viernes, 25 de julio de 2025

Disco de la semana 350: Bang Bang Boom Boom - Beth Hart


Bang Bang Boom Boom, Beth Hart



     La Sensación que me produce siempre que escucho Bang Bang Boom Boom, el sexto álbum de estudio de Beth Hart, es la de estar sentado frente a un buen amigo mientras charlamos de la vida y tomamos una buena taza de café, todo ello entre risas y lágrimas. Lanzado en Europa el 5 de octubre de 2012 y en Estados Unidos el 13 de marzo de 2013 bajo el sello discográfico Provogue/Mascot Label, este disco es un ciclón emocional que te agarra desde la primera nota y no te suelta. Producido por el gran productor de sonido Kevin Shirley, conocido por trabajar con gigantes como Led Zeppelin y Joe Bonamassa, contiene una buena mezcla de blues, rock, jazz, gospel y un toque de vodevil que hace que cada canción se sienta como una pequeña representación. Con 11 temas originales en los que Beth está acreditada, y una versión en vivo de I’d Rather Go Blind como bonus track en algunas ediciones, el álbum llegó al número 3 en la lista Billboard Blues Album Chart de Estados Unidos, llegando a conquistar también el mercado musical en al menos 10 países más.


Para cuando grabó Bang Bang Boom Boom, Beth ya había pasado por una serie de tormentas personales que podrían haber hundido a cualquiera: adicciones, un diagnóstico de trastorno bipolar y la pérdida de su hermana por complicaciones del VIH. Pero tuvo esa capacidad única para transformar el dolor en música que te llega al alma. Este álbum llegó después de su exitosa colaboración con Joe Bonamassa en Don’t Explain (2011), un disco de versiones que le dio un nuevo impulso. Con Kevin Shirley al mando, la cantante y compositora encontró un espacio para ser ella misma, pero con un toque más maduro, menos crudo que en discos anteriores. Ella misma ha dicho que este álbum fue como un renacimiento, un momento para mirar hacia adelante sin olvidar las cicatrices del pasado. Y se nota, cada canción es una ventana a su alma, pero también una celebración al hecho de estar viva. Grabado en los Revolver Studios en Thousand Oaks, California, Bang Bang Boom Boom fue el resultado de una Beth que por fín se sintió libre para experimentar, y Kevin Shirley, con su experiencia, supo cómo darle alas para transitar entre varios géneros sin perder nunca el corazón del blues. El resultado fue un disco que se siente como un abrazo cálido en un día frío, pero también como un puñetazo en la mesa.



Las 11 canciones que componen Bang Bang Boom Boom son como capítulos de un libro, cada una contando una historia diferente, pero a su vez todas unidas por la voz de Beth, igual puede ser un susurro vulnerable que un rugido que te pone la piel de gallina. Comienza el disco con 
Baddest Blues, y lo primero que me viene a la cabeza es "qué manera de empezar". Es una balada de piano que te envuelve y te atrapa. Beth, desde la crudeza y la honesitdad, canta sobre un amor que es como una droga , y su voz pasa de la fragilidad a una intensidad que por momentos me recuerda a Janis Joplin. Es la primera canción y Beth ya ha desnudado su alma sin miedo. Bang Bang Boom Boom, el tema que le da nombre al álbum es pura diversión, todo un guiño al jazz y al vodevil con trompetas y un ritmo que hace que me quiera poner a bailar. Mientras lo escucho visualio a Beth con un vestido brillante en el escenario cantando en un club de los años 20. La canción es coqueta, juguetona, pero ojo, que tiene ese trasfondo de dolor que siempre está presente en su música. Better Man emana energía rockera con un toque de blues, y es perfecta para mostrar el lado más feroz de Beth. Las letras hablan de buscar algo mejor en una relación, y la instrumentación, con guitarras potentes y un ritmo que invita a mover la cabeza, tiene un aire al rock clásico. la cantante hace gala de su gran versatilidad, una en la que puede pasar de la vulnerabilidad a una actitud desafiante sin aparente esfuerzo. Y llegamos a la que es, para mi, la gran joya del álbum, Caught Out in the Rain. Si quieres entender por qué Beth Hart es una reina del blues, aquí tienes la razón. Esta canción, de unos siete minutos, es un viaje emocional con Beth alternando entre susurros y gritos que te atraviesan como dagas. Es una de esas canciones que te invitan a escucharla en la soledad de tu habitación, un blues lento y melancólico, perfecto para una noche de lluvia cuando necesitas dejar salir todo lo que llevas dentro. Con Swing My Thing Back Around vuelve a dar un giro y me logra sacar una sonrisa. Con un toque de big band y vientos que suenan a fiesta, la canción tiene ese toque de jazz de la vieja escuela, y me siento transportado a un club lleno de humo y risas. With You Everyday es como una carta de mor cantada, y Beth vuelve a mostrar su lado más tierno e introspectivo. El piano de fondo, tierno y suave, y la melodía te envuelven mientras Beth te susurra, con el alma al descubierto, sobre un amor que arde hondo y no se rinde nunca.



Continuamos la escucha con Thru the Window of My Mind; con piano que laten como un corazón, es una de esas canciones que te dan esperanza. Beth está invitando a dejar entrar la luz después de un tiempo oscuro. 
Spirit of God, con un toque gospel por aquí y otro de vodevil, y unos coros perfectamente encastrados con la voz de Beth, tiene una energía que puede hacer que hasta los no creyentes se levanten de su asiento”. There in Your Heart es una balada jazzy que tiene un solo de guitarra que algunos se atrevieron a afirmar que es de Joe Bonamassa, aunque esto no está acreditado. La canción, suave y a la vez poderosa, tiene un aire nostálgico, con Beth cantando sobre estar presente en el corazón de alguien, incluso en los momentos más oscuros. The Ugliest House on the Block es, para mí, otra de las joyas del álbum. Las letras cuentan la historia de una casa que puede parecer imperfecta por fuera, pero está llena de amor por dentro, una metáfora clara de la propia vida de Beth. Con un ritmo que mezcla blues, pop, reggae por momentos, y un toque de humor, la canción es un recordatorio de que, realmente, la belleza está en las imperfecciones. Cerrando el álbum nos encontramos Everything Must Change, una  balada que nos inita a reflexionar. Aborda el paso del tiempo y la aceptación del cambio. El piano es, suave, delicado, y la voz de Beth transmite una sabiduría ganada con esfuerzo, Nos invita a dejar ir el pasado y abrazar lo que viene. Para mí es el final perfecto para el disco, pues me deja un sentimiento de calma, paz y esperanza. El álbum contiene un bonus track, una versión en vivo de I’d Rather Go Blind con Jeff Beck, grabada en los Kennedy Center Honors de 2012. Beth y Beck rinden homenaje a Buddy Guy con una interpretación que hizo que todo el público, incluidos Barack y Michelle Obama se pusieran de pie. Por si no ha quedado y claro, algo que dudo, esta canción muestra por qué Beth es una de las mejores voces de su generación. Estamos ane una versióna la altra de la gran Etta James, y eso no es poca cosa.

Beth en este álbum está magnífica, maravillosa, y a esto hay que sumarle el toque de Kevin Shirley, no se puede hablar de Bang Bang Boom Boom sin mencionar al genial productor. Su producción es como el marco perfecto para un cuadro perfecto: realza la voz de Beth sin deslucirla. Hay quien opinó que, a veces, los arreglos son un poco excesivos, con guitarras y vientos que podrían distraer de la voz de Beth. Para mí todo está en su sitio, en su justa medida, y Shirley supo capturar la energía cruda de Hart mientras le daba un sonido pulido y los géneros se entrelazan sin esfuerzo. Es un disco que suena a blues, pero también a rock, jazz, gospel e incluso reggae en algunos momentos. Es el disco perfecto para cerrar los ojos, dejarse llevar y sentir cada palabra.

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