"Los años 1960
fueron un salto en la conciencia humana. Mahatma Gandhi, Malcolm X, Martin
Luther King, el Che Guevara y la Madre Teresa lideraron una revolución de la
conciencia. The Beatles, The Doors y Jimi Hendrix crearon temas de revolución y
evolución. La música era como Dalí, con muchos colores y formas
revolucionarias. La juventud de hoy debe ir allí para encontrarse a sí
misma".
Permitirme salirme un poco de la tónica y abrir el artículo
de esta canción con esa frase, me encanta, es muy visionaria y a la vez expresa
una realidad que estaba ocurriendo, con esta frase damos la entrada a uno de
los grandes guitarristas de la historia, llega el momento de repasar el primer
álbum de Santana. Hablar de Santana es hablar del guitarrista/fundador/líder
Carlos Santana, si bien esto puede sonar redundante, para comprender
verdaderamente la música de Santana, es necesario comprender al hombre, Santana
es el músico mexicano-estadounidense más relevante de las últimas 4 décadas, al
tener raíces mexicanas tenía una fuerte sensibilidad hacia la música latina en
general y estaba particularmente interesado en la música salsa, el jazz latino
y varios géneros cubanos como el guaguancó, la guaracha y similares, estas
influencias estarían se mezclarían con una afición igual por el jazz
estadounidense y el blues, pero es que además a Santana también le gustaba la
música rock, por lo que bandas como The Beatles, The Rolling Stones, Cream, The
Jimi Hendrix Experience y muchas otras tendrían un gran impacto en él. A
sugerencia de su entonces manager, Bill Graham, Santana acogió la idea bajo la
cual ha estado presente por más de medio siglo. Matices de música latina, jazz,
rock y un poco de psicodelia siguen sonando frescos en el lienzo de esta
leyenda que ha sabido además conjugar su vocabulario que aquellos de más
reciente data, manteniendo así una fanaticada leal pero al mismo tiempo ganando
nuevas audiencias.
El primer álbum de Santana abre con el instrumental
“Waiting” que inicia con las congas, batería y órgano de Michael Carabello,
Michael Shrieve y Greg Rollie, respectivamente, y la repetitiva y sólida línea
de bajo de David Brown. Carlos da suficiente espacio a todos los instrumentos para
tan solo descargar hacia final del tema con una sencilla línea melódica y
cerrar con el tema inicial. Es una de las muchas pistas instrumentales del
álbum, y normalmente no me gustan los instrumentales, pero Santana los saca
adelante con gran éxito, ya que la canción está llena de sabor con cada pequeño
estilo o ritmo, y lo muestra excepcionalmente bien. Waiting no es ni la mitad
de alucinante que "Soul Sacrifice", pero la interacción de la banda
es jodidamente emocionante parece que los integrantes casi se comunicaban entre
sí en algún nivel paranormal, sin perder ni una vez el flujo de la canción y sin
perder nunca de vista el ritmo natural, dando a cada músico la oportunidad de
brillar. El clímax de la canción, cuando las notas estiradas de Carlos se
reincorporan a la percusión y Shrieve cambia a ese ritmo galopante, es oro
puro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario