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viernes, 23 de mayo de 2025

Disco de la semana 431: Depedro (2008)

 


Según la teoría de los "Seis grados de separación" propuesta por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en el cuento "Eslabones" de 1929, cualquier persona está conectada a otra a través de una cadena de conocidos compuesta por un máximo de seis enlaces entre ellos. Nunca me había parado a pensar si, en el caso de Jairo Zavala, el músico madrileño detrás del proyecto Depedro, esa teoría se cumplía, pero en los últimos días, diversas casualidades me llevaron a pensar en esa red de enlaces, y a sentir que era el mejor momento para reseñar su álbum Depedro (2008), una brillante fusión de folk, rock, música tradicional latina e influencias mexicanas y estadounidenses, fruto de su colaboración con la banda Calexico, de la que Joey Burns y John Convertino contribuyen en el disco, tomando las riendas de la producción.

Mi conocimiento del universo Depedro se reducía hasta ahora a un puñado de estrellas en forma de canciones, y el culpable de que las conociera es un buen amigo al que llamaré "Miguelito", como el título de una de las canciones del disco. Con Miguelito, años atrás me embarqué en un proyecto musical amateur que nos llevó a tocar en sitios tan variopintos como un colegio de Villaverde o la Plaza del Pilar de Zaragoza, entre otros. Las canciones que mi amigo me recomendaba de cuando en cuando eran mi, por entonces, única conexión con Depedro, tan ligera "Como el Viento", la gran canción con la que comienza el disco, un tema de suave y agradable melodía sobre la sensación de bienestar que se experimenta al tener cerca a la persona amada, y una de las canciones que ya conocía. La otra era "Te sigo soñando", una de las canciones más introspectivas y emotivas del álbum.

Mucho tiempo ha pasado desde que a "Miguelito" y a mí nos dio por tocar música, pero más allá de aquello, la amistad ha permanecido intacta, así que no me falló "La memoria" (mi canción favorita del disco) cuando me invitaron al cumpleaños de una amiga en común con Depedro (a la que llamaré "Llorona", por aquello de la debida confidencialidad y para tener la excusa para hablar de la impactante reinterpretación a dúo con Fuel Fandango del clásico mexicano) y en cuanto tuve la ocasión de hablar con él, le pedí que se hiciera una foto conmigo para enseñársela a mi amigo.

¿Qué puedo hacer por ti? podría haberme preguntado mi amigo cuando le escribí y le hablé de aquel encuentro, pero en lugar de eso lo que me dijo fue que él también había tenido ocasión de conocerle... Y eso fue tan inesperado como que, en un disco predominantemente en castellano y plagado de sabores musicales latinos, emerjan de cuando en cuando canciones como "Two parts in one", "Tomorrow" o incluso "Don't Leave me Now", un tema que combina letras en español con estribillo en inglés. Indagando en la información sobre el disco, entendí estas influencias al descubrir que había sido grabado en Tucson, Arizona, pero para lo que no encontré explicación fue para esa extraña sensación de que los eslabones de los grados de separación estaban uniéndose de manera sorprendente.

Y aún lo hicieron más cuando, poco después, quedé con otro amigo, al que llamaré "Comanche" por su oportuno peinado mohicano, para ir a la feria del disco de coleccionismo, y le conté como había coincidido con Depedro¿Conociste a Jairo? ¡Iba conmigo al colegio en Aluche! me dijo sonriente, y aquello ya fue el colmo de la teoría del Sr Karinthy. Al volver a casa, y mientras escuchaba las optimistas y evocadoras notas de "La brisa", llegué a la conclusión de que, a riesgo de estar "Equivocado" y sin ánimo de molestar ni de resultar pesado, merecería la pena aprovechar alguno de los eslabones de este extraño fenómeno para hacerle llegar a Depedro esta humilde reseña, y conseguirlo idealmente antes de "Diciembre", porque con el invierno todo se enfría, aunque haya canciones como la del mismo nombre que nos ayuden a pasarlo de manera más agradable.

Con estos locos pensamientos en la cabeza llegué al tramo final del disco, y aún tuve tiempo de descubrir buenas canciones como "Sobre una línea" o "Running scared", y ese broche de dorada sensibilidad que es "Perfect Time" (con Russian Red) con el que cierra en todo lo alto un disco que no anda muy lejos de la perfección, y a solo unos clics en Spotify o Youtube Music de que comprobéis que estoy en lo cierto. Mientras os decidís a escucharlo, yo voy a dedicar mi tiempo libre a escuchar más discos de Depedro. Con ese objetivo, fui a Wikipedia a consultar su discografía, para comprobar estupefacto que, en toda esta cadena de eslabones y coincidencias, aún me faltaba descubrir que tiene un álbum titulado "Casualidades"... Sin duda, ese será la siguiente parada del emocionante viaje a través del universo Depedro.

viernes, 29 de marzo de 2019

El disco de la semana 121: Depedro - Todo va a salir bien






Me han asignado la difícil tarea de hablar de un disco y un intérprete de los que conocía poco o nada hasta el momento de escucharlos. Están sonando las últimas notas de "Miguelito", última canción del disco, y acabo de superar el síndrome de la "hoja en blanco" diciéndome a mí mismo que "Todo va a salir bien".


Hablamos de un disco "aniversario", celebración de 10 años publicando trabajos, y sin embargo en lo que se refiere a Depedro yo debo haber hecho un "Walt Disney", un estado de aparente hibernación que, por una razón u otra, me ha llevado a desconocer su trayectoria y sus canciones. Pero esta privación sensorial afortunadamente ha terminado hoy con las primeras notas de "Hombre Bueno", canción de sonido cuidado y toques de cantautor, en la que la sección de viento le da un leve toque a blues. Como curiosidad, contiene la frase que da título a esta colección de canciones.

Hablamos también de un disco recopilatorio, sin llegar a serlo realmente porque las canciones han sido interpretadas y grabadas de nuevo en semi-directo (la banda tocando en directo pero sin público y haciendo varias tomas de cada canción) en el Estudio Uno de Colmenar Viejo durante dos días completos, y porque incluye algunos temas nuevos como la pintoresca "Flores y Tamales", a medio camino entre la canción de autor y una tonada de tintes cubanos.

Y sobre todo hablamos de un disco de "duetos", de canciones revisitadas con colegas de profesión, como la magnífica "Déjalo ir", acompañado de Coque Malla, que ya sabe lo que es hacer un disco en parecidas circunstancias con su disco "Mujeres", que coincide bastante con este disco en metodología de grabación y en contenido (canciones revisitadas en directo y con una larga lista de invitados).


Y larga es también la lista de colaboradores / colegas invitados a participar para que "todo vaya bien": Luz Casal, Santiago Auserón, Fuel Fandango, Izal, Amparanoia, Amparo Sánchez, Camilo Lara, Vetusta Morla o el ya mencionado Coque Malla prestan sus voces y su talento para aportar un toque diferente a las grandes canciones de Depedro.

El toque a canción de autor y el tono melancólico se mantienen presentes en temas como "Tu mediodía" o "Como el viento" (dónde hace su aparición estelar Santiago Auserón).


Tras un breve pero intenso recorrido por "Panamericana", la carretera de 48.000 km que une Buenos Aires y Alaska, aún me quedan fuerzas para seguir el camino de la mano de una Luz Casal que es pura emoción en la voz en "Te sigo soñando", uno de los momentos cumbre del disco.

Y el viaje sigue, del toque country de "La memoria" al regusto popular de "La llorona" con Fuel Fandango, para llegar a la orilla del segundo tema nuevo de esta colección: "Por qué, cómo y cuándo". La vuelta al formato colaboración nos trae a la palestra a Vetusta Morla. El tema "Diciembre" tuvo el privilegio de ser el tema de lanzamiento, sabia elección porque es una de las mejores canciones del disco. 

Con "Vidas autónomas" se cierra el capítulo de los temas nuevos, pero es el primero de éstos en los que tienen cabida las colaboraciones, por partida doble con la presencia de Camilo Lara y Amparo Sánchez (Amparanoia). Le sigue una correcta "¿Hay algo ahí?" para la que la única respuesta posible es: "Claro, hay un saxofón al final del tema que es una maravilla". Casi sin respiro arranca otro gran tema de la mano de Izal, soplando fuerte para que se muevan en el horizonte las "Nubes de papel".

Y montado en una nube (de papel) he llegado al final del disco, al momento y la canción con los que comenzaba esta reseña (Están sonando las últimas notas de "Miguelito", última canción del disco y acabo de superar el síndrome de la "hoja en blanco"...).

Desconozco si Depedro tuvo, en alguno de los 10 años de carrera que resume este disco, ese dificil momento en el que las ideas y las palabras no salieron ante la hoja en blanco, antes de empezar a crear alguna de estas grandes canciones. Si le ocurrió, es evidente que lo superó animándose a sí mismo con un contundente "Todo va a salir bien".