Hoy nos toca
reseñar un disco muy especial, un disco donde la poesía del gran poeta del
Siglo XX, Federico Garcia Lorca, toma el protagonismo sobre la lírica creada
por diversos autores y donde Ana Belén le pone voz. Un disco que vio la luz en
el año 1998, justo cuando se cumplían los 100 años del nacimiento del poeta granadino.
El disco está
estructurado en dos álbumes completamente distintos y con dos nexos de unión,
la voz de la artista Madrileña y la obra de Federico. En el primero de ellos y
al que vamos a dedicar este articulo, distintos
artistas han compuesto la música que acompañan a los poemas de Lorca, cada uno de ellos
dejando su sello personal y Ana Belén pone voz a los poema del poeta. En el segundo, y
que próximamente verá la luz en el blog, esta dedicado a las canciones
tradicionales que rescató Federico Garcia Lorca y con las que él al piano y La
Argentinita a la voz recorrieron diversos escenarios a lo largo de España, estas cancioens populares estan adaptadas por el pianista Chano Domínguez en formato de jazz
clásico.
Inicia el
disco con “Son de negros de Cuba”,
en esta ocasión, Michel Camilo es el encargado de poner música al poema
perteneciente a Poeta a Nueva York. El pianista dominicano le da a este poema
ese ritmo que en las islas del caribe suenan sin cesar, con unos coros
acompañando la música que tiene claros toques de Jazz. En este poema el autor
expresa la alegría y la liberación que sintió al llegar a Cuba después de su
paso por la decadente, triste Nueva York. Michel Camilo es capaz de transmitir con sus toques la alegría la liberación que
el poema expresa. Es un buen tema para empezar. “Romance de la pena negra” es una de las obras cumbres de su
poemario Romancero Gitano y la protagonista del poema, Soledad Montoya, es una
de las mayores reivindicaciones de la igualdad y los derechos de la mujer que
se produjeron en la España de aquellos años. Las figuras que aparecen en el
Romancero gitano son seres al margen de un mundo convencional y hostil, y –por
eso– marcadas por la frustración o abocados a la muerte: Antoñito el Camborio,
el «Emplazado», Juan Antonio el de Montilla, Soledad Montoya… En realidad,
según Lorca, en el libro «hay un solo personaje real, que es la pena que se
filtra». El encargado de poner música a este poema es el Argentino Fito Paez,
que meses antes había publicado un disco junto a Joaquín Sabina y estaba adquiriendo
una fama y prestigio totalmente merecido en nuestro pais. Es un tema de una calidad indudable, un
absoluto vaivén a través de cada una de sus estrofas….
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
El tercer
tema es, para quien escribe esto, una de las cumbres del disco, se trata de “Herido de amor”, unos versos extraídos
de su obra teatral breve titulada “Amor de don Perlimplin con Belisa en su jardín”,
en ella el protagonista, un hombre anciano que no conocía el amor, se enamora
de la joven con la que se casó por fuerza. Sin embargo, esta se enamora de otro
hombre. Y es que el encargado de poner música a este fragmento es Joan Manuel
Serrat, y como podréis sospechar la sensibilidad y la belleza que rezuma la música
creada hace de este pequeño y corto tema uno de los más intensos del disco, es
casi imposible no descubrir con esta música la fatalidad y el dolor que ha
caracterizado siempre la obra de Garcia Lorca. Una canción en mayúsculas, un
paseo por la excelencia en el disco. El cuarto corte del disco no necesita presentación,
no es una creación musical exclusiva para este disco, nos estamos
refiriendo a “Pequeño Vals Vienes”
que en 1986 y con el título “Take this waltz” publicó Leonard Cohen, gran admirador
del poeta (de hecho una de sus hijas se llama Lorca en homenaje al mismo). En
esta ocasión para el disco Lorquiana se ha dejado la misma base musical, pero
el poema se canta en castellano, he de decir que la calidad vocal que hace gala
Ana Belén es de una gran altura, aunque no superior a los escalofríos que
produce la voz de Leonard Cohen. Una canción deliciosa, un recoveco lleno de
laberintos que se expresa en el poema, un poema de amor, de amor profundo y de
amor desesperado, un poema que se mueve a ritmo de vals según lo vamos leyendo
y una música que resuena en nuestros oídos con la pronunciación de cada
palabra, la plasmación de un sueño misterioso en el que van apareciendo
elementos contrarios que nos hablan de amor, de belleza y de vida, pero también
de muerte y de dolor. Deléitense.
Inicia la
segunda parte del disco con “Nocturno en
la ventana” a la que pone música el gran Pedro Guerra, el poema esta extraído
de una de sus primeras obras, “Canciones (1921)” y en ella podemos ver el
dramatismo que iba a impregnar la obra del autor, la música a veces
festiva a veces dramática con un toque de música cubana realmente bueno eleva la canción.
Al estanque se le ha muerto
Hoy una niña de agua.
Está fuera del estanque,
Sobre el suelo amortajada.
De la cabeza a sus muslos
Un pez la cruza, llamándola.
El viento le dice “niña”
Mas no puede despertarla.
El estanque tiene suelta
Su cabellera de algas
Y al aire sus grises tetas
Estremecidas de ranas.
Dios te salve, rezaremos
A nuestra señora de agua
Por la niña del estanque
Muerta bajo las manzanas.
Yo luego pondré a su lado
Dos pequeñas calabazas
Para que se tenga a flote,
¡ay! sobre la mar salada.
El siguiente
tema esta compuesto por Antonio Garcia de Diego, quizás el nombre no nos
dice mucho, pero si escavas un poco vemos que formó parte de bandas como
Franklin y Los Canarios, participó con los compañeros de ese grupo en la obra
Jesucristo Superstar y tocó la guitarra eléctrica para grabaciones del grupo
Triana. Además ha compuesto muchas canciones para Joaquín Sabina. Él es el
encargado de poner música al poema “Siete
corazones” basado en el poema Canción del muchacho de siete corazones y creando
un tema lleno de melancolía y sensibilidad, es uno de mis favoritos, quizás por
desconocido o quizás por el dramatismo de desamor que se relata. El séptimo tema
lo firma “Chano Dominguez” que en los años 70 ya creo un grupo de Rock Andaluz,
se ha movido siempre entre el Jazz y el rock sinfónico. Tiene mucho prestigio
ya que en sus obras han sido capaz de mezclar Jazz y flamenco. En esta ocasión
volvemos al Romancero Gitano con el poema “Romance
de la luna”. El último tema de esta parte lo firma Kiko Veneno y es quizás uno
de los elementos mas extraño de obra, “Cancion
Tonta”, es casi un tema acapella, únicamente acompañado de un piano.
La tercera
parte del disco comienza con “Muerto de amor” compuesta por los integrantes de Ketama,
una canción con ecos de flamenco festivo que pone la alegría dentro de tantas
penas, una canción redonda llena de ritmo que relaja el tono del disco. Sigue “Por tu amor me duele el alma” en esta ocasión
la música corre a cargo de Javier Ruibal, y sin duda es otra de las grandes
canciones del disco, donde Ana Belén realiza un grandísimo trabajo vocal. Para el
penúltimo tema vuelve Kiko Veneno, más en su estilo con esta “Canción del gitano apaleado”, es para mí
una de las más flojas, quizás porque rompe totalmente la dinámica del disco. Cierra el disco otra de las canciones más
delicadas, compuesta por Víctor Manuel, en “Alma
ausente” encontramos el poema fúnebre que el poeta dedico al torero Ignacio
Sanchez Mejias, que murió en la plaza de toros. Se trata de una de las cimas poéticas
de Lorca, en la que se aúnan muchos de los elementos creativos presentes en
toda su trayectoria. Si bien como dijimos esta dedicado al torero, bien se podría
trasladar a su persona
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que
nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.