El tercer álbum de CAN, pioneros del Krautrock (un subgénero musical surgido en Alemania a partir de los años 60 y que tuvo una importante influencia en el panorama creativo a nivel europeo y mundial. El periodo de mayor apogeo del krautrock tuvo lugar durante los años 70 y su estilo puede caracterizarse por una mezcla de elementos progresivos, electrónicos, psicodélicos y nuevas formas de generación y producción musical experimentales, que empezó como una forma casi despectiva de denominación (kraut es berza, repollo, en alemán) y ha acabado por ser un elemento insalvable para conocer la evolución musical de la última mitad del siglo XX) a veces se pierde en la larga sombra proyectada por su imponente trabajo "Tago Mago" (su innovador doble disco de 1971), pero en retrospectiva bien puede ser la grabación CAN por excelencia del grupos. "Ege Bamyasi" tiene todo lo que el oyente neófito necesita para entender por qué CAN fue una fuerza musical tan grande. Está todo aquí: las improvisaciones rítmicamente devastadoras y casi paranormales, las baladas más tranquilas e hipnóticas ("Sing Swan Song", con las vibraciones de bajo de dos notas características de Holger Czukay); un par de canciones pop típicamente sesgadas (una de ellas, "Spoon", un éxito menor en su país natal); y otra locura clásica de CAN, abreviada aquí a una fracción manejable de sus experimentos laterales anteriores.
"Vitamin C" tiene algunos sonidos de percusión muy impresionantes un organo después de 2 minutos y algunos sonidos espaciales extraños al final que también se mezclan con el comienzo de "Soup". Una canción en el que el japonés repite la frase “Hey you! You’re losing your Vitamin C” sobre la base rítmica absolutamente hipnótica de esa dupla única de Liebezeit-Czukay y los teclados fantasmales que al final se quedan solos tras el prematuro fade out al resto de los instrumentos, lo que tenemos claro es que 3 minutos y medio se hacen cortos. el estribillo es una sección musical icónica pero desconcertante que merece una consideración especial, con un ritmo perfecto para que haya suspenso después de cada '¡oye tú!' y cada tambor se llena. Tenga en cuenta que Liebezeit no siempre la toca de la misma manera, y tampoco lo hace Karoli en su guitarra: el hecho de que puedan pasar novedad por algo familiar ante sus ojos es, cuanto menos, intrigante, se nota peligroso, se siente como una trampa, parece sacado de una película de terror. Este tema ha sido utilizado en varias películas, entre ellas “Inherent Vice” (2014) de Paul Thomas Anderson o “Los Abrazos Rotos” (2009) de Pedro Almodovar, y en especial la rítmica ha sido sampleada por varios artistas, incluyendo al propio Czukay en su disco Good Morning Story (1999).
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