
Tras al decepcionante recepción de su primer disco, la producción de este nuevo intento corrió a cargo de los propios Smiths, en concreto del cantante Morrissey y el guitarrista Johnny Marr, con la ayuda del ingeniero de sonido Stephen Street, que en la década posterior sería el responsable de la producción de los mejores discos de Blur y The Cramberries.
The Headmaster Ritual abre el fuego con un mensaje que se rebela contra los castigos físicos, una temática que se repetirá también en el tema Barbarism Begins at Home, en la que destaca el bajo de corte funk de Andy Rourke. Ambas son un ejemplo de la clara tendencia política y de protesta de muchas de las canciones de esta obra. La actitud contestataria se complementaba en el álbum con un marcado afán experimental en la música, como en la rockabilly Rusholme Ruffians.

Mucha más relevancia tuvieron las entrevistas promocionales de Morrisey, en las que deliberadamente lanzaba a los cuatro vientos las proclamas políticas y vegetarianas del disco y de la ya mencionada Meat is Murder, con estrategias tan agresivas como hacer que se emitieran videos de matanzas de animales en horario familiar, y aireando que había prohibido hacerse fotos comiendo carne al resto de la banda. No menos impacto tuvo también la icónica portada, en la que utilizaron un fotograma de un soldado, extraído del documental In the Year of the Pig (1969) de Emile de Antonio. Quizá lo hicieran porque los mayores asesinatos, mucho más que los de la carne, se han producido en todas las absurdas e innecesarias guerras en las que se ha visto envuelto el ser humano. O quizá solo buscaban una dosis adicional de polémica, como esa pizca de sal necesaria para darle el toque de sabor definitivo a la carne.
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