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martes, 13 de septiembre de 2022

Grandes éxitos y tropiezos: Oasis



Volvemos con una nueva edición de Grandes Éxitos y Tropiezos, y en esta ocasión suben a la palestra los controvertidos hermanos Gallagher y su particular Oasis musical, que fueron punta de lanza del britpop en los noventa y dejaron grandes discos para la historia, pero también tropezaron lo suyo, hasta que el choque de estas dos fuertes personalidades les llevó a tomar caminos que, hasta hoy, y a pesar de que sus todavía miles de fans claman por una reunión, siguen siendo separados. Así que si te da por bucear en la discografía de los de Manchester, te vendrá bien esta breve guía antes de plantarte en la tienda de discos.

Estás tardando en comprarlo:

Gran parte de la culpa del desmedido éxito de Oasis en los noventa la tuvo su primer disco, Definitely Maybe (1994), con el que se presentaron al mundo armados con la actitud contestataria de los Sex Pistols (y cierto parecido en la manera de Liam de estirar la última palabra en cada fraseo con la peculiar manera de cantar de Johnny Rotten), y una estética sonora que tomaba cosas de Stone Roses, Rolling Stones y, como no, de su adorado Lennon y los Beatles. Este disco es, sin lugar a dudas, uno de los mejores discos británicos de todos los tiempos, una sucesión de arrogantes hits de intensas y sobrecargadas guitarras y acertadas melodías. La lista de hits es apabullante: Rock ‘n Roll Star, Live Forever, Shakermaker, Supersonic, Cigarettes And Alcohol, Columbia, Slide Away... Si no conocieras al grupo, podrías incluso pensar que estabas escuchando el recopilatorio definitivo (o quizás) de sus mejores canciones.

Tengo que incluir aquí también al archiconocido (What’s The Story) Morning Glory? (1995), el mayor éxito de su carrera por temas como Wonderwall, Roll with it o Don't look back in anger, que en conjunto, y siendo también uno de los mejores discos del brit pop y de la historia de la música inglesa, en mi opinión está un escalón por debajo de su álbum de debut, aunque para ello haya que recurrir a la "photo finish". Este disco supuso un cambio sonoro respecto a su predecesor, las guitarras son aquí menos saturadas y aunque hay temas de rock intenso (Hello) o que encajarían estilísticamente en el anterior disco (Some might say), el tono general de Morning Glory es más pausado, con coros e instrumentaciones menos crudas y directas, e incluyendo arreglos de cuerda y, en general, una instrumentación más accesible y variada. La auténtica joya del disco es la excelsa Champagne Supernova, uno de los mejores temas de toda la discografía de la banda, y su momento más alto a nivel de épica y de intensidad tanto vocal como musical. Un final glorioso para un disco remarcable.

Si te queda pasta, llévate también: 

Don’t Believe The Truth (2005) Cuando ya nadie esperaba un buen disco de Oasis, tras varios tropiezos que veremos en la siguiente sección, aparece este disco en el que se nota el aire fresco y las contribuciones de otros miembros de la banda, en lugar del omnipresente Noel que empezaba a mostrar ya signos de desgana y agotamiento. Las tareas se reparten en el disco más democrático del grupo, firmando su mejor disco en muchos años, y el primero en contar con la batería de Zak Starkey (hijo de Ringo Starr), tras la salida del habitual Alan White. Los temas que aporta Liam Gallagher son mucho más robustos que los torpes acercamientos de discos anteriores, y las aportaciones de Noel, aunque más escasas, siguen siendo muestras de su genio creativo (The Importance Of Being Idle) o hits redondos y efectivos (Lyla). Las aportaciones de Andy Bell y Gem Archer están también a la altura, y toda la banda parece haber recobrado los bríos del pasado en esta nueva formación. Muy destacable también el intenso comienzo con Turn up the Sun, con la que de hecho consiguieron volver al número 1 en el Reino Unido, y alcanzar la mejor posición en las listas estadounidenses desde 1997, y el himno Beatle de Let there be love, un tema antiguo de Noel que encontró aquí su lugar privilegiado para brillar como merecía.

Be Here Now (1997) La continuación de Morning Glory es un disco bastante denostado con el paso de los años, y muchos lo incluirían en la sección de "Vuelve a dejarlo en el expositor" por su sobreproducción y por no resistir la comparación con sus dos antecesores. El primer pinchazo de Oasis surgió de unas difíciles sesiones de grabación, en las que las discusiones entre los hermanos, y el abuso de las sustancias, deterioraron un lanzamiento que yo reivindico aquí porque, pese a todo, sigue ofreciendo un buen puñado de canciones clave del repertorio de Oasis, junto con otras más criticables o descartables. Los temas en este disco se alargan demasiado en ocasiones, y las sobre-grabaciones de guitarra son también excesivas en algunos momentos, lo que no quita que temas como D’You Know What I Mean?, Stand by me, Don’t Go Away All Around The World están a la altura de lo exigido y esperado de la banda. 

Dig Out Your Soul (2008) El hasta ahora último disco publicado por Oasis fue un claro intento de reinvención y modernización de su sonido y sus planteamientos, dejándose influenciar por otros estilos como la psicodelia y el rock alternativo, pero el tema que más brilla en el conjunto es The Shock of the Lightning, un tema al más puro estilo de Oasis. Este tema o el también intenso Bag it up dan muestra de lo que Oasis podía haber hecho en el futuro, de haber surtido efecto este renacer creativo. I’m Outta Time es el enésimo homenaje a su admirado Lennon (incluye, de hecho, una grabación de su voz) pero también es otro de los momentos álgidos del disco. Otros temas como (Get Off Your) High Horse Lady o Falling Down se acercan a lo que Noel haría después en solitario. El resultado en conjunto es un buen disco y una despedida digna para una banda de su nivel, sonando como nunca pero sin caer en la excesiva pompa de otros proyectos, y hasta explorando la sonoridad de Pink Floyd en Soldier on, diciendo adiós de la manera más curiosa y sorprendente posible. 

Vuelve a dejarlo en el expositor:

Heathen Chemistry (2002) supuso un intento de vuelta al rock, con algún toque psicodélico, pero solo consiguieron transmitir el sonido de un grupo gastado y sin ideas, que replica o copia las estructuras que les habían llevado al éxito sin la gracia y la frescura de antaño. Es sin duda el disco más flojo de la banda, y salvo The Hindu Times, el tema más enérgico y destacable, y uno de sus mejores temas en años, el disco se centra en su mayor parte en los medios tiempos y las baladas, y aunque Stop crying your heart out, Little by little y Songbird son temas de calidad, el disco al completo carece del carácter y el carisma que anteriormente había mostrado la banda.

Standing On The Shoulder Of Giants (2000) marca el comienzo serio del declive de la banda. Pese a un comienzo enérgico y prometedor con el desatado instrumental de Fuckin' in the bushes, al que sigue Let it out, temazo marca de la casa a ritmo de mellotron y guitarra, y una no menos efectiva y psicodélica balada de sitar y toques electrónicos (Who feels love?), después es como si la ciudad de Nueva York de la portada sufriera el mayor apagón de su historia. El intento de mezclar la psicodelia de los sesenta con la electrónica del momento habría resultado curioso, de haber mantenido el resto de las canciones el nivel de las tres primeras. La primera aportación compositiva de Liam con Little James es un sonrojante y torpe intento de facturar su propio Hey Jude, y en temas como Put Yer Money Where Yer Mouth Is, I can see a liar o la progresiva Gas Panic! suenan encorsetados y repetitivos donde deberían sonar intensos y contundentes. Noel se pregunta en Where Did it All Go Wrong? ("Donde empezó todo a ir mal"), que pudo fallar en la "Cool Britannia” de Blair, pero con ese título era inevitable para mí pensar en por qué, y en qué momento, un disco con un arranque tan bueno acabaría en esta sección.

viernes, 14 de mayo de 2021

Disco de la semana 225: Definitely Maybe - Oasis


En la fría y gris Manchester de finales de los ochenta, unos adolescentes hermanos Gallagher ven pasar el día a día en un humilde barrio obrero, sin saber muy bien que rumbo tomar en la vida. El mayor (Noel) convence al pequeño (Liam) para ir a ver un concierto de los Stone Roses. Ellos no lo saben, pero con esa decisión sin importancia acababan de sembrar la semilla para la creación de Oasis. Noel (el instigador) quedó impresionado con la destreza de John Squire a la guitarra, pero lo curioso es que Liam (el reacio) vuelve del concierto absolutamente fascinado por la manera en la que Ian Brown se manejaba en el escenario, y completamente decidido a montar un grupo.

Noel no tarda en enrolarse en un grupo llamado The Inspiral Carpets, con los que se sube a la furgoneta y se marcha de gira por los pubs de toda Inglaterra, mientras Liam sigue nadando en la monotonía del deprimido barrio de Manchester, solo mitigada por las visitas al estadio del Manchester City, por entonces el equipo pobre de la ciudad. Sobrevive con el subsidio de desempleo, y cuando puede no pierde la ocasión de ir a rayar los coches de los jugadores del Manchester United, hasta que encuentra por fin la ocupación que estaba buscando, y se hace vocalista de un grupo local llamado The Rain, que para no coincidir con otro grupo del mismo nombre cambian al poco tiempo su nombre por el de Oasis.

Cuando Noel regresa de la gira de los Inspiral Carpets, acude a ver el primer concierto del grupo de su hermano, y según sus propias declaraciones: "Les dije que lo que hacían era una mierda, pero que Liam valía como frontman de la banda". Noel se ofrece entonces a escribirles canciones, y no tarda en pasar a formar parte de la primera formación de Oasis, definitivamente comandada por los dos hermanos Gallagher. Definitivamente, o quizás, tal y como reza el título del que sería su primer y mejor disco, en su momento el álbum de debut de un grupo inglés más impactante desde el Nevermind the Bollocks de los Sex Pistols, con el que además comparte algunas similitudes, como que antes de la publicación del disco ya se rodaran muchas de las canciones en el circuito de conciertos local, y se publicaran varios singles que después formarían parte del disco.

Es el caso, por ejemplo, de Live Forever, la canción que Noel interpretó para el resto como ejemplo de lo que podía aportar si le incluían en el grupo, o Columbia, rotundo tema interpretado ya en el primer concierto de Oasis en el que tocaron juntos los dos hermanos, antes de meterse a un local de ensayo a preparar el resto de canciones del disco. En aquel local de ensayo, empiezan a pulir temas como Rock and Roll Star (el primer fogonazo con el que abrirá el disco), o Up in the sky, temas que pronto formaran también parte de las primeras actuaciones en el circuito de pubs de Manchester, y de la maqueta que grabaron de aquellas primeras sesiones, que incluía  temas como Bring it on down, Married with children o Digsy's dinner. Todos ellos serían parte de lo que después sería Definitely Maybe, una vez conseguido su primer contrato discográfico con el sello Creation.

Con el flamante contrato bajo el brazo, la banda vuelve al local de ensayo y genera nuevos temas como Cigarettes & Alcohol y Shakermaker. Las melodías van surgiendo, pero les cuesta encontrar las letras adecuadas para las nuevas canciones, y para ello contaron con la inesperada ayuda de Elsa, el perro del ingeniero de sonido, que tenía problemas estomacales y no paraba de soltar unos terribles pedos, como si se hubiera tragado un tubo de Alka-Seltzer. Eso les dio las primeras frases de Supersonic, el primer sencillo y uno de los temas estrellas del disco (Conozco a una chica llamada Elsa, adicta al Alka-Seltzer")

El segundo sencillo fue Shakermaker, que nació con polémica por su parecido con el tema "I'd like to teach the world to sing" de los New Seekers para un anuncio de Coca-Cola. De hecho, Noel coló en la letra el slogan de aquel anuncio de veinte años atrás ("Me gustaría comprarle al mundo una Coke") y se negó a modificarla, a riesgo de perder los royalties en una posible denuncia. A este single le siguió Live Forever, convirtiéndose al instante en una de las canciones más relevantes del grupo. Y aún hubo cuerda para otro single más, Cigarettes & Alcohol, y para la publicación de Whatever, otro gran éxito que finalmente no formó parte del disco, salvo en algunas ediciones especiales en las que se le incluía en un disco sencillo adicional dentro del álbum.

Definitely Maybe fue un rotundo éxito de crítica y ventas, y un chorro de aire fresco para el underground británico, en una era dominada por el grunge procedente de Estados Unidos. La crítica elogió la energía y fortaleza del álbum, que combinaba brillantes estructuras melódicas con una producción que saturaba las múltiples guitarras hasta crear un consistente muro de sonido, basado en una acelerada amalgama de rock, pop, punk y psicodelia. La actitud y las inflexiones en la voz de Liam recordaban, una vez más, al Johnny Rotten de Nevermind the Bollocks, al tiempo que se basaban en su admirado Lennon.

En conjunto, un disco directo, valiente e intenso, con guitarras más pesadas que las de otros grupos relevantes de la época como Blur o Suede, y con menos ínfulas artísticas. Dónde otros se esmeraban en pintar sobre lienzo, los Gallagher derribaban la puerta y lo salpicaban todo, repartiendo brochazos a diestro y siniestro, a golpes de guitarra, melodías pegadizas y potentes coros de estadio, que no tardaron en desatar la locura mediática alrededor del disco, alimentada además por el descaro y la chulería de las declaraciones de los díscolos hermanos, que arremetían verbalmente contra todo lo que se les pusiera por delante, en una actitud que les encumbró y, a la vez, les acabaría condenando, porque acabó siendo más ruidosa que las propias canciones, y cuando en discos posteriores rebajaron la intensidad y el brillo de sus propuestas, tenían ya demasiados enemigos esperando a machacarles.

A día de hoy, ambos han desarrollado una correcta trayectoria en solitario, aunque nunca a la altura de Definitely Maybe o What's the Story (Morning glory), sus dos discos clave. Algo esperable, porque ya sabíamos que, fuera de un Oasis, lo que nos espera es una larga travesía por el desierto, hasta el día en que dos hermanos se sienten frente a un par de cervezas y arreglen sus diferencias definitivamente. O sólo quizás.