Lanzada en 1978 como parte del álbum Midnight Believer, esta canción, además de alcanzar el Top 20 en las listas estadounidenses de R&B de Billboard, también se convirtió en un estándar de blues versionado por artistas como Bonnie Raitt y Toni Tennille entre otros. Este tema tiene sus raíces en un instrumental de la banda de jazz-fusión The Crusaders, titulado Greasy Spoon, grabado años antes. Para el álbum Midnight Believer, los compositores Will Jennings y Joe Sample transformaron esta base en una canción con letras ingeniosas y un ritmo vibrante. Fue Producida por The Crusaders y refleja una modernización del sonido de King, integrando elementos de funk y soul que eran populares en los años 70. Este enfoque renovado permitió a King mantenerse relevante en una década donde el blues competía con otros géneros emergentes. La canción nos habla sobre las relaciones y lo hace con un toque de humor.
El álbum Midnight Believer marcó un momento de transición para King. Tras el éxito de los años 60 con hits como The Thrill Is Gone, los 70 lo vieron experimentar con colaboraciones y sonidos más contemporáneos, buscando siempre evolucionar sin perder su esencia blues. Este disco, y esta canción en concreto, es un ejemplo de esta versatilidad The Crusaders aportaron un arreglo dinámico que recuerda a Got to Give It Up de Marvin Gaye, con una línea de bajo funky, una percusión muy precisa y la guitarra de King establecieno un diálogo con su voz. La canción es una mezcla de soul y blues donde Lucille, la guitarra de B B, brilla con frases cortas y expresivas, características del estilo maduro de King. La letra narra la historia de un hombre que, tras enfrentar desilusiones amorosas, aprende a no precipitarse, culminando con el estribillo, “Never make your move too soon”, todo un consejo romántico y una filosofía de vida, y nos relata que la paciencia puede ser una poderosa estrategia.
Lanzada como single en 1978, Never Make a Move Too Soon alcanzó el puesto 17 en las listas de R&B de Billboard, un logro notable en una era dominada por la música disco y pop. La canción destaca también por la química que hay entre B B King y The Crusaders, y aunque algunos puristas del blues criticaron su producción “comercial”, supuso el punto álgido del álbum Midnight Believer. El impacto de la canción se extendió gracias a sus versiones. En 2005, King regrabó la pista como un dueto con Roger Daltrey para el álbum B.B. King & Friends: 80. Artistas como Bonnie Raitt también han interpretado la canción, y la revista Rolling Stone, la llegó a destacar como una de las mejores canciones de King, por saber combinar modernidad y tradición.
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