viernes, 30 de mayo de 2025

1611.- Don't Look Back - Boston

 

Don't Look Back, Boston



      En 1978, la banda estadounidense de rock Boston lanzó su segundo álbum, Don’t Look Back. Incluída en este disco, se encuentra la canción homónima que da título al mismo.  Escrita por el líder, guitarrista y principal compositor de la banda, Tom Scholz, se convirtió en uno de los mayores éxitos de Boston.

Don’t Look Back fue la última canción escrita y grabada para el álbum homónimo, el    cual fue publicado el 2 de agosto de 1978 bajo el sello Epic Records. Según Tom Scholz, que aparte de ser autodidacta era ingeniero graduado del MIT, "la canción surgió de un momento de inspiración en el que todo encajó”Scholz no grabó un demo previa, sino que llevó directamente al estudio los acordes, la melodía y el arreglo, plasmándolos en la cinta maestra. Este enfoque espontáneo capturó el sonido característico de Boston: una combinación de guitarras potentes, producción impecable y unas grandes melodías.

El tema fue interpretado principalmente por Scholz, quien tocó la mayoría de los instrumentos, incluyendo las guitarras en las secciones de coro y partes intermedias, y el bajo, con una breve participación del bajista Fran Sheehan en algunas notas. El guitarrista Barry Goudreau, por su parte, se destacó con los solos de guitarra en la introducción y el cierre, los cuales Scholz elogió por su virtuosismo. La voz principal y los coros estuvieron a cargo de Brad Delp.

Don’t Look Back es un ejemplo perfecto del estilo de Boston, una mezcla de “producción prístina, guitarras orquestales gigantescas y voces estupendas”. La canción abre con un riff de guitarra distorsionado, creado con dispositivos diseñados por Scholz, quien se enorgullecía de no usar sintetizadores en el álbum. La canción destaca, por una parte por la poderosa voz de Brad Delp, y por otra parte, la línea de bajo melódica y la batería sólida, que proporcionan una base rítmica sólida y robusta, mientras que los “riffs abrasadores” y los pasajes melódicos equilibran los momentos de hard rock con momentos más suaves, especialmente en una pausa instrumental alrededor de los 3 minutos. 

Don’t Look Back es un canto a la superación y a vivir el presente sin aferrarse al pasado. Frases como “Don’t look back, a new day is breakin’” y “The road is callin’, today is the day” transmiten un mensaje de renovación y esperanza. La canción trata sobre mirar hacia adelante y aprovechar al máximo el tiempo en la Tierra, una idea que conecta con audiencias de todas las generaciones. Este mensaje universal, combinado con su energía rockera, hizo que el tema se convirtiera en un favorito en la radio y en un clásico del rock. El sencillo alcanzó el puesto número 4 en la lista estadounidense Billboard Hot 100 en octubre de 1978, consolidándose como uno de los mayores éxitos de Boston. Sin embargo, Scholz expresó su descontento con la presión de la compañía discográfica Epic Records para lanzar el álbum antes de que estuviera completamente listo, lo que resultó en un disco que él consideraba “ridículamente corto”. Esta premura marcó el inicio de una tensa relación con la discográfica que duró ocho años.

jueves, 29 de mayo de 2025

Depeche Mode - Playing the Angel (Mes Depeche Mode)







Con cada disco de Depeche Mode, se imprime una historia persona, grupal y musical distinta. Cada disco de Depeche Mode es tan definitorio de una época que han llegado a atravesar a distintas generaciones, tanto con “Black Celebration” como con “Exciter” o “Violator”, la obra cumbre de los británicos, sonando tan diferentes pero tan familiares, y, al mismo tiempo, usando los métodos de cautivación que nos han enredado durante toda la carrera de este fabuloso trío una y otra vez, pero creando paisajes y sensaciones de otros colores. “Playing the Angel” es un álbum consistente, redondo, poderoso, entrañable… en fin, como cualquiera de los adjetivos que evoca Depeche Mode. No son elogios aduladores, en realidad reflejan el espíritu que la banda muestra en los doce temas. Visto de otra forma, su nuevo lanzamiento manifiesta claramente la esencia de estos tres hombres a medio comienzo del milenio, la cual no involucra solo la utilización de tecnologías actuales, sino también de sus historias actuales: Escucharás samples chirriantes y saturados, crujidos de discos y zumbidos eléctricos, zumbidos de amplificadores y gemidos ambientales analógicos en abundancia. En el futuro todo será muy poco convencional en la música pop y con este álbum podemos estar ahí desde el principio. La puerta está abierta: ¡entra!. En primer lugar, David Gahan, cuya voz a menudo sólo se utilizaba como instrumento adicional, ahora por fin puede trabajar como compositor. La dictadura del señor Gore ha terminado. Las tres canciones de Gahan, “Suffer Well”, “I Want it All” y “Nothing’s imposible” no brillan por su fuerza propia, lo hacen dentro de todo el contexto del disco. Cuando vas escuchando una a una no puedes dejar de sentir el golpe, pero “Playing the Angel” está tan bien elaborado, que constituyen un universo total. Musicalmente, lo más utilizado el sintetizador análogo, por otras partes suenan unos riffs muy potentes y también, por supuesto, se destacan unos coros femeninos maravillosos y también la enternecedora voz de Gore.

 “Playing the Angel” comienza con A Pain that I’m Used to, con una guitarra alarmante que da paso a unos beats más suaves y luego a la intensa interpretación de Gahan, que crea el ambiente de una película de estas policiales oscuras, donde se persigue a un asesino, como una urgencia de búsqueda. De fondo, la sierra circular electrónica chirría durante unos segundos, preparándonos para lo que nos espera. La canción se basa en un fondo electrónico pulsante y dinámico, que es reemplazado por riffs ásperos que hacen que la cabeza asienta en el coro, está garantizado que será un éxito incluso en la pista de baile. No en vano fue lanzado como segundo sencillo. En John the Revelator continúa ese juego de Gore de usar referencias apostólicas, la canción en sí, es un ejercicio de simplicidad pero que te impacta de una sola vez: los beats son muy sencillos, Gahan canta como si estuviera en medio de un estadio y para rematar, un coro femenino grandioso, que repite una y otra vez john the revelator… es de estas canciones que uno espera ver en un recital multitudinario, el título religioso y el coro gospel como coros ya indican hasta qué punto Gore tiene que volver a utilizar temas existenciales para expresar adecuadamente su mundo emocional. Suffer Well es una de las tres canciones que salieron de la pluma del Sr. Gahan. Al principio chisporrotea, bala, relumbra y emite un pitido muy agradable, como en los viejos tiempos, Duane Eddie también está de regreso. 

The Sinner in Me es más triste, pero al mismo tiempo, sensual, son esas cosas que solo sabe manejar Depeche Mode, aquí hay mucha más prominencia de la electrónica, aunque también lleva un riff hacia el final de la canción. El single Precious es una obra maestra, muy sofisticada, envolvente, a nivel de cualquiera de los singles del trío, y es ahí donde radica la magia de su música, porque durante toda su trayectoria se han manejado con exactamente las mismas herramientas pero siempre saben experimentar sin caer en lugares comunes ni en autoplagios y así nos hechizan como de la nada, ¿¿cómo lo hacen??Desafortunadamente, el límite de la bailabilidad absoluta se perdió por poco. Una hermosa y triste canción pop, también buena para tocar con una guitarra alrededor de una fogata, si tan solo los acordes no fueran siempre tan difíciles. Las canciones de radio y de las listas de éxitos que conocemos de Depeche Mode rara vez estuvieron entre las mejores de sus álbumes. El aliento de los viejos tiempos industriales envuelve Macro, cantada por Gore, cuando, después de tres minutos, los tambores a vapor irrumpen de repente en la temblorosa elegía suicida.

La composición de I Want It All de Bei Gahan tiene una composición sonora, al igual que "The Cure". Heer no necesita cascadas de ruido demasiado ambiciosas para crear atmósfera. "I Want It All" es una producción pop hipnótica con canciones de los Noventa y Ben Hillier es uno de los mismos números entre los escritores ingleses. En general, me interesaría saber cómo sonarían las primeras demos de Gahan y Gore. Nothing’s Impossible, el último tema creado por Gahan, diría que es la más plana del disco, es solo su voz encima de una base que no tiene muchos cambios y una guitarra electroacústica que aparece por segundos. De todas maneras, cada uno de estos temas suenan muy bien, Gahan ya está inmerso en la mecánica de su banda y compuso sin sobrepasar ni igualar a Gore, pues esa no es la idea, sino que participó como un miembro más que trabaja por el bien de la banda y no por el propio. Con su segunda balada, Damaged People, cuyos sonidos recuerdan definitivamente al álbum "Construction Time Again", Gore resume todo su arte: "Cuando estoy de mi lado / no tengo miedo / tengo miedo de sentir / ya estoy muriendo". La melancolía y la tragedia sobre las que se construye toda la carrera de la banda parecen surgir de esta simple línea, y la melodía, sí, en realidad suena un poco como los buenos viejos tiempos de "Black Celebration". No podría ser mejor. ¿Quizás demasiada teatralidad? Oh, no lo sé. A veces pienso que los chicos nunca habrían podido ser verdaderamente felices con títulos como ese. Hacia el final encontramos el instrumental Introspectre, la bailable ‘Lillian’, que suena a lo más primitivo pero también a lo más nuevo de Depeche Mode, el teclado surge como de lo más antiguo y los beats son de un sonido como el de Radiohead en “Kid A” en general un tema que posee mucha fuerza; finalmente llega The Darkest Star, tema de donde extrajeron el título del disco. Depeche Mode finalmente emerge de las profundidades de la angustia conmovedora, acompañado por coros y un staccato de piano pecaminoso. "No quiero que cambies / Cualquier cosa que hagas / No quiero que seas / Alguien más para mí", dice Gahan. Primero, en la última canción, los Depechies aflojan un poco los tornillos antes de liberarnos de su majestuoso e individual mundo sonoro

 No esperes un nuevo “Violator” ni menos un nuevo “Songs of Faith and Devotion” ni un “Ultra” ni un “Exciter”. No es necesario. Cada uno es tan importante como individuo, porque cada uno cuenta con una identidad específica y con su propio hilo conductor, que tienes que ver a este disco como un “Playing the Angel”, tal como los discos anteriores de Depeche Mode, es único, es un hito en el trayecto de la banda y tiene una personalidad infranqueable. Es una experiencia magnífica y revolucionaria. Este álbum marcará una vez más una nueva generación de música influyente, pero esto sólo se hará evidente en el contexto de los años.

1610.- Soft and Wet - Prince


En 1978, un joven Prince Rogers Nelson irrumpió en la escena musical con su álbum debut For You, y aunque el disco no fue un éxito comercial inmediato, contenía una joya que prefiguraba su revolucionaria carrera: "Soft and Wet". Esta canción, escrita y producida íntegramente por Prince (quien, con apenas 19 años, ya demostraba un control absoluto sobre su arte), fusiona funk, R&B y un toque de rock psicodélico, marcando el inicio de una leyenda. 

Desde los primeros compases, "Soft and Wet" seduce con un riff de guitarra funk y un ritmo contagioso, pero lo que realmente destaca es su atrevida letra. Prince juega con el doble sentido desde el título mismo, combinando imágenes de ternura ("soft") con un erotismo descarado ("wet"). Versos como "You’re so soft and wet / I just can’t let you go" son una muestra temprana de su habilidad para mezclar lo sensual con lo musical, un sello que definiría su obra.  

La producción, aunque más modesta que sus trabajos posteriores, ya revela su obsesión por el detalle. Las capas de coros, los arreglos de percusión y los sutiles efectos de estudio (como los susurros que aparecen en los segundos planos) crean una atmósfera íntima, casi conspirativa. Prince no solo canta; susurra, gime y convierte cada palabra en una caricia auditiva.  

Musicalmente, "Soft and Wet" es una pieza de funk electrónico con influencias de artistas como Sly Stone y James Brown, pero Prince le imprime su propia identidad. La guitarra, aunque discreta, tiene ese tono picante que luego explotaría en éxitos como "Kiss", y los sintetizadores añaden un toque futurista. Aunque el sonido es claramente de su época, hay una frescura que lo mantiene vigente.  

Lo más notable es cómo esta canción —el primer sencillo de su carrera— ya contenía los elementos que lo convertirían en un icono: la fusión de géneros, la provocación inteligente y una producción meticulosa. Prince no solo quería hacer música; quería controlarla, moldearla y llevarla a territorios inexplorados.  
 
Aunque "Soft and Wet" no alcanzó el Top 40 en su momento, su importancia histórica es innegable. Fue la primera piedra de un artista que redefiniría la música pop, el funk y el rock en las décadas siguientes. Hoy, escucharla es como presenciar el nacimiento de un genio: audaz, sensual y completamente dueño de su arte.  

Para los fans de Prince, esta canción es un recordatorio de su evolución; para los nuevos oyentes, una introducción perfecta a su mundo. Una obra que, como su creador, es suave en la superficie pero audaz en el fondo.  

Daniel 
Instagram storyboy 

miércoles, 28 de mayo de 2025

1609.- Faster and Louder - The Dictators



Faster and Louder, The Dictadors




     En el vibrante y caótico Nueva York de los años setenta, The Dictators, una banda pionera del punk rock, irrumpió con una energía y una actitud irreverente que los convirtió en un referente del género. Su canción Faster and Louder, incluida en el álbum Bloodbrothers de 1978, es un testimonio de su capacidad para fusionar la crudeza del punk con el humor sarcástico y la pasión por el rock and roll.

The Dictators se formaron en 1973 en Nueva York, en un momento en que la escena musical de la ciudad estaba gestando lo que más tarde se conocería como punk rock. Con una alineación inicial que incluía a Andy “Adny” Shernoff (bajo, teclados, voz), Ross “The Boss” Friedman (guitarra principal), Scott “Top Ten” Kempner (guitarra rítmica) y el carismático “Handsome” Dick Manitoba (voz), la banda se destacó por su mezcla de rock duro, humor y referencias a la cultura pop. Su álbum debut, The Dictators Go Girl Crazy! (1975), ya había establecido su reputación como una banda proto-punk, pero fue con Bloodbrothers con el que consolidaron su sonido y actitud.

Bloodbrothers, producido por Sandy Pearlman y Murray Krugman (conocidos por su trabajo con Blue Öyster Cult), marcó un hito para la banda. A diferencia de su predecesor Manifest Destiny (1977), criticado por ser demasiado comercial y “sobreproducido” según Manitoba, Bloodbrothers recuperó la esencia cruda y directa del punk. Faster and Louder cuenta con una notable colaboración: Bruce Springsteen, un fan declarado de la banda, aparece contando “1-2-1-2-3-4” al inicio.

Escrita por Andy Shernoff, la letra refleja la frustración de un joven artista que siente que “hablar, hablar, hablar” se interpone en su necesidad de expresarse: “Talk, talk, talk, talk, keeps getting in the way / Speaking as a young artiste who has so much to say”. El narrador, en un tono sarcástico, propone formar una banda llamada “Yazoo Squelch” y proclama su deseo de “hacer ruido” a través de una serie de actividades cotidianas y exageradas, desde tocar y bailar hasta “pasear al perro” o “cortar el césped”, todo “más rápido y más fuerte” (faster and louder).

Musicalmente, la canción es un torrente de energía, con riffs de guitarra afilados de Ross Friedman y una base rítmica sólida liderada por el batería Rich Teeter y Shernoff, quien había regresado al bajo tras la salida de Mark “The Animal” Mendoza. La voz de Manitoba, en su primer álbum como vocalista principal en todas las pistas, aporta una intensidad visceral que complementa la instrumentación. Bloodbrothers se convirtió en el álbum más rockero y musical de la banda, y Faster and Louder es el ejemplo perfecto. Aunque el álbum no logró un éxito comercial masivo, Faster and Louder se convirtió en una de las canciones más emblemáticas de The Dictators.

martes, 27 de mayo de 2025

1608.- Soledades - Jose Luis Perales

En 1978 fue un año en el que José Luis Perales afianzó su carrera, no solo como intérprete sino también como compositor. Sus obras se hicieron muy populares y sentaron las bases para los grandes éxitos que vendrían en los años siguientes, su participacion en el programa de televisión "300 millones" de RTVE, le dio una importante visibilidad, lanzo dos discos, "Como la lluvia fresca" que marcó un punto importante en la discografía de José Luis Perales, producido bajo el sello Hispavox, este trabajo consolidó su estilo característico de baladas melódicas y letras poéticas. El disco contenía un total de diez canciones llenas de emotividad y profundidad lírica que ya eran sellos del cantautor. El segundo disco que publicó fue Soledades, producido, como muchos de sus trabajos de la época, por el maestro Rafael Trabucchelli, una figura clave en el sonido característico de Perales, también fue publicado por Hispavox, la discográfica que albergó gran parte de su obra en España. Sin embargo, lo distintivo de "Soledades" radica en que fue un lanzamiento exclusivo para Hispanoamérica. Esto significa que, si bien algunas de sus canciones pudieron haber aparecido en otros álbumes españoles (como "Como la lluvia fresca"), "Soledades" se concibió como una colección específica para el público al otro lado del Atlántico, a menudo agrupando temas que ya habían visto la luz en España pero en diferentes configuraciones. La estrategia de lanzar álbumes con configuraciones diferentes para mercados específicos era común en la industria musical de la época. Para José Luis Perales, esto le permitió optimizar la distribución y la resonancia de sus canciones en una región donde su popularidad era inmensa y no hacía más que crecer. "Soledades" no es solo un conjunto de canciones; es un testimonio de la proyección internacional de Perales y de la conexión que estableció con su público latinoamericano, una conexión que se ha mantenido viva a lo largo de décadas.

Este trabajo incluye temas que se convirtieron en clásicos del repertorio de Perales y que resonaron profundamente en el continente americano, canciones como "Compraré", con su melancólica reflexión sobre el paso del tiempo y la adquisición de bienes materiales frente a los sentimientos, se convirtió en un himno. Otro tema significativo es "Pequeño gorrión", una metáfora sobre la libertad y la búsqueda de horizontes. La casada aborda la complejidad de las relaciones y las decisiones de vida con la sensibilidad característica de Perales. Por supuesto, la canción que da título al álbum, Soledades, que es mucho más que una simple pieza musical, es una de las composiciones más emblemáticas y profundas del cantautor y representa una de las cumbres de su habilidad para transformar sentimientos complejos en melodías conmovedoras y letras de una sencillez poética abrumadora. Desde el primer acorde, quedas envuelto en una atmósfera de melancolía y reflexión con una instrumentación, típicamente orquestal y sutil, donde la guitarra de Perales actúa de columna vertebral, creando un ambiente íntimo, casi confesional. La letra es una exploración magistral de la ausencia y la introspección, no habla de la soledad como un estado puramente negativo de aislamiento, sino como un espacio personal donde se encuentran los recuerdos, las añoranzas y, paradójicamente, la compañía de aquellos que no están físicamente presentes. Perales personifica a estas "soledades" como compañeras silenciosas que "llegan" o "vienen", trayendo consigo la memoria de un ser querido, de un tiempo pasado o de una emoción no resuelta. Soledades fue un gran acierto, no se sale de lo que le daba éxito y sigue la estructura de la balada clásica de Perales, con una progresión armónica que realza la carga emotiva de la letra. Los arreglos de Rafael Trabucchelli, característicos de la época, dotan a la canción de una riqueza sonora que eleva su mensaje, sin eclipsar la pureza de la composición original. 


lunes, 26 de mayo de 2025

1607.- Another girl, another planet - The Only Ones

En 1978 Perrett editó su primer disco al frente de The Only Ones, banda encasillada en la escena punk new wave del Reino Unido, aunque su estilo sintonizase mejor con los sonidos neoyorquinos de Lou Reed o Television. La capacidad compositiva de Peter Perrett fue muy elogiada. La prensa musical lo destacó como un compositor capaz de componer power-pop de gran calidad con la misma facilidad que jazz y dramas de cocina con tintes psicodélicos. Si algo hace grande al álbum debut de The Only Ones es la amplitud y variedad de sus diez canciones. Temas como "The Whole of the law", "The Beast" y "The Immoral Story" apenas insinúan la relativa inmadurez del grupo en cuanto a la creación de discos. Las canciones son ambiciosas, el sonido es envolvente y su estilo varía de una composición a otra. Esto también sería la ruina del grupo. A los nuevos fans de la banda les costaba reconocer otra canción similar a "Another girl" o definir su sonido.

Descrito por un crítico musical como "posiblemente el mejor sencillo de rock jamás grabado ", la fama de Another girl, another planet de The Only Ones ha perdurado, como mínimo. El destino no fue tan benévolo con la banda y su breve catálogo, y creemos que esto es totalmente injusto. Sin duda este es el tema más recordado de la banda, para muchos el único conocido, lo que les colgó la etiqueta de «one hit wonder» (maravilla de un solo éxito), que en la industria musical es como se conoce a los artistas que gozan de un único triunfo discográfico y después caen en el olvido. Siendo objetivos, el caso de los Only Ones no merecería esa definición. En realidad, ellos no tuvieron ningún éxito, cuando esta canción fue editada no entró en las listas. Sí lo hizo, modestamente, en una reedición de 1992. Se haría más conocida por la versión de Blink 182 y, especialmente cuando la compañía Vodafone la utilizó en su campaña de 2006, lo que motivó una breve resurrección de la banda que la trajo de gira por España. Allí vimos a un Perrett de facciones chupadas, sin apenas capacidad pulmonar, con los huesos a ras de piel y las venas hinchadas. Sabíamos de sus vicios, pero hasta ese momento no le pusimos rostro al alcance de su destructiva vida.

Another Girl Another Planet es uno de los mejores sencillos jamás publicados. Es el tipo de éxito que comparte el aire peculiar de Ace Of Spades, Echo Beach o Song 2. Un tema atemporal para llenar la pista de baile, al que recurren los DJs de clubes de rock. Desde 1978 hasta la actualidad, esta canción se ha mantenido fresca como la primera vez. Empieza con un solo de guitarra. Una jugada audaz para un sencillo que marcó una época y da paso a un solo con esa famosa introducción punteada y esos tambores atronadores. Es un comienzo increíble. Ademas la letra habla de la adicción a las drogas del cantante principal y de cómo cada éxito lo lleva al espacio exterior, a algún lugar lejano, como si estuviera en otro planeta. Hay algunas líneas geniales en “Another Girl, Another Planet”… que cobran mucho más sentido cuando te das cuenta de lo que realmente está cantando la cantante principal… hay una verdadera habilidad para transmitir grandes conceptos en pocas palabras… “Siempre coqueteo con la muerte, me veo enferma pero no me importa” En dos líneas tienes una de las mejores descripciones de una adicción patológica plasmada en la letra de una canción popular.


domingo, 25 de mayo de 2025

Exciter: La Reinvención Íntima de Depeche Mode


Exciter: La Reinvención Íntima de Depeche Mode 

#mesDepecheMode

Mayo es el mes de Depeche Mode en este blog, y después de repasar algunos de sus trabajos más icónicos como Violator (1990), Songs of Faith and Devotion (1993) y Ultra (1997), es momento de adentrarnos en Exciter (2001), un álbum que marcó un giro radical en su sonido. Producido por Mark Bell (de Björk y LFO), este disco destaca por su minimalismo electrónico, alejándose de la densidad oscura de sus predecesores para explorar texturas más sutiles y atmosféricas.  

Aunque Exciter no tuvo el mismo impacto comercial que sus obras cumbre, es un trabajo fascinante que refleja una banda en constante evolución, experimentando con sonidos orgánicos y electrónicos en una época donde el rock alternativo y el pop electrónico estaban en plena efervescencia.  

Tras el turbulento período de Ultra (grabado en medio de adicciones y la salida de Alan Wilder), Exciter llegó en un momento de relativa calma para la banda. Dave Gahan, ya recuperado de sus problemas personales, aportó una voz más madura y emotiva, mientras que Martin Gore continuó explorando temas espirituales y relaciones humanas en sus letras.  

La inclusión de Mark Bell como productor fue clave: su enfoque en sonidos glitch, beats hipnóticos y ambientes envolventes dio a Exciter una identidad única dentro del catálogo de DM. A diferencia de Violator (donde la electrónica era fría y pulsante) o SOFAD (dominado por guitarras y gospel), aquí predomina una paleta de sintetizadores orgánicos, ritmos desnudos y guitarras acústicas que se entrelazan con lo digital.  

1. "Dream On"  
El primer single del álbum es engañosamente accesible: un beat trip-hop y una guitarra acústica crean una base sencilla, pero la voz de Gahan transmite urgencia y melancolía. La letra ("Dream on, dream on, boy, and make it real") suena como un mantra de esperanza y desesperación. Un inicio prometedor.  

2. "Shine" 
Una de las joyas ocultas del disco. Con arreglos de cuerda y un bajo profundo, la canción tiene un aire cinematográfico. Gore canta con delicadeza sobre la fragilidad humana, mientras los sintetizadores crean un paisaje sonoro etéreo.  

3. "The Sweetest Condition"
Aquí la electrónica se vuelve más industrial, con un ritmo mecánico y distorsiones que recuerdan a Ultra. Gahan interpreta con sensualidad líneas como "I like the way you look, I like the way you breathe", dando un tono seductor a la oscuridad del tema.  

4. "When the Body Speaks" 
Una balada acústica con un toque casi folk. Gore y Gahan intercambian voces en una canción que habla de conexión física y emocional. Las guitarras y los pads atmosféricos la convierten en una de las piezas más conmovedoras del álbum.  

5. "The Dead of Night"
El tema más "arriesgado" del disco: un beat pulsante y letras explícitas ("Let me hear you moan") lo acercan al techno oscuro. No es la mejor canción de DM, pero muestra su voluntad de experimentar.  

6. "Lovetheme"
Un interludio instrumental con influencias de ambient y IDM. Funciona como un respiro antes de la segunda mitad del álbum.  

7. "Freelove" 
El segundo single es una de las canciones más redondas de Exciter. El bajo prominente y los coros de Gore crean una atmósfera sensual y melancólica. La versión del álbum es buena, pero la posterior "Flood Mix" (incluida en The Best Of) la llevó a otro nivel.  

8. "Comatose"
Gore vuelve a tomar la voz principal en este tema hipnótico, con un ritmo lento y sintetizadores que flotan en el espacio. Letras como "*I’m in a coma, but I’m still breathing*" reflejan una mezcla de ensoñación y desapego.  

9. "I Feel Loved"
El tercer single es una de las pocas canciones dance del disco, con un beat contundente y un bajo que recuerda al EBM. La letra ("Your light shines on my soul") contrasta con la producción fría, creando una dualidad interesante.  

10. "Breathe" 
Otra balada acústica, con Gore en voz principal. El ambiente es íntimo, casi como una canción de cuna electrónica.  

11. "Easy Tiger"
Un experimento en ritmos rotos y sonidos glitch. No es el tema más memorable, pero suma a la diversidad del álbum.  

12. "I Am You"  
Una canción minimalista y espiritual. Gore y Gahan cantan en armonía sobre la fusión de dos almas, mientras los sintetizadores se desvanecen lentamente.  

13. "Goodnight Lovers"
El cierre perfecto para el álbum. Una balada coral con aires de gospel electrónico, donde Gore y Gahan entrelazan voces en un himno sobre el amor como redención ("*You’ll be angels tonight*"). La producción minimalista, con pianos sutiles y un ritmo pulsante, le da un aire casi espiritual. Curiosamente, esta fue la única canción del álbum incluida en la gira *Exciter Tour*, demostrando su impacto en vivo.  

Exciter fue recibido con opiniones divididas. Algunos fans lo consideraron "demasiado suave" después de la intensidad de Ultra, mientras que otros lo celebraron por su madurez y experimentación. Comercialmente, no fue un fracaso (#9 en UK, #8 en EE.UU.), pero no generó hits masivos como sus predecesores.  

Sin embargo, con el tiempo, Exciter ha sido revalorizado. Su influencia se nota en artistas como Massive Attack, Radiohead (en su fase Kid A) e incluso en el posterior synth-pop de los 2010s. Canciones como Freelove y Goodnight Lovers siguen resonando en sus giras, demostrando que, pese a su recepción inicial tibia, este disco sembró semillas para su evolución futura."

Goodnight Lovers se convirtió en un momento destacado en sus conciertos, y su estilo hymnal anticipó el tono de álbumes posteriores como Playing the Angel (2005). Hoy, muchos fans la recuerdan como una de las canciones más emotivas de su catálogo tardío."  

Exciter no es el álbum más poderoso de Depeche Mode, pero sí uno de los más valientes. En lugar de repetir fórmulas, la banda optó por explorar nuevos territorios: electrónica ambiental, folk oscuro y beats glitch. No todas las apuestas funcionan, pero el resultado es un disco íntimo, sensual y atmosférico que merece una segunda escucha.  

Si Violator fue su obra maestra y Ultra su renacimiento, Exciter es el disco que demuestra que DM nunca dejó de evolucionar. En un mes dedicado a ellos, es justo celebrar también estos momentos menos obvios, pero igualmente fascinantes, de su carrera.  

Daniel 
Instagram storyboy 

1606.- Al alba - Luis Eduardo Aute.

 


Quisiera empezar esta reseña mencionando a Rosa León que comenzó su carrera musical a partir de los años setenta. Muchos la recordarán con su larga melena y gafas redondas, cantando con su guitarra canciones infantiles, por las que se hizo muy popular en la década de los ochenta, pero esa era sólo una de sus facetas, Rosa, que también compuso sus propias canciones, algunas realmente hermosas, o interpretaba las de otros, se caracterizaba, sobre todo en sus inicios, por un fuerte compromiso político y social. En 1975 grabó “Al alba” que su amigo Luis Eduardo Aute compuso para ella y le entregó como “una canción de amor”. Esta bellísima canción tiene unas significaciones y una historia muy particulares que ponen de manifiesto esa realidad, tantas veces repetida, de que "el arte es libertad", de que las canciones nacen y vuelan libres y abiertas a la sensibilidad, a la realidad social y a los sentimientos de quienes las escuchan, las interiorizan y las hacen propias. En su origen, para Aute, fue una canción de amor en la que expresa y nos comunica una dolorosa despedida al amanecer, pero para Rosa en 1975, tras quedar profundamente impactada –como lo estuvimos muchos miles de personas– por los fusilamientos franquistas del 27 de septiembre de 1975, pensó –o le estalló el sentimiento– de que aquella canción podría ser perfectamente una carta de amor que hubieran escrito cualquiera de aquellos fusilados a sus personas más queridas en vísperas de ser asesinados. Un sentimiento y una identificación que Rosa le atribuyó simbólicamente a la canción "Al alba" convirtiéndola en un desgarrador alegato contra la "pena de muerte". En sus versos se evocaban oscuros presagios y te dejaba una sensación de frío interior, así la cantante le dio su propia interpretación, más acorde con lo que consciente o inconscientemente quiso escribir el propio Aute. Y es verdad que toda la letra de “Al alba” está llena de símbolos, de imágenes que nos conducen hacia un mensaje final, escondido detrás de una bella canción de amor. Sea de la forma que fuera, cuando Rosa León cantaba “Al alba” en sus conciertos, la dedicaba (con valentía) a los condenados a muerte, presentándola como “los últimos pensamientos o la última carta que podía haber escrito cualquiera de los fusilados”. El tema esquivó la censura franquista gracias a la miopía de los funcionarios y a que Aute envió varias canciones para el examen. En ese grupo de temas, la mayor parte de ellos eran muy explícitos contra el Régimen y “Al Alba” fue vista como una sencilla canción de amor inofensiva. Terminó por convertirse en un himno de protesta y de esperanza por los nuevos tiempos democráticos en España.

En 1978 Luis Eduardo Aute incluyó su tema en el álbum “Albanta” producido por Teddy Bautista, siendo intérprete de su propia canción a la que daba un aire diferente, como se ve en este vídeo de 1983, en el que actúa con el grupo de folk- rock Suburbano que durante mucho tiempo fue su banda de acompañamiento. Hablar de Luis Eduardo Aute es hablar de un referente cultural imprescindible en nuestro país, que además de por la música, transitó por la pintura, la escultura, el cine, la poesía y cualquier manifestación artística que se le pasara por la cabeza, porque le gustaba ser “aprendiz de todo y maestro de nada”. Era un hombre tan sensible como sincero, lo que se veía en esa mirada suya que me gustaba tanto como su voz y es que Aute, a lo mejor sin pretenderlo, tenía mucho de seductor.

sábado, 24 de mayo de 2025

1605.- Shadow play - Rory Gallagher

 

Shadow Play, Rory Gallagher


     En el año 1977, Rory Gallagher, aprovechando su creciente popularidad en Estados Unidos, decide irse a grabar a la ciudad de San Francisco bajo la dirección del productor Elliot Mazer. Una vez finalizado el proceso de grabación, durante el cual ya habían surgido fricciones entre el guitarrista irlandés y el productor, y una vez mezclado el que sería su nuevo trabajo, Rory muestra su disconformidad con el resultado final, llegando a discutir con el productor, Elliot. Tanto el productor como la dicográfica Chrysalis, quieren publicar el material, pero Rory guarda un as en la manga, es él quien tiene la última palabra sobre el producto, pues tiene el control total de su música. Fruto de ello ha perdido una considerable cantidad de dinero, pero sabe que así nadie podrá adulterar su música. En el más que recomendable documental sobre el guitarrista, Rory Gallagher: Ghost Blues - The Story of rory Gallagher, su hermano Dónal, quien es su mánager y gerente, habla sobre este episodio, cuando Rory le comunica que no va a publicar ese material, y teniendo en cuenta que apenas queda tempo para cumplir con los plazos con la discográfica Chrysalis, el grado de estrés para Dónal en ese momento es brutal. Las grabaciones de San Francisco las guarda en un cajón Rory, y parte de ellas verán la luz en el año 2011 bajo el título Notes from San Francisco.

Nos encontramos en un punto en el que Rory ha decidido no publicar el trabajo hecho, y quien no está muy contenta es su discográfica, Chrysalis, pues apenas queda tiempo y Rory tiene que presentar un disco nuevo. Rory, lejos de ponerse nervioso toma una decisión, despide a toda la banda que viene acompañándole durante lo últimos cinco años, menos a su inseparable bajista, Gerry McAvoy, y ficha al baterista Ted McKenna, volviendo a la típica formación power trío que tanto le gusta. Con esta formación se marcha a los Dierks Studios de Colonia, Alemania, para trabajar con Dietr Dierks, productor de varios discos de Scorpions entre otros, y en un mes graba Photo Phinish, otro gran trabajo, consiguiendo cumplir con los plazos con la discográfica.

Incluído en este magnífico álbum se encuentra en el inicio de la cara B otro de los grandes momentos del disco, Shadow Play, tema que compuso Rory con una guitarra de 12 cuerdas mientras se encontraba en Irlanda, en la cama enfermo a causa de una gripe. Un tema que solía tocar en directo Rory, pues es precisamente ahí donde este tema gana muchos enteros, donde el guitarrista solía marcarse unos solos brutales alcanzando con los dedos el mismísimo cielo. Estamos ante una de las canciones más reconocibles de Rory, utilizada frecuentemente en sus conciertos hasta sus últimos días, lo que indica la importancia que tenía en su repertorio. La canción además de reflejar temas como la lucha interna y búsqueda de sentido, también captura la esencia de Rory Gallagher como un artista introspectivo y apasionado, con una habilidad innata para llevarnos por un carrusel de emociones a través de su legendaria guitarra Fender Stratocaster.

viernes, 23 de mayo de 2025

Disco de la semana 431: Depedro (2008)

 


Según la teoría de los "Seis grados de separación" propuesta por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en el cuento "Eslabones" de 1929, cualquier persona está conectada a otra a través de una cadena de conocidos compuesta por un máximo de seis enlaces entre ellos. Nunca me había parado a pensar si, en el caso de Jairo Zavala, el músico madrileño detrás del proyecto Depedro, esa teoría se cumplía, pero en los últimos días, diversas casualidades me llevaron a pensar en esa red de enlaces, y a sentir que era el mejor momento para reseñar su álbum Depedro (2008), una brillante fusión de folk, rock, música tradicional latina e influencias mexicanas y estadounidenses, fruto de su colaboración con la banda Calexico, de la que Joey Burns y John Convertino contribuyen en el disco, tomando las riendas de la producción.

Mi conocimiento del universo Depedro se reducía hasta ahora a un puñado de estrellas en forma de canciones, y el culpable de que las conociera es un buen amigo al que llamaré "Miguelito", como el título de una de las canciones del disco. Con Miguelito, años atrás me embarqué en un proyecto musical amateur que nos llevó a tocar en sitios tan variopintos como un colegio de Villaverde o la Plaza del Pilar de Zaragoza, entre otros. Las canciones que mi amigo me recomendaba de cuando en cuando eran mi, por entonces, única conexión con Depedro, tan ligera "Como el Viento", la gran canción con la que comienza el disco, un tema de suave y agradable melodía sobre la sensación de bienestar que se experimenta al tener cerca a la persona amada, y una de las canciones que ya conocía. La otra era "Te sigo soñando", una de las canciones más introspectivas y emotivas del álbum.

Mucho tiempo ha pasado desde que a "Miguelito" y a mí nos dio por tocar música, pero más allá de aquello, la amistad ha permanecido intacta, así que no me falló "La memoria" (mi canción favorita del disco) cuando me invitaron al cumpleaños de una amiga en común con Depedro (a la que llamaré "Llorona", por aquello de la debida confidencialidad y para tener la excusa para hablar de la impactante reinterpretación a dúo con Fuel Fandango del clásico mexicano) y en cuanto tuve la ocasión de hablar con él, le pedí que se hiciera una foto conmigo para enseñársela a mi amigo.

¿Qué puedo hacer por ti? podría haberme preguntado mi amigo cuando le escribí y le hablé de aquel encuentro, pero en lugar de eso lo que me dijo fue que él también había tenido ocasión de conocerle... Y eso fue tan inesperado como que, en un disco predominantemente en castellano y plagado de sabores musicales latinos, emerjan de cuando en cuando canciones como "Two parts in one", "Tomorrow" o incluso "Don't Leave me Now", un tema que combina letras en español con estribillo en inglés. Indagando en la información sobre el disco, entendí estas influencias al descubrir que había sido grabado en Tucson, Arizona, pero para lo que no encontré explicación fue para esa extraña sensación de que los eslabones de los grados de separación estaban uniéndose de manera sorprendente.

Y aún lo hicieron más cuando, poco después, quedé con otro amigo, al que llamaré "Comanche" por su oportuno peinado mohicano, para ir a la feria del disco de coleccionismo, y le conté como había coincidido con Depedro¿Conociste a Jairo? ¡Iba conmigo al colegio en Aluche! me dijo sonriente, y aquello ya fue el colmo de la teoría del Sr Karinthy. Al volver a casa, y mientras escuchaba las optimistas y evocadoras notas de "La brisa", llegué a la conclusión de que, a riesgo de estar "Equivocado" y sin ánimo de molestar ni de resultar pesado, merecería la pena aprovechar alguno de los eslabones de este extraño fenómeno para hacerle llegar a Depedro esta humilde reseña, y conseguirlo idealmente antes de "Diciembre", porque con el invierno todo se enfría, aunque haya canciones como la del mismo nombre que nos ayuden a pasarlo de manera más agradable.

Con estos locos pensamientos en la cabeza llegué al tramo final del disco, y aún tuve tiempo de descubrir buenas canciones como "Sobre una línea" o "Running scared", y ese broche de dorada sensibilidad que es "Perfect Time" (con Russian Red) con el que cierra en todo lo alto un disco que no anda muy lejos de la perfección, y a solo unos clics en Spotify o Youtube Music de que comprobéis que estoy en lo cierto. Mientras os decidís a escucharlo, yo voy a dedicar mi tiempo libre a escuchar más discos de Depedro. Con ese objetivo, fui a Wikipedia a consultar su discografía, para comprobar estupefacto que, en toda esta cadena de eslabones y coincidencias, aún me faltaba descubrir que tiene un álbum titulado "Casualidades"... Sin duda, ese será la siguiente parada del emocionante viaje a través del universo Depedro.

1604.- Every Kinda People - Robert Palmer

Antes de que MTV lo convirtiera en uno de sus niños póster del pop de los ochenta, Robert Palmer estaba confinado al público del Reino Unido. Pero con un contagioso ritmo funky elevado por la filosofía de "Everyday People" de Sly & the Family Stone ("Ya sea amarillo, negro o blanco/Todos y cada uno de los hombres son iguales por dentro") y el canto al estilo de Marvin Gaye, "Every Kinda People" se convirtió en la primera canción de Robert Palmer que cruzo el Atlantico rumbo al éxito a las costas estadounidenses. Se convirtió en su primer éxito en el Top 20, llegando al número 16 del pop en 1978. Hay una gran cantidad de cuerdas celestiales, añadidos de steel pan caribeños e instrumentación isleña en sus tres minutos de duración y a medida que se desvanece, te quedas con hambre de más. La canción no fue escrita por Palmer, como algunos han llegado a asumir, fue escrita por Andy Fraser, miembro de la banda de rock Free y compositor del mayor éxito de esa banda, "All Right Now". Como prueba de la irresistible naturaleza de la canción, artistas como Amy Grant y Randy Crawford la han versionado. Dato curioso: La línea de bajo, llena de ritmo, la aporta la leyenda de Motown, Bob Babbitt, quien sentó las bases para los Funk Brothers y componía el bajo en el emblemático álbum de Marvin Gaye, What's Going On.

Double Fun es el álbum en el que se encuentra Every Kinda People, es un álbum en el que florece el sonido años 70 del músico británico, puede sorprender un poco que Robert Palmer naciera en Inglaterra, porque su música rara vez sonaba británica. Esto ciertamente se aplica a Double Fun, que tiene un sonido americano, quizá influido por su grabacion en Nueva York y la participación de músicos estadounidenses, Robert Palmer está influenciado por el soul, el rhythm & blues y el funk de los años 70, pero también aprovecha la entonces muy popular música disco.  Sonaba particularmente bien en 1978 y todavía sonaba hoy, un álbum maravilloso para una tarde lluviosa de sábado, pero incluso en una bochornosa tarde de verano, el álbum sigue haciendo maravillas. 

En Every Kinda People, Robert Palmer celebra las ricas diferencias culturales que hacen del mundo algo tan interesante. En muchos aspectos, todos somos iguales: todos buscamos sobrevivir y todos buscamos el amor, pero se necesitan personas de todos los tipos para que el mundo funcione. Tal es el espíritu de la canción que Palmer llego a mencionar que recibia muchas cartas sobre esta canción de organizaciones religiosas donde le agradecían la positividad que trasmite la canción. Según Palmer, la letra original escrita por Andy Fraser era más política. Palmer la modificó para que la canción abordara más la conexión humana. El riff que se escucha se hizo en realidad en el bajo, y Robert Palmer simplemente lo transpuso a otros instrumentos, esto ocurrió en un momento en que Palmer experimentaba con diferentes sonidos. La canción tiene una clara influencia caribeña, lo cual no sorprende: él vivía en Nasáu por aquel entonces. Unos años antes, Palmer hizo una versión popular de la canción de calipso Man Smart (Woman Smarter). Con este éxito Palmer firmó por Island Records y poco a poco fue ganando seguidores y respeto por su audaz paleta musical. Compuso mucha música con cajas de ritmos y sintetizadores a principios de los 80 antes de conseguir su gran éxito en 1985 con Addicted To Love.


jueves, 22 de mayo de 2025

1603.- Is This Love - Bob Marley

 



"Is This Love" es una de las canciones más emblemáticas de Bob Marley and The Wailers, lanzada en 1978 como parte del álbum Kaya. En esta canción, Bob Marley muestra su lado más romántico, sin alejarse por ello de su característico estilo reggae ni entrar en el terreno de la balada melódica o romántica, haciéndonos disfrutar del ritmo mientras se pregunta a sí mismo si "es amor lo que estoy sintiendo".

El ritmo de "Is This Love" es cálido y relajado, pero a la vez sugerente y dinámico, con acordes suaves y una irresistible percusión que provocan en el oyente una sensación a medio camino entre la calma y la felicidad, y en España se hizo aún más popular por incluir en la letra un claro ejemplo de lo que se conoce como un "momento teniente", por el que una frase en inglés ("I wanna love you") se escucha claramente como si fuera español ("Agua en el hoyo").
 
Bromas auditivas aparte, a nivel internacional tuvo una buena acogida en el momento de la publicación del disco, alcanzando el noveno puesto de las listas de ventas del Reino Unido, pero se convirtió en un hit de alcance internacional cuando fue incluida en el mítico recopilatorio Legend (1984) con las mejores canciones de la carrera de Bob Marley, un disco con el que toda una generación de oyentes de los años ochenta descubrió al recordado músico jamaicano.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Depeche Mode - Ultra - (Mes Depeche Mode)

 


"Ultra" (1997) puede considerarse un álbum de transición en la carrera de Depeche Mode, aunque los británicos consiguieron evitar la connotación negativa que suele acompañar a los discos a los que se les pone esa etiqueta. No fue fácil facturar el disco siguiente a un álbum tan excelso como "Songs of faith and devotion" (1993), y hacerlo tras la marcha de Alan Wilder, que había sido clave en la producción y sonido del grupo en ese anterior disco y en el aún más brillante Violator (1990). Además, "Ultra" se gestó en un periodo de lo más turbulento para la banda, con Dave Gahan afrontando serios problemas de salud motivados por sus adicciones, pero a pesar de todas estas complicaciones, el disco resultante sorprendió a propios y ajenos por su calidad y por la oscuridad y sofisticación de su sonido.

Siendo menos luminoso que los citados discos anteriores, el gran punto fuerte de Ultra es su carácter oscuro y profundamente introspectivo, un disco de profunda exploración introspectiva que puso sobre la mesa un gran despliegue de emociones tanto en las letras como en las atmósferas de sonido, haciendo del complicado punto de inflexión y de crisis interna que suponía este noveno disco de estudio uno de los momentos más interesantes de su discografía. La salida de Alan Wilder dejó a Martin Gore como único responsable de la composición de las letras y de la dirección musical de la banda, y su propuesta fue una intensa obra de rock electrónico con aires industriales y de trip-hop, que combinó a la perfección la oscuridad de las letras y de la música.

En Ultra, como en "Songs of faith and devotion", las guitarras vuelven a ser relevantes, ya desde el inicio con "Barrel of a Gun", poseedora de uno de los mejores riffs de su discografía. Es un comienzo agresivo y a la vez oscuro, con una destacable e intensa interpretación vocal por parte de Dave Gahan, quizá motivada por una letra que describía de manera cruda el infierno de adicciones que atravesaba a nivel personal. Es también Ultra un disco de contrastes, porque tras este enérgico comienzo, un tema como "The Love Thieves" nos lleva a terrenos más etéreos y envolventes, y a la escucha de una instrumentación mucho más delicada, lo cual no impide que, de nuevo, Gahan se luzca en la profunda interpretación vocal, como lo hace también Martin Gore en "Home", una melancólica balada que, apoyada en unos impactantes arreglos orquestales, se erige como uno de los momentos más intensos y elaborados del disco. En las letras, "Home" es una esperanzadora vuelta a casa, tras un período de angustia y de dolor emocional, y de nuevo un ejemplo de como la situación de los miembros de la banda se filtra a borbotones en la temática y los sonidos del disco.

El disco no admite tregua en este primer tramo, y a continuación llega el turno de "It's No Good", aparentemente el tema más alegre y luminoso de "Ultra",  sensación conseguida a través de su intenso e hipnótico ritmo de sintetizadores y su brillante producción, que lo convierten en uno de los singles clásicos de Depeche Mode. Sin embargo, si nos detenemos a analizar la letra, vemos que el sonido oculta de nuevo una amargura latente, en este caso por el final de una relación sentimental. Tras este gran tema, nos encontramos con la primera de las canciones que dan fuerza a los que acusan a "Ultra" de no llegar a ser excelso por tener demasiado "relleno", y aunque es cierto que un tema minimalista e instrumental como "Uselink" podría resultar prescindible, en su defensa podemos decir que contribuye a la atmósfera oscura del disco, y funciona como intermedio o puente hacia la segunda parte del álbum.

El segundo bloque da comienzo con fuerza con "Useless", en la que vuelven las guitarras distorsionadas y los riffs contundentes, sobre una base rítmica de aire industrial. El esquema parece repetirse, porque después de un tema enérgico y contundente, llega una nueva balada lenta y oscura con "Sister of Night", que en esta ocasión sí que baja un poco el listón del disco. "Jazz Thieves" es otro de los puntos destacables de la segunda mitad del disco, un tema experimental con evidentes influencias del sonido trip-hop, y a diferencia de los otros temas instrumentales de "Ultra", es un cambio estilístico que aporta frescura y variedad sonora al álbum, en lugar de acentuar su oscura e introspectiva atmósfera. A partir de aquí, encontramos buenos temas como Freestate, algo más convencional y optimista, y "The Bottom Line", un tema de sorprendente guitarra slide, que aporta al disco una inesperada influencia blues.

El disco cierra con "Insight" en tono de nuevo atmosférico e introspectivo, y dejando un leve atisbo de esperanza ante tanta oscuridad, y poniendo un efectivo broche final a un disco Ultracomplicado y Ultraintrospectivo, pero a la vez Ultramaduro y Ultrabrillante, que ofrece un buen puñado de buenas canciones con las que disfrutar del genio de Gahan, Gore y compañía, una banda mítica que, paradójicamente, y sin dejar de hacer buenos discos, cuando sus historias vitales se estabilizaron y su vida personal se volvió más centrada, ya nunca volvió a rayar al mismo nivel musical ni compositivo.

1602 - Elvis Costello - Radio, Radio


1602 - Elvis Costello - Radio, Radio

Radio, Radio es una de las canciones más emblemáticas de Elvis Costello, un tema que combina crítica social, energía punk y una melodía contagiosa. Publicada originalmente en 1978 como parte de su álbum This Year's Model (aunque en algunas versiones del disco fue reemplazada por Radio Sweetheart), la canción se convirtió en un himno contra la homogenización de los medios y la manipulación de la industria musical. Con su ritmo acelerado, letras incisivas y la voz característica de Costello, Radio, Radio sigue siendo relevante décadas después de su lanzamiento.  

Musicalmente, Radio, Radio es una fusión de new wave, punk y rock clásico, con un riff de guitarra sencillo pero efectivo y un ritmo frenético que refleja la urgencia del mensaje. La producción, a cargo de Nick Lowe, mantiene un sonido crudo y directo, típico del estilo de Elvis Costello en sus primeros años. La canción es corta (apenas supera los tres minutos), pero su impacto es inmediato: desde el primer acorde, atrapa al oyente con su energía y actitud rebelde.  

La letra es una crítica mordaz a la radio como medio de control y alienación. Costello no solo ataca la falta de diversidad en la programación ("They say you better listen to the voice of reason / But they don't give you any choice 'cause they think that it's treason"), sino que también denuncia cómo la industria impone qué debe escuchar el público. La repetición de "Radio is a sound salvation / Radio is cleaning up the nation" es irónica: mientras la radio se presenta como un medio de entretenimiento y libertad, en realidad actúa como un instrumento de manipulación.  

El momento más famoso de la canción llegó cuando Elvis Costello la interpretó en Saturday Night Live en 1977, rompiendo con lo pactado (se suponía que debía tocar Less Than Zero) y generando un escándalo que lo llevó a ser vetado del programa durante años. Este acto de rebeldía consolidó su imagen de artista confrontativo y anticomercial.  

Radio, Radio ha sido versionada por múltiples artistas y sigue sonando como un recordatorio de los peligros de los medios masivos. En una era donde el streaming y los algoritmos determinan qué se escucha, su mensaje sigue vigente: la lucha por la autenticidad en un mundo donde el arte a menudo se convierte en producto.  

Radio, Radio no es solo una gran canción de Elvis Costello, sino un manifiesto musical contra la estandarización cultural. Su combinación de furia punk, melodía memorable y letras inteligentes la convierten en un clásico atemporal.

Daniel 
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