
Tras un comienzo de sonido medieval basado en la voz y el piano, las guitarras se adueñan del tema en abruptos cambios de ritmo, mientras las orquestaciones se entremezclan con vientos de aire improvisado y marcado tono de jazz progresivo, creando una compleja y cambiante pieza que resulta imprescindible para los amantes del rock progresivo y, en particular, de la banda liderada por Robert Fripp, que entrega en Lizard una interesante y caótica fusión de rock progresivo clásico y jazz experimental al más puro estilo Miles Davis, creando un disco tan épico como extraño, un auténtico y arriesgado "Circo" sonoro que no deja a nadie indiferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario