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martes, 18 de abril de 2023

0838.- In the Land of Grey and Pink - Caravan




"In the Land of Grey and Pink"
 ("La tierra de Gris y Rosa") es la canción que da título al tercer álbum de la banda inglesa de rock progresivo Caravan, publicado en 1971 por Decca Records. El título, referido al condado de Kent en el que se criaron los miembros de la banda) fue sugerido por Richard Sinclair, al que le vino la frase a la cabeza años atrás, al contemplar un atardecer durante una jornada de ensayo.

Tras un comienzo con cierto toque medieval, y un ritmo de guitarras acústicas acompañando a la interpretación vocal en un marcado tono de "canción de trovador", los teclados de David Sinclair van poco a poco creciendo de fondo, hasta hacerse con el dominio del tema en un melódico tramo intermedio de piano. Las guitarras y los efectos (Incluyendo el sonido de "soplar burbujas" a cargo de Richard Sinclair) acompañan la transición hacia un psicodélico solo de teclados, antes de que la voz ocupe de nuevo su puesto en primera línea, recuperando la estructura de canción melódica con la que arrancó. Como todo buen tema progresivo, la canción termina con las leves notas de guitarra de aires medievales con las que empezó.

El álbum completo fue compuesto y grabado entre finales de 1970 y comienzos de 1971, y la canción titular fue las última en completarse para el disco, en diciembre de 1970, en los recién estrenados estudios AIR de George Martin, tras una fase inicial de grabación en los Decca Studios. El disco "In the Land of Grey and Pink" no tuvo todo el éxito que los miembros de la banda hubieran esperado, pero se ha mantenido como uno de los discos más valorados del rock progresivo, y es sin duda el momento de mayor inspiración artística de Caravan, que durante años han incluido en su repertorio en directo temas como "Nine Feet Underground", "Golf Girl" y, por supuesto, "In the Land of Grey and Pink".

sábado, 8 de abril de 2023

0828.- Uncle Albert / Admiral Halsey - Paul McCartney



"Uncle Albert/Admiral Halsey" fue publicada dentro del álbum "Ram" (1971) de Paul McCartney, y salió a la venta también como sencillo en Estados Unidos, convirtiéndose en el primer sencillo en solitario de McCartney en alcanzar el primer puesto del Billboard Hot 100 estadounidense. Acreditada a Paul y Linda McCartney (que aparece además en los coros), es un claro ejemplo del tipo de canciones que McCartney empezó a hacer en el último tramo de su carrera con The Beatles, jugando con diferentes ritmos y mezclando partes de posibles canciones, como tan magistralmente había hecho en el disco "Abbey Road".

En "Uncle Albert/Admiral Halsey" abundan los efectos de sonido para lograr el efecto paródico y casi cinematográfico que tiene la canción (lluvia, truenos, viento, gaviotas, y hasta un teléfono sonando a la espera de que alguien responda a la llamada), pero lo más impactante son los cambios de ritmo y de melodía, que hacen pensar que, como el propio título indica, estemos ante la fusión de dos canciones bien diferenciadas. La primera estaría inspirada en el tío de McCartney, al que éste recordaba con cariño y añoranza, mientras que el "Admiral Halsey" de la segunda parte estaba inspirado en un almirante estadounidense (William F. Halsey).

Para lograr el efecto nostálgico y clásico que buscaba para la canción, McCartney llamó a su amigo y productor de siempre George Martin, que realizó los arreglos de las partes orquestales, a cargo de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, por los que "Uncle Albert/Admiral Halsey" ganó el Grammy al mejor arreglo instrumental con acompañamiento vocal en 1971.

domingo, 22 de enero de 2023

Flaming Pie - #mesPaulMcCartney



Una noche de sábado de 1997, saliendo con los amigos por Getafe, en la céntrica calle Madrid nos topamos con un vendedor de cassettes piratas. Eran los últimos años de un formato que, aunque peor en prestaciones que el vinilo, era tan fácil de piratear como después lo sería el cd. Recuerdo perfectamente que José María Hernández, mi amigo y compañero en 7días7notas, estaba conmigo en aquel momento, pero he olvidado cuáles fueron los cassettes que se compró. Yo me llevé a casa el "Filthly lucre tour" de unos recién reunidos Sex Pistols, y el Flaming Pie de Paul McCartney.

McCartney venía de un largo silencio tras el irregular Off the Ground (1993), silencio en parte motivado por una obligación contractual con la discográfica, que le pidió que no publicara ningún trabajo durante los dos años que duró el proyecto de The Beatles Anthology, para no entrar en competencia consigo mismo, o más bien con su antiguo yo, ese que maravilló al mundo entero junto a los otros tres magníficos de The Beatles. Durante ese tiempo, McCartney limó asperezas con George Harrison y Ringo Starr, y el trabajo tanto de grabación de temas inéditos (Free as a bird y Real Love, coproducidos por George Martin y Jeff Lynne) como de revisión de las múltiples versiones y rarezas que formaron aquella antología, despertaron en él el gusto por la forma de tocar y de grabar de aquellos tiempos pasados. Todo ello, en mayor o menor medida, acabó contagiando el espíritu y el tono de Flaming Pie, uno de sus mejores trabajos en solitario.

Una de las conexiones más evidentes con aquella revisión de su pasado con The Beatles, junto a la presencia de Ringo Starr en varios temas o la producción de Jeff Lynne, es el título que McCartney decidió para el álbum, una clara referencia a una historia que Lennon contó en el diario Mersey Beat en 1961, sobre cómo habían escogido el nombre del grupo. Lennon dijo que un tipo que había salido de una "tarta en llamas" se lo había sugerido en un sueño. Y eso siempre fue para mí lo peor de este disco, porque un álbum tan personal y acertado habría merecido un título más centrado en todo lo bueno que Macca estaba ofreciendo, en lugar de volver a mirar hacia el pasado. Así que, para qué os lo voy a negar, el título me generó aquel día muchas dudas sobre lo acertado de mi compra, y le di bastantes vueltas en el camino a casa.

A la mañana siguiente, lo primero que hice al despertarme fue poner el cassette de McCartney, y todas las dudas se disiparon al escuchar The Song We Were Singing, una canción que tiene también una mirada nostálgica hacia "las canciones que cantábamos en cualquier momento determinado" y a los buenos ratos con Lennon escribiendo canciones en Forthlin Road,​ pero esa mirada es alegre y renovada, y es un energizante comienzo de disco junto a The World Tonight, uno de los sencillos del disco (el único publicado en los Estados Unidos) e If You Wanna, la primera de las tres colaboraciones con Steve Miller que se incluyen en el disco. McCartney y Miller habían colaborado anteriormente en el tema My Dark Hour (1969),​ y cuando reparó en que su hijo James era un gran seguidor de su música, le llamó para que colaborara en el disco.

Somedays es la primera balada del disco, compuesta mientras acompañaba a su mujer Linda a una sesión de fotos. Una pieza delicada y melancólica, y reforzada por los arreglos orquestales de George Martin. Tras este breve y agradable respiro, el tándem McCartney-Miller regresa con Young Boy, grabado con Steve Miller en 1995 en un estudio de Idaho en 1995. Por esa época, y hasta ya entrado 1997, se grabaron la mayor parte de los temas de Flaming Pie, y solo dos temas del disco son anteriores a ese período. Uno de ellas es Calico Skies, escrita en Long Island en 1991, en la época en que fue asolada por el huracán Bob​, y grabada en 1992, antes incluso de las sesiones de Off the Ground (1993).

Hasta aquí el disco es brillante y sin fisuras, pero la segunda parte del disco alterna buenos temas con canciones que se quedan en correcto relleno. A medio camino entre ambas categorías estaría precisamente Flaming Pie, una de esas canciones animadas y algo paródicas de Macca, que reafirma que elegirla como título del disco no fue una buena decisión, porque no encaja con la atmósfera de un disco en el que tanto McCartney como Lynne habían buscado crear una producción seria y no demasiado elaborada. En el capítulo de aciertos estaría Heaven on a Sunday, compuesta por Macca durante unas vacaciones en Estados Unidos, y que cuenta con su hijo James McCartney a la guitarra y con Linda McCartney en los coros. Por contra, Used to be bad, la tercera y última colaboración con Steve Miller, es un tema de corte blues sin demasiado gancho, y al que se le nota demasiado que proviene de una instrumentación en el estudio, más que de un trabajo compositivo específico. 

Tras un par de baladas en la que McCartney vuelve a demostrar la facilidad con la que factura melodías delicadas (Souvenir) y sentidos homenajes (Little Willow, compuesta para el hijo de Ringo Starr, tras la muerte de su madre, el disco transita por un tramo en el que la colaboración con el mítico batería se hace notar en Really Love You (compuesta por los dos ex Beatles y con Ringo en la batería) y, sobre todo, en Beautiful Night, uno de los mejores temas del álbum, una canción compuesta una década antes, en la que Ringo colabora también en las voces, y que contó también con el refuerzo de las orquestaciones de George Martin, añadidas en Abbey Road. Fue uno de los singles publicados del disco, y habría sido el final perfecto, pero Macca optó por incluir también la canción Great Day, el otro tema del disco que fue grabado en 1992, que contrasta con el tema anterior no solo por su título antagónico, sino por la sencillez de su estructura. Una canción con un simbolismo especial, pues incluye de nuevo a Linda McCartney en los coros, para acabar cerrando el que sería el último trabajo discográfico de McCartney junto a su esposa, que fallecería el año siguiente a la publicación de Flaming Pie.

Sólo una cosa me quitó más el sueño que el desafortunado título de Flaming Pie, y es que le impidiera llegar al número uno del Billboard estadounidense y de las listas de Reino Unido el disco Spice de las Spice Girls. Sin duda, un presagio de lo que le iba a pasar a la música en décadas posteriores. El picante pudo con la tarta, y hoy en día, de las llamas que gente como Lennon o McCartney una vez prendieron, solo parecen quedar las brasas.​ Menos mal que, por si aprieta el frío o me apetece un dulce, aún guardo aquel cassette de Flaming Pie, para acabar volviendo siempre que quiera a "las canciones que cantábamos en cualquier momento determinado".

domingo, 15 de mayo de 2022

0500.- Hey Jude - The Beatles



¡Naaa, Naaa Naaa Nanananaaa, Nanananaaa,Hey Jude! ¿Quién no ha tarareado alguna vez el épico final de este histórico tema de The Beatles? El que fuera primer sencillo de la banda en su sello discográfico Apple Records nació inicialmente con el título de "Hey Jules", escrito por Paul McCartney para que Julian Lennon se sintiera mejor tras el divorcio de sus padres. Posteriormente, McCartney le cambió el nombre por el de Hey Jude, simplemente porque le sonaba mejor. Julian no descubrió que aquel tema, que ostentaba el record de ser el que más tiempo había logrado mantener la banda de su padre en el nº1 de las listas estadounidenses (9 semanas), estaba realmente dedicado a él, hasta casi veinte años después de su publicación. El propio Lennon pensó que su compañero la había escrito para él, y que "Jude" era en realidad "John", e incluso se especuló con la posibilidad de que "Jude" fuera en realidad el propio McCartney, dándose ánimos a sí mismo tras su propia ruptura con la actriz Jane Asher.

De los más de siete minutos de duración de este tema, que la convirtieron en su momento en la canción más larga de la historia en el top 10 de las listas británicas, cuatro minutos corresponden a la famosa coda final. Tras el tramo inicial en el que predominan la voz de McCartney y su piano, es en la coda final en la que todo explota, con la ayuda del resto de la banda y de una orquesta de 36 miembros, incluyendo un coro, dirigidos todos ellos por George Martin. Como ensayos previos a la inclusión de la orquesta, entre el 29 y 30 de julio de 1968 se grabaron hasta veinticinco tomas de la canción en los estudios de EMI, pero no fue hasta el 31 de julio de 1968 cuando, en los estudios Trident y con un equipo de ocho pistas (por las cuatro que tenían en EMI), que The Beatles grabaron la pista final. La canción se completó el 1 de agosto, con la inclusión de las partes orquestales y los coros, para los que The Beatles animaron a los miembros de la orquesta a participar. La idea les salió cara, porque solo uno de ellos se negó (enérgicamente) y los demás aceptaron a cambio del doble del salario pactado.

Esa no fue la única anécdota durante la accidentada grabación de la canción. Si prestamos atención, poco antes del tercer minuto se puede escuchar a McCartney decir "¡Maldita sea!" tras equivocarse con una tecla del piano. Lennon insistió en dejarlo, aunque enterrado en el sonido de la mezcla, porque "la mayor parte de la gente no se dará cuenta, pero nosotros sabremos que está ahí". También durante la grabación de la pista final, Ringo Starr estuvo a punto de no llegar a tiempo al momento en el que entraba la batería. Ringo se había ido al baño, y el resto de los Beatles no repararon en su ausencia y comenzaron la grabación. McCartney sintió como Ringo pasaba a su espalda, a toda prisa y de puntillas de camino a su instrumento, justo a tiempo de llegar y comenzar a tocar en el momento exacto.

El sencillo de Hey Jude, con la canción Revolution en la cara B, llegó al primer puesto de las listas inglesas solo una semana después de su publicación. En Estados Unidos hubo emisoras de radio que rechazaron la canción por su excesiva duración, por lo que se llegó a publicar una versión más corta. Entre una y otra versión, las ventas superaron los ocho millones de copias en todo el mundo, así que fuera quién fuera Jude, vino con un pan debajo del brazo. Más esquivos le fueron los premios en su primer año de andadura, ya que pese a estar nominada a varios premios Grammy en 1969, no terminó ganando ninguno. En 2004, la revista Rolling Stone la posicionó en el octavo lugar de su lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos. Después de tantos años y del enorme reconocimiento que sigue teniendo, parece que Jude siguió a rajatabla el consejo de la letra, y cogió esa canción triste, y la hizo mejor. Y la moraleja de este cuento es... Que no hay moraleja. Quién la necesita, si se puede terminar cantando a voz en grito, con una gran sonrisa y los ojos cerrados: ¡Naaa, Naaa Naaa Nanananaaa, Nanananaaa,Hey Jude!

lunes, 28 de febrero de 2022

#MesTheBeatles: Let it be - The Beatles

 


Tras la publicación de Abbey Road (1969), el último disco grabado por los Beatles, aun hubo margen para la publicación en 1970 de un álbum más de la banda. Grabado en su mayoría durante sesiones previas a las del anterior disco, y publicado días después de que Paul McCartney anunciara oficialmente que abandonaba el grupo, Let it be se convertiría en su duodécimo y último álbum de estudio, y la publicación final de un proyecto que, desde su concepción, atravesó por multitud de dificultades y contratiempos, y que se desarrolló durante un período de la banda de Liverpool en el que las brechas y las desavenencias entre sus cuatro miembros eran cada vez mayores.

La idea de este álbum surgió, precisamente, como medida de choque contra la situación interna del grupo, desgastada por las complicadas grabaciones del disco The Beatles, más conocido como el "Disco Blanco". McCartney pensó que lo mejor era un regreso a sus raíces como grupo, y propuso al resto grabar un puñado de canciones de rock sin mayores aderezos, para que los cuatro pudieran interpretarlas en un retorno de la banda al directo. Las sesiones de grabación de lo que iba a ser el disco y el concierto de Get Back (Vuelve) se llevaron a cabo en los estudios de Twickenham, en lo que supuso un nuevo cambio al abandonar su habitual base de operaciones de Abbey Road. Sin embargo, las grabaciones no hicieron sino empeorar las heridas abiertas entre los cuatro Beatles, con sesiones de ensayo en las que la tensión era asfixiante y las discusiones estaban a la orden del día, hasta el punto de considerar que el proyecto era un callejón sin salida y de decidir aparcarlo hasta nueva orden.

Paul McCartney intentó mantener el barco a flote durante estas sesiones, y fue el Beatle que más se esforzó en aportar material nuevo al proyecto (los tres sencillos Let it be, The long and winding road, y Get back), mientras un desmotivado John Lennon repescaba viejas ideas y canciones inacabadas (Dig a pony, Across the Universe, Don't let me down), al tiempo que mostraba un abierto desinterés por lo que después calificó como "el pedazo de mierda peor grabado de la historia". George Harrison (con sus dos aportaciones I me mine y For you blue) y, en menor medida, Ringo Starr, también parecían haber perdido el interés y la paciencia para lidiar con las interminables tomas y ensayos a los que un perfeccionista McCartney pretendía someterles, y en esa atmósfera asfixiante el proyecto de Get Back fue poco a poco apagándose.

Fue precisamente tras una discusión con McCartney, cuando Harrison anunció al resto que abandonaba el grupo. Las aguas volvieron temporalmente a su cauce, pero a cambio de renunciar al frío y megalómano escenario de Twickenham para reconducir el proyecto de concierto hacia los estudios de grabación que acababan de construir en la sede de Apple en Savile Row. La vuelta del guitarrista evitó que la sarcástica reacción de Lennon al posible abandono de su compañero, proponiendo sustituirle por Hendrix o Clapton, y seguir como si nada hubiera pasado, fuera nunca tenida en cuenta. En Savile Row, y a recomendación de un crecido Harrison, se incorporó a los ensayos el teclista Billy Preston, para tocar el piano eléctrico y el órgano durante las sesiones de grabación y en el planeado concierto, que tras considerar diversos escenarios (un barco, un hospital de niños enfermos o incluso las pirámides de Egipto) acabaría también reduciéndose en alcance y dimensiones, optando por la comodidad de actuar en su propia sede, enchufando los instrumentos en la azotea del edificio e invitando a un reducido grupo de periodistas y allegados.

Ese fue el último concierto de la carrera de los Beatles, que se vio prematuramente interrumpido cuando las quejas de los vecinos de la zona alertaron a la policía. Varias de las canciones del concierto acabaron incluyéndose en el disco, junto con otras canciones que se añadieron de los ensayos o que se grabaron en los días posteriores, pero el disco quedó aplazado para hacer coincidir el lanzamiento con el del documental, primero, y con la posterior edición de Abbey Road, después. Fue entonces cuando Lennon decidió rescatar aquel "pedazo de mierda peor grabado de la historia" y prescindir por primera vez de George Martin como productor, para darle los mandos a Phil Spector, que no contó nunca con el beneplácito del ya ausente McCartney, que vio como su proyecto de retorno al rock and roll se había convertido en el característico "muro de sonido" de Spector, en el que no faltaban los edulcorados arreglos orquestales marca de la casa, o unos coros femeninos que nunca antes habían aparecido en un disco de The Beatles.

Al final, aquella ácida y excesiva declaración de Lennon sobre las grabaciones de las sesiones de Get back resultó ser completamente injusta, porque incluso en los momentos de mayor tensión y desgana, los Beatles eran capaces de entregar grandes y atemporales canciones. El remozado Get Back pasó a llamarse Let it be (Déjalo estar), tomando su nombre de otra de las grandes canciones que McCartney aportó al proyecto antes de su marcha, y nada tuvo que envidiar a sus predecesores en cuanto a éxito comercial, alcanzando el número 1 en las listas de ventas de Estados Unidos y Reino Unido. La película de las sesiones de grabación se publicó en 1970 y ganó un Óscar a la mejor banda sonora, pero a la entrega de los premios de la academia no fue ninguno de los cuatro Beatles"El sueño había acabado" y todos prefirieron "dejarlo estar".

miércoles, 23 de febrero de 2022

#MesTheBeatles: Abbey Road - The Beatles

 

Tras las tensas sesiones del Álbum Blanco, y el por entonces aparcado proyecto de Let it be, las expectativas que en el entorno de los Beatles generaba la noticia de una nueva grabación no eran precisamente positivas. Los técnicos de sonido recibieron la noticia de su designación para el proyecto casi como un castigo, anticipando los problemas y los conflictos con los que habían lidiado en las grabaciones anteriores. Sin embargo, y en contra de lo esperado, Paul McCartney se mostró menos autoritario y más conciliador, John Lennon fue menos sarcástico en sus comentarios, George Harrison aportó la confianza y la madurez que había volcado en sus nuevas composiciones y Ringo siguió aportando su personalidad apacible e inmutable ante cualquier situación, pero el problema (o la solución, dado el renovado buen ambiente de las grabaciones) fue que rara vez coincidieron todos juntos en una misma sesión, en lo que a la postre fue otro indicador más del cisma que ya se había abierto, sin remedio, en el seno de la banda.

Las primeras sesiones avanzaron sin la participación de Lennon, y la consiguiente presencia de Yoko Ono, debido a que ambos sufrieron un accidente de coche que les tuvo alejados del estudio durante la primera semana. Sus compañeros dieron solos los primeros pasos del proyecto, que curiosamente empezó con McCartney interpretando con su guitarra acústica Her Majesty, el fragmento oculto con el que cerrarían el último disco que grabaron juntos (después vendría Let it be, pero repescando las canciones de aquellas sesiones anteriores). Horas después, los tres Beatles disponibles grabaron la base de Golden Slumbers/Carry that weight, dos canciones que habían surgido de manera independiente (Carry that weight surgió durante el proyecto Let it be, como la típica canción destinada a Ringo) y que fueron el germen de la suite de fragmentos entrelazados en la que acabaría convirtiéndose la cara B del disco.

De esa primera semana sin Lennon es también el trabajo realizado con Maxwell's Silver Hammer, otra de las canciones que McCartney había ensayado durante las sesiones de Let it be, en la que Ringo sustituyó al ausente Lennon en algunas partes vocales. Para que el sonido del martillo fuera lo más real posible, hicieron llevar al estudio un pesado yunque contra el que golpearlo, y esa poco agradecida labor recayó en un Mal Evans con poco sentido del ritmo, requiriendo de varias tomas a petición de un perfeccionista McCartney, que logró exasperar a un impaciente George Harrison. Una vez se marcharon los demás, McCartney se quedó a trabajar en que el bajo sonara como una tuba, para darle al tema un acabado más añejo.

La relativa calma y tranquilidad de aquella primera semana desapareció cuando Lennon hizo por fin su esperada aparición en el estudio, de la mano de una Yoko Ono que, como aún requería de un mayor periodo de reposo, había encargado una cama en los célebres almacenes Harrod´s. Los operarios entraron tras ellos y montaron la cama en el estudio de grabación, y acto seguido Yoko se acomodó en ella, ante la mirada de asombro del resto de miembros de la banda. Lennon declinó participar en los temas que ya estaban en proceso, de modo que los otros tres se dedicaron a trabajar en Something y Here Comes the Sun (los dos brillantes temas de Harrison, en los que se invirtieron los papeles y fue George el que abrumó a Paul con sus instrucciones y requerimiento) e incluso en Octopuss Garden, un divertido tema escrito por Ringo, que grabaron de manera alegre y distendida en el estudio.

Después le llegó el turno a Oh Darling, un tema con aires de rock and roll compuesto por McCartney, que se esforzó en llegar el primero durante varios días para ir puliendo en solitario un tema que le requería un gran esfuerzo vocal, y que estaba en realidad en un tono que, en otras circunstancias, habría encajado más en la voz de Lennon, pero habida cuenta del pasotismo que su compañero estaba mostrando hacia los temas del resto, McCartney no se planteó en ningún momento cederle la "voz cantante", y trabajó intensamente hasta lograr la toma perfecta.

Por su parte, Lennon había trabajado de manera tímida e intermitente en el tema I want you (She's so heavy) durante las dos semanas posteriores a su aparición estelar rodeado de operarios de Harrod's, y cuando nadie parecía esperar de él mucha más colaboración, apareció un buen día de buen humor en el estudio, y con una canción nueva llamada Come together bajo el brazo. Casi como en los viejos tiempos, McCartney se implicó en el proceso de creación y aportó las líneas de bajo y de piano eléctrico, y sugirió tocarla a un tempo inferior a la versión que Lennon les había mostrado con la guitarra acústica. Lennon aceptó los cambios sin mayor problema, pero llegado el momento no recurrió a su viejo amigo para grabar las voces de acompañamiento, pese a que McCartney se ofreció a ayudar en el tema que acabaría abriendo Abbey Road.

Lennon discrepaba además con la idea de Paul y George Martin de construir una suite orquestal para el segundo tramo del disco, pero acabó claudicando y ofreció los temas Here comes the Sun King y Mean Mr. Mustard al conjunto. El buen humor parecía había vuelto a un Lennon más participativo y generoso, que invitó a McCartney a participar en estas canciones, pero las cosas volvieron a torcerse cuando hubo que entrelazar la siguiente canción de John (Polythene Pan) con otro tema de Paul (She came in through the bathroom window). Lennon criticó abiertamente la manera de tocar la batería de Ringo, y su negativa a volver a grabar el tema pese a los supuestos errores de su compañero, volvió a abrir heridas que estaban aún recientes. Esta vez fue Ringo quien esperó a que todos se hubieran marchado, para volver a grabar su parte de batería hasta que quedó correcta.

Salvo estos episodios menores, reinaba en general una aparente y falsa calma en el estudio, que se vio un día interrumpida por un curioso episodio que, años atrás, no habría tenido la mayor importancia, pero que en aquel momento encendió de nuevo la chispa del malestar y el agotamiento latentes entre los miembros de la banda. Durante la grabación de The End, un tema que cerraba la intensa y cambiante suite final, los Beatles subieron a la cabina de control para escuchar una de las primeras tomas. En ese momento, y a través de los cristales de la cabina, vieron como Yoko Ono bajaba de la cama y abría un paquete de galletas de George Harrison para coger una galleta. Harrison no se contuvo y soltó un desproporcionado improperio contra lo que consideraba un hurto furtivo, y Lennon entró al trapo en defensa de su mujer. Tras un intercambio de gritos, todo pareció volver a su cauce, pero si una simple galleta era capaz de desestabilizarles de aquel modo, era evidente que el The End del título de aquella canción era más que profético.

Con Because (la última aportación de Lennon a la suite final, y en la que por última vez hicieron voces Lennon, McCartney y Harrison juntos) y You never give me your money (una aportación de Paul que aparece entrelazada en dos momentos distintos) la suite final estuvo prácticamente terminada, pero aún quedaban algunos compases libres tras el solo de batería que había grabado Ringo para The End, y George Harrison planteó que era el lugar perfecto para un gran solo de guitarra final. Un Lennon dispuesto a robarle nuevamente la galleta dijo que, de ser así, el debía ser quién lo interpretara. Las risas que inicialmente despertó su ocurrencia no ocultaban los nuevos nubarrones en el horizonte, y fue el propio Lennon el que resolvió el entuerto, proponiendo de manera salomónica que, incluyendo a Paul en el asunto, los tres tocaran partes del solo. McCartney aceptó entusiasmado, y añadió que debían grabar los tres a la vez, tocando juntos en la misma toma.

Y así llegamos al "final" soñado, ese que nunca querríamos que acabara, con los tres Beatles desmelenándose codo con codo y en directo en el estudio. McCartney abrió el fuego con el primer tramo, Harrison le siguió a continuación y Lennon se reservó el tramo final. Por tan solo unos minutos, fue como si nada hubiera pasado, y los tres estuvieran de nuevo en The Cavern o en Hamburgo, felices y despreocupados, disfrutando de la música que un día les unió para siempre, por más que se acabaran separando finalmente después de este álgido y, a la vez, agridulce final.

Un buen día, y a consecuencia de la misma desgana con la que habían afrontado algunos momentos de una grabación que, pese a todo, fue excelsa, salieron del estudio para hacerse una foto rápida con la que despachar la portada del disco. De nuevo esa decisión fue profética, porque en la foto los cuatro Beatles cruzan el famoso paso de cebra de Abbey Road en dirección contraria al estudio de grabación en el que habían grabado todos sus discos míticos, alejándose del pasado y mirando hacia un futuro marcado por caminos separados.

domingo, 20 de febrero de 2022

#MesTheBeatles: White Album - The Beatles

 

White Album, The Beatles


     En muy pocos años John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison habían pasado por muchas cosas, habían tocado la cima con Revolver y Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, pero también habían sufrido los sinsabores de la crítica tras el fallido proyecto de Magical Mystery Tour. Según relata el ingeniero de sonido Geoff Emerick en sus memorias sobre el grupo, a su vuelta del viaje de la India, donde habían estado realizando meditación trascendental con el Masharishi Mahesh Yogi en Rishikesh, India, parecían personas diferentes, si antes eran modernos y exigentes, ahora iban desaliñados y descuidados, donde antes había ingenio y buen humor, ahora había irritación y enfado, si antes era divertido estar con ellos, ahora era un sufrimiento ya que siempre estaban enfadados.



Las sesiones de grabación fueron extremadamente difíciles, siempre estaban discutiendo y nunca se ponían de acuerdo, un álbum muy tenso en todos los sentidos. John, Paul, Ringo y George habían ido en busca de la paz interior, pero a su vuelta no se sabe si la encontraron. Un indicador fue cuando empezaron a llegar de su retiro en la India por separado, si antes hacían todo juntos, ahora no iba a ser el caso. A los problemas personales entre el grupo, entre los que también se encontraba la gran pérdida de Brian Eipstein, se le juntaron los problemas en los negocios. El grupo había decidido representarse a sí mismo y además habían creado una empresa llamada Apple Corps, para dar oportunidades a artistas desconocidos. En definitiva, los cuatro chicos de Liverpool, quizás acuciados por la presión, empezaron a llevarse los problemas al estudio. A todo esto hay que sumar que Ringo Starr abandona la banda brevemente en agosto de 1968, que Yoko Ono empieza a irrumpir y asistir a las sesiones de grabación del álbum, algo que molesta a Paul, George y Ringo, que George Martin decide bajarse del barco pidiendo un permiso vacacional, y que Geoff Emerick, el mago de la ingeniería de sonido, harto de tanta presión y ante la dificultad de trabajar en ese tumultuoso ambiente, el 16 de julio de 1968 renuncia y abandona el trabajo de grabación del álbum. Todo se desmoronaba. 

En ese ambiente fue creado The Beatles, también conocido como White Album (Álbum Blanco), publicado el 22 de noviembre de 1968 por la propia discográfica del grupo, Apple Records, y grabado entre el 30 de mayo y el 14 de octubre de 1968 en los EMI Studios y los Trident Studios de Londres. La mayoría de las canciones fueron escritas entre marzo y abril de 1968, durante el curso de meditación trascendental que el grupo había realizado en Rishikeshi, India. El álbum consiguió el puesto número uno tanto en las listas del Reino Unido como las de Estados Unidos, y si en un principio recibió críticas mixtas por parte de los críticos musicales, con el tiempo ha sido considerado como uno de los mejores álbumes de todos los tiempos. La revista Rolling Stone colocó en el años 2003 este álbum en el puesto número 10 de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. Irónico que en un clima de tanta tensión externa como interna del grupo, fueran capaces de sacarse una de sus mejores álbumes. The Beatles fue concebido como un doble álbum con 30 temas. Más adelante surgiría la duda en el grupo sobe si quizás hubiera sido mejor  haber sacado un LP normal en vez de doble. 







Abre la cara 1 Back in the U.S.S.R., escrita por Paul, quien escribió esta canción como una parodia surrealista de las canciones Back in the USA de Chuck Berry y Califoria Girls de The Beach Boys. La canción describe un mal vuelo desde los Estados Unidos a la Unión soviética a bordo de un avión británico BOAC, y hace mención a la belleza de la mujer soviética y el placer de regresar a su propio país. Se utilizó la grabación de un avión despegando al inicio de la canción y luego intermitentemente a lo largo de ella, y los coros fueron cantados por Lennon y Harrison al estilo de los Beach Boys a petición de Mike love, componente de ese grupo, quien había acompañado al grupo a la India. Dear Prudence, escrita por por Lennon, iba dirigida a Prudence Farrow, hermana de Mia Farrow, quien estaba presente en el curso de meditación donde estuvo el grupo. Prudence se encontraba tan concentrada en la meditación que rara vez salía de la habitación, y Lennon preocupado por el estado anímico de ella, escribió este tema invitándola a "salir a jugar". El estilo de la canción es típico de las canciones acústicas que se hacían en Rishikesh, usando arpegios de guitarra. Glass Onion, escrita por Lennon, es la primera canción donde aparece Ringo Starr a la batería, ya que había dejado el grupo durante un breve periodo de tiempo, habiendo  sido remplazado por en los dos temas anteriores por Paul McCartney. La canción hace referencia a anteriores canciones del grupo, tales como Strawberry Fiels Forever, I Am the Walrus, Lady Madonna, The Foool on the Hill y Fixing a Hole. Ob-La-Di, Ob-La-Da, escrita por McCartney como un imitación a las canciones de música ska. En esa época estaba empezando a popularizarse la música reggae en Gran Bretaña. Según Geoff Emerick, Lennon odiaba la canción a la que calificaba como "mierda para abuelas de Paul". John Tras abandonar el estudio durante la grabación de la canción, y después de varios días y docenas de tomas de grabación después, apareció un día en estudio hasta las cejas de marihuana, fue al piano y tocó los acordes de la canción mucho más rápido y más fuerte de como lo había hecho en las sesiones anteriores antes de desparecer. Esta sería la versión que se acabaría usando. Wild Honey Pie,  canción de poco más de 50 segundos escrita por Paul, quien fue el único miembro del grupo participante en las sesiones de grabación, pues Lenon y Ringo estaban trabajando en otras canciones, y Harrison se encontraba de vacaciones en Grecia. Este fue un tema experimental y un claro ejemplo de los breves fragmentos de canciones que Paul solía grabar entre tomas durante las sesiones del álbum. The Continuing Stoy of Bungalow Bill, escrita por Lennon al enterarse que un visitante estadounidense había dejado el retiro en Rishikesh para irse a cazar tigres. La canción cuenta la vida de Buffalo Bill con ciertas modificaciones, ridiculizando su actitud. En este tema se puede escuchar a Yoko Ono, quien participó cantando una línea completa y acompañando otras de fondo. While My Guitar Gently Weeps, maravillosa canción escrita por Harrison, quien lo hizo como un ejercicio de aleatoriedad inspirado en el libro chino I Ching. En la canción, Harrison se lamenta porque el mundo no explote todo su potencial por el amor, el cual se encuentra dormido. De esta canción se hizo una primera grabación interpretada por Harrison con guitarra acústica. En la versión definitiva Harrison invitó a Eric Calpton para que grabara el maravilloso sólo de guitarra de la canción. Happiness is a Warm Gun, escrita por Lennon, que se inspiró en una revista de armas que George Martin le había mostrado. Según Lennon, la canción era una clase de historia de rock and roll que tenía cinco secciones diferentes a pesar de su corta duración. Al parecer se había inspirado en las composiciones de un grupo escocés de folk psicodélico llamado The Incredible String Band. 



La cara 2 comienza con Martha My Dear, escrita por Paul, quien se inspiró en Martha, la perra bobtail de Paul, una perra ovejera. Hay quien cree que realmente escribió la canción para Jane Asher, su ex pareja. I'm so Tired, escrita por Lennon durante su viaje de meditación. Tras tres semanas de meditación constante, Lennon echaba de menos a su futura esposa, Yoko Ono, lo que le provocó un insomnio que le impedía dormir por la noche. La pista termina con Lennon diciendo "Señor, señor, ¿Qué hay acerca de otro?", y la gente afirmaba que al reproducir esto al revés decía "Paul está muerto, lo extraño lo extraño", lo que alimentó la teoría conspirativa que afirmaba que Paul estaba muerto. Blackbird, escrita por McCartney mientras se encontraba en Escocia. Lo hizo como una reacción a las tensiones que se estaban intensificando en Estados Unidos en la  primavera de 1968. La canción es interpretada por Paul en solitario, acompañado únicamente de una guitarra acústica. También se puede oír de fondo un sonido que fue confundido en un principio con un metrónomo. En realidad es el sonido de los zapatos de Paul, que fueron capturados al poner Geoff Emerick un micrófono al lado de estos. El canto de los pájaros fue grabado con una de las primeras grabadoras portátiles de la discográfica EMI. Piggies, escrita por Harrison inspirándose para la parte musical en el estilo barroco. La canción era un crítica a la codicia y el materialismo de la sociedad moderna. Junto al tema Helter skelter, éste inspiró a Charles Manson para cometer asesinatos masivos. Manson tomó la frase "lo que necesitan es una maldita y buena bofetada" para interpretar que debía atacar a la policía. Las palabras "political Piggy", "pig" y "death to pigs" fueron escritas con la sangre de sus víctimas en la pared de las habitaciones en las que cometió sus asesinatos. Rocky Raccoon, escrita por Paul, se inspiró en una jam session entre Lennon y el cantante Donovan en Rishikesh. George Martin consideraba que este tema era de relleno y que únicamente se incluyó en el álbum porque éste era doble. Don't Pass Me By, escrita por Ringo Starr, es una canción de carácter autorreflexivo. La canción ya había sido escrita por ringo en 1963, pero había sido rechazada en aquel momento por los demás Beatles. Why Don't We Do It in the Road?, escrita por McCartney, en la India después de observar a dos monos copulando en la calle, entonces se preguntó por qué los humanos eran demasiado civilizados para hacer lo mismo. Paul tocó todos los instrumentos excepto las percusiones, que corrieron a cargo de Ringo. Lennon se sintió molesto por no haber sido solicitado para tocar en este tema. Paul indicó que era un "ojo por ojo", ya que él no había sido llamado para tocar en Revolution 9. I Will, escrita por Paul, cantada por él mismo y acompañado por Lennon y Starr en las percusiones. Paul después de inspirarse en su ex pareja Jane Asher o en su perra Martha, se inspiró para escribir esta canción en Linda McCartney. Julia, escrita por Lennon y acreditada al dúo Lennon/McCartney como solía ser habitual, aunque Yoko Ono contribuyó con algunos versos. La canción, interpretada por Lennon en la voz y la guitarra acústica, es un reconocimiento a la  memoria de Julia, la madre de John, al cumplirse diez años de su muerte al ser atropellada por un coche conducido por un oficial de policía. 



Comienza la cara 3 con Birthday, escrita a medias entre John y Paul, sería la última canción que ambos escribirían juntos antes de la ruptura del grupo. La canción surgió después de que ambos vieran la película The Girl Can not Help It en televisión. Cantaron la voz principal al estilo del protagonista de la misma, Little Richard, y después se añadieron los coros interpretados por Yoko Ono y la esposa de Harrison, Pattie Boyd. Esta canción representaba la vuelta del grupo al rock and roll, con un estilo más enfocado al hard rock, como ya hicieran en Revolver. Yer Bues, escrita por Lennon, el tema entremezcla el blues clásico con el hard rock, y fue escrita como un parodia del blues británico que estaba floreciendo a finales de los 60. La música es muy animada pero esconde una letra ciertamente depresiva que fue escrita por Lennon mientras se encontraba en la India. A pesar de la meditación y el ambiente tranquilo, todavía se sentía infeliz, Mother Nature's Son, escrita por McCartney en la India, trabajó en ella sin la colaboración de los otros tres miembros del grupo. Únicamente contó con la ayuda de George Martin, quien aportó los arreglos de la sección de metales. Everybody's Got Something to Hide Except Me and My Monkey, escrita por John Lennon, tiene la particularidad de tener el título más largo de todos los temas del grupo. Según Harrison la primera parte del título se refería a una frase de Masharisi Mahesh Yogi, sin saber e donde procedía el resto del título (Me and My Monkey). Por otro lado, Paul creía que era una referencia a la heroína, sustancia que solía consumir ocasionalmente Lennon. Sexy Sadie, escrita por Lennon, en un principio quiso que el título del tema fuera Maharishi, pero al final cambiaron el título para evitar posibles litigios con el Maharshi Mahesh Yogi por los versos que contenía el tema. Lennon acabaría muy desilusionado con el Maharishil, al parecer todo empezó cuando se extendió el rumor de que el Maharishi había mostrado interés sexual en una de las chicas que se encontraban en el curso, contraviniendo sus propias reglas. Helter Skelter, escrita por McCartney. Por su sonido sucio, contundente y agresivo, se considera clave en el desarrollo de estilos como el heavy metal o el punk rock. La idea surgió al leer Paul que The who habían publicado un tema extremadamente salvaje, Can See For Miles. Paul quería explorar todas la vertientes del rock y decidió componer una canción que superara a The Who en su propio terreno y estilo. Un helter skelter es un tobogán en espiral que se puede encontrar en los parque británicos, y fue utilizado en la canción como un símbolo de la caída y la decadencia. Long, Long, Long, escrita por Harrison, es una canción de amor y su estructura está basada en la canción de Bob Dylan Sad-Eyed Lady of the Lowlands. El sonido vibrante que se escucha al final es el de una botella de vino que estaba apoyada en un amplificador, cuando Paul estaba tocando el Órgano Hammond, al tocar cierta nota, la botella empezaba a vibrar.


Abre la cara 4 Revlution 1, escrita por Lennon y publicada en dos versiones diferentes, es un blues lento con arreglos de instrumentos de viento-metal. la primera versión se grabó en las sesiones de grabación de este álbum, y más tarde Lennon grabaría otra versión más agresiva con un sonido de guitarras distorsionadas, orientada más al hard rock. Esta fue la primera canción del grupo donde éste habla abiertamente de política. La canción, al contrario de promover el levantamiento de masas, es un llamamiento ha revolucionar las cosas, pero de forma no violenta. Honey Pie,
escrita por McCartney. El Liverpool donde crecieron y se formaron los Beatles era un lugar que estaba saliendo de la depresión y no permitía a sus habitantes un acceso fácil a un nivel de vida de clase media. Los hobbies estaban directamente relacionados con el dinero que tuvieras, por lo que uno de los mayoritarios era hacer música en las reuniones familiares, y las canciones que se solían interpretar eran viejas canciones de la primera guerra mundial o de los años 20. A Paul le encantaban este tipo de canciones y no perdía oportunidad para recordarlas o componerlas cuando podía. Savoy Truffle, escrita por Harrison, la escribió como un tributo a la adicción de su amigo Eric Clapton a los chocolates. Savoy Truffle era el nombre de uno de los tipos de chocolate que se encontraba en las cajas de dulces Mackintosh's, uno de los favoritos de Clapton. Cry, Baby, Cry, escrita por John. Parte de la letra tiene su origen en un viejo anuncio de televisión que Lennon recordaba de su juventud. Incluida en esta canción canción se encuentra una pista oculta que fue improvisada y cantada por Paul McCartney. Aunque no tiene nombre, esta pista es conocida como Can you Take My back, que es la línea o frase principal de la letra de esta pista oculta. Revolution 9 no es realmente una canción en sí, siendo una de las composiciones del grupo más controvertidas e incomprensibles. Fue evolucionada a partir de los overdubs que se utilizaron para la canción Revolution 1. Lennon, Harrison y Yoko Ono añadieron collages de cinta y extractos de palabras grabadas. Acreditada al dúo Lennon/McCartney, fue realmente obra de John Lennon, ya que Paul no participó en el tema al encontrarse fuera y no ser invitado. Cierra esta última cara 4 y por tanto el álbum Good Night, una canción de cuna escrita por John Lennon para su hijo Julian cuando este tenía cinco años de edad. Lennon quiso que esta canción la cantara específicamente Ringo Starr. Los arreglos orquestales de George Martin son excesivamente exuberantes, debido al parecer, a que Lennon quería que esta canción sonara "realmente cursi".

lunes, 25 de octubre de 2021

La música en historias: On Every Street #MesDireStraits


"Tiene que haber un registro tuyo en algún lugar. Tienes que estar en los libros de alguien. La verdad, una foto de tu rostro, tu mirada herida. Lo sagrado y lo profano, el placer y el dolor. En algún lugar, tus huellas dactilares siguen siendo concretas. Y es tu cara la que busco en cada calle"

Analizando la letra de On every street, la canción que daba título al que sería último disco de la banda liderada por Mark Knopfler, es imposible preguntarse por lo que verdaderamente andaba buscando el genial guitarrista de la cinta en el pelo. ¿Era una mujer o, por el contrario, era su propio rostro el que estaba buscando, en una crisis de identidad que le llevó a plantearse buscar otros caminos en solitario?  

Knopfler ya había dado inquietantes muestras de andar explorando otros caminos por separado, como su disco con The Notting Hillbillies, o el trabajo a dúo con Chet Atkins, o su cada vez más habitual firma en bandas sonoras como La princesa prometida o Last exit to Brooklyn, pero todo se desencadenó cuando, tras una extenuante gira mundial y con el alto listón de reconocimiento y ventas de discos anteriores, la apuesta por el entonces nuevo disco de Dire Straits no terminó de convencer a los críticos especializados y a sus seguidores más fieles.

Y eso que hablamos de un gran disco, que vendió también lo suyo, y fue nº 1 en varios países europeos (incluyendo España) y que contiene piezas tan exultantes en instrumentación y oficio como Calling Elvis, todo un curso avanzado del mejor rock en el arranque del álbum, y el primer single con el que intentaron llegar a cada calle y oídos del mundo. Todo un homenaje a Elvis Presley, que en directo alargaban hasta los diez minutos con toda la banda luciéndose en largos solos. 

El disco continúa con On every street, la canción titular, que habría lucido más como portentoso cierre del disco. Un tema portentoso que va creciendo desde una primera parte de balada lenta de piano y voz, con arreglos de clarinete y guitarra, hasta llegar al desarrollo final en el que la banda coge ritmo y la guitarra de Knopfler despega hacia el cielo cual dron recorriendo todas las calles de la ciudad. La paleta de colores y estilos del disco refleja también la inquietud existencial y musical en la que Knopfler se estaba moviendo, y el sofisticado y elegante country rock de When it comes to you es el siguiente ejemplo, con tramos que recuerdan a grandes momentos de sus primeros discos.

La cosa no queda ahí, porque en Fade to black la banda pisa el freno y se adentra en terrenos jazzísticos, y hasta el registro vocal de Knopfler cambia de manera tan brillante como sorprendente. A continuación, llega el ritmo alegre y juguetón de The Bug, inevitable single por su ritmo rockabilly y su poderoso estribillo. Un tema 100% Dire Straits y a la altura de sus mejores temas de antaño, que habría merecido un lugar más destacado dentro de la secuenciación del álbum, en lugar de quedar algo perdido en el final de la primera cara, como antesala de You and your friend, una balada correcta con la que cierran la primera parte del disco, y que tiene como parte más destacable un buen duelo de guitarras entrelazadas.

La cara B abre con Heavy fuel, de intensidad rockera y, de nuevo, certero estribillo marca de la casa, y un ritmo que recuerda al Money for nothing del aclamado Brothers in Arms. Le sigue la sombría Iron hand, con su ritmo de dobro y sus reflexiones sobre lo absurdo de las guerras y los enfrentamientos en los que siempre acaba cayendo el ser humano. El disco cambia, una vez más, de estilo en Ticket to heaven, una sorprendente canción con ritmo de baile de salón, en la que vuelve a destacar la elaborada instrumentación, a base de brillantes partes de piano y arreglos de cuerda a cargo de, ni más ni menos, George Martin.

La última parte del disco la completan la satírica My parties, sobre el lujo y el vacío de las fiestas de la jet set, que a punto estuvo de convertirse en un descarte; Planet of New Orleans, un viejo tema sobre la mítica Bourbon Street que fue regrabado para el álbum) y How long, un alegre tema country cuya ligereza me reafirma en que el mejor cierre habría sido simple y llanamente, On every street. Si Knopfler ya barruntaba el final de la aventura con Dire Straits, que mejor final para su nave nodriza que el que hacía referencia a "Una sinfonía de tres acordes que se estrella en el espacio".

La letra va aún más allá, anticipando la sensación de abandono y sin sentido que nos dejó la marcha al limbo de Dire Straits: "La luna esta colgando boca abajo, no sé por qué sigo en el caso". Así nos quedamos desde entonces, patidifusos, colgando boca abajo. El mundo al revés, Knopfler sin Dire Straits. "Me parece un desperdicio, y cada victoria tiene un sabor agridulce. Y es tu cara la que busco en cada calle". Yo aún la sigo buscando, desde aquel ya lejano On Every Street.