martes, 3 de junio de 2025

1615.- Solo pienso en ti - Victor Manuel

 

“Ella fue a nacer en una fría sala de hospital...” solo escuchas esta frase y todos estamos pensando en lo mismo, en esa canción que compuso el asturiano Víctor Manuel inspirándose en una historia real y que su inmensa popularidad contribuyó en su día a modificar la percepción social de la discapacidad. Víctor Manuel venía de una larga travesía en el desierto cuando en 1978 publicó 'Solo pienso en ti'. Tras años un tanto fuera de juego del panorama musical por diversos problemas con la censura y la ley imperante, aquella canción se convertía en el mayor éxito de su carrera y la que más se sigue recordando de su carrera. El cantante asturiano la compuso inspirándose en la conmovedora historia de amor de Antonio Castro y Mariluz Roldán, dos personas con discapacidad que desafiaron los tabúes de la época, para quien no lo conozca contaros que Mariluz Castro Jiménez y Miguel Antonio Roldán Molero se enamoraron gracias a Promi, una asociación a favor de los más necesitados y marginados de la sociedad de entonces. Un amor contra todos que se consolidó en un matrimonio revolucionario e inspirador. Mariluz había nacido con una discapacidad cerebral debido a un traumatismo al nacer y peleó contra la adversidad desde muy joven. La asociación le sirvió de refugio para encontrar nuevas oportunidades, una nueva vida. Antonio, con síndrome de Down, fue criado en una vida rural sin acceso a educación formal, y también encontró en Promi un lugar donde recibió los cuidados y el cariño que necesitaba. Contó Víctor Manuel que "Solo pienso en ti" nació en su cabeza cuando estaba en Montilla, Córdoba, "esperando en un motel para ir a cantar a Aguilar de la Frontera. Cogí en recepción el ‘Diario de Córdoba’ y había allí una crónica sobre una residencia en Cabra donde convivían discapacitados de ambos sexos y de los problemas derivados. Y una foto con un pie: ‘Cuando acaban su trabajo, Mariluz y Antonio pasean de la mano por el jardín. Soy un corazón tendido al sol es muy optimista, pero yo tenía mucho pesimismo dentro. Abarca mucha gente, mucha población. Así son les canciones que funcionen, aunque no sepas cómo hacerlas". “Ahora parece todo normalizado, pero entonces era un infierno tener un familiar o un hijo discapacitado, porque no sabías qué hacer con él”, apuntó Víctor Manuel, que recuerda cómo, cuando salió la canción, “todos los reportajes hablaban de dos chicos con problemas y nadie hablaba de discapacidad”. No existía el lenguaje políticamente correcto, en este caso por desgracia, porque a aquella pobre gente no se les respetaba y se les llamaba, con crueldad, “subnormales”, “retrasados mentales” o “mongólicos”. Todavía hoy la palabra “subnormal” es un insulto. Y la contribución de Víctor Manuel para que todos empezáramos a respetar a esta gente es impagable. Hay un antes y un después tras la publicación de esta canción en lo que se refiere al respeto a este colectivo.

 

Víctor Manuel, en muy pocos versos, nos cuenta la vida entera de los dos protagonistas, su doloroso nacimiento, el calvario de sus padres al descubrir sus discapacidades, su abandono en internados, sus tristezas y alegrías, su inocencia. Él y ella se conocen en la edad adulta, se enamoran y no hay barrera que pueda parar eso. “No puede haber nadie en este mundo tan feliz. Solo pienso en ti”. Una canción de amor entre violines azucarados y mucho que sacar a la luz

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