En el año 56, Fats Domino ya conocía las mieles del éxito con alguno de sus trabajos previos, como Ain't that a shame (1955) pero es probablemente con este disco, y en concreto con el tema Blueberry Hill, con el que conquistó la cima de las listas de ventas del momento, gracias a su peculiar estilo sonoro, un "rock and roll cadencioso y pausado, con generosas y genuinas gotas del ambiente de taberna y desfile propios de su querida Nueva Orleans.
Años más tarde, a partir de los sesenta, su estrella se fue poco a poco apagando, aunque él nunca dejó de estar activo, con publicaciones circunscritas a la escena local y apariciones periódicas en los Festivales de Jazz de Nueva Orleans, dónde permaneció hasta que, en 2005, el huracán Katrina le obligó a abandonarla. Las aguas desatadas a punto estuvieron de llevárselo, pero se aferró con fuerza a la vida y a la tierra removida de aquella vieja "colina de arándanos", publicando incluso en 2006 un nuevo álbum, Alive and Kicking (Vivo y golpeando o, adaptado al refranero castellano, Vivito y coleando), cuyas ventas se destinaron a la conservación de la cultura de Nueva Orleans.
Venerado y versionado por artistas de la talla de Paul McCartney o Led Zeppelin, sirva este trocito de música en canciones para mostrar también nosotros nuestro humilde reconocimiento a un músico que encontró su libertad "en la colina de arándanos, cuando te encontré a tí. La Luna se quedó inmóvil, en la colina de arándanos, y así se mantuvo, mientras hacías realidad mis sueños. El viento soplaba en los sauces una dulce melodía, pero todas esas promesas que nos hicimos nunca se hicieron realidad. Y aunque hoy estamos separados, tu sigues siendo parte de mí, porque tu fuiste mi sentimiento, en aquella colina de los arándanos".
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