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domingo, 13 de abril de 2025

1564.- We are the Champions - Queen

 


Escrita por Freddie Mercury y lanzada en 1977 como parte del álbum "News of the World", “We Are the Champions” es una de las piezas más icónicas y celebradas de la discografía del grupo británico Queen, pero es además una canción que ha trascendido más allá del mundo de la música y las listas de ventas, y se ha convertido en un himno universal con el que celebrar cualquier triunfo a nivel deportivo.

“We Are the Champions” comienza con una de las clásicas introducciones lentas y melódicas características de muchas de las canciones de la banda, con el piano y la voz de Mercury creando una atmósfera de balada íntima y reflexiva, y con una letra en la que mira hacia atrás y recuerda los sacrificios y vaivenes que ha sufrido en la vida. A medida que la canción progresa, el tempo y la intensidad vocal se elevan, transmitiendo la resiliencia y el coraje del que ha afrontado esos sufrimientos, hasta superarlos y transformar la experiencia en un canto de victoria, que llega a su gran clímax en el poderoso estribillo, que celebra que, finalmente: "Somos los campeones, amigo mío".

Musicalmente, destaca por la imponente base melódica del piano de Mercury, el ritmo con el que la batería de Roger Taylor y el bajo de John Deacon van llevando el tema en sus subidas y bajadas de intensidad emocional, y los intensos ramalazos de guitarra con los que Brian May acompaña y transmite la tensión y el crecimiento del protagonista, que va haciéndose más y más poderoso conforme va superando las dificultades, hasta alzarse con la victoria final. Y al escuchar todas las piezas en su conjunto, lo que se escucha es una obra maestra triunfal con la que Queen se coronó en lo más alto de la realeza musical.

domingo, 30 de marzo de 2025

Queen - Innuendo (Mes Queen)

 


Innuendo ("Insinuación") es el decimocuarto álbum de estudio de Queen, lanzado el 4 de febrero de 1991. Producido por David Richards y los cuatro integrantes de la banda, fue el último álbum lanzado en vida del cantante principal Freddie Mercury. El álbum fue grabado entre marzo de 1989 y noviembre de 1990, al poco de terminar las sesiones del disco anterior (The Miracle, 1989). Tras un breve período de descanso en Londres, y decidido a pasar el tiempo que le quedara de vida haciendo música, Freddie Mercury viajó a los Mountain Studios en Montreux para seguir grabando canciones. El resto del grupo se reunió con él poco después, y accedieron a seguir grabando material nuevo mientras The Miracle apenas acababa de llegar a las tiendas de discos.

El trabajo de estudio fue tranquilo y relajado, con la banda adaptándose al estado físico de Freddie Mercury. Sin tener casi nada preparado de antemano, grabaron todo lo que fue surgiendo y fueron seleccionando aquellas cosas que al tocarlas les resultaron realmente buenas. En ese proceso de selección de ideas y sonidos, no fue premeditado que el disco terminara siendo en muchos momentos un regreso a las raíces del sonido más rockero y operístico de Queen, lo que hizo de Innuendo un celebrado y apoteósico final de la banda en su formación con Freddie Mercury, que falleció solo nueve meses después de la publicación del disco, de una bronconeumonía derivada del SIDA. 

La canción titular, que además es la que da comienzo al disco, surgió de ese ejercicio de improvisación y prueba. En un momento de la grabación, Brian May, Roger Taylor y John Deacon estaban probando diferentes ritmos y acordes, y cuando Freddie Mercury escuchó lo que estaban tocando, empezó a trabajar en la letra y el concepto de lo que sería Innuendo ("Insinuación"), pieza central del disco y primer single que se lanzó del mismo (alcanzando el primer puesto de las listas de ventas británicas). Un claro ejemplo de la importancia que le dieron a esta canción está en sus seis minutos y medio de duración, que la posicionan como la tercera canción más larga del grupo después de The Prophet's Song y The March of the Black Queen. Musicalmente, está considerada como la "Bohemian Rhapsody" de los años noventa, por su intensidad y sus variados cambios estilísticos y de ritmo, en un espectacular rompecabezas sonoro que incluye partes orquestales, intensas guitarras e incluso un impactante solo de guitarra flamenca, a cargo de Steve Howe (guitarrista del grupo "Yes").

Tras el derroche instrumental y creativo de Innuendo, en I'm Going Slightly Mad ("Me estoy volviendo un poco loco") la banda sigue dando rienda suelta al particular mantra libertario de "todo vale", porque el origen de la canción está en un intento de Freddie Mercury y Peter Straker de escribir un tema que conectara muchas frases absurdas, que provocó las risas de los que allí estaban presentes, pero que acabó convirtiéndose en un tema más lúgubre de lo que parece y en una manera de tomarse a broma el declive físico y mental que Freddie Mercury estaba experimentando. Es otro de los puntos fuertes del disco, como demuestra su publicación como segundo single, con un video que la presentaba desde un punto de vista humorístico y desenfadado.

Menos experimental, pero igualmente intensa, es Headlong, que sería el tercer sencillo de Innuendo y cerraría el espectacular trío de ases con el que arranca el disco, al que aún le quedan varias canciones de peso, y en esa categoría bien podría estar I Can't Live With You, un tema de hard rock que Brian May había escrito para un proyecto futuro en solitario, pero que presentó al grupo durante las grabaciones, y todos estuvieron de acuerdo en que, con pequeños cambios y arreglos de batería electrónica y sintetizadores para que encajara en la atmósfera del álbum, pasara a formar parte del material de Innuendo. Le sigue la demostración vocal portentosa de Don't Try So Hard, apoyada en apenas unos teclados de fondo, entrando la banda en los estribillos y en los momentos más intensos. Intensa es también Ride the Wild Wind, pero más acelerada y energética. Escrita por el baterista Roger Taylor, no está en la primera línea de canciones del disco, pero llegó a ser nº 1 en las listas radiofónicas de Polonia. Taylor había grabado una demo con su propia voz, y a partir de ella se trabajó en la versión final, en la que Freddie Mercury puso la voz principal, Taylor hizo los coros, y Brian May aportó un intenso solo de guitarra.

All God's People fue la cara B del single de Headlong, y pese al menor interés comercial que tiene respecto a los grandes temas del disco, cabe destacar su aportación al enfoque operístico de Innuendo, con brillantes armonías vocales de Mercury, que combinan a la perfección con el falsete de Roger Taylor. Tal es su toque de ópera rock, que en un primer momento y con el título de "Africa by Night" iba a formar parte del álbum Barcelona, el proyecto de Freddie Mercury junto a Montserrat Caballé, pero al final decidieron que formara parte de Innuendo. Es otro de los temas de complemento, pero desde el punto de vista estilístico le da empaque y atmósfera al álbum. Como lo hace también la excelsa y nostálgica These Are The Days Of Our Lives, una de las obras maestras del disco, lanzada como sencillo en los Estados Unidos en 1991, y reeditada como doble cara A con Bohemian Rhapsody el 9 de diciembre de ese mismo año tras la muerte de Freddie Mercury, ocupando la primera posición de las listas durante cinco semanas.

El disco no da apenas tregua al oyente, y aún queda tiempo para excentricidades (Delilah es una canción sobre la gata de Freddie Mercury, y contiene un solo de guitarra de Brian May grabado mediante un "talk box"), ejercicios de poderoso heavy metal (The Hitman) y de habilidad técnica con las seis cuerdas (Bijou), aunque la sensación en este tramo final es que los mejores momentos del disco ya han pasado. No es así, porque para el cierre Mercury y compañía se dejan el auténtico momento cumbre de Innuendo en la impresionante The Show Must Go On ("El espectáculo debe continuar"), una composición de Brian May para su compañero enfermo, en la que reflexiona sobre el inevitable y cercano final, para concluir con rabia y coraje que el espectáculo debe continuar hasta el final.

¡Y qué final! Estamos probablemente ante la canción más personal, emotiva e impactante de toda la discografía de Queen, y para la historia quedará para siempre que, pese a las dudas del resto del grupo sobre si Mercury iba a poder grabarla en el estado físico en el que se encontraba, el genial cantante bebió un trago de vodka y dijo: "Yo lo haré, querido" antes de grabar la impresionante voz de The Show Must Go On en una sola toma. Sería el último sencillo de Freddie Mercury con Queen, curiosamente con el que fuera su primer sencillo (Keep Yourself Alive) en la cara B. La temática de las dos canciones encaja a la perfección, pero es inevitable pensar que, más allá de esa coincidencia lírica, con ese sencillo se cerraba el círculo y la banda estaba, de algún modo, despidiendo a su icónico cantante. Pero eso ya no es demostrable, es solo un comentario hecho "a través del dolor, a través del esplendor... Que nadie se ofenda por mi insinuación".

domingo, 23 de marzo de 2025

A Kind of Magic - #MesQueen


"A Kind of Magic" ("Una especie de magia") fue el duodécimo álbum de estudio publicado por Queen, un disco que, como su propio nombre indica, llegó cargado de cierto toque de magia, o al menos con la particularidad de ser, en su mayor parte, la banda sonora no oficial de la exitosa película "Highlander", conocida en España como "Los Inmortales". Solo tres canciones del disco no aparecían en el film, y eso hizo que el disco tuviera una unidad temática que Queen no lograba desde los tiempos de sus obras de ópera rock más celebradas. Pero no es "A Kind of Magic" un disco de ópera rock ni mucho menos. Todo lo contrario, si algo se le achacó en negativo a esta obra de Queen fue que, como en muchos de sus discos de los ochenta, hubieran abandonado definitivamente el enfoque pomposo y operístico de sus obras más apreciadas, en favor de un "heavy pop rock" más asequible y comercial.


Lanzado el 2 de junio de 1986 en el Reino Unido, y al día siguiente en Estados Unidos, "A Kind of Magic" tuvo un gran éxito en las Islas Británicas, alcanzando el primer puesto en las listas de ventas y manteniéndose en éstas durante 63 semanas. El disco fue producido por Queen, Mack y David Richards, y su trabajo tuvo reacciones diversas por parte de la crítica especializada, que como ocurría con los fans de la banda, se dividieron entre los que hubieran deseado una vuelta a las estructuras clásicas de sus primeros discos, y los que disfrutaban de un sonido más cercano, rockero y accesible, que sus detractores llegaron a denominar como "heavy de plástico". Gustos o preferencias aparte, lo que es innegable en "A Kind of Magic" son las deslumbrantes interpretaciones tanto vocales como instrumentales, que hicieron de este disco uno de los más potentes de su período ochentero.

El disco comienza a lo grande con "One Vision", cinco minutos de enérgico himno rock de potentes guitarras y sintetizadores en las que Mercury canta sobre la unión y la esperanza de que todos podamos vivir juntos bajo una misma visión común. Es precisamente uno de los tres temas que no pertenecen a la banda sonora de "Highlander" (de hecho apareció en otra película titulada "Iron Eagle") pero su fuerza justifica de sobra que la eligieran como el arranque del disco. A continuación, llega el turno para "A Kind Of Magic" tema firmado por Roger Taylor y que da título al disco, y una de las canciones más icónicas de Queen. Aquí los decibelios bajan un peldaño, pero en compensación nos ofrecen un ritmo de lo más pegadizo y una letra que juega con la idea de la magia y lo sobrenatural, en línea con la temática de "Highlander".

Con "One Year of Love", firmada por John Deacon, llega la primera de las baladas del disco, en la que destaca el tono melancólico y la aparición de un saxofón, que le da un toque elegante y que combina a la perfección con la suave y conmovedora voz de Freddie Mercury, facturando en conjunto una correcta canción de disco, aunque lejos del nivel del comienzo de éste. Le sigue "Pain Is So Close to Pleasure", firmada a medias por Freddie Mercury y John Deacon, y el segundo tema de "A Kind of Magic" que no aparece en "Highlander". Al contrario que ocurre con "One Vision", que mejora incluso a muchos de los temas de la película, esta canción parece incluida simplemente para completar el metraje del disco, porque su toque bailable, casi de aire Motown, no parece encajar del mismo modo en el conjunto. No puede decirse lo mismo de "Friends Will Be Friends", la tercera canción que no puede considerarse parte de esa banda sonora, porque estamos ante otra de las canciones icónicas e imprescindibles de la discografía de Queen. Firmada de nuevo por Mercury y Deacon, es un imponente himno a la amistad y la lealtad, con coros de estadio y un gran trabajo de Brian May a la guitarra.

El resto del álbum lo componen en su totalidad canciones de la película "Highlander", y sin duda el momento más alto de este último bloque son los más de cinco minutos de la impactante balada "Who Wants To Live Forever", un tema de Brian May que encaja como un guante en la temática de la película al plantearse lo absurdo de desear la inmortalidad, pero que también puede interpretarse como la aceptación triste y sombría de lo inevitable de la muerte. Freddie Mercury aún no había sido diagnosticado de SIDA en que grabaron esta canción, pero su letra parece extrañamente asociada y premonitoria.  La canción brilla sobremanera con la participación de la Orquesta Filarmónica Nacional y la desgarradora interpretación vocal de Mercury, y es uno de los momentos más impactantes del disco, que aún depara momentos interesantes como el heavy metal de "Gimme the Prize (Kurgan's Theme)", plagada de energía y potentes riffs de guitarra, el ritmo rápido y urgente de sintetizadores y guitarras de "Don't Lose Your Head" y el cierre en lo más alto con "Princes of the Universe", la canción principal de "Highlander". Escrita por Mercury, es un himno épico de grandiosa instrumentación que celebra la inmortalidad y el poder.

El grupo acompañó la promoción del disco con una gira que será para siempre recordada como la más espectacular de Queen, y en especial por el célebre concierto en Wembley, el momento más álgido de la banda en directo. En esa gira, cuatro canciones de "A Kind of Magic" formaron parte de un repertorio plagado de sus grandes éxitos ("One Vision", "A Kind of Magic", "Who Wants to Live Forever" y "Friends Will Be Friends"), pero lamentablemente, y tras su exitoso paso por Europa, los problemas de salud de Mercury hicieron su aparición y la banda rechazó continuar la gira en Estados Unidos, y terminó cancelando los conciertos programados para Japón y Australia. Ese fue el momento en el que empezó a apagarse la magia, que aún tendría destellos posteriores en discos como The Miracle (1989) o Innuendo (1991), antes de apagarse definitivamente el 24 de noviembre de 1991, con la muerte de uno de los grandes genios de la música moderna.

lunes, 19 de agosto de 2024

1327.- Bohemian Rhapsody - Queen



"Bohemian Rhapsody" fue compuesta por Freddie Mercury para el álbum "A Night at the Opera" (1975) de la banda británica de rock Queen, y pese a su compleja y poco convencional estructura, más cercana a una rapsodia clásica que a las estructuras típicas de la música pop que marcaban las radiofórmulas, fue publicada también como sencillo, convirtiéndose en un gran éxito comercial que se mantuvo en lo más alto de las listas británicas durante nueve semanas, en un primer puesto que volvería a ocupar en 1991 tras el fallecimiento de Freddie Mercury, convirtiéndose en el tercer sencillo más vendido en la historia del Reino Unido. El éxito de la canción fue todo un hito y una gran sorpresa para muchos, considerando que "Bohemian Rhapsody" carece de estribillo y es una canción de larga duración compuesta de varias partes: una introducción al piano, un tramo de balada, un solo de guitarra, una sección operística, un tramo rockero y finalmente una coda que recupera el ritmo y tono de la introducción.

En contra del proceso habitual de composición de las canciones del grupo, que solían trabajarse e ir creciendo en el estudio, Mercury compuso "Bohemian Rhapsody" casi en su totalidad en su domicilio de Londres. La canción y sus diferentes tramos estaba en su cabeza, y el resto de miembros de Queen se esforzaron por convertir sus ideas y sus letras en una realidad, lo cual supuso una tarea extremadamente compleja que llevó más de tres semanas en el estudio, porque Mercury pretendía romper con las convenciones del rock y seguir un enfoque operístico totalmente innovador. Para lograrlo, Freddie Mercury, Brian May y Roger Taylor dedicaron hasta doce horas diarias a grabar las voces y coros, utilizando 180 grabaciones distintas que se sobregrabaron y mezclaron para crear la grandiosidad vocal que puede escucharse en "Bohemian Rhapsody".

La canción comienza con un canto a capela, y aunque en el video de la canción se vea a los cuatro integrantes de Queen cantando, esa parte se creó superponiendo cuatro cintas con la voz de Freddie Mercury.​ La letra cuestiona si la vida es "real" o "sólo fantasía", antes de concluir que "no hay escape de la realidad", antes de que haga su entrada el piano de cola de Mercury y comience el espectacular despliegue de música y voces de la canción. Con la entrada del bajo de John Deacon, da comienzo el tramo de balada en tono desesperado, marcada por el ritmo y del piano de Freddie Mercury. El narrador explica a su madre que acaba de matar a un hombre con "una pistola contra su cabeza", y que con ello ha arruinado su propia vida.​ La batería de Taylor se incorpora a la canción, mientras el narrador pide perdón a la madre por sus acciones y por haberla hecho llorar, despidiéndose a continuación del mundo y preparándose para "enfrentarse la verdad".

El mítico solo de guitarra de esta canción llega al tiempo que Mercury canta "I sometimes wish I'd never been born at all" ("A veces desearía nunca haber nacido"), momento en el que la banda sube la intensidad de la interpretación y Brian May ejecuta el que está considerado el vigésimo mejor de la historia en el Reino Unido. Con las pastillas del mástil y central desfasadas, May logró eliminar gran parte de las frecuencias graves, obteniendo un timbre tan agudo que parecía que la guitarra estuviera gritando, creando un dramático puente sonoro para el tránsito del narrador hacia un extraño mundo, un descenso a los infiernos representado por el tramo operístico, en el que se desplegaron la mayor parte de los efectos y de las múltiples grabaciones superpuestas. En este punto, Queen crea un auténtico muro de sonido a través de voces que van magistralmente de lo grave a lo agudo, mientras la letra hace referencia a Scaramouche, Galileo, Fígaro Magnífico (refiriéndose al Magnificat de Bach) y Bismillah, personajes que luchan por el alma del narrador, hasta concluir con un gran coro cantando el verso "Beelzebub has a devil put aside for me" ("Belcebú tiene un demonio reservado para mí").

Esa frase da entrada al tramo de música rock en el que la guitarra de Brian May predomina sobre el resto, y Freddie Mercury canta de manera rabiosa sobre la traición y el engaño que el narrador siente haber recibido por parte del diablo, que le ha empujado a la situación en la que se encuentra, antes de que la canción desemboque en una coda en la que regresa al tiempo y la forma de la introducción y la balada, con Mercury cantando de nuevo "nothing really matters" ("nada realmente importa") en un intenso momento de resignación o de libertad final en la que, después de todo lo pasado, ya nada realmente puede afectarle, lo cual puede apreciarse en la frase final "Anyway the wind blows" ("de todos modos, el viento sopla").​ Es un final sobresaliente para una canción de la que se han hecho numerosas lecturas sobre el significado de su fatalista letra. Las más repetidas hablan del momento personal que atravesaba Mercury, que tras una relación con Mary Austin durante siete años, estaba afrontando sus primeras experiencias homosexuales, y se debatía entre sentimientos encontrados de deseo y de culpa, emociones que se entremezclan y se filtran a raudales en los versos de "Bohemian Rhapsody", su auténtica obra maestra.