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domingo, 29 de agosto de 2021

La música en historias: The rise of the Zugebrian time Lords #MesSanandaMaitreya


The rise of the Zugebrian time Lords - mes #SanandaMaitreya 

Sananda Maitreya (antes Terence Trent D'Arby) presentó The rise of the Zugebrian time Lords como un disco de Rock del Post Milenio, el género musical que Sananda Maitreya ha creado para definir su nueva música, una mezcla de varios estilos muy cercanos a su corazón. Se trataba de su décimo álbum de estudio, y fue grabado en sus estudios de Milán, Italia, donde vive desde hace muchos años. Es un doble álbum que contiene 27 canciones, 23 nuevas composiciones y 4 versiones, algunas de ellas de The Beatles.

The rise of the Zugebrian time Lords es un álbum conceptual que continúa el viaje de los anteriores álbumes de estudio, especialmente está conectado con el trabajo anterior llamado Return to Zooathalon del año 2013 en el que Sananda ilustra un lugar idílico y simbólico que flota entre el mundo real y la imaginación de todos. 

En este mundo prevalece el surgimiento de Entidades Sobrenaturales que controlan el espacio y dominan el Mundo, estas entidades se llaman Zugebrian (y son una fuerza maligna). Ser efectivamente Los Señores del Tiempo significa que tienen el poder de destruir el pasado y tus recuerdos sin permitir que puedas dejar tu contribución en el mundo. Esto causará a todas las generaciones futuras un sentimiento de desorientación y una pérdida de identidad. Al controlar tu tiempo, los Zugebrian tienen el control total de toda tu vida: tu presente, tu pasado y tu futuro y es muy difícil escapar. Sin el pasado, el futuro está en un limbo. Los Zugebrian castigan duramente a los que intentan escapar y a todas las personas que pueden cambiar el curso de la historia, ya que pueden retroceder fácilmente en el tiempo ("They Went Back In Time & Killed Robert Johnson ") y matar a un famoso cantante y guitarrista de blues americano vivido a principios de 1900 que había desaparecido en circunstancias misteriosas. 

Tratar de encontrar una forma de liberar el alma es algo que pasa por todas las mentes y recuerdos. Las canciones que nos son familiares sí representan un recuerdo, que sirve para confrontarnos con lo que ha sido y con lo que realmente puede ayudarnos a liberarnos de la esclavitud. 

Por eso, Sananda en este proyecto ha versionado tres canciones de los Beatles ("You're Going To Loose That Girl", "If I Fell", "I'll Be Back"). Estas canciones representan una fuerte conexión con los recuerdos felices de su infancia, así como un tributo y un homenaje a los célebres y queridos Teh Beatles, a los que idolatra. 

Lo cierto es que todo nos hace reencontrarnos con el significado y el sentido del Tiempo, e inevitablemente esto es algo con lo que todos tenemos que lidiar, tarde o temprano en nuestro camino. La vida se compone de fases, de estaciones, y todos llegamos a un punto en el que nos preguntamos si el tiempo que nos queda será suficiente para realizar todos nuestros sueños, o si el tiempo que ya hemos vivido se ha gastado de forma correcta. 

Sananda Maitreya nació en Nueva York, Estados Unidos, el 15 de marzo de 1962. Es multiinstrumentista, productor y arreglista y la música siempre ha sido la banda sonora de su vida. 

Artista multiplatino, desde el principio de su carrera Sananda ha escrito, arreglado y producido personalmente toda su música y también ha colaborado con grandes artistas y productores. 

Comenzó su carrera como Terence Trent D'Arby, a los 33 años cambió su nombre por el de Sananda Maitreya, que desde 2001 es su nombre artístico y legal. Desde finales de los 90 es uno de los precursores de la revolución digital de la música. Su música se llama Post Millennium Rock: es la mezcla perfecta de los géneros favoritos del artista, como la ópera, el country, la música clásica, el jazz, el blues, el gospel, el reggae, el pop y el rock.

Daniel
Instagram storyboy

lunes, 23 de agosto de 2021

La música en historias: Return to Zoothalon #MesSanandaMaitreya


Con cuatro discos a sus espaldas bajo su nueva identidad, para el quinto disco Sananda Maitreya se adentró en el fértil terreno de los discos conceptuales, hasta erigir el que posiblemente sea su disco más completo y relevante de la era Sananda. A vueltas de nuevo con la persecución de ese eterno retorno por el que seguir luchando, Return To Zooathalon es una odisea en la que "cuanto más intentas escapar, más te adentras en ello". Las canciones del disco representan el espíritu de Zooathalon, y son la ayuda en el camino hacia "nuestro propio lugar en las estrellas". Estamos ante un disco monumental en contenido y matices, que se concibió a partir de cuatro partes diferenciadas, que acabaron mezclándose por completo en el orden final de temas del disco: 

Regreso a Zooathalon / Capítulo 1 - El último tren a Houston… 

"...Y sin descanso, comenzó de nuevo. Sus caballos galopaban sobre la grava del tiempo, corriendo para liberarse de las riendas... Había cosas que continuar y no había tiempo que perder, ya que siempre había una sombra persiguiéndolo. Antes de que llegara el amanecer, tuvo que REGRESAR AL ZOOATHALON antes de que cerraran las puertas. Y a través de la niebla, llegaron estas canciones..." 

Podría pensarse que el tema Last train to Houston, que cierra el disco, se estuviera refiriendo a la ciudad, pero en realidad se refiere a Whitney Houston, a quién dedica las canciones de esta primera etapa productiva del disco, a la que pertenecen también los temas Albuquerque, Dancing with Mr. Nostalgia, Tequila Mockinbird, Mr. Gruberschnickel y Ornella or nothing, esta última dedicada a Ornella Mutti, su amor platónico de juventud. En las notas del disco, Sananda nos invita a subir al tren con destino a lo desconocido: "Coged vuestro billete y tomad asiento, el tren sale, como un amante sale de su amada. El destino está en tu corazón. Por favor, disfruten de estas melodías y tomad mi consideración con vosotros como vuestro equipaje."  

Regresar a Zooathalon / Capítulo 2 - ¡El sexo y la locura venden!

Y casi tan buenas como esas dos cosas son las canciones de esta segunda tanda de canciones que se grabaron para el disco, que Sananda nos ofrece con un sincero deseo: "Espero que lo disfrutéis, si tenéis tiempo para escucharlo ¡A vuestra salud! Sinceramente, después de escucharlo creo que merece la pena buscar tiempo para deleitarse con temas de gran intensidad soul como Save me, y dejarse llevar por los cálidos teclados y la voz de Sananda en Camel. Yo soy más de vinilos, y puedo contar con los dedos de una mano (y me sobraría alguno de ellos) las canciones que he comprado online, pero ante esta no pude resistirme y se la compré al propio Sananda en formato mp3 en su web (sanandamaitreya.com)

El capítulo se completa con otro puñado de buenas canciones como Hurricane and you, Just go easy, She's not right o If I go away. Sería exagerado decir que son tan buenas como el sexo, pero sí que son muestras de la brillante locura de un cantante en un punto álgido de madurez personal y artística.

Return To Zooathalon / Capítulo 3 - Las próximas aventuras de Stagger Lee

Toda epopeya conceptual requiere de un personaje carismático que aparezca en distintos momentos del disco, y ese parece ser Stagger Lee, que aparece mencionado en varias canciones, y en esta tercera parte es el protagonista de dos de las canciones más imaginativas y cambiantes del disco: Stagger Lee part I y Stagger Lee part II. De estructura más convencional y cercana al gran público es Kangaroo, otro de los temas con nombre de animal, tan habituales en el período Sananda, y a estas alturas ya sabréis que eso es una etiqueta que nos indica que estamos ante una canción grande. Completan la tercera parte los temas Where do teardrops fall?, Walkaway (Ghost Song), Free to be y el tema que da título al disco, la brillante Return to Zooathalon, el himno que resume una odisea musical en clave de soul, funk y R&B de alto voltaje, o en palabras del propio autor, el Post-Millenium Rock. 
 
Return To Zooathalon / Chapter 4 - Bits & Piezas 
 
Las últimas canciones grabadas para el disco fueron Brimstone Follies, una rareza con aires de vodevil que acabaría siendo el tema que abriría el disco, y en la que se menciona de nuevo al personaje de Stagger Lee, y la pegadiza y efectiva DFM (Don't Follow Me). También forman parte de este bloque un par de piezas menores (DHS, de apenas 30 segundos, y Christmas when you are near, que acabó siendo descartada para la versión final del disco). Con estas piezas y bits finales, Sananda tuvo listo todo lo necesario para embarcarse por fin en el gran retorno a Zooathalon, e intentar recuperar de nuevo su sitio entre las estrellas. Escuchadlo, si tenéis tiempo, y al llegar al final de Zooathalon, decidme si no es cierto que, artísticamente, lo consiguió más que de sobra. "Puedo equivocarme, pero nunca encontré un camello que no me gustara" (Camel, Sananda Maitreya)

Return to Zooathalon

1 – Brimstone Follies (0:59)
2 – DFM (Don’t Follow Me) (3:21)
3 – Save Me (3:23)
4 – Dancing With Mr. Nostalgia (3:19)
5 – Stagger Lee – Part 1 (1:44)
6 – Stagger Lee – Part 2 (2:30)
7 – Ornella Or Nothing (3:38)
8 – Where Do Teardrops Fall? (4:29)
9 – Albuquerque (3:21)
10 – Camel (3:14)
11 – Mr. Gruberschnickel (3:37)
12 – Just Go Easy (4:23)
13 – Tequila Mockingbird (3:25)
14 – She’s Not Right (2:44)
15 – Return To Zooathalon (4:07)
16 – Walk Away (Ghost Song) (3:02)
17 – Hurricane Me & You (4:58)
18 – If I Go Away (3:49 )
19 – Free To Be (4:44)
20 – Kangaroo (3:55)
21 – D.H.S. (0:36)

domingo, 15 de agosto de 2021

La música en historias: Nigor Mortis - #MesSanandaMaitreya

 

Nigor Mortis, Sananda Maitreya


     Nigor Mortis (marcado como el séptimo álbum de estudio aunque en realidad es el octavo) es un álbum de un artista que anteriormente respondía al nombre de Terence Trent D'Arby y ahora lo hace como Sananda Maitreya. El título del disco es un juego de palabras que representa el estado entre "Rigor Mortis" y "Vigor Mortis", entre la rigidez y la vitalidad del cadaver, como un nuevo despertar y vuelta a la vida. Todo un juego de palabras con el que Sananda se revelaba contra todos aquellos que le daban por muerto artísticamente, y con este nuevo trabajo con muchos temas a la altura de sus mejores momentos se iba a reivindicar.

Sananda, como ya hiciera con todos sus trabajos desde su cambio de nombre y rumbo, se encarga de autoproducir él mismo el disco, el cual contiene 23 temas que en su momento fue concebidos para descargas por internet, y en formato CD. La edición de CD se presentaba en un estuche con un DVD y un folleto adjunto de fotos de 8 paǵinas. También se edito una versión instrumental del álbum únicamente disponible en formato MP3.

Nigor Mortis es grabado en Milán, lugar donde Sananda había fijado su residencia allá por el año 2002, y publicado a finales de 2008. El disco, con 23 temas, puede resultar bastante largo, es lo que tiene autoproducir un disco y no tener que rendir cuentas a nadie, que era lo que Sananda se había propuesto algunos años atrás. Sin embargo el resultado es un buen disco, con un sonido muy negro donde se entremezclan rock y soul con mucho gusto, aunque también se atreve con otros ritmos como el funky o el R&B. El disco es compuesto y auotoproducido por  Sananda, y también se encarga de todos los instrumentos, contando con la gran colaboración de Lucio Fabbri al violín y banjo. En cuanto al sonido, predominan los sonidos de piano y teclados, y también una línea de bajo muy buena y destacable durante todo el álbum.

Dentro de los 23 temas Sananda juega con el soul, sonido que le sienta como un guante, en temas como O Lovely Gwenita, que además de abrir del disco lo hace de una forma muy prometedora, uno de los grandes momentos del disco; At the Crossroads, otro de los mejores temas de álbum; A wife Knows y Because You've Change, con una buena línea línea de bajo y donde Sananda realiza un exquisito trabajo vocal; Has It Been Too Quiet? Unos de esos temas con Sananda sentado al piano que tan bien sientan al artista; This Town, tema con unos giros vocales brutales; o What Would You Like?, donde el artista nos vuelve a demostrar que poco más necesita además de su piano y su voz. 



También encontramos temas de corte más roquero, como With a Girl Like You, tema más rápido y rítmico con un toque country que hace de éste tema sin duda otro de los mejores del álbum; Free Me, con un rollo muy a lo Hendrix y un aire muy setentero; I Don't Give Fuck About You, otro de los grandes momentos del disco donde el comienzo ya aventura algo más grande. La línea de bajo y la voz de Sananda doblada con guitarra que va creciendo hasta desatarse, brillante; Never How Much, canción que junto a Mr. Gupta contiene unos contundentes y pesados riffs de guitarra con aires de los años 70; o Angel (Not a Saint),  otro tema con un aire country y un gran trabajo al violín de Lucio Fabbri. Sananda también se atreve con sonidos más funkys, como en la brillante Superstar. Y mención aparte para la genial Priscilla, otro momento álgido del disco, donde acompañado de una guitarra acústica se marca esta pedazo de balada. Su voz y poquito más hace falta para que Sananda sea capaz de emocionarnos. 

Sananda avisaba a los que le daban por muerto artísticamente y se revelaba con este disco, Nigor Mortis, trabajo con el que nos presentaba su nuevo estado de vitalidad artística.

domingo, 8 de agosto de 2021

La musica en historias: Angels & Vampires #MesSanandaMaitreya

 





Iniciamos el mes de Agosto y no cambiamos de artista, ¿O quizás sí?... después de recorrer en julio la discografía de Terence Trent D´Arby, es el momento de evolucionar e ir un paso más allá, desafiar los límites de nuestro interés y detenernos en cuatro estaciones en la discografía de Sananda Maitreya…. El mismo genio que el mes anterior que con dos cambios radicales, el primero lógicamente el nombre… mismo artista distinta forma de conocerle, el segundo y básicamente por lo que hemos decidido iniciar este recorrido, la música…… y la libertad creativa que supuso romper con su pasado e iniciar su nuevo camino.

Iniciamos con su primer álbum titulado Angels & Vampires, y empezamos fuerte, de primeras nos damos de bruces con 40 canciones, si bien editado el cd físicamente contenía 20, teníamos otras 20 solo accesibles desde Interne para regalo de nuestro oído, así a lo bruto y sin ningún filtro, el poderío creativo de Sananda era de sobre sabido, que su discográfica no estaba muy contento con lo que presentaba, también, así que de primeras decide desnudarse por completo y en un ejercicio de sinceridad nos entrega muchas de aquellas canciones que le habían rechazado y otras nuevas creadas para la ocasión. Sin duda y a menudo que avanza el álbum, el oyente podrá encontrar muchos estilos y sobre todo temas que te dejan totalmente indiferentes, pero también muchos otros que te dejan clavado en la silla preguntándote como podían haber encadenado a tal bestia creativa.


Lo cierto es que además de su faceta creativa Sananda Maitreya es un cantante maravilloso y bastante peculiar con los títulos de sus canciones, Angels & Vampires no se siente como un álbum oscuro ni un álbum con tintes de religiosos. Es un disco alegre con poca guitarra, mucho piano y bajo. Maitreya nos regala un álbum con mucho material para escuchar. Es difícil elegir una canción favorita de todas estas canciones, cada una tiene su encanto, me voy a detener en varias de las 20 primeras que salieron editadas, sin duda la que más me ha hecho disfrutar ha sido We are the living, donde podemos encontrar algunos ramalazos del gran Terence Trent D´Arby pero sin duda alguna con el sello de Sananda, me gustaría destacar un estribillo que te deja extasiado, pero no solo es el estribillo, detenerse en los coros mientras los instrumentos se dispersan a su alrededor y como no, en esa guitarra que en el minuto 2:45 de la canción toma un protagonismo de oro. I´m your Daddy es otra de las grandes, tiene momentos brillantes pero quizás tanta pausa desarbola un poco el tema…¿o es que realmente estaba jugando a eso?. Dolphin es puro soul, y de nuevo encontramos cambios de ritmo que adornan la canción y la eleva de nivel. Destaco también Take a Time, son dos minutos muy bien aprovechados convirtiéndola en otra de las joyas de la corona, o la indescriptible Share Your Paints, donde esa guitarra que ya hemos conocido coge protagonismo a partir del minuto y cincuenta segundos y la eleva por encima de lo esperado.

lunes, 2 de agosto de 2021

La música en historias: El retorno de TTD... Comienza el #MesSanandaMaitreya

 

Tras el excesivo castigo comercial a Neither fish nor flesh (1989), y el repunte comercial de Simphony or Damn (1993) y, en menor medida, Vibrator (1995), Terence Trent D'Arby albergaba serias dudas sobre el camino a seguir con su música. Las tensiones con la discográfica Java Records y una crisis de identidad personal le llevaron a que su siguiente proyecto, planteado inicialmente bajo el nombre de The Solar Return of TTD (El retorno solar de Terence Trent D'Arby), se fuera demorando y posponiendo año tras año y sine die.

Por ese largo y tortuoso camino de regreso, Terence dejó atrás Nueva York, fijó su residencia en Munich, primero, y finalmente en Milán, y cambió legalmente su nombre por el de Sananda Maitreya. Y aquí es dónde empieza la paradoja de este artículo, porque las canciones que iban a integrar el disco de retorno de Terence Trent D'Arby fueron evolucionando hasta convertirse en Wild Card!, el primer disco de una nueva etapa, que contaremos en el #MesSanandaMaitreya que ahora comienza.

Empezamos descubriendo la carta salvaje, el as en la manga con la que este genial artista intentó, una vez más, evitar el injusto rechazo del gran público. El nacimiento de la era Sananda viene marcado por un buen disco, algo irregular, que da la sensación de ser una mezcla de los embriones de varios discos, todos ellos interrumpidos en algún momento, y que se habría beneficiado de una mayor criba en la selección de las canciones. Y pese a la evidente carencia de sentido unitario entre algunos de los temas, es un disco de una cuidada producción y lleno de cálidos y brillantes momentos.

El comienzo es más que prometedor con O Divina, un single que rezuma soul y nos devuelve a un TTD (o nos presenta a un Sananda Maitreya) en forma y desplegando todo su talento vocal y compositivo. Apoyado por arreglos de viento y un efectivo e intenso estribillo, Sananda despliega sus cartas y parece destinado a ganar por fin la partida. El disco vira entonces hacia arreglos más vanguardistas, que acompañan al impresionante registro vocal de Sananda, alternando en la voz el suave terciopelo y la seda desgarrada en temas como Designated fool, My dark places o la intensa y brillante The Inner Scream.

El esperanzador arranque se completa con la fresca y energizante SRR-636, pero a continuación el disco empieza a resentirse con temas menos relevantes como Drivin' me crazy o Suga Free. Nos recuperamos del bajón pasajero con dos de los mejores temas del disco, la intensa y desgarradora balada What Shall I do? y el medio tiempo eléctrico de Testify. En estos dos álgidos temas, Sananda vuelve a recorrer los intensos caminos sonoros por los que frecuentó en Simphony or damn o Vibrator.

En el siguiente bloque, vuelven los tonos suaves y el soul delicado, para lucimiento de una voz privilegiada, pero salvo en contadas excepciones (Everythang), desaparecen los ritmos frescos y modernos del primer tercio del disco, llevándonos hacia lo que de nuevo parece otro disco diferente, marcado por el tono intimista de temas como Shalom, Girl, Sweetness o Some birds blue (un tema antiguo que ya circulaba en discos de outtakes de la época Terence). De todo este grupo de cálidos temas, la más luminosa y agradable es Be Willing, pero justo tras ella vuelve la sensación de relleno y poco encaje con Goodbye Diane.

A tiempo de remontar el vuelo, llega un trío final de ases formado por las enérgicas y pegadizas And they will never know y Sayin' about you, y por la introspección psicodélica de Shadows, con la que se reafirma en que "No tengo miedo de ser, lo que puedas necesitar, quiero que triunfes, y me mantendré aquí a tu lado, hasta que los pájaros no vuelen más, hasta que los océanos se sequen, y tus sombras desaparezcan". Y en eso está Sananda Maitreya, viviendo su vida disco a disco, y publicando su extensa obra a través de su página web www.sanandamaitreya.com, hasta que por fin desaparezcan las sombras que rodean al trabajo de uno de los talentos más desbordantes de las últimas décadas. Y que mejor que el abrasador sol de agosto, para que en 7dias7notas pongamos nuestro granito de arena en la construcción de ese camino hacia la luz. Comienza el #MesSanandaMaitreya.

domingo, 18 de julio de 2021

La música en historias: Simphony or Damn, #MesTerenceTrentD'Arby


Symphony or Damn (Exploring the Tension Inside the Sweetness), fue considerado por la gran mayoría de crítica y público como el regreso a primera línea de Terence Trent D'Arby, tras la "decepción" que supuso su segundo álbum (Neither fish nor flesh) para los que esperaban otra entrega de funk y soul a la altura de su disco debut (el excelso Introducing the hardline...). Para Terence Trent D'Arby quizá fuera el momento de la verdad, la última bala para disparar al éxito, tras el fracaso de repercusión y ventas del anterior disco. "Sinfonía o maldición". En esas se encontraba Terence, "explorando la tensión" interior de no terminar de encontrarse a sí mismo en un entramado discográfico que no valoraba sus esfuerzos por canalizar su talento hacia diferentes caminos en cada nueva entrega.

Yo fui uno de aquellos que, entusiasmados por un primer disco que considero uno de los diez discos de mi vida, me quedé un poco a medias con el segundo, y esperé con ansia la llegada del tercero. Cuando supe del lanzamiento de "Sinfonía o maldición", me fui directo a una pequeña tienda de discos cercana a mi casa y compré ilusionado el cd. Cuando lo puse en la cadena de música que mi padre acababa de regalarme, supe que lo que había pagado por él había sido la mejor de las inversiones. Fiel a su propósito de ofrecer cosas diferentes, este tercer disco tiene un sonido más duro y rockero que sus obras anteriores.

El peso de las guitarras es evidente desde el inicio de Confrontation, la primera de las dos partes en las que separa el disco, cuando tras la breve introducción de coros a capella de Welcome to my Monasterio (el nombre del estudio de grabación que se había construido en su casa), las seis cuerdas rompen a bramar en She kissed me (tercer single del álbum), y el feeling de la voz áspera de Terence y las guitarras afiladas te transmite que lo que te espera es un disco grande. Sin descanso, adopta el registro cortante de un James Brown para gritar a los cuatro vientos Do You Love Me Like You Say?, pero manteniendo las capas de guitarras distorsionadas en un tema excelso que fue la tarjeta de presentación del disco.

Como si estuviera aprovechando para expulsar todos los demonios interiores que su situación le provocaba, el torrente de energía no se detiene en Baby, let me share my love, y solo después se permite el lujo de levantar el pie del acelerador y regalarnos la sutil y elegante Delicate, dúo con Des'ree que fue el segundo single del disco, un tema que (esta vez sí) nos recuerda en la producción y los ritmos al Sign your name por el que será recordado por siempre por los que nunca se esforzaron en profundizar más en su carrera. Los que sí lo hicieron, valorarán también Neon Messiah, una pieza de aires psicodélicos y ritmo setentero, y uno de los singles menos conocidos de su obra, publicado únicamente en Japón, convirtiéndose con el tiempo en una preciada pieza de coleccionismo.

La intensa confrontación que nos plantea esta primera parte tiene un solo momento valle con Penelope Please. La alegría y luminosidad del tema, y su limpia producción no encajan en el conjunto de una obra densa y rocosa. Que el único "lunar" de esta parte sea un buen tema habla también mucho de la calidad de la propuesta. Pero aún hay tiempo para más, para mojarse los labios con la rotunda batería y las cortantes guitarras de Wet your lips, con Terence luciendo sus excelencias vocales en un final con sabor a gospel, y sobre todo con la excelsa Turn the page, de larga y trabajada letra, y con un tramo final instrumental de big band del funk. Fue otro de los singles del disco, en este caso con muy poca repercusión, y el gran final de una Confrontation que, por sí sola, ya sería un disco excelso.

Después de la confrontación, la dualidad del artista le lleva a buscar la reconciliación y la calma sonora. Reconciliation esconde meritorias baladas ocultas en capas de pesadas guitarras y baterías (Castillian Blue), maceradas en soul añejo (T.I.T.S / Frankie & Johnny), mezclando ritmos optimistas con guitarras de aire blusero (Are you happy) o experimentando con la electrónica más pegadiza (Succumb to me) Pese a todo este esfuerzo, esta segunda parte del disco no escapa a cierta sensación de que lo mejor ya pasó, y es en los momentos menos recargados e intimistas (I still love you, Seasons y, sobre todo esa maravilla que es Let her down easy) donde se produce realmente la reconciliación.

Y ese fue el momento cumbre de Terence Trent D'Arby. Su Sign of the Times, ese disco que muchos consideran el mejor, pero que nunca podrá superar al impacto de su Purple Rain, ese Introducing the hardline que nos dejó sin palabras. Aún hubo un intento más con el también brillante pero irregular Vibrator, pero después ya nunca sería lo mismo. Y debería haberlo visto venir, porque casi al tiempo que inició su silencio y su lenta reencarnación en Sananda Maitreya, aquella tienda de discos cerró sus puertas, y ocupó su lugar una insulsa tienda de colchones. De la sinfonía a la maldición.

sábado, 27 de octubre de 2018

El disco de la semana 32: Introducing the hardline according to T.T. D'Arby



La vida es como uno de esos libros de "Elige tu propia aventura" que leíamos cuando éramos niños. Dependiendo de las decisiones que tomemos, nos llevará por una y otra dirección, como en un laberinto en el que no sabemos si estamos yendo por el lado correcto. No todos los caminos son buenos, ni los caminos que otros consideren correctos tienen que ser válidos para nosotros, pero la decisión de ir hacia uno u otro lado siempre será nuestra. Y al fin y al cabo, lo importante de este gran juego es que cuando miremos atrás, en las últimas páginas de la aventura, no nos arrepintamos de las decisiones tomadas.

Terence Trent D'Arby, como todos nosotros, tuvo que tomar en la vida sus propias decisiones, como la de rebelarse contra la música sacra que monopolizaba su hogar en la infancia, escuchando soul y rock en un transistor mientras se ocultaba bajo las sábanas de su cama. Decisiones que no siempre fueron fáciles, como alistarse en el ejército y servir en Alemania (en el mismo regimiento en el que anteriormente estuvo Elvis Presey), o decidir qué hacer cuando le expulsaron de la vida militar.

Optó por mudarse a Londres, dónde se unió temporalmente a "The Bojangles", que acabarían siendo su banda de acompañamiento cuando Columbia le fichó para grabar su brillante disco de debut, con el que consiguió un nivel de calidad tan alto que ninguno de sus discos posteriores pudo superar.

Nunca supo lidiar con la fama y el éxito que "Introducing the hardline..." trajo de golpe, y tampoco supo llevar una buena relación con ejecutivos y discográficas, que no vieron en él a un artista de largo recorrido tras el fracaso de su segundo disco "Neither fish nor flesh", en el que optó por explorar otros caminos y dar rienda suelta a su capacidad artística, en lugar de la alternativa comercial de entregar otro disco potente de funk y soul.

Posteriormente resurgió con nuevas propuestas como el enorme "Simphony or Damn" o su menos inspirada continuación en "Vibrator", pero sus relaciones con Columbia eran cada vez más tensas. En una decisión que parecía inspirada en su admirado Prince, decidió romper con la discográfica y cambiar su nombre por el de Sananda Maitreya. Para la mayoría, esa fue la decisión equivocada en su "Elige tu propia aventura", y le condenaron por ello a la indiferencia y el ostracismo en los medios.

¿Fue realmente una decisión equivocada? Prince y Michael Jackson, compañeros e ídolos con los que compartía similitudes de estilo, tomaron decisiones diferentes y no han vivido para contarlo. Sananda, sin embargo, se trasladó a Milán, donde vive feliz con su mujer y sus hijos, y a través de su página web (https://www.sanandamaitreya.com) ya ha sacado más discos que los que sacó como Terence Trent D'Arby. Por todo esto, la moraleja que saco de esta historia es que quizás los adultos no seamos los más indicados para juzgar el resultado de un libro de "Elige tu propia aventura". Esos libros estaban hechos para niños, y solo ellos pueden juzgar si el resultado es el correcto o lleva a la página del fracaso o la muerte.


Es por eso que para comentar un disco tan grande, plagado de composiciones brillantes en las que se conjugan influencias tan diversas como el soul, el R'N'B o la experimentación funk, todas ellas unidas por el nexo de un registro vocal al alcance de pocos, he buscado la ayuda de mi hijo de 9 años, al que podríamos llamar "Mini Nevermind" para que lo juzgue con la mirada limpia de un auténtico lector de "Elige tu propia aventura".


INTRODUCING THE HARDLINE ACCORDING TO TERENCE TRENT D'ARBY


El disco comienza con "If you all get to heaven". Para mi hijo, este potente tema de estribillo de tintes indios, en el que Terence pide a los que vayan al cielo que recen por él, es una canción "emocionante, no sé como explicarlo, ¿Cómo se dice cuando una canción te hace sonreir y te da tranquilidad?"

Con "If you let me stay", el genio empieza a desatarse, es uno de los grandes singles del disco, voz potente en el estribillo contrastando con los coros de Bojangles. El ritmo es altamente contagioso y la voz rasgada de Terence recuerda los mejores momentos de James Brown. A los ojos de Mini Nevermind, es una canción que "me gusta mucho, no sé, ésta también es emocionante, la he escuchado hace tiempo y siempre me ha gustado".


Terence fue entonces al "pozo de los deseos" ("Wishing Well") y el éxito le fue concedido con este temazo de rotunda batería en primer plano, en la que su voz suena más negra y rota que nunca. "Este disco ya se cuál es, lo escuché contigo..." (deja de hablar para silbar la melodía de los teclados entre estrofa y estrofa)

Me ha resultado especialmente emocionante escuchar "I'll never turn my back on you", en la que un padre dice a su hijo cosas como "nunca te daré la espalda". Musicalmente, es un gran tema funk que sabe a acústico y que está cantado en falsete. El puente de mitad de canción es simplemente brillante, y en ese punto Mini Nevermind comenta: "Ésta no la recuerdo bien pero me gusta también", mientras corre a por la flauta dulce y se pone a tocar al ritmo de la voz de Terence.


La tralla sigue de la mano de "Dance Little Sister", en la que de nuevo transmuta en James Brown, apoyado por una rotunda batería y una voz increíblemente potente. Puro funk frenético a lo Sex Machine, no en vano en la versión extendida de la canción hay un tramo en el que versionea el gran tema del Padrino del Funk. "Me gusta el ritmo" dice el pequeño de esta reseña mientras mueve la cabeza.

En "Seven More Days" vuelven a notarse las influencias indias, el estribillo es como un canto lento pero salvaje que parece venido de las Montañas Rocosas. Una de las canciones más calmadas de un disco en el que es dificil no mover los pies. Explico a mi compañero de reseña lo que dice la letra y contesta: "Es buena. ¿Fue un éxito? Me imagino a un chico viajando en un coche, y en 7 días estará de vuelta a casa".


En "Let's go forward" hay algo que nunca me ha cuadrado y nunca he sabido qué es, pero me parece la canción menos impactante del disco, paradójicamente no termina de despegar a pesar de los efectos de sonido... ¡de un avión despegando!. Quizá sea el excesivo predominio de los teclados, porque la voz de Terence es más tierna pero igual de impresionante. Mi hijo me da la razón en esto último: "Es bonita la voz que pone..."

Tras un tramo marcado por dos de los temas más lentos, el disco vuelve a autopropulsarse hacia las estrella con "Rain", una de las mejores canciones del conjunto, imposible no rendirse a lo rotundo de su sonido y al de nuevo leve toque a canción india de invocación a la lluvia. Dicen que "Lo bueno si es breve dos veces bueno", algo de razón tendrán porque la canción más corta del disco es un disparo seco y certero. Lo suscribe Mini Nevermind comentando: ¡Hala! Esta me encanta, es emocionante y me pone contento.

Que decir que no se haya dicho ya de "Sign Your Name". Primer single del disco y culpable de que éste vendiera un millón de copias sólo en los tres primeros días. La melodía es atemporal, la percusión es perfecta a nivel sonoro. Magistral el momento en el que el puente, con Terence cantando entre coros "Doo-Woop" interpretados por el mismo, se rompe en un silencio mágico, antes de que la percusión anticipe un nuevo estribillo. Obra maestra, o en palabras de un niño: "Qué chula, cómo me gusta, sign your name across my heeaaaart.." 

"As yet untitled" sigue a día de hoy, como su nombre indica, sin título. Y también sin música. Gran demostración de talento vocal a capella, se hace dificil de digerir si no eres un devoto seguidor de las cualidades vocales de este artista. Eso le pasa a mi pequeño Nevermind: "Estoy esperando a que haya música, seguro que ahora va a cambiar, ¿qué te juegas?". No ha tenido en cuenta que he escuchado el disco más de mil veces, no es una buena idea apostar conmigo sobre este tema. Los instrumentos que espera que entren nunca llegan a entrar y la canción le gusta menos que las anteriores.

El disco cierra con "Who's loving you". A lo mejor "se me ve el plumero" con este comentario (para mí TTD es uno de los "5 grandes") pero esta brutal versión del tema de Smokey Robinson me parece incluso mejor que la original, y mejor también que la gran versión que hizo Michael Jackson con los Jackson 5). Suena como un tema de los años 50 en lugar de uno de un disco de 1987. En la versión infantil de esta reseña: "Que bien suena, me gusta, me vuelve a poner contento, la anterior era más triste".

Llegados a este punto, sólo puedo terminar la reseña dando un paso atrás y dejando que sea Mini Nevermind quién cierre con una frase final. Para ello le pregunto: "Si te encontraras con Terence Trent D'Arby ahora mismo, ¿qué le dirías sobre el disco?" Ni corto ni perezoso, me da la respuesta necesaria para cerrar como es debido: "Le diría que hemos hecho una reseña sobre su primer disco porque nos ha encantado, y que si sigue haciendo discos como éste lo va a petar".

¿Tendrá razón Mini Nevermind y habrá un regreso triunfal de Sananda Maitreya con un disco a la altura de "Introducing the hardline..."? Dependerá de la opción que él mismo escoja la próxima vez que, al pasar a la siguiente página, el libro de la vida le obligue a elegir una opción en el desarrollo de su propia aventura.