El disco de la semana 57 de nuestra gran aventura en
7dias7notas tiene un sentido especial para mí, fue un descubrimiento bastante tardío, y a día de hoy sigo lamentando que tardara tanto en descubrir a
Rory Gallagher. Me bastó con ver los primeros treinta segundos del tema
Do You Read Me (
Rock goes to college, 1979) en Youtube, para caer rendido a sus pies.
Es por eso mi lamento por no haberle conocido antes, me había estado perdiendo su música durante mucho tiempo y eso era inconcebible. Puede que una de las razones de descubrirle tarde fuera que su nombre no suele aparecer casi nunca en los medios, quizá porque jamás le interesó, ni publicó un single de éxito cómo así le suplicaban las discográficas. Le interesaba hacer música de calidad y compartirla en el escenario, se debía a su público. Fue de los pocos artistas irlandeses que, en pleno conflicto de su país, se resistió a abandonarlo, de hecho solía tocar en puntos calientes como Belfast, y cuando lo hacía, durante el tiempo que duraba su actuación, cesaban los ruidos de las explosiones y los disparos. Durante ese rato sólo había música, su música.
Rory, además de aprender a tocar la guitarra de forma autodidacta, también aprende y toca con gran habilidad armónica, saxo, sitar, mandolina, banjo y dobro, entre otros. Sus padres le ayudaron a hacerse con la mítica guitarra Fender que le acompañó toda su vida, y a su madre le dijo que no se preocupara por el dinero que costaba aquella guitarra pues, con ella, el mismo podría hacer las partes rítmicas y las solistas, sin tener que llevar otro guitarrista y ganar así más dinero para amortizarla antes.
Con 18 años funda
Taste, un power trío (guitarra, bajo y batería) de gran talento, con el que llegaría a tocar en el mítico Festival de la
Isla de Wight en 1970, compartiendo cartel con gente de la talla de
Jimi Hendrix, Miles Davis, Leonard Cohen, The Who, Emerson Lake & Palmer, The Moody Blues, The Doors o
Sly Stone entre otros. En su etapa en
Taste aprendió muchísimo del negocio, tras acabar harto de dar conciertos y hacer giras, para no tener casi dinero y seguir usando viejos equipos de sonido, mientras los que estaban a su lado se forraban a su costa. Ese año, 1970, el manager de
Taste y los otros dos componentes del grupo quieren dar una dirección al grupo a la que Rory se niega, decidiendo disolver el grupo para empezar su carrera en solitario, y renunciando a una importante suma de dinero a cambio de tener el control de su música y decidir cuándo, cómo y qué hacer con ella.
Como comenté antes, es cierto que a Rory le descubrí tarde, pero el destino es caprichoso, y justo en aquella época en la que yo estaba conociendo a Rory me enteré de que mi queridísimo amigo
Nevermind se tenía que trasladar unos meses a Londres por tabajo. Se me ocurrió entonces pedirle que, durante su estancia, se pateara las tiendas de discos de la ciudad, en busca de vinilos de Rory. Es cierto que podía haberlo hecho aquí en Madrid, pues tiendas de discos no faltan, pero quería matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, me parecía bonita la idea de comprarlos allí, en las islas, cerca de la tierra natal de Rory, y no había duda de que
Nevermind respondería afirmativamente y sin pensarlo, porque rebuscar en las tiendas de discos es uno de sus grandes hobbies. Por otro lado, conseguiría que también él sucumbiera a los encantos de Rory, según fuera buscando discos e indagando sobre él en Londres. Y no me equivoqué.
Gracias a su inestimable colaboración, pude hacerme con un buen puñado de vinilos de
Rory Gallagher importados de las islas británicas. Es por esto que le pedí, nuevamente, su colaboración para hacer esta reseña, para que relatara lo que para él supuso esta búsqueda.
Nevermind accedió una vez más gustoso, y aquí está su relato de aquellos momentos:
"Sarna con gusto no pica. Así que cuando Jorky me pidió que, aprovechando mi estancia en Londres, buscara vinilos de Rory Gallagher, no me supuso ningún problema lanzarme a la caza y captura de todo lo que pudiera encontrar de un guitarrista al que no conocía, pero sí que puedo contar que aquello generó algunos momentos anecdóticos, además de reconocer que lo que sí me picó fue la curiosidad por conocer más sobre la música de Rory, y eso me hiciera llegar hasta el gran disco que es "Tattoo", protagonista de esta reseña.
Recién llegado, en apenas unos días descubrí que había una tienda de
discos en Portobello, llamada Honest Jon's Records, a tan sólo unos minutos andando de mi casa en Londres. Decidí que esa seria la primera parada del viaje, y una tarde al volver del trabajo paré en la tienda. Fruto de mi excitación por el momento, entré deprisa y no reparé en que la inmensa mayoría de los discos eran de artistas afroamericanos, y en concreto la tienda estaba especializada en música jamaicana. Así que cuando pregunté: ¿Tenéis discos de Rory Gallagher?, el encargado de la tienda me miró muy sorprendido antes de darme un sonoro "no" por respuesta. De vuelta hacia la salida, escuchando reggae por los altavoces del equipo de música de la tienda, entendí su cara de sorpresa hacia mi petición.
Posteriores visitas a otras tiendas de discos fueron más fructíferas, entre ellas la de la tienda de discos de la calle Berwick, famosa por la portada del disco "What's the Story (Morning Glory) de Oasis, casualmente otros Gallagher, aunque muy alejados del gusto de Jorky y del estilo musical de Rory Gallagher. En ésta y otras tiendas, como el Café Vynil, los puestos de Portobello Market y otras tiendas de segunda mano de Nothing Hill, fui recolectando durante cuatro meses discos de Rory para Jorky, y otros discos para mí, con lo que el volumen de discos apilados en la casa de Portobello empezó a crecer de manera alarmante, para la capacidad disponible en las maletas de regreso.
La solución fue hacer packs de discos y repartirlos en las maletas de los amigos y familiares que vinieron de visita, así que los discos de Rory Gallagher viajaron en diferentes maletas, aviones y momentos, como los directivos de la Coca-Cola. Ya en España, unifiqué todo el botín y le pasé a Jorky sus discos. No esperaba nada a cambio, pero poco tiempo después Jorky me regaló un ejemplar de Tattoo en vinilo. A partir de ahí sólo hubo un camino, el de convertirme yo también en fan de este increíble guitarrista."
Y así llegamos al que fue el disco recomendado de la semana 57 de la aventura de
7dias7notas,
Tattoo, cuarto álbum de estudio en solitario de
Rory y publicado en noviembre de 1973. disco donde además de blues rock, podemos encontrar temas con matices jazz, folk, el blues del Delta ó incluso el country, demostrando una amplia versatilidad musical.
Para la grabación de este disco
Rory contó con su inseparable bajista
Gerry McAvoy,
Rod De'Ath a la batería y
Lou Martin a los teclados y el acordeón.
El disco que abre con la magnífica pieza
Tattoo'd Lady, tema que arranca con unos primeros 20 segundos hipnóticos de sonidos misteriosos que dan paso al sonido de un acordeón que abre este maravilloso tema donde
Rory refleja su amor por la vida de feria. Continua con
Craddle rock, el tema más pesado y cañero del disco con unos riffs más que contindentes, y que compuso inspirado por el hecho de haber nacido en el
Hospital Rock de Ballyshannon, Irlanda Y es que el destino ya le había marcado el camino que
Rory seguiría, el camino de la música. En
20/20 Vision nos encontramos con un delicado y magnifico tema acústico a medio camino entre el folk y el boogie donde
Rory nos transmite toda su sensibilidad.
They Dont' Make Them Like You Anymore, canción donde
Rory usa el
bouzouki, el cuál es un instrumento popular en Grecia, de la familia del laúd, con un cuerpo redondo que tiene su parte superior plana y con un cuello largo con diapasón y trastes. El
bouzouki que utilizó pertenecía al músico griego
Manolis Chiotis, del cuál
Rory era un gran admirador. Tema donde los matices de jazz, rock y blues no paran de entremezclarse durante todo el tema.
Livin' Like A Trucker, otro tema de corte más rockero, virando incluso hacia la psicodelia, y donde
Rory no deja de jugar con la wa wa durante todo el tema.
Abre la cara B del disco
Sleep On a Clothes-Line, tema con contundentes riffs bluseros y cargado de matices y sutilezas increíbles de
Rory con la guitarra.
Who's That Coming, tema que nos traslada a la América profunda con el
slide guitar y la armónica, y es que
Rory era un auténtico maestro en el arte del
slide. El disco va mostrándonos el final con el penúltimo tema
A Million Miles Away, para mí una auténtica obra maestra llena de sentido y sensibilidad, donde
Rory entona unos tristes versos que junto con los fraseos de su guitarra crean una maravillosa atmósfera que hará que no queramos que este tema acabe nunca. Y cierra el disco
Admit It, tema de rock sureño, parece que hubiera nacido y se hubiera criado en el epicentro del rock sureño, porque lo borda.
Tatto es un disco imprescindible y recomendable que hay que escuchar una vez al menos en la vida, como también es más que recomendable escuchar toda la discografía de
Rory pues por mucho que ha buscado aquí el que les escribe no le ha encontrado un disco malo, y es que no lo tiene.
Donal Gallagher junto a la estatua
de su hermano Rory