miércoles, 20 de octubre de 2021

La música en historias: Love over gold -Dire Straits #MesDireStraits

 



Cuando Dire Straits publica su cuarto álbum, había experimentado ese raro lujo de ahora de tener tiempo para crecer y desarrollarse, las cinco pistas de Love Over Gold son largas pero que no os asuste, son brutalmente atractivas, son un acto lleno de calor, centrado en la forma asombrosamente fluida de tocar la guitarra de Mark Knopfler (y una habilidad colectiva asombrosamente apretada y comprensiva como grupo), a veces tenían la tendencia en sus primeros tres álbumes a volcarse en lo efímero, pero había señales de la grandeza que estaba por venir, sobre todo en la floreciente capacidad de escribir canciones de Knopfler (Romeo y Julieta de Making Movies fueron su primer éxito rotundo, una creación ligera y danzante templada por una combinación de street suss y cínica alegría digna de Paul Simon). Love Over Gold supuso un cambio de sonido (abandonaron al productor y permitieron que Knopfler produjera por su cuenta) y un salto hacia la madurez. Si bien hay un olor inquebrantable de los ochenta en todo el proyecto, las raíces de Love Over Gold en realidad se encuentran en esos tropos de rock gemelo que dominó las dos décadas precedentes: la expansividad floydiana y el mordisco lírico dylanesco. De hecho, seamos directos: Love Over Gold es Wish You Were Here y Highway 61 Revisited. Los cinco cortes siguen el plano de Wish You Were Here casi a la perfección, con dos pistas largas cargadas de fatalidad llenando el lado uno, y el lado dos que comprende un rockero, una balada y más doom para cerrar.


Telegraph Road es muy ambiciosa y realmente brilla a una gran altura, creo que se podría comparar con Bruce Springsteen ya que personalmente encuentro muchas similitudes con Thunder Road y Born to Run en esta pista, para empezaren una canción donde se percibe cierto enfado e inquietud que se ira reflejando durante todo el álbum, y aunque la canción es casi un cuarto de hora, de ninguna manera se hace larga. Private Investigation es más una canción íntima, y ​​aunque también es larga, hace un buen uso del silencio y de los sonidos más pequeños una canción muy cinematográfica. La mayor parte de la canción pasa como una balada acústica bastante extraña y con una parte de marimba de jazz que agrega textura y suena genial, pero luego, poco después de que Knopfler lanza un solo de guitarra acústica de primer nivel, la parte principal de la canción rompe y como surgida de la anda la canción despega en una dirección completamente diferente pero aún interesante. ¡Excelente canción! 

El tercer corte, Industrial Disease, corta un poco el buen rollo, es raro que la eligieran como single, la canción viene con una melodía pop, y con un órgano fuerte, que imprime un ritmo rápido con el que realmente te da ganas de bailar, aunque la canción hable de la opresión y la alienación causadas por lo que Knopfler llama 'enfermedad industrial' y se ocupa de las luchas de la clase trabajadora que conducen, bueno, a la locura, la privación. Tiene cierto aire a Bowie, pero no importa, es una melodía muy divertida. Love Over Gold, se parece mucho a Private Investigations sin la parte rockera, suave, muy pegadiza, con unas grandes guitarras eléctrica y acústica suave con el acompañamiento de un piano, también introduce un suave xilófono de fondo que pone fin a la canción, cuando la guitarra se detiene y el sonido de los teclados se desvanece. It Never Rains es una gran canción que, sí, contiene ecos líricos directos de Dylan (no de 'Mobile', sino de la canción 'I Want You', y quizás también de 'Wild Billy' de Springsteen), termina con un solo pirotécnico extendido de Knopfler. Comienzo suave, y retoma el mismo sonido de piano tintineante de la pista anterior, pero pronto se hace evidente una intención más profunda, la deuda con Like a Rolling Stone es obvia (el narrador le da un sermón a una protagonista central, probablemente femenina, que ha atravesado tiempos difíciles, con la vaga sugerencia de recurrir a la prostitución), pero el jubiloso sentido de redención y renacimiento de Dylan (Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder ) se transforma en un absoluto infierno en la visión más sombría del mundo de Knopfler (Te lleva a Vaudeville Valley con la mano en alto sofocando tus gritos, y te fo*** en Tin Pan Alley en el ciudad de los mil millones de sueños). Es desesperante que esta sea la última pista de este álbum


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