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miércoles, 26 de abril de 2023

0846.- Yo no soy esa - Mari Trini

María Trinidad Pérez de Miravete-Mille y Pascual del Riquelme, más conocida con el nombre artístico de Mari Trini, nació en la pedanía murciana de Singla, el 12 de julio de 1947, a los siete años se trasladaría a Madrid con su familia donde, enfermó de gravedad (nefritis crónica), por lo que tuvo que pasar largas temporadas en casa, sin apenas levantarse de la cama, esta enfermedad fue larga y marcó el carácter de Mari Trini ya que has ta los 14 años no obtuvo el alta médica. La enfermedad le dejó alguna secuela física, pero también perfiló su personalidad y carácter, y fue un período que aprovechó para escribir y aprender a tocar la guitarra. Con apenas quince años conoció en Madrid al cineasta Nicholas Ray, director de películas como “Rebelde sin causa” o “55 días en Pekín”, él fue quien convenció a Mari Trini para que marchara a Londres a estudiar arte dramático y a prepararse para interpretar una película, que finalmente no llegó a realizarse. Allí conoció a Roman Polanski, Paul McCartney, James Mason y Marlene Dietrich, y empezó a coquetear con la canción francesa, por lo que acabó en París grabando sus tres primeros EP. A su regreso a España, cantó por Aute y por Patxi Andión, hasta que se hartó de interpretar las voces de otros y buscó incansablemente la propia: un trabajo, ustedes lo saben, que le lleva a uno toda la vida. Por eso fue que en su siguiente álbum, Escúchame, donde salió su Yo no soy esa, un auténtico himno feminista lanzado en 1971, con Franco vivísimo, con un nacionalcatolicismo implantado hasta la médula, con este disco y esta canción se consagró como una de las cantautoras fundamentales de habla castellana. Mari Trini vino a desvincularse, con esta letra inolvidable, de la concepción que el españolito medio tenía de la mujer de al lado: manifestaba, desafiante, que no pensaba ser complaciente ni dócil, que no iba a estar esperándole ni disculpándole sus escarceos con otras, que no iba a reírle las gracias tan fácilmente, “Yo no soy esa que tu te imaginas. Una señorita tranquila y sencilla, que un día abandonas y siempre perdona. Esa niña sí … no, esa no soy yo”. El título «Yo no soy esa» es revelador porque cita (y rebate) otra canción: «Yo soy esa», tema clásico del género de la copla (cantado por, entre otras, Isabel Pantoja) cuya letra alude a una mujer utilizada por los hombres.


A Mari Trini la llamaron “marimacho” porque fue la primera mujer en aparecer en Televisión Española llevando pantalones tejanos, y porque no jugaba a la baza de la sensualidad en escena: vestía sobria, sencilla, casi siempre de blanco y negro, dejando caer sobre los hombros su espesa melena rubia, lisa y recta. No fue pizpireta, fue enigmática, y culta, y algo oscura: daba la sensación de que valía mucho más por lo que callaba, Mari Trini fue, ante todo, dueña de su vida, y para conseguirlo tuvo que tejer con cuidado una muralla de discreción a su alrededor: era fácil que la prensa rosa volviese a poner en el foco del debate los amoríos de una mujer como centro de su personalidad.


viernes, 14 de abril de 2023

El disco de la semana 323: De un pais en llamas - Radio Futura.

De un país en llamas fue publicado en el ecuador de la vida del grupo madrileño, aunque claro está, eso no se sabía el 12 de mayo de 1985 cuando el álbum apareció en las estanterías de las discotiendas e inundaba las programaciones de emisoras de radio y las páginas de revistas. Mucho había cambiado en su sonido y en el entorno de la Movida Madrileña, de la cual Radio Futura fue esencial protagonista durante el cambio de década, y del lanzamiento de su disco debut Música Moderna (1980, EMI-Hispavox), del cual más tarde declararían que había dejado de representarlos. Radio Futura era sin duda una de esas formaciones cuya sola mención se relacionaba con el mencionado movimiento, reconociéndoseles además como uno de los miembros fundadores de dicha corriente. No obstante, su trayectoria musical durante aquellos primeros años fue irregular, llena de contrastes y enfrentamientos con su discográfica que les mantuvo en un prolongado parón a la hora de grabar nuevos temas. ¿A quién le puede apetecer bucear en las miserias ajenas? A un morboso sin remedio, la tasación de este álbum tiene una cualidad casi obscena. No en vano "De un país en llamas" es el disco más inhóspito, violento y agresivo que haya salido de la cabeza y las manos de la banda madrileña. Gracias a las letras que en este disco alcanzan un nivel casi inédito en la historia del rock español. Surrealistas y dolientes, pero también firmadas desde una pluma honesta que cree en valores como la amistad, las letras de Santiago Auserón dan forma a un disco extraño y atípico, repleto de todos los colores, muy latino y muy europeo a la vez. El disco fue grabado en Londres, (una moda de la época), y producido por dos músicos funk: Dunkan Bridgeman y Jo Dworniak, que llenan las composiciones de los madrileños de efectos de sonido, ruidos, ecos y ambientación de claro cariz industrial, que impone un ambiente sinuoso, inquietante y de imaginería urbana, con especial hincapié en la creación de estados de ánimo de desasosiego y temor a una oscura y apocalíptica realidad. 

Su disco más denso y sombrío se abre con "No tocarte" para sentar las bases con ese riff circular y oscuro, quedaba claro el crecimiento. Es un tema rockero con cierto deje funk y la adición de las congas de Danny Cummings que coló influencias de Talking Heads.  "La ciudad interior" es un funk blanco y siniestro se mueve entre la rítmica a lo Frankie Goes to Hollywood, fue el primer single, un tema extraño, con una carencia funk, que le da una acidez y una corrosión casi insoportable, una letra indescifrable que gusta oír, que engancha, y un estribillo violento y aterrador en su crudeza, poco adecuada como single. “El tonto Simon” es una historia sobre la España profunda llena de miseria y estereotipos que denotan la crueldad pueblerina de, espero, otros tiempos, todo ello con un trasfondo de son latino, Santi Auserón ya empezaba a tejer su historia musical futura. Lo mismo ocurre con "El viento de África" (hermana pequeña de "Semilla negra") a ritmo de calipso, o "En el chino". Las letras son, más que nunca, herméticas y brutales, sin concesiones a la comercialidad ni, a veces, a la interpretación. 

"En el Chino", un tema cuya letra parece haberse adelantado más de una década, es un tema nocturno, sobre la peligrosa e incómoda vida en los bajos fondos, con descripciones realistas y conclusiones pesimistas, destaca un sonido de reminiscencias souleras y predominio eléctrico-industrial, otro gran tema. Aun así eso no nos impide gozar de joyas como la magistral y amenazante "Han caído los dos" que ya salva un disco por sí sola. es uno de los momentos de mayor atractivo del disco. Guitarras, congas, batería, bajo y voz entretejen un equilibrio estupendo, dejando que la interesante historia discurra. Estamos ante una descripción del amor un tanto oscura y críptica, pero con poderosas y hermosas metáforas que transforman el amor en una especie de maldición de la que es imposible escapar. Más que una canción de amor es una pesadilla gótica que te atrae de forma hipnótica a la vez que te estremece. “La vida en la frontera", de una contundencia emocional que sólo puede venir de la autenticidad más férrea, finiquita brillantemente este disco en el que se mezclan estilos tan diversos como el funk, los sones latinos, el soul, el rock e incluso influencias del Bowie de la época de "Scary Monsters".


"De un país en llamas" es historia viva del rock español, hijo de una época mágica que poco o nada tiene que ver con la actual. Si alguien no lo conoce, se lo recomiendo sin dudarlo, pues no puede dejar indiferente a nadie este extraño monolito sonico esculpido por esa banda histórica que fue Radio Futura y que hoy me ha hecho más llevadera la reclusión y la labor de limpieza de vinilos.


miércoles, 31 de marzo de 2021

Extremoduro - El final del camino de las utopías (Mes Extremoduro)


 
Sopla el viento sin parar
Para que vuelva...
Y en el viento viene y va
Una respuesta...
Estoy buscando una respuesta
Que lleva el viento
Y voy detrás de todas las tormentas
Y no la encuentro
Y voy... detrás de todas las tormentas
Por si la encuentro hoy
 
Con estos versos, en el tramo final de "El camino de las utopías", termina el último disco de Extremoduro. Siempre nos referimos al "último disco" para describir al más reciente, pero en este caso, y tras las declaraciones del grupo en las que comunicaban que ponían punto y final al grupo con una gira de despedida (que no pudo realizarse por la pandemia de la Covid-19), resulta que al final "Para todos los públicos" sí que será de verdad el último disco de Extremoduro.
 
Quién sabe si el viento soplará sin parar, con la esperanza de que algún día vuelvan, y quién sabe si en este #MesExtremoduro que ahora acaba habremos sido capaces de poner nuestro granito de arena para que encontréis respuestas y detalles que no conocierais sobre esta banda superlativa, de las pocas bandas españolas que aún son capaces de desatar tormentas.
 
Hace tanto que te espero
Que he perdido la conciencia social
Y ya no encuentro agarradero
Abandonado en esta ausencia global
Desde que no te veo
Concédeme un deseo
Si no es mucho pedir
Yo pido...
 
Yo pido que la esperanza de que la separación de Extremoduro sea en realidad pasajera no sea una utopía arrastrada por el viento, y que dentro de un tiempo, cuando todas las olas de esta maldita tormenta hayan pasado, podamos pisar por fin tierra firme e ir todos juntos de nuevo a ver a Extremoduro. Y si no es así, siempre nos quedará la música. Esa con la que hemos intentado llenar los días y las horas del #MesExtremoduro, Nos vamos ya, con una referencia al sabio refranero popular, pues dejamos este "Marzo ventoso" para adentrarnos en un "Abril lluvioso" (y púrpura), la próxima parada en nuestro particular camino de las utopías.

domingo, 28 de marzo de 2021

Extremoduro - Para todos los publicos (Mes Extremoduro)

 




Extremoduro continúan por la senda de la ‘Ley Innnata’, haciendo lo que les da la gana, sobre todo, buena música, reinventándose a si mismos a través de novedosas melodías, cuidando el sonido y puliendo los arreglos para facturar uno de los plásticos más interesantes de la temporada.

 

El disco se abre con ‘Locura Transitoria’. Una canción con tres ambientes, con en clásico uso de cuarteto de cuerda, la más extensa por otra parte, (de nuevo Ara Malikian al frente, un violinista excepcional), el crescendo más rockero y la ‘defectuosa’ calidez del “una y otra vez”, con sones latinos. Un texto repleto de referencias literarias (Miguel Hernández, Gustavo Adolfo Becquer, Miguel de Cervantes…). En cualquier caso, la fuerza vocal del puente más potente, en contraste con la melódica la convierten en la reina de aires de ‘canción total’. ‘Entre Interiores’ suena a fin de ciclo, pues Robe, como todos, se nos hace mayor. Una canción que se cimenta en el blues con mucho swing. Como guinda de los cuatro minutos, uno de los mejores textos del álbum. Con esa cruel conversación entre el entregado y el que pasa.  Es una de las más sólidas y posiblemente vaya aparejada de la aceptación popular por las excelentes formas musicales. ‘¡Qué Borde Era Mi Valle’ es volver al Extremoduro del comienzo aunque más elaborada que antaño. Será el track que más contente a los que les gusta el Robe más bruto que, con una base rítmica que se mueve entre el funk y el stoner. Parece caña bruta sin más pero miente, tiene mucho más de lo que parece. 


‘Poema Sobrecogido’ es la canción más trascendente del disco, nos lleva al infierno, una canción de desarrollo complejo y que, más que a Triana como he leído en alguna parte (es verdad que hay un par de florituras en guitarras y algún ligero teclado que puede tener que ver), está más cerca de la expresión desbocada de sus admirados Lole y Manuel. La letra también es una de las mejores del disco. Digno de elogio la escalofriante interpretación de la segunda voz de Airam Etxaniz y los gritos desbocados, del que se quema en el infierno, de Agnes Lilith. ‘Manué’ es el más filosófico de la serie y abre paso, a la parte más loca del disco. ‘Mama’ parece empezar como canción al uso, (qué bien usan siempre esos remates distorsionados agudos para dar casi por frecuente una innovación rítmica como esta) hasta que uno percibe que esto va a ser un registro totalmente nuevo. El aire funk de riff corto y repetitivo juega con una letra histriónica, puro artificio hasta entrar en un estribillo de funk y percusión que recuerda al Zappa más gamberro, aires africanos y a los Grand Funk Railroad que tanto admira Homer Simpson. El estribillo además encierra la picaresca sexual marca de la casa por parte de Iniesta. ‘Mi Voluntad’ viene a ser el tema más ‘facilón’ del disco. La batería machacona se cimenta en un caja-bombo que no se frecuentaba desde Yo, Minoría Absoluta o de forma tan descarada desde el Canciones Prohibidas. Pero hablar de Extremoduro es hablar de evolución constante y esta mejora aquellas, tanto en la música como en el texto, ya que esta está a un buen nivel. La diversión estará garantizada en directo con la velocidad rítmica y esa melodía cantarina de guitarra. 


Pequeño Rocanrol Endémico’ va a ser una de las más populares del disco, no por ello creo que sea la mejor y no por decir esto significa que no me guste. De hecho es un registro que a Robe le sienta genial. Su rock accesible de inspiración blues y vacilón contrasta con una letra de abandono que será arrojada entre ‘ex’ con profusión sin atender a motivos. Una canción de sueños ya pasados, circunscritos a un tiempo concreto que ya no tiene solución alguna. Recuerda al Uoho más plateresco, pero pronto Robe hace suya la canción, tanto en la voz como en el desarrollo instrumental de la segunda parte del tema. El solo, con una distorsión muy delicada, ofrece otro momento que contentará a la sección más melódica. Es de las que entra desde la primera escucha y que el público hará suya al estilo ‘Standby’. Finaliza con ‘El Camino De Las Utopías’. Una canción de corte elegante y majestuoso, con un texto que, de nuevo, como en casi todo el segundo bloque como decía, juega con cierta hilaridad, aunque las formas lo disimulan. La estrofa inicial se convirtió desde el comienzo en doctrina de principios para los seguidores más recientes y ahí se quedará para siempre. Es una canción que tiene todos los elementos más armoniosos de Extremoduro desde La Ley Innata. Otro clásico del que quizá sea aventurado pronosticar el recorrido (creo que en la próxima gira le ganará en aceptación ‘Locura Transitoria’, porque de hecho parecen tener armonías comunes y, como ya hiciera en La Ley, el final del disco enlaza perfectamente con el inicio, permite el bucle).


miércoles, 24 de marzo de 2021

Extremoduro - Material Defectuoso (Mes Extremoduro)

 

 
"Contra todos. Otra vez me levanto contra todos..." 
 
Empieza esta reseña de manera defectuosa, haciendo referencia a una canción que no está en Material Defectuoso (2011), el décimo álbum de estudio de Extremoduro. "Contra todos" apareció en directo en la posterior gira de la banda, y finalmente acabó en "Lo que aletea en nuestras cabezas", el disco de debut de Robe Iniesta en solitario, alejándose definitivamente de este Material Defectuoso del que parece venir su origen, a juzgar por el rastro de los versos de la canción que aparecen en la contraportada. ¿Y por qué la referencia a Contra todos? Porque eso es lo que Robe, con más insistencia que nunca, transmitía con todas las acciones relacionadas con este disco. No hubo vídeo nuevo. Ni entrevistas o ruedas de prensa. Tampoco hubo gira ni promoción alguna. Una vez más, contracorriente, o contra toda lógica. Contra todos. 
 
¿Y si las complejas características de este disco, trabajado en el estudio hasta el último detalle, pero mucho más melódico y heterodoxo respecto a los discos clásicos de la banda, exigía una venta más esforzada de sus virtudes? Pues entonces van y le ponen el título de Material Defectuoso. Contra todos y contra todo. Y lo mejor es que, más allá de las reticencias de sus seguidores más ortodoxos, el disco funcionó, y llegó directamente al nº1 en las listas de ventas,​ y se mantuvo en lo más alto durante cuatro semanas consecutivas. Así que, Contra todo pronóstico, teniendo en cuenta la nula promoción, un disco de sólo seis canciones y un sonido más suave y refinado que el de discos anteriores, llegó igualmente "al camino recto, por el más torcido".

Con una estrategia tan suicida, no es de extrañar que el único single fuera un tango. El tema Tango Suicida se puso a la venta en mayo de 2011 y estuvo disponible en la web del grupo, con sus más de ocho minutos de magia, en los que se alternan pasajes de taciturna belleza y tramos de guitarras duras marca de la casa, todo ello hilvanado con unas letras difícilmente superables. Un auténtico viaje sonoro por las relaciones personales y el mundo interior de ese atormentado y canalla personaje que se asoma a las grandes canciones de Robe, casi una road movie en clave de tango y ópera rock, con coros que increpan a la voz cantante, entre bohemias melodías de saxofón y varias capas de guitarras.
 
En mi caso, esta road movie no empezó a ritmo de tango, sino al son de unos tambores tribales, pero lo hizo precisamente en un viaje en coche, y en el momento en el que el locutor presentó Desarraigo, el entonces nuevo tema de Extremoduro. Desde los mencionados tambores con los que arrancan tema y disco, el cuidado por la instrumentación y la exuberancia de los arreglos era más que evidente, pero al mismo tiempo el tema traía consigo todas las señas de identidad de la banda, lo que unido a la habitual intensidad gráfica de sus letras ("La vida vino dando volteretas, los pies al suelo a mí no me sujetan, que soy viento y me embalo y arranco las veletas"), desembocó en que mi siguiente viaje en coche fuera en dirección a la tienda de discos, para comprar un material que se me antojaba excelso en lugar de defectuoso.

Con el disco ya en mis manos, la primera escucha completa fue también en otro viaje en coche, rumbo a unas merecidas vacaciones con mi mujer y mis hijos. Con el disco sonando en el reproductor, el camino no se hacía tan largo con esa maravilla que es Mi espíritu imperecedero, que perfectamente habría podido ser un single de impacto, por su estructura de "hit clásico" con estribillo reconocible y pegadizo, y al mismo tiempo provista de la generosa y brillante lírica habitual en las letras ("Se ha roto otro peldaño de la escalera, soledad y desengaño son mis condenas. Después de tantos años, carcelero ¿cuánto queda? Volver, que me hacen daño los minutos de esta espera")

Le sigue Otra inútil canción para la paz,  lo más parecido a un himno o una canción protesta que podemos encontrar en el disco, pero protesta a la manera sui generis de Robe, que ante el genio de la lámpara pide "cambiar este mundo tan feo", lo cual es tan simple como loable, pero después pide "que caiga una droga del cielo" y viajando con niños, ahí empezó a complicarse la cosa. El pequeño era sólo un bebé, y el mayor era aún pequeño, pero ya entendía las letras, por lo que tuvimos que cantar fuerte y por encima de Robe en algunos tramos, cambiando algunas palabras por otras que sonaran similares. La droga se convirtió en una "trona", la cual traducimos como un gran rayo que caía del cielo y lo limpiaba todo. En este tema hay una nueva referencia al "Contra todo" que subyace en muchos matices del disco. Robe sigue pidiendo cosas, como "que el odio me salga de dentro" o poder "decir que estoy aquí, que estoy en contra de todo" antes de que el genio le diga que se calle y que pida de nuevo un deseo.
 
Sobrepasamos el ecuador del disco con Si te vas, el baladón del disco y el tema más extenso con ocho minutos y medio de intensidad y sentimiento. Aquí el truco estuvo en evitar cualquier pregunta sobre el significado de "yo me pongo palote, sólo con que me toque" y, de tener que hacerlo, recurríamos a las famosas barritas de caramelo de nuestra juventud. Pero eso casi nunca era necesario, porque el niño estaba más pendiente de disfrutar de la música de un tema en el que no se escatima en nada en la exuberante instrumentación de cuerdas, teclados y guitarras, que de lo que pudiera significar una palabra u otra. Aquí suenan sinfónicos y melódicos, pero también rotundos y, por tanto, reconocibles. Estamos ante uno de sus mejores temas de su etapa madura, y de otro potencial single, de no ser por su duración.
 
Tras la ya mencionada Tango suicida, en la que logramos convencer al niño de que el personaje se va de "rutas" para ahogar sus penas, el disco se cierra con Calle Esperanza s/n, un tema lento y susurrante que pone de nuevo a prueba nuestra capacidad de sorpresa. Robe nos reta en cada cambio, porque va de nuevo contra todo, y aquí lleva al límite la tendencia del disco a la calma y los aires sinfónicos, pero no deja de ser una nueva exhibición de clase y talento, con un solo final de Uoho digno del Gilmour de los mejores Pink Floyd. Y como no rendirse a letras con posibles guiños al gran Sabina, con referencias que van desde el propio título (La Calle Esperanza no debe andar muy lejos de la Calle Melancolía) a la manera en la que piropea a su particular Eva tomando el Sol, hablando con el astro rey ("Tumbadita en el suelo, tomando el sol en cueros... ¡Sol, que despacio vas! No será que te has parado a mirar")
 
Desde entonces, han sido muchos los viajes que me han llevado más allá de la Calle Esperanza. Unos más largos y otros menos, pero en muchos de ellos, siempre he encontrado un hueco para que los cuatro cantemos a voz en grito a lo largo de estos 43 minutos casi perfectos. Así que, una vez más, nos abrocharemos los cinturones, pondré en marcha el reproductor del coche, y unos tambores tribales anunciarán la llegada del desarraigo, de lo imperecedero del espíritu, de lo inútil de cantarle a la paz, de lo suicida que sería dejar que se fuera la persona amada, un golpe emocional del que no se repondría ni el más grande de los astros, ese sol que no pudo evitar caer en la tentación de alguna que otra mirada furtiva. Pequeños pecados beniales, y grandes materiales defectuosos.

domingo, 21 de marzo de 2021

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (Mes Extremoduro)

 


Es difícil explicar el matiz que separa o diferencia a los discos buenos de las obras maestras, pero la realidad es que ese "no se qué" se da en una minoría de casos. Una minoría absoluta, porque en el caso del disco grabado por Extremoduro entre octubre de 2001 y enero de 2002, encontramos ese "yo qué sé" adicional que lo eleva, junto a "La ley Innata" y "Deltoya", a la categoría de obra cumbre. Un disco que se te queda grabado A fuego desde la primera de las escuchas, tanto por la la fuerza de la música como por la rotundidad y el impacto de sus letras ("Y harto de buscarte siempre a oscuras, y de volverme de puro hielo, tiré toda mi vida a la basura, y ni las ratas se la comieron").

Tanto en La ley Innata como en Agila, el disco que antecedía a Yo, minoría absoluta, se cuidaron al máximo la exuberancia y el empaque de la instrumentación, llegando hasta a incluir una orquesta de mariachis en el primero, y una sección de vientos en el segundo. Y, sin embargo, fue en un disco más "desnudo" que el Cristo con pistolas de su portada, dónde Extremoduro alcanzó el que hasta entonces sería el punto más alto en creatividad y calidad musical, y lo hizo como quién no quiere la cosa (cómo si fuera fácil) y caminando por La vereda de la puerta de atrás, con canciones generalmente desprovistas de aderezos adicionales, salvo puntuales colaboraciones de Gino Pavone a la percusión, Batiz a la guitarra, Javi Isasi a la trompeta o Fito Cabrales y Lourdes Aldekoa a los coros. Una minoría de músicos, para lograr una obra maestra absoluta, ese disco perfecto que todo artista persigue durante toda su carrera ("Y si fuera mi vida una escalera, me la he pasado entera, buscando el siguiente escalón, convencido que estás en el tejado, esperando a ver si llego yo")

Después de jugar con los títulos de los dos primeros temas y tratar de insertarlos con sentido en este texto, llego a Hoy te la meto hasta las orejas y me cambia totalmente el paso. ¿Cómo encajar un título así, sin que el sentido del texto se desvíe a lo malsonante? Robe, como siempre, se erige en maestro de moverse en el filo, de elevarse a lo poético y cortar después por lo sano, y esta canción es en realidad un reflejo de esos impulsos ambivalentes, de un personaje que se debate entre expresar de manera poética su amor y decir a las claras lo que le quema por dentro (Soñé en hablarle de su pelo y ser la brisa, pensé en decirle que la vida era su boca y... ¡No! Pasa a mi lado su olor... y contengo la respiración)

La melancolía y la tristeza ganan también, a veces, en esa lucha interna contra la brutalidad del deseo, como sucede en Standby, uno de los temas más lentos y bellos del disco ("Sueña con su melena y viene el viento y se la lleva. Y desde entonces su cabeza solo quiere alzar el vuelo. Bebe rubia la cerveza pa' acordarse de su pelo..."), pero es solo un breve remanso de paz en el camino, antes de volver al ruedo en Menamoro, y atravesar la frontera como "culeros" ("Quién me registra en los controles, dónde está el dedo acusador, Jefe vengo de coger flores, de una frontera del amor...")

El contraste entre la calma lírica y la ira desgarradora y desatada se manifiesta también en la música, y es en Luce la oscuridad dónde se muestra de manera más evidente. Lo que parece una canción calmada y taciturna, rompe bruscamente en una sucesión de episodios de rabia en los que tiene cabida la protesta social de esa "minoría absoluta" ("¿Quién va a meterse por el culo mi libertad de expresión cuando diga que me cago en la Constitución? Nadie puede escaparse, si todo es una prisión...") Tras la tempestad sonora y verbal, llega de nuevo la calma, esa que el desquiciado personaje de las canciones de Robe solo parece encontrar Cerca del Suelo, y más concretamente "a la altura de tu cintura". Pero, al igual que relata Sabina en su canción "Cerrado por Derribo" ("Que poco rato dura la vida eterna, por el túnel de tus piernas...") la calma le dura a Robe lo que tarda en tomar de nuevo altura y alejarse de ese "trocito de cielo, lleno de pelos"  para subirse de nuevo "a lo mas alto de la locura" en Puta, imprescindible tema de la banda en el que ni la blanca y tranquila Luna escapa a la ira desencajada de nuestro enloquecido Romeo ("Me encuentro a mi princesa hablando con la Luna, echándose carreras a ver quién es más...") 

Desquiciado y desubicado como Buitre (que) no come alpiste, la obsesión y el descontrol van cada vez más en aumento, y las ratas de la basura vuelven a hacer acto de presencia, en un tema que parece emparentado con el A fuego del arranque. ("Cómo ratas de basura, desorden y soledad, se fueron viéndote llegar...") Así que, tras una breve y obligada referencia a la anecdótica La vieja (a la que se refieren entre paréntesis como "canción sórdida", cómo si el resto del disco no tuviera pasajes en los que la sordidez manara ansiosa y desenfrenada), y habiendo vuelto el hilo argumental al A fuego de las primeras líneas, cerraré este artículo con los versos en el que creo haber encontrado ese matiz casi imperceptible, ese "no se qué" que se da sólo en contadas ocasiones, y que convierte a las obras en maestras. Son éstos unos versos a la altura de sólo unos pocos. O más bien de uno sólo. Se llama Robe Iniesta, y es una minoría absoluta:

¿Pero dónde están los besos que te debo?
En una cajita, que nunca llevo el corazón encima
Por si me lo quitan
¿Y dónde están los besos que me debes?
En cualquier esquina, cansados de vivir en tu boquita
Siempre a la deriva

miércoles, 17 de marzo de 2021

Extremoduro - Agila (Mes Extremoduro)

 


En "Agila" podemos encontrar un sonido brillante gracias entre otro a Iñaki “Uoho” Antón, que era el guitarrista de Platero Y Tú, a esto le tenemos que sumar de que su discográfica, iba aportar a Álex de la Iglesia dos temas para, “El día de la bestia”, banda sonora fabulosa en la que también participaron, y de qué manera, Def Con Dos. Pues bien, con todos esos mimbres, unas canciones cojonudas y rodeado de Iñaki Setién a la guitarra, Ramón al bajo, y Capi a la batería, con Roberto Iniesta, El Rey de Extremadura a la voz, entran en el estudio para grabar su sexto trabajo tras “Pedrá”; el que a la postre sería la obra que les llevaría a las más altas cotas de popularidad, “Agila”. Todas y cada una de las 13 canciones de este disco se han convertido en himnos, de obligada escucha para todos aquellos que no odien a Iniesta, que haberlos hay los, y conforman un disco 10, sin fisuras, sin temas que sobren, con calidad a raudales y con una mala ostia que solo “el Robe” sabe escupir.

 

Yendo a lo que es el disco en sí, este ya incorpora una sección de vientos y otras instrumentaciones poco habituales, cuando no, inexistentes, en los trabajos anteriores e incluso los temas son más complejos en su desarrollo. Cuenta además con varias colaboraciones que iremos desgranando, y entre las que se encuentran, como no, las del propio “Uoho” o “Fito”. A nivel letrístico, nos encontramos con retales de famosísimos poemas de no menos famosísimos autores como Neruda, Machado o Miguel Hernández, así como de otros menos conocidos como Sor Kampana.


 

El primer tema es la espectacular Buscando una luna, y es que es maravilloso empezar un disco de esta categoría con frases sacadas de un poema de Antonio Machado, y primera gran sorpresa un saxo hace un contrapunto magnifico al tema. Robe se atreve a ir mas allá y la verdad le sale muy bien, entre guitarra, batería, bajo y saxofón crearon una melodía redonda que fue acompañada por una letra sincera donde Robe escupió todos sus pensamientos más verdaderos. Con Prometeo vamos de poeta en poeta y es que ahora es el turno de los versos de Miguel Hernandez, que abre paso a su seña de identidad, la guitarra que pulula alrededor de una de esas historias de amor tan particular. Con Sucede consigue una de sus canciones más aclamadas del grupo con una letra desgarradora y directa, donde nos retrotrae a las primeras andanzas de Extremoduro y todo gracias a esa gran capacidad vocal de transmitir que tiene Robe Iniesta acentuado en un final apoteósico. So payaso es quizás uno de los grandes himnos del grupo, una canción que ha traspasado fronteras del género, ¿la gran responsable del éxito del disco? Quizás… el hecho de haber rebajado la dureza instrumental sin renunciar a esas letras tan particulares, le abrió otros caminos, pero sin perder la esencia, entregaros a esta poesía tan particular sobre lo que significa estar enamorado la convierte una de las canciones más conocidas del rock español, con eso está todo dicho. Y no nos bajamos del carro del éxito, porque llega, El día de la bestia que apareció en la película del mismo título de Alex de la Iglesia, y es que esas letras del grupo eran ideales para esa película y a fe que es verdad, una auténtica delicia y un trallazo absoluto para todos. Tiempo para Tomas, un tema en el que se hace acompañar de Fito Cabrales y el maestro reverendo, un tema muy simpático y que pone un poco de tregua a mitad de disco.

 

Porque es tiempo de otra de esas joyas imperecerederas, en Sonrisa tan rara! encontramos un duo brutal entre Robe Iniesta y Albert Pla con una letra tan ácida que solo podía salir de la boca de estos dos amigos. Con Cabezabajo rinde un homenaje al género Heavy, porque dentro de este rock tan particular que llevan haciendo hay un espacio para el genero duro por excelencia. En Ábreme el pecho y registra cuenta de nuevo con Ratanera, se trata de un muy buen tema, quizá un poco más intimista, en el que Robe incluye retazos de un poema de Sor Kampana (Antonio Belarte Aliaga). Todos me dicen sigue la línea anterior, porque Extremoduro también es intimismo, quizás un poquito más festiva sobre todo por el comienzo, pero como dice el refrán, no es como comienza sino como termina, y en esta ocasión terminamos entregados a un estilo de funk. Y como si la canción anterior sirviera de transición, es tiempo de sacar la juerga que llevas dentro y disfrutar en plan festivo de Correcaminos estate al loro, donde te puedes reír y sobre todo bailar, para continuar con la punkarra La carrera una canción que compuso en sus inicios con “Dosis Letal”, y acabar versionando un tema de los malagueños Tabletom, Me estoy quitando, el fin de fiesta por flamenco de Plasencia y esa voz lejísimos del flamenco pero que da igual, imposible no pensar en Robe, vestido de traje un tablao flamenco lleno de su “purista” gente dando brincos y sin parar de corear.

 

domingo, 14 de marzo de 2021

Extremoduro - Pedrá (Mes Extremoduro)

 

Pedrá - Extremoduro


     Cuando en 7dias7notas nos sentamos para hablar del artista al que ibamos a dedicar el mes de marzo, y una vez decidido éste, Extremoduro, nuestro querido Nevermind, experto en lo que a Extremoduro y Robe se refiere y autor del reparto de turno, tuvo muy claro que Pedrá debía de formar parte del material seleccionado, y que debía ser yo quien lo reseñara, pues consideraba que me iba como un guante, y no se equivocaba...

Durante la grabación de Deltoya y durante los conciertos que Robe y Extremoduro dan por todo el país, el artista extremeño había fijado su residencia en Madrid. Será a comienzos de 1993, tras un concierto dado en Barcelona, cuando Robe decida instalarse en el municipio barcelonés de Rubí. Es en tierras catalanas donde decide crear un proyecto paralelo a Extremoduro, llamado Q3, el cual queda formado por el propio Robe, Eugenio Ortíz "Uge" (guitarra), Ramón sogas "Mon" (bajo) y Jorge Pérez "el Moja" (batería). La intención de Robe no era ni mucho menos dejar de la lado Extremoduro, pero si era cierto que por aquel entonces la banda no pasaba por su mejor momento y la separación geográfica no ayudaba precisamente. Q3 era una forma para Robe de mantenerse en forma ensayando de forma regular y dando conciertos por la zona de Cataluña, también le servía para experimentar con otros sonidos y texturas. 

Durante esta etapa el batería Luis "Von Fanta" y el bajista Carlos "El sucio" deciden bajarse del carro de Extremoduro, la distancia pudo más que las ganas. Mientras, Robe seguía componiendo y tenía ya material de sobra para entrar al estudio a grabar, por lo que propone a la discográfica DRO hacer un álbum en solitario, pero la compañía lo que quería era sacar una recopilación de temas antiguos remezclados, y no es que a Robe no le apeteciera aquello también, simplemente lo que la compañía le ofreció no le cuadro en absoluto y acabó desechándolo.

Una vez desechada la idea de hacer algo paralelo, Robe decide centrar sus esfuerzos en grabar un disco nuevo con Extremoduro, pues material tiene de sobra. Ahora tenía que centrar sus esfuerzos en recomponer la banda tras la marcha de Von Fanta y el Sucio, y que mejor manera de hacerlo que fichando a Moja (batería) y Mon (bajo), con los que haabía estado tocando en Q3. A esta formación se les acaba uniendo Miguel Ferreras, quien se ocupa del bajo de cinco cuerdas, algo que para Robe no presentaba en absoluto un problema, el tener dos bajistas. 

Y nos plantamos en mayo de 1993, justo después de un concierto donde Extremoduro compartía escenario con Reincidentes (ambas bandas llevaban un año aproximadamente compartiendo escenario en una especie de gira discontínua), cuando el saxofonista de Reincidentes José Luís Nieto "Selu", le propone a Robe llevar a cabo una curiosa propuesta, un álbum de un único tema, un disco conceptual, algo que para la época y en un país como España iba a resultar rompedor, y Robe, culo inquieto, se siente atraído de inmediato por aquella propuesta.



Ahora había que definir la formación de la banda Pedrá, que así se iba a llamar. Dicha formación quedaría compuesta por Selu (saxo), Robe (guitarras, voz), Iñaki "Uoho" Antón de Platero y Tú (guitarra, percusión, teclados, trombón), Diego Garay de Quemando Ruedas (bajo) y Gari de Quattro Clavos (batería). El álbum, de título homónimo, constaba de una única composición de casi 30 minutos concebida por Robe, el padre de la criatura. Pedrá es grabado en los estudios Lorentzo Records de Berritz, Vizcaya, en agosto de 1993, y el resultado es una obra fuera de lo común, un único tema de carácter experimental repleto de matices, con multitud de cambios de ritmo, y donde se entremezclan con maestría sonido como rock duro, flamenco, jazz y hasta otras músicas como el cabaret. Es Pedrá un disco que hay que escuchar muchas veces para captar la infinidad de matices y sonidos que esconde y que iremos descubriendo cuanto más lo escuchemos. El tema contiene una letra brillante, con un Robe que durante casi media hora vuelve a hacernos partícipes de  obsesiones que le atrapan, como el amor y la guerra, nos hará sentir un cúmulo de sensaciones opuestas como si de una montaña rusa se tratase y nos deja claro que es él el auténtico rey del rock trangresivo. Es por tanto Pedrá una auténtica joya, una única canción que, como si de una madre se tratase, contiene dentro de sí otros muchos retoños en forma de canciones. 

Una vez grabado Pedrá, al grupo se le planteó otro problema, qué discográfica les publicaría aquel proyecto tan rompedor para la época, de hecho no se publicaría hasta pasados casi dos años de su grabación. La arriesgada propuesta no encontró discográfica alguna que quisiera publicarla, bueno una sí, DRO, la discográfica con la que Extremoduro tenía contrato. DRO puso una condición para la publicación del álbum, tenía que ser como un trabajo de Extremoduro, por lo que Robe, Uoho, Selu, Gary y Dieguillo tenían que renunciar a llamarse Pedrá si querían ver publicado el disco. El 17 de febrero de 1995 se publicaba bajo el sello discográfico DRO, Pedrá, considerado como el quinto álbum de estudio de Extremoduro, aunque esto no era del todo cierto, y Robe, Uoho, Selu, Gary y Dieguillo, los padres de la criatura y componentes del "semi vetado" proyecto de Pedrá, lo sabían.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Extremoduro - Dónde Están Mis Amigos (Mes Extremoduro)

 

Dónde están mis amigos, Extremoduro


Una vez acabada la aventura de la grabación del proyecto Pedrá en Vizcaya, Robe regresa a su residencia barcelonesa en Rubí con la intención de poner en marcha el cuarto álbum de Extremoduro. Nos encontramos en agosto de 1993, y Robe ya tiene el material que conformará el disco, sólo hay que grabarlo y testar el producto con algunas actuaciones en vivo. En medio de todo esto, el guitarrista Salo, al igual que ya hicieran antes el baterista Luis Von Fanta y el bajista Carlos El sucio, decide apearse del barco. Robe, lejos de desanimarse, decide tirar del único conocido del antiguo proyecto Q3 que todavía no se ha sumado a la banda, Eugenio "Uge", y la banda queda conformada por el propio Robe, por Uge a la guitarra, Jorge "El Moja" y Miguel Ferreras al bajo, y Ramón "Mon" Sogas a la batería.

Esta nueva etapa de Extremoduro será conocida como la "Era del caos", una época donde el desmadre y el desparrame se apropian de una banda que cuando se sube al escenario nunca se sabe que puede pasar, para bien o para mal. La formación se dirige destino a Madrid para grabar los temas que formarán parte de este cuarto álbum de estudio, Dónde están mis amigos, título que está sacado de un fragmento de una de las canciones que lo integran, Pepe Botika, a la postre una de las canciones que se han convertido en uno de los himnos de la banda por derecho propio. 

Dicho material es grabado en los ya extintos estudios Box de Madrid, y cuenta con la producción de Ventura Rico y de Extremoduro. El disco se publica el 17 de septiembre de 1993 bajo el sello discográfico DRO. Robe sabe que el material que compone este disco es de mucho nivel, y por primera vez el grupo abre las puertas de la producción a un profesional ajeno a la banda, Ventura Rico. Quiere que el producto final sea de la calidad que se merece, y así lo fue. El disco contó además con la colaboración de gente como Selu de Reincidentes, que tocó el saxo en varios temas, de Fernando Madina, también de Reincidentes, Iñaki "Uoho" Antón de Platero y Tú y su guitarra, o de Belén Pérez a los coros.

 

De la portada, en la cual se ve a un hombre tras unos barrotes, privado de libertad, se ocupó el ilustrador Cachotio, y de la contraportada, un fotomontaje que muestra a una parte de los asistentes a un concierto de Extremoduro, y a un Robe con la barba muy poblada, se ocupó María Arqore. En el interior, en una carpeta, se incluía una nota sobre Salo, que se bajó del proyecto cuando ya estaba en marcha, y reza: "No ha estado presente, tampoco ausente, sino más bien, disperso entre el ambiente".


El disco contiene once temas donde Robe da rienda suelta y saca a relucir fuertes sentimientos como el desarraigo, el desapego y el sentimiento de soledad, sufridos por el extremeño en una época difícil para el artista. A lo largo de los temas del disco, Robe nos ira haciendo partícipes de todos esos sentimientos. Un álbum con temazos como El duende del parque, un canto a la libertad y la vida errante que lleva por aquel entonces; No me calientes que me hundo, que cuenta con la colaboración de Fernando Madina y Selu, de Reincidentes, y donde nos relata como de la alegría se pasa a la tristeza, y luego a la resignación y al hastío por tener que volver a empezar de nuevo; El ya imperecedero himno de Pepe Botika (¿Dónde están mis amigos?), que cuenta con la colaboración de Fernando Madina otra vez y de Belén Pérez en los coros, y donde Robe se cuestiona las penas de cárcel por tráfico de drogas y manda ánimos a todos esos amigos que están en el talego; Bribriblibli, otro de los grandes clásicos de la banda, donde Belén se vuelve a encargar de los coros; y Los tengo todos, donde cuenta con la colaboración de Iñaki "Uoho Antón, que más adelante se convertiría en miembro de la banda. Un tema donde la terrorífica voz de Robe y la vertiginosa guitarra de Uoho dan al tema un empaque brutal. 

Dónde están mis amigos es un trabajo que a pesar de ver la  luz en una época difícil para Robe Iniesta y la banda, rebosaba calidad por todos los lados, contenía canciones emblemáticas, y confirmaba que Extremoduro se estaba convertido en una de las bandas más importantes del panorama nacional, y eso que lo mejor estaba por llegar...

lunes, 8 de marzo de 2021

El disco de la semana 215: Skin & Bones - Susan Santos

 

Skin & Bones, Susan Santos


     Hoy, día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, un día de carácter festivo que conmemora la lucha de la mujer por su papel y participación dentro de la sociedad, su emancipación y su desarrollo íntegro como persona. La reivindicación del papel de la mujer abarca todos los ámbitos, el de la música no podía ser menos, y en 7dias7notas lo tenemos muy presente. Para celebrarlo como se merece, en este día tan señalado os traemos nuestra siguiente propuesta con la intención de reivindicar el papel de la mujer dentro del maravilloso mundo de la música. No se nos ocurría mejor forma que hacerlo que con una guitarrista española que se ha ganado por méritos propios ser uno de las mayores referentes del blues en España, y que se ha ganado sobradamente el reconocimiento fuera de nuestras fronteras, llegando a ganar en el año 2018 el prestigioso galardón The Best Musician Perfomance dentro de los European Blues Awards, y siendo nominada en 2019 para los Texas Sound Music Awards.

En 1982 nacía en Badajoz una artista que se ha convertido por derecho propio en una de las puntas de lanza del blues de este país, Susan Santos. Nacida en el seno de una familia numerosa, la más pequeña de seis hermanos, quien le iba a decir que a las puertas de la mayoría de edad iba a sentir la llamada de la música. Su primera guitarra es acústica y se la costea ella misma con el dinero ganado en una fábrica. Luego llegaría su primera guitarra eléctrica con la inestimable ayuda de su madre y sin que su padre se enterase, pues temía que su hija se convirtiese en una heavy. Sin embargo más tarde sus padres comprenderían que Susan había elegido correctamente, pues a día de hoy lleva una significativa carrera y se ha ganado una gran reputación dentro del blues, y no sólo dentro del país.

Susan es zurda, aprende a tocar la guitarra de forma autodidacta y va forjando su propio estilo personal de entender e interpretar la música. Como hemos comentado anteriormente, su carrera no ha parado desde entonces y ha compartido su feeling con la guitarra en muchos clubes famosos, en festivales por toda Europa, Estados Unidos y México.

En 2010 Susan Santos lanza junto a The Papa's Red Band su primer trabajo, Take Me Home, y en 2011 también con ellos su segundo disco, Shuffle Woman. En 2014, tras abandonar su proyecto con The Papa's Red Band, publica Electric Love. La gran calidad que atesora y va demostrando Susan le lleva incluso a ser fichada para la televisión, concretamente para el programa televisivo Las Mañanas de TVE 1 durante un par de años.

Dos años después de su álbum Electric Love, con el que ya había llamado considerablemente la atención, se encierra en unos estudios de Madrid, y junto con Manuel Bagües al bajo y Ezequiel Navas a la batería graba Skin & Bones. El disco es producido por Juan De Dios Martín y mezclado por este en Los Ángeles. Susan cuenta en este álbum con la colaboración de músicos de la talla de Eduardo Molina, David Salvador y Pablo Martín entre otros. El disco es publicado en 2016 bajo el sello discográfico Paella Records



Skin & Bones se convertía en su mejor trabajo hasta la fecha, un disco apoyado en el característico y personal estilo de Susan de entender el blues y asomándose a estilos como el country o el sonido pantanoso del blues del Delta. El disco comienza con la potente Rattlesnake, todo un cañonazo donde Susan, acompañada de una gran base rítmica, ya nos ha puesto en pie con su guitarra. Le sigue el magnífico tema se toque country Goin' Down South, donde el banjo y el bajo nos trasladan hasta los mismísimos terrenos pantanosos del delta. Red Lips, tema donde la guitarra cobra el protagonismo de un tema que nos recuerda a los australianos AC/DC. Sunset's Glaze, un magnífico medio tiempo donde el protagonismo es para la calidez que transmite la voz de Susan, aspecto que cuida tanto como su instrumento, la guitarra. Le llega el turno a Dusty Road y su ritmo frenético. Para mí uno de los momentos cumbre del disco, donde podemos apreciar el uso de la Washboard (tabla) de la mano de Juan de Dios, usada antiguamente como elemento de percusión. Este es el típico tema que me gustaría estar escuchando si estuviera viajando a través de las típicas carreteras con sus eternas rectas y que cruzan el país originario del blues de punta a punta, como por ejemplo la Ruta 66. 

Let Your Light Shine, otro de los momentos más íntimos del disco, con esa guitarra acústica que por momentos nos recuerda a Eric Clapton. Skin & Bones, el tema que da título al álbum, puro rock & roll con sabor a la década de los años 50 que hará que los pies se nos muevan solos. Como antesala al cierre llega Stop Drivin' My Crazy, otro de lo grandes momentos del disco con esta magnífica balada, uno de esos temas que a uno le gustaría degustar en la mecedora del porche de la típica casa con vistas al delta. El final de este magnífico y más que recomendable disco llega de la mano de Right On Time, donde la guitarra de Susan está brillantemente acompañada por la calidez que da al tema el sonido del Hammond. 

domingo, 7 de marzo de 2021

Extremoduro - Deltoya (Mes Extremoduro)

 

Deltoya, Extremoduro

Atrás queda ya el año 1987, año en el que un jovencísimo Robe Iniesta, oriundo de Plasencia, Cáceres, tras la ruptura de la banda Dosis Letal, de la que formaba parte, decide crear su propia formación de rock, Extremoduro. Así comenzaba la aventura de Robe (guitarra y voz), junto a Kaíto (bajo) y William (batería). Una formación que salvo Robe, líder y alma de la formación extremeña, irá sufriendo continuos cambios en sus filas. Atrás queda ya su primer viaje a Madrid, con la mochila cargada de sueños, donde Extremoduro graba su primera maqueta. Pudieron costear el precio de aquella maqueta vendiendo papeletas que equivalían a una copia de la maqueta cuando ésta estuviera grabada y editada. Así es, señores y señoras, hasta en ese invento del crowdfunding  el "Rey de Extremadura" fue pionero, aunque apenas llegaron a vender unos 250 boletos.

Atrás queda también la grabación de su primer disco, Tú en tu casa, nosotros en la hoguera (1989), disco que fue distribuido por la región extremeña, y que años después fue reeditado con un mejor sonido y bajo el título de Rock Transgresivo. Atrás queda también el año 1991, cuando fichan por la discográfica Avispa Music, que se había fijado en ellos, pero ante las escasas expectativas que el sello tiene para ellos deciden romper el contrato y fichar por el sello independiente Área Creativa de Pasión Cía. Discográfica, con la que publican su segundo disco, Somos unos animales. Sin embargo, el grupo decide romper también con Área Recreativa, por diferencias económicas motivadas por no haber cobrado los derechos de autor.

Nos encontramos en 1991, y Extremoduro, que en ese momento está formado por Robe (guitarra y voz), Salo (guitarra), Carlos "El Sucio" (bajo) y Luis "Von Fanta" (batería), consigue fichar por DRO (Discos Organizados Radiactivos), el sello de música independiente más importante del país. La gestación del fichaje comienza a raíz del contacto del bajista Carlos "El Sucio", con el cazatalentos de DRO José Antonio Gómez, al que conocía personalmente. Curiosamente, la gran calidad que el Robe compositor y escritor descarga en cada una de sus letras, no es la razón para fichar a los extremeños, sino la cantidad de gente que llevaban detrás y que arrastraban a los shows que montaban en los conciertos, motivo por el que las revistas heavys ya se habían empezado a fijar en ellos y en su música, alejada del típico rock standard que se hacía en la época.

Con un contrato discográfico en el bolsillo y con las garantías de un sello fuerte, el grupo se mete en los estudios Box de Madrid y graba el material que compondrá su tercer álbum. En junio de 1992 se publica Deltoya, que sentará las bases del despegue de la banda, y que la pondrá en la senda del éxito y reconocimiento absoluto como grupo de culto. Deltoya no consiguió inicialmente el reconocimiento que merecía, en parte por la escasa promoción del disco, y no por la falta de interés de DRO, sino porque el propio Robe se negaba a convertir al grupo y al disco en un producto, lo que da una idea de la gran personalidad del líder de la banda extremeña. 

El resultado es un doble álbum compuesto por doce temas, de los que muchos se han convertido ya en imprescindibles en la historia del rock español. Las condiciones del grupo han mejorado considerablemente, y esto hace que puedan centrarse única y exclusivamente en lo que mejor saben hacer, la música, y entonces el resultado salta a la vista. En Deltoya se da, además, la circunstancia de que el grupo, al sentarse a discutir que temas descartar, se dan cuenta de que no hay ningún tema que pueda considerarse de relleno, por lo que deciden apostar por todos, y la discogŕafica DRO, en un gesto de confianza hacia la banda, decide dejarles incluir los doce temas compuestos en forma de doble álbum.

El título del álbum, Deltoya, proviene de la contracción "del todo ya", y tenía un significado especial para la banda, pues por fin, habían podido grabar todas las canciones que tenían preparadas, con buen sonido y sin tener que elegir o sacrificar ninguna, por lo que decían que tenían un disco deltoya (del todo ya). El vinilo del disco tiene dos portadas, una creada por el artista de Trujillo (Cáceres), Chuty, quien era miembro de la asociación cultural Tope Ganso, y consiste en un dibujo en que un hombre de espaldas mira desde un balcón hacia la noche, bajo la atenta mirada de la luna. La otra portada es una ilustración de Carlos Azagra, un ilustre del mundo del cómic, responsable de personajes como Pedro Pico y Pico Vena de la publicación El Jueves. La ilustración muestra a una familia desnuda contemplando el mar desde una playa.

Para la grabación del disco, la banda cuenta con la colaboración de músicos adicionales, los que se encuentran Ariel Rot en el tema Volando solo, Salvador Domínguez (Banzai) en De acero y Relación convencional, o Rafa Kas (Los Toreros Muertos, Ilegales, Desperados) en Lucha contigo. El disco contiene una mayor complejidad que los dos álbumes anteriores, fruto de la constante evolución de Robe, quien pretendía que la gente se devanara los sesos y que le diera su propia interpretación a lo temas cuando los escuchara. El disco es un recorrido donde Robe, con sus letras, nos transporta y deleita con temazos como Volando solo, donde pone el grito en el cielo en defensa de la ecología y podemos disfrutar de la guitarra de Ariel RotÚltima generación, donde además de tocar la temática ecologista también lanza una llamada con toques anti-sistema, Ama, ama, ama y ensancha el alma, poema escrito por el poeta Manolo Chinato y al que Robe pone la música, toda una llamada a la fraternidad y el amor colectivo, Estado Policial, un potente rock and roll con el que cierran el disco; o la potente Deltoya, escrita por Robe basándose en un poema de Kiko Luna Creciente, artista de la asociación Tope Ganso de Trujillo.

Robe, siempre perfeccionista, no acabó del todo contento tras la publicación del disco, pues consideraba que a Deltoya le había faltado tiempo de cocción. Lo que si es cierto es que Deltoya significó un salto cualitativo para el grupo, que iba camino de convertirse en lo que es ahora, un grupo de culto. El cambio a una discográfica como DRO les permitió a Robe y a Extremoduro dejar de lado muchas preocupaciones adicionales, pues por fin no tenían que preocuparse de tener que hacerlo todo ellos, para centrarse "del to ya" en lo que mejor sabían hacer. Rock transgresivo lo llamaban, una efectiva receta a base de generosas dosis de pura música y poesía.

viernes, 29 de enero de 2021

El disco de la semana 210: Derby Motoreta's Burrito Kachimba - Derby Motoreta's Burrito Kachimba


Pocas veces el disco de la semana de 7dias7notas podrá presumir de ser el primero de un nuevo género. Si en los ochenta, Extremoduro acuñó el término de Rock Transgresivo, y durante varias décadas defendieron a golpe de verso y guitarra sus brillantes postulados, con el disco debut de los sevillanos Derby Motoreta's Burrito Kachimba comienza la era incandescente de lo que ellos mismos,con gran acierto, han decidido llamar la kinkidelia.

¿Y qué es la kinkidelia? ¿Qué se esconde detrás de un nombre tan extraño como el de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba? Contengamos, por un momento, la emoción que nos embarga, e intentemos explicarlo con calma y, sobre todo, por partes. Cada uno de los integrantes de la banda venían rebotados de formaciones previas (The Milkyway Express, Furia Trinidad, Quentin Gas & Los Zíngaros...) con las que la búsqueda del éxito había sido infructuosa, y quizá se subieron en marcha a la Motoreta a sabiendas de que ese podía ser su último viaje, un desesperado último disparo con el que acertarle por fin al cielo. Y puestos a morir en el intento, ¿por qué no hacerlo mezclando los estilos musicales con los que habían crecido, y que les habían llevado a engancharse al maravilloso y a la vez complicado carrusel del mundo de la música: el rock andaluz de grupos como Medina Azahara o Triana, y la psicodelia y el rock progresivo de los años setenta.

Dandy Piranha
(voz) Bacca y Gringo (guitarras), Papi Pachuli (batería), Soni (bajo) y Von Máscara (teclados) se pusieron manos a la obra, y confeccionaron los ocho trallazos (si contamos como tal el tema KBMD, una intro de poco más de un minuto en la que una voz distorsionada repite el nombre de la banda) de su primer y, hasta ahora, único disco, publicado en 2019 con el nombre de la banda como título. Al escucharlo, es muy poco lo que tardamos en engancharnos a la llamada kinkidelia, porque tras la intro, ya con The New Gizz los ojos se nos ponen en blanco, ante la desbordante explosión de color y energía que desprenden sus casi cinco minutos de imaginación y decibelios.

Para los que crean que este arranque puede no ser más que un espejismo, o más propiamente dicho, una lisérgica alucinación, nada como una buena bocanada de Aliento de Dragón para comprobar que los Derby Motoretta's Burrito Kachimba vienen cargados de dosis reales de azufre y calor. Estamos ante un nuevo derroche de psicodelia y prog-rock con el que de nuevo tocan el cielo, con letras tan poéticas y visuales como "Una cicatriz es un río seco que el dolor y el tiempo dibujaron en tu cuerpo". Difícil resistirse a eso, dicho además con la intensidad y sentimiento que Dandy Piranha le imprime a los textos, y acompañado por una troupé de músicos que en el disco están a un nivel estratosférico.

La deuda con el flamenco y el rock andaluz de los años setenta es evidente en homenajes como Somnium Igni (Pt. I), de la que, a tenor del título, esperamos con ansia una segunda parte en posteriores entregas del grupo. Es apenas un breve oasis de tranquilidad, y un preámbulo para una nueva descarga en El salto del gitano, el tema más duro del disco y en el que más evidentes son las influencias de grupos insignia como Medina Azahara. El grupo sigue pedaleando con firmeza y sin descanso en Grecas, con toques de rock andaluz clásico y a la vez introduciendo vibrantes e imaginativos cambios de ritmo, hasta el punto de adentrarse en terrenos de auténtico rock progresivo.

Llegamos al tramo final del disco con Samrkanda, una larga suite de siete minutos en la que los teclados y el bajo llevan gran parte del peso y el mérito de la canción. Con La piedra de Sharon vuelven al rock setentero y a los tintes psicodélicos, en otros generosos cinco minutos de virtuosismo e intensidad, en el gran final hacia el que todos los focos acaban girándose, para iluminar el talento resplandeciente de un grupo nuevo de nombre imposible: Derby Motoreta's Burrito Kachimba. ¿Psicodelia macarra? ¿Prog rock poligonero? Dejémoslo en kinkidelia y no le demos más vueltas, salvo que sean las que da el vinilo en el tocadiscos. Deja girar el disco, baby, hasta que la música nos transporte de nuevo a "la cima del tiempo", allí dónde "la diosa del amor está bailando (al ritmo del disco de Derby Motoreta's Burrito Kachimba) en todo su esplendor"

viernes, 27 de noviembre de 2020

El disco de la semana 201: Burning.- Altura

 




Una de las bandas con más pedigrí en el rock en español nos regalaron música incluso en el siglo XXI, si bien con la ausencia de Pepe Risi, la cabeza visible y sin duda el que más representativo del grupo, aun asi Johnny en los teclados, Eduardo Pinilla a la guitarra, Carlos Guardado al bajo y Kacho Casal en la batería, se entregan una vez más a lo que mejor han sabido hacer desde el comienzo de la banda, puro rock and roll donde hablan de temas comunes, de lo que te ocurre a ti y a mí, del amor perdido, del amor encontrado y de tantas cosas que el dia a dia nos depara. Burning fue un grupo de rock de Madrid creado en 1974 por José Casas Toledo (Pepe Risi, guitarra), Juan Antonio Martín Díaz (Toño Martín, voz), Juan Antonio Cifuentes Laso (Johnny Cifuentes, teclados), Enrique Pérez (bajo) y Ernesto Estepa (Tito, batería). Aunque Burning comenzaron cantando en inglés, fueron, junto a la corriente del rock urbano (de la que nunca formaron realmente parte) y otros grupos y solistas como Moris y Tequila (con los que conformaron una escena paralela y muy diferente a lo que por entonces se estilaba), responsables de la normalización del idioma español durante la segunda mitad de los 70 en el rock español. Su estilo, que ha permanecido fiel a sus raíces desde el principio, bebe del rock and roll clásico, el rythm and blues y el blues (aunque en sus inicios también fueron muy influidos por el glam rock), con referentes claros como Lou Reed, Johnny Thunders, The New York Dolls, los viejos rockers de los 50-60 y, sobre todo, The Rolling Stones.


 

Abre el álbum Soy yo y mis amigos es un rock and roll clásico al más puro del que hacían al principio de su carrera, parece que los chicos no han perdido la forma y los ritmos suenan como entonces, un buen tema. El perro se mete con uno de sus temas más universales, el amor, de nuevo expresado de forma salvaje y sin miramientos con el fracaso y la necesidad, es un buen tema, pero se queda muy repetitivo. Zenkiu Sugar, es una canción con mucha guitarra, ese sonido que sin dudar te devuelve a tiempos de la música con mayúscula, mientras que la batería le hace el juego, un tema sin duda pícaro. Es una roca, comienza tranquilo, pero de nuevo el amor y el desamor toma el mando para contarnos las relaciones de chico y chica, aquí tenemos un tema donde más que nunca se le notan las raíces de los Stones. 

Tú, ruina total, sigue incidiendo en el amor, y el amor complicado, y extraño, quizás se está haciendo un poco monótono los temas del álbum, imagino que a los grandes fans es un soplo de pasado, muy agradecido, pero lo cierto que empieza a estancarse. Ojos grandes supone un pequeño gran cambio, nos encontramos ante la balada que te hace sentir universal, de esas que solían hacer ellos, cargada de dolor y de pesadumbre. Volvemos al rock de ciudad con Desde el Pantano, sucio y reivindicativo, de libro este tema rockarolero que te deja a unos pasos de los años 70. Un poquito de R & R podría ser una hoja de ruta de su carrera por la música, sino la suya, la de muchos que se embarcaron en este barco y en este viaje. Con A ella no le cuesta, ser como es vuelven a las mujeres, a esas chicas que les han acompañado en este camino y a las que tanto idolatran y homenajean, es uno de los temas que más me han gustado. El cierre lo ponen con la canción que da título al álbum, Altura, y es casi una canción autobiográfica con un toque de Blues muy interesante, melancólica, triste y a la vez un viaje esperado y nunca deseado. El mejor tema sin duda.


 

Puede que este disco esté cantado para los seguidores más acérrimos y que los que no hemos vivido su día a día se nos queda como ausente, pero en términos musicales no podemos más que hincar la rodilla ante los Burning, porque a ellos de música, pocos les pueden dar lecciones.