Cualquiera de sus primeros tres discos habría servido como reseña de su mejor momentos artístico o como sentido homenaje a su figura, pero en nuestra opinión, es su tercer disco "If I Should Fall from Grace with God" (1988) el que realmente muestra en todo su esplendor su innovadora propuesta de Punk-folk irlandés, a través de canciones como la que le da título (con su fusión de ritmo celta y cadencia punk, contando la historia de un soldado que vive en plena guerra y en un estado de incertidumbre y de miedo a no volver a casa), "Turkish Song of the Damned" (una sorprendente fusión de música tradicional irlandesa con sonidos orientales), "Bottle of Smoke" (con un ritmo punk frenético que contrasta con la intensidad poética de una letra sobre lo fugaz de la vida, comparándola con el humo de un cigarrillo y con la intensidad de una carrera de caballos).
Este disco fue, además, su mayor éxito de ventas, gracias sobre todo a "Fairytale of New York", la auténtica joya de la corona del disco y, probablemente, de toda la discografía de la banda. Una emotiva balada de raíces de folk irlandés, cantada a dúo con Kirsty MacColl, que combina una melancólica historia sobre la difícil relación de pareja de dos irlandeses en Nueva York, con referencias a la navidad en la gran manzana. A pesar de la agria y desesperada letra, la canción ha perdurado como un auténtico himno y un memorable clásico navideño.
En temas instrumentales como "Metropolis" la banda despliega todo su talento y virtuosismo, siempre combinando el folklore tradicional irlandés con estructuras rítmicas más modernas y aceleradas. Es solo un alto en el camino de la lírica profunda, porque en "Thousands Are Sailing" las letras vuelven a contagiarse de la nostalgia y la melancolía, esta vez describiendo la esperanza de los inmigrantes irlandeses de encontrar en América la esperada tierra de las oportunidades.
"Fiesta" es la segunda gran joya de la corona de este completo y trabajado disco, una explosión de energía que no podía haber tenido un nombre más acertado, plagada de referencias españolas y con la ciudad de Almería presente con fuerza en el estribillo. La banda regala un auténtico derroche instrumental de vientos y guitarras, en un tema que habréis escuchado mil veces y que no puede faltar en ninguna gran fiesta que se precie de serlo, una canción que lleva la capacidad de The Pogues para mezclar folklore con otros estilos hasta la máxima expresión. El álbum incluye revisiones de temas tradicionales irlandeses en "Medley: The Recruiting Sergeant/The Rocky Road to Dublin/The Galway Races", que encajan a la perfección con canciones propias como "Streets of Sorrow/Birmingham Six" (con una fuerte carga política y social), "Lullaby of London", "Sit Down by the Fire" o "The Broad Majestic Shannon".
Y para terminar, vuelven a mirar hacia el legado histórico con la versión del tradicional tema irlandés "Worms", breve y testimonial cierre para una gran obra que refleja como ninguna otra el eclecticismo y la profundidad lírica de una banda que supo llevarnos de fiesta y sobreponerse a la melancolía a la que les llevaron los golpes de la vida, esos que finalmente terminaron por llevarse al gran Shane MacGowan a algún otro sitio, donde estará tomando una gran pinta de cerveza y cantando a voz en grito aquello de "The boys of the NYPD choir
Still singing Galway Bay, and the bells are ringing out for Christmas Day..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario