Tras haber entregado una de sus obras magnas, la intrincada ópera rock de Tommy (1969), The Who se embarcaron en otro megalómano proyecto al que llamaron Lifehouse, una ópera rock futurista que planeaban grabar en vivo, e interactuando abiertamente con el público. La extrema complejidad de la propuesta, y la respuesta negativa del público, más interesado en escuchar los hits anteriores, estuvo a punto de costarles la separación, y tras varios infructuosos intentos, abandonaron ese enfoque, y rescataron varias canciones de Lifehouse para grabar Who's next (1971), su quinto álbum de estudio.
Hasta ocho de los nueve temas del disco provienen del proyecto Lifehouse, y liberados del complejo hilo argumental de aquella fallida ópera rock conceptual, perfeccionaron hasta tal punto las canciones en el estudio, que terminaron por entregar su mejor disco, y algunos de los singles más relevantes de su carrera. El primero de ellos, "Won't get fooled again" ("No nos engañarán de nuevo"), es además el primer tema que se grabó para el disco, un hit de más de siete minutos en el que manejaron con maestría los sintetizadores, un recurso nada habitual para la banda hasta entonces.
En busca de un nuevo rumbo musical, el órgano y los efectos de los sintetizadores de Pete Townshend toman con fuerza el timón de la canción, mientras Daltrey escupe proclamas que son, a la vez, anti-revolucionarias e instigadoras de la lucha en las calles. Con "Won't get fooled again", eran conscientes de la utopía que se escondía tras las proclamas para cambiar el politizado orden establecido, pero sí que lograron encontrar un nuevo enfoque para su música, y facturar con ello un tema tan épico y descomunal, que cierra en todo lo alto un disco que tiene la grandiosidad y la envergadura de la ópera rock que al final no fue.
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