Empiezo dejando las cosas claras, para mi el disco Flamingos es la gran piedra sobre la que hizo dar un giro a la carrera
musical de Enrique Bunbury, tras su paso por Héroes de Silencio, alma mater del
grupo y sus dos trabajos anteriores en solitario, Radical Sonora y Pequeño,
notamos aquí un cambio musical muy trascendente, al artista gira su sonido y
explora nuevos ambientes de fusión sin olvidar el rock and roll en cada una de
sus extensiones. Es para mí un disco sublime, autentico, lleno de fuerza y
sobre todo lleno de emoción que se desparrama en muchas de sus letras y
melodías.
El disco
comienza fuerte, con un rock and roll con aires de Bowie, nos da la bienvenida
con “El club de los imposibles” toda
una declaración tanto musicalmente como temáticamente de lo que nos vamos a
encontrar… de momento te mete en pelea, la canción empieza con el sonido de una
campana de un ring y un homenaje al boxeo. Con “Si”, Enrique nos mete en un cabaret mientras la batería va
marcando el ritmo de un tema que no nos deja ni un minuto de respiro, la voz
disparada de Enrique con los multiples instrumentos que se enlazan con la
batería nos da un tema loco, esquizofrénico, con un frenesí desde el minuto
uno, paralizado curiosamente y a contraposición del titulo por un Nooooooo
lacónico y con aires de lamento que nos saca del maravilloso atolladero por el
que la canción nos ha movido hasta este ese final de canción melodica. Son un
poco de más de tres minutos realmente aprovechados, se le ha tildado de
comercial, pero para mi gusto es uno de los grandes picos del álbum. Con el
siguiente tema “Contar conmigo” nos
mete directamente en una mezcla curiosa y arriesgada, empieza con toques de
Western y piensas ahí esta un Country, me estoy frotando las manos pero
enseguida gira y te encuentras con sonidos árabes totalmente apabullantes
mientras la guitarra chirria y desentona con melodía la voz de Enrique
amplificada y distorsionada…. “Que pueda
contar contigo, como sabes que conmigo siempre. Que no cuente la suerte, no,
sólo el destino que nos presentó. Que pese menos el pasado o se recuerde al
menos todo. Que no cambien a su modo un episodio de historia.” Ademas
encontramos al final de este tema un nuevo homenaje al boxeo, en esta ocasión
al campeón del mundo en 1974, con la inclusión de la narración de ese momento…
emotivo.
Gira el
disco a la transcendencia con el cuarto tema “Sacame de aquí”, maravillosa balada con una letra llena de frases
contundentes y lapidarias, una canción desesperada, un grito de lamento y
desolación, con una riqueza de instrumentación y de instrumentos abrumadora,
otro de los grandes picos del álbum.
“Escribiremos nuevas reglas, Esta es la
primera de ellas, Está prohibido prohibir”
“Hubo un momento en que pudimos, Decir que
no, que lo sentimos, Nos debimos confundir”
“Nos hemos equivocado, Teniendo toda la
razón, Aun podemos ser libres, Dentro de una canción”
“Dicen que si continuas, Algún un lugar
llegarás”
“No son mala hierba, Sólo hierba en mal
lugar”
Y enlaza con
“Enganchado a ti” otra de las
grandes joyas del disco, y de nuevo el cabaret y otro alarde de
instrumentación, una canción con doble sentido.. ¿esta hablando de drogas?
¿Esta hablando del amor?... yo me quedo con la segunda ya que no deja de ser
una variante de la primera… pero yo iria mas lejos, poner imagen a cualquier
cosa que sea imprescindible en vuestra vida y será el reflejo de la canción.
Genio!. Y cerramos la trilogía con la mistica
“Lady Blue” que con un sonido medio futurista cercano al synth pop nos
deleita con una canción de amor, de perdida, de dolor, de soledad, con ese
grito en el estribillo que demole tus cimiento o frases demoledoras y geniales
como esa de “…. No volverás a ver la
mirada triste del chico que observaba el infinito….” Que bestialidad,
acompáñen la audicion de un buen licor y una oscuridad palpable.
En “San Cosme y San Damián” hace el mismo juego que Contar conmigo, comienzan los sonidos y parece que te encuentras en pleno desierto fronterizo Norteamericano pero rápidamente gira hacia la psicodelia con extraños sonidos que se reparten por la canción, magníficos, brillantes, resaltando el mensaje, mientras Enrique nos relata su relato de misterio y extraña situaciones, no en vano he leído que es un homenaje a un hermano fallecido en 1994, además San Cosme y San Damián es una ermita en la provincia de Huesca que el hermano del cantante solía ir… “un enjambre de estrellas, para que no te pierdas, talismán, contra toda clase de males y un christmas de Navidad, que sepamos donde estas….”. Nuevo giro en el siguiente tema, “Un bastón para mi corazón”, tiempo de swing, de dandy, de canción melódica, en un disco que nos había llevado por tantas emociones nos rebaja un poco la adrenalina, y no le sale nada mal…. 2 minutos de relax para lo que está por venir, y es que “No se fie” es otra rareza en el mundo Bunbury hasta ahora escuchado, y es que rápidamente te recuerda a Joaquín Sabina, si es cierto que el Aragonés le ha metido muchísima más instrumentación a esta historia fatal, y encima jugando con ritmos de tango, aunque tratar de emular al maestro de Ubeda es una tarea inabarcable, no digamos que le salió mal, más bien ha pasado con nota este reto…. Y siguen los retos porque “Ciudad de Bajas Pasiones” se atreve a hacer una especie de ranchera con el toque personal, mucha instrumentación y una historia realmente magnifica, no sabemos si autográfica, pero si que todos quisiéramos vivir. Brillante para cantar en coro con los amigos después de que los efluvios del alcohol nos hayan nublado las neuronas.
En “San Cosme y San Damián” hace el mismo juego que Contar conmigo, comienzan los sonidos y parece que te encuentras en pleno desierto fronterizo Norteamericano pero rápidamente gira hacia la psicodelia con extraños sonidos que se reparten por la canción, magníficos, brillantes, resaltando el mensaje, mientras Enrique nos relata su relato de misterio y extraña situaciones, no en vano he leído que es un homenaje a un hermano fallecido en 1994, además San Cosme y San Damián es una ermita en la provincia de Huesca que el hermano del cantante solía ir… “un enjambre de estrellas, para que no te pierdas, talismán, contra toda clase de males y un christmas de Navidad, que sepamos donde estas….”. Nuevo giro en el siguiente tema, “Un bastón para mi corazón”, tiempo de swing, de dandy, de canción melódica, en un disco que nos había llevado por tantas emociones nos rebaja un poco la adrenalina, y no le sale nada mal…. 2 minutos de relax para lo que está por venir, y es que “No se fie” es otra rareza en el mundo Bunbury hasta ahora escuchado, y es que rápidamente te recuerda a Joaquín Sabina, si es cierto que el Aragonés le ha metido muchísima más instrumentación a esta historia fatal, y encima jugando con ritmos de tango, aunque tratar de emular al maestro de Ubeda es una tarea inabarcable, no digamos que le salió mal, más bien ha pasado con nota este reto…. Y siguen los retos porque “Ciudad de Bajas Pasiones” se atreve a hacer una especie de ranchera con el toque personal, mucha instrumentación y una historia realmente magnifica, no sabemos si autográfica, pero si que todos quisiéramos vivir. Brillante para cantar en coro con los amigos después de que los efluvios del alcohol nos hayan nublado las neuronas.
Inicia la última
parte del disco con la maravillosa “Hermosos
y malditos” una canción llena de ritmo y de un estribillo de una calidad
extrema, en medio de la canción incluye el sampler de la retransmisión del
combate entre Perico Fernández y João Henrique por el título mundial… ”…rumba que tumba al más 'pintao', ¿cómo
puedes creer que te hayan olvidado? si una rumba no tumba a un ganador a un
peso pesado y campeón no le damos de lao. Deja de acostumbrarte a la inmolación
y vuelve a casa ya nadie te desea la humillación todos te extrañan…” escuchando
la letra detenidamente no sé si realmente es un homenaje al boxeador Aragonés,
que por tan malos momentos paso, si fuera así me parece excelente tributo por
parte de Bunbury. El siguiente tema sigue la senda top que nos dejó la anterior
canción, y es que en este “One, Two,
Three” vuelve la psicodelia bien entendida, con un aire de bolero
brillante, el mensaje extraño y encriptado al que nos tiene acostumbrados en
una especie de balada magnifica, dolorosa y triste, les invito a que se
detengan a escuchar detenidamente la letra y los múltiples instrumentos y
curiosidades musicales que nos regala. Magnifica. “Hoy no estoy para nadie” tiene ecos de
The Doors, la pausa, los sonidos psicodélicos, ese tono que nos recuerda al
grupo americano, incluso su duración que se va mas allá de los 7 minutos,
particularmente se me hace un poco pesada. En cambio con “Mundo Feliz” aun llevando el mismo estilo que la anterior, quizás algo
más pop, me resulta una absoluta delicia, empezando con esa letra tan crítica,
y sobre todo por esa corista que suena desacompasada tras la voz de Enrique, una
gran canción. Y terminamos por todo lo alto a ritmo de vals y con un titulo que
lo deja todo claro “…y al final” desde el minuto uno, con ese soniquete que
adelanta lo que va a ser la canción y que se te mete en la cabeza, roto por el
instrumento de viento dando paso a un Vals en toda su extensión…. Un
emocionante alegato a la amistad, a la compañía, al amor y a la solidaridad
entre los amigos….. un epilogo para recordar
Permite que
te invite a la despedida
no importa
que no merezca mas tu atención
así se hacen
las cosas en mi familia
así me enseñaron
a que la hiciera yo.
Permite que
te dedique la última línea
no importa
que te disguste esta canción
así mi
conciencia quedara más tranquila
así en esta
banda decimos adiós.
...y al
final
te atare con
todas mis fuerzas
mis brazos serán
cuerdas al bailar este vals
...y al
final
quiero verte
de nuevo contenta
sigue dando
vueltas si aguantas de pie.