miércoles, 5 de febrero de 2020

Canciones que nos emocionan: Rockin' Into The Night, 38 Special

Rockin' Into The Night, 38 Special


     Jacksonville, año 1968, y Donnie, que cuenta por entonces con apenas 16 años realiza su primera incursión en el mundo de la música formando su primera banda, llamada Standard Production. El proyecto dura poco, pues Donnie quiere dar el salto y dedicarse de forma profesional, por lo que al año siguiente, en 1969, forma el que podríamos llamar su primer grupo profesional, Sweet Rooster. Para esta aventura se junta con el guitarrista Jeff Carlisi, el bajista Ken Lyons y el baterista Steve Brookins. Al año siguiente, Jeff Carlisi decide dejar el grupo, pues quiere dedicarse por entero a sus estudios, por lo que es reemplazado por Don Barnes, amigo del barrio de Donnie. El proyecto dura hasta 1973, cuando el baterista Brookins deja el grupo para trabajar de camionero.

     Deshecho el grupo, Donnie, Barnes y Lyons, compaginan sus trabajos diarios tocando en otros grupos, lo que no impiden que sigan juntándose los tres y componiendo temas en sus ratos libres. El año 1974 sería el punto de inflexión de la formación, ese año, Donnie, que trabaja en el Ferrocarril, estaba considerando dejar la música para dedicarse por entero a su trabajo y ascender, pero sería su hermano Ronnie Van Zant (sí, el vocalista de Lynyrd Skynyrd) el que convencería a su hermano para que persiguiera su sueño, pues había nacido para dedicarse a la música. Donnie decide entonces, junto a Barnes y Lyons quemar el último cartucho, ahora o nunca.

     Para esta última oportunidad la formación queda compuesta por Donnie Van Zant (vocalista), Don Barnes (guitarra y voz), Ken Lyons (bajo), Jeff Carlisi (guitarra), Steve Brookins (batería y percusión) y Jack Grondin (batería y percusión). El nombre: 38 Special. Dicho nombre deciden ponérselo a raíz de un incidente que estos chicos tuvieron. Se encontraban ensayando en un almacén perdido, para ello se habían colado, pero el ruido de la música alertó a los vecinos que vivían por la zona y decidieron llamar a la policía. Al llegar al lugar la policía se encontró con que aquél almacén se encontraba cerrado con un candado, y Donnie y los demás se encontraban dentro sin poder salir, así que para remediar aquello la policía abrió el candado disparando sobre éste con su arma reglamentaria, un 38 Special.

     El grupo se pasa dos años fogueándose por los escenarios de aquí y allá, y aquí es donde entra en acción Ronnie Van Zant, que considera que el grupo ya se ha fogueado y tiene el nivel suficiente y pone a 38 Special en contacto con el manager por entonces de Lynyrd Skynyrd, Peter Rudge. El grupo consigue telonear a artistas como peter Framptom, Foghat o Kiss entre otros, y coniguen fichar con la discográfica A & M Records.

     En 1977, el grupo publica su álbum debut, llamado 38 Special. A éste le seguirá Special Delivery, publicado en 1978. Y llegamos al año 1979, y bajo la mísma discográfica, A & M, el grupo publica en octubre su tercer álbum de estudio, Rockin' Into The Night. Dentro de este disco se encuentra otro de esos temas que a mí tanto me emocionan, precisamente el que da título al disco, Rockin' Into The Night, un tema que fue compuesto por Jim Peterik, Gary Smith y Frankie Sullivan, los tres miembros de Survivor por aquél entonces. Este tema supondría un gran espaldarazo para el grupo, pues alcanzaría el puesto número 43 en la famosa lista americana  Billboard Hot 100 durante nueve semanas. También significaría el principio de una fructífera colaboración entre el grupo y Jim Peterik, que acabaría escribiendo junto a 38 Special muchos más temas. Precisamente este tema y el disco supondría el punto de inflexión de 38 Special, que si bien en sus anteriores discos iban encaminados hacia el southern rock, este va orientado hacia el AOR (música orientada a adultos).

     Peterik, Sullivan y Smith, componentes de la banda Survivor, habían compuesto este tema para ser incluido en su disco debut, Survivor, que fue publicado en 1979, pero John Kalodner, el hombre de la discográfica A & R que estaba asignado a Survivor consideraba que este tema no le pegaba a su disco por ser de un estilo más blues y sureño que los demás temas. A John Kalodner se le ocurrió que ese tema le iría como un guante a 38 Special, grupo que también llevaba, y no se equivocó, de hecho fue el responsable que animó a Jim Peterik a seguir colaborando con 38 Special escibiendo canciones para ellos. En 2004 el grupo survivor lanzaría su propia versión de este tema, incluido en su disco recopilatorio Ultimate Survivor.

Oh Rockin'

Oh Yeah
Cruising down the motorway

Got my girl by my side

We're both a little anxious

Ooo, we got love on our mind

Waiting, anticipating
For the fireworks in the night
Well I swear we were doing eighty
When we saw those motel lights
And we were rockin' into the night

Rockin' into the night

Ooo hoo, rockin'

Rockin' into the night

Rockin' into the night
Out on the back street

Taking love where I can

I found a sweet madonna

Ooo, with a bible in her hand

She's waiting, anticipating
Well, for someone to save her soul
Well, I ain't no new messiah
But I'm close enough for rock and roll
And we were rockin' into the night

Rockin' into the night

Ooo hoo, rockin'

Rockin' into the night

Rockin' into the night
And I'm slowin' down, and she's pullin' in
Waiting, anticipating

For the fireworks in the night

Well, I swear we were doing eighty

When we saw those motel lights
We were Rockin',

Rockin' into the night

Ooo yeah

Rockin', rockin' into the night

Rockin', rockin' into the night
Rockin', rockin' into the night
Rockin' into the night, rockin' into the night

Rockin' into the night, rockin' into the night

Rockin' into the night, rockin' into the night

Rockin' into the night, rockin' into the night



lunes, 3 de febrero de 2020

Canciones que no soporto: Gett Off, Prince

Diamonds & Pearls


Voy a hablar de otro de esos temas que no soporto, lo que no significa en absoluto que el tema esté exento de calidad, que la tiene y de sobra. En esta ocasión se me planteaba un problema, pues el artista del que voy a hablar es uno de los grandes fetiches de nuestro querido Nevermind, y hablo con conocimiento de causa, pues como ya he comentado alguna vez, Nevermind, Chema y yo hemos crecido juntos, por lo que se lo que este artista significa para él. Hay artistas y grupos de los que Nevermind sabe y mucho, pero si hay uno del que lo sabe prácticamente todo es Prince, el artista que pongo hoy en el tintero.

Lo primero que hice fue llamar a Nevermind para comunicarle que su gran artista fetiche, Prince, iba a ser protagonista de esta implacable sección. No sabía cómo se lo tomaría, pero tenía que agarrar el toro por los cuernos y afrontar la primera oposición y crítica que me iba a encontrar, y además jugando en casa. Lejos de tomárselo mal, encajó el hecho con mucha entereza, y aún con más deportividad se tomó que le pidiera referencias y datos sobre el tema en cuestión, pues para que iba yo a indagar aquí y allá en los libros y las redes, si ya le tenía a él para hablarme y contarme curiosidades sobre esta canción.

Gett Off forma parte del décimo tercer álbum de estudio de Prince, titulado Diamonds & Pearls. Fue este disco el primero que Prince publicó junto al acompañamiento de la New Power Generation. Publicado en octubre de 1991 por las discográficas Paysley Park Records y Warner Bros. Records, Gett Off fue el sencillo de adelanto para la promoción del disco, alcanzando el puesto número 21 en Estados Unidos en el Billboard Hot 100, el puesto número 6 en el Billboard Hot R&B y el puesto número 1 en el Billboard Dance Club.

El tema, compuesto por Prince basándose en una estructura muy cercana a las composiciones de rap, recitando la letra de la canción en lugar de cantarla, e introduciendo una curiosa combinación de guitarra y flauta en el riff de la canción, tuvo muy buena acogida por parte del público. Es precisamente ese coqueteo con el rap, lo que a mí personalmente nunca me acabó de entrar.

Como curiosidad, la canción tuvo también su lado misterioso, a través de un mensaje oculto que parecía apuntar a una disputa amorosa. La interpretación más extendida en su lanzamiento era que por aquel entonces Prince y Lenny Kravitz andaban ambos cortejando a Vanessa Paradis. Vanessa finalmente escogió a Lenny, algo que Prince no se tomó muy bien, y parte de ello acabó plasmando en Gett Off, que podría traducirse como "que te pires" o "que te den", y que contiene mensajes supuestamente dirigidos a Vanessa, del tipo "tú te lo pierdes, yo hago 23 posturas en una sola noche" ("Twenty three positions in a one night stand..."), "déjame mostrarte que soy un chico talentoso" ("Let me show you baby i'm a talented boy..) y en definitiva, "si quieres aquí estoy" ("If you want to baby here i am..")

Quiero dar las gracias a Nevermind por su buen encajar y su "deportividad" al aportarme todas las referencias y datos necesarios, en lugar de responderme "¡Gett off!" tras leer mi artículo, pues creo que es mejor consultarle, en lo que a Prince se refiere, antes que hacerlo en los libros o en los artículos disponibles en internet.

domingo, 2 de febrero de 2020

Coque Malla - Revolución (Mes Coque Malla)



¿Todavía crees en la revolución? ¿Todavía sueñas con cambiar las cosas?

Así empieza ¿Revolución?, el sexto disco de estudio de Coque Malla (si consideramos "Mujeres" un recopilatorio y no contamos rarezas interesantes como "Transformer" o el disco de canciones de Rubén Blades). O no exactamente, porque el disco y el tema que le da título arrancan realmente con una breve introducción basada en tambores militares y sonidos que parecen sacados de un viejo reloj y una caja de música.

La primera vez que escuché esos tambores, los relacioné inconscientemente con una escena de un programa infantil de televisión que, no sabría explicar por qué, se me quedó para siempre grabada en mi cabeza. La escena era un desfile de un batallón de soldados napoleónicos por las calles de un decorado que se suponía era París. Todos los soldados desfilaban coordinados y al unísono salvo uno, que se incorporaba tarde a la marcha en la última fila, intentando abotonarse a toda prisa la casaca. Aquel soldado parecía sobrepasado por las circunstancias, y no se le auguraba un gran futuro como militar, pero una bella dama en la hilera de espectadores de uno de los lados de la calle le dedicaba una cálida sonrisa a aquel soldado que se salía de la monotonía del conjunto.



Ya que hablamos de los tambores de la ¿Revolución?, ese abrumado soldado bien podría ser el Coque Malla que acababa de separarse de Los Ronaldos, intentando encontrar su sitio y no perder la marcha de su carrera como músico, durante los difíciles finales de los 90. Momentos de dudas y sinsabores, de patearse pequeños locales y tocar ante reducidas audiencias con el único acompañamiento de su fiel guitarrista, pero con la firme determinación y el talento de un compositor diferente e inquieto. Era cuestión de tiempo que la bella dama de la crítica musical pusiera sus ojos en él y le dedicara su exclusiva sonrisa. Él nunca dejó de creer que era posible cambiar las cosas, y las fue cambiando y mejorando disco a disco, hasta llegar hasta este ¿Revolución? que, tras los tambores, arranca con un teclado desnudo y la voz de Coque, para ir creciendo en intensidad hasta rozar la épica con el respaldo de la Orquesta Sinfónica de Bratislava.


"Todo lo que fuimos desapareció, sólo queda una canción... Sólo queda música". Dicen que hay dos fechas importantes en la vida. La primera es la del día en que nacemos, y la segunda la del día en el que descubrimos para qué hemos nacido. Si como en el caso de Coque, estás predestinado para dedicarte a la música, no debe ser tan grave que sólo quede música. Todo lo contrario, quizá sea esa la razón por la que este tema es uno de los más alegres y vitalistas de sus últimos discos. De corte más electrónico y desprovisto de los arreglos orquestales del anterior tema, pero con una frescura y energía que hacen imposible escucharla sentado. Si ¿Revolución? era una mirada al pasado, Sólo queda música es una apuesta optimista por el presente y el futuro.

El kaleidoscopio de sonidos y estilos que salen del baúl revolucionario de Coque no ha hecho más que comenzar, y en un nuevo y brillante bandazo nos traslada con "Un lazo rojo, un agujero" a la pista de baile y bola de cristal en el techo, vistiendo a un típico hit marca de la casa con un traje sonoro heredero de la Motown y del sonido Philadephia de los 70. Nada sobra en el exquisito tratamiento del conjunto, guinda incluida en forma de rap intermedio en colaboración con Kase O, en la que es la primera de las colaboraciones del disco.


Versatilidad y chispa ya demostradas en estos dos últimos temas, toca de nuevo abrumarnos con la segunda pieza sinfónica del álbum, América, en la que la aparentemente sencilla letra esconde el desencanto del momento en que descubrimos la cruda realidad detrás de los idealizados sueños. Imposible no cerrar los ojos e imaginar escenas de West Side Story, de grandes barcos de emigrantes llegando a Nueva York, y de personas sintiéndose insignificantes ante la primera visión de la gigantesca ciudad de metal. Todo ello contado al ritmo de una gran epopeya musical, con la grandiosa orquesta regalándonos otro momento excelso.


Extraterrestre vuelve a la senda directa y accesible de "Sólo queda música", pero con "buen humor, swing e ironía". Cuenta Arancha Moreno en el libro sobre Coque "Sueños, Gigantes y Astronautas" que "Este es el momento" fue la segunda canción que presentó para la película "Campeones", y que la primera (cuyo título no se menciona en el libro) se la guardó para este disco cuando fue descartada. Podría equivocarme pero, si tengo que apostar, diría que esa canción era "Extraterrestre". Si estoy en lo cierto, aquella negativa le ha permitido al disco subir varios enteros con el aporte extra de una canción brillante, con un ritmo pegadizo y un tramo final de inquietante mensaje coral aderezado con breves ramalazos industriales que recuerdan al peculiar sonido del disco "Earthling" de David Bowie.


En 7días7notas nos gusta pensar "en vinilo", por lo que me referiré a la siguiente canción como la primera de la "Cara B". "Un Ángel Caído" arranca con un pegadizo teclado marcando el ritmo, y la batería y el bajo acompañando. Arreglos de cuerda para acompañar la relajada voz de Coque, un tema tranquilo pero muy equilibrado.


Mantras En La Oscuridad’ comparte ese aire de canción para bailar tranquilo, con una copa de vino en la mano para brindar "por la libertad", con un estribillo tan calmado como irresistible. Al contrario que en la anterior, aquí el ritmo lo consigue con el sonido de las guitarras de fondo el sonido de guitarras y los metales sustituyen a las cuerdas en el acompañamiento. Dos maneras diferentes de alcanzar el mismo resultado brillante. El sonido de guitarras de "El Árbol" recuerda al de temas anteriores como "Lo hago por ti" de "El último hombre en la Tierra" pero dónde aquella se quedaba ésta continúa y crece con los brillantes juegos de los coros respondiendo a la voz principal: "Seré como un árbol, resistiré cien años"... "El águila que vuela será tu compañera". Tras este anticipo, y uno de los pocos espacios que en el disco se dejan a un solo de guitarra, los coros toman el control de la canción para elevarla a lo más alto.


A estas alturas ya podría despedirse de cualquier manera, y no evitaría que nos rindiéramos ante la evidencia de estar ante un disco enorme, pero todo artista tiene que guardar para el último momento el truco final, el espectacular cierre que haga que la gente se vaya a casa con el sabor de boca de haber visto o escuchado algo realmente mágico. Eso es en este disco "Polvo Cósmico", apoteósica despedida bañada de brillantes arreglos orquestales y armonías de metales. El propio Coque dice "Adiós" como si ésta fuera realmente una despedida, para dar paso al recitado de Jaime Urrutia, colaboración de grandes quilates para terminar de dar empaque a una de las joyas del disco. Los versos de Laura Gómez Palma suenan incandescentes en la grave voz de Urrutia en esta segunda colaboración del disco.


Y tras el adiós, dice el manual de los buenos artistas del circo que hay que salir a saludar y guardarse un buen bis, antes de iniciar realmente "El Gran Viaje A Ninguna Parte". Guinda o broche, este medio tiempo tiene un sonido más cercano a "Sueños" o a "La hora de los gigantes" pero no desentona con el conjunto y deja un buen sabor de boca en la auténtica despedida del disco, con los coros actuando de nuevo como gospelianos cómplices que responden, cuál conciencia, a la voz cantante.
¿Cómplices de una Revolución? Depende de si "crees todavía en la revolución" y de si "sueñas todavía con cambiar las cosas..."




sábado, 1 de febrero de 2020

Coque Malla - Mujeres (Mes Coque Malla)

En 7dias7notas hemos tomado la decisión de hacer un poco mas monográfico el blog, para lograr ese objetivo dedicaremos varios artículos durante un mes a un artista, desde reseñas de sus discos, curiosidades, canciones que nos emocionan, otros trabajos artísticos o su implicación en el mundo del cine al ser arte muy asociados. Este mes de Febrero el protagonista sera Coque Malla.

Con este primer articulo, damos la bienvenida al grupo de críticos de cine pertenecientes a Habladecine que desde 2012 nos ilustran sobre el mundo del séptimo arte desde el blog www.habladecine.com y a los que escuchamos desde mayo de 2017 a través de Radio Marca Zaragoza o en Ivoox con su programa semanal sobre los estrenos de cine y sus recuerdos a películas clásicas. En esta ocasión contamos con la colaboración de Jose Miguel Merino @jmerino11 que nos ha dejado un texto sobre el documental "Mujeres", dirigido por Coque Malla y estrenado en Enero de 2019. A fecha de hoy podemos disfrutarlo a través de la plataforma de Prime Video de Amazon.




Hace más de 6 años que Coque Malla, el ex-integrante y líder de la banda de pop-rock de gran éxito de finales de los 80 y 90 en España, «Los Ronaldos», decidió hacer un disco acompañado por 10 mujeres que de un modo u otro significaban algo en la vida de Coque Malla, como él dice en la película, al menos de los últimos 15 años. Aparecen desde su madre, la actriz Amparo Valle, que lamentable no podrá ver acabado este documental ya que falleció en 2016, a otras de gran nivel artístico como Leonor Watling, Rebeca Jiménez, Angela Molina, Anni B Sweet, Jeanette….

El documental sigue un esquema en el que se sigue a Coque Malla durante unas semanas en las que va pasando entre ensayos con cada una de las mujeres del disco, con las que siempre mantiene unos interesantes diálogos sobre su pasado, su presente y su futuro con las mujeres, desde todos los puntos de vista, el amor, el dolor, las novias, su mujer, el sexo, la naturaleza de las relaciones entre hombres y mujeres, y con una protagonista muy especial, su hija Cayena, que nació en Octubre de 2012, y que seguro como dice él en algunas de sus conversaciones con el productor Antonio Dyaz durante el recorrido del documental, no le cambió la vida de golpe, si no poco a poco.



Durante los 85-90 minutos del documental, Coque, Antonio y las mujeres que aparecen ensayando van planteando preguntas, e intentando contestarlas, como: ¿Qué queremos el uno del otro en una relación?, ¿Hablamos idiomas distintos?, ¿Cómo cambia la vida del hombre cuando empieza a relacionarse con la mujer, y con la hija?, ¿Cómo sabes que una mujer es la definitiva?…ó una pregunta ¿Qué será de nosotros cuando las chicas dejen de bailar? parte de una canción que forma parte del álbum debut en solitario de 1999 de Coque Malla, «Soy un astronauta más».

El hilo que va uniendo todas estas canciones, ensayos y conversaciones es el día a día de Coque Malla, en el que nos muestra varias facetas de su vida, como los ensayos y preparación para un concierto, momentos posteriores a una gala con unos fans, o otros más rutinarios como ir a hacer la compra, a comer con un amigo, a dar de comer a Cayena, o hacer la comida con su mujer Macarena, lo que hace del documental algo más que un reportaje sobre su disco.

Si tengo que quedarme con dos momentos en la película son sin dudar con las 2 canciones que más me gustan de las 11 que componen el disco, y que además están interpretadas por dos voces de lujo; la primera sería el «No puedo vivir sin ti», en una maravillosa versión con la cantautora Anni B. Sweet.


Pero si hay una que sobresale es «Berlín», canción escrita por Coque Malla en 2009, para su disco «La hora de los gigantes» y que encuentra un dueto hipnotizador con Leonor Watling. La conversación con Leonor es de las más interesantes, y durante la misma llegan a comparar la vida de Coque con la de Marcello Mastroiani en la obra maestra de Fellini, 8 y medio, al hacer este repaso de su vida a través de las mujeres que le marcaron, tanto las que tuvo como las que no pudo tener.

El documental está dirigido bien por Gonzalo Visedo, y producido por Antonio Dyaz y Corleone Films, y debió tener muchas dificultades para ser lanzado, ya que ya se anunciaba en 2013 junto con el lanzamiento del disco, pero ha tardado casi 6 años en ser distribuida, en este caso por la distribuidora Con un Pack.




LO MEJOR: Lo fácil que se ve y «Berlín».

LO PEOR: Que si no te gusta su música, seguro que te parece un rollo, pero hay que darle una oportunidad.

viernes, 31 de enero de 2020

El disco de la semana 163: Lenny Kravitz - Lenny



Vi hace poco un artículo sobre Lenny Kravitz titulado “Cuando Lenny Kravitz molaba”, y me llamó la atención la carga de contenido crítico que tenía el título. Es cierto que hace tiempo que no nos sorprenden sus propuestas, y que sus últimos discos tienden al riesgo mínimo y a la repetición de patrones musicales encaminados al “canta conmigo” de los estadios, pero la pregunta que me vino a la cabeza fue… ¿En qué punto exacto del camino Lenny Kravitz dejó de molar?

Para responder a esa pregunta hay que hacerse primero otra. ¿Qué es lo que hace que un disco mole? Sus primeros discos tenían varios singles brillantes que transmitían la frescura y la arrogancia de un joven y talentoso multi-instrumentista, que aspiraba a la corona que ostentaban totems como Michael Jackson o Prince, pero en conjunto resultaban discos demasiado inconexos, lastrados por temas lentos o de relleno, que hacían difícil la escucha completa.

¿Es eso suficiente para que mole un disco, o lo que hace que un disco sea bueno es el sabor que nos deja el conjunto? Si la respuesta correcta es ésta última, el disco que más mola de Lenny es, precisamente, “Lenny” (2001). Un disco en el que, sin himnos rutilantes que destaquen sobre el resto, consigue una estructura de sonido homogénea y reconocible en casi todos los temas, manteniendo un buen nivel de calidad a lo largo de todo el disco que hace improbable un abandono prematuro de la escucha. Y además fue el último molón, al menos para mí, ya que a los discos posteriores les aplica la etiqueta de "riesgo mínimo" que comentaba al principio. Así que, sin más, recordemos el último momento en el que Lenny "moló".


LENNY

Hablar del disco "Lenny" es hablar de otro momento muy concreto de mi vida, y de un monstruo de las ondas radiofónicas que nos dejó hace ya mucho tiempo. Un domingo cualquiera de aquel ya lejano 2001, acompañé a mi pareja a la sede de la empresa que había formado junto a otras socias. La pequeña oficina estaba situada en el piso bajo de un bonito edificio antiguo en la zona de Atocha, muy próximo al parque del Retiro, y el plan en principio no parecía muy divertido, ella tenía que trabajar un rato en su despacho y yo, básicamente, esperaría a que terminara sentado ante la mesa de un despacho contiguo. Lo que no sabía era que mi suerte iba a cambiar, y que la felicidad de un momento depende a veces de cosas muy simples, como un viejo transistor de radio, un refresco de cola y una bolsa de esos adictivos gusanitos naranjas. Esos son los tres objetos con los que, tras una inspección rápida del lugar, contaba para sobrevivir a aquella tarde.



Encendí la radio y fui buscando con la rueda del dial, hasta que en M80 Radio encontré un programa que llamó poderosamente mi atención. El locutor estaba haciendo la entradilla, y hablaba de embarcarse con él en un vuelo a través de la música. Era el Vuelo 605 y estaba a punto de despegar. Así que abrí la lata del refresco y la bolsa de gusanitos naranjas, y me abroché el cinturón ante el inminente despegue. El comandante Ángel Álvarez anunció por megafonía que el recorrido del vuelo de aquel día sería a través del nuevo disco de Lenny Kravitz, titulado simplemente "Lenny" y de inminente publicación.

Puedo decir sin exagerar que, aquel día, nació el germen de lo que hoy es 7días7notas, al menos en mi caso. La manera en la que Ángel Álvarez fue presentando cada tema antes de ponerlo, salpicando la narración de anécdotas sobre la grabación, comentarios sobre el sonido de los instrumentos, y datos sobre la trayectoria del músico estadounidense y su momento vital, es la que he intentado aprender y trasladar a mis reseñas sobre los discos, y el placer de estar sentado escuchando y descubriendo un disco nuevo con todo lujo de detalles, es el que siento ahora cuando me siento a escuchar un disco al mismo tiempo que me documento en Internet para poder después contarlo en este blog.

Ya desde el momento del despegue quedaron claras las intenciones de Lenny Kravitz con este disco. La rockera Battlefield of love destila la energía y el particular zumbido característico que el sonido de las guitarras tenía en muchos de los temas, y que le iba a dar al disco la sensación de unidad que "Lenny" tiene. Encontró ese sonido en el estudio de grabación casero de su casa de Las Bahamas, dónde registro la mayor parte de los temas, tocando la práctica totalidad de los instrumentos, a excepción de mínimas colaboraciones y de los puntuales arreglos orquestales de algunos temas. De hecho, tras la canción de arranque y el brillante single que posteriormente sería If I could fall in love, hay que esperar hasta el tercer tema, Yesterday is gone (My dear Kay), para escuchar un instrumento que no fuera interpretado por Lenny. Hablamos del solo de guitarra y el órgano Hammond interpretados por Craig Ross, su fiel guitarrista de acompañamiento en directo y en otros discos, que aparece en esta canción dedicada a Jay Kay, vocalista y líder de Jamiroquai, en la que Lenny le recomienda abandonar la nostalgia de las grabaciones analógicas y subirse al tren del progreso digital. "El ayer se ha ido, mi querido Kay".


El nivel del disco sigue volando a miles de pies de altura con Stillness of heart, otra de las canciones que saldrían como single destacado de esta colección de buenos temas. Craig Ross repite a los mandos del solo de guitarra y, salvo los arreglos orquestales, de nuevo Lenny asume la totalidad de la instrumentación y las voces. Tras el paréntesis que supone Believe in me, pieza de corte más electrónico y ambiental en la que Lenny procesa su propia voz para crear el ritmo de la canción, el disco retoma la senda de su sonido característico con Pay to Play, que destila un ritmo "afro" en el que se combinan los efectos de mezclas en la batería y el bajo con la omnipresente guitarra rockera de Kravitz.

Que el disco mole no implica que durante el vuelo no experimentemos algunas turbulencias, y quizá A million miles away sea uno de los momentos más bajos del disco, la concesión de Lenny en forma de balada para los fans más sentimentales. Sin ser un mal tema, se convierte en el momento más pausado del viaje, el único en el que aparece la tentación de saltar al siguiente tema. No existía esa posibilidad en un programa de radio de 2001 así que aproveché el momento para ir al otro despacho y preguntar a mi chica si le quedaba mucho. Y la verdad, mis deseos habían dado un giro de 180 grados. Quería que le quedara mucho, para poder escuchar el programa del Vuelo 605 completo.

"Me queda un rato todavía" fue su respuesta, así que con una disimulada sonrisa en los labios, volví a mi asiento y me abroché de nuevo el cinturón para escuchar God Gave us all con su rotunda combinación de guitarra, bajo y batería y sus coros de tinte gospel. Pero fue con Dig in con la que las señales luminosas del cinturón de seguridad se apagaron, y no pude evitar levantarme y sacar de la funda mi "air guitar" para mover las manos al rotundo ritmo de esta breve pero intensa canción, uno de los momentos más brillantes del disco.

La recta final incluye You were in my heart, una nueva recreación de Kravitz en terrenos más electrónicos, lo que no impide que la canción sea brillante e intensa y la electrónica esté utilizada en su justa medida, sin desentonar en el conjunto. Aquí encontramos el tercer instrumento no interpretado por Kravitz, ya que incluye unos sintetizadores a cargo de un músico llamado David Baron. En realidad sólo está distrayéndonos con ritmos más pausados para crear el contraste y la sorpresa con el arranque de Bank Robber Man, el tema más rotundo en términos de sonido e intensidad rock, en el que Kravitz y Ross se sueltan al máximo y lo dan todo con sus guitarras.

Tras este subidón de adrenalina, toca iniciar el descenso del Vuelo 605 e ir reduciendo velocidad en los motores, para lo cuál funciona muy bien un tema cómo Let´s get high, más lento y melódico pero igualmente acertado. El Vuelo 605 había llegado a su destino. Ella terminó su trabajo y yo conté las horas y los días hasta que el disco estuvo disponible en las tiendas. Gracias Ángel Álvarez, como echamos de menos aquellos programas, y aquellos discos de Lenny Kravitz que molaban lo suficiente como para que los desmenuzaras con tu habitual maestría a bordo del Vuelo 605.

jueves, 30 de enero de 2020

Historia del rock and roll: 30.- Año 1964 parte 1


Puede ser el año más importante de la década de los 60 en el rock and roll, Inglaterra se ha puesto al mando del rock and roll, en America, the Motown comienza su reinado con The Supremes, pero la llegada de The Beatles a América iba a eclipsar los movimientos musicales de aquel país, ya que el grupo de Liverpool llegó acompañado de muchos otros de Inglaterra que coparon las listas de éxito y de ventas.




El 7 de febrero y después de conseguir el primer número uno en Estados Unidos, The Beatles llegan allí en loor de multitudes, dos días después de dar una rueda de prensa donde vieron la pasión que levantaban, el grupo actúa en el Ed Sullivan Show que batió un record de audiencia, tocaron “All my loving” entre el griterío de los espectadores.


Este año aparece “The Times They Are a-Changin”,  el tercer LP de Bob Dylan, que además fue el título del primer tema, una canción protesta consciente de sí misma, es a menudo vista como una reflexión de la brecha generacional marcando la división política en la cultura americana de los años 60. Voz, guitarra y armónica para el segundo tema “Ballad of Hollis Brown” está inspirada en la música de los Apalaches y cuenta la historia de un granjero que mató a toda su familia, una siniestra, historia gótica rural de un padre matando a su hambrienta familia. "With God on Our Side" está basada en una canción irlandesa y es una canción que critica las atrocidades bélicas del ejército estadounidense. “Only a pawn in their game” abre la cara dos del disco y trata sobre el asesinato del activista por los derechos civiles Medgar Evers en junio de 1963, y sobre el racismo enraizado en el sistema judicial de Mississippi y en la sociedad del sur de Estados Unidos que, durante muchos años, permitió que el asesino de Evers permaneciera en libertad. “Boots of Spanish leather” cuya melodía está inspirada en la canción folclórica inglesa Scarborough Fair, el tema trata de la ruptura del cantautor con Suze Rotolo, la chica de la portada del mítico álbum The Freewheelin´Bob Dylan. Otro de los cortes interesantes es "When the Ship Comes In", Joan Báez afirma en la película documental No Direction Home que la canción fue inspirada por un empleado del hotel que se negó a permitirle a Dylan una habitación debido a su apariencia "sucia". En “The Lonesome Death of Hattie Carroll” tenemos otra denuncia sobre un caso de racismo, el asesinato de Hattie Carroll, una criada afroamericana, a manos de William Devereux Zantzinger, un plantador de tabaco de Maryland.



The Rolling Stones habían publicado 2 singles, pero no habían dado el paso al LP, paso previo a este, deciden publicar un EP con cuatro canciones entre las que encontramos esta versión de Chuck Berry “Bye, bye Johnny”. El siguiente seria “Not fade away” tema de Buddy Holly y Norman Petty y que siempre será recordada por la versión de los Rolling. Tendríamos que esperar hasta el 16 de abril para que publicaran su primer álbum, que llevaba como título The Rolling Stones, el primer corte es un tema de Chuck Berry titulado “Route 66”. En el disco encontramos la única canción compuesta por Mick Jagger y Clift Richards es una balada titulada “Tell Me (You're Coming Back)” con un gran componente de pop. Otro de los grandes temas que encontramos en el álbum es “Walking the dog”, una canción de Rufus Thomas.

Tiempo para otra canción de Brian Wilson, The Beach boys publican un tema con la introducción del Johnny B Good de Chuck Berry, el clásico “Fun, fun, fun”.  Después de ese single aparece en escena el quinto álbum del grupo con la melancolica “Don´t worry baby”, también encontramos una exhibición vocal en “The warm of the sun”. Y meses después aparece el sexto álbum, y aquí es donde consiguen el primer número uno del grupo con el tema “I get around” una canción divertida sobre un estilo de vida adolescente con amigos, chicas y autos. Musicalmente, sin embargo, fue increíblemente innovador, con una guitarra fuzz de apertura, ritmos stop-start y una línea de teclado trabajando dentro y fuera de la canción.



Este año sale publicado el segundo single del grupo Londinense The Animals, fue un pelotazo brutal, “The house of the rising sun” una canción que proviene de Irlanda o Inglaterra y que exportaron los inmigrantes que fueron a Estados Unidos donde se convirtió en un tema muy popular entre los afroamericanos. Los historiadores no han podido identificar definitivamente La casa del sol naciente, pero aquí están las dos teorías más populares: La primera dice que la canción trata sobre un burdel en Nueva Orleans. "La casa del sol naciente" lleva el nombre de su ocupante Madame Marianne LeSoleil Levant (que significa "Sol naciente" en francés) y estuvo abierta desde 1862 hasta 1874, cuando estuvo cerrada debido a quejas por vecinos. Estaba ubicado en 826-830 St. Louis St. La segunda que se trata de una prisión de mujeres en Nueva Orleans denominada prisión de mujeres de la Parroquia de Orleans, que tenía una puerta de entrada adornada con obras de arte del sol naciente. Esto explicaría la letra de "bola y cadena" en la canción. The Kinks fue uno de los míticos grupos ingleses de la época, se formaron en Londres, en enero publican su primer single, una versión del tema Little Richard “Long tall Sally”.The Searchers publican quizás su mejor álbum en el que destaca el tema “Needles And Pins“, en la introducción se tocan dos guitarras de 6 cuerdas al unísono y parece que suena como una guitarra de 12 cuerdas ya que un ingeniero dejó accidentalmente el interruptor de eco encendido le gustó el resultado y decidieron dejarlo. También destaca el clásico de Betty Everett “It's in His Kiss”, otro de los temas destacados es “I count the tears” que cantaron anteriormente The drifters.  The Spencer Davis Group fue otro grupo británico, con la particularidad de que su cantante tenía 14 años y se llamaba Steve Winwood, lo suyo era el blues y versionan una canción de John Lee Hooker titulada “Dimples”. Aparece el primer Lp de The Hollies con un único tema compuesto por ellos titulado “Little Lover”.

David Bowie, empezó a grabar canciones con 17 años, en 1964 estaba con un grupo llamado The King Bees, ficharon por el sello Decca y publicaron su primer single con el nombre de David Jones with the king bees, el título de la canción era “Liza Jane” una versión de un tema de 1917

Chuck Berry salía de la cárcel y publicaría su primer single en mucho tiempo, “Nadine” sigue bebiendo del rock de los 50, su segundo single fue un pelotazo titulado “No particular place to go”, escrito en un momento en el que Chuck Berry literalmente no tenía a dónde ir. The supremes llevaban 3 años de carrera sin conocer el éxito, en junio de este año, les llego el momento, comienza su reinado, con “Where did our love go”, curiosamente pensaron que era una canción muy infantil, y después de grabarlo no les gustó como quedó, preveían que sería su noveno fracaso y el fin de su carrera, pero estamos ante el que iba a ser su primer gran éxito de muchos. The Dixie Cups eran un grupo femenino estadounidense de música pop, que publicaron el tema "Chapel of Love" que se convirtió en numero 1. Posteriormente apareció en la banda sonora de la película de 1987 La chaqueta metálica. Mary Wells conseguiría su primer número uno con The Motown con el tema “My guy”. Cannibal & the Headhunters era un grupo chicano de Los Angeles, fue el primer grupo Mexicano-Estadounidense en tener éxito, en 1964 publicaron “Land of a thousand dances” una canción escrita y grabada por primera vez por Chris Kenner en 1962. La canción es famosa por su gancho "na na na na na", que Cannibal & the Headhunters agregó en su versión de 1964.

Tommy Tucker era un blusero que un tema que ha sido versionado por múltiples grupos, hasta autor del clásico “Hi-hell sneakers”. John Mayall & the Bluesbreakers fue una banda de blues rock inglesa.


miércoles, 29 de enero de 2020

Canciones que nos emocionan: 1,2,3 Funky!!!! (2)



El Funk vuelve a la pista de baile y con energías renovadas. En esta segunda entrega, la bola de cristal gira de nuevo sobre los peinados afros de los más bailongos de la pista, que mueven sus cuerpos de piel apretada al son de un ritmo de bajo y batería machacones.


Buen ejemplo de ello es Skin Tight de The Ohio Players, canción que dio título a su quinto álbum de estudio, y que les disparó comercialmente como ninguno de sus discos anteriores había conseguido. Este temazo de más de 7 minutos es mi aportación funk en este artículo, porque el espíritu de este blog es compartir y dar voz a todo el que participe, de modo que para las otras dos recomendaciones voy a basarme en las palabras y las propuestas funk que Eduard Oliván Vendrell nos dedicó en un comentario en este blog sobre la anterior entrega de 1,2,3 Funky!!!


Eduard nos comentaba que James Brown le dio "brillo funk al soul con su sección de vientos, que muchas veces sustituía a la tradicional respuesta del coro" de voces a la voz principal. Eduard no da ejemplos concretos, pero seguro que estará de acuerdo en que la canción de James Brown que he escogido en su nombre, cuál discjockey de "La Gramola", es muy funky. El Padrino del Funk ya aparecía en la primera entrega con "Hot Pants", y en esta ocasión hemos seleccionado la imprescindible Get up, I feel like being a Sex Machine, conocida en cualquier rincón del Universo simplemente como "Sex Machine". Es una buena muestra de la potencia de esa sección de vientos y del ritmo funky tan característico que sólo James sabía darle a sus temas. El tema ha sido versionado por multitud de artistas, y especialmente recomendable es la "versión" que Terence Trent D'Arby hace de este tema dentro de la versión extendida de su hit de 1987 "Dance Little Sister"




La siguiente recomendación de Eduard en su comentario es que visitemos la música de Sly & The Family Stone, un grupo que "revolucionó el funk, con Larry Graham al bajo inventándose la técnica del slap y el picking". Doy fe de la particular manera de tocar el bajo de Larry Graham, tuve la oportunidad de verle actuar en directo con la Graham Central Station, cuando fueron teloneros de Prince en el Palacio de los Deportes de Madrid en 1998. Graham bajó del escenario y se metió entre el público, avanzando hasta prácticamente el centro de la pista del Palacio mientras realizaba un solo de bajo. Y comparto también que, a su manera, revolucionaron el funk, dándole un aire mucho más combativo en muchos temas. ¿Y que canción seleccionamos para este artículo? Hay muchas, pero a mí particularmente me parece curioso proponeros Underdog, cara B de su gran éxito "Dance to the Music", que tiene una anecdótica intro (y final) en la que los metales recrean el "tocan a maitines". Como lo oís, no me he tomado nada raro. Increíble pero cierto, sólo ellos eran capaces de convertir a Fray Santiago en un apóstol del funk.

Y hasta aquí la segunda entrega de 1,2,3 Funky!!! Con vuestras aportaciones y otras muchas canciones que de este género tengo apretujadas en la cabeza, seguro que nos veremos pronto en otra entrega, para seguir moviendo el esqueleto a través de este blog. ¡Gracias Eduard por se tan funky y compartirlo!

lunes, 27 de enero de 2020

Canciones que nos emocionan: Fantasma - Árbol


Fantasma 

Con un motor de heladera vieja, una palanca de cambios de un viejo autobús, y un montón de mensajes la Banda Árbol, nos deja esta hermosa canción, que nos habla de la muerte, aunque en forma diferente, hasta parecería ser una forma alentadora de pensar que sucedería el día que ya no estemos sobre este mundo, sería una forma muy bonita de pensar en los que quedan.

Pero no pensemos que todo es tristeza, la música nos enseña a que todo es posible, así que espero que les guste esta canción que hemos seleccionado como una de las canciones que nos emociona esta semana.

Fantasma Letra: 

Salgo volando
por la ventana
y tantos días quedan atrás.
Ya no me duelen
todas las cosas
que ayer me podían molestar.
Son cajones que se cierran
para que nadie los vea.
Son palabras que no pude decir.
Pero ya no me importa
porque nada me toca
y no hay nada vivo dentro de mí.
Floto en el aire
desde esta tarde
cuando mi cabeza explotó.
Ahora el piso es de nubes
y me asomo cada tanto
a espiarte desde donde estoy.
Y veo (y veo)
Y vuelo (y vuelo)
Y veo (y veo)
Y vuelo (y vuelo)
El barrio se ilumina
y la noche se hace día
brilla como un árbol de navidad.
Y estoy alto, muy alto
y las luces de los autos
que se frenan cada tanto y vuelven a arrancar.
Y veo
a la gente corriendo
como una coreografía sin fin.
Y vuelo
como en una avioneta
del olor de fugazzeta que cocina mamá.
Y me





Daniel 
Instagram: Storyboy