1552 - David Bowie - Sons of the silent age
En el vasto y ecléctico universo de David Bowie, "Sons of the Silent Age" emerge como una de las piezas más enigmáticas de su etapa berlinesa. Perteneciente a "Heroes" (1977), el segundo álbum de la llamada Trilogía de Berlín, esta canción encapsula la fascinación de David Bowie por la ambigüedad, la melancolía y la experimentación sonora. No es una de sus canciones más comerciales, pero sí una de las más hipnóticas, una joya oculta que invita a perderse en sus capas de misterio.
Desde los primeros compases, "Sons of the Silent Age" establece un ambiente opresivo y onírico. La instrumentación, dominada por un saxofón que parece flotar en el aire y teclados atmosféricos, crea un paisaje sonoro que evoca ciencia ficción distópica y cine expresionista alemán. La producción de Brian Eno y Tony Visconti es clave aquí: los ecos, las reverberaciones y los pequeños detalles sónicos (como esos susurros fantasmaless que acompañan la voz de David Bowie) refuerzan la sensación de estar escuchando algo que existe entre el sueño y la vigilia.
La voz de David Bowie, por su parte, es deliberadamente fría y distante, casi robótica en algunos pasajes, lo que contrasta con los momentos en que se quiebra en un falsetto casi vulnerable. Es como si el personaje de la canción —uno de esos "hijos de la era silenciosa"— estuviera atrapado en un limbo emocional, incapaz de conectar con el mundo que lo rodea.
Las letras de David Bowie siempre fueron un campo fértil para interpretaciones, y esta canción no es la excepción. ¿Quiénes son los "Sons of the Silent Age"? ¿Son supervivientes de un futuro apocalíptico? ¿Alter egos del propio David Bowie? Las líneas "They never die, they just go to sleep one day" sugieren una inmortalidad vacía, una existencia sin propósito. La referencia a "King Dice" (un personaje de dibujos animados de los años 30) y a "Hitler’s" —cortada abruptamente— añaden capas de surrealismo y provocación.
Hay también un guiño a Major Tom ("sitting in a backward room"), conectando la canción con el mito bowieano del astronauta perdido. Pero aquí no hay épica, solo resignación. Los "hijos" de David Bowie son espectros pasivos, observadores de una realidad que les resulta ajena.
Musicalmente, la canción es un puente entre el art rock de Low y el post-punk que inspiraría a bandas como Joy Division. El saxofón de David Bowie, caótico y a la vez controlado, anticipa el sonido de "Blackstar" décadas después. No es una canción fácil: no tiene un coro memorable ni un ritmo contagioso. En cambio, funciona como un cuadro abstracto, una pieza de arte que se disfruta más por la atmósfera que por su estructura convencional.
"Sons of the Silent Age" puede que no sea la canción más célebre de David Bowie, pero es una de las que mejor encapsula su espíritu inquieto. Es música para escuchar de noche, con auriculares, dejándose llevar por sus sombras y sus silencios elocuentes. Una obra maestra menor, pero obra maestra al fin.
Daniel
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