domingo, 12 de octubre de 2025

1746.- Bubu - El Viaje de Anabelas


Hubo una vez una banda de rock progresivo en Argentina, y no tuvo publicidad, no un proyecto de banda, no una serie de músicos aficionados dando a luz material espástico con influencias varias, y sumamente irregulares, sino una banda de rock progresivo en serio. Una banda compuesta por académicos que se tomaban las cosas en serio. Una banda surgida de la música y no de un rejunte de intérpretes jugados al azar. Los comienzos de Bubu como banda, aunque en sus primeros años funcionarían bajo el nombre de Sion, pueden fecharse a comienzos del año 1973; encabezada en un principio por Miguel Zabaleta, que se caracterizo por su propuesta musical y teatral, cuya tendencia se emparentaba con la música sinfónica o progresiva de la época y que comenzaron a presentarse en público bajo el nombre de Sion. Debutaron en el teatro Del Globo en 1976 caracterizandose por su frescura, alegría y puesta en escena. Comenzaron a grabar su primer disco luego de una serie de exitosos conciertos, pero ya sin la participación de su vocalista Zabaleta, lo que trajo desde un comienzo dificultadas que fueron superadas con la incorporación de Petty Guelache. Finalizada la obra conceptual en 1978 con el nombre de «Anabelas», muy influenciada por la música de King Crimson, debieron esperar un tiempo para que su disco estuviera en la calle, el disco fue hecho sin Miguel Zabaleta aunque como cuenta Andreoli, participó de dos sesiones de grabación por lo cual su espíritu siguió unido al grupo. Con el disco en la calle el grupo prácticamente había desaparecido y es que la propuesta es algo rara, jóvenes disciplinados, estudiosos del tema, haciendo Rock Progresivo en Argentina. La apuesta se redobla si agregamos la puesta en escena teatral que proponían.

Su único disco de la época consta de 3 canciones nos detenemos en la segunda canción, El Viaje de Anabelas, de once minutos, ecléctica per se, sonando un poco como Van der Graaf Generator un momento antes de pasar a una sección más vanguardista, luego de vuelta a un motivo más convencional. Estoy bastante familiarizado con la música tradicional irlandesa, y "El Viaje" incluso tiene algunas partes que me suenan irlandesas, en medio de la canción hay un tema que suena como si hubiera sido escrito para una banda de música, y luego irrumpen en lo que podría ser el tema de un spaghetti western. "El Viaje" comienza con una introducción relativamente lenta tocada en guitarra acústica y violín, con saxofones moviéndose de atrás hacia adelante a medida que el ritmo de la batería se vuelve cada vez más insistente. Luego hay una parte vocal antes de que el eclecticismo tome el control. Alrededor de los nueve minutos, hay un descanso y entra un solo de violín quejumbroso, seguido de un suave acompañamiento de guitarra. Un coro aparece aproximadamente un minuto después, marcando el regreso de los instrumentos de viento, lengüetas y percusión para una breve coda que se resuelve en (lo que suena como) un acorde mayor.


sábado, 11 de octubre de 2025

1745.- Three Imaginary Boys - The Cure

 


"10:15 Saturday Night", del grupo británico de post-punk The Cure, fue la cara B de su sencillo "Killing an Arab" y la canción que abría su disco de debut "Three Imaginary Boys" (1979). Dado su gancho comercial en el momento, fue también lanzada en Francia como sencillo con la canción "Accuracy" en la cara B. Desde su lanzamiento, se convirtió en uno de los temas imprescindibles en los directos de la banda capitaneada por el siempre emblemático Robert Smith, autor de la canción.

Robert Smith escribió "10:15 Saturday Night" con apenas dieciséis años en la cocina de su casa, mientras tomaba una cerveza con su padre, y fue precisamente la maqueta de esta canción la que convenció al productor Chris Parry de firmar un contrato a aquel nuevo grupo en el también recién estrenado sello discográfico Fiction Records.

El sencillo fue lanzando en junio de 1979, y a pesar de su buena acogida en el Reino Unido, no fue hasta 1980 cuando con el lanzamiento de una versión modificada del álbum "Three Imaginary Boys" la canción logró también popularidad en Estados Unidos. Mirando hacia atrás, quizá no sea la mejor canción de una banda que ha logrado con su carrera discográfica ser reconocida entre las mas grandes de la historia, pero "10:15 Saturday Night" fue la gran culpable de que el universo The Cure despegara en los siempre difíciles comienzos.

viernes, 10 de octubre de 2025

Disco de la semana 451 - Clandestino - Manu Chao

 


En 1998, mi conocimiento sobre Manu Chao se reducía a un par de canciones de su grupo Mano Negra, la imprescindible “Mala Vida” que sonaba siempre en los bares, y “Hamburger Fields”, quizá menos representativa de su repertorio pero que me llamó la atención por el cambio al inglés, el mensaje y los pegadizos coros. Ambas canciones tenían en común la energía y el apoyo de una gran banda, así que cuando cayó en mis manos un ejemplar en CD de “Clandestino”, su primer álbum como solista tras la disolución de Mano Negra, lo primero que me voló la cabeza fue la sencillez y el riesgo de aquella apuesta, en la que la mayor parte de las canciones habían sido grabadas por él mismo en su estudio portátil, con su guitarra acústica y una variopinta colección de efectos de sonido y cuñas radiofónicas, incluyendo tramos de un discurso del Comandante Marcos. Lo segundo, reforzando lo primero, fue que con ese peculiar minimalismo hubiera logrado facturar una auténtica obra maestra del mestizaje y la fusión de estilos e idiomas.

Eso, y mucho más, es “Clandestino”, un viaje sonoro que recorre diversos géneros populares de la América más latina, mezclados con sonidos más cercanos al rock, el pop francés e incluso el tecno, absorbidos y mezclados durante sus viajes por todo el mundo, y presentados en un peculiar formato que recuerda a una emisora de radio pirata, con una programación que empieza a lo grande con “Clandestino”, la canción que le da título al álbum, un himno de denuncia social y de apoyo al inmigrante, basado en una melodía sencilla y el ritmo de una guitarra acústica.

Es imposible no empatizar con la impactante letra, en esta primera ocasión interpretada al completo en español, y la sensación de estar ante algo muy grande se mantiene sin tregua con “Desaparecido”, también en español, más rítmica y dinámica, en la que la letra juega con la metáfora de la invisibilidad del inmigrante, el marginal y el desfavorecido para la sociedad y el resto del mundo. Ambas canciones son la gran apuesta del disco, y los dos temas más radiables dentro de un disco que, paradójicamente, es como una gran radio libre y sin ataduras estilísticas.

Con "Bongo Bong" el tercio cambia hacia el inglés, entre extraños sampleados y mezclándose con la misma base rítmica con la belleza de "Je ne t'aime plus", interpretada en francés y con Anouk a dúo en el estribillo. Después es el momento de volver a la denuncia social con "Mentira", con el apoyo de vientos y un exquisito guiño de sabor latino con la inclusión de un tramo vocal de "Llorona". Casi sin descanso, una breve frase de película la engancha con la intensa y rítmica "Lágrimas de Oro", desarrollada entre frases radiofónicas y la retransmisión de un partido de fútbol en portugués.

El tono se vuelve más calmado y melancólico en "Mama Call", interpretada en inglés,  pero es apenas un breve remanso de paz hasta que "Luna y Sol", que comparte frases con "Mentira" y contiene la frase que subtitula al disco ("esperando la última ola") y un extracto de un discurso del Comandante Marcos. La tristeza y la denuncia social vuelven en la profunda "Por el suelo", que comparte con la anterior la frase de "esperando la última ola", casi como si fuera un disco conceptual que volviera de cuando en cuando a la misma referencia o temática central.

El viaje sonoro continúa hacia Tijuana, en una anecdótica y alocada versión de "Welcome to Tijuana", cuyo tono festivo esconde un cierto sabor amargo, y aún así contrasta con la tristeza y la resignación de "Día Luna, Día Pena". Tras estas dos canciones, llega el turno de "Malegría" la que para mí completa el trío de ases del disco junto a "Clandestino" y "Desaparecido", y que pasa por ser la canción más "Mano Negra" del disco.

Tras este bombazo y la rítmica "La vie á 2", interpretada en francés, el disco entra en un tramo final en el que predominan temas lentos y melancólicos como "Minha Galera" en gallego, "La Despedida", construida con el mismo ritmo que se repite en varios tramos del disco. Y con "El viento", magistral cierre en el que revisa de nuevo el personaje del inmigrante ("El viento viene, el viento se va por la carretera... La suerte viene, la suerte se va por la frontera...") y el "Cuándo llegaré" del comienzo del disco se convierte en nostalgia en "Cuándo volverá", acaba un excelente disco.

Afortunadamente, Manu Chao volvió por la carretera y repitió la fórmula en una segunda entrega titulada "Próxima Estación Esperanza", en la que descubrimos que la radio pirata se llamaba "Radio Bemba" como el nombre del grupo que le acompañaba en directo, y en la que las canciones tenían más instrumentación y un tono menos sombrío, pero la esencia del sonido y las cuñas radiofónicas y los tonos sampleados volvían a hacer su aparición en una mezcla que era de nuevo genial. Pero eso es otra estación a la que aún no hemos llegado, de momento nos quedamos dónde estamos, escuchando una y otra vez las aventuras sonoras y radiofónicas del "Clandestino". 

1744.- Boogie Wonderland - Earth, Wind & Fire 


“Boogie Wonderland” – Earth, Wind & Fire

Lanzada en 1979, “Boogie Wonderland” es una de las canciones más representativas de la era disco y un verdadero himno de la pista de baile. Interpretada por Earth, Wind & Fire junto al grupo vocal femenino The Emotions, esta pieza no solo consolidó a la banda dentro del género, sino que también se convirtió en un clásico atemporal que sigue transmitiendo energía y optimismo más de cuatro décadas después de su aparición.

El tema fue incluido en el álbum I Am, uno de los discos más exitosos de Earth, Wind & Fire, y se caracteriza por su mezcla de ritmos irresistibles, arreglos sofisticados y un groove que invita inevitablemente a moverse. Desde los primeros compases, la canción marca un pulso vibrante con su bajo contagioso, líneas de guitarra funk y una percusión precisa que se entrelaza con la sección de metales, siempre poderosa en las producciones de la banda. La colaboración con The Emotions le aporta además un toque vocal distintivo, con armonías que refuerzan el carácter festivo y expansivo de la pieza.

A nivel lírico, “Boogie Wonderland” describe la liberación que supone sumergirse en el baile, donde las preocupaciones del día a día se disipan bajo las luces de la discoteca. La pista de baile se presenta como un espacio de catarsis y comunión, un lugar en el que la música se convierte en refugio y celebración. Aunque a primera vista las palabras pueden parecer simples, en realidad reflejan con precisión el espíritu de la época: el deseo de dejar atrás las tensiones sociales y personales a través de la cultura del club y la música disco.

Uno de los aspectos más notables de la canción es cómo logra combinar una producción de gran riqueza instrumental con una accesibilidad inmediata. Maurice White y Al McKay, miembros fundamentales de la banda, supieron equilibrar la sofisticación musical con la inmediatez del ritmo, generando una experiencia sonora que atrapaba tanto a oyentes casuales como a músicos atentos a los detalles. No es casualidad que la canción haya alcanzado el Top 10 de las listas en Estados Unidos y otros países, consolidándose como uno de los mayores éxitos de la formación.

Con el paso del tiempo, “Boogie Wonderland” ha trascendido su contexto original. Ha aparecido en películas, series y recopilatorios, convirtiéndose en sinónimo de celebración, fiesta y energía positiva. Su influencia se percibe en artistas posteriores que han retomado el legado del funk y la música disco, y continúa sonando en discotecas y fiestas, confirmando su vigencia.

Boogie Wonderland” no es solo una canción para bailar: es un símbolo de una época dorada de la música, un recordatorio del poder de la pista de baile como lugar de encuentro y liberación. Earth, Wind & Fire, junto a The Emotions, lograron encapsular en poco más de cuatro minutos toda la vitalidad, el glamour y la esperanza que definieron al movimiento disco.

Daniel 
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jueves, 9 de octubre de 2025

1743.- Let's lynch the landlord - The Dead Kennedys


Let's lynch the landlord - The Dead Kennedys

Dentro del universo del punk californiano de finales de los años setenta, pocas bandas lograron capturar con tanta crudeza y sarcasmo la rabia social como los Dead Kennedys. Su álbum debut Fresh Fruit for Rotting Vegetables (1980) es un manifiesto en sí mismo, y entre sus piezas destaca “Let’s Lynch the Landlord”, una canción que mezcla humor negro, crítica social y una energía corrosiva que se convirtió en marca registrada del grupo.

A primera vista, el título parece una provocación sin más, un grito incendiario contra los caseros. Sin embargo, como suele suceder con las letras escritas por Jello Biafra, hay más capas detrás del eslogan. El tema retrata con ironía las condiciones de vida precarias en que se encontraban muchos jóvenes en ciudades como San Francisco: edificios en ruinas, alquileres abusivos y una sensación constante de abandono por parte de quienes deberían garantizar un lugar digno para vivir. En ese sentido, “Let’s Lynch the Landlord” no es solo un chiste macabro, sino una forma de exponer la tensión entre los inquilinos explotados y los propietarios indiferentes.

Musicalmente, la canción se aparta un poco del esquema más acelerado y caótico del hardcore que la banda también exploraba. Aquí el ritmo es más contenido, con un aire casi de surf punk, sostenido por la guitarra de East Bay Ray, que aporta riffs vibrantes y reverb cargada, recordando a la tradición de la música californiana de los años 60 pero envenenada con la actitud punk. El bajo de Klaus Flouride y la batería de Ted acompañan con solidez, creando un contraste entre la ligereza instrumental y la dureza del mensaje.

La interpretación de Biafra, exagerada y teatral, potencia el tono satírico de la canción. No se trata de un llamado literal a la violencia, sino de un recurso expresivo que combina desesperación, ironía y un deseo de sacudir conciencias. Su voz nasal y su manera de acentuar cada frase convierten a “Let’s Lynch the Landlord” en una especie de caricatura sonora, una farsa que al mismo tiempo refleja una realidad amarga.

El impacto del tema se entiende mejor dentro del contexto de su época. A finales de los 70, San Francisco enfrentaba problemas de vivienda y desigualdad que empujaban a la juventud hacia una vida marginal. El punk, como movimiento, encontró en esa rabia un terreno fértil para expresarse. Dead Kennedys, con su estilo mordaz, supieron transformar quejas cotidianas en himnos de inconformidad que aún hoy mantienen vigencia, especialmente en debates actuales sobre gentrificación y crisis habitacional.

En definitiva, “Let’s Lynch the Landlord” es una canción que combina humor, denuncia y un estilo musical que se aparta de lo obvio, demostrando que el punk no siempre tiene que ser velocidad y ruido: también puede ser sátira inteligente y reflexión incómoda disfrazada de estribillo pegadizo.

Daniel 
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miércoles, 8 de octubre de 2025

1742.- I was made for lovin you - KISS


I Was Made for Lovin’ You – KISS

Dentro de la vasta discografía de KISS, pocas canciones han generado tanto debate y al mismo tiempo tanto reconocimiento como “I Was Made for Lovin’ You”, publicada en 1979 como parte del álbum Dynasty. El tema, compuesto por Paul Stanley, Desmond Child y Vini Poncia, representó un cambio de dirección para la banda, que hasta ese momento era identificada principalmente con el hard rock y el glam de los años setenta. Su incursión en el terreno de la música disco causó sorpresa, desconcierto y, para muchos, fue un gesto audaz que contribuyó a ampliar la popularidad del grupo.

El contexto histórico es clave para entender el impacto de esta canción. A finales de los setenta, el fenómeno disco dominaba las pistas de baile y muchos artistas de rock decidieron experimentar con este sonido. KISS no fue la excepción, aunque en su caso el resultado fue particularmente llamativo porque contrastaba con la imagen agresiva y teatral que habían construido en discos anteriores como Destroyer o Love Gun. La base rítmica de “I Was Made for Lovin’ You” es claramente bailable, con un tempo marcado y un bajo repetitivo, pero sin perder la energía rockera en la guitarra de Ace Frehley y en la batería de Peter Criss, aunque en el estudio este último fue reemplazado en gran parte por Anton Fig.

La voz de Paul Stanley, llena de dramatismo y matices, es la que sostiene la identidad del tema. El estribillo, pegadizo hasta lo irresistible, fue diseñado para quedarse grabado en la memoria de quien lo escucha. Ese equilibrio entre sensualidad, ritmo y potencia rockera hizo que la canción rápidamente escalara en las listas de popularidad, alcanzando el puesto número 11 en el Billboard Hot 100 en Estados Unidos y convirtiéndose en un éxito internacional, especialmente en Europa y Latinoamérica, donde hasta hoy es infaltable en cualquier repaso de la historia de la banda.

Si bien muchos fanáticos del KISS más duro vieron esta canción como una traición a sus raíces, el paso del tiempo ha reivindicado su importancia. “I Was Made for Lovin’ You” no solo demostró la versatilidad de la banda, sino que también abrió las puertas a una audiencia más amplia. En vivo, la canción adquirió un poder renovado, con un sonido más cercano al rock que a la disco, lo que permitió que se mantuviera en el repertorio de conciertos durante décadas.

I Was Made for Lovin’ You” es un tema que refleja tanto el espíritu experimental como la capacidad de KISS para reinventarse sin perder su esencia. Una canción que, más de cuarenta años después de su lanzamiento, sigue siendo un himno intergeneracional que demuestra cómo el rock puede dialogar con otros géneros y conquistar nuevas fronteras.

Daniel 
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martes, 7 de octubre de 2025

1741.- Teenage Kicks - The Undertones

 


Escrita por John O'Neill en 1977 y publicada en 1978 como sencillo antes de ser incluirla en el disco homónimo "The Undertones", Teenage Kicks se convirtió en la canción más icónica y relevante de esta banda de adolescentes norirlandeses de finales de los años setenta. Grabada en una época de agitación política en Irlanda del Norte, la canción se aleja de proclamas reivindicativas y se centra en la otra gran preocupación de los adolescentes del momento: ligar con chicas.

Los apenas dos minutos y medio de duración de Teenage Kicks son directos y explosivos, combinando la energía del punk del momento con una estructura pop rock de irresistible estribillo, todo ello potenciado por la voz urgente de Feargal Sharkey, que contagia al oyente del espíritu juvenil y desenfadado de la letra, centrada en un adolescente que tiene en una chica del vecindario el foco de su incontenible deseo adolescente.

Teenage Kicks se convirtió en todo un himno generacional y del punk del momento, impulsada por las declaraciones del célebre DJ británico John Peel, que la señaló como su canción favorita y dejó escrito que sonara en su funeral y se inscribiera en su lápida. Tiempo después, la canción fue una clara referencia para grupos como Arctic Monkeys o Green Day, que como muchos otros grupos cayeron embaucados por la urgencia y la fuerza de la adrenalina adolescente de una canción mítica e irrepetible.

lunes, 6 de octubre de 2025

1740 - I fought the law - The Clash


I fought the law - The Clash

En la historia del rock, pocas canciones han tenido tantas vidas como I Fought the Law. Originalmente escrita por Sonny Curtis e interpretada por The Crickets en 1960, fue popularizada años más tarde por Bobby Fuller Four. Sin embargo, sería The Clash quienes, a finales de los años setenta, transformarían la canción en un himno punk cargado de furia y actitud, dejando una huella imborrable en la cultura musical.

La versión de The Clash fue lanzada en 1979 como parte de su EP estadounidense The Cost of Living. En un momento en que la banda estaba consolidando su identidad fuera del Reino Unido, esta canción se convirtió en una especie de carta de presentación. Con su interpretación explosiva, The Clash no solo rindieron tributo a un clásico del rock and roll, sino que también lo hicieron suyo, aportándole una energía cruda y contestataria.

Musicalmente, la canción mantiene la estructura sencilla y directa de la original, pero con el sello punk característico de la banda. Los acordes de guitarra de Mick Jones son afilados y vibrantes, la batería de Topper Headon marca un ritmo implacable, mientras que la voz de Joe Strummer destila una mezcla de rabia y desdén. Esa interpretación vocal es clave: donde la versión de Bobby Fuller sonaba casi despreocupada, la de The Clash transmite un aire de desesperación y desafío frente a un destino inevitable.

La letra, con su ya icónica línea “I fought the law and the law won”, adquiere un nuevo sentido en manos de The Clash. Más allá de la anécdota de un delincuente enfrentándose a la justicia, se convierte en una metáfora de la lucha contra el sistema, la represión y las instituciones que limitan la libertad individual. En plena era del punk, este mensaje conectaba de manera directa con una juventud desencantada que veía en la música una forma de resistencia.

El impacto cultural de esta versión ha sido enorme. I Fought the Law se consolidó como uno de los temas más reconocibles de The Clash y ha sido utilizada en películas, documentales y campañas publicitarias, reafirmando su condición de clásico atemporal. Además, es un ejemplo perfecto de cómo una banda puede revitalizar una canción ajena y dotarla de una nueva carga simbólica.

I Fought the Law de The Clash no es solo una versión, sino una reinterpretación que encapsula el espíritu rebelde del punk. Con apenas tres minutos de duración, logra transmitir la rabia, el desencanto y la energía que hicieron de The Clash una de las bandas más influyentes de su tiempo. Un tema que, más de cuatro décadas después, sigue sonando igual de urgente y vigente.

Daniel 
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domingo, 5 de octubre de 2025

1739 - Dancing Barefoot - Patti Smith


Dancing barefoot - Patti Smith

Dentro de la extensa y fascinante trayectoria de Patti Smith, considerada una de las figuras más influyentes del punk y la poesía rock, “Dancing Barefoot” ocupa un lugar especial. Publicada en 1979 como parte del álbum Wave, la canción captura a la perfección la sensibilidad única de Patti Smith: una mezcla de lirismo místico, energía rebelde y búsqueda espiritual que trasciende los límites de lo musical.

Musicalmente, el tema es hipnótico desde el primer acorde. Con una base de guitarra envolvente y un ritmo constante, la canción se desliza con una cadencia casi ritual. No es un tema explosivo ni caótico, como otros de la artista, sino más bien un viaje introspectivo. La producción de Todd Rundgren aporta una atmósfera etérea que combina la crudeza del rock con un aire espiritual, haciendo de la escucha una experiencia inmersiva. La sencillez instrumental funciona como un lienzo perfecto para que la voz de Patti Smith despliegue toda su intensidad emocional.

En cuanto a la letra, “Dancing Barefoot” es un canto a la entrega total y al poder transformador del amor. Patti Smith canta sobre la disolución del yo frente a un sentimiento arrollador, un amor tan fuerte que se experimenta como una forma de trance o éxtasis. La metáfora de bailar descalza refuerza esa idea de vulnerabilidad y conexión directa con la tierra, con lo esencial y lo sagrado. Más que una canción romántica al uso, se trata de un poema sobre la trascendencia, donde el amor se equipara con lo místico y lo religioso.

Uno de los aspectos más notables es la manera en que Patti Smith consigue transmitir intensidad sin necesidad de recurrir a excesos. Su interpretación vocal se mueve entre la calma y la exaltación, logrando que el oyente sienta esa mezcla de devoción y vértigo. Es una canción que no busca complacer de manera inmediata, sino que va envolviendo lentamente, como un mantra.

Con los años, “Dancing Barefoot” se ha convertido en uno de los clásicos más reconocidos de Patti Smith. Numerosos artistas la han versionado, desde U2 hasta Pearl Jam, lo que habla de su influencia y de la atemporalidad de su mensaje. A pesar de ser un tema surgido en los años setenta, sigue teniendo vigencia gracias a la universalidad de lo que transmite: la intensidad del amor, la pérdida del control y la comunión con algo más grande que uno mismo.

Dancing Barefoot” es mucho más que una canción dentro de la discografía de Patti Smith. Es un ejemplo de cómo el rock puede convertirse en un vehículo poético y espiritual, capaz de conectar lo humano con lo trascendente. Una pieza que sigue invitando, décadas después, a perderse en sus acordes y a dejarse llevar, descalzos, hacia lo desconocido.

Daniel 
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sábado, 4 de octubre de 2025

1738 - On the radio - Donna Summer

On the radio - Donna Summer

Cuando se habla de Donna Summer, resulta inevitable pensar en la reina indiscutida de la música disco. Entre su inmenso repertorio de éxitos, “On the Radio” ocupa un lugar especial, no solo por su popularidad, sino también por la manera en que combina el magnetismo rítmico de la era disco con una letra cargada de melancolía y ternura. Lanzada en 1979 como parte de la banda sonora de la película Foxes y luego incluida en el álbum recopilatorio On the Radio: Greatest Hits Volumes I & II, esta canción se convirtió rápidamente en un himno que trasciende lo meramente bailable.

La producción, a cargo del inseparable dúo formado por Giorgio Moroder y Pete Bellotte, despliega una de las fórmulas más reconocibles de la época: un beat constante, arreglos de cuerdas brillantes y sintetizadores que añaden un aire futurista, característico del trabajo de Moroder. Sin embargo, lo que distingue a “On the Radio” de otros éxitos disco es la forma en que Donna Summer logra infundir emoción y cercanía en un tema destinado a las pistas de baile. Su voz, cálida y poderosa a la vez, narra una historia de desamor con un tono que oscila entre la fragilidad y la esperanza.

La letra parte de una situación íntima: una persona escucha en la radio un mensaje que parece hablar de su propia experiencia sentimental. Ese recurso conecta lo personal con lo colectivo, como si la radio se convirtiera en un espacio de confesión pública y de sanación compartida. En un tiempo en que la radio era el medio dominante para descubrir música y transmitir emociones, la idea de escuchar allí reflejada la propia vida amorosa resulta especialmente poderosa.

Musicalmente, el tema avanza con una estructura que va ganando intensidad a medida que progresa. Comienza con un aire suave, casi confesional, y poco a poco se transforma en una explosión de ritmo que invita al movimiento. Esa dualidad entre lo íntimo y lo expansivo es uno de los grandes logros de la canción: puede escucharse en soledad, con atención a la letra, o disfrutarse como un himno colectivo en la pista de baile.

On the Radio” fue un éxito inmediato, alcanzando los primeros puestos en las listas y consolidando aún más la figura de Donna Summer como la voz femenina de referencia del movimiento disco. Con el paso de los años, se ha mantenido vigente, tanto en versiones originales como en reinterpretaciones y sampleos de otros artistas.

La canción no es solo un testimonio de la era disco, sino también una pieza atemporal que habla de la universalidad de los sentimientos humanos. Donna Summer, con su talento y carisma, logró transformar una historia de desamor en un himno luminoso que todavía hoy emociona y hace bailar.

Daniel 
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viernes, 3 de octubre de 2025

Disco de la semana 450: The Marshall Tucker Band - The Marshall Tucker Band

The Marshall Tucker Band




     Hay discos que no se escuchan: se respiran, te entran como el polvo del camino, como el humo de una hoguera al atardecer. El debut homónimo de The Marshall Tucker Band, lanzado en 1973 bajo el sello Capricorn Records, es uno de esos álbumes que no solo ayudaron a definir y evolucionar el género del rock sureño, sino que fue capaz de capturar una forma de vida: errante, herida, libre. La banda, formada en Spartanburg, Carolina del Sur, por los hermanos Toy y Tommy Caldwell, Doug Gray, George McCorkle, Paul Riddle y Jerry Eubanks, mezcló rock con country y jazz, y lo hizo con una sensibilidad melódica extraordinaria.


La producción, a cargo de Paul Hornsby, permitió que cada instrumento respirara. La flauta, poco común en el rock, se convirtió en una de las marcas distintivas de la banda, mientras la guitarra de Toy Caldwell, siempre expresiva, tejía paisajes sonoros que iban del desierto al pantano; y la voz de Doug Gray, cálida y rota, nos hablaba como un viejo amigo. El álbum abre con una declaración de intenciones: Take the Highway, toda una declaración de libertad. La canción es una invitación a dejar atrás lo conocido y lanzarse a lo incierto. La guitarra de Toy Caldwell y la flauta de Jerry Eubanks se fusionan perfectamente, como dos corrientes de aire que soplan en direcciones opuestas pero complementarias. La canción, con una estructura progresiva, casi jazzística, nos habla de un hombre que no puede quedarse quieto, necesita moverse, y la carretera es su única forma de reconciliarse con el mundo. Es el arquetipo del viajero sureño, del espíritu libre que no pide permiso ni da explicaciones. Can’t You See es una mezcla de country con rock sureño compuesta por Toy Caldwell. La letra del tema está dotada de cierta oscuridad y nos relata la angustia de un hombre que ha iniciado el proceso de curarse a a sí mismo. La apertura del tema está hecha por la guitarra y la flauta tocada por Jerry Eubanks. El sonido de la flauta le da un toque muy curioso y distinto al tema, más si cabe cuando la flauta no era un instrumento habitual dentro del rock sureño. La publicación Ultimate Classic Rock llegó a nombrar este tema como la mejor canción jamas escrita de southern rock por delante de Sweet Home Alabama de Lynyrd skynyrd
Cierra la cara A Losing You, una introspectiva y triste balada donde la banda nos muestra su lado más vulnerable. Aquí no hay flautas juguetonas ni riffs galopantes, sólo silencio, espacio, y una voz que parece hablar desde el fondo de una habitación vacía que aborda la pérdida amorosa con una honestidad brutal. No hay metáforas elaboradas ni adornos líricos: solo el dolor crudo de saber que alguien se ha ido. La guitarra llora, el piano acompaña como un amigo que no sabe qué decir, y la voz de Doug Gray se quiebra en cada verso.



Abre la cara B 
Hillbilly Band. Después del cierre de la cara A con una tormenta emocional, llega la celebración con esta canción, invitándonos a una fiesta en el porche, con un banjo, con un  ritmo contagioso y unas letras que celebran la vida rural. La banda hace gala de una gran versatilidad, son capaces de hacernos llorar, pero también de hacernos bailar con una cerveza en la mano. See You Later, I’m Gone es una despedida, pero sin rencores. El protagonista se va, pero no tiene rabia, simplemente lo acepta. Estamos ante la típica canción  que  podemo escuchar mirando por la ventana, mientras el mundo sigue girando. En Ramblin’, la guitarra de Toy Caldwell nos lanza a la carretera. Es puro espíritu nómada, con un ritmo que galopa como un tren sin destino, mientras la voz de Doug Gray conversa con el viento. My Jesus Told Me So ahonda en esa búsqueda de dar sentido a la vida. Introduce un elemento espiritual que sorprende por su sinceridad, aunque no es una canción religiosa en el sentido tradicional, sino una reflexión íntima sobre la fe como refugio. Toy Caldwell, quien escribió la mayoría de las canciones del álbum, era conocido por su espiritualidad discreta, y aquí lo plasmó con exqisita delicadeza. La instrumentación es sencilla, casi acústica, y la letra habla de consuelo, de guía, de una voz interior que ayuda a seguir adelante. No pretende evangelizar, sino compartir una verdad personal. Cierra la cara B, y por tanto el disco, AB’s Song. Fue escrita por Toy Caldwell para su esposa Abbie. Esta breve pieza acústica es una carta de amor sin artificios. En menos de dos minutos, la banda nos muestra que también sabe susurrar. La guitarra es suave, la voz es íntima, y la letra es una promesa.

El álbum The Marshall Tucker Band no fue solo un debut: fue una declaración de identidad en una época donde el rock sureño comenzaba a tomar forma con bandas como Lynyrd Skynyrd y The Allman Brothers, los Tucker ofrecieron una propuesta más melódica, más introspectiva, pero igual de poderosa. Y lo hicieron con este álbum debut lleno de carreteras, pérdidas y búsquedas, donde nos hablan del dolor, de la carretera, de ese amor perdido, de la esperanza. Es una disco que se te queda dentro, como el perfume de la lluvia sobre la tierra reseca: sutil, persistente, imposible de olvidar.

1737.- I'm Bored - Iggy Pop



Incluida en el disco "New Values" ("Nuevos Valores") de 1979, "I'm Bored" ("Estoy aburrido") es una acertada mezcla de crítica, sarcasmo y nihilismo firmada por un Iggy Pop que había dejado atrás un pasado de excesos con un par de brillantes colaboraciones con su amigo y protector David Bowie, siempre atento y al rescate cada vez que la carrera de La Iguana parecía a punto de perderse por el desagüe del mundillo musical.

Tras los dos discos al alimón con Bowie (The Idiot y Lust For Life), Iggy entró en una etapa en la que debía plantearse hacia dónde dirigir su carrera profesional, y rodo el mundo consideró a "New Values" como un disco de transición, cuando en realidad, y viéndolo en perspectiva y en comparación con muchas de sus publicaciones posteriores, Iggy estaba entregando uno de sus mejores discos en solitario.

Sin la influyente figura de David Bowie a su lado, Iggy Pop volvió, como la cabra, a su particular monte de punk rock, y para ello se alió con el guitarrista de The Stooges, James Williamson, para facturar un disco en el que temas como "I'm Bored" maravillan por la curiosa combinación de un ritmo lento pero rotundo con guitarras rasposas y una interpretación vocal que parece desganada pero que resulta provocadora y llena de actitud punk.  "I'm Bored" es un brillante reflejo del desencanto del post-punk, interpretado por el que probablemente fuera su máxima figura, y eso la hace aún más impactante.

jueves, 2 de octubre de 2025

1736.- Goodnight Tonight - Paul McCartney & Wings

 


"Goodnight Tonight" fue grabada por Paul McCartney y su grupo Wings dentro de las sesiones del disco Back to the Egg (1979), pero finalmente no formó parte de aquel álbum y fue publicada como sencillo independiente. Quizá a McCartney le pareció que el toque disco e incluso flamenco que tenía la canción no pegaban con el resto de canciones que acabaron conformando el disco, pero la realidad es que con su decisión dejó fuera uno de sus grandes hits comerciales, ya que el single alcanzó el quinto puesto en las listas de ventas del Reino Unido y EE. UU.

La canción fusiona en tono festivo y ligero el ritmo bailable de la música disco con una curiosa introducción de guitarra flamenca, algo totalmente inusual en la discografía del ex-Beatle. Como casi siempre en las canciones de Paul McCartney, el bajo tiene un lugar preferente y referencial en su sonido, y en esta ocasión el propio John Lennon alabó el trabajo de su ex-compañero con las cuatro cuerdas. La producción es limpia y cuidada, y la mezcla de estilos funciona a la perfección en una canción que, a la postre, se convertiría en una de las joyas de la discografía post-Beatles de Paul McCartney.

En claro contraste con la alegría y aparente ligereza de la propuesta musical, la letra es más emocional e introspectiva, con un leve poso amargo al describir el miedo y la resistencia a que una relación amorosa llegue a su fin, con frases que son claros ruegos a la pareja para que no se vaya (“No digas adiós esta noche") o para que no deje que la llama del amor se apague (“No estés nunca demasiado cansada para el amor"). Y ese es además el sentimiento que produce la escucha de "Goodnight Tonight", algo parecido a esa esperanza en que el amor dure para siempre, un "ojalá que esta canción no acabe todavía" para que podamos seguir disfrutando del talento de uno de los mayores genios de la música.

miércoles, 1 de octubre de 2025

1735.- In the Navy - Village People



"In the Navy" del grupo estadounidense Village People fue un éxito internacional en 1979, año de su publicación como single, alcanzando el Top 10 en varios países y poniendo su gran grano de arena en la consolidación de la música disco que arrasó en las pistas de baile a finales de los años setenta.

Compuesta por Henri Belolo, Jacques Morali y Victor Willis, "In the Navy" es un auténtico himno disco de vibrantes coros, exuberantes arreglos y un ritmo de lo más pegadizo, que podría decirse que roza incluso lo marcial, en clara consonancia con una letra a medio camino entre la sátira y el mensaje de una campaña de reclutamiento militar. El toque paródico viene además reforzado por la singular imagen de los miembros del grupo, reflejando cada uno de ellos un estereotipo estadounidense: El policía, el vaquero, el indio americano... y todos ellos bailando y encantados de alistarse en la Marina.

"In the Navy" refleja de manera brillante el espíritu de los años 70, una década asociada a la libertad, la autoexpresión y el desafío a las normas sociales impuestas por gobernantes de una generación anterior. En una época en la que los homosexuales no podían servir abiertamente en el ejército, la canción de Village People fue una forma de reivindicación y de denuncia en forma de pegadizo ritmo disco, que ha quedado para siempre como una pieza bailable y atemporal que sigue siendo imprescindible en cualquier pista de baile.

martes, 30 de septiembre de 2025

1734 - Sarah - Thin Lizzy


Sarah - Thin Lizzy

La canción “Sarah” de Thin Lizzy, incluida en el álbum Black Rose: A Rock Legend (1979), muestra una faceta muy distinta de la banda irlandesa liderada por Phil Lynott. Lejos del sonido más duro y eléctrico que los catapultó como referentes del hard rock de los años setenta, este tema ofrece un respiro íntimo, casi confesional, donde la delicadeza reemplaza la fuerza habitual de sus guitarras gemelas.

Compuesta por Lynott en honor a su hija recién nacida, la canción es un ejemplo perfecto de cómo el rock puede convertirse en un vehículo de ternura y afecto personal. La elección de un título tan directo, con el propio nombre de la niña, ya adelanta que se trata de una pieza profundamente personal. El tono vocal de Lynott es cálido, melódico y cargado de emoción, lo que contrasta con su estilo habitual más grave y agresivo. Aquí su voz adquiere una cercanía casi paternal, transmitiendo amor y vulnerabilidad.

Musicalmente, “Sarah” destaca por su simplicidad. La instrumentación se centra en guitarras limpias y un acompañamiento suave que permite que la voz y la letra brillen por encima de todo. El tempo pausado y la estructura sencilla le dan un aire de balada rockera clásica, pero con un toque inconfundible de Thin Lizzy. Gary Moore, quien por entonces formaba parte de la banda, aporta arreglos de guitarra sensibles y contenidos, reforzando la atmósfera íntima de la pieza.

La letra es directa y conmovedora. Phil Lynott no busca metáforas complicadas ni giros poéticos grandilocuentes: habla con la sinceridad de un padre que contempla la llegada de una nueva vida. La canción transmite ternura, orgullo y esperanza, con un sentimiento universal que conecta más allá de cualquier estilo musical. Esa honestidad lírica refuerza la autenticidad del tema, haciendo que “Sarah” destaque no solo en la discografía de Thin Lizzy, sino también dentro del panorama del rock de finales de los setenta.

En el contexto del álbum Black Rose: A Rock Legend, un trabajo cargado de riffs poderosos y canciones con la energía característica de la banda, “Sarah” cumple la función de pausa emotiva. Su inclusión muestra la versatilidad de Thin Lizzy y la capacidad de Lynott para ir más allá de los clichés del rock duro, abriendo un espacio para la sensibilidad en un disco que, de otra manera, sería mucho más intenso y agresivo.

Con el paso del tiempo, “Sarah” se ha convertido en una de esas joyas escondidas de Thin Lizzy, menos recordada que himnos como “The Boys Are Back in Town” o “Whiskey in the Jar”, pero igual de significativa por lo que revela de su autor. Es una canción que humaniza al rockero, mostrando que detrás del líder carismático también había un padre lleno de amor y ternura.

Sarah” es un recordatorio de la dimensión emocional del rock y del talento de Phil Lynott para transformar su vida personal en arte sincero y atemporal.

Daniel 
Instagram storyboy 

lunes, 29 de septiembre de 2025

1733.- Roisin Dubh (Black Rose): A Rock Legend - Thin Lizzy

 

Roinin Dubh (Black Rose): A Rock Legend
Thin Lizzy


     En abril de 1979, Thin Lizzy lanzaba Black Rose: A Rock Legend, su noveno álbum de estudio, bajo el sello Vertigo Records. Grabado entre París y Londres durante el invierno de 1978/1979, este disco marcó un punto culminante en la trayectoria de la banda irlandesa, tanto por su éxito comercial (alcanzando el número 2 en las listas británicas) como por su riqueza musical. Gary Moore, en este disco, se unió a la aventura junto a Phil Lynott, Brian Downey y Scott Gorham y participó como miembro estable, y su presencia se sintió profundamente en la dirección artística del proyecto. El álbum incluía clásicos como Waiting for an Alibi”, Got to Give It Up o Sarah, pero es en fue último corte, Róisín Dubh (Black Rose): A Rock Legend, toda una oda a la identidad irlandesa, donde Thin Lizzy alcanzó su máxima expresión artística. Esta canción no solo cierra el disco, sino que lo corona como una obra profundamente arraigada en la cultura irlandesa, fusionando el rock con la tradición musical celta en esta ambiciosa y compleja composición escrita por Phil Lynott y Gary Moore.

Róisín Dubh es una suite de más de siete minutos, escrita por Phil Lynott y Gary Moore, que entrelaza fragmentos de canciones tradicionales irlandesas con secciones originales. Siete minutos donde relatan historias de príncipes y princesas, del legendario guerrero celta Cu Chulain. Pero es a partir del minuto cuarenta y cinco aproximadamente, donde llega el éxtasis, y mientras suena a golpe de guitarras la melodía tradicional irlandesa Danny Boy, Lynott canta a la vez otro tema tradicional irlandés: Shanendoa, sencillamente maravilloso. La canción tomó su nombre de una figura simbólica en la poesía irlandesa: Róisín Dubh (Rosa Negra), que representa a Irlanda como una mujer idealizada, a menudo en contextos de resistencia y nostalgia.

La estructura de la canción se divide en varias secciones, comenzando con una introducción instrumental con un riff potente y melódico da paso a una atmósfera épica, con las guitarras de Moore y Gorham doblando líneas sobre la base rítmica de un soberbio Brian Downey a la batería y de Phil Lynott al bajo, y que da paso a dos melodías tradicionales: Shenandoah y Will You Go Lassie Go, las cuales fueron reinterpretadas con arreglos eléctricos, manteniendo su esencia melancólica, mientras Moore ejecuta una versión instrumental estremecedora del tema clásico iralndés Danny Boy. Lynott canta versos que celebran la historia y el espíritu de Irlanda, con referencias a héroes culturales y a la lucha por la identidad. Estos versos están cargados de simbolismo nacionalista y cultural. Lynott menciona figuras como Oscar Wilde, James Joyce y Cu chulainn, entre otros, en una especie de homenaje a la herencia irlandesa. La letra es toda una celebración a la riqueza cultural de Irlanda. Este épico tema acaba con un crescendo de las guitarras dobladas que fusionan todas las secciones anteriores en una gloriosa despedida. 

Lynott, hijo de madre irlandesa y padre afrobrasileño, siempre se identificó profundamente como irlandés de pura cepa, abrazando con orgullo la tradición y el espíritu de su tierra natal, y en Róisín Dubh, parecía reconciliarse con sus raíces, abrazando la tradición desde una perspectiva moderna y rebelde, recordándonos la importancia de la necesidad de pertenencia, de orgullo y de recordar quiénes somos.

domingo, 28 de septiembre de 2025

1732.- Desde mi libertad - Ana Belen

 


En 1979, Ana Belén se encontraba en un momento de gran actividad en su carrera, tanto en la música como en su faceta de actriz, protagonizó la aclamada serie de televisión Fortunata y Jacinta, una adaptación de la obra de Benito Pérez Galdós dirigida por Mario Camus. En la serie, compartió pantalla con actores de la talla de Maribel Martín, Manuel Alexandre, Paco Rabal y Fernando Fernán Gómez, entre otros. Este papel consolidó aún más su reputación como una de las actrices más importantes de España, además protagonizó la película Jaque a la dama, dirigida por Francisco Rodríguez, donde compartió cartel con actores como Carlos Larrañaga y Antonio Resines. En su carrera musical ese año lanzó uno de los discos que mayor repercusión tuvo a nivel nacional, titulado simplemente Ana, fue un punto de inflexión en su carrera musical. Marcó una evolución notable en su estilo, consolidándola como una de las voces más importantes y versátiles de la música española de la época. Producido por Oscar Gómez y con arreglos de Danilo Vaona, el disco se caracterizó por un sonido sofisticado, con influencias pop y baladas románticas, se alejaba de su anterior etapa más cercana a la canción de autor para adentrarse en un sonido más comercial y popular, lo que resultó en un gran éxito de ventas. El tema más emblemático del álbum y que se convirtió en un himno fue "Agapimú", una adaptación al español de una canción griega. Su melodía pegadiza y el carisma de Ana Belén en la interpretación la catapultaron a las listas de éxito También "Vuelo blanco de gaviota", una emotiva versión de "Days of Pearly Spencer" de David McWilliams o en la que nos vamos a detener, "Desde mi libertad", co-escrita por su marido, Víctor Manuel, y que se convirtió en otro de sus temas más conocidos.

 

Si por algo destaca Desde mi liberta es por la letra, poética y profundamente simbólica, en ella se relata el viaje de una mujer que decide dejar atrás una vida de dependencia para emprender su propio camino. El verso inicial "Sentada en el andén, mi cuerpo tiembla y puedo ver, que a lo lejos silba el viejo tren" evoca una sensación de cambio, de un punto de inflexión donde se abandona el pasado. La protagonista se enfrenta al miedo y a la incertidumbre, pero su deseo de independencia es más fuerte que cualquier atadura. La frase "me iré desnuda igual que nací" simboliza la necesidad de despojarse de todas las viejas pieles y redescubrirse desde cero. El clímax de la canción llega con el estribillo, una declaración de fuerza y autodeterminación: "Desde mi libertad, soy fuerte porque soy volcán, nunca me enseñaron a volar, pero el vuelo debo alzar". La metáfora del volcán es poderosa, representando una energía interna y una pasión que ha estado latente y que finalmente irrumpe. Ana Belén, con su voz emotiva y poderosa, transmite la valentía de esa mujer que, a pesar de no haber sido preparada para la independencia, asume la responsabilidad de su destino. Más allá de su calidad musical, "Desde mi libertad" se convirtió en un himno generacional. Su mensaje de emancipación y de búsqueda de la propia identidad conectó con miles de mujeres que, al igual que la protagonista de la canción, estaban redefiniendo sus roles en una sociedad en plena transformación. Sin duda nos parece una de las canciones más importantes en la carrera de Ana Belén, un testimonio de su compromiso artístico y personal con las causas sociales que ha desarrollado durante toda su carrera.

sábado, 27 de septiembre de 2025

1731.- El tren - Leño

 

El tren, Leño


     El 12 de febrero de 1978 es una de las fechas más importantes y que marcarían el devenir del rock español. Leño debutaba en directo en la sala Alcalá Palace de Madrid como teloneros de Asfalto, y en mayo de ese mismo año publicaban su primer sencillo, Este Madrid / Aprendiendo a escuchar, el cuál a día de hoy es material de coleccionista. En mayo de 1979, y después de unos ajetreados meses donde el grupo se bate concierto tras concierto, graban su primer álbum en directo, titulado Leño. El disco es Grabado en apenas 72 horas y publicado por la discográfica Chapa/Zafiro. Durante la grabación del disco el bajista Chiki Mariscal decide abandonar la formación y regresar a Ñu (donde formó parte en sus origenes bajo el nombre Fresa), por lo que es sustituido por el bajista Tony Urbano. Todas las composiciones fueron grabadas al bajo por Chiki menos El Tren que fue grabado por Tony.

De ahí que en la portada de álbum original podemos observar a Rosendo Mercado y Ramiro Penas sentados y a Chiki Mariscal abandonando el lugar mientras por el otro lado entra Tony Urbano. El disco contaría con la producción de Teddy Bautista que además de aportar su colaboración a los teclados también aporta el ya mítico sólo de armónica que aparace en el tema El Tren. Este trabajo maracaría el sonido característico de la banda, basado en el rock y el blues rock con tintes progresivos y hasta psicodélicos.

Incluído en este disco se encuentra el mencionado tema El tren, que con su metáforico contenido nos podría estar hablando de las drogas y de su consumo, "...ví rostros deshechos de satisfacción, si controlas tu viaje serás feliz"; aunque también prodría estar hablando del recorrido por la aventura de la vida, la búsqueda personal y la importancia de tomar las riendas de nuestro destino: "Si controlas tu viaje serás feliz", porque al final siempre nos llega nuestro destino, la muerte: "Ya va lento a su final / Y casi no sabes cúando va a parar".  Como comenté anteriormente, la armónica en el tema fue tocada por Teddy Bautista, el cuál se marca un solo memorable que pone la guinda a este himno del grupo. El tren fue compuesto por Rosendo y José Carlos Molina cuando ambos estaban en Ñu, por eso Ñu decidió grabarla años más tarde con otro nombre y mucha gente pensó que estaban haciendo una versión de Leño cuando en realidad era un tema escrito por ambos.

viernes, 26 de septiembre de 2025

Disco de la semana 449: Bonobo - Black Sands

 



Descubrí Black Sands en un momento de mi vida en el que se avecinaban una temporada de cambios, cumplir los 50 no es fácil, mis primeros años estuvieron marcados por el pop, el rock español, cantautores o el folk, sin embargo, me sentía un poco perdido o "desplazado" dentro de la música, estaba pululando desde hace mucho tiempo la música electrónica y cada día me atraía cada vez más esa escena, intrigado por esos sonidos diferentes y esa oscuridad que aún estaba por descubrir. Sentía un gran vacío entre la música que me interesaba (música electrónica) y lo que las generaciones anteriores suelen describir como música "real" o "de verdad" (música instrumental/vocal tradicional).


El álbum comienza con una canción melódica de un minuto llamada Prelude, es la manera perfecta de comenzar el álbum, ya que realmente marca el tono de toda la audición, al igual que la introducción de un ensayo, esta creación capta la atención del oyente y realmente exhibe todo el género de este álbum. Kiara tiene una transición muy agradable desde Prelude inmediatamente pasa a una melodía agradable, mientras lentamente va introduciendo más y más elementos en la canción y va adquiriendo un ritmo agradable. Presenta un gran ir y venir de instrumentos de cuerda y un sintetizador que suena muy a los años 90. Esta pista me hace imaginarme viajando a algún lugar, sedienta de aventuras y de nuevos paisajes, el ritmo de es muy cálido, secuencial y presenta ideas de un trip hop ambiental que parece hacer referencia a un viaje al pasado con un pequeño sintetizador que recuerda a los juegos de 8 bits y los violines hacen que la melodía sea agridulce. 

Kong suena como una versión más compleja y con más capas del tema anterior, me recuerda un poco a Flying Lotus con su ritmo más tropical y vigoroso, el tema es colorido y bastante relajado, perfecto para el verano. Es sin duda, mi canción favorita de todo el álbum, ya que me evoca muchas emociones. Una melodía sencilla y agradable mezclada con instrumentos de viento de madera te llena de una sensación de descubrimiento. Esta obra maestra musical tiene un aire natural, de manera que me hace sentir como si estuviera en medio de una jungla, tal vez el artista tenía esto en mente cuando la tituló así. Eyesdown es la primera canción de este álbum que incluye voces, es mucho más triste y de ritmo más lento que todas las demás, creo que se debe principalmente al tono del vocalista. La canción tiene un ritmo muy agradable de principio a fin y, aunque la letra es casi irreconocible, la incorporación de voces es un cambio agradable. Estamos ante la introducción de una percusión más industrial y fría común en el dubstep, muy contrastante con los 2 temas anteriores. Viene una canción con un ritmo más rápido y mucha más energía, titulada El Toro, esta canción parece un toro en comparación con las otras canciones, una variación de un ritmo rápido de batería y cuerdas le da a esta canción una especie de sensación romántica. Si confiara en mi instinto, diría que esta canción es como el amor joven, llena de energía, pero, a la vez, suave y frágil a veces. We Could Forever tiene un aire tropical extraño y, con el añadido de silbidos agudos y demás, resulta muy tribal, suena como algo que bailarías en un resort de vacaciones, y te hace sentir como si estuvieras en una noche de verano bajo las estrellas. Las trompetas de esta canción también se encuentran en muchas de las canciones de house tropical actuales.


1009 nos trae una melodía más frenética y reverberada de una manera muy hermosa y emotiva, pero una vez más, sin mucha variación a las anteriores, es una canción mucho más tecnológica. Se percibe como algo muy experimental, pero al mismo tiempo encaja con todo el género del álbum y amplía el horizonte del oyente. Con un ritmo complejo y una melodía complicada, esta canción realmente hace honor a su nombre no oficial de “MIX”, que proviene de los números romanos para 1009. La siguiente canción de la lista, All In Forms, es una pista con un comienzo pesado y una agradable muestra vocal superpuesta, un sintetizador de sonido extendido, una agradable pista de piano y una batería enfatizada en el medio cambian toda la forma de la canción. El final de la canción trae de vuelta el mismo sonido que se escuchó al principio, lo que me hace preguntarme si Bonobo quería llamar a esta canción In All Forms, ya que esta canción es tremenda en todas sus formas. The Keeper regresa con la voz de Andreya Triana y tiene un sonido muy jazzero. La melodía de esta creación es mucho más simple que las anteriores y la canción se centra mucho en la letra. El género de esta canción suena a pop, aunque el fondo sí que suena a Bonobo, así que diría que sería Bonobo-pop, ya que un artista como él no puede encajar en el género de nadie más. Inicialmente parecía que iba a ser una versión club de "Feeling Good" de Nina Simone. La secuencia de notas de la trompeta es muy similar. En cuanto a la textura es bastante ecléctica, la fusión de géneros presentada durante la duración de este álbum me trae un interés moderado. Con el mismo vocalista que la canción anterior, Stay The Same es una canción sobre el cambio, la melodía y el vocalista transmiten el sentimiento de la canción de manera muy efectiva. Aunque es una canción lenta, no necesariamente se siente deprimente y la melodía hace un trabajo espectacular al darle vida a esta obra maestra. 

Animals nos muestra un poco más del lado de guitarra y saxofón de este proyecto. Un tema mucho más jazz fusión con un ritmo de batería súper presente e intenso. En general es una buena exploración del género que muestra más variación en el sonido del álbum, como todas las canciones sin voces, se siente muy animada y contiene más energía. Es la canción más larga del álbum y combina muchas melodías, pero fluyen muy bien. El título Animals probablemente se refiere al lado más improvisado e instintivo de esta canción. La canción que resume todo el álbum recibe el nombre muy apropiado de Black Sands, con una melodía de guitarra al principio, esta canción comienza como la mayoría, con una melodía positiva, pero que pronto se vuelve muy lenta y da la sensación de añoranza de algo. Parece continuar el concepto de “Animals” con una textura más acústica y “de cuna”. La forma en que se construye el tema es bastante relajada, aunque es capaz de despertar fuertes sentimientos y la forma en que simplemente desaparece hacia el final es perfecta para terminar el viaje. Una pista perfecta para terminar un álbum perfecto, se despide con una melodía lenta.

1730.- Holiday - Scorpions


 

Las portadas con connotaciones sexuales de los Scorpions en los todavía relativamente mojigatos años 70 y 80 debieron de seguir un sofisticado concepto de marketing. Siendo sincero, no puedo hacer nada con ellas, aquí tenemos "Lovedrive", su portada sigue siendo ridícula, pero comparativamente suave. Los Scorpions reajustaron su sonido hacia una dirección más comercial, esto no fue a costa de la dureza, al menos no siempre, simplemente ofrecieron composiciones más accesibles. Esto no significa que no ofrezcan momentos impactantes, sino algunos de los peores.  Lovedrive es un documento de época con una producción muy limpia que tiene en cuenta los hábitos de escucha del mainstream, no carece por completo de aristas y esquinas, pero tampoco ataca con toda su fuerza. Para los historiadores del metal, este álbum es imprescindible, más por el nombre de la banda que por su excepcional disfrute musical.

En un panorama musical donde las baladas de rock suelen ser sinónimo de excesos melódicos y letras grandilocuentes, "Holiday" de Scorpions es una pieza atípica y emotiva, se distingue por su sutileza y su capacidad para evocar una sensación de anhelo y melancolía sin caer en el sentimentalismo barato. Con su distintiva estructura, "Holiday" es más que una simple balada: es un viaje sonoro. La canción se divide en dos partes claramente diferenciadas que funcionan como una perfecta sinfonía, la primera es un pasaje acústico, liderado por la guitarra de Rudolf Schenker, que establece un tono íntimo y contemplativo. La voz de Klaus Meine, en un registro más suave y susurrante de lo habitual, fluye sobre los acordes de guitarra con una delicadeza que rara vez se le escucha. La letra habla de un verano fugaz y una relación que se desvanece y te invade  la nostalgia, no se trata de un lamento, sino de una reflexión tranquila sobre lo que fue y lo que pudo haber sido. La transición a la segunda parte es donde la magia de la canción alcanza su clímax. Después de un fade-out parcial, la banda regresa con una fuerza que sorprende. La guitarra de Matthias Jabs se une a la mezcla, aportando un solo electrizante y lleno de sentimiento. Este cambio de ritmo, de lo acústico a lo eléctrico, representa de manera brillante el contraste entre el recuerdo apacible y la tormenta emocional que a menudo acompaña a la pérdida. El solo de Jabs no es solo una exhibición técnica; es un grito de dolor, una explosión de emoción contenida que eleva la canción a otro nivel. La dualidad entre la calma acústica y la explosión eléctrica ha servido de inspiración para muchos músicos que buscan explorar el contraste en sus propias composiciones. Es un recordatorio de que una balada de hard rock no necesita ser bombástica para ser poderosa; a veces, la quietud y la sutileza son las que dejan la huella más profunda.

"Holiday" no es la típica balada poderosa de Scorpions, como "Still Loving You" o "Wind of Change". Su poder reside precisamente en su contención y en su capacidad para crear una atmósfera. Es la banda sonora de la nostalgia, un recordatorio de que los recuerdos, aunque a veces dolorosos, también pueden ser hermosos. La frase "Let's take a holiday" no es una invitación a una fiesta, sino un ruego para detenerse, reflexionar y revivir un recuerdo antes de que se pierda para siempre. Esta melancolía resonó con el público, demostrando que Scorpions podía ser tan efectivo en el ámbito acústico y sentimental como en el hard rock.


jueves, 25 de septiembre de 2025

1729 - Breakfast in America - Supertramp


“Supertramp y el desayuno más famoso del rock”

Cuando se habla de Supertramp, es inevitable mencionar su capacidad para unir sofisticación musical con melodías accesibles. “Breakfast in America”, canción que da nombre al icónico álbum de 1979, es un claro ejemplo de cómo la banda británica podía construir un tema aparentemente ligero, pero cargado de ironía y observación social.

Con apenas dos minutos y medio de duración, esta pieza es una de las más breves del repertorio de Supertramp, pero también una de las más memorables. Escrita por Roger Hodgson, la canción se inspira en la visión estereotipada que un joven británico podía tener de Estados Unidos. Más que un homenaje, se trata de una mirada irónica hacia esa tierra prometida que tanto fascinaba a los europeos en los años setenta. La letra hace referencia a los desayunos típicos estadounidenses y a la cultura popular del país, pero lo hace desde un tono juguetón y caricaturesco.

La interpretación vocal de Hodgson es clave, su voz aguda y casi ingenua encaja perfectamente con el espíritu satírico del tema. Canta como si realmente estuviera soñando con ese viaje a América, pero al mismo tiempo deja entrever una sonrisa burlona. La instrumentación, marcada por un piano sencillo y un acompañamiento rítmico directo, refuerza ese aire de frescura que distingue a la canción dentro de un álbum mucho más elaborado y ambicioso.

Lo interesante de “Breakfast in America” es cómo consigue ser pegadiza sin caer en lo superficial. No es solo una melodía bonita, sino también un retrato cultural encapsulado en poco más de dos minutos. Supertramp logra que la canción funcione en dos niveles: como un tema divertido y ligero, y como una crítica velada a la idealización de Estados Unidos. Esa doble lectura es una de las virtudes que explica la vigencia de la banda.

En el contexto del disco, “Breakfast in America” actúa como un respiro. Entre canciones más densas y reflexivas como “The Logical Song” o “Take the Long Way Home”, esta pieza aporta un toque de humor y ligereza, sin perder la sofisticación característica del grupo. Es, de alguna manera, la prueba de que Supertramp sabía equilibrar lo accesible con lo artístico.

A más de cuatro décadas de su lanzamiento, la canción sigue sonando fresca y actual. Su ironía sigue funcionando, su melodía continúa siendo irresistible y su brevedad la convierte en un pequeño clásico dentro del rock progresivo-pop de finales de los setenta. “Breakfast in America” es, en definitiva, un recordatorio de que a veces la genialidad se encuentra en la sencillez y en la capacidad de decir mucho con muy poco.

Daniel 
Instagram storyboy 

miércoles, 24 de septiembre de 2025

1728.- Goodbye Stranger – Supertramp

 


Lanzada como parte del exitoso álbum Breakfast in America (1979), “Goodbye Stranger” fue uno de los sencillos que consolidó a Supertramp como una banda capaz de combinar la complejidad musical con el éxito comercial. El álbum vendió más de 20 millones de copias y marcó el punto más alto (y, paradójicamente, el inicio del declive) de la banda liderada por Rick Davies y Roger Hodgson.

Musicalmente, la canción tiene una producción pulida y efectiva en la que cada instrumento tiene su espacio, destacando especialmente el inconfundible teclado Wurlitzer eléctrico, que le da ese toque tan característico y que arropa de manera brillante las armonías vocales entre Rick Davies y Roger Hodgson, al ritmo que la guitarra y el bajo imponen de manera relajada pero firme. 

Supertramp logra en “Goodbye Stranger” la combinación perfecta entre el rock progresivo británico y el pop accesible de finales de los 70, creando una canción que suena ligera pero que esconde una profundidad emocional considerable. Compuesta por Davies y Hodgson, la letra es una despedida sin lágrimas, una oda a la libertad personal envuelta en melodías brillantes y arreglos sofisticados, que destaca como pocas otras dentro de la que es indiscutiblemente su mejor obra discográfica.

martes, 23 de septiembre de 2025

1727.- Dance the Night Away - Van Halen

Dance the Night Away, Van Halen


     Lanzado en marzo de 1979, Van Halen II fue el segundo álbum de estudio de la banda californiana Van Halen, apenas un año después de su explosivo debut homónimo. Grabado en los estudios Sunset Sound Recorders de Hollywood y producido por Ted Templeman, el álbum consolidó esa electrizante mezcla de hard rock, virtuosismo técnico y una actitud desenfadada que traía la banda bajo el brazo y que definió la estética del rock estadounidense de finales de los 70. La producción de Templeman fue clave para capturar la energía del grupo sin sacrificar claridad ni impacto. El álbum fue grabado en apenas seis días, lo que da una muestra de la cohesión y compenetración del grupo en ese momento. Eddie Van Halen, con su revolucionario estilo de guitarra, y David Lee Roth, con su carismática forma de desenvolverse y de cantar, formaban un dúo magnético que enganchaba a la gente, y Michael Anthony en el bajo y Alex Van Halen en la batería completaban una alineación que iba a convertirse en legendaria.

Van Halen II ofreció una evolución más melódica y accesible. El álbum incluía temas como Somebody Get Me a Doctor, Beautiful Girls y, por supuesto, Dance the Night Away, que se convirtió en su primer gran éxito del grupo en las listas estadounidenses Billboard. Dance the Night Away fue el segundo tema del álbum y el primero en ser lanzado como sencillo. Curiosamente, fue la única canción escrita completamente durante las sesiones de grabación de Van Halen II. La banda la concibió mientras improvisaban en círculo, tarareando ideas hasta que surgió la melodía principal. Inspirada parcialmente por Go Your Own Way de Fleetwood Mac, la canción representaba un giro hacia un sonido más melódico y radiante, alejándose del rock crudo de otros temas del grupo. La compañía discográfica insistió en que fuera el primer sencillo, a pesar de que la banda no lo consideraba representativo de su estilo. Esta decisión, sin embargo, resultó acertada desde el punto de vista comercial, ya que el tema alcanzó el puesto 15 en la lista Billboard Hot 100 y atrajo a nuevos oyentes que luego acabaron rindiéndose ante el catálogo más duro del grupo.

La canción destaca por su estructura sencilla pero efectiva. Eddie Van Halen tuvo una gran idea al omitir el tradicional solo de guitarra, reemplazándolo por un riff de armónicos con tapping, la técnica que él mismo popularizó. Esta elección le dio un toque único y además lo hizo más accesible para el público general. La voz de David Lee Roth tiene una mezcla de entusiasmo y picardía. Según el propio Roth, la letra fue inspirada por una mujer ebria que, tras tener sexo en un camión, entró corriendo a un bar con los pantalones puestos al revés. La canción, además de ser todo un éxito comercial, supuso un punto de inflexión estilístico, demostrando que Van Halen podía ser una banda melódica sin perder ni un ápice de su esencia rockera. Su inclusión en Van Halen II fue todo un acierto, pues ayudó a equilibrar el álbum ofreciendo un respiro entre los temas más pesados y demostrando la versatilidad de la banda.