jueves, 21 de agosto de 2025

1694.- Fat Bottomed Girls - Queen



Incluida en el álbum "Jazz" de 1978, “Fat Bottomed Girls” es una celebración descarada y divertida sobre las curvas femeninas a la altura del gamberrismo del "Ellos las prefieren gordas" de La Orquesta Mondragón. Escrita por el guitarrista Brian May, la canción combina el glam rock característico de Queen con un toque de blues rock, y se caracteriza por su poderoso riff de guitarra y su cadenciosos pero contundente ritmo.

La letra, cantada con la intensidad y el entusiasmo habituales de Freddie Mercury, es una oda a las mujeres con curvas, rompiendo con los estándares de belleza convencionales. Aunque ha sido objeto de controversia por su tono provocador, también ha sido reivindicada como una canción que celebra la sensualidad sin complejos.

Musicalmente, el tema destaca por su producción robusta, con guitarras pesadas y coros épicos que le dan una sensación de himno operístico. La interacción vocal de Mercury y las guitarras de May son impecables, mientras que el bajo de John Deacon y la batería de Roger Taylor aportan la profundidad rítmica que le da cuerpo a la canción por encima de su aparentemente ligero y provocativo mensaje: "Las chicas de culo gordo son las que hacen que este jodido mundo gire".

miércoles, 20 de agosto de 2025

1693 - The Residents - Constantinople


1693 - The Residents - Constantinople

En 1978, The Residents publicaron el álbum Duck Stab/Buster & Glen, una de las obras más accesibles —si es que ese adjetivo cabe en su universo— de su carrera. Entre sus canciones más emblemáticas se encuentra "Constantinople", un tema que condensa en apenas dos minutos y medio toda la esencia de la banda: un surrealismo sin concesiones, un sentido del humor retorcido y un enfoque radicalmente experimental del pop.

Desde el primer segundo, la canción se adentra en un terreno desconcertante. Un ritmo percusivo seco y minimalista actúa como base, acompañado de sonidos electrónicos agudos y efectos extraños que parecen salidos de una grabación casera distorsionada. Sobre ese colchón, la voz nasal y exagerada del cantante —probablemente The Singing Resident, cuyo timbre se ha convertido en una marca registrada— recita y canta de forma entrecortada, con un fraseo que parece más un diálogo teatral que una interpretación musical convencional.

La letra es tan críptica como la música. The Residents nunca han buscado narrar historias de forma directa; en "Constantinople" juegan con la evocación de una ciudad histórica que, más que representar un lugar concreto, funciona como metáfora de un estado mental o un mundo alternativo. Las frases fragmentadas y aparentemente absurdas generan una sensación de misterio, reforzada por el carácter casi hipnótico de la instrumentación.

Uno de los rasgos más fascinantes del tema es su economía de recursos. No hay un arreglo complejo ni capas de producción lujosas: todo está reducido a lo esencial, y sin embargo el resultado es extremadamente rico en texturas. Cada golpe de percusión, cada sonido extraño, parece colocado con precisión quirúrgica para crear un ambiente de extrañeza total.

Musicalmente, "Constantinople" encarna el espíritu avant-garde de The Residents: la voluntad de romper con cualquier estructura convencional del pop o el rock. Aquí no hay un estribillo que se repita para atrapar al oyente; en cambio, la canción avanza como una pequeña pieza de teatro sonoro, con cambios inesperados y silencios que funcionan como parte de la narrativa.

Su impacto radica en la manera en que logra ser memorable sin depender de las herramientas habituales de la música popular. Esa mezcla de absurdo, humor y rareza convierte a "Constantinople" en un clásico de culto dentro de la discografía del grupo. Para muchos, es la puerta de entrada perfecta al universo de The Residents: lo suficientemente breve y rítmica como para enganchar, pero lo bastante extraña como para dejar claro que aquí las reglas son otras.

"Constantinople" no es solo una canción: es una pequeña obra de arte conceptual disfrazada de pieza pop, un viaje sonoro que condensa el espíritu irreverente y visionario de The Residents.
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Daniel 
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martes, 19 de agosto de 2025

1692.- September - Earth, Wind & Fire

 

September, Earth, Wind & Fire


     Hay canciones que además de sonar, se sienten, canciones que son capaces de transportarnos, y September de Earth, Wind & Fire es una de ellas. Desde su lanzamiento en 1978, esta joya del funk y el disco se convrtió en toda una oda a la alegría, un rayo de sol en forma de música que iluminaba y sigue iluminando bodas, fiestas y reuniones casi cinco décadas después. Nos encontramos a finales de los 70, una época donde la música disco reinaba, pero comenzaba a mostrar señales de agotamiento. Earth, Wind & Fire, liderados por el visionario Maurice White, quería que su música fuera más que entretenimiento: "debía elevar el alma, unir a las personas", y September, escrita por White, Al McKay y Allee Willis, quería reflejar precisamente eso.

La canción nació en un momento de pura inspiración. Allee Willis, una compositora que trabajaba con la banda por primera vez, recordaba cómo Maurice White le transmitía una energía casi cósmica mientras trabajaban en el estudio. Aunque se ha especulado mucho al respecto, la fecha del "21 de septiembre" no tiene un significado literal. Willis explicó que simplemente sonaba bien, que el ritmo de las sílabas encajaba perfectamente con la melodía. Hay quien define la canción como "obra maestra de precisión y exuberancia", con lo que estoy totalmente de acuerdo. Los metales brillan como rayos de sol, la línea de bajo de Verdine White palpita como el corazón de una fiesta, y las armonías vocales, lideradas por Maurice y Philip Bailey, son puro terciopelo. La guitarra rítmica de Al McKay aporta un groove contagioso, mientras que la batería mantiene todo en movimiento, como si la canción misma estuviera bailando. Es imposible quedarse quieto cuando suena esta canción.

Lo que hace que September sea tan importante y popular es su capacidad para unir generaciones. Earth, Wind & Fire siempre buscó un mensaje de unidad y positividad, September no discrimina, invita: es para el que baila en una discoteca en 1978, para el que la escucha en una boda en los 90, o para el que la descubre en una playlist en 2025, es una canción por la que no pasa el tiempo, nunca envejece. La letra es sencilla pero poderosa, habla de amor, de recuerdos, de noches que no queremos que terminen. La nostalgia invade la canción, como si todos hubiéramos vivido ese septiembre, aunque no podamos señalarlo en un calendario. La canción fue incluida en el álbum recopilatorio The Best of Earth, Wind & Fire, Vol. 1, y su lanzamiento como sencillo en 1978 la catapultó al número 8 en la lista estadounidense Billboard Hot 100 y al número 1 en la lista de R&B de dicho país.

lunes, 18 de agosto de 2025

1691.- Hong Kong Garden - Siouxsie & The Banshees

 

Hong Kong garden, Siouxsie & The Banshees


     En 1978, en plena ebullción del punk en Londres, Siouxsie and the Banshees irrumpieron con Hong Kong Garden, un sencillo con la típica energía cruda del punk, pero con un toque exótico. Este single supuso el debut discográfico de la banda y se convirtió en un referente de la era del post-punk, fusionando rebeldía, sofisticación y un toque de misterio oriental. Los origenes de la canción los encontramos en una composición titulada People Phobia, y que fue compuesta por el guitarrista John McKay en 1977. La banda la escuchó por primera vez en un autobús de gira. People Phobia finalmente fue lanzado en 2025 en CD a través del sitio web oficial de McKay.

Hong Kong Garden tiene raíces en un lugar tan cotidiano como inesperado: un restaurante chino en Chislehurst, Kent, llamado Hong Kong Garden. Siouxsie Sioux, la carismática vocalista de la banda, quedó impactada por este lugar, pero también indignada por un episodio racista que allí sucedió. Un grupo de skinheads acosaba al personal del restaurante, un incidente que inspiró a Siouxsie a canalizar su rabia en una canción que combinara exotismo con una velada crítica a la intolerancia. En la Inglaterra de finales de los 70, marcada por tensiones raciales y el auge de movimientos como el National Front (partido político de extrema derecha y fascista del Reino Unido), aquella experiencia marcó profundamente a la banda, formada por Siouxsie, Steven Severin (bajo), John McKay (guitarra) y Kenny Morris (batería).

La canción tomó forma durante las primeras sesiones de la banda en 1977, cuando se batían el cobre en la escena punk londinense. Sin embargo, Hong Kong Garden fue más allá de las limitaciones del punk puro. El riff de guitarra inicial, creado por McKay, se inspiró en una escala pentatónica que recuerda melodías orientales, un guiño a la cultura asiática. Este riff, combinado con el ritmo galopante de Morris y el bajo de Severin, crea un hipnótico ritmo que transporta al oyente, y la voz de Siouxsie, alternando entre susurros y proclamas, dan a la canción un aire de dramatismo. Siouxsie quería abordar el racismo que había presenciado sin caer en un discurso panfletario, optando por una lírica que juega con la fascinación por lo exótico mientras señalaba las actitudes xenófobas de la época. Esta sutileza lírica, combinada con la teatralidad de Siouxsie, dio a la canción una profundidad que fue más allá del punk.

Grabada con el productor Steve Lillywhite, fue lanzada el 18 de agosto de 1978 y alcanzó el número 7 en las listas británicas, un logro notable para una banda sin contrato inicial. El sencillo capturó la atención por su fusión de punk, pop y elementos orientales, ofreciendo un sonido fresco que contrastaba con la agresividad cruda de otras bandas punk. La producción pulida de Lillywhite permitió que la energía visceral de la banda brillara sin perder su filo, mientras que la presencia escénica de Siouxsie, con su maquillaje teatral y estilo andrógino, consolidó su imagen como ícono de la naciente subcultura gótica.

domingo, 17 de agosto de 2025

1690 - Kate Bush - Hammer Horror


1692 - Kate Bush - Hammer Horror

En 1978, Kate Bush acababa de sacudir la escena musical con su debut The Kick Inside. Pero en lugar de ir por lo seguro, decidió dar un giro más oscuro y teatral con Lionheart, su segundo álbum. De ese disco salió “Hammer Horror”, un sencillo que, aunque no llegó a ser un gran éxito en listas, se convirtió en una de las piezas más curiosas y cinematográficas de su carrera.

El título ya es toda una declaración: hace referencia a la mítica productora británica Hammer Films, responsable de películas de terror góticas protagonizadas por figuras como Christopher Lee o Peter Cushing. Aquellos filmes, con sus atmósferas sombrías, castillos embrujados y dramatismo exagerado, sirvieron como telón de fondo para que Kate Bush creara su propia historia de miedo… con un toque muy personal.

La canción cuenta la experiencia de un actor que debe sustituir a su amigo en el papel principal de una obra de terror. El problema: su amigo ha muerto recientemente, y parece que su espíritu no está nada contento con que alguien ocupe su lugar. La narración, más que un simple relato de fantasmas, explora sentimientos de culpa, miedo y obsesión.

Musicalmente, “Hammer Horror” es puro teatro en formato pop. La producción mezcla sintetizadores, guitarras y una base rítmica sólida con arreglos orquestales que recuerdan a las bandas sonoras de las películas de terror clásicas. El resultado es un sonido elegante pero inquietante, como si estuviéramos escuchando la escena final de un filme donde algo terrible está por ocurrir.

Y si hablamos de dramatismo, no podemos pasar por alto la interpretación vocal de Kate Bush. Cambia de tono con una facilidad impresionante: un momento canta con dulzura, al siguiente su voz se eleva como un grito contenido. Es como si interpretara cada línea con la intensidad de una actriz en pleno escenario, reforzando la sensación de estar ante una historia viva.

Cuando salió, “Hammer Horror” no alcanzó el impacto comercial de sus primeros sencillos. Sin embargo, con el tiempo ha ganado un lugar especial entre los seguidores de Kate Bush. Es una de esas canciones que no se escuchan de fondo: exige atención, invita a imaginar la historia que cuenta y nos transporta directamente a un escenario iluminado por luces dramáticas, donde la música y el cine se dan la mano.

Hammer Horror” es un recordatorio de que Kate Bush nunca fue una artista que siguiera las reglas del pop. Desde el inicio de su carrera, apostó por la originalidad, mezclando música, teatro y narrativa visual para crear mundos propios. Quizá no fue su mayor éxito, pero sin duda es una de sus obras más fascinantes para quienes aman las canciones que parecen pequeñas películas.

Daniel 
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sábado, 16 de agosto de 2025

1689.- Don't Stop Me Now - Queen

 

Don't Stop Me Now, Queen


     En 1978 Queen lanzó una canción que se convertiría en un himno de libertad: Don't Stop Me Now. Escrita por Freddie Mercury y publicada en el álbum Jazz, esta canción revela toda la esencia de un artista en su apogeo creativo y personal. La historia de Don't Stop Me Now se remonta a un momento de plenitud en la vida de Freddie Mercury. El cantante y compositor estaba viviendo un período de intensa liberación personal, explorando su identidad y disfrutando de la libertad que le brindaba su éxito, y esta efervescencia se plasma en la letra, que describe a un hombre que se siente como una estrella fugaz, imparable, viajando a la velocidad de la luz. La canción fue escrita en un arrebato de inspiración, con Mercury tocando el piano en los estudios Mountain de Montreux, Suiza, donde Queen grabó gran parte de Jazz. Musicalmente es un tempo rápido con un ritmo contagioso y una melodía que parece despegar hacia el infinito.

La canción es una fusión perfecta de pop, rock y elementos teatrales, con el piano de Mercury como columna vertebral. La guitarra de Brian May está más contenida que en otros temas de Queen, pero entra en momentos clave, y la sección rítmica, con John Deacon en el bajo y Roger Taylor en la batería, impulsa la canción con una energía constante, mientras que los coros, marca registrada de Queen, le dan al tema un aire de grandiosidad. Mercury grabó múltiples pistas vocales para crear una armonía rica, un recurso que eleva la canción a un nivel casi operístico.

La letra es sencilla, todo un canto a la autonomía y al gozo desenfrenado. Sin embargo, hay quien sugiere que la canción tiene un trasfondo agridulce. Mercury, en plena exploración de su vida nocturna y su sexualidad, canalizó en la canción una mezcla de euforia y desafío frente a las normas sociales de la época. La canción no obtuvo un gran éxito inmediato en Reino Unido (alcanzó el número 9 en las listas), pero su popularidad creció con los años, ayudando también el hecho de ser usada en multitud de películas, anuncios y eventos deportivos. Don't Stop Me Now es más que una canción, es una invitación a vivir sin restricciones, a abrazar la vida con la misma pasión que Freddie Mercury derrochaba en cada nota.

viernes, 15 de agosto de 2025

Disco de la semana 443 Sui Generis – Confesiones de Invierno (1973)


Disco de la semana 443
Sui Generis – Confesiones de Invierno (1973)

"Un retrato poético y encriptado de la juventud argentina de los 70" 

En agosto de 1973, el dúo argentino Sui Generis, integrado por Charly García y Nito Mestre, lanzó su segundo álbum de estudio: "Confesiones de Invierno". Producido por Charly García y Jorge Álvarez, grabado en los estudios RCA Victor y Phonalex, este trabajo significó un paso firme hacia una mayor complejidad musical y lírica.

Lejos de limitarse al folk intimista que los había caracterizado, el disco combina melodías delicadas con arreglos más elaborados: cuerdas, vientos, teclados, bajo y percusiones enriquecen el sonido. Pero el corazón de la obra está en sus letras, que se mueven entre la confesión personal, la observación social y la crítica velada, en una época en que decir demasiado podía costar caro.

Canción por canción

Cuando ya me empiece a quedar solo
La apertura del disco es íntima y melancólica. Nito Mestre canta sobre el aislamiento emocional y la inevitabilidad del paso del tiempo, como si anticipara una soledad que aún no ha llegado. El acompañamiento de guitarra y flauta crea un clima de cercanía, como si el oyente escuchara un diario personal recitado al oído.

Bienvenidos al tren
Alegre en apariencia, pero con un trasfondo misterioso. La letra invita a un viaje en tren, que algunos interpretan como una metáfora de la evasión, de subirse a un camino distinto al de la mayoría. La base rítmica marcada y los arreglos de teclado le dan un aire optimista, aunque su sentido oculto sugiere la idea de escapar de un entorno opresivo hacia un lugar incierto.

Un hada, un cisne
Aquí Sui Generis se adentra en lo onírico. La letra mezcla imágenes etéreas con una estructura musical de tintes progresivos: cambios de ritmo, acordes inusuales y un piano que dialoga con arreglos de cuerdas. Es como entrar a un cuento surrealista donde lo bello y lo extraño conviven.

Confesiones de Invierno
La canción que da título al disco es una confesión desnuda. Narra la pobreza, los días grises y los recuerdos que persisten. El “invierno” no es solo una estación, sino una metáfora de los momentos de carencia y dureza vital. El acompañamiento es austero: guitarra y voz en primer plano, reforzando el tono de diario íntimo.

Rasguña las piedras
El tema más icónico del disco y uno de los grandes clásicos del rock argentino. Su letra ambigua ha generado interpretaciones apasionadas: desde la historia de una mujer enterrada viva hasta la metáfora de un pueblo atrapado, desesperado por liberarse. La intensidad de la interpretación y el clima creado por el piano y las cuerdas hacen que la angustia se sienta físicamente.

Lunes otra vez
Aparentemente una simple queja sobre la rutina, esta canción convierte el lunes en símbolo de un ciclo sin cambios, de un sistema que mantiene todo igual. La melodía suave y la letra repetitiva refuerzan la sensación de resignación.

Aprendizaje
Un consejo hecho canción. Habla de aprender de los errores y crecer a través de la experiencia. La música es amable, optimista y ligera, con la flauta y la guitarra acústica llevando el peso melódico. Es una de las piezas más luminosas del disco.

Mr. Jones
Un rock & roll ágil que retrata a un personaje elegante y ajeno a la realidad cotidiana. Algunos lo ven como un símbolo de la burocracia extranjera o del poder desconectado de la gente. El uso del inglés y el humor ácido hacen que la crítica llegue disfrazada de simple diversión.

Tribulaciones, lamento y ocaso de un tonto rey imaginario, o no
Con este título extenso y críptico, Sui Generis crea una pieza que mezcla narración, sátira y progresiones musicales sorprendentes. El “rey” es una figura de autoridad caricaturizada, y el “o no” del título sugiere que tal vez no sea tan ficticio. La música pasa de lo suave a lo intenso, como si reflejara los altibajos del poder.

Alto en la torre
Cierre melancólico y contemplativo. Habla de soledad y de la búsqueda de respuestas, con imágenes líricas que evocan encierro y observación desde lo alto. La flauta y la voz crean un clima casi medieval, una despedida que no suena definitiva sino pausada.

Un lenguaje en clave. En 1973, la libertad de expresión en Argentina estaba condicionada por la vigilancia política. Muchos artistas recurrían a símbolos y metáforas para decir más de lo que parecía. Confesiones de Invierno está lleno de estos recursos:

Bienvenidos al tren puede aludir a un escape colectivo, no solo a un viaje literal.

Rasguña las piedras funciona como grito de libertad encriptado.

Lunes otra vez refleja un sistema repetitivo e inmutable.

Mr. Jones ridiculiza a figuras de poder ajenas al pueblo.

Tribulaciones… es una parábola sobre líderes autoritarios disfrazada de fábula.

Confesiones de Invierno convierte una estación en símbolo de precariedad y resistencia.

Este doble lenguaje permitía que las canciones se difundieran sin ser censuradas, pero que quienes sabían leer entre líneas encontraran mensajes más profundos.

Impacto y legado

El álbum fue recibido con entusiasmo. La presentación en el Teatro Ópera en octubre de 1973 fue un evento multitudinario y consagratorio. Las críticas destacaron la calidad de las letras, la riqueza instrumental y la química vocal entre García y Mestre.

Con el tiempo, Confesiones de Invierno se convirtió en un clásico que atraviesa generaciones. Sus canciones no solo sobreviven por su belleza melódica, sino por su capacidad de capturar un momento histórico y transformarlo en arte atemporal. Es un disco que se puede escuchar como un viaje íntimo, pero que también puede leerse como un documento en clave sobre la juventud, la libertad y la resistencia en tiempos complejos.

Daniel 
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1688 - Queen - Jealousy


1688 - Queen - Jealousy

Lanzada en 1978 como parte del álbum Jazz, “Jealousy” es una de las composiciones más delicadas y emotivas de Freddie Mercury, quien además de escribir la canción, entrega una interpretación vocal profundamente sentida. Aunque no es de los sencillos más conocidos de Queen, esta pieza se distingue por su atmósfera íntima y su carácter casi confesional, alejándose de los arreglos grandilocuentes y la energía rockera que suelen caracterizar al grupo.

Desde sus primeros compases, “Jealousy” establece un tono introspectivo. El elemento central es el piano de Mercury, que guía la melodía con acordes suaves y un ritmo pausado, acompañado de una sección rítmica discreta pero efectiva, con John Deacon en el bajo y Roger Taylor en la batería aportando un soporte sutil. Brian May, por su parte, añade un matiz singular: en lugar de su característico sonido de guitarra eléctrica, utiliza una acústica con cuerdas de nylon, tocada de forma que imita el timbre de un sitar. Este detalle, logrado mediante técnicas de afinación y microfonía, otorga a la canción un toque exótico y melancólico.

La letra de “Jealousy” explora un sentimiento universal pero doloroso: los celos. Mercury la aborda desde un punto de vista personal, casi como una confesión íntima dirigida a una sola persona. El narrador reconoce que su inseguridad y desconfianza amenazan una relación, mezclando amor, miedo y frustración. No hay dramatismo exagerado en el texto; en cambio, se percibe una vulnerabilidad genuina, como si se tratara de un momento de sinceridad espontánea.

Uno de los aspectos más destacables es la interpretación vocal. Mercury, con su característico control y rango expresivo, logra transmitir emociones que oscilan entre la tristeza y la súplica. La manera en que su voz sube suavemente en los momentos de mayor tensión lírica y luego desciende con resignación crea un efecto narrativo que potencia el significado de la canción.

Musicalmente, “Jealousy” es minimalista en comparación con otras producciones de Queen de la época. No hay coros masivos ni cambios abruptos de ritmo; todo fluye de forma lineal, como un río que avanza tranquilo pero cargado de emociones en su corriente. Este enfoque hace que la pieza funcione como un paréntesis íntimo dentro del álbum Jazz, que por lo demás incluye temas mucho más eclécticos y energéticos como “Bicycle Race” o “Don’t Stop Me Now”.

Aunque no alcanzó gran éxito comercial —fue lanzada como sencillo en algunos países, sin figurar en listas importantes—, “Jealousy” ha ganado con los años un estatus de joya oculta para los fanáticos. Representa una faceta más vulnerable y melódica de Queen, mostrando que la banda no solo dominaba el espectáculo y la extravagancia, sino también la sutileza y la honestidad emocional.

En definitiva, “Jealousy” es un recordatorio de que, detrás del virtuosismo y la teatralidad, Queen también sabía capturar las emociones humanas más frágiles con belleza y sencillez.

Daniel 
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jueves, 14 de agosto de 2025

1687.- Bicycle race - Queen

Es una canción popular. Obviamente, es ridícula. Quizás la recuerdes como una canción tonta sobre lo bonito que es el ciclismo. ¿Pero lo es? De verdad, parece un ejercicio de escritura automática. Una mezcla de referencias culturales, ruidos, ritmos y ese toque especial. Si alguna vez hubo una canción que representara lo mejor y lo peor de Queen, probablemente fue esta, es maravillosamente experimental, es voluble, nunca descansa, tiene ganchos impresionantes, tiene un solo exagerado, se mueve entre todo tipo de estados de ánimo, te invita a cantarla, en definitiva, se pasa 3 minutos haciendo de todo. También es estúpida, irritante, tonta, pegadiza, sin sentido y todas esas otras cosas que la gente probablemente odia de Queen. No hace falta decir que me encanta. Brian dice que a Freddie en realidad no le gustaba andar en bicicleta, al parecer estaban grabando en Montreaux, y el Tour de Francia pasó, y el resto es historia. Que las letras suenen tan improvisadas debería hacerte preguntarte cómo demonios acabaron incrustadas en un montón de música tan incansablemente creativa y cambiante. En realidad, es un microcosmos. De la misma manera que un álbum promedio de Queen abarca una enorme variedad de estilos musicales, este también. El estribillo tiene dos partes contrastantes: la serena calidez de Freddie y la exigencia armonizada, que a veces se enfrentan en frases individuales. La estrofa es un anticipo depurado de números posteriores con influencias funk, con un piano estridente y dos voces en duelo. El puente es una exhalación expansiva de toda esa tensión y contraste, pero en realidad cuenta para la siguiente tanda de estribillos descontrolados, que a su vez crecen y se desvanecen al ritmo de las campanas, una masa de campanas que crece lentamente. Y estas anuncian el solo de guitarra, un escuadrón de guitarras a toda velocidad, cada una resonando hacia arriba una tras otra. La carrera misma. Claro, la estructura regresa, pero aún así, parece que la canción termina sin terminar, con una voz persistente, a mitad de otro estribillo. Hay  muchísimo que descubrir en esta cancioncita estúpida, es indignante, una idiotez compleja, una pieza bizantina de pop superficial, y es maravilloso por ello.

Queen organizó una carrera ciclista en los alrededores del estadio de Wimbledon, en Inglaterra, para promocionar el sencillo. Se contrataron sesenta y cinco modelos profesionales para competir desnudas, con efectos especiales que ocultaban la desnudez en el vídeo original; se usó una foto de la carrera en la portada del sencillo, e imágenes de la misma se usaron para el vídeo, alquilaron 65 bicicletas para la carrera. En una historia posiblemente apócrifa, pero que se repite a menudo, cuando la compañía de alquiler descubrió para qué se usaban, se negaron a devolverlas a menos que la banda pagara por asientos nuevos. El álbum contenía un póster de las mujeres en la carrera ciclista. Se omitió en algunas copias para las tiendas que no lo quisieron vender, pero los fans podían pedirlo por correo si lo deseaban. Se añadió una braguita de bikini para cubrir el trasero en la portada del sencillo, y en algunos lanzamientos estadounidenses también se añadió un sujetador.


miércoles, 13 de agosto de 2025

1686.- Germfree Adolescents - X-Ray Spex

La banda inglesa X-Ray Spex fue una de las primeras bandas de punk lideradas no solo por una mujer, sino por una mujer birracial, cuyo nombre artístico era Poly Styrene. Con Styrene al frente del grupo, X-Ray Spex trajo un mensaje y un sonido punk diferente, más expansivo e inclusivo a las masas. Nacida como Marianne Joan Elliott-Said en 1957 en Bromley, Inglaterra, de padre somalí y madre escocesa-irlandesa, Styrene comenzó su carrera musical en su adolescencia. Experimentando ya con la composición y la grabación de su propia música, en 1976 decidió formar una banda tras conocer a los Sex Pistols. La música de X-Ray Spex no era el punk rápido y agresivo que muchos de sus colegas hombres blancos de la escena creaban, en cambio, la banda ofrecía un sonido más sarcástico y socialmente consciente, con ritmo alegre y toques pop que la conectaban con la música new wave . X-Ray Spex abordaba temas como la identidad, la cultura de consumo y el rol de la mujer en las canciones que Styrene componía. Sin embargo, Styrene disolvió el grupo en 1979 porque no se sentía del todo cómoda siendo el centro de atención, especialmente con los ataques a su imagen corporal por parte de los medios y teniendo que soportar un sexismo y racismo flagrantes. El 10 de noviembre de 1978, X-Ray Spex lanzó Germfree Adolescents , un trabajo explosivo que redefinió la noción del punk rock mediante una resiliencia sincera, inconformista y alegre. El álbum se apartó de los límites del punk tradicional al incluir el saxofón como instrumento principal, a la vez que abrazaba el espíritu desenfadado del género. Poly Styrene tenía mucho que decir. Sus experiencias como una de las pocas mujeres negras que ocupaban el espacio del rock inspiraron muchas de sus críticas sobre la intolerancia, la misoginia y el consumismo desenfrenado, entre otros temas. Sus letras surgían de un deseo de transmitir libremente ideas que reflejaran su entorno, a la vez que se burlaba de las convenciones de la música punk con letras sardónicas. "Soy una impostora y no me importa... Mi fachada es solo una farsa, horror impactante, sin escapatoria".

Germfree Adolescents fue la canción principal (por alguna razón, Germfree se compone de dos palabras aquí) es la primera canción de amor del álbum, pero sigue la temática común del álbum. Los versos tratan sobre la atracción de una chica por un chico basada en su limpieza. Un aspecto interesante de la canción es que la chica ve al chico como un producto, como cualquier otra cosa del supermercado que prefiere que esté lo más limpia y estéril posible (bueno, tal vez no la parte estéril si esta pareja quiere tener hijos), pero aquí el chico está siendo objetivado y visto como una mercancía, algo que antes en el álbum les había estado sucediendo a las mujeres y chicas, se podría argumentar que es la objetivación de las mujeres y chicas y centrarse en la limpieza extrema lo que ha resultado en la objetivación del chico por parte de esta chica en particular. Supongo que tiene sentido que la canción principal del álbum resuma los temas principales del álbum como el consumismo y la artificialidad. Muestra cómo los jóvenes básicamente viven en el comercio, un mundo lleno de productos superficiales (pero, por supuesto, también esenciales) comercializados en masa, ya sean desodorantes, pasta de dientes o desinfectantes. La chica tiene una forma muy dolorosa y compulsiva de mantenerse limpia: se cepilla los dientes diez veces al día, y en la canción se satirizan productos dentales como Listerine y SR. Styrene podría ser muy exagerado en cuanto a la cantidad de cepillado, pero parece una medida extrema. La chica de la canción parece germofóbica y posiblemente tenga TOC en cuanto a la limpieza (un tema común en el TOC y que también se usa a menudo para estereotipar el trastorno, pero que también podría ser bastante doloroso y peligroso, y reducir la calidad de vida de quien lo padece). Musicalmente, es una de las canciones más lentas del álbum. También se lanzó como sencillo y fue el que más alto llegó al puesto 19 en las listas.


martes, 12 de agosto de 2025

1685.- Mis amigos donde estarán - Topo

 

Mis amigos donde estarán, Topo


     En 1979, en el corazón de la España postfranquista, nació una de esas canciones que se convirtió en el himno de una generación: Mis amigos dónde estarán de Topo. Corría 1979, y este tema, incluido en el primer LP homónimo de la banda, se grabó a fuego en la memoria de quienes vivieron aquellos días de cambio, lucha y camaradería. Topo, formado por José Luis Jiménez (bajo y voz), Lele Laina (guitarra y voz), Terry Barrios (batería) y Víctor Ruiz (teclados), emergió de las cenizas de Asfalto en 1978, tras una ruptura cargada de tensiones creativas y personales. Según confesó Julio Castejón en una entrevista de 2024 en el canal de YouTube llamado "El riff que me voló la cabeza", la salida de Jiménez y Laina de Asfalto fue por querer incluir a Terry Barrios, amigo de infancia de Laina, en la formación. Así nació Topo, y su debut, grabado en los estudios Kirios bajo la producción de Teddy Bautista, fue un puñetazo sobre la mesa del rock español. Entre los siete temas del disco, brilla especialmene Mis amigos dónde estarán, un lamento nostálgico que captura el espíritu de una juventud que soñaba con cambiar el mundo mientras apuraba copas en un bar.

La canción arranca con un riff de guitarra de Laina sencillo pero cargado de alma, el teclado de Ruiz añade un toque melancólico a la canión, y tiene un toque progresivo que recuerda a Vanilla Fudge. Mientras, la voz de Jiménez, rasgada y sincera, te lleva de la mano a un barrio donde los chicos arreglaban el mundo. La letra es un retrato crudo y poético de la vida obrera: “En Madrid, en mi barrio, en un billar / una banda de chicos, con un cigarro en la boca / arreglábamos el mundo, a golpes de futbolín”. Esos retratos de academias nocturnas, manifestaciones y palos de la policía son un eco de la transición española, un tiempo donde la libertad se peleaba en la calle y se celebraba en tugurios llenos de humo. La canción es todo un lamento por los amigos perdidos, por los que se quedaron atrapados en la rutina de una vida que les robó los sueños, y cada verso cantado por Jiménez te hace mirar atrás, a esos colegas que alguna vez formaron parte de tu mundo y ahora son solo un recuerdo borroso.

Hay que reconocer que la producción de Bautista, que fue muy criticado por intentar meter a Topo en la ola de la new wave en su segundo disco, Pret-a-Porter (1980), aquí es impecable, tiene un equilibrio perfecto entre la crudeza del rock urbano y la sofisticación de los arreglos progresivos. Sin embargo, la historia de Topo está marcada por la indiferencia de las discográficas, Chapa Discos, su sello, no supo promocionar joyas como este tema, dejando que bandas como Topo, Mezquita o Cucharada languidecieran en el olvido mediático. Y a pesar de ello, Mis amigos dónde estarán consiguió emerger. La cnación fue regrabada en 1999 con colaboraciones de pesos pesados como Rosendo, Fortu de Obús y José Carlos Molina de Ñu.

Paralos que tenemos ya cierta edad, Mis amigos dónde estarán es un viaje al corazón del conocido barrio madrileño de Vallecas, a las noches de rock y rebeldía, a los amigos que ya no están pero que siguen viviendo en cada acorde. Es el sonido de una generación que quiso comerse el mundo y, aunque no lo logró, dejó un himno para que nunca olvidemos quiénes fuimos.


lunes, 11 de agosto de 2025

1684.- Vivir Así es Morir de Amor - Camilo Sesto


Sentimientos es uno de los álbumes más destacado de Camilo Sesto, lanzado en 1978, este disco reafirma el estatus del artista como uno de los máximos exponentes de la música romántica en español. Camilo Sesto entrega una colección de canciones que combinan letras emotivas con melodías inolvidables, consolidando su habilidad para conectar con el público a través de sus interpretaciones. El álbum incluye éxitos como “
Vivir Así es Morir de Amor” y “El Amor de Mi Vida,” que destacan por sus profundas letras y la pasión en la voz de Camilo. Otros temas como “Llueve Sobre Mojado” y “Amor… Amar” muestran su versatilidad para abordar diferentes facetas del amor y las relaciones. La producción del disco es sofisticada, con arreglos musicales que varían desde las baladas suaves hasta temas con ritmos más dinámicos. “Sentimientos” es una prueba más del talento de Camilo Sesto para crear música que perdura a lo largo del tiempo, haciendo de este álbum una pieza esencial para cualquier amante de la música romántica. Sentimientos es un disco oscurecido por el sencillo que lo anticipó: “Vivir Así es Morir de Amor”, de nuevo baladas y más baladas con un cierto acento distintivo debido más a los arreglos de René de Coupoud y la coproducción de Rafael Pérez Botija que a la originalidad de las composiciones de Camilo Blanes con el órgano creativo ya un tanto desgastado de tanto usarlo.

“Vivir así es morir de amor” es una de las canciones más escuchas y bailables del artista Camilo Sesto. Trata de un amor imposible y no correspondido, de alguien que sufre y que tiene "el alma herida". Fue dedicada a alguien especial, fue escrita por el propio artista. La historia del hit de Camilo Sesto tuvo –con los años- arreglos orquestales que estuvieron de la mano de Rafael Pérez Botija. Como compositor, Camilo Sesto escribió varios temas para diferentes artistas reconocidos como Miguel Bosé, Lani Hall, Audrey Landers, Lucía Méndez, Ángela Carrasco y Manolo Otero, entre muchos otros más. Sin embargo, detrás de tanto trabajo uno de sus grandes éxitos indiscutible fue “Vivir así es morir de amor”. Probablemente, fue una creación muy emblemática. Es una canción que resume su talento, su capacidad vocal pero que además traspasó fronteras y generaciones. 


domingo, 10 de agosto de 2025

1683.- You Don't Bring Me Flowers - Neil Diamond

La historia de la canción que da título a esta cancion —y todo el disco— es peculiar, escrita como tema para una serie de televisión estadounidense, pero nunca utilizada, la canción fue grabada por separado por Neil Diamond y Barbra Streisand para sus propios álbumes. Después, cuando un DJ creó su propia versión inicial de las dos versiones, Streisand y Diamond se juntaron y grabaron "You Don't Bring Me Flowers" como un dueto. Se convirtió en un éxito rotundo y no perjudicó la carrera de ninguno de los dos artistas; también podría decirse que fue pionera del dúo de celebridades de alto perfil tan querido por Dolly Parton y Kenny Rogers , entre muchos otros. Se puede sentir la angustia en su voz al contemplar la idea de la separación, poniéndose en una posición vulnerable. Es evidente que el fracaso de esta relación recae en ambas partes, pero surge de la situación más simple. Simplemente ya no se llevan flores, una metáfora que puede significar muchas cosas. Esta canción habla de la chispa que se enciende en una relación, esencial a través de pequeños gestos, y de lo que significa cuando se deshacen.

Este álbum es una de sus mejores colecciones de pop y está lleno de una despreocupación atípica del gran hombre. Aunque la canción principal —una brillante y melancólica canción con una gran voz de Streisand— dista mucho de ser alegre, casi todo lo demás aquí parece estar pasando un momento espléndido. Forever in Blue Jeans es un sencillo maravilloso; American Popular Song logra ser épico pero también alegre, como un gorrión gigante; y hay una encantadora versión del éxito de 1965 de The Fortunes , You've Got Your Troubles. Y si bien hay una ligera inclinación hacia lo serio en Mothers and Daughters, Fathers and Sons, y la ligeramente melancólica Remember Me, eso se ve más que compensado por la extremadamente extraña The Dancing Bumble Bee/Bumble Bee Boogie, un pastiche disco que sugiere que Diamond pudo haber enloquecido brevemente. Diamond se encuentra en todo su esplendor legendario con este álbum. Abarca muchas emociones, desde el ambiente de una fiesta disco animada hasta el pisoteo de flores. Sin embargo, lo que más me intriga de este álbum es su interpretación vocal. " You Don't Bring Me Flowers" realmente plasma la voz de Diamond.  Lo he escuchado muchas veces, pero ahora por fin he descubierto qué refleja exactamente su voz. La voz de Diamond es básicamente la barba incipiente que te queda horas después de un buen afeitado. Su voz es nítida y limpia, pero con cierta aspereza. Un hombre nunca puede librarse del todo de este problema, al igual que Diamond lleva en la música toda la vida. Tampoco es posible encontrar esos pelitos de la barba, al igual que no es posible identificar con precisión la voz, las composiciones ni la longevidad de Diamond.



sábado, 9 de agosto de 2025

1682.- Can’t Stand Losing You - The Police

 


Lanzada en 1978 como parte del álbum Outlands d'Amour, “Can’t Stand Losing You” es una de las primeras muestras del estilo distintivo de The Police: una mezcla de punk, reggae y rock que rompía moldes en la escena británica de finales de los años setenta.

Escrita por el carismático y polifacético Sting, la canción aborda el dolor de una ruptura amorosa desde una perspectiva cruda y provocadora, que incluye referencias al suicidio como metáfora del sufrimiento emocional del protagonista. Esto hizo que la canción fuera polémica en su momento, y no ayudó mucho a apagar el fuego mediático que la portada del single mostrara a un hombre ahorcado.

Musicalmente, “Can’t Stand Losing You” destaca por su ritmo sincopado y la efectiva guitarra de Andy Summers, que aporta una textura aguda y repetitiva que refuerza la tensión emocional de la canción. La voz de Sting, con su tono agudo y desesperado, transmite una vulnerabilidad que contrasta con la aparente frialdad de los arreglos musicales, y la batería de Stewart Copeland es, como siempre, precisa y energética, sosteniendo el ritmo del tema con un pulso casi hipnótico.


viernes, 8 de agosto de 2025

Disco de la semana 442: Solitude Standing - Suzanne Vega


Un álbum sobre el amor, la esperanza, el asesinato, la muerte y el abuso infantil. Si esa descripción no te ha provocado una aversión inmediata a Solitude Standing, te espera una sorpresa, Suzanne Vega es más poeta que narradora, y sus letras tienen un efecto multidimensional que permite al oyente encontrar su propio significado personal en las canciones, Consigue capturar el dolor y la emoción de la vida cotidiana con una voz que implica tanto derrota como resiliencia, de hecho, su voz infantil le da una mayor intensidad a su obra, especialmente al abordar temas más sórdidos, como si sus propias palabras la hubieran afectado personalmente. Incluso cuando sus fuentes y significado lírico se vuelven demasiado profundos para el oyente casual (los contrastes mitológicos en "Calypso") o se enredan en su propia psique, su sentido de la melodía y la armonía nunca permite la desafección. Es fácil entender por qué Suzanne Vega nunca ha alcanzado el éxito que otros que han transitado por la misma senda, pero con mucho menos talento. A algunas personas no les gusta que la música sea demasiado complicada, y la de Vega puede ser tan difícil que hay que investigar algunas de sus referencias literarias para intentar entender a qué se refiere.

El álbum comienza con "Tom's Diner", una canción sencilla sobre una mujer que describe su entorno mientras toma un café en un restaurante local, la canción no tiene música, solo Suzanne cantando una melodía sencilla pero te engancha desde el principio y te hace esperar con ansias el resto del álbum, es posiblemente una de las grabaciones más importantes del siglo XX, aunque no tiene nada que ver con Vega, sí con Karlheinz Brandenburg. Probablemente no conozcas su nombre, pero fue una figura clave en el desarrollo del método de compresión de audio que ahora llamamos MP3, y fue la austera y suavemente reverberada canción a capela de Tom's Diner la que lo impulsó a completar el proyecto, que duró años, al convencerlo de que sería imposible comprimirla y que siguiera sonando tan bien, y al inspirarlo a demostrar que estaba equivocado. "Tom's Diner" se convirtió en la prueba estándar para cada nuevo refinamiento del algoritmo, es decir, esto básicamente no tiene nada que ver con este álbum, pero en cuanto a trivialidades musicales inútiles, es un éxito, ¿verdad? Por cierto, si buscas un dos por uno, el restaurante del que Vega escribía se convirtió más tarde en el hogar de todas las fotos de cafés en Seinfeld. 

El álbum continúa con el sorprendente éxito de Vega, "Luka", la canción es una narración en primera persona de la boca de una víctima de abuso infantil, básicamente abrió un nuevo mundo de gustos para el mainstream, y un nuevo mercado que las discográficas nunca antes habían explotado con la misma intensidad, Vega merece una pequeña parte del crédito por cada artista solista de rock femenina que surgió en los siguientes diez años: Alanis Morissette, Ani DiFranco, Sinead O'Conner, Tori Amos, Meredith Brooks, Sarah McLachlan, Jewel, Michelle Branch, quien sea. "Ironbound", el siguiente tema, es una descripción poética de un mercado al aire libre y de una mujer del barrio que deja a su hijo en la escuela, esta canción personifica la grandeza de Suzanne Vega, básicamente, está poniendo poesía en música y su talento te atrapa. "In The Eye" es otra narración, como todas las canciones del álbum, sobre una mujer que se enfrenta a lo que parece ser su marido maltratador. A primera vista, es la historia de una posible víctima de asesinato que se niega a huir de su atacante y promete atormentarlo: "y me grabaría en tu memoria mientras estuvieras vivo". Pero siempre he visto la canción desde una perspectiva completamente diferente, que admito abiertamente que puede tener algo que ver con mi experiencia personal. Siempre he tenido la impresión de que quien narra la historia se mira en un espejo y, por lo tanto, la canción trata sobre alguien que contempla el suicidio. Sea cual sea la perspectiva, es una de las mejores canciones de Solitude Standing.  "Night Vision" describe una escena en la que una madre cuida a su hijo asustado hasta que se duerme.

 

"Solitude Standing", fue otro gran éxito del álbum, está lleno de simbolismo y describe lo que suena como una reconciliación entre amantes lesbianas. "Calypso", es otra de mis favoritas. Calipso es hija de Atlas, vive sola en una isla, Odiseo, protagonista del poema clásico de Homero, La Odisea, se convierte en el amante de Calipso y queda abandonado en la isla hasta que su devoción y anhelo por su esposa la convencen de dejarlo ir. La canción presenta a Calipso cantando sobre su soledad mientras lo ve alejarse para siempre. El álbum continúa con dos canciones, "Language" y "Gypsy". La primera habla de cómo las palabras a veces pueden interferir en la expresión de los sentimientos. "Gypsy", como indica el título, describe el encuentro entre una mujer y su joven, hermoso y masculino amante gitano. "Wooden Horse (Canción de Caspar Hauser)", la última canción, aborda el enigma de Casper Hauser. Un hombre que aparentemente estuvo preso desde su infancia en un agujero oscuro, con solo unos caballos de madera y otros objetos sencillos como compañeros hasta los 17 años. El misterio que rodea al Sr. Hauser ha dado lugar a numerosos libros y otros escritos. La canción es lo que Vega pensó que pensaría si ella le diera voz. Más tarde se consideró que la historia debía ser totalmente falsa o estar solo parcialmente basada en la realidad, ya que cualquier desarrollo intelectual habría sido imposible en las condiciones descritas, y aun así Hauser pudo describir su difícil situación. Conociendo a Vega, más que una narración directa de la historia, debe haber algún paralelismo, pero no sé qué podría ser. Desde cualquier punto de vista, "Caballo de Madera" difícilmente podría considerarse material para las listas de éxitos. Y luego está "Language", una maravillosa reflexión sobre cómo nos comunicamos o, en realidad, cómo no logramos expresar lo que realmente pensamos y sentimos. "No volveré a usar palabras; no significan lo que quise decir. No dicen lo que dije. Son solo la corteza del significado con un mundo oculto". No tengo ni idea de cómo se pueden condensar pensamientos abstractos y astutos en una canción, pero funciona de maravilla.

 Solitude Standing consolidó la posición de Vega como la reina definitiva del pop/folk alternativo en 1987, pero esto no es folk mágico. Su voz es fría y no vibra, lo que le da a sus composiciones una atmósfera austera, gélida, pero siempre hermosa. Los elegantes sintetizadores ofrecen la misma atmósfera invernal de su debut, pero esta es mucho menos cruda y la voz de Vega es más sobria. Sus letras son, como siempre, perfectas, y este es uno de sus álbumes más potentes y consistentes. Incluso sin "Tom's Diner" ni "Luka", este álbum merecería los mismos aplausos.

1681.- Roxanne - The Police

"Roxanne" fue el primer sencillo de su álbum debut, "Outlandos d'Amour". La canción no llego a las listas de exitos en su lanzamiento original en 1978, lo cual sorprende mucho, decidieron relanzarla en 1979 y esta vez sí entró en las listas, alcanzó el puesto número 12 en el Reino Unido y el número 32 en Estados Unidos. El lugar donde se creo la canción no podía ser menos salubre, es octubre de 1977 y el grupo ha llegado a un hotel de mala muerte en París, tienen tan poco dinero que se ven obligados a compartir habitación. Afuera, en el callejón, entre la luz espeluznante de un sex shop y una librería en penumbra, las trabajadoras sexuales se pasean con sus impermeables abiertos y sus botas baratas. “Se suponía que íbamos a hacer un concierto de mierda con The Damned ”, recuerda el guitarrista Andy Summers, “y habíamos conducido París desde Holanda en mi Citroën Dyane 6. La noche anterior, cada uno tomó su camino y Sting estaba deambulando, mirando a todas las prostitutas”. La banda llegó al lugar sólo para que les dijeran que el espectáculo había sido cancelado y que The Damned "se habían ido de regreso a Inglaterra". Sin embargo, no fue un viaje en vano. Inspirado por un póster de la obra de Edmond Rostand, Cyrano de Bergerac, que se desprendía de la pared del vestíbulo del hotel, Sting "tuvo la idea de una canción que tocó como una bossa nova con una guitarra de cuerdas de nailon". Roxanne, el objeto del deseo no correspondido de Cyrano en el relato de Rostand, le dio un nombre a Sting. El resto surgió de la escena en el callejón. «Era la primera vez que veía prostitución en las calles, y esas chicas eran realmente hermosas», explicó Sting en 1981. «Tenía una melodía dando vueltas en la cabeza y me imaginaba enamorado de una de esas chicas». Fue el baterista Stewart Copeland quien sugirió convertirlo en un tango. "Empezamos a experimentar", dice Summers, "y se nos ocurrió algo donde yo podía tocar cuatro por compás, Stewart le puso ese toque de reggae y Sting cambió la posición de los bajos. Lo terminamos en una tarde".


"Roxanne" convirtió a The Police en superestrellas, pocas bandas hacían canciones con ritmo de tango, y mucho menos una sobre estar enamorado de una prostituta, fue esa musicalidad original la que sacó al grupo del anonimato y lo llevó al escenario mundial. Sin embargo, ese cambio no se produjo de la noche a la mañana. La BBC se negó a permitir la emisión de la canción. El grupo intentó sortear la situación colocando carteles con la inscripción "Prohibido por la BBC", con la esperanza de despertar cierto interés contracultural, pero finalmente no prosperó. Sting defendió la canción poco después de su lanzamiento diciendo: «No hablaba de sexo, no era una canción obscena en ningún sentido. Era una canción real con una letra auténtica y sentida, y no la quisieron poner porque trataba sobre una prostituta».


jueves, 7 de agosto de 2025

1680.- So Lonely - The Police

 

So Lonely, The Police


     So Lonely es una de las canciones de The Police que fue incluida en su álbum debut Outlandos d’Amour (1978). Fue escrita principalmente por Sting y combina reggae, punk y rock. Fue Grabada en los Surrey Sound Studios en Leatherhead, Inglaterra, y se produjo en un contexto de recursos limitados. La producción estuvo a cargo de The Police y Miles Copeland (hermano del baterista Stewart Copeland, y mánager de la banda) bajo el sello A&M Records. En las sesiones de grabación, que fueron nocturnas en un estudio modesto situado encima de una lechería, el grupo se dedicó a grabar un sonido directo y sin pretensiones, dando como resultado una mezcla que destacaba por su simplicidad, permitiendo que la interacción entre los instrumentos brillara sin adornos excesivos. La fusión de estilos y la la química entre Sting, Stewart Copeland y Andy Summers es sencillamente brillante. So Lonely es una fusión de reggae y punk con matices de blues y new wave. La canción fue construida sobre una progresión de cuatro acordes inspirada en No Woman, No Cry de Bob Marley, algo que Sting llegó a admitir: “Es una copia descarada”.

El bajo de Sting proporciona una brillante línea melódica, mientras que el virtusisimo a la batería de Stewart Copeland le da cierta complejidad rítmica, y Andy Summers complementa con un minimalista solo de guitarra que evita excesos, lo que hace que todo se complemente en su justa medida. Esta canción y su combinación de estilos refleja la capacidad y habilidad única de The Police para transformar influencias dispares en un sonido único. La letra, escrita por Sting con un tono que oscila entre la melancolía y la rabia, explora la soledad y el dolor tras una ruptura amorosa. Sting reveló que la canción se inspiró en su propia experiencia de aislamiento al mudarse a Londres, sintiéndose solo a pesar de estar rodeado de gente: “Es una paradoja, estar en el centro de la atención y sentirte tan solo”. Parte de la letra provenía de una canción anterior de Sting con Last Exit, "Fool in Love", y fue transformada para adaptarse al nuevo contexto musical. So Lonely Fue lanzada como sencillo en noviembre de 1978 y no tuvo un impacto inmediato en las listas de ventas, pero su relanzamiento en 1980, tras el éxito de Roxanne, la catapultó al puesto número 6 de las listas de ventas del Reino Unido.

miércoles, 6 de agosto de 2025

1679.- Cornbread Moon - Joe Ely


La carrera musical de Ely comenzó formalmente con los Flatlanders, un grupo formado por sus amigos del instituto Jimmie Dale Gilmore y Butch Hancock. El trío se convertiría en algo así como la Velvet Underground de la música texana: «más una leyenda que una banda», como los describiría el título de una compilación años después. Su sonido cósmico con influencias hippies, compuesto por armonías grupales y koans neobudistas, dista mucho de los estilos rudos y alborotados del trabajo en solitario de Ely. Tras la primera etapa de los Flatlanders, Ely viviría una vida desenfrenada que da pie a la buena música country, impregnando su obra de una ironía absurda y una profunda añoranza. Entre los trabajos esporádicos que mantuvo a mediados de los 70, se encontraba como roadie del Ringling Brothers Circus. Como solista, Ely se forjó en el mismo circuito de bares de mala muerte que bluesmen como ZZ Top y Stevie Ray Vaughan, y esa energía estridente ha permanecido en el centro de su música. Con sus primeros álbumes en solitario, Ely causó sensación en Europa, donde se hizo amigo de los miembros de The Clash durante sus giras. Si escuchas con atención las voces en español de "Should Or Stay or Should I Go", puedes oír la voz de Ely como acompañamiento, la primera de muchas sesiones de improvisación entre ambas bandas. Lo que Glen Campbell fue para los Beach Boys o Dylan para los Beatles, Ely se convirtió para The Clash: almas gemelas cuya mutua sensibilidad a la hora de fusionar géneros fomentó un intercambio orgánico de energías colaborativas. En sintonía con los instintos primarios del punk, Ely también regresaba a los orígenes del rhythm and blues, con un espíritu delincuente y una estética con influencias mod, no muy alejada del cowpunk californiano de X and the Gun Club, mitad peón de rancho y mitad vagabundo de carretera lynchiano.


Su álbum Honky Tonk se le puede definir como Country Rock + un sintetizador Moog... ¿Funciona? Claro que sí, y este álbum es un gran ejemplo de por qué y cómo, un disco apasionado de country que parece impulsar el género por nuevos caminos sin perder la esencia de lo que es: un género estadounidense que representa la vida sencilla de un estadounidense de diferentes maneras. Sí, a veces se desvía hacia cosas diferentes, como aquí, con toda la imaginería del Outlaw Country, pero aun así parece más "simple" (en el buen sentido) que, digamos, los aspectos filosóficos de algunos grupos de death metal de los 90. Es simplemente hermoso y fácil de devorar, a la vez que ofrece lo suficiente como para que un álbum completo no se sienta descuidado ni aburrido. El tema de apertura, "Cornbread Moon", arranca con una enérgica, exuberante y densa canción de country progresivo, coronada por una excelente interpretación vocal de Joe. El acordeón añadido es muy divertido y le da un toque country general. Es una canción muy divertida, eso es todo lo que puedo decir. Quizás intenta demasiado la forma en que crea tensión, pero aun así, es una gran canción.


martes, 5 de agosto de 2025

1678 - Eric Clapton - Promises


1678 - Eric Clapton - Promises

Promises” es una de esas canciones que, aunque no figure entre los mayores éxitos comerciales de Eric Clapton, ha logrado mantenerse viva en la memoria de sus seguidores por su delicada mezcla de country, soft rock y blues. Lanzada en 1978 como parte del álbum Backless, esta pieza captura una etapa particular en la carrera del guitarrista británico, donde comenzaba a alejarse de los solos eléctricos más intensos de su pasado para explorar un sonido más relajado y orientado hacia las raíces americanas.

La canción fue escrita por Richard Feldman y Roger Linn, y destaca por una estructura sencilla pero efectiva. Desde los primeros acordes, “Promises” se caracteriza por un ritmo cadencioso y ligero, acompañado por guitarras acústicas que evocan paisajes sureños y una atmósfera de carretera abierta. Eric Clapton, con su inconfundible voz suave y algo melancólica, interpreta la letra con un tono de resignación y sinceridad que refuerza el mensaje de la canción.

La temática gira en torno a una relación deteriorada. El narrador expresa un desencanto profundo al descubrir que las promesas de amor no han sido cumplidas. Frases como “I don’t care if you never come home” o “I’ve had enough of your lying and cheating” marcan una ruptura definitiva, pero sin estridencias ni dramatismos excesivos. Es un adiós tranquilo, más cercano a la aceptación que a la furia, lo que le da un matiz maduro y reflexivo.

Musicalmente, “Promises” brilla por su sutileza. La producción de Glyn Johns mantiene un sonido limpio, con guitarras acústicas al frente y un pedal steel guitar que añade un toque country distintivo. La batería es discreta, aportando ritmo sin imponerse, mientras que el bajo se encarga de sostener la base armónica con suavidad. Todo esto crea un ambiente relajado, ideal para un final de tarde o un viaje en carretera.

En cuanto a su recepción, aunque no alcanzó la magnitud de otros temas de Clapton como “Layla” o “Wonderful Tonight”, “Promises” se convirtió en un sencillo exitoso en Estados Unidos, llegando al top 10 del Billboard Hot 100 y destacando también en la lista de música country. Esto demuestra la capacidad de Eric Clapton para adaptarse a diferentes géneros sin perder su esencia.

Con el paso de los años, “Promises” ha sido reconocida como una de las joyas ocultas de Eric Clapton. Su simplicidad y honestidad emocional la han mantenido vigente, y sigue siendo un ejemplo perfecto de cómo una canción puede transmitir desamor y decepción sin recurrir a la grandilocuencia, confiando únicamente en una melodía efectiva y una interpretación sincera.

Daniel 
Instagram storyboy 

lunes, 4 de agosto de 2025

1677 - Grateful Dead - Fire on the mountain


1677 - Grateful Dead - Fire on the mountain

Fire on the Mountain”, de la legendaria banda estadounidense Grateful Dead, es una de las composiciones más emblemáticas del grupo dentro de su vasta y ecléctica discografía. Publicada oficialmente en el álbum Shakedown Street (1978), la canción se convirtió rápidamente en un clásico de sus presentaciones en vivo, destacando por su atmósfera relajada, su groove hipnótico y la particularidad de que su esencia cobra aún más fuerza en directo que en la versión de estudio.

Musicalmente, Fire on the Mountain es un ejemplo perfecto del estilo jam band que caracteriza a los Grateful Dead. Con una base rítmica cadenciosa y casi circular, la canción crea un espacio sonoro donde los instrumentos parecen dialogar entre sí. La batería de Bill Kreutzmann y Mickey Hart marca un pulso constante y envolvente, mientras que el bajo de Phil Lesh agrega matices profundos que sostienen la improvisación. Las guitarras, a cargo de Jerry Garcia y Bob Weir, fluyen con naturalidad, destacando especialmente los fraseos de Garcia, llenos de melodía y sutileza, que parecen bailar sobre la estructura repetitiva del tema.

La letra, escrita por Robert Hunter, es una de las más interpretativas y abiertas de la banda. Habla de un fuego en la montaña que no puede ser ignorado, una metáfora que muchos fans asocian con la pasión, el deseo o incluso la inminencia de un desastre. Frases como “Fire, fire on the mountain” y “Long distance runner, what you standing there for?” evocan una sensación de urgencia y movimiento, pero también dejan espacio para que cada oyente encuentre su propio significado. Esta ambigüedad poética es parte del atractivo del tema y de la filosofía lírica del grupo.

En directo, Fire on the Mountain adquiría otra dimensión. La banda solía interpretarla junto a Scarlet Begonias, creando un medley que permitía largos pasajes de improvisación. Estas versiones en concierto podían extenderse hasta los 20 minutos, donde los músicos exploraban libremente distintas texturas y climas sonoros. Este enfoque improvisado hacía que cada interpretación fuera única, un sello distintivo de los Grateful Dead y una de las razones por las que sus seguidores asistían a múltiples shows.

La influencia de Fire on the Mountain trasciende el propio repertorio del grupo. Su estilo laid-back, cercano al reggae en ciertos momentos, inspiró a otros músicos dentro del rock psicodélico y del jam band movement posterior. Hoy en día, sigue siendo una canción imprescindible para entender el espíritu libre, experimental y profundamente musical de los Grateful Dead, una banda que convirtió cada presentación en un viaje sonoro irrepetible.

Daniel 
Instagram storyboy 


domingo, 3 de agosto de 2025

1676.- Four Strong Winds - Neil Young

Casi todo lo que Neil Young graba lo escribe él, pero esta canción no fue el caso, sino que el autor es un compatriota canadiense llamado Ian Tyson. Ian era un cantante de country que también formó parte del dúo Ian & Sylvia y escribió y grabó Four Strong Winds en 1963 y tuvo mucho éxito en Canadá, pero no consiguió traspasar las fronteras. Una versión de The Brothers Four ese mismo año tuvo un éxito menor, al año siguiente, Bobby Bare le dio un arreglo country diferente. Una versión de The Vanguards tuvo éxito en Europa cuando la grabaron como "Mot Ukjent Sted" y fue un gran éxito en Noruega en 1966. The Hep Stars la grabaron con el mismo título y triunfó en Suecia en 1967. La versión de Neil Young, que incluía los coros de su entonces esposa Nicolette Larson, se considera generalmente la definitiva. Neil explicó cómo la conoció. “Había un sitio al que solíamos ir y por cinco centavos podías poner una canción en la gramola. Esta canción estaba allí y la ponía todo el tiempo porque me encantaba, la escuchaba una y otra vez y es una de las mejores interpretaciones que he escuchado. No hay muchas canciones que cante que no haya escrito yo, pero esto era real, y no creo que haya nada más real que eso”.

¿De qué trataba Four Strong Winds? Bueno, trata sobre una mujer que Ian conoció a mediados de los cincuenta que se llamaba Evinia Pulos. Se conocieron en la Escuela de Arte de Vancouver cuando ella tenía 18 años y él 22, la química fue instantánea, pero surgieron complicaciones y, en 1957, se separaron. Evinia describe lo que pasó: «Ian era un tipo muy guapo y poco después de conocernos teníamos planes de ir a Toronto para ser artistas juntos, y pensé que pasaríamos el resto de nuestras vidas juntos», dijo con un profundo sentimiento de arrepentimiento. Las notas de la canción están ahí en esa descripción: Ambivalencia, arrepentimiento y sobre todo, anhelo. «No voy a volver», le escribió Ian Tyson a Evinia en septiembre de 1960, dos años antes de escribir el clásico folk. La letra, «Pero nuestros buenos tiempos se han ido, y estoy obligado a seguir adelante, te buscaré si alguna vez vuelvo por aquí», todavía la persigue porque, después de todo, ella era la belleza de ojos oscuros que Tyson tenía en mente cuando se encorvó sobre una guitarra en el apartamento de su manager en Nueva York y puso sus pensamientos en música. Incluso años después de su separación, hay algo que los mantiene unidos. En 2012, Evinia declaró en una entrevista desde su casa en Columbia Británica: «Estamos presentes el uno en el otro hasta el último momento. Él se embarca en varias relaciones o aventuras, pero no duran. Siempre vuelve y me llama». Ese mismo año, Tyson describió a Evinia como su «alma gemela» y reconoció que su conexión emocional persistió mucho después de que se separaran. «Llevamos 55 años siendo amantes».

En 2005, la canción folk " Four Strong Winds" de Ian y Sylvia fue la ganadora de un concurso organizado por la emisora de radio canadiense CBC One para determinar la mejor canción canadiense de todos los tiempos.


sábado, 2 de agosto de 2025

1675.- Song for a guy - Elton John

Song for Guy es uno de los pocos éxitos de Elton John escritos sin su letrista de toda la vida, Bernie Taupin. Esta evocadora canción, mayormente instrumental, se convirtió en una pieza destacada de «A Single Man» , el duodécimo álbum de estudio de Elton y el primero sin Bernie. En una época en la que Elton era conocido por su potente voz, su exuberante producción y su pop radiofónico, esta delicada composición sonaba como si se hubiera contenido el aliento, sin estribillo imponente, sin versos recargados de letra, solo una suave melodía de piano y un verso que se repite: «La vida no lo es todo». Todo el mundo se preguntara quien era Guy, pues bien, Guy Burchett era un joven mensajero de oficina en Rocket Records, el sello de Elton, justo cuando A Single Man estaba a punto de terminar, Guy falleció trágicamente en un accidente de moto, se dice que Elton había escrito la pieza la noche anterior, pero al enterarse de la noticia, le puso el nombre en memoria de Guy. ¿De verdad fue escrita para Guy? Probablemente no, pero la dedicatoria le dio a la canción una carga emocional duradera, pasó de ser una composición a una elegía.

En 1976, tras una racha de álbumes que batió récords, Elton y Bernie tomaron caminos separados. Bernie, para entonces agotado por una década desenfrenada que incluyó Tumbleweed Connection , Madman Across the Water , Honky Château y Goodbye Yellow Brick Road , se internó en una clínica para reponerse, Elton no se detuvo, junto con el letrista Gary Osborne , impulsó un nuevo álbum que se convertiría en "A Single Man", el cambio fue sutil pero perceptible: nuevos compositores, nuevos músicos y una energía diferente, el resultado no fue demasiado satisfactorio, algunos sencillos como Part-Time Love , Shooting Star y Return to Paradise mostraron destellos del Elton clásico, pero no lograron conectar, la crítica fue benévola y los fans sintieron curiosidad por esas canciones pero fue Song for Guy la que realmente conquistó el mundo. Uno de los ganchos es “La vida no lo es todo” que es el único verso de la canción, dicho suavemente, como si no le hablara a nadie. ¿Es esperanzadora? ¿Cínica? ¿Espiritual?, nadie lo sabe con certeza, esa ambigüedad, sumada a la triste línea de piano, le da a la canción su poder persistente, suena como una silenciosa despedida de algo, o alguien, que quedó en el olvido, y para un compositor que habitualmente se apoyaba en las palabras de Bernie, este momento de casi silencio resulta importante.

Song for Guy alcanzó el número 4 en las listas de éxitos del Reino Unido, pero nunca se convirtió en un clásico en directo. Rara vez aparece en los repertorios de Elton y no formó parte de su gira Farewell Yellow Brick Road. Aun así, perdura, entre un catálogo de éxitos sensacionales y rockeros extravagantes, Song for Guy se destaca como uno de los temas más introspectivos de Elton John: una melodía simple con un peso emocional complejo. Y quizás ese sea el punto, a veces, las canciones más personales son las que tienen menos letra.