El disco "Black Sabbath" no solo abrió la puerta a un nuevo género musical marcado por una mayor oscuridad y dureza de sonido con respecto a bandas y conceptos anteriores, sino que lanzó internacionalmente a Black Sabbath como uno de los grupos más influyentes e icónicos del género recién creado y de la historia del rock en general. Formados en Birmingham en 1968, los Black Sabbath se componían de Tony Iommi (guitarra eléctrica), Geezer Butler (bajo), Bill Ward (batería) y el carismático Ozzy Osbourne como vocalista.
El disco comienza con la canción que da título tanto al álbum como a la banda, la inquietante "Black Sabbath" y su célebre introducción conocida como el "Trítono del diablo", un icónico riff de guitarra que al instante se convirtió en referencia para los seguidores de la banda y del naciente heavy metal en general. Sombría y misteriosa, la canción describe a una figura oscura y siniestra, en un tono y una atmósfera lúgubres que predominarán a lo largo de las ocho canciones del álbum. Casi tan oscura es "The Wizard", pero aquí la banda da rienda suelta a un mayor derroche de destreza instrumental, y la inclusión de una hipnótica armónica la convierte en una pieza destacada y distintiva. El mago del título no es otro que Gandalf, el personaje de "El Señor de los Anillos", aportando al disco ese toque de fantasía épica y medieval que tan habitual sería después en el género del heavy metal.
Igualmente inquietante es "Behind the Wall of Sleep", con una marcada línea de bajo y una intensa interpretación vocal, y añadiendo para la ocasión un cierto aire psicodélico. La oscuridad sigue reinando en los surcos con "N.I.B.", en la que de nuevo es el potente bajo el que marca el camino hacia las sombras. Ozzy Osbourne pone aquí voz a un Lucifer enamorado, mientras la aportación de la guitarra eléctrica de Tony Iommi hace que la canción roce la categoría de obra maestra.
Tras tanta oscuridad, una canción como "Evil Woman" es, por su sonido más abierto y de blues rock, un resquicio de luz colándose entre los barrotes de una lúgubre mazmorra. Se trata de una versión de un tema de la banda británica Crow, pero encaja igualmente en el conjunto del disco. La luz que ha dejado entrar el blues no se disipa en el siguiente corte, "Sleeping Village", pieza instrumental que trae consigo inesperados aires frescos y melódicos, y que funciona como efectivo interludio antes de la de la gran pieza final.
Un disco tan oscuro solo podía terminar con una gran coda final. "Warning" es una gran versión extendida de la canción "Retaliation" de Aynsley Dunbar, plagada para la ocasión de largos solos de guitarra que la dotan de una intensidad y una energía enormes. Es una muestra más de la influencia del blues rock en el género, pero con un tratamiento totalmente diferente al de los anteriormente mencionados Led Zeppelin o Deep Purple, que tocaban con las cortinas descorridas, mientras que los Black Sabbath lo hicieron desde lo más profundo de un oscuro sótano, en el que reinan la oscuridad y la crudeza más opresivas.
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