El
vigésimo primer álbum de los Rolling es un álbum bastante estimable, después de
que dominaran los 60 y los 70 con su música, estaban dispuestos a volver a
hacerlo en los lejanos noventa y se marcaron un álbum con un puñado de
canciones memorables, resultado de un gran trabajo que habían desarrollado
durante la última década. La épica es antológica si el álbum es acompañado de
una gira que fue aún más apoteósica, con 108 conciertos y un escenario que en
aquel momento fue el más grande de la historia. Aun así hay que reconocer que
están lejos de sus grandes momentos, si bien nos deja un gusto muy bueno poder
recorrer estos puentes de Babilonia.
Comienza el
álbum con Flip the Switch, que
contiene una soberbia batería de Watts y que, sin ser revolucionario, sí
permite entrever que estábamos ante 'algo' que sonaba diferente de lo que
habían hecho hasta ahora, resultado una buena canción, aunque bastante lejos de
lo que habían hecho en sus momentos álgidos y con una letra que según el propio
Mick Jagguer “Es una letra muy extraña, de verdad, sobre la muerte, la locura,
la criminalidad y demás. Cosas bastante pesadas, de verdad, pero es una buena.
Es excelente para empezar un disco”. El
siguiente tema es Anybody Seen My Baby?,
que gozó de un buen éxito en las listas, tiene ese lametazo funky/dance
jaggeriano que recuerda a las producciones de los Stones de finales de los 70 y
incluye un rapeo de Biz Markie, incluido para tratar de hacer ver que los
Stones (y sobre todo Jagger) se habían atrevido a dar un paso adelante. Este
tema se ha convirtido en uno de los mas famosos de los Stones en los últimos años,
en el video musical podemos ver a Angelina Jolie. Con Low Down, bajan el pistón, es quizás uno de los temas más flojos
del álbum, un simple tema de transición con toques modernos, pero con falta de
gancho. Con Already over me llegamos
a la balada de rigor, demasiada pausada para lo que esperamos de los Stones,
pero con ese toque Jagger que hace que nos entreguemos a más de cinco minutos
de melancolía. Gunface se vuelve a
la canción cruda, un intento de hard rock mezclado con tema de lista de éxitos
donde destaca un punteo de guitarra absolutamente excelso, y son estos pequeños
encuentros los que nos hace reencontramos con los chicos de Jagger intuyendo
que están aun bastante lejos de lo que nos han ofrecido, intuimos que podemos
disfrutar de nuevo en ciertos momentos. You
Don't Have to Mean It es el típico reggae donde Keith Richards toma el micrófono,
es quizás un corte muy abrupto con lo que estábamos escuchando hasta ahora,
pero hay que reconocer que ha quedado una canción muy divertida y apañada para
tomar aire con lo que se nos avecina, y es que lo que viene es Out of Control, segundo single del
álbum, que comienza casi sibilino y va creciendo hasta transformarse en una
montaña rusa a golpes de efecto, empieza sexy con un Mick Jagger que musita a
la par que ritmos caribeños y funkarras sacados casi del “Slave” van
progresando para desembocar contundente y profesionalmente en un estribillo que
hace que saltes mientras lo estas escuchando, sello total Rolling.
Saint Of Me es un pegadizo tema pop
ideal para cantar a coro en los conciertos, un ejemplo de lo que debían ser y
cómo debían sonar sus satánicas majestades en 1997 mimetizándose con lo que
sonaba en esos momentos y a fe que lo consiguieron, un tributo al legendario
intérprete de R&B Billy Preston, quien toca los teclados en esta pista.
Preston ha tenido un largo historial de enfrentamientos con la ley por cargos
como asalto y posesión de drogas y es el único hombre que ha grabado canciones
con los Beatles y los Rolling Stones, tocó el famoso solo de teclado en "Get
Back". Might as Well Get Juiced
es la pieza más extraña del disco, con la voz de Jagger distorsionada, y
sintetizadores a porrillo; no es rock, no es pop, casi psicodélico. Aquí surge
la paradoja que atraviesa a muchos artistas si hay que seguir haciendo “más de
lo mismo” con beneplácito asegurado del fan de siempre o debe seguir corriendo
los riesgos propios de sus inquietudes. El tema estaría bien si….lo hiciese
otro artista pero no los Stones. Always
Suffering es otro medio tiempo de aires countries realmente delicioso, con
la voz de Jagger en forma, penalizada por un estribillo demasiado comercial. Too Tight es un puro rock, tema rápido y
sin concesiones que nos hace movernos y cantar. Thief in the Night es otro tema flojo a pesar de los intentos de
buscar la excelencia con un saxofón, de igual manera que How Can I stop no es el mejor cierre del álbum
En definitiva,
es un álbum para disfrutar siempre y cuando no seas muy exigente, si bien
podemos decir que es de los mejorcito que hicieron sus satánicas majestades en
la década de los noventa.
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