Dentro del #MesRoryGallagher que acabamos de iniciar, llega el turno de Deuce (1971), su segundo álbum de estudio, publicado en Polydor Records tan solo seis meses después de Rory Gallagher, su disco de debut. Pese a que las primeras críticas no fueron del todo positivas por la calidad de la producción, es uno de los discos que, con el tiempo, se ha ganado su sitio privilegiado entre los mejores discos del genial guitarrista irlandés, que ante las críticas alegó haber buscado un sonido más crudo que en la primera de sus entregas.
En Deuce encontramos influencias de Jimi Hendrix y Led Zeppelin, pero también de los grandes del blues y el folk de raíces americanas, en una nueva demostración de talento y versatilidad musical al alcance de muy pocos. El disco arranca con Used to be, uno de los platos fuertes del disco, con guitarras a la altura del mejor Page o el mencionado Hendrix. Tras la descarga de decibelios inicial, el disco pone rumbo hacia orillas más tranquilas con el folk acústico de I'm not awake yet y las influencias de Dylan en Don't know where i'm going y la alternancia entre el rock y los pasajes melódicos de Maybe I will.
En Out of my mind hay una vuelta al tono americano y acústico de algunas canciones del disco, con toques country y sabor a música tradicional. Y ahí podía haber quedado la cosa, pero para ser completamente excelso, a este disco le faltaba la guinda de Crest of a wave, con un riff de guitarra y un ritmo que la convierten en una obra maestra, y que le da a Deuce el espaldarazo definitivo hacia la cresta de la ola, antes de romper con fuerza en la playa de los discos imprescindibles. El oleaje nos trajo también la sorpresa de Persuasion, un tema inédito en la reedición en CD de 1999, que no solo no desmerece, sino que suma quilates al conjunto como la joya inesperada y brillante que es.
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