Artista: Crowded House
Álbum: Gravity Stairs
Fecha de Publicación: 31 de mayo 2024
Genero: Pop Rock, Soft Rock
Estrellas: 4 / 5
Con el octavo álbum de Crowded House, la banda claramente ha madurado respecto del pop despreocupado de su apogeo de los años 80 y 90, sin embargo, como Gravity Stairs deja completamente claro, Crowded House todavía está en posesión de su inteligencia melódica y una habilidad especial para escribir canciones, vamos a encontrar mucho de lo que nos regalaron durante esa época, pero bañado de una dulce capa de actualidad y veteranía. Su líder Neil Finn todavía lleva las riendas de una banda que incluye al miembro original Nick Seymour, Mitchell Froom, que trabajó en todos esos primeros álbumes de Crowded House, y que han incorporado a los propios hijos de Finn, Elroy y Liam. El título Gravity Stairs se inspiró en una pesada escalera de piedra cerca de donde Finn pasa sus vacaciones. Las escaleras simbolizan la lucha por subir, por seguir adelante, que se vuelve más difícil a medida que uno envejece, pero las escaleras son una metáfora del proceso creativo de Finn, el proceso de construcción que termina con la canción terminada.
El álbum comienza con la aireada delicadeza de “Magic Piano”, se puede escuchar una sensación de que el tiempo se escapa, sus regresiones al pop más clásico todavía están presente y los abrumadores instrumentos que contienen transmiten una talentosa madurez. Hago parada en “The Howl” una canción preciosa y para mí una de las más destacadas del álbum, lo primero que llama la atención es la gran voz de Liam Finn con un excelente acompañamiento de la banda donde destaca el trabajo minucioso de la sección rítmica y la guitarra, sin duda encontramos a la banda en su mejor momento y muy sincronizados. Los giros de frase dominan la escritura de Finn, ver el bosque por los árboles persiste como una de las muchas y variadas expresiones de vago miedo en Gravity Stairs. Ese tono de abordar la mortalidad es testarudo y audaz, en esos años crepusculares, Finn logra grandes logros, acepta los arrepentimientos y los momentos en que se encuentra su carrera. La alegre y brillante “Oh Hi” tiene su génesis en la participación de Finn en la organización internacional sin animo de lucro So They Can, que construye escuelas en zonas remotas de Kenia y Tanzania. Finn encontró en ellos el motivo de la canción y confirmó: "... sin duda los culpables de mi inspiración fueron estos niños increíbles y su magnificencia". La mayor parte de Gravity Stairs se relame en una cierta lentitud, es el toque suave el que a menudo se impone, sin embargo, en medio de la ligereza, se pueden encontrar muchos momentos reveladores, tal vez el más impactante sea "Some Greater Plan (for Claire)", una canción inspirada en el diario de guerra del padre de Finn con una melodía melancólica y llena de emociones con una suave armonía de voz. “Blurry Grass” avanza a un ritmo demasiado sencillo, no impacta, “Black Water, White Circle” apenas llama la atención con su atmósfera lounge. El principio de “I Can't Keep Up With You” es como un sueño con efectos de eco y voces distantes antes de pasar unos 30 segundos a una canción de rock más directa con una guitarra estridente, un bajo y una batería muy intensos. El cierre del álbum, “Night Song”, tiene un toque de jazz con un piano ligero y una suave voz principal de Finn al principio que se va haciendo más fuerte y se complementa con los coros. La canción se inspiró en un tipo que Finn escuchó despotricar en la ventana de una habitación de hotel una noche a las 3 am. Sobre ese tema, Finn dijo en la biografía del álbum: "Compartes esa parte de la noche con personas que están en su propio mundo y tienen sus problemas a esas horas, sentí un extraño parentesco con él”.
Hay una gran intensidad en Gravity Stairs que se afianza mucho antes de terminar de escucharlo, Neil Finn ha comparado la experiencia de escribir y grabar esto con subir una montaña, se tiene una conciencia de la mortalidad siempre presente en las frías paredes de piedra, se suben por el simple hecho de hacerlo, una razón filosófica y conmovedora. La banda está tan dispuesta como siempre, pero están en otra parte de la montaña, se acabaron las escaladas y solo les queda descender, dejar atrás el brillo de la cima, aunque Finn todavía tiene un resorte juvenil en su paso lírico y durante gran parte de Gravity Stairs, que no significa mirar atrás sino esperar que las mismas alegrías de la juventud caigan a sus pies. Los mejores compositores nunca se repiten, siempre crecen, y ese crecimiento refleja la sabiduría que viene con la edad. Finn es un gran compositor y aunque el material de este álbum es bastante diferente al del apogeo de Crowded House en la década de 1980, todavía resuena con bastante fuerza en el oyente.
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