miércoles, 31 de enero de 2024

Sonic Highways - #MesFoo Fighters



Para el octavo disco de estudio de Foo Fighters, un siempre inquieto Dave Grohl tuvo la feliz idea de tomarse el proceso de creación y grabación del disco como un gran viaje sonoro por Estados Unidos. Con esa interesante premisa nació "Sonic Highways" ("Autopistas sonoras") pero la cosa no quedó ahí, porque los viajes que formaron parte del proceso creativo y de grabación del disco fueron filmados y retransmitidos posteriormente en la cadena de televisión HBO en formato serie, con el título "Foo Fighters: Sonic Highways" poco después de que el disco viera la luz en noviembre de 2014, publicado por los sellos Roswell RCA Records.

Como primer paso y para inspirarse en la composición de las letras de las ocho canciones que forman el disco, Dave Grohl viajó por otras tantas ciudades de Estados Unidos para reunirse con diferentes músicos, ingenieros de sonido y productores locales, con la idea de crear las canciones basándose en las conversaciones con ellos sobre la historia y legado musical de las ciudades que visitaba. Después, la banda al completo y el productor Butch Vig grabaron cada canción en un estudio de cada una de las ciudades.

Para Grohl, este innovador proceso era un reto y una importante fuente de motivación, y volcó en el proceso toda su energía y expectativas, ilusionado por un disco que iba a ser especial, sin dejar por ello de tener las características y las señas de identidad de un disco de "Foo Fighters". De manera inevitable, lo que surgió como un puñado de letras basadas en experiencias personales y de pareja, acabó por contagiarse de la atmósfera de cada una de las ciudades, y de las situaciones y experiencias que iban durante el proceso creativo. Además, y a consecuencia de la interacción con otros músicos, muchos de éstos acabaron contribuyendo y apareciendo en las canciones como músicos invitados. Lejos de caer en el riesgo de convertirlo en un típico disco de colaboraciones y duetos, estas colaboraciones conectan cada canción con las raíces y el estilo musical característico de la ciudad o la zona de Estados Unidos en la que fue grabada.

Las apariciones comienzan ya desde el primer tema, "Something from Nothing", un apreciable e intenso tema de rock grabado junto a Rick Nielsen (guitarrista de Cheap Trick) en los Electrical Audio Studios de Chicago, Illinois, y continúan en “The Feast And The Famine” canción de pegadizo estribillo y temática social grabada en los Inner Ear Studios de Arlington County, Virginia, en la que a los Foo Fighters se unen Peter Stahl y Skeeter Thompson del grupo hardcore Scream.

Tras el furioso arranque, Dave Grohl y los suyos toman una nueva autopista sonora hacia Nashville, Tennessee, y con la ayuda del músico country Zac Brown registran "Congregation" en los Southern Ground Studios. Aquí es quizá más evidente la influencia que buscaban de otros sonidos, pero el resultado no es todo lo brillante que se hubiera esperado, así que, no sin cierta sensación agridulce, tomamos de nuevo la autopista en dirección a Austin, Texas, donde el encuentro con el siempre genial Gary Clark Jr. en el Studio 6A facilita que el disco remonte nuevamente el vuelo en "What Did I Do? / God as My Witness", antes de llegar a la que probablemente sea la mejor canción del disco, "Outside" en la que con la ayuda de Joe Walsh (Eagles) facturan una lección magistral de como combinar hard rock, blues eléctrico y psicodelia, grabada en el famoso Rancho De La Luna en Joshua Tree, California.

El disco aún da para alguna que otra curiosidad, como la colaboración con la Preservation Hall Jazz Band de New Orleans en el tema power pop "In the Clear", grabada en Preservation Hall, New Orleans, Louisiana, y para otro momento bajo en "Subterranean", fallido tema pop rock que cuenta con las voces de Ben Gibbard (Death Cab For Cutie), grabado en los Robert Lang Studios de Seattle, Washington. Afortunadamente, saben salvar los muebles con un cierre a la altura de las expectativas del ambicioso proyecto, porque la extensa "I Am a River", grabada en The Magic Shop en Nueva York con Tony Visconti y Kristeen Young aportando al conjunto, tiene la suficiente dosis de pop rock y épica como para dejarnos un buen recuerdo de un viaje tan innovador como desigual por ocho de las muchas autopistas por las que se bifurcan las profundas raíces de la siempre interesante música estadounidense.

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