legado basado en su autenticidad, y esta cruda canción es el ejemplo perfecto. No fue un sencillo principal de Powerage, pero se convirtió en uno de los favoritos de los fans y una pieza clave en los conciertos de AC/DC. Su inclusión en setlists en vivo, como los registrados en el Orpheum Theatre de Boston en 1978, demuestra su importancia dentro de la discografía de la banda, ayudando a consolidar la reputación de AC/DC como una fuerza imparable en el escenario.

miércoles, 4 de junio de 2025

1616 - AC/DC - Down Payment blues


1616 - AC/DC - Down Payment blues

Down Payment Blues”, incluida en el álbum Powerage (1978), es una de esas canciones de AC/DC que, sin haber sido un éxito comercial rotundo ni un sencillo clásico, destila todo lo que hace potente y singular al grupo australiano. Con una mezcla de crudeza lírica, riffs sólidos y una interpretación vocal desgarrada, esta canción es un retrato brutalmente honesto de la lucha económica y la desilusión, muy alejada de los temas festivos y fiesteros que muchos asocian con AC/DC.

Desde los primeros acordes, el riff de Malcolm Young marca el tono con su característico minimalismo agresivo, acompañado por el bajo de Cliff Williams que refuerza ese sentido de repetición insistente, casi opresiva. La batería de Phil Rudd, siempre sencilla pero efectiva, sostiene el ritmo con precisión, dándole espacio al resto de los instrumentos sin sobrecargar. La guitarra solista de Angus Young aparece como una voz quejumbrosa y eléctrica, desgarrando el aire en cada solo, sin caer en virtuosismos vacíos.

La gran estrella de esta canción, sin embargo, es Bon Scott. Su interpretación vocal es una clase magistral de autenticidad. Canta como si realmente no pudiera pagar el alquiler, como si estuviera atrapado en la rutina de las cuentas impagables y las falsas esperanzas. La letra dice: “I got holes in my shoes and I’m way overdue / Down payment blues” (“Tengo agujeros en los zapatos y ya debería haber pagado / Blues de anticipo”), una imagen que resume la esencia del blues con lenguaje llano, directo y contemporáneo.

A diferencia de otros temas más lujuriosos o provocativos de la banda, “Down Payment Blues” presenta una faceta vulnerable, casi existencial. Aquí no hay mujeres, fiestas ni excesos. Solo hay frustración, rutina y la sensación de estar estancado en un sistema donde las promesas de éxito parecen cada vez más lejanas. Incluso la idea de escapar se ve desmentida por la falta de recursos y opciones. Este enfoque más oscuro y realista le da a la canción un peso emocional poco común en el catálogo más conocido de AC/DC.

Musicalmente, Powerage es considerado por muchos fans y críticos como uno de los discos más consistentes del grupo, y “Down Payment Blues” es una pieza clave de esa coherencia. No es una canción que grite por atención, pero sí una que deja huella. Su sinceridad, su tono sombrío y su groove inconfundible la convierten en una joya oculta del hard rock setentero. Es un recordatorio de que AC/DC, más allá de la imagen de fiesta y decibeles, también supo hablar de las miserias cotidianas con honestidad brutal y gran oficio musical.

Daniel 
Instagram storyboy 

viernes, 30 de mayo de 2025

1611.- Don't Look Back - Boston

 

Don't Look Back, Boston



      En 1978, la banda estadounidense de rock Boston lanzó su segundo álbum, Don’t Look Back. Incluída en este disco, se encuentra la canción homónima que da título al mismo.  Escrita por el líder, guitarrista y principal compositor de la banda, Tom Scholz, se convirtió en uno de los mayores éxitos de Boston.

Don’t Look Back fue la última canción escrita y grabada para el álbum homónimo, el    cual fue publicado el 2 de agosto de 1978 bajo el sello Epic Records. Según Tom Scholz, que aparte de ser autodidacta era ingeniero graduado del MIT, "la canción surgió de un momento de inspiración en el que todo encajó”Scholz no grabó un demo previa, sino que llevó directamente al estudio los acordes, la melodía y el arreglo, plasmándolos en la cinta maestra. Este enfoque espontáneo capturó el sonido característico de Boston: una combinación de guitarras potentes, producción impecable y unas grandes melodías.

El tema fue interpretado principalmente por Scholz, quien tocó la mayoría de los instrumentos, incluyendo las guitarras en las secciones de coro y partes intermedias, y el bajo, con una breve participación del bajista Fran Sheehan en algunas notas. El guitarrista Barry Goudreau, por su parte, se destacó con los solos de guitarra en la introducción y el cierre, los cuales Scholz elogió por su virtuosismo. La voz principal y los coros estuvieron a cargo de Brad Delp.

Don’t Look Back es un ejemplo perfecto del estilo de Boston, una mezcla de “producción prístina, guitarras orquestales gigantescas y voces estupendas”. La canción abre con un riff de guitarra distorsionado, creado con dispositivos diseñados por Scholz, quien se enorgullecía de no usar sintetizadores en el álbum. La canción destaca, por una parte por la poderosa voz de Brad Delp, y por otra parte, la línea de bajo melódica y la batería sólida, que proporcionan una base rítmica sólida y robusta, mientras que los “riffs abrasadores” y los pasajes melódicos equilibran los momentos de hard rock con momentos más suaves, especialmente en una pausa instrumental alrededor de los 3 minutos. 

Don’t Look Back es un canto a la superación y a vivir el presente sin aferrarse al pasado. Frases como “Don’t look back, a new day is breakin’” y “The road is callin’, today is the day” transmiten un mensaje de renovación y esperanza. La canción trata sobre mirar hacia adelante y aprovechar al máximo el tiempo en la Tierra, una idea que conecta con audiencias de todas las generaciones. Este mensaje universal, combinado con su energía rockera, hizo que el tema se convirtiera en un favorito en la radio y en un clásico del rock. El sencillo alcanzó el puesto número 4 en la lista estadounidense Billboard Hot 100 en octubre de 1978, consolidándose como uno de los mayores éxitos de Boston. Sin embargo, Scholz expresó su descontento con la presión de la compañía discográfica Epic Records para lanzar el álbum antes de que estuviera completamente listo, lo que resultó en un disco que él consideraba “ridículamente corto”. Esta premura marcó el inicio de una tensa relación con la discográfica que duró ocho años.

miércoles, 28 de mayo de 2025

1609.- Faster and Louder - The Dictators



Faster and Louder, The Dictadors




     En el vibrante y caótico Nueva York de los años setenta, The Dictators, una banda pionera del punk rock, irrumpió con una energía y una actitud irreverente que los convirtió en un referente del género. Su canción Faster and Louder, incluida en el álbum Bloodbrothers de 1978, es un testimonio de su capacidad para fusionar la crudeza del punk con el humor sarcástico y la pasión por el rock and roll.

The Dictators se formaron en 1973 en Nueva York, en un momento en que la escena musical de la ciudad estaba gestando lo que más tarde se conocería como punk rock. Con una alineación inicial que incluía a Andy “Adny” Shernoff (bajo, teclados, voz), Ross “The Boss” Friedman (guitarra principal), Scott “Top Ten” Kempner (guitarra rítmica) y el carismático “Handsome” Dick Manitoba (voz), la banda se destacó por su mezcla de rock duro, humor y referencias a la cultura pop. Su álbum debut, The Dictators Go Girl Crazy! (1975), ya había establecido su reputación como una banda proto-punk, pero fue con Bloodbrothers con el que consolidaron su sonido y actitud.

Bloodbrothers, producido por Sandy Pearlman y Murray Krugman (conocidos por su trabajo con Blue Öyster Cult), marcó un hito para la banda. A diferencia de su predecesor Manifest Destiny (1977), criticado por ser demasiado comercial y “sobreproducido” según Manitoba, Bloodbrothers recuperó la esencia cruda y directa del punk. Faster and Louder cuenta con una notable colaboración: Bruce Springsteen, un fan declarado de la banda, aparece contando “1-2-1-2-3-4” al inicio.

Escrita por Andy Shernoff, la letra refleja la frustración de un joven artista que siente que “hablar, hablar, hablar” se interpone en su necesidad de expresarse: “Talk, talk, talk, talk, keeps getting in the way / Speaking as a young artiste who has so much to say”. El narrador, en un tono sarcástico, propone formar una banda llamada “Yazoo Squelch” y proclama su deseo de “hacer ruido” a través de una serie de actividades cotidianas y exageradas, desde tocar y bailar hasta “pasear al perro” o “cortar el césped”, todo “más rápido y más fuerte” (faster and louder).

Musicalmente, la canción es un torrente de energía, con riffs de guitarra afilados de Ross Friedman y una base rítmica sólida liderada por el batería Rich Teeter y Shernoff, quien había regresado al bajo tras la salida de Mark “The Animal” Mendoza. La voz de Manitoba, en su primer álbum como vocalista principal en todas las pistas, aporta una intensidad visceral que complementa la instrumentación. Bloodbrothers se convirtió en el álbum más rockero y musical de la banda, y Faster and Louder es el ejemplo perfecto. Aunque el álbum no logró un éxito comercial masivo, Faster and Louder se convirtió en una de las canciones más emblemáticas de The Dictators.

sábado, 24 de mayo de 2025

1605.- Shadow play - Rory Gallagher

 

Shadow Play, Rory Gallagher


     En el año 1977, Rory Gallagher, aprovechando su creciente popularidad en Estados Unidos, decide irse a grabar a la ciudad de San Francisco bajo la dirección del productor Elliot Mazer. Una vez finalizado el proceso de grabación, durante el cual ya habían surgido fricciones entre el guitarrista irlandés y el productor, y una vez mezclado el que sería su nuevo trabajo, Rory muestra su disconformidad con el resultado final, llegando a discutir con el productor, Elliot. Tanto el productor como la dicográfica Chrysalis, quieren publicar el material, pero Rory guarda un as en la manga, es él quien tiene la última palabra sobre el producto, pues tiene el control total de su música. Fruto de ello ha perdido una considerable cantidad de dinero, pero sabe que así nadie podrá adulterar su música. En el más que recomendable documental sobre el guitarrista, Rory Gallagher: Ghost Blues - The Story of rory Gallagher, su hermano Dónal, quien es su mánager y gerente, habla sobre este episodio, cuando Rory le comunica que no va a publicar ese material, y teniendo en cuenta que apenas queda tempo para cumplir con los plazos con la discográfica Chrysalis, el grado de estrés para Dónal en ese momento es brutal. Las grabaciones de San Francisco las guarda en un cajón Rory, y parte de ellas verán la luz en el año 2011 bajo el título Notes from San Francisco.

Nos encontramos en un punto en el que Rory ha decidido no publicar el trabajo hecho, y quien no está muy contenta es su discográfica, Chrysalis, pues apenas queda tiempo y Rory tiene que presentar un disco nuevo. Rory, lejos de ponerse nervioso toma una decisión, despide a toda la banda que viene acompañándole durante lo últimos cinco años, menos a su inseparable bajista, Gerry McAvoy, y ficha al baterista Ted McKenna, volviendo a la típica formación power trío que tanto le gusta. Con esta formación se marcha a los Dierks Studios de Colonia, Alemania, para trabajar con Dietr Dierks, productor de varios discos de Scorpions entre otros, y en un mes graba Photo Phinish, otro gran trabajo, consiguiendo cumplir con los plazos con la discográfica.

Incluído en este magnífico álbum se encuentra en el inicio de la cara B otro de los grandes momentos del disco, Shadow Play, tema que compuso Rory con una guitarra de 12 cuerdas mientras se encontraba en Irlanda, en la cama enfermo a causa de una gripe. Un tema que solía tocar en directo Rory, pues es precisamente ahí donde este tema gana muchos enteros, donde el guitarrista solía marcarse unos solos brutales alcanzando con los dedos el mismísimo cielo. Estamos ante una de las canciones más reconocibles de Rory, utilizada frecuentemente en sus conciertos hasta sus últimos días, lo que indica la importancia que tenía en su repertorio. La canción además de reflejar temas como la lucha interna y búsqueda de sentido, también captura la esencia de Rory Gallagher como un artista introspectivo y apasionado, con una habilidad innata para llevarnos por un carrusel de emociones a través de su legendaria guitarra Fender Stratocaster.