"Over the Hill" comienza con unos suaves acordes de guitarra acústica, instrumento por antonomasia del folk, y la inconfundible voz áspera del cantautor británico, desgranando de una manera simple y conmovedora sus pensamientos sobre lo efímero de la vida y sobre un amor que ha quedado atrás, recordándolo sin amargura y relativizándolo desde la aceptación de lo inevitable que es que todo cambie y tenga un final.
Esa visión diáfana solo llega cuando, en nuestras vidas, llegamos a lo alto de la colina, y podemos ver con claridad lo que hay tras ella. En "Over the Hill", John Martyn nos traslada a ese momento de aceptación única, a través de un sonido y un mensaje tan evocadores como etéreos, creando una atmósfera en la que consigue sumergirnos, o sería más correcto decir elevarnos, hacia esa imaginaria colina sobre la que nos habla en una canción atemporal y conmovedora.
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