Mostrando entradas con la etiqueta The Rockin' Chair. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta The Rockin' Chair. Mostrar todas las entradas

viernes, 30 de julio de 2021

El disco de la semana 236: Howlin' Wolf - Howlin' Wolf

 

Howlin' Wolf, Howlin' Wolf


     Para la recomendación de esta semana nos hemos decantado por el blues, concretamente el de la escena de Chicago y uno de sus máximos representantes, Chester Arthur Burnett, más conocido como Howlin' Wolf, gran intérprete, guitarrista y armonicista. Howlin', con una voz y una presencia física imponentes con sus 1'96 m de estatura y 136 kg de peso, supo situarse como uno de las puntas de lanza del blues de Chicago. Además de ser un gran bluesman, también supo administrar con cabeza sus finanzas, cosa rara en la época, lo que le permitió vivir holgadamente y tener en nómina una excelente banda con un buen salario y un buen seguro médico.

En 1962 el sello discográfico Chess Records publica el segundo álbum de estudio de título homónimo, Howlin' Wolf. Dicho álbum también es conocido como The Rockin' Chair, debido a la ilustración de la portada, hecha por Don Bronstein, y que consiste una mecedora que tiene al lado una guitarra apoyada. Dicho disco, al igual que ocurriera con su primer disco lanzado tambien por Chess Records, es un compendio de doce canciones que habían sido lanzadas como sencillos por Chess entre los años 1960 y1962.

Todos los temas menos Who's Been Talking, escrita por Howlin' Wolf, y Going Down Slow, escrita por el cantante y compositor de blues St. Louis Jimmy Oden, está compuestos por Willie Dixon, quien por entonces era músico de sesión y compositor principal del sello Chess Records. El disco fue producido por el famoso productor y cazatalentos de la época Ralph Bass, y el numeroso elenco que participó en la grabación de los temas que contienen el álbum está compuesto por William Johnson, Freddy Robinson, Jimmy Rogers, Otis "Big Smokey" Smothers, Hubert Sumlin y Jody Williams como guitarristas, Henry Gray, Johnny Jones, Hosea Lee Kennard, Lafayette Leake, y Otis Spann al piano, Wilie Dixon y Buddy Guy al bajo, Fred Below, Junior Blackman, Sam Lay, S.P. Leary, Sammy Lewis y Earl Phillips a la batería, J. T. Brown al saxo, Donald Hankins al saxo barítono y Arnold Rogers al saxo tenor.

Un álbum donde podemos disfrutar de la imponente voz de Howlin' interpretando clásicos como The Red Rooster, también conocido como The Little Rooster, tema que refleja las creencias populares que existían a principios del siglo XX en el sur de Estados Unidos, donde el gallo contribuía a la paz del corral. El compositor Willie Dixon para componer este tema utilizó elementos de varias canciones anteriores, como "Banty Rooster Blues" (1929) de Charlie Paton o "If You See My Rooster" (1936) de Memphis Minnie; Wang Dang Doodle, un tema repleto de un vibrante y emocionante ritmo que Dixon escribió cuando escuchó por primera vez a Howlin' Wolf a principios de los años 50, pero que guardó en un cajón para más adelante. "Wang dang" significa tener mucho ritmo, y se dice que este tema está basado en una antigua canción lésbica llamada "The bull Daggers Ball"; Spoonful, clásico entre los grandes clásicos compuesto por Dixon y que fue grabado por primera vez por Howlin'. El tema es una metáfora que nos habla de los extremos que puede alcanzar una persona para satisfacer su placeres, tales como el sexo, el alcohol o las drogas; Going Down Slow, compuesto por St. Louis Jimmy Oden. El tema es uno de los grandes estándares de blues, un clásico blues de doce compases que nos describe el lamento de un jugador que se está muriendo; y Back Door Man, tema que hace referencia al "Hombre de la puerta trasera", que es como se referían en la cultura sureña cuando un hombre tenía una aventura con una mujer casada y para escapar antes de que llegara el marido agraviado usaba la puerta trasera para escapar. 

Si juntamos todas las piezas, un sello discográfico como Chess Records, un intéprete de la categría de Howlin' Wolf, una gran producción, un compositor de la talla de Willie Dixon, padre de la mayoría de los temas, y un elenco de músicos de los más grandes que se podían encontrar en la época, el resultado no puede ser otro que doce temazos que componen uno de los discos más famosos del blues de Chicago que se conocen.