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La Era de la Boludez, Divididos |
En septiembre de 1993, la banda argentina Divididos lanzó La Era de la Boludez, su tercer álbum de estudio, un trabajo que no solo consolidó su lugar en la cima del rock nacional argentino, sino que también se convirtió en un testimonio crudo y poderoso de una época marcada por contradicciones sociales y culturales en Argentina. Integrado por Ricardo Mollo (voz y guitarra), Diego Arnedo (bajo) y Federico Gil Solá (batería), este trío de Hurlingham logró un disco que fusiona la potencia del rock con influencias del funk, el folklore y la experimentación psicodélica.
El álbum es grabado entre junio y julio de 1993 en los estudios Can Am y Devonshirem, ambos en Estados Unidos, bajo la producción de Gustavo Santaolalla y Aníbal Kerpel, y publicado el 13 de septiembr de 1993 bajo el sello discográfico Polygram Records. Gracias a este disco, Divididos lograría, además de forjar su compacto y genuino sonido, alcanzar el reconocimiento genral del público argentino. La Era de la Boludez es un trabajo donde el trío se moja en el aspecto político y aporta una mirada crítica de su país, el cual llevaba unos años bajo la tutela de Carlos Menem. El excdelente trabajo de producción realizado en Estados Unidos corrió a cargo de Gustavo Santaolalla y Aníbal Kerpel.
Para entender La Era de la Boludez, hay que situarse en la Argentina de principios de los 90. El país vivía bajo el gobierno de Carlos Menem, una era de aparente bonanza económica que ocultaba una profunda crisis social y una superficialidad cultural que el título del álbum captura con ironía mordaz. Divididos, surgido de las cenizas de Sumo tras la muerte de Luca Prodan, ya había mostrado su potencial en discos anteriores como Acariciando lo áspero (1991). Sin embargo, fue con la llegada de Federico Gil Solá, un baterista argentino que había vivido 15 años en San Francisco, cuando la banda encontró la pieza final que le faltaba para su sonido demoledor.
El disco abre con Salir a asustar, que arranca con un poderoso riff y un groove funk. El tema, empujado por el bajo de Arnedo y la batería de Gil solá es una explosión de actitud, toda una declaración de intenciones. La letra, cargada de ironía, juega con la idea de salir a la calle a imponerse, a luchar contra la pasividad. Ortega y gases, una compleja pieza con unas letras crípticas sujetas a múltiples interpretaciones. Sigue la línea del álbum en cuanto a la sátira social de la Argentina de los años 90. El arriero es una versión del original de Atahualpa Yupanqui. El trío argentino transforma esta mítica canción en un poderosos tema rockero, pero respetando la esencia del toque folclórico de la canción. Salir a comprar tiene una fuerte influencia funk y demuestra la solidez de la base rítmica del bajo de Arnedo y la batería de Gil Solá, que marcan el ritmo mientras que el guitarrista Mollo se luce con sus riffs. Qué ves? es uno de los momentos culminantes del álbum. La letra de la canción muestra el desencanto de una sociedad atrapada entre el progreso ilusorio y la pérdida de indentidad de la nación. En cuanto a la música del tema, la base gira en torno al folclore. La utilización del charango (instrumento musical de cuerda perteneciente a la familia del laúd) a este tema con aire a reggae, aporta hipnotismo a la canción, que se suma para la segunda estrofa y que únicamente cesa en la coda del tema, la que se reparte entre el malambo y el vuelo guitarrístico de Ricardo Mollo. El trabajo de las voces es sutil y preciso. La canción sonó tanto en las radios por aquellos años que el grupo llegó a cansarse de su propio tema y dejaron de tocarlo en vivo durante años. En Pestaña de camello el grupo se sumerge en la experimentación. Mollo usa la guitarra como un sitar, y el tema e transform en la introducción perfecta para Rasputín / Hey Jude, toda una desarga de adrenalina con un gran riff pesado, perfecta para tocar en vivo. Hacia el final de la canción el trío hace su breve y pequeño homenaje con su versión del clásico Hey Jude de The Beatles.
Nos encontramos en el ecuador del álbum, que abre con Dame un limón, un hilarante tema con un "humor ácido". El riff inicial tiene un aire casi juguetón, mientras la letra refleja una mezcla de resignación y sarcasmo ante las pequeñas miserias de la vida. El bajo de Arnedo brilla aquí, sosteniendo un groove que nos invita a dejarnos llevar y mover los pies. Paisano de Hurlingham es puro rock and roll, un homenaje a las raíces del trío en el oeste del Gran Buenos Aires. La guitarra de Mollo descarga unos riffs crudos y la batería de Gil Solá golpea con furia, mientras la letra evoca imágenes de un “paisano” perdido en su propia tierra. Esta canción, junto con “Salir a comprar” y “Rasputín”, son necesarios, en el repertorio de la banda, para entender la crítica con una mirada cruda en el pasar de un país, que por aquel entonces llevaba casi una década de democracia y casi un lustro bajo la presidencia de Carlos Saúl Menem. Cristófolo Cacarnú tiene un toque teatral, psicodélico, casi absurdo, con unas letras que juega con nombres y situaciones disparatadas. La música ayuda mucho a dar ese aire de caos controlado, gracias a una genial mezcla de funk y rock. Indio, dejá el mezcal vuelve a jugar con esa sensación de descontrol. Es una especie de jam psicodélica con una breve y repetitiva letra. Huelga de amores explora el desencanto amoroso con una mezcla de melancolía y furia. La voz de Mollo transmite por momentos vulnerabilidad y rabia, mientras el arreglo incorpora detalles como el trombón de Bruce Fowler. Tajo C es un instrumental que no hcce sino destacar la habulidad técnica y química del trío. Con un denso y envolvente groove marcados por el bajo y la batería, la guitarra de Mollo va tejiendo la líeas melódicas. Cierra el álbum Pestaña de Camello (Reprise), donde resuenan variaciones de algunos momentos del disco y llaman a la imaginación, siendo este el tema más experimental del disco con el sonido del sitar en primer plano.
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