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Mis amigos donde estarán, Topo |
En 1979, en el corazón de la España postfranquista, nació una de esas canciones que se convirtió en el himno de una generación: Mis amigos dónde estarán de Topo. Corría 1979, y este tema, incluido en el primer LP homónimo de la banda, se grabó a fuego en la memoria de quienes vivieron aquellos días de cambio, lucha y camaradería. Topo, formado por José Luis Jiménez (bajo y voz), Lele Laina (guitarra y voz), Terry Barrios (batería) y Víctor Ruiz (teclados), emergió de las cenizas de Asfalto en 1978, tras una ruptura cargada de tensiones creativas y personales. Según confesó Julio Castejón en una entrevista de 2024 en el canal de YouTube llamado "El riff que me voló la cabeza", la salida de Jiménez y Laina de Asfalto fue por querer incluir a Terry Barrios, amigo de infancia de Laina, en la formación. Así nació Topo, y su debut, grabado en los estudios Kirios bajo la producción de Teddy Bautista, fue un puñetazo sobre la mesa del rock español. Entre los siete temas del disco, brilla especialmene Mis amigos dónde estarán, un lamento nostálgico que captura el espíritu de una juventud que soñaba con cambiar el mundo mientras apuraba copas en un bar.
La canción arranca con un riff de guitarra de Laina sencillo pero cargado de alma, el teclado de Ruiz añade un toque melancólico a la canión, y tiene un toque progresivo que recuerda a Vanilla Fudge. Mientras, la voz de Jiménez, rasgada y sincera, te lleva de la mano a un barrio donde los chicos arreglaban el mundo. La letra es un retrato crudo y poético de la vida obrera: “En Madrid, en mi barrio, en un billar / una banda de chicos, con un cigarro en la boca / arreglábamos el mundo, a golpes de futbolín”. Esos retratos de academias nocturnas, manifestaciones y palos de la policía son un eco de la transición española, un tiempo donde la libertad se peleaba en la calle y se celebraba en tugurios llenos de humo. La canción es todo un lamento por los amigos perdidos, por los que se quedaron atrapados en la rutina de una vida que les robó los sueños, y cada verso cantado por Jiménez te hace mirar atrás, a esos colegas que alguna vez formaron parte de tu mundo y ahora son solo un recuerdo borroso.
Hay que reconocer que la producción de Bautista, que fue muy criticado por intentar meter a Topo en la ola de la new wave en su segundo disco, Pret-a-Porter (1980), aquí es impecable, tiene un equilibrio perfecto entre la crudeza del rock urbano y la sofisticación de los arreglos progresivos. Sin embargo, la historia de Topo está marcada por la indiferencia de las discográficas, Chapa Discos, su sello, no supo promocionar joyas como este tema, dejando que bandas como Topo, Mezquita o Cucharada languidecieran en el olvido mediático. Y a pesar de ello, Mis amigos dónde estarán consiguió emerger. La cnación fue regrabada en 1999 con colaboraciones de pesos pesados como Rosendo, Fortu de Obús y José Carlos Molina de Ñu.
Paralos que tenemos ya cierta edad, Mis amigos dónde estarán es un viaje al corazón del conocido barrio madrileño de Vallecas, a las noches de rock y rebeldía, a los amigos que ya no están pero que siguen viviendo en cada acorde. Es el sonido de una generación que quiso comerse el mundo y, aunque no lo logró, dejó un himno para que nunca olvidemos quiénes fuimos.