
Si la vaca (Atom Heart Mother) y el cerdo (Animals) son animales musicalmente famosos gracias as Pink Floyd, la oveja más icónica es la de la portada de VS (1993). La actitud marcadamente agresiva con la que intenta morder la valla que la mantiene encerrada, y el nombre elegido para el disco (VS es la abreviatura de "versus", que se traduciría como "contra", usado habitualmente entre los nombres de dos contrincantes en un enfrentamiento o disputa, cómo, por ejemplo, en David vs Goliath) son la mejor tarjeta de presentación de lo que ofrece al oyente el segundo álbum de la banda de Eddie Vedder y compañía.
Ante el desafío de enfrentarse a un segundo disco, tras el masivo éxito del primero ("Ten", 1991), se decidieron por un sonido más áspero y, en ocasiones, mucho más agresivo, y como si quisieran huir de la excesiva repercusión mediática de su antecesor, decidieron no rodar ningún video promocional de los singles de "VS", lo que no impidió que el disco ostentara el récord de vender casi un millón de copias en su primera semana a la venta, y se mantuviera en el primer puesto del Billboard 200 durante cinco semanas. Eran tiempos sin Youtube ni redes sociales, y sin videos que reproducir en la MTV, el éxito de VS se debió principalmente a las emisoras de radio y los pocos bares de copas que, ya entonces, se enfrentaban a la dictadura de la música house, disco y techno, agrupadas todas ellas bajo el término más coloquial de "música chunda chunda".El mejor ejemplo que puedo poner, de este particular método de difusión, es el de un solitario bar de rock en Torrevieja, durante unas vacaciones de verano con mis amigos. Lo encontramos de casualidad la primera tarde, y acudimos a él día tras día, a tomar tranquilamente las primeras cervezas, antes de cambiar de tercio y dirigirnos a los abarrotados bares cercanos al paseo marítimo, a los que las chicas acudían embaucadas por los ritmos de la noche, "El tiburón", "La Macarena" o la que en ese momento sonara de Ricky Martin. Por la compañía femenina se sacrificaban nuestros tímpanos, pero no sin antes haber pasado por ese otro bar, en el que sonaban cosas de AC/DC, Hendrix, The Troggs y algunas generosas raciones de lo que, por entonces, era lo más nuevo de Pearl Jam.

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