¿Todavía crees en la revolución? ¿Todavía sueñas con cambiar las cosas?
Así empieza ¿Revolución?, el sexto disco de estudio de Coque Malla (si consideramos "Mujeres" un recopilatorio y no contamos rarezas interesantes como "Transformer" o el disco de canciones de Rubén Blades). O no exactamente, porque el disco y el tema que le da título arrancan realmente con una breve introducción basada en tambores militares y sonidos que parecen sacados de un viejo reloj y una caja de música.
La primera vez que escuché esos tambores, los relacioné inconscientemente con una escena de un programa infantil de televisión que, no sabría explicar por qué, se me quedó para siempre grabada en mi cabeza. La escena era un desfile de un batallón de soldados napoleónicos por las calles de un decorado que se suponía era París. Todos los soldados desfilaban coordinados y al unísono salvo uno, que se incorporaba tarde a la marcha en la última fila, intentando abotonarse a toda prisa la casaca. Aquel soldado parecía sobrepasado por las circunstancias, y no se le auguraba un gran futuro como militar, pero una bella dama en la hilera de espectadores de uno de los lados de la calle le dedicaba una cálida sonrisa a aquel soldado que se salía de la monotonía del conjunto.
Ya que hablamos de los tambores de la ¿Revolución?, ese abrumado soldado bien podría ser el Coque Malla que acababa de separarse de Los Ronaldos, intentando encontrar su sitio y no perder la marcha de su carrera como músico, durante los difíciles finales de los 90. Momentos de dudas y sinsabores, de patearse pequeños locales y tocar ante reducidas audiencias con el único acompañamiento de su fiel guitarrista, pero con la firme determinación y el talento de un compositor diferente e inquieto. Era cuestión de tiempo que la bella dama de la crítica musical pusiera sus ojos en él y le dedicara su exclusiva sonrisa. Él nunca dejó de creer que era posible cambiar las cosas, y las fue cambiando y mejorando disco a disco, hasta llegar hasta este ¿Revolución? que, tras los tambores, arranca con un teclado desnudo y la voz de Coque, para ir creciendo en intensidad hasta rozar la épica con el respaldo de la Orquesta Sinfónica de Bratislava.

El kaleidoscopio de sonidos y estilos que salen del baúl revolucionario de Coque no ha hecho más que comenzar, y en un nuevo y brillante bandazo nos traslada con "Un lazo rojo, un agujero" a la pista de baile y bola de cristal en el techo, vistiendo a un típico hit marca de la casa con un traje sonoro heredero de la Motown y del sonido Philadephia de los 70. Nada sobra en el exquisito tratamiento del conjunto, guinda incluida en forma de rap intermedio en colaboración con Kase O, en la que es la primera de las colaboraciones del disco.

Extraterrestre vuelve a la senda directa y accesible de "Sólo queda música", pero con "buen humor, swing e ironía". Cuenta Arancha Moreno en el libro sobre Coque "Sueños, Gigantes y Astronautas" que "Este es el momento" fue la segunda canción que presentó para la película "Campeones", y que la primera (cuyo título no se menciona en el libro) se la guardó para este disco cuando fue descartada. Podría equivocarme pero, si tengo que apostar, diría que esa canción era "Extraterrestre". Si estoy en lo cierto, aquella negativa le ha permitido al disco subir varios enteros con el aporte extra de una canción brillante, con un ritmo pegadizo y un tramo final de inquietante mensaje coral aderezado con breves ramalazos industriales que recuerdan al peculiar sonido del disco "Earthling" de David Bowie.

‘Mantras En La Oscuridad’ comparte ese aire de canción para bailar tranquilo, con una copa de vino en la mano para brindar "por la libertad", con un estribillo tan calmado como irresistible. Al contrario que en la anterior, aquí el ritmo lo consigue con el sonido de las guitarras de fondo el sonido de guitarras y los metales sustituyen a las cuerdas en el acompañamiento. Dos maneras diferentes de alcanzar el mismo resultado brillante. El sonido de guitarras de "El Árbol" recuerda al de temas anteriores como "Lo hago por ti" de "El último hombre en la Tierra" pero dónde aquella se quedaba ésta continúa y crece con los brillantes juegos de los coros respondiendo a la voz principal: "Seré como un árbol, resistiré cien años"... "El águila que vuela será tu compañera". Tras este anticipo, y uno de los pocos espacios que en el disco se dejan a un solo de guitarra, los coros toman el control de la canción para elevarla a lo más alto.
A estas alturas ya podría despedirse de cualquier manera, y no evitaría que nos rindiéramos ante la evidencia de estar ante un disco enorme, pero todo artista tiene que guardar para el último momento el truco final, el espectacular cierre que haga que la gente se vaya a casa con el sabor de boca de haber visto o escuchado algo realmente mágico. Eso es en este disco "Polvo Cósmico", apoteósica despedida bañada de brillantes arreglos orquestales y armonías de metales. El propio Coque dice "Adiós" como si ésta fuera realmente una despedida, para dar paso al recitado de Jaime Urrutia, colaboración de grandes quilates para terminar de dar empaque a una de las joyas del disco. Los versos de Laura Gómez Palma suenan incandescentes en la grave voz de Urrutia en esta segunda colaboración del disco.

¿Cómplices de una Revolución? Depende de si "crees todavía en la revolución" y de si "sueñas todavía con cambiar las cosas..."
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