miércoles, 13 de enero de 2021

David Bowie - Aladdin Sane (Mes David Bowie)



¿Quién va a querer a Aladdin Sane?

El alter ego que sustituyó a "Ziggy Stardust" en el siguiente disco triunfal de David Bowie, después de que "matara" al mítico personaje de "The Rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars" era un reflejo de las preocupaciones del artista por lo que él interpretaba como una tendencia hereditaria en su familia a sufrir problemas mentales. El miedo que sentía a que los problemas que sufría su hermano fueran hereditarios, y que por tanto pudieran afectarle a él en algún momento, tuvo su personificación e en la figura del icónico "Aladdin Sane", en realidad un juego de palabras para definir a "un muchacho demente" ("A lad insane").

El cambio de personaje trajo consigo, también, una evolución en el sonido de Bowie, que aunque siguió inmerso en el explosivo glam rock que había caracterizado su anterior obra, las canciones de Aladdin Sane dejaron entrever claros tintes stonianos y una innovadora tendencia a la teatralidad y el vodevil, en una combinación que resultó de lo más fresca y efectiva. La mayor luminosidad de la música no afectó a unas letras que volvieron a ser tan sexuales, ambiguas y decadentes como en entregas anteriores.Buena prueba de ese nuevo enfoque "stoniano" es el arranque del disco con Watch that man, pieza marcadamente rockera y revestida con potentes coros, en la que la guitarra de Mick Ronson dibuja brillantes trazos, acompañada del efectivo colchón rítmico que forman la batería, el bajo y, sobre todo, el piano de Mike Garson, que brilla omnipresente a lo largo y ancho de todo el disco, y que tiene su punto de máximo esplendor en Aladdin Sane, tanto en la manera en que da vigor al tema en su parte más ortodoxa, como en la brillante parte de improvisación final, en la que sus dedos vuelan sobre las teclas para dibujar, en clave de jazz experimental, la locura que atormenta al personaje, que en el estribillo se pregunta: ¿Quién va a querer a un muchacho demente?.

Tras el vigoroso arranque de los dos temas anteriores, Bowie se permite en Drive-in Saturday el lujo de homenajear a la música doo wop y el cine de los años 50, en concreto las películas sobre amores adolescentes en los auto-cines al aire libre. Es uno de los temas del disco que más ha perdurado en la memoria de sus fans, estando presente en la mayor parte de recopilatorios de sus mejores temas. Es sólo un brillante alto en el camino de rock vigoroso y de efectivos estribillos, retomado inmediatamente después en temas como Panic In Detroit y Cracked Actor.

El disco entra entonces en el tramo más teatral y cabaretero con Time, pieza clave por su brillante estructura dramática y sus grandilocuentes coros. Una joya oculta e infravalorada de su extensa e interesante discografía, como lo es también The Prettiest Star, más sencilla y menos pretenciosa, y dotada de una melodía dulce y elegante y unos coros que retoman el guiño doo wop que ya había introducido en Drive-in Saturday.

Prueba de su aparente homenaje o acercamiento a la música de los Rolling Stones, es la versión que incluye del Let's spend the night together de "sus satánicas majestades", en la que de nuevo intenta transmitir cierta locura en la interpretación, dotándola de mayor velocidad. Pese al esfuerzo, el tema palidece comparado con el original, y da la sensación de transitar por un camino que podría haberse evitado, para haber tirado directamente por un atajo hacia las dos obras maestras con las que David Bowie despide uno de los mejores discos de su carrera.

La primera de ellas es The Jean Genie, el auténtico hit atemporal del álbum, con un icónico riff de guitarra y un rotundo estribillo, y Lady Grinning Soul es la excelsa rubrica final de unos músicos en estado de gracia y explorando terrenos musicales en el límite entre el rock y esquemas más clásicos, encabezados por el sublime piano de Mike Garson, acompañando a la perfecta ejecución vocal de un Bowie que logra hacer de la demencia un arte, y que sea fácil rebatir la pregunta que Aladdin Sane se hacía a sí mismo: ¿Quién no va a querer a un muchacho demente si es capaz de hacer discos como éste?

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