¿Punk
irlandés? A simple vista una tierra de tanta tradición y sobre todo de guitarra
nos puede echar para atrás esta proposición, pero a poco que vayamos
descubriendo el sonido que esta banda de Dublin nos ofrece sin duda
disfrutaremos desde el minuto uno y es que empezando por la manera en que se
formó la banda tan típicamente irlandesa. Los cinco componentes, Grian, Carlos
O'Connell, Tom Coll, Conor Curley y Conor Deegan, se conocieron en la universidad
de Dublín, donde estudiaban música. Comenzaron a salir a tomar algo después de
clase y a compartir poesía. Primero fue el amor que sentían todos por Jack
Kerouac y otros escritores de Beat, y rápidamente las conversaciones giraron en
torno a Yeats, Lorca y James Joyce. Los cinco incluso escribieron algo de
poesía juntos: dos pequeños volúmenes, Vroom y The Winding, momento en el que
decidieron formar una banda, un tanto alejada de la musicalidad de la poesía,
pero con un fondo totalmente poético. Y desde que su primer sencillo 'Liberty
Belle' lanzado a principios de 2017, han destacado en la escena musical
indie-punk-garage-rock. Es empezar a escucharlo y rápidamente, te das cuenta
que Fontaines DC son descaradamente irlandeses. DC al final de su nombre significa
Dublin City (aunque lo añadieron después de darse cuenta de que ya había una
banda de Los Ángeles llamada Fontaines).

Como Grian decía:
'Si quieres aprender sobre la vida a través de los ojos de un cínico romántico,
ve a cualquier bar en Dublín. Hay tanta poesía de forma innata en los
coloquialismos de las personas en Irlanda. Realmente no tienes que esforzarte
por hablar poéticamente si estás hablando en la jerga de Dublín. Soy consciente
del hecho de que el Dublín sobre el que estábamos escribiendo en el album
Dogrel era un Dublín visto a través de los ojos de personas que lo habían perdido
absolutamente todo, y eran la escoria de la jodida tierra. Tenían un piso que
no podían pagar, trabajos a tiempo completo con un salario mínimo. Incluso hace
referencia a tuvo un jefe que chiscaba sus dedos en vez de llamarle por su nombre. A los chicos de Fontaines les gustaba
escribir, beber y divagar por nuestro Dublin, éramos libres, en el sentido de
que una rata es libre. Ese es el Dublín que vimos, y ya no tenemos ahora “es
cierto que somos más afortunados y estamos mejor en el sentido de que estamos
haciendo algo que nos encanta. Pero ya no hay esa desesperación que se presta a
la creatividad y también te da mucha energía. Te da hambre de todo. La lluvia
vuelve a caer, estamos empapados. Esto no parece necesariamente el retrato de
una banda feliz, sino una banda que ha comenzado a reconocer el valor de su
hogar, de su musa y su familiaridad, creo que es algo triste de alguna manera.
Creo que extrañaré tener esa libertad que viene de ser una rata".
No todo en
el album es de color esmeralda. La música tiene un carácter áspero, la energía
desafectada se vuelve a veces hiriente y más con frases como: "un taxista se mea en el volante de su
propio automóvil" o "la brisa
en la noche te dejaría muerto como una piedra" Incluso mientras
homenajean los muchos de su ciudad, reconocen lo rápido que está cambiando y
lloran lo que ya se ha perdido. Así este álbum ha logrado capturar muchos de
los sentimientos de la juventud del Dublin actual y como dijeron sobre su
álbum: "Dogrel resume la esperanza y la trampa que siente cualquier persona con
al menos una pizca de conciencia, y particularmente los millennials que tienen
toda su vida por delante, pero que tienen que vivir en un mundo construido por
generaciones anteriores que se volvieron locas sin tener en cuenta las consecuencias”
Escuchen
este álbum de contradicciones: descarado y ruidoso; tierno y romántico; a la
vez irlandés tradicional y post-punk. Es limpio, un poco crudo, la creación de
un grupo de jóvenes tratando de descubrir su camino en un mundo nuevo y extraño.
"Todo esto es esencialmente un experimento de autenticidad", dijo
Grian "Si alguna vez no es auténtico, lo dejaremos". Antes de que
suceda traten de descubrirlos.
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